4 minute read

Ciudades aptas para niños

Según los especialistas en vivienda sustentable de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Nación, uno no debería vivir a más de 100 cuadras del centro de una ciudad, con sus hospitales, oficinas de atención municipal, centros comerciales o bancos. Esto significa 20 minutos de auto, 45 en bicicleta o 2 horas caminando.

Fueron maestros del movimiento moderno en la arquitectura, como Le Corbusier, quienes proponían las llamadas ciudades satélite a 10 kilómetros del centro, conectándolas con vías rápidas. El maestro suizo teoriza en su libro Carta de Atenas (1933) dividiendo las actividades de la ciudad en cuatro: habitar, organizar el trabajo, espacios para aprovechar el tiempo libre, dedicados a la recreación y espíritu, y circular. Y fue siguiendo estos lineamientos que los brasileños Oscar Niemeyer y Lucio Costa proyectaron Brasilia, una nueva capital administrativa para nuestro vecino país en 1956. El problema con esta ciudad -y con las ideas de estos modernos- fue haber creído que con el urbanismo se puede limitar las actividades de las personas. Pero lo construido, si no es práctico, si no le resuelve la vida a la gente, no sirve. En Brasilia la gente terminó haciendo viviendas en lugares pensados para las oficinas, porque querían vivir cerca del trabajo, y

Advertisement

armaron canchas de fútbol en lugares que no estaban planeados para actividades deportivas ni jogo bonito .

Para los urbanistas, Brasilia no fue todo fracaso, también fue un gran aprendizaje.

Aprendimos que la ciudad debe ser inclusiva, diversa, y que su riqueza está en la mixtura de actividades. El arquitecto Jaime Lerner -también brasileño- dice que las ciudades son como el caparazón de una tortuga y no se puede separar en porciones, vivir por acá, trabajar por allá. Si rompemos el caparazón en partes, la tortuga se muere.

Hoy en día, las nuevas ideas del urbanismo proponen planificar ciudades en las cuales uno tenga todo lo que necesita en 30 cuadras a la redonda. Ciudades compactas, caminables y accesibles, conectadas al transporte público. Esto significa, por ejemplo, que deberíamos empezar a pensar una red de ciclovías que nos permitan llegar -por lo menos- desde la avenida Rosales o desde la avenida Las Heras, en bicicleta hasta la plaza 9 de Julio, tanto a los adultos como a los niños que van a la escuela del centro.

En otros países, en lo referente a movilidad y transporte, a capitales como lo es Posadas, se les está sumando infraestructura en tres frentes: para peatonales, para bici-usuarios y para el transporte público. En definitiva, todas apuntan a lo mismo, desalentar el uso del auto particular, cambiar nuestro estilo de vida y cuidar nuestro ecosistema. Gente caminando, biciusuarios y -a futuro- colectivos eléctricos, significarían el 90% menos de emisión del CO2 que emitimos actualmente.

En Melbourne, se incentivó a las personas a caminar en lugar de ir al centro en auto, haciendo del peatón la prioridad del espacio público. La mitad de los chicos que iban a clases en auto -llevados por sus padres- eligió estos corredores para empezar a ir caminando a la escuela. Incluso el 10% de los padres que llevaban a sus hijos en su auto, ahora van con ellos caminando ese trayecto. En Ámsterdam, se removieron

10.000 lugares de estacionamiento -como el del SEM en Posadas- y se aprovecharon esos espacios para tener veredas más anchas y nuevas bicisendas, todo con resultados admirables.

Una hora de estacionamiento significa 12,00 pesos de ingresos para la ciudad. Una mañana suma 48 pesos y a eso hay que multiplicarlo por los 15 autos que entran en una cuadra. Si el municipio dejara de ganar ese dinero y dedicara este espacio a ensanchar la vereda, en lugar de beneficiar a 15 automovilistas, podría beneficiar hasta a 4.000 personas por hora, que van a poder caminar por ahí. Todo por 720 pesos.

En la vereda de enfrente, en el espacio para estacionamiento se pueden hacer ciclovías, y uno de los dos carriles vehiculares centrales -que sirven a 2.300 personas en auto por hora- se podría destinar para uso exclusivo de colectivos, que llevan hasta 6.000 personas por hora. Necesitamos empezar a tener una ciudad con carriles exclusivos en serio para los colectivos, la solución al problema del tránsito no es mover más autos: es mover más gente. Y es fundamental también mejorar las frecuencias: si perdés un colectivo, tenés que saber que atrás viene otro.

A diferencia de lo que se suele hacer, los expertos recomiendan que, si se va a dejar en algún lugar estacionamiento medido, los vehículos se deben estacionar siempre entre el carril de las bicicletas y el carril de los autos. Las bicisendas no van pegadas a la avenida, los autos estacionados los separan, protegen y les dan mejor seguridad a los menores que van pedaleando.

Como dice Janette Sadik-Khan, ex directora de Transporte en Nueva York, si el espacio público funciona bien para los niños, funciona bien para todos. El diseño de calles pensadas para los niños nos muestra la manera segura, accesible, saludable e inspiradora de hacer las cosas.

J

Janette Sadik-Khan, transformaciones urbanas para la gente. 2015.

Material complementario

Presentación sobre Vivienda sustentable. Lucila Rainuzzo y Prem Zalzman. Presidencia de la Nación. Argentina, 2019

This article is from: