MICROCURADURÍAS MÓDULO 2: INVALUABLE PRESENCIALIDAD | Carlos Rendón Para llevar a cabo la segunda parte de Microcuradurías, hubo que transformar el formato. Con las fronteras cerradas y las ciudades volviendo a cuarentena debido al inicio de la segunda ola de COVID, el programa debió enfocarse en quienes pudieran estar en Antofagasta en enero del 2021, reduciendo considerablemente el número de participantes, pero potenciando la cercanía y la construcción de experiencias pedagógicas que conllevaron los talleres. Día 1: Curaduría doméstica Coco González, docente del segundo módulo, no se define a sí mismo como curador, identificándose mucho más con el término de pintor. Por eso mismo, su visión de la curaduría viene desde la práctica, más que de la teoría o el texto especializado. “No se me dan bien las palabras, así que decidí pintar”, dijo en una de sus primeras intervenciones. El aporte principal de Coco en su taller Curaduría doméstica fue poner los pies en la tierra a la decena de personas que participaron de esta instancia. “Mi experiencia en Santiago no tiene por qué ser mejor que la de ustedes”, les dijo, al tiempo que contaba cómo llevó a cabo algunas de sus iniciativas, centrándose especialmente en las que levantó desde Concepción. Una segunda parte de su presentación estuvo dedicada a la postulación a fondos concursables. Al dar cuenta de su experiencia, lanzó una de las frases célebres de la jornada: “El Fondart es más creativo en el formulario que en los proyectos mismos”, provocando la sonrisa de los presentes. Abordó además las nuevas posibilidades que ofrecen hoy, en una sociedad digitalizada, alternativas como la autogestión, el mecenazgo entre amigos y el crowdfunding. Por la tarde, se realizó la única transmisión de conocimiento no presencial dentro del módulo: un miniciclo de charlas a cargo de Guillermo Anselmo Vezzosi y Sandra Ruiz Díaz, dos personalidades ligadas a las artes desde Argentina. Guillermo entregó conocimientos sobre materialidad y montaje, además del uso de objetos corrientes para la realización de una obra. El expositor relató su experiencia al pasar de ser un artista de museos y galerías, a sentirse más cómodo en los espacios públicos o haciendo intervenciones en zonas urbanas. Su filosofía actual, muy relacionada al concepto central de Microcuradurías, es la de “hacer arte en high definition con recursos low cost”. Sandra había sido una participante más en el módulo 1 del programa. De forma muy cercana con quienes hasta hace unas semanas habían sido sus compañeros, en la charla dio cuenta de su experiencia en diversas bienales del continente como curadora desde los márgenes: Bienal del Sur, Bienal de La Habana, Bienal 152