PEQUEÑA C R ÓN IC A
UN COMPROMISO CON LA CULTURA –→ TEXTO__
Jorge de Persia
175 ANIVERSARIO | 1847 - 2022
Musicólogo y profesor, ha profundizado en los estudios sobre el patrimonio musical catalán, español y americano. Fue director del Archivo Manuel de Falla y colaborador del CSIC. Es autor de libros como Julián Bautista. Tiempos y espacios (Biblioteca Nacional de España). Colabora en La Vanguardia como crítico musical.
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Ante la idea general de que “Las clases pudientes miran la producción artística con gran indiferencia” valorando lo de fuera, se subrayan las “honrosísimas excepciones” entre las que sitúa a la Sociedad del Círculo cuando figuran a su frente personas ilustradas: “El arte en el Círculo del Liceo” (Diario de Barcelona 2-VII-1902) 1
El 21 de septiembre de 1914 en el Libro de Honor del Círculo el maestro Amadeu Vives escribió “Al Círcol del Liceu al qui tan deu la música barcelonina”, palabras que sintetizan una historia. Ese día el Círculo le homenajeó. Catalunya celebraba al compositor en esos días de éxito por la puesta de Maruxa en el Teatro Novedades barcelonés, obra que dos años más tarde pondría el también Liceo. El Libro que conserva estas firmas y las de otras muchas importantes personalidades musicales que visitaron el Círculo es en sí una pieza de considerable importancia además de por su contenido, por ser obra en 1908 de Lluís Masriera i Rosés, orfebre y pintor muy vinculado a la vida teatral, formado con Alexandre de Riquer. Lleva en la cubierta una pieza de orfebrería con un motivo musical. Esta simbología está muy presente en el Círculo y alude a la fuerte presencia de la música en la institución. Muy estilizada –una marquetería con bella alegoría- la encontramos también en detalles de la reforma del recibidor y sala del escritorio realizada en 1901 por Alexandre de Riquer con la colaboración de Gaspar Homar i Mezquida. La mayoría de estas acciones que llevan a la fisonomía actual del Círculo y su enorme valor artístico fueron promovidas a comienzos del siglo XX, época de las grandes intervenciones modernistas –señala Francesc Fontbona. La idea era “encargar cada sala a un artista diferente y de reputada fama, dejándoles con cierta libertad de acción”, un criterio de progreso que Bonaventura Bassegoda defiende ya en 19021. Y así podemos disfrutar, en pleno auge del wagnerismo en Catalunya, de las cuatro vidrieras (1903-1905) de Oleguer Junyent sobre escenas de la Tetralogía, dibujadas por Josep Pey y que realiza Antoni Bordalba. El wagnerismo barcelonés coincide con preocupaciones como la ópera nacional, o el italianismo. Y Joaquim Pena, uno de sus promotores más activos, es aceptado como socio del Círculo en 1895. Desde el baluarte de la revista Joventut y otros medios “Predicava el wagnerisme com un apòstol”, escribe Rafael Moragas. Una tímida firma en el Libro refleja la presencia en el Círculo de Isolde Wagner (firmaba Isolde Beidler, casada con el director Franz Beidler que dirigió en el Liceo en la Cuaresma de 1909 y Tetralogía y El Buque Fantasma en marzo-abril de 1910) y Pena les llevó a una visita al mítico Montserrat. Otro hijo de Wagner, Siegfried, estuvo poco antes en Barcelona, en 1907. Su visita –dirigió en el Liceo- no tuvo eco y Roger Alier señala que visitó el Círculo. Muy apoyado por su madre Cósima, Siegfried estudió con