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La revolución eléctrica

Según la norma IRAM 11.603, nuestro país se encuentra divido en seis zonas bioambientales diversas. Cada una con características bien definidas de clima, topografía y biomas. Esto nos permite diseñar claramente un espacio confortable según cada zona, correspondiéndole a Misiones la zona 1: Muy cálido. Así, también podemos definir qué energías renovables sirven para la eficiencia energética de cada lugar y cuáles no. Por ejemplo, a nuestra zona le resulta poco interesante los avances que se están haciendo sobre biomasa para la calefacción domiciliaria en la zona 5 de la ciudad de San Juan. Allí los avances de calderas eficientes que funcionan con pellets es notable.

A nuestra zona la caracterizan las posibilidades que brinda la radiación solar. Siendo evidente esto en el crecimiento que están teniendo productos como los termotanques solares, que permiten tener agua caliente sin costos en una vivienda y con calidad en eficiencia calificada con una A. La otra parte del buen aprovechamiento de la irradiación solar es la generación de energía eléctrica. Un panel fotovoltaico nos brinda unos 300 watts y el consumo de una casa ronda los 3000 watts, la cuenta es simple: con 10 paneles al sol podemos tener energía eléctrica en nuestro

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hogar. Y ahí es donde debemos tomar una decisión, las opciones son tres y cada uno de nosotros puede elegir la más conveniente para su caso.

1Panel fotovoltaico y baterías: Esta es la opción más costosa, para tener 3000 watts, necesitamos 3000 dólares en paneles y 3000 dólares en baterías. Baterías que ocupan un espacio considerable y que cada cuatro años hay que cambiarlas, pero nos permiten tener una independencia total. Si estamos en un barrio donde hay muchos cortes de luz, o directamente donde no llega el suministro, podemos tener energía eléctrica sin problemas. Esta opción es muy elegida también por los más interesados en frenar el cambio climático, es la más cara, pero -según ellos- el único planeta que tenemos vale el desembolso.

2Panel fotovoltaico sin baterías: Esta opción cuesta la mitad que la anterior, porque solo consiste en los paneles con su tablero inversor y de allí se alimenta toda la instalación. Al no tener baterías, solo funciona de día, pero sirve mucho para lugares que no se ocupan a la noche: escuelas, oficinas, consultorios, talleres. Por nuestra ubicación, la radiación solar es suficiente para que el sistema funcione aún en días nublados. No necesita red eléctrica, y es una buena opción para ahorro institucional.

3Instalación mixta. Al igual que el anterior, esta opción solo nos cuesta la mitad que el sistema con baterías. En un hogar donde contamos con el suministro habitual de la empresa local, colocamos además los paneles en la azotea o sobre el techo y conformamos una instalación que de día usa nuestros paneles y de noche el servicio de la red.

Lo revolucionario en esta alternativa es la incorporación de un Medidor Bidireccional. Así, cuando no haya nadie en la casa o apenas se esté ocupando algún aparato mínimo: la energía que sobra de los paneles, va

al poste de luz para que esa energía la pueda aprovechar otro vecino. Mi medidor en este caso va a contar tanto lo que consumo como lo que devuelvo, y va a descontarnos de la próxima factura eso que mandamos a la calle. Dicho en otras palabras, nos da créditos para que no nos cobren lo que se consume de noche. Así, de día uso mis paneles, y de noche uso los créditos que gane gracias a vender lo que me sobró.

En conclusión, el consumo de mi factura termina siendo: cero.

Esto puso nerviosa a más de una empresa y cooperativa de energía eléctrica y en noviembre pasado se sancionó la ley 27.424 que regula el uso del medidor bidireccional. La solución a todo esto es implementar que el Kw que usemos de la empresa prestadora va a costar 6 pesos y por el Kw que devolvemos a la red para que use un vecino, la empresa nos va a reconocer la mitad, 3 pesos. Porque ellos se ocupan de mantener el tendido de la red. Polémico, pero a los fines del ahorro: todo suma.

El panel fotovoltaico es la llave, se ha vuelto una más de las commodities: una verdadera materia prima para nuestro futuro. Cuando escuchamos reclamos como el de la adolescente sueca Greta Thunberg ante el Parlamento de las Naciones Unidas, en Nueva York. O cuando vemos convocatorias como la del viernes organizada por Fridays for future participando de la Marcha mundial por el clima, en la Plaza de los dos Congresos. Llega un momento en el que debemos empezar a preguntarnos qué podemos hacer desde nuestro lugar en el mundo, desde nuestras casas, para ayudar a nuestro ecosistema, cada pequeño aporte suma en salvar el planeta para las generaciones futuras. Esperemos que los gobiernos oigan estas voces, den el ejemplo a los pueblos y empiecen a utilizar energías renovables lo antes posible.

El Estado como principal promotor del uso de energías limpias.

Biopiscinas, explicación sobre las piscinas naurales. Colombia, 2019.

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