68
Rosario Bellber González: maestra, sufragista y espiritista kardeciana Sandra A. Enríquez Seiders Un alma noble, un gran corazón de mujer, una enfermera, sin serlo, una madre, sin nunca haberlo sido, una trabajadora social, sin haberlo estudiado, una educadora, en fin una verdadera misionera, quien dedicó su vida a cuidar de nuestra niñez, la nunca olvidada Rosario Bellber. Rita R. Lang
no de mis primeros trabajos de investigación fue el de Brígida Álvarez Rodríguez. Ella fue mi bisabuela. Recuerdo que salí en busca de una educadora y me encontré con una espiritista kardeciana. Así fue cómo me interesé en buscar más sobre este tema. De hecho, comencé a entrevistar mujeres espiritistas en mi pueblo. Fue en una de esas entrevistas que una señora me regaló unas revistas espiritistas y en una de ellas había un escrito sobre Rosario Bellber. Cuando investigaba para mi tesis doctoral sobre Ricarda López Casellas, me tropecé nuevamente con Rosario Bellber González. En esta ocasión la descubrí como
de octubre de 1881, hija de Martín Bellber Ribot y Julia González. Tuvo tres hermanos: Carmelo, Francisco y Rafael. No sabemos mucho de su niñez, pero presumo que su familia no era pobre porque realizó estudios en la Escuela Normal bajo la dominación española y luego realizó cursos de verano en la Normal de Río Piedras, donde se graduó de maestra. Durante 21 años, Rosario ejerció la docencia en San Juan. Fue maestra visitante de la Escuela José Julián Acosta y allí formó un comité de estudiantes para realizar trabajo social. En una ocasión el médico escolar, el Dr. Carlos Timothée, retiró de clases a nueve
sufragista. Así es la investigación histórica, una cosa te lleva a la otra. El investigador o la investigadora se convierte en una especie de detective. Comencé leyendo el escrito de aquella revista, repasé mi primer libro, que trata el tema del sufragio, hice una búsqueda por internet, visité la Colección Puertorriqueña y me di un paseo al pueblo de Aibonito donde me encontré un tesoro. A través de este trabajo comparto con los lectores la gesta de una mujer prácticamente invisible hasta ahora en la historia de nuestro país. Rosario Bellber nació en Puerta de Tierra, el 2
alumnos por no estar en buenas condiciones de salud y se le solicitó a la Asociación de Padres y Maestros que los enviaran al campo. Rosario, que actuaba como consejera, luchó hasta conseguir una finca en Aibonito, prestada por una Asociación Protestante, y allí trasladaron a los niños. Ella se quedó al frente de ese campamento improvisado y tres meses más tarde los niños estuvieron recuperados totalmente.1Aquella colonia escolar para niños pretuberculosos, luego cambió a preventorio y más tarde se convirtió en un 1 Bellber González, Rosario. Grandes mujeres de Puerto Rico. Hato Rey: Ramallo Bro. Printing, Inc., 1975, vol. 4, pp. 273-274.
Edición especial Asuntos de Género