Las esferas DE LA ACCIÓN ciudadana Segunda parte José Luis Espíndola Castro
Hay muchas posibilidades de distorsionar el concepto de ciudadanía, y para ello no hay mejor remedio que educar a los futuros ciudadanos desde la escuela elemental y la universitaria. En esta segunda parte no hay consejos didácticos respecto al tema de acción ciudadana, pero sí definiciones que permitirán acercarnos a los conceptos que debemos enseñar y transmitir en todos los niveles de la educación: la civilidad, el cuidado de lo público, contribuir al logro de la justicia social y el desarrollo.
A. La civilidad o cortesía ciudadana Una de las más elementales esferas de acción ciudadana es la cortesía ciudadana, que a veces recibe el nombre de civilidad o de urbanidad. La cortesía ciudadana consiste en un sistema de costumbres que favorece la conciliación de intereses, la posibilidad de zanjar las disputas de manera racional y sin violencia, y el hecho de tener atenciones y cuidados básicos para los otros. Algunos la definen como una “dulcificación del trato” para convivir de manera más armoniosa con los demás; pero tal vez deberíamos hablar de una cortesía activa. En esta dimensión se privilegian tres valores principales: la tolerancia, el diálogo y el cuidado elemental del otro. Podría parecer que, frente a los graves problemas
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sociales que padecemos, la cortesía ciudadana ocuparía un lugar secundario y tal vez trivial. Nada más equivocado: la cortesía ciudadana es la base fundamental sobre la cual se erigen las demás acciones ciudadanas, incrementándolas y potencializándolas. La cortesía ciudadana implica principalmente la conciencia del valor del otro, la búsqueda incipiente del bien común y el abandono de posiciones egoístas. Es difícil encontrar una ciudadanía fuerte y participativa, allí donde no se ha cultivado antes la civilidad y en donde no se ha hecho del servicio del otro un gusto; porque la urbanidad implica el reconocimiento del valor del otro y el hecho de que todos necesitamos de los demás para superarnos. Es difícil llegar a acuerdos
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núm. 158 julio 2009