Sierra de Gata Onírica. Historias, leyendas y anécdotas por Chuchi del Azevo

Page 51

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

UNA NOCHE EN EL CINE

Dos de esos galanes competían por el amor de Zelinda, dos galanes que eran hermanos, y que desde pequeños habían sido educados en la rivalidad. Uno de ellos era el señor de la torre Almenara y el otro del castillo de Santibáñez el Alto.

El cinematógrafo por fin había llegado a los pueblos de la sierra. Uno de los empresarios locales, con un instinto comercial que todos los demás envidiaban, decidió reformar una de las tenadas que poseía para adaptarla a una sala de proyecciones. Esa noche todo el pueblo estaba excitado, era una novedad que muy pocos se querían perder, se iba a proyectar una película sobre la vida de uno de los mejores toreros que había existido en el país. La sala de proyecciones se fue llenando y a los pocos minutos todos los bancos se encontraban ocupados. El tío Venancio, como se había colocado el primero en la cola, se pudo sentar en uno de los primeros bancos. Él no se quería perder detalle de aquella película, era un enamorado de la lectura y desde pequeño había leído en los periódicos la infinidad de películas que se proyectaban en las grandes ciudades y como alguno de los libros que había leído habían sido llevados al cine. La película comenzó a la hora señalada por D. Cipriano, que así se llamaba el empresario y emprendedor de esa época. Los asistentes eran incapaces de parpadear ya que no se querían perder detalle alguno, mientras el tío Venancio le comentaba en voz baja a su mujer las escenas que iban saliendo. Ya casi al final de la película el actor principal lidiaba un toro en una plaza de toros, durante varios minutos la película recogió todo el arte y los lances de la tauromaquia; pero en uno de los fotogramas el director del filme decidió jugar con las perspectivas de las cámaras y es en ese instante cuando una de ellas filmó la imagen del toro saltando al tendido. La imagen daba la impresión de que el toro se salía de la pantalla y creyendo que el morlaco les iba a empitonar es cuando el tío Venancio se levantó despavorido y gritándole a su mujer le dijo:

Zelinda se dejaba querer por los dos, manteniendo una discreción total; pero al final se decidió por el señor del castillo de Santibáñez, quien la agasajó y colmó de regalos; todo ello sin que su hermano se enterase. Pero un buen día Zelinda le informó a su amado que aquello ya no podía continuar así; ya que iba a tener un hijo de él. Ambos acordaron irse de la comarca e iniciar una nueva vida en otro lugar donde pudiesen disfrutar plenamente de su amor. Por fin llegó el día de partir, sólo unos pocos sabían de su marcha; pero alguien informó también al otro pretendiente. Éste lleno de ira por la traición de ambos decidió tomarse la justicia por su mano y formando un pequeño ejército se dirigió a Villasbuenas. Cuando llegó a la población una delación envidiosa le informó que los amantes habían huido en dirección a Perales del Puerto. Sin pararse a descansar y darle de beber a los caballos salió en su busca, y cerca del paraje conocido por el nombre de las Potras les dio alcance. Allí después de un duro enfrentamiento el hermano, y padre de su futuro sobrino, cayó al suelo desde el caballo golpeándose la cabeza con una roca, quedando inerte en el acto. Zelinda se salvó y desde entonces muy pocas veces se la vio por la villa; tan sólo se la podía encontrar, a buen seguro, en el lugar y el día en el que murió su amado; cuando depositaba en ese sitio maldito un ramo de rosas rojas, acompañada siempre de la mano del fruto de su amor. LA CENA DE NAVIDAD La familia de Emiliano había estado criando un magnífico gallo para comerlo el día de Navidad. El gallo tenía un plumaje lustroso, fruto de la buena alimentación en la que habían colaborado todos los miembros de la familia.

-¡Felisa corre que ese toro nos va a matar! El tío Venancio no se esperó a que su mujer le siguiese, la carrera que emprendió fue tan rápida que no le dio tiempo a escuchar las carcajadas de los asistentes al acto; y mucho menos los comentarios maledicentes de su mujer, que se consideraba abochornada por el ridículo que le había hecho pasar.

ZELINDA51 En Villasbuenas de Gata vivía una familia de origen mudéjar cuya hija era de las más bellas del lugar. El hogar de todos ellos era la casa de la mujer panzuda, una casa que guardaba infinidad de secretos y que nadie sabía su origen; lo cierto es que la misma siempre había pertenecido a los antepasados de esa familia. La joven deslumbraba con su belleza. Su tez amarronada se iba volviendo cada vez más caoba y brillante con los soles del estío y sus ojos de color verde esmeralda conquistaban los corazones de los galanes más recios de la comarca.

51

Por la mañana la mujer de Emiliano se levantó como de costumbre por esas fechas y comenzó a preparar unos dulces; arroz con leche y rosquillas de anís, que era lo que más le gustaba a toda su prole. A la vez que iba cocinando, les fue poniendo el desayuno de leche migá a los hijos que iban apareciendo por la cocina. Como su marido había llegado tarde esa noche, pues al parecer había estado de moraga, y no quería molestarle; ya que sabía del mal genio que gastaba cuando no le dejaban dormir, le encargó al hijo mediano que fuese al corral y trajese el gallo para matarlo e irlo desplumando. Al poco rato el dagal estaba de vuelta en la cocina sin el gallo y sorprendido le espetó a su madre: -¡Madri, pu si el gallu no está!. -¡Cúmu no va estar…! Se habrá escondiu en algún sitiu. -Que no madrí, que no está, que ya he mirau por toos laos y no está. En ese preciso instante el cabeza de familia apareció en la cocina y todos se le quedaron mirando. Algo les rondaba por la cabeza a los allí presentes, pues no era la primera vez que sucedía algo así.

Relato inspirado en el Libro de Jesús Montero Blanco: Villasbuenas de Gata, Señorío de los Fonseca.

101

100

Chuchi del Azevo

Chuchi del Azevo


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook

Articles inside

En la consulta del oftalmólogo pág

5min
page 56

Unos lingotes de oro pág

5min
page 55

Don Columbano pág

7min
pages 53-54

El príncipe y la pastorcilla pág

5min
page 51

Un embarazo repudiado pág -Leyendas de princesas encantadas, miramamolines y tesoros ocultos en la arabesca Sierra de

5min
page 48

Gata pág

4min
page 49

El gallo áureo pág

3min
page 52

San Francisco de Asís pág

4min
page 47

El púlpito de los lobos pág

5min
page 50

Levitando pág

5min
page 46

Santurrones germánicos pág

5min
page 45

Una leona en Sierra de Gata? pág

4min
page 43

Ensabanaos pág

4min
page 44

Una fanfarronada bastante cara pág

4min
page 41

Pasar más hambre que un maestro de escuela pág

10min
pages 37-38

Una trampa mortal en el camino pág

4min
page 36

Una historia de San Martín de los Vidrios pág

5min
page 42

Historias de usureros, prestamistas y gente necesitada pág

3min
page 35

Una generosidad mal entendida pág

7min
pages 33-34

Pasando la Muga pág

4min
page 30

Subasta de mulas pág

4min
page 31

Una partida de cartas interrumpida pág

8min
pages 28-29

Ahorrando para el ajuar pág

5min
page 27

El Latrocionio pág

9min
pages 25-26

La casa encantada pág

5min
page 23

Dos arrieros lagarteiros pág

4min
page 24

La hebraica Gata y Nebrija pág

4min
page 22

Hernán Centeno “El Travieso”, señor del castillo de Rapapelo pág

5min
page 9

Serragatinos en los centros comerciales de Madrid pág

4min
page 20

Una juventud sacrificada en las últimas guerras coloniales pág

10min
pages 13-14

Las cabras de la Cervigona pág -El Conde Armengol de Urgel y sus caballeros catalanes en la conquista de Sierra de Gata

5min
page 10

El cuento de Cañamón pág

5min
page 17

De viaje al Azevo pág

5min
page 21

pág

5min
page 11

El encuentro, dos acebanos ante Francisco Franco pág

5min
page 18
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.