tiempo, pero el rostro de Halsted no ha sufrido mayor daño, desmintiendo así las leyendas mencionadas, o al menos una de ellas. Una anécdota adicional, Osler prefería vestir con la túnica roja de Oxford, lo cual no fue aceptado por Sargent, y además tuvo que posar tantas veces que su rostro fue el último en ser retratado.
La intención del encargo (la pintura) fue inmortalizar en un retrato a los fundadores de la escuela de medicina La vida y obra de estos personajes ha sido escrita por varios de sus biógrafos, en muchos casos resaltando sus virtudes y en menor medida mostrando sus defectos. Para aquellos que deseen completar la historia de la pintura que nos ocupa, les recomiendo los siguientes libros biográficos: • William Osler, a life in medicine. Michael Bliss, England: Ed. Oxford University Press; 1999. • William Henry Welch and the heroic age of American medicine. Simon Flexner and James Flexner; Eds. Johns Hopkins University Press; 1993. • Genius on the edge: the bizarre double life of Dr. William Stewart Halsted. Gerald Imber. Ed. Kaplan Publishing; 2011.
Diez canciones contemporáneas sobre la Revolución Notas sueltas en la habitación de un médico melómano