Sierra de Gata Onírica. Historias, leyendas y anécdotas por Chuchi del Azevo

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SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

-De eso nada –contestó Lucia con voz imperativa. Demasiada carga tengo ya como para echarme otra más encima; y menos la de un muerto de hambre como siempre has sido tú –sentenció Lucia. Acto seguido cerró la puerta dejando a Pablo a la intemperie de una gélida noche serrana. Al día siguiente Hoyos amaneció más inquieto de lo habitual, las calles eran un continuo ir y venir de personas. Lucia al ver ese trajín de gentes preguntó a un grupo cercano a su casa:

se encontraban próximas a esta población; y puede que de vez en cuando viniese a descansar a este bello pueblo que es hoy en día Acebo. En el fondo quien no se consuela es porque no quiere, los portugueses tienen a su Viriato y nosotros al nuestro. -Bien, si eso le satisface, pues perfecto- le respondió el turista. Quien molesto por la interrupción del lugareño abandonó el lugar con la certeza de que durante una hora había contemplado un retazo de la historia prerromana de Sierra de Gata. Mayo de 2012

-¿Qué ocurre, Timoteo? –dirigiéndose al que lideraba el grupo. -¡Parece mentira Lucia! –exclamó con alegría el tal Timoteo. La fortuna ha llamado a tu puerta y tú no te has enterado todavía; tu primo Pablo Pérez ha regresado del Perú y se dice que ha traído tal fortuna que son muchos a los que ya ha obsequiado con algo. Algunos dicen que dio con el Dorado y que con ese oro, plata y piedras preciosas que ha traído piensa construir un hospital y un convento, aquí en Hoyos. Lucia apesadumbrada se dio la vuelta y cerrando la puerta comenzó a llorar de manera ininterrumpida; quedándose todos los vecinos sorprendidos ante la inesperada reacción de su interesada convecina.

DEL CUARTELILLO AL CALABOZO Venancio andaba, de aquí para allá, en una de las habitaciones de la casa; justo cuando entró su esposa encontrándose todo revuelto. -¿Se pué saber qué es lo que buscas? -le preguntó la esposa. -Pues que no sé ondi cojonis he puestu el carné de identidad -le respondió Venancio. -Si es qui no tienis cabeza, craro cumu tó lo dejas manga por hombro, pues luegu no sabis ondi ponis las cosas -le recriminó Aurora.

VIRIATO Un personaje anónimo, uno de esos muchos turistas que en los cálidos días de agosto aparecen por estas tierras, llevaba cerca de una hora observando maravillado los dos rostros de seres humanos que habían sido labrados en el recio granito de Sierra de Gata siglos atrás; y que desde la humilde fachada de una pequeña casa del barrio de la Torrita de Acebo se muestran desafiantes a los que las contemplan. Francisco tenía curiosidad por lo que ese inesperado visitante pudiese opinar de esas caras, por lo que al final se animó y acercándose a él le inquirió: -¿Son realmente enigmáticas, verdad?

-Güeno ya aparecerá si quier y si no que le den por culu -contestó muy ofuscado Venancio. Cogiendo la zamarra y la cayá salió por la puerta de casa, dando fuertes taconazos por cada peldaño de la escalera que pisaba, camino de la tená donde guardaba las borregas. El final del día llegó y Venancio apareció de nuevo en casa, después de una jornada laboral a la intemperie por los campos de Sierra de Gata para que sus ovejas pastasen la mejor hierba posible. En cuanto se sentó a la mesa Aurora se dirigió a él con un tono imperativo. -Ya pués buscar el dichosu cané de identidá porqui lo necesita el dagal pa presentarlu en la escuela, pa no sé qué asuntu.

El forastero giró levemente su cabeza, sin perder de vista los rostros graníticos, y le respondió escuetamente:

-¡Hay que jodersi con el putu carné! mañana iré al cuartelillu de la guardia civil a ver si me puen jacer unu nuevu - respondió Venancio harto de la situación.

-Enigmáticas y arcaicas. -Ciertamente -respondió Francisco. Hay quien afirma que en este lugar estuvo la morada de Viriato y que esas cabezas tendrían un origen celta relacionado con dicho general hispano-lusitano. -Todo puede ser posible –respondió el viajero- aunque eso sería robarle protagonismo a la población portuguesa de Viseu; en donde dicen que vivió y luchó Viriato en uno de sus múltiples enfrentamientos con las legiones romanas. -No es esa mi intención –murmuró Francisco entre dientes- aunque es posible que no sólo hubiese existido un único Viriato; o que éste tuviese la capacidad de recorrer toda la serranía norte de la actual Extremadura hasta la Sierra de la Estrella en Portugal. Teniendo sus bases logísticas en las ciudades de Caurium, Aeminium e Interamnia que

Llegada la mañana, a primera hora, se montó en el coche de su amigo Tomás y se dirigieron al cuartelillo de la guardia civil de Hoyos. -Güenus días agenti -saludó Venancio al guardia civil de la puerta. -Buenos días -le respondió el agente de la ley. Venancio entró en el cuartel y pasó a una estancia en la que se encontraba el responsable del acuartelamiento y otro agente que hacía las funciones de administrativo. -Buenos días, ¿Qué necesita? - le preguntó el oficial al mando.

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