ESCRITORES Arriaga Jesús
en
Stand Up History Mario Fernando García Semblanza
3 en la Ciudad Nacido el 24 de abril de 197 de México, D. F. bién ha sido proAbogado de profesión, tam r, actor, empresafesor universitario , escrito es sociales. rio, guionista y activo en red lo escalofriante Es amante de lo fantástico, de las ciencias, la y lo extraño, pero también maravillas natuhistoria, los animales y las rales. rarlo disfrutando Es más frecuente encont en algún evento de una buena película que social.
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A ver, ya se la saben. Carteras y celulares de los nuevos.
y, perdón. Es la costumbre. Y es que no se crean que uno es así por malora. Me presento, soy Jesús Arriaga, pero en el barrio me conocen como Don Chucho, o como me dice la banda, Chucho el Roto.
y ella, la niña rica y hermosa. Si algo nos han enseñado las telenovelas, es que eso solo podía terminar de una manera; ella embarazada y yo en la cárcel. Ya saben, ¡maldita pobreza! Su familia no toleró que yo fuera pobre, me acusaron de robo y de maldito lisiado y me mandaron al tambo. Fue entonces que me gané el apodo de “Roto”, porque se me ocurrió ir bien vestido al juicio, por aquello de que como te ven te tratan. Pero el juez me hizo bulling y se burló de mi, por creerme un “roto” o fifí, como les dicen ahora. Al final me mandaron a la cárcel, a pesar de ser inocente, y ahí se podría decir que nació mi leyenda. Poco tiempo después de mi encierro, hubo una visita de unos ñores muy importantes. En un descuido, me les colé en su grupo, y hasta conseguí que liberarán a unos de mis compañeros, con quiénes formé mi banda.
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o puedo decir que me siento orgulloso, pero tampoco es que en aquellos años tuviera muchas opciones. Yo era un criminal buscado, y todavía no existía el PRI para poder dedicarme a la política. Eso sí, yo jamás lastimé a nadie. Todos mis robos los realizaba con ingenio y astucia, nunca con violencia. Yo si era amigo de los pobres y necesita-
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la verdad es que yo nunca pensé en ser famoso, ni mucho menos ser el Robin Ood mexa, pero pos’ ya saben, los caminos de la vida no son como yo pensaba, no son como imaginaba, no son lo que yo creía.
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a neta, yo era bien feliz como ebanista. Pero uno de esos días, un don llamado Frizac, me contrató para hacerle unos trabajos, y ahí conocí a su hija, Matilde, y pues ya de imaginarán. Yo, el humilde provinciano de buen corazón, 30