ZORRO POLAR
El zorro polar (Alopex Lagopux) o zorro ártico puede ser un mamífero pequeño, pero lo que le falta en tamaño lo compensa en habilidades de supervivencia. Es un animal extremadamente resistente, y se ha adaptado bien a la tundra ártica que llama hogar. Características: Para vivir en estos lugares fríos, el zorro polar tiene varias adaptaciones que les permiten sobrevivir. Sus cuerpos redondos y compactos minimizan la superficie expuesta al aire frío. Su hocico, orejas y patas son cortos, lo que también conserva el calor. La mayor característica que define al zorro polar es su pelaje profundo y grueso que le permite mantener una temperatura corporal constante. También tienen pelos gruesos en las patas, lo que les permite caminar sobre la nieve y el hielo. También tienen capas gruesas de grasa que les ofrecen el aislamiento que necesitan. Incluso tienen pieles que se encuentran en la planta de los pies. Esta
es una característica de su anatomía que les permite mantener su calor corporal. También les permite moverse sobre el hielo sin caerse y con gran agilidad. Presentan orejas muy largas y puntiagudas en la parte superior. También tienen una nariz larga que no es muy ancha. Ambas características les permiten tener un gran sentido del olfato y pueden ver muy bien por la noche. Eso es importante porque son animales nocturnos. El zorro polar cambia el color de su pelaje según las estaciones. En invierno son blancas para mezclarse con la nieve, mientras que en verano se vuelven marrones. Comportamiento: La tundra no es un lugar fácil para vivir. Es estéril, rocoso y sin mucha vegetación. El zorro polar está muy bien adaptado a sus temperaturas, y han asegurado un nicho donde hacen lo mejor de casi cualquier situación.
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