30 minutos o muerto
CUENTO
Eduardo Acuña Martínez Hola. Permíteme contarte la me-
que fácilmente podríamos ser tú o
jor historia que tengo para ofrecer
yo: con algo de sobrepeso, y cuya
después de varias horas de procras-
vida ha visto días con más gloria y
tinar. Por favor no lo tomes a mal,
menos porno.
estaba haciendo cosas de vital im-
Nacho es cinéfilo, melómano, ego-
portancia como ver videos en You-
céntrico, cafeinomano, y muchos
tube que mostraban en cámara ge-
más términos que él utiliza para
nialidades como ¿Qué se encuentra
presentarse de forma interesantí-
en el interior del cascabel de una
sima, con las chicas nuevas que
serpiente,
cuando
conoce en sus pobres
este es partido
(pero constantes)
a la mitad
intentos
con una na-
conseguir un
vaja?
poco de sexo.
Tenía el revolver
La
apuntado
verdad
por
es
que no la tiene tan
contra la sien. Las lágrimas
mal como otros en el aspec-
se deslizaban una a una por sus me-
to económico: tiene un puesto ele-
jillas, sentía como todo le temblaba:
vado como ingeniero en sistemas
“perdóname” seguía repitiendo.
trabajando para Pemex, un depar-
Estaba listo para mandar todo al
tamento en la Colonia Del Valle, y
infierno. De repente, alguien llamó
maneja un hermoso Camaro ama-
a la puerta: “Domino’s Pizza”
rillo con rayas negras. ¿Cuál es el
Esta es la historia de Ignacio Pérez
problema con este llorón entonces?
Martínez: un hombre de 30 años,
Ignacio dice que jamás se entregará
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