Revista Red de Innovadores - Aapresid Nº 171

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Empresas socias de Aapresid


contenido 05

Editorial

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Ciencia y Agro El uso del glifosato sigue siendo tema de agenda

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Ciencia y Agro

Aportes de la nanotecnología para una agroproducción sustentable

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Regionales El Nodo Sur de visita por Río Negro

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Regionales Combate de plagas y enfermedades en cultivos de cosecha

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Suelo Secuestro de carbono bajo distintos usos en suelos de la pampa arenosa

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Suelo

Prospectiva Australia, ejemplo de modernización en gestión del agua

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Prospectiva Sumate como tester de Agtech

Métodos geofísicos para evaluar la contaminación de feedlots

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Cultivos de servicio Los cultivos de servicio pueden modificar el partón de nodulación de la soja

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Tecnología El universo ‘nano’ prepara su desembarco en el agro

Plagas Alerta: Chinche de la soja

AC Monte Buey, el primer municipio verde

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AC Agricultura Sustentable Certificada, un sello de calidad que se actualiza

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Agenda



Editor Responsable: Ing. Alejandro Petek Redacción y Edición: Lic. Victoria Cappiello Colaboración: R. Belda, C. Buffarini, Ing. T. Coyos, Ing. F. Del Cantare, Ing. A. Donovan, G. Durando, Ing. F. Lillini, Ing. A. Madias, Ing. M. Marzetti, Ing. T. Mata, Ing. S. Nocera, Ing. M. Rainaudo, Ing. L. Ventroni. Desarrollo de Recursos (Nexo): Ing. A. Clot, M. Morán, Lic. Rocío Ruíz. Diseño y Diagramación: Dg. Gabriela Leys.

editorial Una herramienta para la construcción de consensos a través del diálogo Municipio Verde es un Sistema de Gestión, una herramienta que aporta método a la construcción social mediante el diálogo entre todos los actores involucrados: sector público, habitantes, técnicos, productores y empresas de servicios; con el fin de instrumentar soluciones en pos de la certidumbre y la transparencia de los procesos productivos extensivos, semi intensivos, hortícolas, florícolas, frutícolas y orgánicos en las áreas de intersección e interacción entre la vida urbana y las producciones agrícolas mencionadas. Desde hace más de tres años el Programa Aapresid Certificaciones junto a funcionarios públicos de diversos niveles de decisión, los distintos actores de la comunidad agroalimentaria y personas de fuerte compromiso con la sustentabilidad ambiental, social y económica de algunas localidades, permitieron recoger importantes experiencias, dando origen al Protocolo de Municipio Verde a partir de la base conceptual del protocolo de ASC, el documento de pautas del Ministerio de Agroindustria de la Nación y numerosas ordenanzas para las áreas periurbanas de todo el país, en la búsqueda de un patrón común y homogéneo que pudiera complementar al marco legal vigente y aplicable existente y permitiera sumar a ello el mejor conocimiento técnico científico disponible. Las experiencias mencionadas iniciaron a modo de piloto en la localidad de Bandera en el sudeste de la Provincia de Santiago del Estero. Allí de la mano de Pablo López Anido y el Intendente de la localidad Guillermo Novara, tuvimos la posibilidad de probar en el territorio y con los actores in situ la potencialidad de este esquema de gestión y certificación. Como fruto de este proceso se logró implementar una ordenanza acorde a las necesidades de la comunidad, aunque no se llegó a certificar. Simultáneamente a estas acciones la consigna de Municipio Verde fue llevada a un extenso listado de ciudades y pueblos

Dorrego 1639 Piso 2 Of. a tel. 0341 426-0745/46 aapresid@aapresid.org.ar www.aapresid.org.ar La publicación de opiniones personales vertidas por colaboradores y entrevistados no implica que sean necesariamente compartidas por la dirección de Aapresid. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos sin la autorización expresa del editor.

de todo el país, con especial foco en las Provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Este nuevo protocolo fue escrito desde su origen en formato de Norma, luego de la experiencia adquirida en el IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación) por el equipo de Certificaciones durante la confección de la NORMA IRAM 14130. Estar certificado significa que el municipio y los actores involucrados cumplieron con todos los requisitos que establece el mencionado Sistema de Gestión y, que además, una tercera parte externa auditó todo el proceso y emitió un certificado, para dar garantías de sustentabilidad y transparencia a las comunidades acerca de los procesos productivos dentro del alcance de la certificación. Los dos primeros municipios en lograr la certificación de Municipio Verde son Monte Buey y Cosquín en la Provincia de Córdoba. Desde Aapresid felicitamos a estas comunidades por este hito y el gran compromiso con la sustentabilidad, ambiental, social y económica de su gente. Jose Luis Tedesco Vicepresidente Aapresid

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Ciencia y Agro

El uso del glifosato sigue siendo tema de agenda Ciencia y Agro.

Por: Permingeat, H.

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La comunidad científica insiste en la importancia de un manejo integrado de malezas, mientras trabaja para conocer realmente la acción que este herbicida tiene en el ambiente y la salud. En el marco de la 252da Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, por sus siglas en inglés), se realizó un simposio sobre glifosato. Durante el encuentro, se consideraron los aspectos técnicos, ambientales y de evolución de resistencia por parte de las malezas para esta molécula tan utilizada y, al mismo tiempo, cuestionada. La revista Pest Management Science publicó una edición especial con una serie de artículos y revisiones en relación al glifosato, en los que se actualizan diversos temas que preocupan en torno a este herbicida. El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo. Forma parte de un paquete tecnológico asociado a los cultivos genéticamente modificados resistentes al herbicida y en la mayoría de los casos, bajo sistemas de siembra directa. El glifosato, además, estuvo en el foco de estudios científicos de manera muy importante. El número de publicaciones científicas y patentes relacionadas con el glifosato aumentó a casi 20.000 en los últimos 40 años, y la mayoría de ellas se dieron en los últimos 15 años (Duke, 2018), compitiendo con el 2,4-D, que es el herbicida más estudiado en la historia. Su uso tan difundido resultó de gran ayuda para los agricultores, ya que simplificó y redujo el costo del manejo de malezas y se obtuvieron mejores resultados frente a los múltiples herbicidas que antes se necesitaban para manejar adecuadamente los cultivos. Razones económicas y de eficacia derivaron en este éxito excepcional, que fue detallado en muchas


publicaciones. Además, dicha tecnología redujo el impacto ambiental del manejo de malezas a través de reducciones del uso de labranza, el uso de combustibles fósiles y el uso de herbicidas tóxicos. En este sentido, se habla de la “edad de oro” del manejo de malezas por tratarse de un manejo simple, económico y extraordinariamente efectivo, con un impacto ambiental reducido, y mediante el uso de un ingrediente activo que se consideró no tóxico para los humanos. La propia molécula del glifosato y su producto de degradación (ácidos aminometilfosfónicos, AMPA) tienen una toxicidad aguda y crónica muy baja (Duke, 2018). Sin embargo, estos aspectos vinculados al impacto ambiental y al bajo riesgo para la salud, son altamente cuestionados por la sociedad. Green (2018), analiza el uso actual del herbicida y apuesta a su futuro. El autor afirma que más de la mitad del glifosato usado en el mundo (56% de los 8,6 mil millones de kg estimados que se usan en cultivos resistentes), representa más de la mitad de los 180 millones de hectáreas de los cultivos modificados genéticamente sembrados en 2015. Pese a que la patente del glifosato y de los cultivos genéticamente modificados ha caducado, nada indica que la molécula haya perdido interés en el sector agrícola. El problema se plantea con las malezas que evolucionaron como resistentes al herbicida, particularmente porque el control de malezas se centró exclusivamente en el uso del glifosato. Desafortunadamente, la mayoría de las malezas resistentes al glifosato son también resistentes a otros herbicidas (esta situación se da con 97 especies de malezas, tanto de monocotiledóneas como de hoja ancha, en todos los continentes). Estas malezas resistentes a múltiples herbicidas representan una amenaza para las prácticas actuales de producción de cultivos y dejan a muchos agricultores casi sin opciones de manejo químico de malezas. Las malezas resistentes al glifosato están

obligando a los agricultores a usar grandes volúmenes de herbicidas parcialmente efectivos que apenas se utilizaron desde la introducción de los cultivos resistentes al glifosato. Los productores perdieron el beneficio de usar menos herbicida debido a estas malezas (Heap and Duke, 2018). Actualmente, se está desarrollando una “tercera generación” de cultivos resistentes al glifosato en combinación con otros herbicidas. El enfoque principal es el cultivo de triple resistencia (al glifosato, al glufosinato y a otro tipo de herbicida). Estas combinaciones permitirán nuevas formulaciones de herbicidas para combatir las malezas al combinar mecanismos de resistencia para reparar los sistemas de cultivo con resistencia al glifosato. Un importante líder empresarial afirmó recientemente que el enfoque de cultivo de triple resistencia podrá eliminar la resistencia a las malezas para 2050. Esperemos que el líder sepa acerca de nuevos herbicidas de amplio espectro con nuevos modos de acción que aún no se hayan anunciado públicamente (Green, 2018). A pesar de haber sido ampliamente aprobados por muchas agencias reguladoras gubernamentales, los cultivos resistentes al glifosato siguen siendo noticia por los posibles efectos en la salud. El problema se reinició en 2015 cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) publicó una monografía que hablaba acerca del glifosato y que es “probablemente carcinogénico para los humanos”. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y otros organismos llegaron a la conclusión en la cual el glifosato probablemente no es un carcinógeno, pero la tormenta de fuego sobre su seguridad continúa tanto en la prensa popular como en las publicaciones científicas. Asimismo, surgen inquietudes acerca de la seguridad de las formulaciones de glifosato que contienen el etoxilato de amina de sebo original como surfactante. Este tipo de surfactantes tiene problemas de

toxicidad acuática y ocular que se suelen abordar con restricciones de aplicación obligatorias y requisitos para que los operadores usen Equipo de Protección Personal (EPP). Es esperable que continúe el alto nivel de preocupación pública por el glifosato y la seguridad de los cultivos resistentes, lo que conduce a la prohibición del glifosato en algunas áreas así como gran parte de Europa continuará prohibiendo la producción de cultivos resistentes a glifosato. Sin embargo, estas restricciones no reducirían la cantidad total de glifosato utilizado en los cultivos resistentes a nivel mundial (Green, 2018). En síntesis, el glifosato será uno de los herbicidas que se continuará utilizando en los sistemas de producción a nivel global. Sin embargo, es imprescindible abordar un manejo integrado de malezas para controlar la evolución de especies y biotipos resistentes a este herbicida. También es imprescindible continuar estudiando esta molécula desde un punto de vista toxicológico y poniendo foco en su impacto en el ambiente y la salud. Esto permitirá conocer realmente su acción para la población de riesgo y también para el ambiente, considerando la necesidad de producir de manera sustentable. Referencias: Duke, S.O. (2018). The history and current status of glyphosate. Pest Manag Sci, 74: 1027–1034. Green, J.M. (2018). The rise and future of glyphosate and glyphosate-resistant crops. Pest Manag Sci, 74: 1035–1039. Heap, I. and Duke, S.O. (2018). Overview of glyphosate-resistant weeds worldwide. Pest Manag Sci, 74: 1040–1049.

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Ciencia y Agro

Aportes de la nanotecnología para una agroproducción sustentable La nanotecnología mejora la eficiencia, la precisión, reduce costos, garantiza la seguridad de los productos fitosanitarios y promete revolucionar la agricultura y los sistemas alimentarios. Ciencia y Agro.

Por: Permingeat, H.

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La “Primera Conferencia Internacional sobre Aplicaciones de la Nanotecnología e Implicancias de los Productos fitosanitarios hacia una Agricultura y Sistemas Alimentarios Sostenibles” tuvo lugar en noviembre de 2016, en Beijing (China), y allí se destacó la importancia de estas novedosas herramientas en la agricultura del futuro. Esta agricultura no sólo deberá conseguir mayor productividad en las cosechas y mayor calidad de alimentos, sino que deberá enfrentar situaciones reales de problemas ambientales (suelos degradados, mayor variabilidad climática, emisiones de gases de efecto invernadero, mayor demanda de agua) y preocupación por la disponibilidad

y el costo de la energía. También deberá considerar aspectos vinculados con el cuidado de la salud de la población. Durante el encuentro, científicos líderes a nivel mundial discutieron una amplia gama de temas relevantes vinculados a eventuales soluciones nanotecnológicas para las problemáticas descritas, entre ellas: la entrega de productos fitosanitarios nanoencapsulados, los beneficios de los nanomateriales diseñados para mejorar la producción de cultivos, los sensores y detectores basados en nanotecnología para la agricultura de precisión, monitoreo del medio ambiente, la salud y la seguridad, las implicancias económicas, legales y sociales de la nanociencia, la importancia de la comunicación, la educación y la percepción pública para la adopción de productos fitosanitarios basados en nanotecnología. También se discutió el futuro papel de la nanociencia y la nanotecnología para una agricultura sostenible, los alimentos derivados y la conservación de los recursos naturales del sistema. La nanotecnología y la nanoescala tienen


el potencial de revolucionar la agricultura y los sistemas alimentarios. La ciencia y la ingeniería a nanoescala desempeñan un papel importante en la creación de una agricultura y un sistema alimentario más seguros y productivos. La cadena de suministro de alimentos será afectada por la utilización de la nanotecnología en cada punto del sistema a lo largo de la cadena de suministro, desde la producción hasta el consumo, y conducirá a avances revolucionarios en la “reingeniería” de cultivos y microorganismos a nivel genético y celular (Scott y col., 2018). Uno de los aspectos que más nos preocupan como sociedad en relación a la producción agropecuaria es la aplicación de productos fitosanitarios sobre los cultivos, tanto en las áreas rurales como en las periurbanas. El impacto ambiental de dichas aplicaciones es severamente cuestionado por la sociedad y el impacto sobre la salud se manifiesta más preocupante cuando la densidad poblacional aumenta (periur-

banos). Son varios los temas que deben considerarse respecto de las ventajas de aplicar nanotecnología como herramienta para abordar esta preocupación. En esta ocasión, es interesante destacar dos de estos temas: la formulación inteligente de productos fitosanitarios y la evaluación de riesgos a los que deben someterse las nuevas formulaciones. En relación al primero de estos temas, la mayoría de los ingredientes activos de pesticidas son compuestos orgánicos, insolubles en agua, que deben agregarse con un “vehículo”, disolvente, emulsionante, dispersante y otros ingredientes auxiliares, y debe procesarse en una formulación adecuada para facilitar la aplicación del aerosol en el campo. El 70% de la pérdida y la tasa de descomposición del pesticida en el follaje del cultivo es causada por el escurrimiento, es decir, la deriva de la pulverización durante la aplicación en el campo. Así, la utilización real de la

absorción del “objetivo” biológico (insecto plaga, por ejemplo) es sólo inferior al 0,1% del producto aplicado. Zhao y col. (2018) sugieren en su artículo que las formulaciones novedosas que utilizan nanotecnología mostraron un gran potencial para mejorar la eficacia y seguridad de los pesticidas. Estos autores discuten varios problemas y estrategias científicas relacionadas con el desarrollo de formulaciones de pesticidas basadas en nanoescala. Entre ellas destacan: a) La construcción de nanoformulaciones de productos fitosanitarios a base de agua, lo que mejora la solubilidad y la dispersión en agua, la cobertura uniforme de las hojas, la eficacia biológica y la compatibilidad con el medioambiente, gran área de contacto como resultado del tamaño pequeño de partículas y la eliminación de solventes orgánicos en comparación con las formulaciones convencionales.

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Ciencia y Agro

b) El mecanismo de deposición no planificada y la transferencia de dosis del sistema de nanodistribución de pesticidas, donde los sistemas de nanodistribución forman dispersiones estables, aumentan la eficiencia y mejoran el comportamiento de humedecimiento y propagación en la superficie de la hoja como resultado de la modificación de los pesticidas por afinidad de las hojas. Además, las nanopartículas de pesticidas se depositan y se adhieren favorablemente a la superficie del follaje, lo que lleva a un aumento de la tasa de retención y una menor dosis de pulverización. c) El mecanismo sobre el aumento de la biodisponibilidad de la formulación de pesticidas a nanoescala, que tienen un tamaño de partícula más pequeño y un área de superficie específica más grande, lo que puede aumentar efectivamente la cobertura, la adhesión y la permeabilidad de la plaga. Además, las formulaciones en nano pueden afectar los modos de acción y las rutas de transferencia de los pesticidas convencionales al introducir la modificación del blanco de los insectos y mejorar la liberación del ingrediente activo. d) Los impactos de la nanoformulación en la degradación natural y la bioseguridad de los residuos de productos fitosanitarios, ya que se deben desarrollar nanomateriales seguros y biodegradables. Los autores afirman que las formulaciones de pesticidas basadas en nano aportan mejoras beneficiosas en las propiedades y comportamientos de los pesticidas tradicionales. Estos nuevos productos fitosanitarios brindarán múltiples beneficios, como la reducción del uso de productos químicos y, posteriormente, la menor contaminación del agua y también residual de los productos alimenticios, el uso eficiente de los recursos agrícolas y el aumento de la calidad del suelo y el ambiente. Sobre los riesgos a los que deben someterse dichas nuevas formulaciones, Walker y col. (2018) señalan que hay ingredientes inertes utilizados en formulaciones convencionales de pesticidas que existen en

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nanoescala (algunos usados como ingredientes activos y otros como surfactantes), y que ya se incorporaron a una gama de productos para la protección de cultivos. En la mayoría de los casos, estos materiales tienen una larga historia de uso seguro. En su artículo, los autores proponen una evaluación del riesgo ecológico de los nanoplaguicidas para su aprobación de comercialización. Los responsables de las agencias reguladoras gubernamentales, el sector académico, la investigación y la industria agroquímica deben involucrarse, opinar y ofrecer una perspectiva sobre las consideraciones relevantes relacionadas con la fase de “formulación del problema de la evaluación del riesgo ecológico” de los pesticidas nano-habilitados. La formulación de problemas brinda una oportunidad importante para definir adecuadamente el alcance de una evaluación de riesgos e integrar las necesidades de los gestores de riesgos y los tomadores de decisiones, quienes en última instancia deciden cómo y cuándo pueden introducirse de manera segura en el mercado los productos químicos. El enfoque propuesto se basa en una serie de preguntas generales que guían el proceso. El paso crucial es determinar qué información es necesaria para caracterizar las nuevas propiedades de la formulación de pesticidas nano-habilitados. El uso de nanomateriales en formulaciones (como nanotransportadores, nanocápsulas) puede alterar significativamente el destino de los ingredientes activos en el suelo. Los autores describen un marco simple para ayudar a los evaluadores de riesgos a determinar cómo la formulación puede afectar la movilidad y la persistencia del ingrediente activo. El mismo se basa en la conocida persistencia y movili-

dad del ingrediente activo y la durabilidad del pesticida nano-habilitado. Esta etapa de control y medición de impacto o riesgo ofrece garantías para un uso racional e inteligente de productos fitosanitarios. Como conclusión, es posible afirmar que la nanotecnología, al mejorar la eficacia, la eficiencia, la precisión, la capacidad de control, la reducción de costos y la seguridad garantizada de los productos fitosanitarios, puede crear soluciones innovadoras para avanzar hacia la sostenibilidad de un sistema global de agricultura y alimentación, lo que beneficia a toda la sociedad. Referencias: Scott, N.R.; Chen, H.; Cui, H. 2018. Nanotechnology Applications and Implications of Agrochemicals toward Sustainable Agriculture and Food Systems. J. Agric. Food Chem, 66: 6451−6456. Walker, G.W.; Kookana, R.S.; Smith, N.E.; Kah, M.; Doolette, C.L.; Reeves, P.T.; Lovell, W.; Anderson, D.J.; Turney, T.W.; Navarro D.A. 2018. Ecological Risk Assessment of Nano-enabled Pesticides: A Perspective on Problem Formulation. J. Agric. Food Chem, 66: 6480−6486. Zhao, X.; Cui, H.; Wang, Y.; Sun, C.; Cui, B.; Zeng, Z. 2018. Development Strategies and Prospects of Nano-based Smart Pesticide Formulation. J. Agric. Food Chem, 66: 6504−6512.

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Prospectiva

Australia, ejemplo de modernización en gestión del agua Después de atravesar

una crítica situación hídrica, el Estado australiano junto a productores realizaron acciones que permitieron superar y evitar futuras sequías. En mayo de 2018 se realizó el Australian Irrigation Education Tour, una gira técnica organizada por la empresa Rubicon para observar los distintos mecanismos de riego implementados en Australia.

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Entre los participantes, estuvieron Luis Urriza, subsecretario de Agricultura de Nación; Santiago Nocelli Pac y Diego Heinrich, de Aapresid; Rubén Villodas, director de Recursos Hídricos en Irrigación de Mendoza; Martín Pasman, presidente de Industrias Valmont Argentina; Hugo Ghio, director de BioCeres y socio fundador de Aapresid; Martin Baya, director ejecutivo de Irrigate. También formaron parte de la comitiva el Intendente de Riego de Pedro Luro en la Corporación de Fomento del Río Colorado (CORFO), Juan Ignacio Carbó y Diego Echegaray, gerente técnico del Consorcio Hidráulico del Valle bonaerense del Río Colorado.


Durante la visita se mantuvieron reuniones con funcionarios de gobierno y se trataron temas como la respuesta a la sequía del milenio y la inversión en modernización de riego. El secretario de Agricultura del Departamento de Desarrollo Económico proporcionó una visión general de la amplia gama de inversiones en tecnología agrícola que se están haciendo y que permiten posicionar mejor la industria alimentaria asegurando un crecimiento sostenible a largo plazo. Debido a la extracción excesiva de agua del río Murray, se han visto degradadas varias zonas de importante valor medioambiental situadas alrededor de los 2.500 km que mide el río. Además, la zona agrícola en la que se cosecha un tercio de los alimentos distribuidos en Australia se encuentra en la cuenca de este río. El programa Living Murray se estableció con el fin de rehabilitar las zonas más importantes del río y reducir la extracción de agua sin afectar la producción agrícola sostenible. El enfoque principal del programa fue renovar las infraestructuras hídricas de transporte y distribución que resultaban poco eficaces. Los anfitriones explicaron que las distintas zonas de riego de la cuenca perdían el 30% del agua sustraída del río durante el transporte y la distribución. La recorrida también incluyó la visita a la localidad de Shepparton, donde se pudo apreciar la operación del Distrito de Irrigación Goulburn-Murray (GMID), que se encuentra totalmente automatizado con la tecnología de Rubicon y es administrado por Goulburn Murray Water. El área operativa cubre 68.000 kilómetros cuadrados con 400.000 hectáreas de tierra irrigada. El GMID tiene alrededor de 14.000 regantes y 4.300 reguladores automáticos. En cercanías de la localidad de Coleambally se visitaron establecimientos de Coleambally Irrigation, la cuarta cooperativa de agricultores más grande de Australia, responsable del manejo del riego en dicha localidad. Cuando este grupo de pro-

ductores se enfrentó a una disponibilidad de agua cada vez menor, la cooperativa decidió modernizarse para proteger las prácticas agrícolas de sus miembros. Así, la automatización de su distrito les permitió ser la primera zona con riego por gravedad en Australia que logró el 90% de eficiencia de distribución. En la localidad de Griffith se realizó una pequeña gira con representantes técnicos de Murrumbidgee Irrigation, una de las empresas más grandes de irrigación privada que presta servicios a más de 3.300 establecimientos, propiedad de más de 2.500 clientes dentro de un área de 670.000 hectáreas. Desde 1996 usan el software de gestión de Rubicon y actualmente están implementando un programa de modernización que les permite ahorrar gran cantidad de agua. A partir de lo observado en el tour, Diego Echegaray destaca el sistema bajo el que opera la gobernanza del recurso hídrico luego de la catastrófica sequía del milenio sufrida en Australia. De esta manera, retoma las principales diferencias con nuestro país.

Diferencias entre Australia y el valle de CORFO

Los sistemas de riego en Australia son manejados por entes constituidos por los mismos usuarios o compañías privadas. En todos los distritos visitados, coinciden en que el sistema es más eficiente que cuando lo manejaba el Estado. Este tipo de experiencias son incipientes en nuestro país, con algunos modelos que están tendiendo a este sistema, sobre todo desde la red secundaria hasta la propiedad del productor. Respecto al sistema de entrega de agua, en Australia es a la demanda a diferencia de CORFO donde es a la oferta, al igual que la mayoría del país. Hay un mercado del agua donde el valor del gigalitro cotiza en bolsa, lo que le da transparencia al sistema. De esta manera, el cobro del agua es por volumen utilizado e incluye también el costo de mantenimiento y operación del sistema más un

plus por precio del mercado, según oferta y demanda del año. En nuestro país el derecho de agua es intransferible. En CORFO se cobra el valor de operación y mantenimiento del sistema, y no el volumen utilizado; por lo que, con la disminución de los caudales del río Colorado, al productor le resulta más caro el litro de agua recibido.

Ventajas del sistema australiano

Según explica Echegaray, debido a la gran crisis hídrica atravesada, el gobierno australiano trabajó junto a los productores para modernizar el sistema de riego y se mejoró todo lo referido a la gestión de agua. Hay sistemas de riego con más de 400.000 hectáreas totalmente automatizados, en los que el productor solicita el agua en su compuerta y el operador de forma remota verifica su estado de cuenta y le entrega los litros de agua requeridos en el momento pactado. Las mayoría de las obras de modernización destinadas a mejorar el sistema son financiadas por el Estado. El agua que ahorra el Estado australiano, la deriva porcentualmente para consumo humano, medioambiente, agricultura o la reserva para momentos de crisis. En este sentido, tiene un gran volumen de reserva que le permite a los productores guardar agua de una campaña para otra. A su vez, los ríos están redireccionados de zonas no productivas a zonas productivas y el agua se puede transferir de una propiedad a otra a más de 1000 km de distancia. Las zonas productivas son de muy baja pendiente, del orden de 0,1 o 0,2%, por lo que prácticamente todos los canales son de tierra y de grandes secciones debido a la pendiente. Los riegos son totales y no complementarios, por eso es difícil que el productor migre a los sistemas presurizados como pivote en los cultivos extensivos, ya que los limita el costo energético y la mayoría de los campos bajo riego ya están sistematizados.

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Prospectiva

Agtech

Sumate como tester de Agtech Agtech ya tiene el espacio de testeo de aplicaciones y vos podés ser parte del equipo de testing. Aapresid Agtech busca generar un espacio digital ordenado y abierto a todo el público, donde se encuentren desarrolladores de tecnologías con productores y toda la comunidad agroalimentaria. Al momento se han sumado desarrolladores que ofrecen soluciones digitales

para el monitoreo de plagas, riego, ambientación de lotes, entre otros. Entre todas las funcionalidades de la plataforma, se desataca el servicio de testing de Agtech por socios Aapresid. Existe poca información disponible para los productores o usuarios sobre las tecnologías disponibles actualmente. Si bien el marketplace permite visualizar estas tecnologías, el servicio de testing brinda una oportunidad de vivir el aprendizaje y la implementación en primera persona. En conjunto con startups y especialistas, se elaboró un protocolo de pruebas de usabilidad adaptable a una amplia gama de tecnologías, para que productores con perfiles muy variados puedan dar feedback a las startups y empresas, incrementando aún más el vínculo entre el lote y los desarrolladores.

¡Sumate como tester y conocé los beneficios!

¿Cómo sumarse?

01

Contactate con rainaudo@aapresid.org.ar

02

Recibirás información, junto a otros testeadores, sobre qué aplicaciones necesitan ser testeadas.

03

Descargá la app a testear.

04

Usá la app.

05

Deberás completar un documento con preguntas referidas a la app.

06

Con las respuestas de dicho formulario, se elabora un informe para la empresa testeada.

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Podrás acceder a los beneficios.

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Plagas

Alerta: Chinche de la soja Análisis de una de las plagas causantes de la reducción del rendimiento y la calidad de las semillas.

¿Cuál es el panorama del complejo de chinches en el Cono Sur? El complejo de especies varía en distribución y abundancia, siendo las más importantes la chinche de la soja (Nezara viridula) y la pequeña chinche verde o de alfalfa (Piezodorus guildinii). Se ha comprobado una fuerte influencia de las plantas invasoras (malezas) en la distribución de las chinches, ya que lotes con alta densidad de Bidens pilosa y de Acanthospermum hispidum presentan las mayores poblaciones. La chinche marrón es típica de ambientes cálidos como Brasil y Paraguay, así como en el norte de Santa Fe y Chaco en Argentina. La primera detección en nuestro país fue en 2001 en cultivos de la región de Oliveros. En la región pampeana de Argentina, se manifiesta en etapas tardías del cultivo, entre los meses de marzo y abril. En zonas extra-pampeanas, aparecen entre enero y principios de marzo.

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El cambio fenológico en soja de vegetativo a reproductivo es el principal factor determinante del desplazamiento de las chinches, lo que provoca pérdidas en los lotes. Por este motivo, es clave hacer monitoreo en esta etapa crítica. ¿Qué tipo de daños ocasionan? Las ninfas y adultos se alimentan por medio de estiletes bucales con los que absorben la savia de los tejidos vegetales y, al mismo tiempo, inyectan enzimas y toxinas que producen necrosis (muerte celular) en los tejidos. También pueden ser vector de hongos patógenos como Nematospora fermento. Los daños de chinches se traducen generalmente en pérdidas de rendimiento por disminución de vainas, del número de granos y del peso de granos. Adicionalmente, los daños inciden en parámetros de calidad de semilla y en un efecto fisiológico negativo conocido como “retención foliar”, que dificulta la maduración y, por ende, la cosecha de soja. Estudios realizados por INTA, permitieron cuantificar la agresividad de la chinche de la alfalfa que difiere de la chinche verde, mostrando que la primera (P. guildinii) provoca un impacto mayor sobre el rendimiento de la soja. Esta plaga es independiente de las condiciones ambientales, como no pasa con arañuela que es una plaga más bien de años secos. Lamentablemente, la chinche puede estar tanto en zonas que se están inundando como en zonas con sequías. En Argentina, entre las especies más frecuentes y con niveles de infestación que afectan anualmente el rendimiento, encontramos a la chinche verde, Nezara viridula, y la chinche de la alfalfa, Piezodorus guildinii. Luego Edessa meditabunda (Alquiche), y la chinche de los cuernitos, Dichelops. Según advierte la Ing. Agr. Rita Robledo, experta en gestión de agricultura por ambientes y seguimiento profesional de cultivos, y miembro de AAPPCE: “La más peligrosa es la chinche de la alfalfa,

Figura 2. Umbrales de aplicación para el complejo de Chinches. N° de chinches (adulto + ninfa 4° y 5° estadío)/m2

Nombre Común

Nombre Científico E. Fenológico

Verde Alquiche Diquelops

Nezara viridula Edessa meditabunda Dichelops furcatus

Alfalfa

Piezodorus Guildinii

Semilla

Consumo

R3

1.0

1.2

R4

1,2

1.3

R5

1.5

1.9

R6

1.9

2.9

R7

1.9

3.8

R3

0.6

0.8

R4

0.8

1.0

R5

1.3

1.5

R6

1.9

2.3

R7

1.9

3.5

*Fuente: www.adama.com

Figura 1. Información técnica del complejo de Chinches de la soja. Chinches de la soja

Chinche de la soja o verde (Nezara viridula), pequeña chinche verde o de alfalfa (Piezodorus guildinii), Chinche Nombre común y científico

de abdomen verde o chinche de los cuernos (Dichelops furcatus y Dichelops melacanthus), Alquiche (Edessa meditabunda) y Chinche marrón (Euschistus heros).

Tipo de plaga

Chinches fitófagos (Hemiptera: pentatomidae).

Cultivo que ataca

Soja, trigo, maíz y algunas malezas hospederas. Daños directos como deformación de granos y vainas.

Síntomas

Daños indirectos como el llamado efecto fisiológico negativo, conocido como “retención foliar” o “soja verde”, y transmisión de enfermedades.

Dispersión

Migración entre lotes mediante el vuelo.

Órganos que ataca

Granos, vainas, hojas y tallos. A partir de la formación de las vainas, las poblaciones

Condiciones predisponentes

de chinches aumentan progresivamente hasta alcanzar un pico poblacional en la cosecha, debido a una mayor composición nutricional.


Plagas

que es más chiquita y muy móvil”. Los umbrales de cada especie de chinche son distintos de acuerdo a los estadios fenológicos del cultivo (Figura 2). La Chinche de la soja es considerada una de las plagas de mayor importancia en este cultivo ya que se alimenta directamente de los órganos relacionados con la productividad. Inyectan saliva tóxica, ocasionan retención foliar, dificultan la maduración, causan reducción de vainas y malformación con manchado de grano, entre otros (Figura 1). Mientras que los adultos afectan la parte superior de la planta, las ninfas afectan el tercio medio. ¿Cuál es el ciclo de vida de las chinches de la soja? En la Figura 3, se detalla el ciclo de vida de las distintas chinches de la soja: Chinche Marrón; Pequeña Chinche Verde; y Chinche Verde. Nivel de daño Lo que produce la plaga en R3 es el aborto de todas las vainas que darán origen a los granos de soja. Allí, el umbral es más bajo porque estaría abortando la posibilidad de que en esa vaina crezcan de 2,3 a 4 granos de soja. “Tenemos que pensar que más o menos con 0,5 chinches por metro lineal ya está para aplicar, dependiendo del distanciamiento entre surcos”, refiere Robledo. A medida que la soja evoluciona y las vainas crecen, en R4 ya el umbral es un poco más bajo y en R5, momento en que se están formando las vainas, ya podemos aumentar un poco el umbral, estamos en alrededor de una chinche por metro. Hay que tener en cuenta también el tipo de chinches que se esté dando en ese momento. Monitorear/aplicar “Recomendamos monitorear los lotes desde el momento de implantación. En los casos en que estemos en R1 o R2 -inicio de floración o plena floración, anterior a R3 donde las chinches comienzan a hacer daño- en ese momento, recomen-

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Figura 3. Ciclo de vida medio de las principales chinches de la soja. Especie

Huevos

Ninfas

Adultos

Ciclo Total (días)

Chinche Marrón

7

22

80

109

Pequeña Chinche Verde

7

33

35

75

Chinche Verde (Regiones frías)

12

45

60

117

*Tomado de Tecnología y Producción: soja y maíz.

damos hacer aplicaciones si la población está cerca del umbral o lo supera”, revela. ¿Qué tecnologías se están utilizando para combatir las chinches en soja? Actualmente no se cuenta con cultivares resistentes, ni con materiales genéticamente modificados para combatir esta plaga. En lo que es chinche y dado que los daños al cultivo se ocasionan a partir de R3, se deben adoptar prácticas de monitoreo de cultivos, principalmente en las fases críticas de la planta y en determinado ciclo biológico de la plaga, permitiendo realizar el control con insecticidas en el inicio de la infección. “Tenemos que bajar la población a un nivel tal que, cuando lleguemos a los momentos en que las chinches producen daños, tengamos un nivel de población que sea fácil de manejar. Si dejamos que la población crezca, esperando llegar a R3, muchas veces los controles no serán eficientes porque tendremos una población muy alta o porque el cultivo crecerá tanto que será difícil llegar con los productos al blanco. Por esta cuestión recomendamos monitorear los lotes y, si hace falta, realizar aplicaciones antes de R3. Solo si hace falta, no aplicar por aplicar”, insiste la especialista. Es recomendable hacer aplicaciones en el manejo de rastrojos con sistemas de siembra directa para reducir las poblaciones iniciales. Hasta tres aplicaciones de

insecticidas en los bordes (150 a 200 m de ancho, durante la fase vegetativa) fueron útiles para el control de las chinches migrantes, especialmente en cultivares tardíos antes del establecimiento de generaciones capaces de causar fuertes daños. Asimismo, se deben adoptar prácticas de manejo integrado de plagas, donde se combina el control químico, cultural, mecánico y biológico, para minimizar los impactos ambientales derivados de aspersión con insecticidas. Alternativas de manejo La rotación de cultivos sigue siendo una estrategia importante para enfrentar o disminuir sustancialmente la proliferación de plagas y enfermedades en diversos cultivos, entre ellos el complejo de chinches en el cultivo de soja. En Brasil, la liberación de enemigos naturales de la familia de Scelionidae como Trissolcus basalis y Telenomus podisi, mostraron buen control en varias especies de chinches. En Argentina, los enemigos naturales tienen gran influencia en las poblaciones de chinches, desde la primavera hasta el otoño, época del año en que finalizan su actividad buscando refugio en diferentes lugares. Sin embargo, es necesario conocer otros aspectos como bio-ecología, dinámica de la colonización de los cultivos y fluctuaciones poblacionales para efectuar un excelente control.


Microorganismos para sortear las defensas de los granos de soja Recientemente, investigadores de la UBA estudiaron el tracto intestinal del insecto chinche verde (Nezara viridula) y encontraron microorganismos que le brindan esa particular resistencia y lo convierten en una de las principales plagas del cultivo. “Entre las defensas químicas de la soja contra los herbívoros, hay dos compuestos particulares -llamados isoflavonoides e inhibidores de proteasas- que afectan negativamente el crecimiento de los insectos y hasta les producen mortandad. Por eso estudiamos los mecanismos que le permiten a la chinche verde alimentarse sin problemas de los granos, y nos enfocamos en el microbioma de sus intestinos”, explicó Virginia Medina, docente de la cátedra de Bioquímica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA). La especialista agregó: “En el 40% de las chinches que analizamos, encontramos tres géneros de bacterias -Enterococcus, Yokenella y Pantoea- y creemos que son las responsables de ayudar a las chinches verdes a detoxificar y desactivar la protección química de la soja. De hecho, en el estudio que publicamos en la revista científica Plos One, observamos que Yokenella desactiva

los inhibidores de proteasas de la soja”. Según afirma Medina, “analizar la identidad y el comportamiento de las bacterias que habitan en el aparato digestivo de las chinches verdes, y entender su habilidad, podría ayudarnos a reducir la cantidad de insecticidas que se usan para combatir esta plaga”. Por su parte, el investigador de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA, Jorge Zavala, agregó: “Si determinamos el conjunto de bacterias que le permite a la chinche alimentarse de las semillas de soja, podemos pensar en controles más amigables con el ambiente. Incluso podríamos evitar que se adapten a esas defensas”. ¿De dónde vienen las bacterias? “Aproximadamente el 40% de las chinches tenían bacterias en sus intestinos medios. Algunos géneros de microorganismos aparecían en casos específicos, pero los tres que mencionamos (Enterococcus, Yokenella y Pantoea) estaban siempre presentes dentro de ese 40%. Por eso, nos enfocamos en ese grupo y buscamos de dónde provenían”, señaló Medina. Y añadió: “Realizamos ensayos en cautiverio y encontramos que entre un 20 y 25% de las chinches más jóvenes, en su primer

estadio ninfal, presentaban estas bacterias. Aparentemente, algunas lo traen de nacimiento y luego se van contagiando entre insectos, porque sus primeros estados de desarrollo los pasan muy juntos. Podría estar sucediendo una transferencia horizontal. En estadios más desarrollados, pueden obtener las bacterias desde la soja o de otros elementos del ambiente”. Revelar el silencio Zavala, quien también es integrante del Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA, UBA-Conicet) resaltó que: “El grupo de investigación está estudiando el impacto que tiene la agricultura sobre la presencia y la diversidad de estas bacterias en el intestino de la chinche”. Por su parte, Medina destacó que dentro del equipo de investigación existe un grupo de personas que estudia las chinches verdes y otro equipo que estudia cómo reacciona la soja a los ataques de insectos herbívoros. “Los insectos y las plantas evolucionaron de forma conjunta con sus mecanismos de defensa y es fundamental tener en cuenta los múltiples factores que intervienen en esta interacción”.

Fuentes consultadas: Paulo Edimar. Manual de identificación de chinches de la soja. FMC. Rejane Roppa. Distribución espacial y temporal de chinches de la soja y comportamiento de (Piezodorus guildinii) en soja a lo largo del día. Tesis de doctorado. Universidad Federal de Santa María. 2009 https://www.croplifela.org/es/plagas/listado-de-plagas/chinche-de-la-soya https://www.adama.com/argentina/es/espacio-del-productor/novedades/2017/01/Chinches-ensoja-La-campana-inicia-con-una-poblacion-muy-alta http://sobrelatierra.agro.uba.ar/

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AC

Monte Buey, el primer

Municipio Verde El municipio cordobés fue el primero en certificar las aplicaciones de productos fitosanitarios en campos linderos a la zona poblada. Monte Buey, la localidad ubicada en el sudeste de la provincia de Córdoba, se convirtió en el primer “Municipio Verde” certificado para las buenas prácticas agrícolas en zonas periurbanas. Con este programa, se tiene un registro de propietarios, de empresas aplicadoras y de ingenieros agrónomos que emiten las recetas para la aplicación de fitosanitarios. Luego, la Municipalidad autoriza, fiscaliza y controla las condiciones de las aplicaciones. Toda la información se vuelca a una web del Municipio y cualquier ciudadano

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puede acceder a ella. De esta manera, todo el proceso está auditado por una tercera parte dentro del protocolo de Agricultura Sustentable Certificada de Municipio Verde de Aapresid. Específicamente en Monte Buey, se certificó el campo del productor Omar Díaz Ferrari que, en realidad, se trata de uno de varios establecimientos, ya que están certificados todos los lotes que lindan con el ejido urbano. También están certificados comercios que venden insumos. Según Santiago Lorenzatti, asesor fitosanitario y agronómico del campo certificado en Municipio Verde y quien lideró el Programa AC en sus inicios, la certificación Municipio Verde “es la adaptación de Agricultura Sustentable Certificada para ser aplicada por municipios y comunas que quieran brindar transparencia y garantía a sus ciudadanos de cómo son los procesos productivos en las zonas aledañas al pueblo”. Para Monte Buey, cuna de pioneros en la siembra directa, el programa tiene un foco social y ambiental al asumir el compromiso de rendir cuentas a sus vecinos

Municipio Verde es la certificación de Aapresid que tiene como alcance las aplicaciones de fitosanitarios del área periurbana. respecto de cómo se realiza la agricultura en los lotes linderos al pueblo. “Es necesario que quienes estamos en la producción comprendamos la importancia de dialogar con nuestra comunidad; escuchar sus demandas y, en simultáneo, poder contar cómo hacemos las cosas”, dijo José Luis Tedesco, directivo de Aapresid. Para Lorenzatti, esquemas como Municipio Verde “son herramientas muy adecuadas para comenzar un diálogo serio basado en el conocimiento científico y brindan un marco de referencia a dicha discusión”. Las mismas autoridades de Monte Buey vieron como central esta herramienta. Y el propio intendente, Edwin Riva, dio un fuerte apoyo político para que la iniciativa se pusiera en marcha. “Desde el municipio necesitábamos una herramienta de gestión que nos ayude a

Proceso de certificación de Municipio Verde Aapresid MONITOREADOR Parámetros agronómicos

Decisiones

Verificación

ASESOR AGRONÓMICO (Ing. Agr.) Receta fitosanitaria

REGISTRO DE PROPIETARIO S

Informe de monitoreo

Sistema Informático

Capacitacion en cada paso del proceso

MUNICIPIO

FISCALIZADOR FITOSANITARIO (Ing. Agr.) EMPRESA DE APLICACIÓN, SIEMBRA Y COSECHA

OPERARIO

ENTE CERTIFICADOR INDEPENDIENTE


que el periurbano deje de ser una zona de conflicto para pasar a ser una zona de encuentro, donde el debate entre campo y ciudad sea enriquecido por el rigor científico de datos fidedignos y que estos estén al alcance de cualquier vecino de nuestra localidad”, señaló Luis Turletti, director de Producción y Desarrollo de la localidad. Por su parte, Marianela Perozzi, encargada del área de fitosanitarios del municipio y responsable de las tareas de supervisión y control del proyecto, valoró el trabajo en conjunto con Aapresid y contó que el programa también se hizo extensivo a comercios que venden insumos. “Comenzamos a desarrollar la idea en conjunto con los profesionales de Aapresid respecto a cómo abordar el programa con los distintos actores. En un comienzo, el miedo de que no se quieran sumar nos ocupaba parte del tiempo de manera

recurrente. Pero las dudas rápidamente se fueron disipando cuando desde un comienzo los dueños de los campos (colindantes a la localidad), productores y aplicadores se mostraron muy interesados en colaborar con el programa. Esto nos motivó aún más y nos propusimos ser más ambiciosos, e hicimos extensivo Municipio Verde a comercios que venden insumos, maquinarias y talleres que reparan maquinaria agrícola”, contó Perozzi. “Es un placer poder trabajar con gente que rápidamente entiende las necesidades y se pone a trabajar para facilitar nuestra tarea. Consecuentemente, desde el municipio, valoramos poder brindar transparencia y garantía a nuestros ciudadanos de los procesos productivos que se llevan a cabo en las zonas aledañas a nuestra localidad”, añadió.

Para más información, ponete en contacto con Aapresid Certificaciones certificaciones@aapresid.org.ar

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AC

Agricultura Sustentable Certificada, un sello de calidad que se actualiza El Protocolo de ASC del Programa Aapresid Certificaciones prevé algunas actualizaciones para este 2019. Aapresid Certificaciones es un Sistema de Gestión de Calidad de los procesos productivos que comprende un sistema de Siembra Directa. La implementación de Agricultura Sustentable Certificada (ASC) requiere llevar adelante un conjunto de Buenas Prácticas Agrícolas, reunidos en un Manual de BPA´s y, paralelamente, supone el registro de la gestión agronómica y la medición de indicadores químicos y físicos del suelo, según un Protocolo de ASC, para la posterior auditoría y certificación del proceso productivo. Actualmente, el programa reúne cerca de 75 mil hectáreas certificadas y 35 mil en implementación. En diciembre pasado, el programa llevó adelante una reunión con productores certificados con la idea de intercambiar, discutir y debatir cuestiones relacionadas a la implementación cotidiana de la certificación. De esta forma, se buscó recibir recomendaciones e intercambiar ideas sobre cómo llevar adelante distintas tareas y pensar prospectivamente el proyecto entre todos. El encuentro tuvo lugar en la localidad santafesina de Los Molinos, precisamente en la Cooperativa Los Molinos, una asociación de productores en la que todos trabajan bajo el Protocolo de Agricultura Sustentable Certificada. En marzo se llevará adelante la revisión del protocolo de ASC, que traerá aparejado cambios en el protocolo de certificación. Si bien no serán cambios sustanciales, sí serán actualizaciones importantes.

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¿Para qué sirve ASC? ASC mejora la gestión empresarial: la aplicación de las BPA´s, junto con la medición de indicadores y el registro de la información, constituyen un verdadero tablero de comando de la gestión agronómica y empresarial. Además, ordena y facilita el proceso de toma de decisiones de manejo agronómico. Permite analizar la evolución del sistema y asegurar la mejora continua de la producción. Promueve la inversión en tecnologías e infraestructura, así como la demanda de servicios calificados. Asimismo, la ASC permite lograr una mayor eficiencia agronómica ya que persigue una mayor eficiencia en el uso de los recursos, en un marco de sustentabilidad: • Eficiencia de uso del agua. • Eficiencia de uso de nutrientes. • Eficiencia energética del sistema productivo. A continuación, se mencionan algunos posibles usos del Certificado ASC: • Exigencia del propietario o como diferenciación del inquilino, en contratos de arrendamientos. • Testimonio de la historia agronómica ante la compraventa de campos. • Desgravaciones impositivas. • Referencia ante la toma de créditos (balance ambiental-productivo). • Acceso al mercado de bonos de carbono.


ABC de REM

Conocé los pilares de un manejo racional de malezas 1 Monitoreo sistemático de lotes y bordes

Adelantarse

2 Cuidado del ingreso de semillas de malezas 3 Manchoneo

Buen ambiente

para el cultivo, malo para las malezas

1

Rotaciones de cultivos y pasturas

2 Competencia del cultivo

1

Diseñar un sistema complejo en señales 2

Usar todas las prácticas disponibles combinadas en tiempo y espacio 3

1

Herbicidas de diferentes sitios de acción

2 Dosis de marbete y tamaño adecuado de malezas

Controlar

Integración

3 Herbicidas residuales 4 Aplicaciones eficientes

Por el sinergismo entre prácticas, usar varias al mismo tiempo 4

Tener mirada de mediano y largo plazo 5

Cuidar impacto en la sociedad

5 Destrucción de semillas de malezas en la cosecha

Accedé a más info en www.aapresid.org.ar/rem

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Regionales

El Nodo Sur de visita por

RĂ­o Negro Miembros de las regionales del Nodo Sur de Buenos Aires viajaron a conocer los avances y desarrollos de los sistemas productivos de la Chacra Valle Irrigado NorpatagĂłnico.

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Las regionales del Nodo Sur de la provincia de Buenos Aires organizaron una visita por los sistemas productivos de Río Negro con el fin de ver los desarrollos de la zona y avances de la Chacra Valle Irrigado Norpatagónico (VINPA). La recorrida tuvo lugar durante los días 4 y 5 de diciembre, y estuvieron presentes las regionales de Necochea, Mar del Plata, Tandilia y Guaminí Carhué. La Chacra VINPA depende de productores pioneros de la zona y trabaja en la generación de conocimiento para el manejo y desarrollo de los planteos agrícolas bajo riego. Con una visión sistémica de los campos, se trabaja de manera conjunta con técnicos, productores y expertos. La chacra está integrada por 4 productores, y el establecimiento El Carbón es uno de los campos que forman parte de la misma. Situado en Carmen de Patagones, a unos 15 km de la ciudad y aproximadamente a 50 km del mar, El Carbón pertenece a Javier Fornieles (Regional Necochea) y Rafael Aliaga (Regional Pergamino-Colón). Allí comenzó la recorrida, de la mano de la Ing. Agr. Magali Gutiérrez, GTD de la Chacra, quien contó las líneas de trabajo en las que están haciendo foco. Entre los objetivos, apuntan a ajustar sistemas productivos extensivos sustentables bajo riego y con visión a escala, trabajando en su mayoría con riego por aspersión. Asimismo, se plantea ser sustentable en materia ambiental, económica y social, desarrollando una zona en donde los sistemas

sean factibles y sostenibles en el tiempo. En este sentido, trabajan con tres grandes desafíos que tienen que ver con ajustar estrategias de manejo de los cultivos, de manejo de los riegos y de mejora de los suelos. Por su parte, Javier Fornieles contó que antes de empezar, hicieron un mapa de suelo para comprender la topografía. En el año 2011, lanzaron las primeras 5 posiciones de riego y como consecuencia, en los primeros años, obtuvieron mayores rendimientos de maíz de los esperados, 130 qq aproximadamente, y así confirmaron la potencialidad de la zona. Asimismo, hicieron dosis variables de nitrógeno y densidad variable a la siembra para definir el arranque de la misma. Un dato no menor es que tuvieron que hacer todo el tendido de luz para 33 kilowatts, lo que implicó una inversión altísima. Toda el agua de riego se mueve en cañería enterrada bajo presión con caños de 14 metros que vienen desde Córdoba y se bombea el agua 40 metros arriba para proveer mil hectáreas. Esto demanda un trabajo muy fuerte de nivelación y una estación de bombeo muy sofisticada con 4 bombas de 1100 metros cúbicos y una estación de rebombeo nueva para no perder presión. Al tratarse de suelos muy heterogéneos, se requiere de riego y de un manejo de agua adecuado para homogeneizar. Hoy en día el campo cuenta con 18 posiciones de riego con 12 pivots, por lo que

hay 6 equipos de riego que se mueven. Este año lograron incorporar 400 has de trigo en la rotación lo que facilita la logística en el riego, ya que de lo contrario, tenían que mover los pivots hasta dos veces por semana, lo que generaba un desgaste enorme en los operarios. Los socios explicaron que si logran instalar el trigo y así separar demandas hídricas (ya que el riego que se hace es total y no suplementario) podrían solucionar en gran medida la pata logística. Además, lograrían una rotación: girasol que va a trigo, trigo-vicia y vicia-maíz. En cuanto a los rendimientos que obtuvieron, brindaron los siguientes datos: maíces de primera de 13 mil kg, maíces de segunda de 7 mil kg, trigo de 7 mil kg y girasol semilla de 1400 kg por ha. En trigo, hay ciclos cortos y largos, y estos últimos muestran mejores resultados aparentes en la zona. Se aplicó fungicida preventivo y en algunos casos puntuales se necesitó de una segunda aplicación, sobre todo en las variedades que son susceptibles a roya. Las dificultades que están encontrando es que tanto para maíz y como para soja no hay genética disponible para estas latitudes. Por este motivo, hace 4 años están trabajando con un semillero americano que les consigue variedades más cortas que no deprimen rinde. El segundo establecimiento visitado fue el de la firma Mandurai, integrada por 4 socios vinculados a la producción y co-

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Prospectiva

Se vieron además producciones de cebolla, quínoa, papa, maíz, avellanos y nogales, entre otros.

La recorrida fue una buena excusa para intercambiar experiencias y conocimiento.

Los productores también mostraron las estrategias de manejos de riegos.

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mercialización de carne. En enero del 2012, surge la oportunidad de invertir en tierra con escala de superficie sistematizada y derecho a riego, con un potencial grande de producción de carne bajo riego. Con un total de 1000 has, los socios tuvieron como idea inicial la producción de carne para alinear la experiencia y el conocimiento del grupo con las fortalezas de la zona. La idea era capturar ventajas productivas y comerciales, pensando en que la zona tiene un alto potencial forrajero. En junio del 2012, hubo un cambio repentino de escenario: se adelantó el corrimiento de la barrera sanitaria y se frenó el ingreso de hacienda propia desde la provincia de Buenos Aires. Ante esta situación, decidieron virar el proyecto a lo que es hoy: producción de hortalizas con riego presurizado (goteo y aspersión): 50 has de cebolla, 22 has de papa y 15 has de zapallo. Al mismo tiempo, se encontró a prueba y error la posibilidad de un nicho de especialidades: 175 has de multiplicación de semilla de girasol, 90 has de multiplicación de semilla de agropiro, 95 has de quínoa y 115 has de maíz (todas las especialidades bajo riego por surco, no presurizado). Además de la pata productiva, se está haciendo el procesamiento y la logística, y se trabaja de manera directa la comercialización a mercados concentradores, supermercados y se comenzó a exportar a Brasil. Sobre el cierre, se realizó una recorrida a campo donde se observó un canal secundario de distribución de riego con sistema de bomba y filtros, maíz y cebolla con riego por surco y papa con riego por aspersión. El último proyecto visitado fue Tierra Hermosa, liderado por la Ing. Agr. Nora Kugler, un emprendimiento familiar compuesto por un total de 55 hectáreas: 38 has son ganaderas y 17 has tienen árboles frutales, entre avellanos y nogales. Nora junto a su esposo y otro socio compraron la chacra en 1997. Un año más tar-

de, compraron los primeros terneros para comenzar con la actividad e implantaron 5 has de avellanos, debido a que la empresa Ferrero Rocher desembarcó en Río Negro para la instalación de montes frutales y planta procesadora de la materia prima de los bombones. Durante algunos años, convivieron la ganadería, la fruticultura y la horticultura, pero esta última actividad cesó en 2005. El proyecto siempre se autofinanció, mayoritariamente, con la ganadería y desde hace unos años también con los avellanos. Las principales variedades de éstos árboles plantados son: Selvática, Giffoni, Riccia y Romana. En cuanto a los nogales, las variedades son Chandler y Franquette como polinizadora. La actividad ganadera es a base de pasturas y maíz para suplemento proteico. El sistema es 80% de venta en otoño y 20% en primavera. La estación invernal se pasa con las pasturas de los campos vecinos que alquilan y con silo de maíz que arman ellos, y la primavera/verano con pasturas propias. Según detallaron, lograron estabilizar en 800 kg de carne por ha. En general, los números no son extraordinarios pero se trata de un sistema que lleva un par de años estabilizarlo, sobre todo si se tiene en cuenta que los frutales necesitan de 3 a 4 años para sus primeras producciones y entre 5 y 7 para estabilizarlas. Sin dudas, se trata de un negocio no apto para ansiosos. A modo de balance y cierre, se puede afirmar que tanto la zona de Carmen de Patagones como la zona de influencia de INDEVI - , tienen un altísimo potencial de desarrollo para generar producción con valor agregado. Para esto es requisito que los productores conozcan los proyectos en marcha, además de conseguir mano de obra calificada nativa o dispuesta a radicarse en la zona. En cada uno de los proyectos visitados, sin importar la escala, el factor fundamental es hacer las cosas con pasión, dedicación y esfuerzo.


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Regionales

Combate de plagas y enfermedades en cultivos de cosecha Existen varias formas de controlar las plagas y enfermedades en soja y maíz. La Regional Venado Tuerto analizó diversas opciones en la jornada UPA.

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De la mano de la regional Venado Tuerto, el pasado 18 de diciembre se llevó adelante una jornada a salón en la Sociedad Rural de dicha localidad. Cerca de 50 personas participaron de las exposiciones de actualización técnica sobre plagas y enfermedades en soja y maíz. Ariel De Loredo, de Agromonitoreo, fue el primero en hablar sobre plagas en cultivos y repasó la cantidad de aplicaciones de insecticidas por zonas para el cultivo de soja en la región de Venado Tuerto, donde el promedio no llega a una aplicación por lote. En dicha zona, la plaga que más predominó fue isoca medidora seguida del complejo de chinches, isoca bolillera y arañuela. También hubo en menor medida, aplicaciones destinadas a trips. Es importante mencionar la aparición de barrenador del brote que sorprendió en esta campaña, luego de varios años que no se veía. El especialista explicó que hay diferentes

plagas que atacan en distintas zonas.“Hay años que son más problemáticos respecto a defoliadoras; y otros en los que aparecen chinches o arañuela. A nivel general, se observa que las orugas vienen disminuyendo la presión al contrario de las chinches que crecen año a año. Esta situación es preocupante por los daños importantes que causan”, detalló. Los productos que más se aplicaron para defoliadoras fueron los piretroides, seguidos de las bisamidas, y para chinches los neonicotinoides y piretroides. En lo que respecta a maíz, las aplicaciones fueron exclusivamente para cogollero y el producto utilizado en todos los casos fue bisamidas. El promedio de aplicaciones para la zona fue de 0.3 por lote, mientras que el maíz tardío aumentó el porcentaje de aplicaciones para cogollero con respecto al temprano. Con relación a cómo se deben manejar las plagas, De Loredo sostiene que lo primero que se debe hacer es dejar de lado el paradigma del umbral de daño económico, ya que varios umbrales están tomados por plagas aisladas y muchas veces se suman más de una en un mismo momento. Asimismo, aconsejó tomar decisiones racionales basadas en tres patas: lógica, variables medibles e información. Para ello, dividió a las plagas en dos grandes grupos: las que afectan en forma directa al rendimiento, es decir, al número y peso de granos, como el complejo de


chinches, Anticarsia, Heliotis, etc.; y las que afectan en forma indirecta, es decir, ya sea la distribución de las plantas o el área foliar, como las orugas defoliadoras, trips, arañuelas, entre otras. Según remarcó, antes de realizar un tratamiento, primero hay que identificarlas, conocer aspectos básicos relacionados a su ciclo biológico, cuantificarlas y recién ahí plantear estrategias de control. “Las mejores decisiones parten de un buen diagnóstico y este parte de un buen monitoreo”, sostuvo. Dentro de las plagas que afectan la distribución de las plantas, aparece el bicho bolita. En la parte del lote donde hay manchones con esta plaga, no quedan plantas de soja en pie y estas no se recuperan. Se trata de una plaga específica de soja y girasol, por lo que no ataca al maíz. Los daños de la plaga empiezan a ser importantes después de 4 o 5 años, ya que al principio están aislados pero luego empiezan a formar colonias. Con más de 100 bichos bolitas por m2, seguramente habrá daños.

Otras de las plagas de soja es Heliothis, conocida como bolillera, que al nacer hacen un daño muy pequeño en hojas, formando una telita para luego ir al brote, donde encuentra la proteína que necesita. “Al comer el brote, corta la dominancia apical y la soja empieza a emitir brotes laterales, con tallos gruesos. Es una plaga que saca muchos kg y no te das cuenta porque no es sencillo monitorearla, sobre todo porque no está pareja en el lote. Cuando el promedio da cerca de 1 por m2, ya tenemos daño”, manifestó el especialista. Respecto a Cogollero, en maíz toma cada vez más importancia. “En el comienzo del ataque, forma ventanitas en las hojas y al final se observa un aserrín. Si logro observar a la oruga recién nacida y hago una aplicación, voy a lograr un control del 60%, si ya algunas se empezaron a meter en el cogollo, baja a un 30% la eficiencia de control. Una vez dentro del mismo, con cualquier producto que aplique la eficiencia no va a llegar al 5%. Lo ideal es no hacer monitoreo al azar, sino hacer monitoreo dirigido, es

decir, ir directamente al daño”, detalló. Existen plagas, como la isoca medidora, que incide fundamentalmente en la estética de la planta de soja, y que se alimentan de hojas (Anticarsia también come granos). Cosmioides es una oruga que tomó relevancia en el último tiempo ya que es la única que come INTACTA. Este complejo de defoliadoras vive entre 15 y 25 días, y consumen el 85% en los últimos estadios larvales, ya que al principio están pero no consumen. En el caso de arañuelas y trips que afectan el área fotosintética, lo que se hace primero es ver si están abajo, en el medio o arriba del estrato de cultivo, y qué porcentaje del área foliar afectó. Dentro de las plagas que afectan el rendimiento en forma directa, están Anticarsia, Heliothis y Cosmioides. El daño de éstas es mayor cuando atacan temprano, por ejemplo en R3 - R4, ya que comen la chaucha entera, mientras que en R6 comen solo algún grano. Para cerrar, De Loredo dijo que en el caso

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Regionales

Una necesaria jornada técnica para obtener herramientas de control de plagas y enfermedades. de manejo de chinches, hay dos cuestiones: saber identificarlas, ya que no todas son iguales de peligrosas; y otra es que de acuerdo al momento en que piquen, el daño será distinto. Cuando más daño causan es en el tiempo de formación de vainas, ya que estas se retuercen, se secan y caen. Franco Petrelli, de Agroconsultor, habló sobre protección profesional en maíz y compartió algunos criterios para la toma de decisiones. “En nuestra zona, la elección del híbrido a sembrar se piensa para maximizar rendimientos y, de la misma manera, la fertilización. El maíz se suele hacer en su mayoría con fecha temprana, es decir, con fechas de siembra tentativas entre el 15 de septiembre y 10 de octubre. Para esto, previamente se realiza un análisis de agua útil, lo que determina si hay que hacer un maíz temprano o hay que ir a un tardío por falta de agua”, comentó. En la región en la que trabaja (sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires) se siembra un 80% de temprano y un 20% de tardío. Respecto a las enfermedades más importantes de la zona, la más importante es Roya, y en segundo lugar estaría Tizón, que es más excepcional y está vinculada a maíces tardíos. Después aparecen otras como bacteriosis, que empezó a verse con más frecuencia en estas últimas campañas, así como todo el complejo de podredumbres

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de raíz y tallo. Según contó Petrelli, le dan mucho valor a crear protocolos comunes para monitoreo. Esto les permite generar una homogeneización de los datos que recaudan, para así crear una red de datos que permitan generar conocimiento, y luego difundirlos. Para enfermedades de hoja en maíz, dijo que toman puntos de monitoreo que dependen de la superficie y homogeneidad de los lotes. Para lotes de menos de 40 has, son 3 puntos; entre 40 y 80 has, 6 puntos; y para más de 80 has 9 puntos. En cada uno de estos puntos, se eligen 10 plantas al azar. Roya se evalúa desde V6-V7 hasta Vt-R1, y Tizón desde V6-V7 hasta R2, tentativamente, aunque en un maíz tardío, se puede estirar hasta R4. La frecuencia del monitoreo es una vez por semana, que dependerá también de la presión de la enfermedad y del tipo de híbrido, si es más o menos susceptible a la misma. Respecto a las metodologías, las divide en dos de acuerdo a la fenología del cultivo: hasta V12, se evalúan todas las hojas verdes y después de V12, se evalúan la hoja de la espiga más/menos una. Para Roya, se cuentan pústulas y se llevan el dato promedio por hoja del lote. Mientras que en Tizón, se cuentan las manchas; y se tiene en cuenta que lo más importante es el aumento del tamaño de una mancha, más que el núme-

ro, por lo que se mide centímetros de manchas por hoja. Una vez recolectada la cantidad de pústulas por hoja en el caso de Roya, hay que transformar en severidad para estimar el porcentaje de la hoja que tengo afectada. “Hasta V8, 5 pústulas promedio por hoja, representa un 1% de severidad, y después de V8, 10 pústulas representan un 1% de severidad, debido a la mayor cantidad de área foliar que tiene el cultivo en estadios posteriores”, aclaró el ingeniero. En Roya, por cada porcentaje de severidad que se tenga, se pierde casi 10 kg de maíz para una tonelada de rendimiento, y en Tizón, por cada porcentaje de severidad, se pierde 20 kg de maíz por tonelada de rendimiento. Con respecto a los umbrales de daño económico, dijo que son dinámicos y prácticamente se tiene un umbral de daño por lote. Esto se debe principalmente al monitoreo y a la información que brinda. En segundo lugar, al tipo de cultivo, es decir, conocer su perfil sanitario y las condiciones climáticas, si predisponen o no para la enfermedad, y fundamentalmente, predecir el rendimiento potencial que puede llegar a tener el híbrido en ese momento, aunque después lo alcance o no, y el precio. Otro factor a considerar en el umbral de daño económico es el precio del producto fitosanitario que voy a aplicar. Al finalizar, el ingeniero remarcó la necesidad de conocer el perfil sanitario del híbrido que tengo en el lote porque la respuesta a la aplicación de fungicida es mayor cuando la enfermedad se detecta temprano. Para cerrar la jornada, la Ing. Agr. Analía Curti, de CBAgro, expuso sobre enfermedades en el cultivo de soja. “Venimos de una campaña muy seca y con temporales en madurez fisiológica que afectaron la calidad de la semilla, principalmente, por hongos en los lotes cosechados post temporal. Ante esto, era recomendable llevar muestras de semillas a laboratorio para hacer análisis de carga fúngica, además de conocer el PG y el vigor de la misma. Muchos semilleros vendieron semillas con PG menor a otros


años y con presencia de patógenos, como cercospora o Fusarium. En consecuencia, se descartaron muchos lotes de semillas, pero otros se usaron. Por ello es clave usar la herramienta de diagnóstico de análisis de semilla para iniciar un cultivo conociendo lo que puede llegar a pasar”, explicó Curti. La ingeniera contó que en lotes que ella asesoró, el 12 de noviembre llovieron 130 mm. Esto sucedió luego de haber avanzado con la siembra de soja de primera, por lo que tuvieron muchos problemas de muerte de plántulas por damping-off, y fallas en la germinación por planchado. Como consecuencia, se resembró el 10% de los lotes y algunos quedaron con bajo stand de plantas. Es clave que el cultivo inicie con una buena calidad y sanidad de semillas, no solo para evitar problemas en la implantación, sino también para evitar el ingreso de patógenos a los lotes. Específicamente sobre patógenos del suelo, que pueden generar podredumbres de semillas, o tizón de plántulas, causado principalmente por Fusarium, Rhizoctonia, Phytophthora, entre otras, recomendó estar muy atentos a los diagnósticos. Al ser un momento de mucha utilización de herbicidas PPO, y ante la presencia de daños, principalmente en hipocotilo, puede llegar a generar confusión, ya que los daños pueden estar relacionados al mal manejo de los PPO. Respecto al monitoreo de enfermedades, detalló que utilizan protocolos de monitoreo y trabajan dentro de un programa de manejo integrado de enfermedades. El monitoreo no es solo dentro del lote, sino

que comienza antes, al considerar la calidad y sanidad de la semilla, el tratamiento, las condiciones climáticas de los pronósticos que determinarán los distintos avances de las enfermedades, el cultivo antecesor, entre otros. En monocultivo de soja, se observa mayor avance de enfermedades (ya que el rastrojo es uno de los inóculos principales de las enfermedades necro tróficas), distintos grupos de madurez y fechas de siembra, por lo tanto es fundamental tener todos estos datos antes de llegar al lote. Según contó, la frecuencia del monitoreo es semanal, desde emergencia hasta R7, con estaciones de muestreo, para tratar de determinar incidencia y severidad de las enfermedades que se puedan observar. La ingeniera considera importante corroborar el diagnóstico de campo en el laboratorio. “Tomar foliolos que consideremos que poseen los síntomas para confirmar si lo que uno ve a campo, tiene los mismos síntomas en laboratorio, ya que hay muchas enfermedades que generan confusión”, detalló. En enfermedades de mayor prevalencia y que requieren un considerable número de aplicaciones, como Septoria Glycines, el inóculo está en el rastrojo y se disemina por salpicado, empezando por el estrato inferior de la planta. Para esto, se debe tomar el porcentaje de altura de la planta afectada por esta enfermedad. Otra opción es ver qué porcentaje de nudos afectados por la enfermedad hay en el tallo principal, en relación a la cantidad total. En relación a Cercospora kikuchii (tizón morado de la hoja), se trata de una enfer-

medad que suele explotar en los últimos estadios del cultivo, a partir de R5, manifestándose en el estrato superior, por lo que se evalúa la incidencia en altura de planta. Esta enfermedad además ocasiona manchas púrpuras en la semillas. Otra de las enfermedades es Cercospora sojina (mancha ojo de rana), que suele generar confusiones en el diagnóstico. Se trata de una mancha circular con un halo violáceo oscuro alrededor sin halo clorótico, lo que ayuda a reconocerla a campo. Hay manchas en hojas que generan confusión, ya que en muchos casos suelen ser síntomas de aceites que causan fitotoxicidad en la soja y pueden confundir el diagnóstico. Las enfermedades de raíz y tallo están siendo más frecuentes. El año pasado se vio bastante lo que es Cancro y hay especialistas que hablan del resurgimiento de Sclerotinia sclerotiorum, y síndrome de muerte repentina. Se trata de enfermedades en las que no se puede actuar con aplicaciones de fungicida, lo que demuestra que las enfermedades deben manejarse de manera integrada, con variedades resistentes, semillas libres de esclerocios, etc. A modo de conclusión, la especialista dijo que el manejo de enfermedades en soja comienza con la planificación de la campaña, y es clave tener un diagnóstico de calidad y sanidad de la semilla para saber desde dónde partimos. Para no realizar diagnósticos errados, es importante el trabajo interdisciplinario, hablar con especialistas, ir a la bibliografía y que haya intercambio entre colegas, para así facilitar la toma de decisiones.

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Suelo

Secuestro de carbono bajo distintos usos en suelos de la pampa arenosa

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El almacenamiento de carbono orgánico en los suelos, fundamental para mitigar el cambio climático, varía según los diferentes usos y propiedades edáficas como la textura. Este trabajo analiza el secuestro de carbono orgánico en suelos con producción agrícola y mixta.

Por: Paladino, I.R.1; Alvarez, C.R.2*; Cosentino, D.J.3; Moscatelli, G.N.† 1 Instituto de Suelos INTA-CIRN. Las Cabañas y Nicolás Repetto s/n. 1686. Hurlingham. 2 Universidad de Buenos Aires. Facultad de Agronomía. Cátedra de Fertilidad y Fertilizantes 3 Universidad de Buenos Aires. Facultad de Agronomía. Cátedra de Edafología y CONICET. *E-mail: alvarezc@agro.uba.ar. Fuente: agronomiayambiente.agro.uba.ar

Introducción El suelo constituye el mayor reservorio de carbono orgánico en los ecosistemas terrestres. El contenido de carbono almacenado en los suelos es más del doble que el acumulado en la atmósfera y 2,5 veces mayor que el presente en la biomasa vegetal (Batjes, 1998). Así, el secuestro de carbono en el suelo podría contrarrestar parte de las actuales tasas de liberación de CO2 (Sandoval Estrada et al., 2003). Las condiciones edafo-climáticas, así como el uso y manejo, regulan el secuestro de carbono en el suelo (Wu et al., 2015). El balance de carbono en el suelo está controlado por el equilibrio entre el carbono que ingresa a través de la producción vegetal y el que egresa por mineralización (Schlesinger, 1977). La biomasa aérea y radical son las principales fuentes de carbono orgánico (Don et al., 2007). Por lo tanto, el tipo de uso y manejo que se realice en el suelo es un factor fundamental que determina, en gran medida, la cantidad de carbono almacenado. En este sentido, diferentes rotaciones de cultivos pueden modificar el secuestro de carbono debido a cambios en las condiciones físicas y biológicas del suelo, y en las cantidades y tipos de residuos orgánicos apor-


tados al suelo (Wu et al., 2015). El cambio en la vegetación no sólo puede modificar el aporte de residuos sino también alterar el patrón de distribución de la biomasa radical en profundidad (Jackson et al., 1996). Por otro lado, la biomasa radical puede diferir entre sistemas naturales y pastoreados. El pastoreo modifica la relación entre la biomasa aérea y radical, que son un factor determinante de la distribución vertical del carbono en el suelo (Rueda et al., 2010). Otros factores, como la textura y estructura del suelo, pueden promover una distribución específica de las raíces que aportan carbono dentro del suelo. Cambios abruptos en la textura de los horizontes del suelo pueden producir importantes cambios en la distribución de raíces (Micucci et al., 2006). El carbono orgánico total del suelo (COT) es una mezcla heterogénea de materiales orgánicos con características y propiedades marcadamente diferentes. Las distintas fracciones del COT, se pueden aislar y cuantificar mediante diferentes métodos de fraccionamiento. Cambardella y Elliott (1992) plantean la separación física por tamaño de partícula del carbono en diferentes fracciones: una lábil, denominado carbono orgánico particulado (COP) (532000 μm), y una fracción más recalcitrante, denominado carbono orgánico asociado a las fracciones minerales (COM) (<53 μm) (Diovisalvi et al., 2008). Varios estudios concuerdan en que prácticas de manejo, como las rotaciones con pasturas, incrementan el contenido de COP de los suelos en el corto plazo (Díaz-Zorita et al., 2002; Eiza, 2005). Contrariamente, se sugirió que el contenido de COM está menos asociado al manejo y más vinculado con la textura, con tendencia a acumularse en mayor proporción en los suelos con mayor contenido de arcilla (Galantini y Suñer, 2008). La estabilidad del carbono más resistente depende en gran medida del contenido de arcillas y limos (Quiroga y Funaro, 2004). Dichas fracciones minerales son determinantes para establecer la capacidad que tienen los suelos para acumular carbo-

no (Six et al., 2002). La mayoría de los estudios donde se evalúa el COT, se concentran en los primeros 15 cm a 30 cm superficiales y sólo algunos incluyen capas más profundas (Jobbágy y Jackson, 2000; Lorenz y Lal, 2005). Si bien es aceptado que el COT se concentra principalmente en horizontes superficiales, los horizontes más profundos tienen la capacidad de secuestrar grandes cantidades de carbono, bajo la forma de COM (Jobbágy y Jackson, 2000; Lorenz y Lal, 2005). Suelos u horizontes con diferentes texturas tendrán distinta capacidad de secuestro de carbono; los suelos con mayor contenido de arcilla retienen más COT debido a los mecanismos de protección que ejerce dicha fracción mineral sobre el COT (Van Veen y Kuikman, 1990). Para comparar el efecto de diferentes usos del suelo, los contenidos de COT pueden expresarse de diferentes maneras. Considerando que las diferentes prácticas agronómicas (e.g. implantación de pasturas, el sistema de siembra, etc.) afectan en distinto grado la densidad aparente del suelo (DAP), la forma habitual de muestreo a profundidad constante puede conducir a errores en la comparación entre sistemas o suelos. Para evitar este error se propuso la expresión del contenido de COT en masas equivalentes de suelo, lo que eliminaría el efecto diferencial de la DAP porque supone muestreos a diferentes profundidades según cuál sea ésta (Balesdent et al., 2000). Muchos trabajos no incluyen la corrección por DAP (Hassink, 1994; Arrouays et al., 2006), por lo que estos estudios sólo pueden brindar una primera aproximación de la cuantificación del carbono almacenado en los suelos. A nivel nacional y regional existen escasos trabajos que cuantifiquen el contenido de carbono por debajo de los 30 cm y la mayoría de los estudios expresan los valores de COT en concentración (g kg-1 o %). Si se considera a los suelos como elementos clave en el desarrollo sustentable, resulta importante el conocimiento

de su capacidad para atenuar los efectos ambientales derivados del aumento de la concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera. El objetivo del presente trabajo fue cuantificar el efecto de distintos usos del suelo sobre el COT (0-100 cm) y sus fracciones (0-20 cm) en Hapludoles mono y poligenéticos con fuertes diferencias texturales.

Materiales y métodos Sitio y diseño experimental El estudio se realizó en un establecimiento en la Pampa Arenosa (35º 26´20´´S, 61º 43´20´´O). El área posee un clima templado sub-húmedo (Díaz Zorita et al., 2002) con una precipitación media anual de 860 mm (media de 50 años). El paisaje se caracteriza por presentar geoformas medanosas que conforman un conjunto de crestas y depresiones de más de 100 km de largo (Muhs y Zárate, 2001). En las crestas se encuentran Hapludoles énticos (HE), que son suelos monogenéticos desarrollados sobre un sedimento de textura arenosa a franco arenosa. En algunas planicies y bajos no anegables se ubican Hapludoles thapto árgicos (HTA), nombre de uso local que fue propuesto por el INTA para denominar a suelos poligenéticos desarrollados sobre dos materiales superpuestos de distinta edad geológica (SAGyP-INTA, 1989). Históricamente, los sistemas de producción de la región comprenden cultivos de granos y, pasturas y verdeos para la actividad ganadera (carne y leche) (Hall et al., 1992). A partir de la década del ‘90, la superficie destinada al cultivo de granos se incrementó a expensas de las tierras de pastoreo. Esto fue acompañado por la adopción del sistema de agricultura continua bajo siembra directa (SD). En la actualidad, los principales cultivos de la región son: soja (Glycine max L. Merril), maíz (Zea mays L.), girasol (Helianthus annuus L.), y trigo (Triticum aestivum L.), que se realizan compartiendo en algunos planteos la rotación con pasturas (Díaz-Zorita et al., 2002).

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Suelo

Dentro del establecimiento, se seleccionaron dos tipos de uso, que fueron evaluados en dos suelos diferentes, siendo USO y SUELO los factores de estudio. Los usos analizados fueron: 1- agricultura continua (AGRÍCOLA): se seleccionaron lotes con 13 años de uso agrícola contínuo bajo SD (manejo representativo de la región): 2- producción mixta (MIXTO): se seleccionaron lotes de producción mixta, con 9 años de cultivos agrícolas y 4 años de pasturas perennes, también implantadas con SD, que se encontraban en el último año de la fase ganadera de la rotación. El muestreo fue realizado en dicho momento ya que se esperaba la mayor expresión del efecto de las pasturas sobre los suelos, por lo tanto, de no encontrar diferencias en ese momento, no se esperarían diferencias en otros. Los cultivos agrícolas de verano involucrados en las rotaciones fueron: soja, maíz y girasol; y de invierno trigo, ya sea en los lotes bajo agricultura continua como en los mixtos. En el sistema mixto, las pasturas estaban compuestas por alfalfa (Medicago sativa L.) y festuca (Festuca arundinacea Schreb) con una clara dominancia de esta última especie. El pastoreo fue

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rotativo, observándose en la mayoría de los lotes un elevado porcentaje de suelo descubierto y plantas de pequeño porte. Los suelos evaluados fueron Hapludoles énticos (HE) y Hapludoles thapto árgicos (HTA). Estos suelos integran distintas unidades cartográficas dentro del establecimiento y pueden ser fácilmente reconocidos ya que se sitúan en posiciones topográficas diferentes: los HE se encuentran en las zonas de lomas mientras que los HTA se encuentran en posiciones más bajas. De cada combinación de factores (USO×SUELO), se seleccionaron tres repeticiones, totalizando 12 situaciones o lotes.

Muestreo y determinaciones El muestreo se realizó durante el otoño-invierno. Primero se realizó el reconocimiento de los suelos dentro de los lotes. Una vez corroborado el tipo de suelo en cada lote, se tomó una muestra compuesta de 3 submuestras tomadas al azar de cada profundidad para cada combinación de USOxSUELO. Las profundidades de muestreo fueron: 0-10, 10- 20, 20-40, 4060, 60-80 y 80-100 cm. Las muestras fueron secadas en estufa a 40º C con circulación de aire forzada y molidas hasta pasar por tamiz de 2 mm de apertura de malla. Posteriormente, se determinó textura mediante el método del hidrómetro (Bouyoucos, 1962) y carbono orgánico oxidable por el método de combustión húmeda de Walkley y Black (Jackson, 1982). Sólo para las profundidades de 0-10 y 10-20 cm, se realizó el fraccionamiento físico de las muestras por tamizado en húmedo (Cambardella y Elliott, 1992) para la determinación de las fracciones orgánicas. Para ello, se utilizó hexametafosfato de sodio (5 g L-1) y se agitaron las muestras durante 15 horas en agitador rotacional (50 rpm). Luego, fueron tamizadas en húmedo por tamiz de 53 µm de apertura de malla, recuperando la fracción más fina (<53 µm). Dicha fracción fue secada a 60º C, pesada y molida en mortero para la posterior determinación de la fracción <53 µm (COM).

La determinación de carbono orgánico oxidable se realizó en la masa de suelo total (sin fraccionar) (COT) y en la fracción COM. Los niveles de COP (fracción de 532000 µm) se determinaron por diferencia entre COT y COM (Eiza, 2005). En cada repetición, se tomaron 3 muestras de 0-10 y de 10-20 cm para determinar la DAP por el método del cilindro (volumen del cilindro: 141,37 cm3) (Klute, 1986). Las determinaciones de DAP a mayor profundidad, sólo se realizaron en una calicata de cada situación. La baja variabilidad de la DAP en profundidad comparada con el COT, permitió reducir el número de muestreos para esta propiedad (Don et al., 2007). Asimismo, es de esperar que la DAP no se vea afectada en gran medida por el uso por debajo de los 40 cm. Por lo tanto, a partir de dicha profundidad, los datos se promediaron entre usos obteniendo un valor por tipo de suelo para cada intervalo de profundidad. El cilindro se introdujo en la zona central de cada profundidad, que en todos los casos se encontró dentro de un horizonte concreto y no entre dos horizontes. La muestra extraída fue secada a 105º C durante 48 horas aproximadamente, hasta peso constante. Los valores de DAP se utilizaron para expresar el contenido de COT de cada profundidad en Mg C ha-1. Asimismo, se calculó el COT para igual masa de suelo (masa equivalente) hasta un metro de profundidad, para cada combinación USO×SUELO. El cálculo se realizó según (Sisti et al., 2004):

donde, Cs es el stock de carbono total (Mg C ha-1) en el suelo a una profundidad donde la masa de suelo sea la misma que aquella observada en el perfil utilizado como referencia (perfil de mínima masa de suelo= 13627,5 Mg ha-1 que se correspondió con el tratamiento MIXTO del suelo HT),


Resultados y discusión

es la suma del contenido de carbono total (Mg C ha-1) desde la profundidad de muestreo 1 (superficial) hasta la profundidad de muestreo “n - 1” (penúltima) del perfil de suelo del tratamiento, “MTn” es la masa de suelo en la última profundidad de muestreo del suelo del tratamiento,

es la suma de la masa del suelo (Mg ha-1) desde la profundidad de muestreo 1 (superficial) a la “n” (última profundidad de muestreo) del perfil de suelo de referencia, y “CTn” es la concentración de carbono de la última profundidad de muestreo del suelo del tratamiento (Mg C Mg-1 suelo).

Análisis Estadístico

es la suma de la masa de suelo (Mg ha-1) desde la profundidad de muestreo 1 (superficial) a “n” (última profundidad de muestreo) en el perfil de suelo del tratamiento,

El análisis estadístico de los datos se realizó mediante el análisis de la varianza y la diferencia de medias a través del Test de Tukey al 5% (Neter y Wasserman, 1974). Se analizó el efecto de los factores independientes y su interacción (USO×SUELO) para cada profundidad. Se utilizó el programa estadístico Infostat versión 1.1 (InfoStat, 2002).

Las variables estudiadas no presentaron interacción entre factores (USO×SUELO) (P>0,05) y, por lo tanto, se analizaron en forma independiente. El COP (Cuadro 1) y el COT (Cuadro 2), expresados en concentración (gC kg-1), mostraron diferencias significativas en la profundidad de 0-10 cm según el USO, siendo mayor en el sistema MIXTO. Por otro lado, el COM no presentó diferencias entre usos para ninguna de las profundidades evaluadas. Esto indica que el aporte de carbono de las pasturas en los planteos mixtos, produjo modificaciones cualitativas, además de cuantitativas en el COT, debido a un incremento de la fracción lábil (COP) en los primeros centímetros del suelo. Los resultados encontrados en concentración demuestran la ventaja del uso de sistemas mixtos sobre los planteos de agricultura continua, en relación a la con-

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Suelo

centración de COT y su fracción más lábil (COP). En forma coincidente, Eiza (2005) concluyó que las rotaciones cortas de agricultura-pastura mejoran el COP y el COT. Esto se debe a que bajo pasturas hay una elevada densidad de raíces en los primeros centímetros del suelo y un gran aporte de restos de la biomasa aérea, lo que favorece la acumulación superficial de materia orgánica (Puget y Lal, 2005). Esta mayor concentración de COP en superficie, conduce generalmente a una mayor estabilidad estructural (Álvarez et al., 2012). Asimismo, en los sistemas mixtos el COP generalmente disminuye marcadamente con los años de agricultura y aumenta durante el ciclo de las pasturas, mientras que la fracción estable (COM) no sufre cambios frente a variaciones del manejo (Eiza, 2005). Al analizar el factor SUELO se observó que el COT presentó diferencias significativas de 10-20 cm, siendo mayor en los suelos HTA de textura franco limosa, que en los HE de textura franco arenosa (Cuadro 2). Al igual que el COT, el COM presentó diferencias significativas entre suelos, siendo mayores en los HTA de 0-10 cm y de 10-20 cm (Cuadro 1). Contrariamente, el COP no mostró diferencias significativas entre suelos en ninguna de las profundidades evaluadas. Es decir que el tipo de suelo incidió sobre el COT, debido a incrementos en el COM asociados a los suelos de textura más fina. Cuando se analizó el COT, expresado en concentración hasta un metro de profundidad, se observó que, en todas las situaciones evaluadas, el 40% o más del carbono se encontró en los primeros 20 cm (Cuadro 2). En forma coincidente, Jobbágy y Jackson (2000) evaluaron la distribución relativa del carbono en el primer metro de profundidad en distintos tipos funcionales de vegetación y encontraron valores cercanos al 40% en ecosistemas equivalentes al estudiado aquí. Sin embargo, las concentraciones de carbono difirieron tanto entre usos como entre suelos en algunas profundidades. Los suelos bajo planteos mixtos presentaron concentraciones de COT significativamen-

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Cuadro 1. Concentración de carbono orgánico particulado (COP), carbono orgánico asociado a la fracción mineral (COM), contenido de arena y arcilla en los diferentes tratamientos y profundidades.

0-10 cm COP

ARENA (g kg-1)

COM

ARCILLA

AGRÍCOLA

1,39 B

15,83 A

422 A

108 A

MIXTO

3,60 A

17,62 A

427 A

118 A

HE

2,40 a

15,02 b

534 a

90 b

HTA

2,60 a

18,45 a

316 b

135 a

COP

COM

ARENA

ARCILLA

AGRÍCOLA

1,2 A

14,60 A

454 A

115 A

MIXTO

1,4 A

16,16 A

429 A

130 A

HE

1,7 a

13,33 b

554 a

100 b

HTA

0,9 a

17,42 a

329 b

146 a

USOS

SUELOS

10 - 20 cm

USOS

(g kg-1)

*AGRÍCOLA: Agricultura continua; MIXTO: producción mixta; HE: Hapludoles énticos; HTA: Hapludoles thapto árgicos.Diferentes letras mayúsculas indican diferencias significativas entre usos y minúsculas entre suelos (P<0,05).

te superiores en 0-10 cm. Los suelos bajo agricultura continua, en cambio, mostraron un perfil de carbono más uniforme y en la profundidad de 40-60 cm, las concentraciones de COT se tornaron significativamente mayores que en los planteos mixtos. Los suelos HTA tienen mayor contenido de COT que los HE en los primeros 20 cm, presentando diferencias significativas solo en 1020 cm. Contrariamente, a mayor profundidad, las diferencias se invierten y los suelos HE presentan concentraciones de COT significativamente mayores que los HTA en la profundidad de 40-60 cm. Cabe mencionar que las diferencias que existen en las DAP entre suelos a lo largo de todo el perfil, inciden en los resultados. Cuando se analiza el COT expresado en t ha-1, desaparecen algunas diferencias y cambia la significancia estadística. Al analizar el efecto de los distintos usos

de suelos sobre el carbono almacenado, expresado en (t ha-1), no se observaron diferencias significativas en ninguna de las capas analizadas (Cuadro 2). Asimismo, el mayor contenido de COT (t ha-1) en los HTA en los primeros 20 cm no fue significativamente diferente al almacenado en los HE. Contrariamente, se observaron diferencias significativas en la capa de 20-40 cm, y los suelos HE presentaron mayor cantidad de COT acumulado. Más allá de las diferencias parciales encontradas en cada profundidad, el contenido de COT acumulado hasta el metro de profundidad calculado para una masa equivalente de suelo (COT Me), no presentó diferencias significativas entre usos ni entre suelos. Los resultados variaron entre 105 Mg C ha-1 y 117 Mg C ha-1 (Figura 1). El contenido de COT y su distribución vertical en el perfil del suelo, es particular-


Cuadro 2. Contenido de carbono orgánico total(COT) en profundidad expresado en concentración (g-kg-1) y en masa (t ha-1) para distintos usos y suelos. COT (g kg-1)

COT (t ha-1)

USOS

SUELOS

USOS

SUELOS

Profundidad

AGRICOLA

MIXTO

HE

HTA

AGRICOLA

MIXTO

HE

HTA

0-10 cm

17,2 B

21,2 A

17,5 a

21,0 a

23,48 A

27,97 A

24,21 a

27,24 a

10-20 cm

15,8 A

17,5 A

15,0 b

17,5 a

22,33 A

23,63 A

21,49 a

24,46 a

20-40 cm

12,0 A

10,3 A

12,4 a

9,9 a

29,25 A

28,7 A

32,6 a

25,35 b

40-60 cm

6,6 A

4,2 A

6,8 a

4,0 b

16,95 A

12,2 A

16,92 a

12,23 a

60-80 cm

4,2 A

2,9 A

4,3 a

2,9 a

10,02 A

8,23 A

9,49 a

8,76 a

80-100 cm

2,6 A

2,1 A

2,4 a

2,3 a

7,17 A

5,89 A

6,8 a

6,26 a

*AGRÍCOLA: Agricultura continua; MIXTO: producción mixta y en distintos suelos; HE: Hapludoles énticos; HTA: Hapludoles thapto árgicos. Diferentes letras mayúsculas indican diferencias significativas entre usos y minúsculas entre suelos (P<0,05).

Figura 1. Carbono orgánico total almacenado hasta un metro de profundidad, calculado en masa equivalente de suelo (COT Me).

*AGRÍCOLA: Agricultura continua; MIXTO: producción mixta; HE: Hapludoles énticos; HTA: Hapludoles thapto árgicos. Diferentes letras mayúsculas indican diferencias significativas entre usos y minúsculas entre suelos (P<0,05).

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Suelo

mente sensible al desarrollo de las raíces en las praderas ya que dichos sistemas poseen, en general, una relación raíz/tallo mayor que 3 (Jackson et al., 1996). Sin embargo, el manejo de las pasturas puede modificar esta relación, así como a las estructuras y procesos radicales (Johnson y Matchett, 2001). La producción primaria y la intensidad del pastoreo pueden ser factores determinantes de la distribución vertical de la biomasa subterránea (Rueda et al., 2010). En el presente estudio, el pastoreo pudo haber inducido a una alta concentración de raíces en superficie, aumentando el contenido de COT en capas superficiales y disminuyendo en profundidad. Sin embargo, son necesarios estudios más específicos para comprender el comportamiento radical de las pasturas bajo diferentes situaciones de pastoreo. Por otro lado, Noellemeyer et al. (2006) al comparar la estratificación del carbono en suelos de la Pampa Semiárida, concluyeron que las variaciones en los contenidos de COT y sus fracciones en superficie están más influenciados por la cantidad de carbono que ingresa al suelo; mientras que el carbono en subsuperficie, es más dependiente de los efectos de la textura y de la estabilización de los compuestos or-

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gánicos. Estas conclusiones coinciden con lo observado en el presente trabajo donde el tipo de suelo incidió sobre el COT en la profundidad de 10-20 cm debido a incrementos en el COM en los suelos de textura más fina (HTA). Esta importancia no sólo se relaciona con el efecto de la textura como condicionante de la disponibilidad de agua para la actividad biológica, sino también con el efecto protector o estabilizador que tiene la fracción mineral fina sobre los compuestos orgánicos más estables (Neufeld et al., 2002). Sin embargo, en el estrato 20-40 cm en los HTA se observa una disminución importante del COT, tanto expresado en concentración como en masa, comparado con los HE. La arquitectura radical del cultivo puede modificarse por la presencia de impedancias mecánicas que dificulten el crecimiento de las raíces en profundidad (Díaz-Zorita et al., 2002). En general, la presencia de un horizonte subsuperficial con un incremento abrupto en la DAP limita el crecimiento de las raíces y puede generar cambios en las concentraciones de COT (Don et al., 2007). Varios trabajos anteriores en la región bajo estudio, hacen referencia al efecto del horizonte 2Bt de los suelos HTA sobre el desarrollo vegetal (Díaz-Zorita, 1997; Díaz-Zorita et al., 2002). Imbellone y Giménez (1998) encontraron en suelos del área la presencia de fragipanes que son muy duros cuando están secos y poseen escaso contenido de materia orgánica. Los HTA aquí estudiados, presentaron valores de DAP que llegaron a valores de 1,6 g cm3 en el 2Bt, mientras que en los HE a igual profundidad se observaron valores de 1,38 g cm3. Este valor medio de 1,6 g cm3 que supera el umbral crítico para el crecimiento radical (USDA, 1999), pudo haber dificultado el crecimiento radical y, consecuentemente, generó un ingreso de carbono restringido en profundidad. Desde el punto de vista ambiental y su potencial para atenuar el cambio climático, el secuestro de carbono orgánico expre-

sado en masa equivalente, no presentó diferencias entre suelos ni manejos.

Conclusiones Los stocks de carbono en 0-100 cm, calculado en masa equivalente de suelo, no reflejaron cambios por los diferentes usos y tipos de suelos. Si bien se esperaba un incremento en el secuestro de COT en los HTA debido al mayor contenido de material fino en el horizonte 2Bt, las características físico-mecánicas desfavorables para el crecimiento radical de este horizonte primaron por sobre su capacidad protectora del carbono al limitar el ingreso de material orgánico en profundidad. El uso sólo produjo cambios en la distribución vertical del COT y en la concentración. Probablemente, la ausencia de diferencias entre usos se relacione, en parte, con que el secuestro de carbono haya sido afectado en mayor medida por el excesivo pastoreo que por el tipo de uso del suelo. Sin embargo, son necesarios estudios más específicos para comprender el comportamiento radical de las pasturas bajo diferentes situaciones de pastoreo. Los resultados obtenidos contribuyen a la comprensión de la capacidad de captación de carbono en el suelo según el suelo y uso del mismo, y sus implicancias sobre el cambio climático.

Agradecimientos Los autores agradecen al INTA Castelar y a la Universidad de Buenos Aires por haber facilitado el apoyo económico (UBACyT Programación 2014-2017 20020130100274BA) e infraestructura para realizar el presente trabajo. La bibliografía completa del presente artículo, se puede consultar en http:// agronomiayambiente.agro.uba.ar”


39


Suelo

Métodos geofísicos para evaluar la contaminación de los feedlots La actividad ganadera de engorde a corral puede impactar en el ambiente por el manejo de las excretas de los animales. Este estudio evalúa la distribución de las concentraciones de nitrógeno y fósforo en suelos de corrales con diferente tiempo de uso, y analiza su impacto en el agua subterránea. Por: Márquez Molina, J.J.1; Sainato, C.M.1*; Heredia, O.S.1; Urricariet, A.S.1,2 Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires * Correo: csainato@agro.uba.ar 1

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El engorde de animales en corrales lleva 20 años en Argentina como una alternativa de producción de carne bovina con diversos objetivos (Pordomingo, 2013). Desde hace varios años, casi toda la producción de aves y cerdos se realiza en confinamiento. La lechería e invernada sólo comenzó a intensificarse en las dos últimas décadas. El avance territorial de la frontera agrícola por la expansión de los cultivos extensivos, por ejemplo en la región Pampeana, llevó a que la ganadería de menor rentabilidad relativa, cediera las mejores tierras, circunscribiendo su desarrollo a superficies más reducidas y en campos de menor calidad de suelos. Esto significó la puesta en marcha de un proceso de relocalización de la ganadería, especialmente en la etapa de recría y terminación final (Robert, et al., 2009). La intensificación de los sistemas ganaderos incrementa los flujos de energía y de nutrientes, así como los riesgos de contaminación. Los animales excretan al ambiente entre 60 y 80% del N y P que ingieren a través de la orina y las heces (Herrero y Gil, 2008). Como consecuencia del confinamien-

to, los residuos se acumulan en una porción pequeña y limitada de terreno; por tanto, la actividad ganadera intensiva en corral impacta en el ambiente con las excretas de los bovinos. Zhu et al. (2004) encontraron que el lixiviado de nitratos en corrales en suelos limosos, con actividad mayor a 20 años, puede llegar a profundidades mayores a 30 cm en el suelo. El P se mueve lento y sus concentraciones alcanzaron los 2500 mg.kg-1 en los primeros 30 cm, a lo largo de 60 años de actividad. Los métodos geofísicos eléctricos, en particular la tomografía de resistividad eléctrica (TRE) y los mapeos por inducción electromagnética (EMI), resultan eficientes para la exploración del agua subterránea y del suelo para caracterizar la contaminación por diferentes fuentes (Allred et al., 2008). Estos métodos se centran en estudiar la conductividad eléctrica aparente del suelo medida en el campo, que depende de la textura, el contenido de agua y la salinidad de la solución del suelo, entre otros factores. Según sea la profundidad de penetración del método, se podrá caracterizar la zona no saturada o la saturada (Corwin and Lesch, 2005). El incremento en la concentración de sales de los sistemas de producción agrícola fue evaluado con estos métodos en forma satisfactoria. Sin embargo, la contaminación por la actividad ganadera no es un tema que haya sido abordado con frecuencia mediante el uso de la metodología geofísica. El objetivo de este estudio fue aplicar los métodos de tomografía de resistividad eléc-


trica (TRE) y sondeos por inducción electromagnética (EMI) para evaluar la distribución de las concentraciones de de N-NO3- y P en los suelos de textura franco arcillo limosa, de dos corrales de engorde con diferente tiempo de uso, en la zona de la pampa húmeda (provincia de Buenos Aires). Asimismo, se propuso analizar su impacto en el agua subterránea. La hipótesis fue que las concentraciones de N-NO3- y P en el suelo son más elevadas en el corral con mayor tiempo de uso. Una segunda hipótesis fue que la textura fina de los suelos podría contribuir a un menor aumento en las concentraciones de estos iones en el agua subterránea. Materiales y métodos Características del sitio de estudio El establecimiento de engorde a corral estudiado se encuentra en las cercanías a la localidad de San Pedro (Buenos Aires, Figura 1). La textura de los suelos de la zona (Argiudoles Típicos) es franco arcillo limosa (INTA, 2015). Las principales formaciones hidrogeológicas son: el Pampeano (arcillo limoso) hasta los 20 m de profundidad, aproximadamente, y las arenas Puelches, a los 50 m de profundidad, aproximadamente. Por debajo, se hallan las arcillas de la Formación Paraná (Auge, 2004). El clima de la región es templado cálido, con temperatura anual promedio de 17° C (INTA, 2012). La precipitación media ronda los 1000 mm anuales, concentrada principalmente en el semestre cálido, y el área se caracteriza por un exceso de las precipitaciones sobre la evapotranspiración durante los meses de invierno y por un leve déficit durante los meses de verano. Se estudiaron dos sitios en un área con dimensiones aproximadas de 50 m x 30 m: en un corral (denotado como CNu -Nuevoen la figura 1) con una actividad previa de engorde de los animales de un año; y otro corral (denotado como CAn -Antiguo-), con doce años de uso previo a este estudio. El estiércol se removía dos a tres veces por semana y se acumulaba en la parte central

Figura 1. Localización de la zona de estudio. Se muestran los dos corrales estudiados (corral CNu y corral CAn) y los pozos W1, W2, W3, y W4 con profundidad al acuífero freático. El pozo DW tiene una profundidad mayor, cercana a los 50 m.

de los corrales. En ambos corrales, se realizaron sondeos por dos métodos geofísicos para caracterizar la distribución de conductividad eléctrica indicadora de la potencial contaminación en el suelo y el agua subterránea: por inducción electromagnética (EMI) y por tomografía de resistividad eléctrica (TRE) (Allred et al., 2008). A fin de comparar resultados con los valores de referencia del entorno, se realizó una TRE en un lote adyacente (testigo, TRE test), sin presencia de animales, al oeste del corral CNu (Figura 1). Sondeos EMI Los sondeos fueron llevados a cabo con un conductímetro multifrecuencia EMP-400 (GSSI, Geophysical Survey Systems Inc.), con un espaciamiento entre espiras de 1,22 m y ancho de banda operacional entre 1 y 16 kHz. Las mediciones de conductividad eléctrica aparente fueron hechas a las frecuencias más altas de 16 kHz, 15 kHz y 14 kHz, ya que se buscó evaluar la zona no saturada y los primeros metros de la zona saturada. El mapa de conductividad eléctrica aparente (CEa) obtenido fue usado para guiar el muestreo de suelos en forma de grilla, y

se tomaron muestras en sitios que tuvieran una CE comprendida en distintos rangos de valores. La profundidad de investigación teórica fue estimada entre 3 y 4 m (Huang, 2005), teniendo en cuenta para su cálculo las resistividades del sitio testigo de trabajos previos en el área y la frecuencia de 16 kHz. Tomografía de resistividad eléctrica (TRE) Se empleó un resistivímetro SARIS (Scintrex Limited) para los sondeos eléctricos. Se utilizó la configuración dipolo-dipolo (Allred et al., 2008), con una distancia de 2 m entre electrodos y con una longitud total de transecta de 50 m. Las mediciones se tomaron hasta 12 m de distancia entre electrodos de corriente y voltaje (n=6). Los datos experimentales fueron invertidos, obteniéndose modelos bidimensionales (2D) de resistividad eléctrica (inversa de la CE), usando el programa DCIP 2D desarrollado por UBC-GIF (University of British Columbia, Geophysical Inversion Facility). Es decir, se obtiene un modelo de distribución de la resistividad eléctrica de la tierra que varía lateralmente y en profundidad.

41


Suelo

Suelos Los suelos de la zona son Argiudoles Típicos (INTA, 2015). En primera instancia, se realizó una calicata en un extremo del lote testigo para caracterizar el perfil de suelo. Luego de la exploración EMI, se diseñó un muestreo de suelos en grilla hasta 1,5 m de profundidad aproximadamente, y se eligieron sitios con distinto rango de CE. Se extrajeron muestras a intervalos de: 0-10 cm, 10-30 cm, 30-50 cm, 50-90 cm, 90-120 cm y en algunos sitios, 120-150 cm. Se midió contenido volumétrico de agua, concentración de nitrógeno de nitratos (N-NO3-) y de fósforo disuelto o disponible (Pe). Los nitratos fueron extraídos de muestras de suelo húmedas con una solución de CuSO4 y la concentración de N-NO3- fue determinada por colorimetría después de la reducción de NO3- a nitritos (Dahnke, 1990). En cada sitio de muestreo, se estimó además el contenido acumulado de N-NO3- (kg N-NO3- ha-1) en el perfil del suelo, sumando las contribuciones de todas las capas muestreadas a través de la suma de los productos entre la concentración del elemento, el espesor de la capa y su densidad aparente. Retomando lo que plantean Heredia y Fernández Cirelli (2007), respecto a que el Pe (extractable) es un buen estimador del fósforo disuelto (disponible) en suelos con acumulaciones orgánicas, el mismo se determinó mediante la técnica de Bray y Kurtz (1945) descrita en Page (1982). Además, el Pe acumulado en el perfil de suelo entre 0 y 80 cm, fue estimado como la suma de las contribuciones de todas las capas muestreadas. Posteriormente, para evaluar la interdependencia de la variables medidas en el suelo en cada uno de los corrales (CNu, CAn y muestra testigo), se realizó un análisis de componentes principales (ACP), que se llevó a cabo mediante la aplicación InfoStat versión 2015 (Di Rienzo et al., 2015). Se designaron como variables de respuesta a los valores medidos de N-NO3-, Pe, humedad equivalente (He) y la CE como la inversa de la resistividad eléctrica (1/ρ). Todas ellas esti-

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lores: W1: 11 m; W2: 10,5 m y W1: 10,12m; W2: 9,95 m, respectivamente. Los valores en ambos pozos siempre difieren levemente y disminuyen la profundidad hacia el NO del corral. En el corral CAn, se realizaron dos perforaciones cercanas: una hacia el O (pozo W3) en la zona más alta; y otra hacia el E, W4 (en el bajo respecto al corral). Al momento del estudio, tenían un nivel estático a una profundidad de 11,63 m y 6,74 m, respectivamente. Tres años después, el nivel estático medido fue W3: 9,24 m y W4: 4,21 m. En ambas situaciones temporales, la profundidad de la freática fue menor en la zona baja del corral. En el momento de los sondeos geofísicos, junto a la medición de niveles freáticos, se realizó un primer muestreo del agua subterránea para su análisis físico-químico, seguido por un segundo y tercer muestreo (dos y tres años después del primero). Las precipitaciones anuales fueron de 1287 mm para el año del primer muestreo y 769 mm al siguiente año. En los años del segundo y tercer muestreo fueron 907 mm y 1479 mm, respectivamente. En las muestras obtenidas se midió pH, Conductividad eléctrica (CE), y concentraciones de los iones mayoritarios: Na+ y K+ (por

madas para una profundidad de 80 cm. Se compararon 28 casos, cuyos datos fueron estandarizados, para realizar el análisis sobre la matriz de correlación en lugar de la matriz de covarianza de las variables. Se seleccionaron 2 componentes principales (CP1 y CP2) para el desarrollo del análisis, que fueron utilizados para la elaboración del gráfico de dispersión de las observaciones. Análisis de aguas En el corral CNu (Figura 1), se realizaron dos perforaciones de aproximadamente 15 m de profundidad para medir el nivel freático y el muestreo del agua subterránea. Una estaba situada en el extremo NO del corral (W1) y otra en el límite SE (W2), y al momento del estudio tenían un nivel estático a una profundidad de 12,55 m y 12,37 m, respectivamente. También se ubicó un pozo considerado testigo BW a 1 km de distancia de los corrales, y otro pozo (DW) (con 50 m de profundidad), más profundo que los de las perforaciones realizadas para este estudio, ubicado a 25 m hacia el este del corral CNu (Figura 1). La profundidad de los niveles estáticos se volvieron a medir dos y tres años después del estudio geofísico con los siguientes vaTabla 1. Análisis de suelo de la calicata. Horizonte

Prof. §

M.O. §

C

N

P

pH

a.

cm

%

%

%

Mg.kg

A

0/24.5

3.08

1.54

0.180

7.23

AB

24.5/36

2.76

1.38

0.120

4.89

Bt1

36/48

1.64

0.82

0.072

Bt2

48/89

1.24

0.62

BC

>89

0.80

0.40

CE§

Arcilla

Limo

Arena

dS.m

%

%

%

5.43

0.37

27.50

39.17

33.33

5.84

0.28

27.50

39.17

33.33

4.04

6.46

0.27

35.00

34.05

30.95

0.051

4.01

6.87

0.27

40.00

26.67

33.33

0.050

4.26

7.32

0.36

22.50

51.31

26.19

-1

-1

Horizonte

Prof.

Ca

Mg

Na

K

CIC§

b.

cm

meq/100 g

meq/100 g

meq/100 g

meq/100 g

meq/100 g

A

0/24.5

9.02

1.43

0.480

0.96

17.00

AB

24.5/36

9.55

1.43

0.510

0.91

15.76

Bt1

36/48

10.00

1.26

0.550

0.75

15.49

Bt2

48/89

10.71

1.11

0.620

0.61

15.51

BC

>89

9.00

1.39

0.380

0.390

11.89

§Prof.: profundidad de muestreo, M.O.: materia orgánica, CE: conductividad eléctrica. CIC: capacidad de intercambio catiónico. Prof.: Depth of sampling, M.O.: organic matter, CE: electrical conductivity. CIC: cationic exchange capacity


fotometría de llama), Ca+ y Mg2+ (titulación EDTA), Cl- (método volumétrico-argentometría), SO42- (por método turbidimétrico), HCO3- y CO32 (método volumétrico), NO3 (método colorimétrico Sneed) (APHA, 2017).

Figura 2. Mapas de CEa obtenidos con el sondeo EMI de 16 kHz. Se muestran también las líneas de Tomografías de Resistividad Eléctrica TRE y los sitios de muestreo de suelos señalados con un punto. (a) Corral CNu. Los valores en blanco corresponden a N-NO3- y en paréntesis a los de Pe, en kg.ha-1, acumulados en el perfil de suelo de 0 a 80 cm. (b) Corral CAn. Los valores corresponden a N-NO3- y en paréntesis los de Pe, en masas en kg.ha-1 acumuladas en el perfil de suelo de 0 a 80 cm.

Resultados La textura del suelo resultó franco arcillosa hasta los 40 cm, arcillosa de 40 a 89 cm y franco a mayor profundidad (Tabla 1). Las líneas de sondeos de TRE para el Corral CNu se muestran en la Figura 2a y para el corral CAn, en la Figura 2b, y se encuentran superpuestas al mapa de CEa obtenido por EMI. Se indican también los sitios de muestreo de suelos junto con las concentraciones de N-NO3- y Pe acumulado en el perfil de suelo. Los modelos de resistividad eléctrica obtenidos por inversión de la TRE para el CNu se muestran en la Figura 3a, y para el corral CAn en la Figura 3b. Al modelo de las líneas centrales, se incorporó el montículo de estiércol distinguible en la topografía. Corral CNu Para la línea testigo, la conductividad eléctrica CE obtenida como inversa de la resistividad en los modelos TRE, tiene un valor de 90 mS.m-1 hasta aproximadamente el metro de profundidad, y aumenta con ésta hasta a un valor de 143 mS.m-1, aproximadamente. Como el nivel freático se encontraba cerca de los 12,4 m de profundidad, se puede inferir que la zona saturada también alcanza este valor de CE. Las líneas dentro del corral CNu tienen valores más altos de CE en zona no saturada, donde se alcanza 200 mS.m-1. La distribución de CE tiene bastante heterogeneidad, como se muestra en la línea L2 debajo del montículo de estiércol, pero las anomalías conductoras llegan a 10 m de profundidad, aproximadamente, donde pueden alcanzar la zona saturada. Estos valores de CE coinciden con los rangos obtenidos en la exploración por EMI, donde también se observa una anomalía de alta CE (145 mS.m-1) en la zona por debajo del montículo de estiércol (Figura 2a). Las concentraciones de N-NO3- en el sitio

testigo Test (adyacente a la línea TRE-test), no superan el valor 10 mg.kg-1 (Figura 4). Mientras que en los sitios dentro del corral hasta los 40 cm de profundidad y en algún caso hasta los 60 cm, los valores son mayores superando 60 mg.kg-1, con máximos (casi 100 mg.kg-1) en la línea de muestreo 5 en la zona SE del corral. El contenido de humedad en el sitio tes-

tigo está entre 20 y 40%. En el corral, los mayores valores de humedad (entre 62 y 80%) se encuentran en la línea de muestreo 3 paralela a la línea de TRE L-2 (Figura 2a), ambas atravesando el montículo central de estiércol. Allí, las resistividades son bajas con algunos sectores más resistivos, probablemente por la presencia de espacio vacío (aire) entre la materia orgá-

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Suelo

Figura 3. Modelos de resistividad eléctrica obtenidos de la TRE. La línea testigo se ubica en un lote contiguo con producción agrícola continua, sin presencia de animales, señalizado en la Figura 1 como TRE-test. (a) Corral CNu. Corresponden a las tres líneas de la Figura 2a. (b) Corral CAn. Corresponden a las líneas de la Figura 2b.

nica del estiércol. La CEa obtenida en el sondeo EMI tiene un máximo coincidente con la muestra CNu-B3. Sin embargo, la concentración de N-NO3- a lo largo de la línea 3, paralela a la TRE L-2, tiene valores más bajos que el resto de las líneas, con un mínimo en la muestra CNu-B3 ubicada en el centro del corral. Por el contrario, a lo largo de las líneas TRE L-1 y L-3, los valores de resistividad son bajos y la CE no es demasiado alta. Además, en las muestras

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CNu-A1 a CNu-C1 y CNu-A5 a CNu-C5, respectivamente, se observa que los valores de humedad no son tan altos como en la zona central del corral. Por otro lado, las concentraciones de N-NO3- son mayores en los extremos que en la zona central del corral (esto se visualiza en los valores de N-NO3- acumulado en el perfil, Figura 2a). Los mayores valores de Pe se encuentran en los primeros centímetros del perfil de suelo (menor a 20 cm) debido a su

menor movilidad respecto al nitrógeno en la solución del suelo (Figura 5). Las masas acumuladas de Pe en el perfil de suelo hasta 80 cm, aumentan en algunos casos hacia las zonas más bajas respecto de la zona central con acumulación de estiércol, lo que podría estar inducido por el escurrimiento superficial (Figura 2a), tal como fue encontrado por Chagas et al. (2007) quienes detectaron altos niveles de fósforo en el agua de escurrimiento en el mismo feedlot de este estudio. Corral CAn En el sondeo testigo (TRE-test), los valores de resistividad en zona no saturada fueron cercanos a 11 ohm.m y entre 6-8 ohm.m en zona saturada (Figura 3b). Se puede observar que en las TRE de todas las líneas del corral CAn, los valores de resistividad son más bajos (entre 2 y 8 ohm.m) indicando un mayor grado de humedad y/o de salinización del suelo. Estas resistividades también son menores que en el corral CNu. La línea 3 y la línea 7 que atraviesan la zona central del montículo de estiércol presentan anomalías más conductoras y otras resistivas en la zona no saturada. La zona saturada no parece experimentar un cambio respecto al testigo. Los valores de N-NO3- decrecen a partir de los 20 cm de profundidad, análogamente a lo que sucedía en el corral CNu (Figura 6). En la línea 3 (sobre el montículo de estiércol) y en la línea 6 (en la zona baja), superan los del testigo Test (ubicado al NO del corral CNu). Los valores son mínimos en el centro del corral (muestras B), salvo para el caso del sitio B6 que posee valores altos en los primeros centímetros de profundidad. Se definieron zonas que presentaron las concentraciones menores de nitrógeno de nitratos en el suelo en los alrededores de las concentraciones de estiércol. Los valores de humedad volumétrica rondan entre 40 y 80%, siendo mayores que en el caso de la muestra testigo (Test),


que oscila entre 20 y 40%, y con valores altos en las líneas que pasan por el montículo central de estiércol (cuyos valores de CE en la zona no saturada también son más altos). La distribución de humedad es similar a la del corral CNu. Los valores de Pe disminuyen con la profundidad, aunque se encontraron concentraciones altas en las muestras B3 y B4 de la zona central del corral a 80 cm (Figura 7). Se observa una disminución de N-NO3acumulado en el perfil de suelo (0 a 80 cm) en la zona por debajo del montículo de estiércol y se detecta un aumento hacia los extremos del corral (Figura 2b), análogamente a la distribución del corral CNu. El Pe no presenta una tendencia definida de aumento hacia una zona en particular aunque se halla un máximo en la zona central. El resultado del ACP, se presenta en la Figura 8, donde se puede ver que la primera componente (CP1) separa a los valores de He y Pe del resto de las variables, indicando

Figura 4. Corral CNu; (a) Concentraciones de N-NO3-; y (b) contenido de humedad volumétrica en función de la profundidad para los distintos sitios de muestreo. La muestra Test corresponde al sitio donde se encuentra la línea testigo TRE-test (Figura 1).

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Suelo

que la mayor variabilidad entre los puntos de muestreo de los corrales se presentan con este par de propiedades del suelo, que a su vez presentan una alta correlación entre sí (0,6). Por otra parte, el N-NO3- se presenta como la tercera variable distinguida por la CP1, que se encuentra correlacionada de manera negativa con las variables He y Pe. La dirección de la variable de N-NO3- y los valores observados de la misma, permiten distinguir que los mayores valores se presentan en la mayoría de los casos en las muestras localizadas del corral CAn (muestras ubicadas parte superior-izquierda). Mientras que en la parte inferior-izquierda se ubican las muestras correspondientes al corral CNu. Luego de explicar la variabilidad en los valores de He, Pe y NNO3- en ambos corrales, se debería destacar la variabilidad introducida por los valores de la CE (1/ρ), explicada por la CP2; en donde se distinguen puntos de muestreo que presentan valores altos de CE localizados en el corral CAn, principalmente en las cercanías de la zona de acumulación de estiércol del corral. Por otra parte, en este grupo se distingue el punto CNu-B3, que si bien corresponde al corral CNu, se localiza justo en la zona de acumulación del estiércol (zona central del corral). Finalmente, con las dos CP se explicó el 73% de la variabilidad total en las observaciones, un 48% con la CP1 y el 25% restante con el CP2. Para este caso, al verificar el valor de los autovectores (e1 y e2) reportados en el ACP, se puede visualizar que al construir la CP1, las variables He y Pe reciben los pesos positivos más altos 0,61 y 0,59, respectivamente, y la variable N-NO3- recibe el peso negativo más alto con un valor de -0,50. Análisis de aguas El valor de referencia de CE en el pozo testigo lejos del feedlot es de 413 μS.cm-1 y en todos los pozos cercanos a los corrales, el valor de CE fue más alto (Tabla 2). En las muestras del Corral CNu, se observa un incremento solamente en las concentraciones de nitratos en el segundo y tercer muestreo.

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Figura 5. Corral CNu. Concentraciones de Pe para los distintos sitios de muestreo en función de la profundidad. La muestra Test corresponde al sitio donde se encuentra la línea testigo TRE-test (Figura 1).

En el corral CAn, el aumento de los nitratos en el segundo y tercer muestreo es mayor al del corral CNu, al igual que los cloruros y sulfatos. Sin embargo, en el tercer muestreo los valores de nitratos y sulfatos en el pozo de nivel freático más superficial (W4), disminuyen en un año de muestreo que resultó ser más lluvioso (1479 mm). Esto también se refleja en una disminución en la profundidad de los niveles freáticos, lo que contribuiría a la movilidad y/o disolución de las concentraciones de estos iones. Los fosfatos se midieron en el segundo muestreo pero no se detectaron concentraciones de este ion en el agua. En el tercer muestreo, tampoco se detectaron fosfatos con excepción del pozo W4 con una concentración de 0,001 mg. L-1. El análisis de comparación de medias, indicó para todos los casos de parámetros físico-químicos evaluados en ambos corrales, para los años de muestreo 1 y 3, que no se presentaron diferencias significativas entre los corrales para un nivel de significancia de p > 0,05. Discusión En este trabajo se comparó el impacto de la actividad de feedlot en dos corrales con distinto tiempo de uso bajo un suelo franco arcilloso. Se inició en base al estudio geofísico eléctrico y electromagnético que dio pruebas de ser eficiente en otros casos, como

el estudio de la contaminación por rellenos sanitarios de Soupios y Ntarlagiannis (2017), donde la distribución de CE estuvo asociada a parámetros como el gradiente de concentraciones de contaminantes. En este estudio se vio que la CE resultó mayor dentro de los corrales que en los sitios testigos, mientras que las concentraciones de N-NO3- también siguieron esa tendencia. La conductividad eléctrica de la zona no saturada, incluyendo el suelo, estuvo mayormente influenciada por el contenido de humedad. Las concentraciones y las masas acumuladas en el perfil del suelo hasta 80 cm, tanto para el caso de N-NO3- como de Pe, fueron mayores en los extremos que en la zona central del corral sujeta a la acumulación de estiércol. En el caso del fósforo, podría estar inducido por el escurrimiento superficial, también detectado en este feedlot en los estudios de Chagas et al. (2007). Las bajas concentraciones de nitrógeno de nitratos en el centro del corral podrían estar asociadas al alto contenido de humedad y también al espacio aéreo en el montículo de estiércol, ya que contribuirían al proceso de desnitrificación. Esto concuerda con lo obtenido por Sainato el al. (2012) en un corral de feedlot también bajo suelo Argiudol cercano a la ciudad de Buenos Aires. Los autores encontraron mayor conductividad eléctrica, medida mediante TRE y en laboratorio, en los corrales que en


el sitio testigo. Sin embargo, asociaron los máximos de la CE obtenida en los sondeos con la ubicación de la zona de alimentación y en las zonas bajas de escurrimiento de los efluentes. En nuestro trabajo, el corral con mayor tiempo de uso exhibió mayor contaminación que el que tenía una actividad incipiente al momento de este estudio. Se podrían comparar estos comportamientos con lo observado en el corral de engorde vacuno que estudiaron Márquez et al. (2015), en una zona climatológicamente más seca y con suelos de textura franco arenosa (Trenque Lauquen). Estos autores detectaron mayor concentración de nitratos y fósforo, también en los extremos de los corrales. Pero la distribución estuvo asociada a la presencia de una fuente puntual, como el comedero o bebedero de los animales; o en zonas bajas, por efecto del escurrimiento superficial y subsuperficial. Esto estaba relacionado con una pendiente topográfica más pronunciada que la de los dos corrales de este estudio. El estudio de ACP permite interpretar que la CP1 podría contrastar sitios del suelo dentro de los corrales donde se presenten

Figura 6. Corral CAn. Concentraciones de N-NO3- y contenido de humedad volumétrica en función de la profundidad para los distintos sitios de muestreo.

Figura 7. Corral CAn. Concentraciones de Pe en función de la profundidad para los distintos sitios de muestreo del corral.

47


Suelo

Figura 8. Biplot – ACP entre variables concentración de N-NO3-, Pe, He y 1/ρ en los corrales CNu y CAn.

altos valores de He y Pe contra sitios donde es probable que las concentraciones de N-NO3- sean bajas. Esto puede deberse a los distintos mecanismos que favorecen el transporte de estos nutrientes dentro del corral, como por ejemplo el escurrimiento superficial de sedimentos para el caso del fósforo y la infiltración de N-NO3- en zonas donde se presenten anegamientos dentro del corral. En nuestro caso, los valores de CE del agua subterránea fueron mayores en los pozos cercanos a los corrales que en los testigos, mostrando los modelos de TRE que las anomalías de alta CE podían alcanzar la zona saturada. Sainato el al. (2012) también encontraron buena correlación entre la CE aparente medida en los sondeos geofísicos y la CE del agua, donde los niveles freáticos no superan los 4 m de profundidad, incre-

48

mentándose en el sentido del flujo subterráneo. Prácticamente no se detectaron fosfatos en el agua subterránea. Esto podría deberse a la fuerte retención por adsorción que tienen los coloides minerales sobre este elemento, que no ocurría en los corrales de suelos de textura franco arenosa de Trenque Lauquen (Márquez et al., 2015). Allí se encontraron fosfatos, que llegaron a concentraciones mayores (máximo de 2,43 mg.L-1) que los de este estudio, en el que sólo se detectaron fosfatos en el pozo del bajo W4 en muy baja concentración (Tabla 2). Este comportamiento fue similar en los cloruros y sulfatos. Las concentraciones de los suelos franco arenosos de los corrales estudiados por Márquez et al. (2015), superaron de 5 a 10 veces a los de este estudio, específicamente en el corral donde el nivel

freático se encontraba más superficial. Según los autores, en Trenque Lauquen, el impacto de los nitratos en el agua subterránea se observó con mayor notoriedad en el corral con mayor tiempo de uso y con valores que alcanzaron 56 mg.L-1. Mientras que en nuestro trabajo, las concentraciones superaron este valor solamente en el corral con mayor tiempo de uso, en el pozo del bajo topográfico. La profundidad del nivel freático en los corrales de engorde de la localidad de San Pedro fue oscilante durante los tres años: para el corral CNu, entre 10 m a 12m; y para el caso del corral CAn, en el pozo W3 fue 10 m, y de 5 m en el pozo W4. En este sentido, no se evidenció el efecto directo de los lixiviados sobre el agua subterránea. La no afectación del recurso de agua subterránea, tanto en el caso del corral CNu como el del CAn, puede deberse a la textura del suelo (franco arcillo limoso), y para el caso de estos corrales, la tasa de infiltración puede ser nula (Chagas et al., 2007). Con esto, se limita el transporte de solutos en el perfil de suelo y la lixiviación hacia el agua subterránea. Conclusiones La evaluación del impacto de la actividad de feedlot en dos corrales con distinto tiempo previo de permanencia de los animales, fue analizada a través de métodos geofísicos en una zona de la pampa húmeda. • La conductividad eléctrica de la zona no saturada, incluyendo el suelo, estuvo mayormente influenciada por el contenido de humedad. • Se pudieron definir zonas que presentaron las mayores concentraciones de nitratos en el suelo en los alrededores de las concentraciones de estiércol. • El fósforo también se acumuló por escurrimiento superficial en los límites de los corrales. • El corral con mayor tiempo de uso, exhibió mayor concentración de estos nutrientes que el que tenía una actividad incipiente al momento de este estudio.


• El efecto directo de los lixiviados sobre el agua subterránea, observado en estudios anteriores en un feedlot bajo suelo de textura franco arenosa, no se evidenció en nuestro caso. • La mayor profundidad del nivel freático y la textura más fina del suelo habrían contribuido a una menor contaminación por nitratos del agua subterránea, aunque no se descarta un incremento de la misma a largo plazo. • El conocimiento de la distribución espacial de la conductividad eléctrica aparente en los corrales de feedlot a través de la geofísica, junto con la calibración a campo, permite dar información de entrada para modelos de flujo y transporte así como elaborar escenarios de simulación para tomadores de decisiones en los futuros emplazamientos de los feedlots. Agradecimientos Este trabajo fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Argentina) y la Universidad de Buenos Aires.Agradecemos la colaboración de la técnica de laboratorio L. Palazzesi.

Tabla 2. Análisis físico-químico del agua de los pozos: testigo BW; profundo DW; W1, W2, W3 y W4 aledaños a los corrales CNu y CAn, respectivamente. M1 corresponde al muestreo simultáneo a los sondeos geofísicos; M2 y M3, a dos y tres años después de los mismos, respectivamente. Pozo

Na+

K+

Ca2+

Mg2+

Cl-

SO42-

CO32-

HCO3-

NO3-

CE

M1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

mg.L-1

μS.cm

pH

BW

36

36

25

15

10

13

-

252

7

413

7.73

DW

123

21

23

12

15

1

-

449

-

677

7.44

W1

93

28

24

13

15

14

-

378

-

667

7.50

W2

98

26

40

20

12

1

-

441

-

661

7.33

W3

43

36

23

13

10

13

-

294

7

634

7.40

W4

135

26

33

16

12

7

-

462

-

660

7.45

DW

129

18

19

8

17

10

-

415

29

778

7.9

W1

27

25

54

31

14

15

-

385

30

715

7.56

W2

60

19

42

20

14

10

-

369

26

715

7.64

W4

31

26

75

24

28

15

-

415

90

882

7.73

DW

144

2

16

9

10

8

-

429

26

799

8.05

W1

34

30

60

24

11

6

-

366

34

653

7.84

W2

46

28

74

23

12

7

-

434

31

748

7.95

W3

44

30

43

31

15

52

-

322

39

888

7.73

W4

28

29

83

26

37

8

-

371

56

1024

7.87

M2*

M3

*CE: Conductividad eléctrica; en el segundo muestreo no pudo accederse a obtener muestra en el pozo W3.

Resulta clave apuntar a Sistemas Mixtos no sólo como una forma de contribuir al ambiente sino además como una apuesta a la rentabilidad a largo plazo. El presente artículo es un resumen del trabajo original “La contaminación por “Los sistemas integrados no son novedad, pero sí un concepto reemergente que permite tener más sustentabilidad. Se incrementan los nutrientes, se logra un mejor uso del agua y se mitiga el efecto invernadero”, remarcó su colega Julio Galli, titular de la cátedra de Sistemas de Producción Animal Area Bovinos y Porcinos de la UNR en el XXIII Congreso Aapresid “Biosapiens”.

actividad de engorde en corral bajo un suelo argiudol típico evaluada mediante métodos geofísicos”, de los mismos autores previamente citados. El artículo completo junto con la correspondiente bibliografía, se puede encontrar en www.aapresid.org.ar/bliblioteca.

49


Cultivos de Servicio

¿Los cultivos de servicio pueden modificar el patrón de nodulación de soja?

El patrón de nodulación del cultivo de soja puede ser modificado por diversos factores de manejo. Según un estudio del INTA Marcos Juárez, leguminosas utilizadas como cultivos de servicio, pueden modificar componentes de este patrón. Por: Navarro, G.1; Boccolini, M.2; Baigorria, T.2; Aimetta, M.2; Bertolla, A.1; Cazorla, C.2 1 Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas, Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de Villa María. 2 EEA INTA Marcos Juárez. Área Suelos y Producción Vegetal. Córdoba. Argentina Fuente: www.engormix.com

50

Los cultivos de servicio (CS) en los sistemas agrícolas actuales pueden constituir una importante herramienta agronómica para el manejo de la dinámica del nitrógeno (N) (Wagger et al., 1998). Algunos de sus beneficios están asociados a capturar N edáfico, susceptible a lixiviación durante el período de crecimiento de los cultivos invernales. Luego, mediante la descomposición de residuos, es posible un aporte de N para el cultivo de cosecha (Stute y Posner, 1995; Sainju y Singh, 2001; Malpassi et al., 2000). En ensayos con CS invernales, se reportan disminuciones en el contenido de nitratos (NO3-) en el perfil en comparación a un barbecho sin CS previo a la siembra del cultivo estival (Álvarez et al., 2006). La fijación biológica del N (FBN) es una adaptación de las plantas para utilizar el N atmosférico, pero si su disponibilidad es alta, se dificulta la simbiosis ya que las plantas lo extraen directamente del suelo (Perticari, 2005). El patrón de nodulación


(número, peso, ubicación y actividad de nódulos) puede ser modificado por las prácticas de manejo. De esta forma, hay una relación exponencial negativa entre la tasa de fertilización nitrogenada y la fijación biológica de N (Salvagiotti et al., 2009). En cambio, la carencia de N facilita la FBN (González et al., 1998; Díaz Zorita y Fernández Caniggia, 1999; Racca, 2003). La relación carbono/nitrógeno (C/N) de los residuos superficiales también puede afectar el patrón de nodulación. Valores mayores a 30, producen una inmovilización del N, lo que favorece la simbiosis. En cambio, una relación más baja la disminuye debido a que hay aportes de N por mineralización y un limitado suplemento de C al nódulo (Perticari et al., 2005). Por ejemplo, los rastrojos de maíz aumentan la relación C/N del sustrato, por lo que estimulan la inmovilización de N en el suelo y facilitan la FBN (Racca, 2003). La utilización de CS, a través de la modificación de los contenidos de NO3- a la siembra de los cultivos estivales y de la relación C/N de los residuos superficiales, podría afectar la producción de materia seca (MS), el número y el peso de los nódulos. El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto de diferentes CS en la absorción de N, número de nódulos totales (NNT), peso de nódulos (PN) y producción de MS de plantas de soja a través de cambios en el contenido de NO3- del suelo y la relación C/N de los residuos superficiales. Materiales y métodos En la EEA INTA Marcos Juárez (Lat. S 32º43’04,51” y Lon. O 62º06’10,56”) se realizó un ensayo con diseño en bloques aleatorizados con tres repeticiones y en los que se utilizaron tres antecesores invernales de soja: centeno (Secale cereale L.) (C), vicia (Vicia villosa L.) (V) y barbecho sin CS, denominado testigo (T). El ensayo se realizó sobre un suelo Argiudol típico, oscuro, profundo y bien drenado de la serie Marcos Juárez (INTA, 1978), donde los contenidos de arcilla, limo y arena del

Tabla 1. Materia seca (MS), concentración de N en planta (%) y N absorbido en planta (kg ha-1) en los estadios R2 y R5 de soja con diferentes antecesores. MS (kg ha-1)

Concentración

N absorbido

de N (%)

(kg ha-1)

Antecesor

R2

R5

R2

R5

R2

R5

C

3843 a

9499 a

3,16 a

3,08 a

108 a

292,5 a

T

3076 a

8516 a

3,01 a

2,91 a

101a

248,3 a

V

3363 a

8777 a

3,32 a

2,98 a

116 a

262,3 a

horizonte superficial son de 25%, 68% y 7%, respectivamente, mientras que las precipitaciones medias anuales son de 860 mm (INTA, 1978). Las precipitaciones entre el secado de los CS y la siembra de soja fueron de 56 mm. Las precipitaciones durante el ciclo del cultivo de soja, fueron de 532 mm, concentradas alrededor del período crítico del cultivo (Fuente: Agrometeorología EEA INTA Marcos Juárez). El cultivo de soja se sembró el 26 de noviembre de 2011 con una densidad de 16 plantas por m lineal, a 52,5 cm entre hileras. La producción de MS de soja se determinó en R2 y R5 a través de la recolección manual de 2 m lineales de 2 surcos continuos, siendo la superficie cosechada de 2,08 m2. El material recolectado se transportó al laboratorio y se secó en estufa a 60º C hasta peso constante. Finalmente, la MS fue molida a un tamaño inferior a 0,5 mm para la determinación del contenido de N en planta mediante un analizador elemental marca LECO TruSpec. El NNT y PN se determinó en R2 mediante la extracción de tres submuestras de suelo en cada parcela, con un cilindro de 22 cm de diámetro y a una profundidad de 12 cm. En la muestra extraída, se contó el número de plantas y se desechó la parte aérea. Luego, se trasladó al laboratorio y se colocó en baldes con el agregado de hexametafosfato de sodio (NaPO3) para romper los agregados de mayor consistencia. Posteriormente, la totalidad de la muestra se pasó a través de un tamiz de 0,1 mm, recuperando el material retenido (nódulos y raíces) y se colocó en estufa

a 60º C para su secado hasta peso constante. Finalmente, se realizó el recuento y pesado de nódulos para obtener el NNT y PN, respectivamente. El contenido de nitratos (NO3-) del suelo se determinó a 0–20 cm de profundidad a la siembra, R2 y R5, a través del método del fenoldisulfónico (Bremmer, 1965). La relación C/N de los residuos superficiales se determinó en R2 y R5, recolectando tres submuestras mediante rectángulos de 0,25 por 0,50 m. Para esto, se recolectó todo el material dentro del rectángulo y posteriormente se trasladó al laboratorio. Las muestras fueron colocadas en estufa a 60º C hasta peso constante, y luego se procesaron con un tamiz de 0,5 mm para eliminar restos de suelo adheridos a los residuos superficiales. Finalmente, las muestras fueron pesadas y molidas para la determinación del contenido de C y N mediante analizador elemental LECO TruSpec. Los resultados fueron analizados mediante análisis de varianza (ANAVA) y se realizó un test de comparación de medias utilizando el test LSD Fisher (p<0,05). Además, se evaluaron relaciones entre el PN y NNT con los contenidos de NO3- a la siembra mediante análisis de regresión lineal utilizando el programa estadístico INFOSTAT (Di Rienzo et al., 2011). Resultados y discusión Los antecesores no provocaron diferencias en la producción de MS y en la concentración de N en planta en los estadios fenológicos R2 y R5 (Tabla 1). Similares re-

51


Cultivos de Servicio

52

Figura 1. Contenido de nitratos (NO3-) en los momentos de siembra, R2 y R5 de soja, en la profundidad 0-20 cm para los diferentes antecesores. 40 C

T

V

35 30 25 NO-3 (ppm)

sultados fueron encontrados por Álvarez et al. (2006) en un Hapludol del noroeste bonaerense. A su vez, la acumulación de N en planta fue mayor a lo informado por Benintende et al. (2010), donde los contenidos de N en planta fueron cercanos a los 160 kg ha-1 para el período R4. Estas diferencias pueden deberse a la menor acumulación de biomasa aérea en ese experimento y, por lo tanto, los contenidos de N en planta. Así, las diferencias en el contenido de N se deben a la mayor acumulación de MS y no a la concentración de N (Koutroubas et al., 1998). El factor antecesor no provocó diferencias estadísticamente significativas (p<0,05) en los contenidos de NO3- en los tres momentos evaluados, y en todos los casos fueron menores a 30 ppm (Figura 1). En la siembra de soja se observó una variabilidad en los contenidos de NO3- entre bloques para el antecesor V, la que pudo deberse a la producción de MS que fue variable entre bloques (datos no mostrados). La mineralización de N de los residuos superficiales depende de la relación C/N (Bolger et al., 2001) y de las condiciones de humedad y temperatura entre el secado de los CS y la siembra de soja. Algunos autores reportan incrementos en los contenidos de NO3cuando se utiliza un antecesor V como CS debido a la mineralización del residuo (Vidal et al., 2002), como así también se reportan disminuciones cuando se utilizan gramíneas como CS en comparación a un testigo sin CS (Fernández et al., 2007; Restovich et al., 2012). La relación C/N del residuo no presentó diferencias estadísticamente significativas entre antecesores (Figura 2). Sin embargo, el antecesor V presentó valores de C/N inferiores a 30 en ambos momentos, donde predominarían procesos de mineralización del N (Coyne, 1999). La relación C/N del residuo es determinante para el proceso de mineralización o inmovilización y el aporte de nutrientes al próximo cultivo (Bolger et al., 2001). De esta forma, es probable que en los antecesores T y C

20 15 26 20,67

10 5 0

14,67

11,67

Siembra

14

14,33

R2

13

11

13

R5

*La ausencia de letras indica que no se encontraron diferencias significativas entre antecesores (p<= 0,05). NS: No significativo. Las barras indican el error estándar.

Figura 2. Relación C/N del residuo en estadio R2 y R5 de soja con diferentes antecesores. La línea punteada indica que por debajo comienza la mineralización del N.

*La ausencia de letras indica que no se encontraron diferencias significativas entre antecesores (p < = 0,05). NS: No significativo. Las barras indican el error estándar.

la inmovilización del N haya sido mayor que en V. El NNT en estado fenológico R2, presentó diferencias estadísticamente significativas entre antecesores, donde C presentó el mayor NNT y V el menor valor (Figura 3). Por el contrario, el PN resultó sin diferencias estadísticamente significativas (p=). Tanto el NNT como el PN observados

en los antecesores C y T fueron similares a los reportados por Perticari quien, en estadio R5, observó de 40 a 50 NNT y un PN de 7 a 10 mg. Estos resultados también son similares a los reportados por Álvarez y Scianca (2006) en Hapludoles típicos del noroeste bonaerense, donde el mayor NNT fue observado con gramíneas invernales como antecesores de soja. El conte-


Figura 3. (a) Peso de nódulos (PN); (b) y número de nódulos por planta (NNT) con diferentes antecesores en el estadio R2 de soja. 70

C

T

8

V

60

T

V

6

50 40

PN (mg)

NNT (Nª planta)

C

7

30

5 4 3

20

2

10

1

0

0

*Las letras distintas indican diferencias significativas (p<0,05). NS: no significativo.

Figura 4. Relación entre peso de nódulos (símbolos vacíos) y número de nódulos por planta (símbolos llenos) determinados en R2 con los contenidos de nitratos (NO-3) del suelo a la siembra de soja.

11 10

PN NNT

70

Lineal (PN)

60

Lineal (NNT)

50

9

40

8

30

7

20

6 4

10

y = -0,033x + 6,749 R² = 0,41; p<0,063

5 0

10

20 30 NO-3 (ppm)

bio, se modificó el NNT, donde el antecesor C presentó los mayores valores y V los menores. Esto pudo deberse, por una parte, a que la relación C/N del residuo superficial en el antecesor V siempre fue menor a 30. Por otra parte, los contenidos de NO3- a la siembra presentaron una relación lineal negativa con el NNT. Las variaciones observadas en el NNT no afectaron la pro-

40

50

N NT (Nº por planta)

y = -1,02x + 62,6 R² = 0,68; p<0,006

12

PN (mg)

nido de NO3- al momento de siembra de soja fue el que determinó un menor NNT. El contenido de NO3- a la siembra presentó una relación inversa y significativa con el NNP (R2=0,68; p<0,006), pero no presentó relaciones significativas con el PN (Figura 4). Esto coincide con lo reportado por Streeter y Wong (1998) que mostraron una reducción en el número de nódulos con el incremento de la concentración de NO3-. En el presente estudio, por cada incremento en una unidad de NO3-, hubo una disminución en una unidad de NNP. Una adecuada nodulación necesita alrededor de 40–50 nódulos totales por planta (Perticari, 2005). Por lo tanto, elevados contenidos de NO3- podrían estar limitando el proceso de nodulación. La relación observada entre el número de nódulos y la disponibilidad de NO3-, es similar a la reportada por Cicore et al., (2005) con una relación lineal negativa (R2=0,50) y por Pietrarelli et al., (2008) en suelos Argiudoles típicos del centro de la provincia de Córdoba para dos campañas (R2=0,88 y 0,79). La inclusión de CS previo a un cultivo de soja no modificó el contenido de NO3-, la producción de MS, absorción de N por la planta y el PN del cultivo de soja. En cam-

0

ducción de MS ni la absorción de N por la planta de soja, como así tampoco el rendimiento en grano (datos no mostrados). Si bien son necesarios estudios de largo plazo con el fin de evaluar la nodulación en diferentes condiciones ambientales, estos resultados preliminares reflejan que la utilización de CS afectaría la fijación biológica de N en el cultivo de soja.

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Tecnología

El universo ‘nano’ prepara su desembarco en el agro La síntesis de nanopartículas de metales nobles con productos naturales y organismos vivos despierta un gran interés debido a las perspectivas económicas y la aplicabilidad potencial en diferentes campos, incluído el agro.

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Por: Giacometti, R.1 y Spagnoletti, F.N.2 Investigadora adjunta del Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA), perteneciente al CONICET y a la FAUBA. 1 Becario postdoctoral CONICET y docente de la FAUBA, especialista en microbiología agrícola.

1

En los últimos años, el campo de la nanotecnología impacta de manera sustancial en diversas áreas, incluso en el sector agrícola. Esta tecnología emergente se orienta a la obtención, caracterización y aplicación de materiales cuyas dimensiones oscilan entre 1 a 100 nanómetros (nm), por lo que se ubica dentro de la escala atómica y molecular. A nivel mundial, las investigaciones que abordan la nanotecnología aplicada a la agricultura son incipientes; mientras que en Latinoamérica, son prácticamente inexistentes. A pesar de ello, esta tecnología tiene el potencial de producir agro-nanocompuestos que, al requerirse en mínimas cantidades, presentan un bajo impacto ambiental y promueven el desarrollo de una agricultura sustentable. En el escenario actual, la agricultura se enfrenta a una amplia gama de desafíos, como el ataque de plagas, la pérdida de fertilidad del suelo, las condiciones climáticas fluctuantes y la contaminación ambiental. En este sentido, se cree que la implementación de nanotecnología podría transformar las prácticas agrícolas actuales y así hacer frente a la pérdida de rendimiento de los cultivos y evitar la contaminación ambiental que las prácticas modernas causan. Para abordar estas dificultades, el diseño racional y los enfoques innovadores de la nanotecnología son vitales ya que pueden revolucionar el agro mediante el uso de nanobiosensores, nanopesticidas, nanoherbicidas, nanofertilizantes y promotores del creci-

Figura 1. Síntesis del estudio llevado adelante por los investigadores argentinos para la obtención de nanopartículas de plata (AgNPs) empleando el exudado de un aislamiento del hongo de suelo Macrophomina phaseolina como fuente biológica de síntesis, para su uso como tratamiento protector de semillas.

miento de las plantas. Debido a su tamaño, las nanopartículas (NPs) poseen una gran relación superficie-volumen y muestran una alta velocidad de reacción, lo que las convierte en potentes agentes. Su actividad varía entre una amplia gama de antimicrobianos a excelentes partículas para fertilización vegetal. Aun así, una de las principales preocupaciones en la síntesis convencional de NPs, es el uso de precursores tóxicos durante el proceso. Los métodos químicos de síntesis emplean compuestos nocivos y, por lo tanto, no son prácticas amigables con el medio ambiente. En la búsqueda de métodos más limpios, los recientes desarrollos en la síntesis biológica de NPs subrayan el importante papel de los microorganismos. Por lo tanto, resultan de interés aquellas nuevas estrategias que utilizan materiales bioactivos de diversas

fuentes biológicas. Nuestro equipo de trabajo está conformado por investigadores de diferentes áreas de las ciencias y se enfoca en el estudio del proceso de biorreducción de metales, mediante el uso de diversos recursos biológicos y con el objetivo de hallar los más apropiados para la síntesis verde de nanopartículas. Un estudio que publicamos recientemente en el Journal of Environmental Management, propone una alternativa eco-amigable, basada en la obtención de nanopartículas de plata (AgNPs) empleando el exudado de un aislamiento del hongo de suelo Macrophomina phaseolina como fuente biológica de síntesis, para su uso como tratamiento protector de semillas (Figura 1). En esta publicación demostramos que este hongo es capaz de llevar a cabo la síntesis extracelular de NPs de

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Tecnología

entre 5 y 30 nm, con un proceso más sencillo, menos oneroso y biocompatible. La ausencia de agentes químicos reductores en la síntesis conduce a la obtención de superficies no contaminadas, lo que torna a estas NPs muy interesantes desde el punto de vista de su aplicación biotecnológica. Los resultados de nuestra investigación demuestran que las NPs obtenidas son estables en el tiempo y presentan una fuerte actividad antimicrobiana. Entre las bacterias ensayadas, se encuentran patógenos humanos, como Escherichia coli que puede causar el síndrome urémico hemolítico, y bacterias de relevancia agrícola, como Pectobacterium carotovorum, que causa la pudrición blanda en una amplia variedad de cultivos intensivos como lechuga, zanahoria, pepino, papa, entre otros. Con el objetivo de evaluar el efecto bactericida de las NPs sintetizadas, realizamos experimentos in vitro, y colocamos distintas concentraciones de NPs en placas de Petri sobre un césped de cada patógeno. Los resultados mostraron halos de inhibición del crecimiento, que se incrementaban acorde aumentaba la concentración de NPs ensayada. Por otra parte, se evaluaron las cinéticas de crecimiento en medio líquido así como la actividad metabólica de las bacterias expuestas a las NPs. Esto permitió detectar una inhibición del crecimiento y actividad de E. coli y de P. carotovorum al exponerlas a una concentración de 5 y 20 μg ml-1 de nanopartículas, respectivamente. Por otra parte, observamos que la exposición de las bacterias a las NPs conduce a una elevada producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que sugiere que el principal mecanismo de acción bactericida que las NPs generan es el estrés oxidativo. Paralelamente, el tratamiento de semillas con las NPs no afecta el proceso de germinación ni genera daño oxidativo en las mismas, por lo que el uso de estas NPs de síntesis verde podría devenir en un producto protector de semillas contra

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patógenos. En agricultura, con la finalidad de aumentar los rendimientos, se emplean productos químicos para el control de plagas y patógenos, muchas veces los mismos presentan dificultades de uso debido a lixiviación, volatilización, hidrólisis y degradación por microorganismos; lo que podría resultar en un uso excesivo, afectando la fertilidad del suelo y generando resistencias. La literatura científica reporta que el uso de NPs en el agro presenta una mejora en la actividad específica, entrega dirigida con mínima concentración y en la liberación lenta de nutrientes. A diferencia de las NPs de origen químico, los componentes biológicos que actúan en la síntesis verde de nuestras NPs bactericidas son agentes reductores que forman parte de la partícula, a la que logran estabilizar. Estos compuestos bioactivos no evidencian impacto tóxico en semillas y los hace compatibles con el agro. La novedad de nuestra publicación se refleja en la obtención de biomoléculas presentes en el exudado libre de células del hongo M. phaseolina, que inducen la reducción de iones Ag+ para formar NPs estables. El proceso de reducción es extracelular, rápido, a un costo reducido y amigable con el ambiente. Las NPs bactericidas que presentamos en este trabajo, fueron diseñadas para ser económicas, biocompatibles, sensibles, con máxima actividad contra fitopatógenos y con potencial para aumentar la productividad del cultivo. Dado que una de las principales limitaciones de esta tecnología es la toxicidad per se de las NPs metálicas, se utiliza la síntesis verde con diferentes estrategias y microorganismos para evitar los posibles efectos nocivos. En este sentido, la bioconjugación y la encapsulación de las NPs muestran potencial para reducir el riesgo de toxicidad. El sistema planta-patógeno, así como la interacción con las NPs, son un sistema complejo de estudiar. Aún así, la protección de los cultivos se pue-

de lograr sin dañar el medioambiente, al optimizar la administración de NPs, su concentración final e incrementando el conocimiento sobre la bioacumulación y ecotoxicología. En este sentido, uno de los focos de nuestros estudios incluye el análisis a nivel toxicológico de las NPs mediante el uso del organismo modelo Caenorhabditis elegans como bioindicador. Por otra parte, nos encontramos abocados a la síntesis de nuevas NPs como las de hierro, zinc, manganeso y magnesio que tienen la potencialidad de ser utilizadas en la nutrición de cultivos. Las NPs de síntesis verde que aquí presentamos, gracias al proceso de su síntesis biológica y a la cobertura proteica que las mismas presentan, son solubles en agua. Este proyecto proporciona un avance en la síntesis verde sobre otros métodos. Cabe señalar que el proyecto se llevó a cabo en colaboración con investigadores de diferentes disciplinas. Nuestro equipo se encuentra conformado por la Dra. Florencia Kronberg, investigadora CONICET y docente de la FAUBA, especialista en eco-toxicología molecular y la Dra. Cecilia Spedalieri, investigadora en la Universidad Humboldt Alemania. Referencias: Spagnoletti, F. N., Spedalieri, C., Kronberg, F., & Giacometti, R. (2019). Extracellular biosynthesis of bactericidal Ag/AgCl nanoparticles for crop protection using the fungus Macrophomina phaseolina. Journal of environmental management, 231, 457-466. https://www.sciencedirect.com/science/ article/pii/S0301479718312155


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Prospectiva

¡Para agendar!: Calendario de eventos

Expoagro 2019 12-15 de Marzo

San Nicolás, Buenos Aires. Expoagro vuelve a consolidarse como la Capital Nacional de los Agronegocios, el lugar elegido por todos los actores de la actividad, el sector de la maquinaria y la tecnología, las automotrices, los proveedores de insumos, agropartes y repuestos, los organismos públicos y privados, los bancos, los semilleros y proveedores de fitosanitarios, el sector ganadero y los proveedores de servicios. Todos ellos se preparan para potenciarse con los 150.000 productores, contratistas y público afín que visita la exposición junto a otros 5000 visitantes del exterior.

Predio Ferial y Autódromo de San Nicolás RN9 Km 225. Mas información: www.expoagro.com.ar

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EAR - Encuentro Anual de Regionales Aapresid 23 y 24 de Mayo Las regionales de Aapresid son un espacio cotidiano de reflexión y acción donde nuestros socios generan ideas para producir mejor. El Encuentro Anual concentra toda esa energía en una instancia de capacitación única que combina nivel de excelencia de sus disertantes con un ambiente distendido para conocernos y estrechar los lazos que nos unen.

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