NO A LA DESTRUCCION DE ARBOLES Una ciudad es hermosa no precisamente por sus vidrieras ni por el lujoso frente de sus casas y edificios sino por todo aquello que la Naturaleza le ha prodigado: su arbolado, sus plazas, su río, sus áreas verdes. En estos espacios no deben instalarse ferias, restaurantes, etc. con fines “recreativos” para destinarse a explotaciones comerciales reñidas con su función. Se evitará a los árboles el “suplicio” de la contaminación acústica. (El entomólogo Robert Haak, de la Estación Experimental de Michigan, en East Lasing, corroboró la alta sensibilidad auditiva de los árboles cuando se “lamentan” y “lloran”) Un concepto claro de la función de las áreas verdes, mantener un carácter rústico, ser lo más naturales posibles, podrá establecer un equilibrio ambiental que proteja la salud física y psíquica de los habitantes. Solo de este modo servirán de contrapeso a los agobiadores elementos artificiales de la metrópolis. Organismos ambientalistas no gubernamentales vienen realizando campañas en defensa de las forestaciones públicas y privadas existentes, y la ampliación de los arbolados en todas las zonas urbanas, vigilando su protección.
Ecología & Desarrollo
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S.E.N.D.A.
FOTO NATUR MEDIA
PROTECCIÓN AMBIENTAL