SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)
SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)
El capitán imperial, al mando de las tropas, dio orden de ejecutar a todos los prisioneros por su deslealtad y rebeldía al poder real; unos fueron decapitados, otros colgados de las almenas y aquellos que se encontraban heridos y no se podían mover simplemente acuchillados en el suelo.
A los famosos yanqueses Que les molieron el cuerpo En la cárcel del partido Don quijote estuvo preso Y después en Rocinante Tomó las de Villadiego El astuto Sancho Panza Quiso volver a Trevejo Pero los de Villamiel Lo hicieron picapedrero Allí no ha pasado nada A pesar de estos sucesos Villamiel sigue en el hoyo Trevejo sigue en el cerro Pese al bravo D. Quijote Es como en pasados tiempos Villamiel el propietario Y Trevejo el jornalero D. Quijote hoy se dedica A cazar algún conejo Y su escudero a vender Rosquillas y caramelos Cuando desde Jálama veo El castillo de Trevejo Me recuerdo de aquel verano Que pasé entre analfabetos El cura y el sacristán Cantábamos en el templo Oyéndonos las paredes Que repetían….. el eco Aquel año hice una boda y….. para mejor recuerdo doce duros de consumo me cobró el ayuntamiento
A más de uno de los milicianos que acompañaban a las tropas reales se les hizo muy duro el tener que ejecutar a sus vecinos y parientes. Entre los prisioneros había lugareños de todas las localidades de Sierra de Gata, y aunque la milicia real procedía fundamentalmente de las poblaciones de San Martín de Trevejo, Gata y Villamiel, en este pequeño rincón que era Sierra de Gata todos ellos se conocían o mantenían vínculos familiares. Los bandos antagónicos ya llevaban tiempo con las armas desempolvadas y aquellos que pretendían imponer el poder real eran continuamente cuestionados por aquellos a los que se les había pasado a conocer recientemente como comuneros. Tensiones económicas, fiscales, rechazo a la influencia de consejeros foráneos y represión religiosa y racial fueron algunos de los motivos que llevaron a estos vecinos de Sierra de Gata a rebelarse contra el poder real; y a acantonarse en esta vieja fortaleza con la esperanza de hacerse fuertes y salvar su vida. Cuando ya nadie quedaba con vida el asistente de campo del capitán real le entregó una nota traída por un mensajero desde Coria; en la que se daban por enterados de la toma de la fortaleza y le ordenaban la demolición total de la misma, para evitar que en el futuro se convirtiese de nuevo en cobijo de rebeldes que se opusiesen al poder real. A los pocos días de su conquista, la fortaleza Milana, que tantos envites había resistido, fue demolida hasta sus cimientos, no quedando de ella nada más que un vago recuerdo de lo que fue; convirtiéndose en el campo santo de todos aquellos comuneros que lucharon contra el poder omnímodo de un rey venerado por la historia. BAZZARELLI54 Más de ocho horas llevaba de pie al sol, sin poder moverse y con una sed que ya le estaba provocando delirios. Sentados ante él se encontraban tres miembros de las milicias nacionales de la localidad vecina, dispuestos a coserlo a balazos en cuanto intentase moverse. Sus vigilantes se la tenían jurada desde hacía mucho tiempo, un tiempo en el que les dio muchos dolores de cabeza con sus reivindicaciones políticas y económicas que llegaron a soliviantar a los vecinos de la aldea contra los poderosos que detentaban el poder local. Para muchos de ellos era un cura profundamente comunista, para otros simplemente un arribista que sólo miraba por sus intereses.
La humillación y la tortura fue soportada con estoicismo por el párroco; aunque tardó en recuperarse de las quemaduras del sol, de la insolación y de una deshidratación criminal, pero todo eso sería ya en su nuevo destino de Sexmiro.
Uno de sus guardianes comenzó a tararear una breve melodía, cuando otro de sus captores se lanzó por los vericuetos de la rapsodia con el siguiente romance:
LA CASA GRANDE55 Megalomanía de un loco o más bien de un enamorado; el caso es que ahí está, una casa con tantas ventanas y balcones como tiene el año.
Don Quijote fue a la sierra Para deshacer entuertos Y de escudero tenía Al dulcero de Trevejo En Villamiel tropezaron Disfrazados de aceiteros
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Parece ser que Cupido tuvo un certero flechazo en el corazón de un joven cillerano, quien quedó prendado de la belleza de una sirena de la Sierra. Éste le envió cartas de amor, una y otra vez; pero ella se resistió, no mostrando interés alguno por el adinerado pretendiente.
Relato inspirado en la tradición oral de Trevejo y en el escrito de Dª Samuel Sousa Bustillo: Jálama y su Comarca.
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Relato inspirado en el libro de Dª Samuel Sousa Bustillo: Jálama y su Comarca.
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Chuchi del Azevo
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Chuchi del Azevo