EXERGO
La filosofía, como metafísica o como reflexión crítica es, por así decirlo, entrometida. Sin importar el área de conocimiento del que se trate, surge —de manera un tanto inopinada— interrogativa, inquisitiva; incluso cuando llega a expresar asertos, éstos resultan débiles y son, casi siempre, puntos de partida y no de llegada. Formula preguntas acerca de casos particulares, que parten de la existencia, pero dirigiéndose a su esencia (no cuestiona “¿cómo andas de salud?”, sino “¿qué es la salud?”). La educación, en primera instancia, es algo con lo que nos topamos, algo que encontramos en la calle, como el arte, la religión, el lenguaje, la ciencia…, pues la educación está en la base de todo ello: es ella la que configura la existencia para que lo reconozcamos, nos conduce a ello. Según Kant, la diferencia entre hombre y bruto radica en que el hombre llega a serlo por la educación. El hombre se educa, al hombre se le educa; al animal se le doma o domestica. He aquí la pertinencia de la filosofía de la educación: la filosofía se entromete y pregunta, entonces, ¿qué es la educación? (esencia), ¿para qué se educa? (fin, objetivo, teleología). En otros términos, se cuestiona por la manera o el proceso por el cual el hombre se construye tal. 89