E N P R O F U N D I D A D
El inicio del feminismo Denisse W. Hultzsch | Miércoles, 29 de julio de 2020
«Todos los hombres nacen libres por naturaleza, de forma que ninguno tiene poder político sobre el otro».
A
Minervaone
quella cita la escribió un religioso católico en el siglo XVI, Francisco Suárez, mucho antes de que los padres fundadores establecieran sus ideas con la corriente del liberalismo clásico que abarca los siglos XVII y XVIII. Si bien no específica mujer y hombre, es de suponer que podemos usar esta misma frase para las mujeres. Y debemos entender que en esas épocas había hombres que podían estar tanto en favor como en contra, por lo que es menester resaltar que las mujeres nunca estuvieron solas cuando hicieron algo que se saliera de las reglas. Es decir, siempre estuvo una o varias figuras masculinas, apoyando a sus compañeras femeninas.
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Henri Klagmann (1842-1871). Medea.
A diferencia de cómo lo narra la izquierda, el real feminismo y mucho menos las mujeres que consiguieron resaltar en la historia, lo hicieron gracias a la «revolución» tampoco desde el proletariado. Muchas de estas mujeres eran de la aristocracia, de familias burguesas y del mundo religioso. Estas tuvieron papeles importantes en los comienzos y avances para conseguir reconocimiento como seres libres y con derecho. Además, hay casos excepcionales de mujeres que simplemente hicieron lo que tenían que hacer sin quejarse de su sexo. Lamentablemente esta reivindicación se desvió por un camino siniestro marcado por el odio irracional a la otra parte: el hombre.
