hectáreas de las distintas clases de suelo, con el objeto de llegar a determinar su valor catastral. De este modo además, se puede conocer cómo se ejerce la tenencia del inmueble (como propietario, arrendatario, poseedor, etc.); el tipo de ocupación del lote (si existe edificaciones o no); la información del tenedor del inmueble (su ocupación e ingreso económico mensual); la forma del inmueble y las características principales de las edificaciones; los servicios públicos que dispone el mismo (agua potable, energía eléctrica, alcantarillado, etc.); las dimensiones del inmueble y el uso del predio (vivienda, local comercial, etc.) (Benavides, 2015). Hay que considerar que para el avalúo de los inmuebles se considera el precio comercial del suelo y de la construcción (indudablemente comparando inmuebles ubicados dentro de un mismo sector y que presenten características similares). Componente jurídico El componente jurídico se refiere a la titularidad de dominio, derecho de propiedad o posesión del inmueble, es decir, permite conocer la tenencia de la propiedad inmobiliaria. Este componente del catastro es trascendental, toda vez que a través de la información incluida en el mismo, se hacen viables las transferencias del dominio de los inmuebles de una manera segura, debido a la confiabilidad de los datos contenidos en ese documento, lo cual hace que tanto quien enajena el inmueble como quien adquiere el mismo, tengan la seguridad de la legalidad y legitimidad del negocio jurídico que están efectuando; y no solo ellos gocen de esta seguridad en las transacciones inmobiliarias, sino también las personas que, de manera secundaria, intervienen en las solemnidades que requieren este tipo de actos, es decir, notarios, registradores de la propiedad e incluso los jueces (en aquellos litigios en los que se esté disputando la propiedad de determinado inmueble). 2.2. FINALIDADES DEL CATASTRO En la propia definición del catastro está implícita su finalidad primaria, que no es otra que disponer de un inventario y registro de los bienes inmuebles de un territorio o país. Como finalidad secundaria, cabe considerar cualquier uso del mismo que pueda derivarse precisamente de la disponibilidad de dicha información, constituyendo un servicio público que cubre necesidades básicas para cualquier país o ciudad. Entre las finalidades secundarias están las siguientes:
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