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Rescatando al peatón

De las principales ciudades argentinas, muchas se desarrollaron en torno a su estación de ferrocarril. La estación quedó metida en el medio del centro de la ciudad, y cuando el centro cívico estuvo a unas cuadras de esa estación, el camino entre uno y otro se convirtió en una calle comercial y a veces hasta en una peatonal. En Posadas, la candidata pudo ser la calle Córdoba desde Colón hasta el bulevar de Roque Saenz Peña que, sin dudas, se convirtió en una calle muy importante, pero no llego a ser peatonal. Hoy, en la ciudad de Posadas no hay peatonales.

La tendencia actual en las ciudades es sacar a los autos del centro, dejar un acceso solo para los bomberos, una eventual ambulancia, el recolector de residuos o el camión que recarga los cajeros automáticos, pero nada más. No hay vereda que aguante la cantidad de personas que necesitan hacer sus trámites en los bancos, en las oficinas del área céntrica. Cualquiera que venga por San Martín y agarre Colón, yendo para Santa Fe, un martes a las 10 de la mañana, se va a dar cuenta que esa parte de la ciudad no puede ser así, tan congestionada y ruidosa.

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Una vereda ocupa el 15% del ancho de la calle y la del frente otro 15%, le regalamos a los autos el 70% de nuestro espacio público. La idea es

muy simple, empecemos a invertir la ecuación. Que las personas sean la prioridad de nuestras calles, y dejemos un 30% en el medio para que pasen autos ocasionalmente.

En proporción, la Asociación Estadounidense de Direcciones de Transporte, estima que la cantidad de personas que podrán movilizarse por veredas más anchas es el doble de la actual. El único secreto es convertir en vereda ese espacio donde estacionan 15 autos de cada lado, transformando en un beneficio para cientos de personas por hora lo que ahora solo beneficia a 30 conductores en toda la mañana. ¿Qué pasa si quiero que un taxi me deje en mi oficina o si quiero entrar al garage de mi edificio? No pasa nada, el taxi va a poder seguir llevando gente a su destino y el particular va a poder seguir yendo a su casa. Lo que no pueden los taxis es circular dentro de estas áreas levantando pasajeros, igual que hoy nadie puede tomarse un taxi en la puerta de la Catedral.

Pensando en el caos del estacionamiento, la normativa actual de la ciudad de Posadas -desde 2014- obliga a los constructores a que cada departamento de un edificio tenga su cochera. En Nueva York, frente a este gran problema, fueron por otro lado más drástico: prohibieron que los departamentos tengan cocheras. Ellos consideran que -a mediano plazo- no encontrar estacionamiento te va a sacar las ganas de usar el auto y te invitan a empezar a moverte en transporte público.

El primer paso para poner en valor el centro es controlar la contaminación visual, retirar esos carteles que salen por arriba de la vereda e incluso van hasta por arriba de la calle. Carteles hechos para captar la atención del conductor, cuando este debe estar concentrado en el manejo. Luces que confunden, la luz verde de la farmacia junto al semáforo le puede jugar una mala pasada a cualquiera. Cuando se retira toda esa cartelería, empiezan a aparecer los frentes de los edificios y -detrás de las publicidades- vamos a descubrir la arquitectura escondida de nuestra ciudad.

El segundo paso es avanzar en lo que en Holanda llaman “domar a los autos”. En vez de centrarse en políticas de bicisendas y peatonales, enfocarse en controlar que ningún auto circule a más de 30 km/h, y con eso: la gente caminando y usando segura su bicicleta florece sola.

Y por último, hablemos de estas propuestas a la hora de decidir sobre el Presupuesto Participativo, se podrían hacer audiencias públicas sobre qué partes del centro podrían ser mejor sin autos. Incluso, la ciudad podría organizar consultas por internet donde cada vecino pueda entrar a una encuesta anónima online, con un usuario y contraseña para cada contribuyente que tenga su número de partida municipal.

Porque las calles sin autos se llenan de mesas al aire libre, son arboladas, con flores y se convierten en plazas lineales, en paseos.

En definitiva, tenemos una ciudad llena de vida que debe preguntarse cómo seguirá creciendo en el futuro. Entre todos, sumando acciones, podemos lograr una Posadas inteligente y seguir siendo una capital desarrollada, que nos permita siempre vivir mejor, disfrutarla más y ser felices.

Propuesta para la Av. Uruguay, 2019.

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