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del tintero
editorial
La Argentina cambiada Richard Leslie Ramsay Editor | Director Revista Desafío Exportar
En pocos días debemos cumplir con uno de los mandatos cívicos más importantes: votar. El voto que se introduce en la urna responde al tipo de país en el que se quiere para sí, para sus hijos, familiares y amigos. El país está atravesando una de las crisis más profundas que se recuerde, con una pobreza e indigencia que escapa a cualquier razonamiento lógico. Este, nuestro país, era considerado a principios del 1900 la sexta potencia económica mundial hasta la aparición en escena del peronismo, y sus políticas populistas, en que se despilfarraron reservas y se instaló la doctrina que aún subsiste “combatiendo al capital”. Sin capital no hay inversiones, sin inversiones no hay empresas, si no hay empresas no hay necesidad de mano de obra, ergo no hay trabajo, si no hay trabajo no hay consumo. Si no hay empresas no hay cobro de impuestos, y un gobierno que no tenga ingresos vía impuestos no puede hacer nada. Ni obras, ni brindar servicios de salud, seguridad, educación, contratar empleados ni brindar asistencia social. La doctrina inculcada por el general J.D. Perón de “combatir el capital”, caló hondo. El empresario es “enemigo” del trabajador filosofía que se instaló en
Desafío Exportar | Septiembre 2021
la clase política y sindical retrasando el país cien años. Cada empresa que se va del país o cierra, gracias a las políticas nefastas de este gobierno, no sólo no regresa sino que es una voz de alerta para el mundo. No sabemos a quién beneficia, pero sí sabemos a quiénes perjudica. Empresa que se va del país no vuelve, pyme que cierra no abre nunca más, ergo cada vez menos fuentes de trabajo. Cada ministro de economía que asume tiene en sus responsabilidades recorrer el mundo para conquistar inversiones. Hay que seducir al “maldito capital” para que venga a invertir sus dólares aquí, pero para eso hay que mostrarles ventajas competitivas. Los capitales antes de invertir un sólo dólar hacen su estudio de situación. Argentina tiene buenas tierras, buen clima, buen agua, recursos naturales inmensos, sin conflictos de razas, gente que puede ser capacitada, entre otras ventajas que se ponen en uno de los platillos de la balanza. En el otro comienzan a poner: más de cien impuestos, un sindicalismo extorsivo, leyes laborales que expulsan mano de obra, sin seguridad ju-