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El bolero: aspecto performativo según el género y el discurso amatorio Pablo Alexis Santos
La noción de la performatividad es un concepto que ha tomado mucho auge, y más que todo, en muchas ramas del arte. A partir de los noventa se incorpora a la música. Los teóricos iniciadores de
comete un hombre se miran de otro. Para Rosa Pastor Carballo y Amparo Bonilla Campos, los valores y significados que la cultura transmite a través de las normas de género inciden en la vivencia del cuerpo
sobre la performance fueron: Erving Goffman y John Austin en la década de los cincuenta y principios de los sesenta. Más tarde surgen importantes teóricos como: Richard Shchechner, Richard Bauman y Judith Butler, entre otros. La performatividad es uno de los elementos que consideramos en la exégesis de la construcción de los estereotipos que son objetos de estudio en el bolero. Según Judith Butler, la realidad de género es performativa solo cuando se actúa y, además, afirma que el género constituye una serie de actos que son productos de las convenciones sociales (pp. 526-527). Entonces podemos asumir que la sociedad establece unas “reglas intrínsecas” y que todo
sexuado y dificulta, principalmente en las mujeres, la constitución de una identidad autónoma (p. 1). Podemos percatarnos que la sociedad a través de la construcción subjetiva del cuerpo de las mujeres impone como “regla o norma” ciertas restricciones, atributos o inclusive impone sobre el género femenino la conducta. Algunos elementos en los cuales la sociedad dicta normas según el género pueden ser: la estética, los valores, la sexualidad, la religión… “La sociedad estipula las características, la conducta y las funciones que determinan lo que identificamos como género, sea femenino o masculino” (Reyes Rodríguez, p. 215). Veamos algunos ejemplos de comportamiento
individuo las debe seguir como norma. El bolero nos expresa, en algunas de sus letras, que esto no tiene que ser así. El género del bolero transgrede esas normas sociales. Inclusive desde la década de los cuarenta la mujer, muchas veces, rompe ese molde social y no se comporta como la simple musa o la Donna Angelicatta, sino que es protagonista en su sentir (incluyendo el carnal) y en su pensamiento. Muchas veces la sociedad establece unos modelos punitivos que son más o menos graves dependiendo del género, si los comete una mujer se miran de un modo y si los
en algunas letras de bolero: El bolero “Tan enamorada” (1952) de Luis Yáñez y Rolando Gómez presenta a la amada mediante una dicotomía muy interesante. Por un lado, se presenta agresiva anunciando su acto de besar al amado y pidiendo que la incruste en él y, por otro lado, le hace ver al amado que será suave y sutil. Esta letra se podría interpretar como el primer encuentro sexual de la amada.
15 de marzo de 2019
Tan enamorada Enamorada besaré tu voz con calor para sentirte en mí