40 LA ATALAYA ENTORNO VALDIZARBE
El juego de la pelota en Valdizarbe y su entorno (VI) POR LUIS BACAICOA
A nivel deportivo, el juego más seguido en los frontones y medios de difusión en toda la geografía vasconavarra y zonas colindantes es el de la modalidad a mano. No hay pueblo sin frontón y jugadores a lo largo de generaciones (antes más) y con cuantioso público en el que cualquiera se convierte en experto cronista o en botillero de primera línea. Y aunque la zona no ha sido pródiga en figuras (luego veremos alguna excepción) sí ha habido al menos una masiva práctica. En cualquier pueblo de la zona, en general, ha proliferado un destacado número de figuras populares y como el mencionar a todos resultaría un pliego interminable no cito nombres con el riesgo de dejar al margen a individuos, sagas de familias (abuelos, hijos y nietos), grupo tan numeroso que el listín telefónico, objeto éste olvidado en desusada escribanía en donde quizás se encuentren aquellas esquinadas pelotas de tripa de gato o deshilachados hilos, restos que parecen más destinados hoy a evocar el sensible baúl de las añoranzas. A nivel infantil quien más o menos mayoría ha sido partícipe de sus lances; cada cual añoraba una pelota que, aunque de trapo, era un logro exhibirla delante de los demás. Aunque ansiada, nunca llegaba el dominio de una pelota de las de verdad, de las de cuero. Y en los lances del juego surgía cualquier revoltijo coloquial infantil: - Pronto voy a tener una pelota de verdaddice un peque. - Eso te lo has inventado, qué mas quisieras. - Sí, porque me la va a regalar mi tío, que jugó con grandes pelotaris. - Pues yo tengo un vecino que dice me va a regalar una pelota gratis. - ¡Andá que suerte!, ¿Y cómo lo consigue?.
El frontón repleto de público en el partido donde Chichán consiguió el campeonato de segunda.
- Es que es un Sr. importante, es el conserje del Labrit y conoce a todos los pelotaris. Qué suerte para chuletas puentesinos con su paisano el del Labrit. Y ya que va de peques hay un juego infantil muy socorrido y derivado de la pelota: el juego del ASNO. El mismo consiste en tirar la pelota contra la pared y gana aquel que tras el rebote dé mas botes la pelota en el suelo. Pierde el que menos botes consigue por lo que se convierte en asno y debe hacer todo lo que le ordenen los ganadores. El niño es coronado como asno con este ritual: Rex eris y rey serás si bien hicieres, un dos tres Martín Cortés en la cabeza me des. Partidos, celebraciones y trofeos curiosos los ha habido en todo tiempo y lugar y de toda índole en los rincones de nuestro entorno. En unos se jugaban meriendas a base de fritadas con caracoles (poca carne y mucho caracol) o también bacalao (muy escaso éste: mucha espina y pellejo pero
poco abadejo); abundante el calderete con muchos cangrejos de las aguas del Robo y regatas adyacentes, cuyas aguas suministraban generosamente a todo lugareño de este entorno. Una de estas apuestas, que con dos contrincantes atrajo más personal a la merienda que espectadores al partido, fue la apuesta entre la pareja puentesina de Musitu y Siopapo, que por cierto tal apodo significa comer por la cara pero en este caso fueron muchos los que cenaron por la cara tras una apuesta poco eficaz en el juego pero más pregonada que los bandos de cornetín del estilista alguacil garestarra Laureano. Otra apuesta (esta en Mañeru: Gamboa, Perico contra Arguiñano), nueva apuesta y como premio para merendar un cordero. Y como colofón, de premio especial, una máquina de afeitar (novedad esta 10 veces más valorada que el cordero en aquel entonces) de aquellas importadas en estraperlo francés y que al rasurar dejaban más marcas que el mP