Cartagena Seman Santa 2018

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Semana Santa 2018 Cartagena

Sumario Semana Santa 2018 Cartagena

Del 23 de marzo al 1 de abril Declarada de Interés Turístico Internacional SALUDAS • Obispo de Cartagena........................................................................................ 5 • Alcaldesa de Cartagena.................................................................................... 7 • Presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena.......... 9 COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO • La ilustre Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro por las calles de Cartagena............................................................................. 12 COFRADÍA CALIFORNIA • Saluda del Hermano Mayor Californio......................................................... 21 • Balbino, el californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX...... 22 • Los dibujos de Balbino, la estética de una época............................................ 29 • Balbino. Trazos de pasión............................................................................... 35 • Beatificación de siete Californios.................................................................... 41 • Participación del Santísimo Cristo del Prendimiento en una procesión extraordinaria en Murcia................................................... 42 COFRADÍA MARRAJA • Hermano Mayor............................................................................................. 47 • Setenta y cinco años tras los pasos de la Piedad............................................. 48 • La música en el Patrimonio Artístico de los Marrajos.................................... 50 • Agrupación de la Verónica: una pasión con más de 75 años de historia....... 52 • Digitalización 3D del Retablo de la Capilla Marraja..................................... 56 • Capilla del Sto. Enterramiento de Cristo (Marrajos)..................................... 60 • José Capuz y la renovación del mensaje procesional del Viernes Santo........ 62 • Siete años de cofradía..................................................................................... 65 • La agrupación Marraja de N.P. Jesús Resucitado (1939-1943)...................... 70 • Capiróticos Económicos................................................................................. 72 • Los jóvenes de la Cofradía Marraja............................................................... 74 • Vivencias de una Joven Cofrade..................................................................... 76 COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS RESUCITADO • Historia de la constitución de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado................................................................. 78 • Celebración de 75 años de trabajo procesionista........................................... 81 • Una cofradía joven llena de juventud............................................................. 83 • El anuncio de la Resurrección en las calles de Cartagena.............................. 85 Edita: Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena

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Obispo de Cartagena

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ueridos hermanos cofrades

Os saludo con afecto a todos los que participáis en la Semana Santa de nuestra Diócesis de Cartagena con un corazón cofrade; a vosotros que dedicáis parte de vuestro tiempo a la hermosa labor de anunciar en la calle la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; a todos los que en este tiempo de preparación para vivir el esplendor de nuestra Semana Santa ya tenéis revisados y dispuestos todos los elementos necesarios para la procesión, porque nada se improvisa y todo lo cuidáis con esmero; a vosotros, que me habéis demostrado que sois conscientes de vuestra gran responsabilidad y de que sois enviados por la Iglesia a la evangelización, a sacar a la calle el misterio central de nuestra fe. La Cofradía no es una simple asociación de personas para conseguir unos objetivos más o menos inmediatos. Es una forma de vivir en cristiano, de seguir a Jesucristo, de estar en la Iglesia, de caminar como ciudadanos de este mundo, de sentir el calor de la propia familia. Una Hermandad no es solamente una agrupación a la que se pertenece, ni siquiera una serie de actividades religiosas en torno a unas imágenes veneradas. La Hermandad es un espíritu, una vida, una fe, un patrimonio espiritual. A vosotros, tan importantes y necesarios, queridos cofrades, os pido que aprovechéis el tiempo de Cuaresma y Semana Santa para espabilar vuestros oídos escuchando la Palabra de Dios, potenciando las obras de caridad y que deis gracias a Dios por todas las oportunidades que os regala para la alegría. Vivir como cristianos todos los días y amar al Señor Jesús de verdad, te favorece para acogerle en tu corazón y en tu propia vida. Para todos los cristianos, pero especialmente para los

cofrades, Cristo es el centro de atención y hacia Él deben dirigir sus pasos, pensamientos y toda la actividad, porque Jesús nos ha dado ejemplo de amar a Dios Padre, de hacer su Voluntad y de entregar la vida por amor. Queridos cofrades, vosotros sois custodios de la piedad popular, de ese bendito tesoro que tiene la Iglesia y que nos ayuda para permanecer en una sana espiritualidad. Dadlo a conocer, anunciadlo a todos con generosidad y proclamad a los cuatro vientos vuestra felicidad por haberos fiado de Jesucristo. El olor del incienso al paso de las sagradas imágenes nos recuerda la importancia de dar testimonio de vida, porque las buenas obras de caridad, llegan a los otros antes que la palabra y exhalan el buen olor de la fe. Así evangelizaréis las cofradías, con el ejemplo antes que, con la palabra, y despertaréis los sentimientos de fe profunda, que están en el corazón de nuestro pueblo y favoreciendo la cercanía del necesitado al corazón misericordioso de Dios. Mis palabras están apoyadas en estas del Papa: Acudan siempre a Cristo, fuente inagotable, refuercen su fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia. A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Caminen con decisión hacia la santidad; no se conformen con una vida cristiana mediocre, sino que su pertenencia sea un estímulo, ante todo para ustedes, para amar más a Jesucristo. Vuelvo a recurrir a la voz solemne del Santo Padre, el Papa Francisco, porque lo que dice es la voz de la Iglesia universal y me gustaría que le escuchéis con agrado, con el mismo cariño con el que él se dirige a los cofrades: Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia los quiere. Sean una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas…

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CARTA PASTORAL

Amen a la Iglesia. Déjense guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sean un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana. Veo en esta plaza una gran variedad de colores y de signos. Así es la Iglesia: una gran riqueza y variedad de expresiones en las que todo se reconduce a la unidad, al encuentro con Cristo... (Papa Francisco, Homilía en las Jornadas de Cofradías y Piedad Popular, mayo 2013). Os encomiendo especialmente al cuidado de la Santísima Virgen María, en sus diversas advocaciones, pidiéndole que os ayude a todos los cofrades a responder tan rápidamente como los discípulos a la llamada de Cristo, para que por donde paséis seáis portadores de paz, misericordia y perdón; también para que caminéis siempre cerca de Jesús y atendáis con el mismo corazón del Señor los gritos y súplicas de los que están en las cunetas de los caminos pidiéndonos ayuda. Le pido a Nuestra Señora que os de fortaleza para que seáis generosos en dar el amor y la ternura de Dios. Que Dios os bendiga, + José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena 5


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Alcaldesa de Cartagena

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scribir sobre la Semana Santa de Cartagena siempre impone. Mucho y muy interesante se ha publicado sobre nuestra Semana de Pasión, que cuenta con grandes eruditos que han analizado en profundidad cada Cofradía, cada agrupación y cada grupo escultórico o imagen que participa en nuestros cortejos pasionales. Así que no os hablaré de historia ni de patrimonio, sino de pasión y emoción. Una pasión que los cartageneros aprendemos desde la cuna y cada año renovamos ante el paso firme y acompasado de nuestros penitentes. Una emoción que se contagia de padres a hijos, como dejan de manifiesto los cientos de nazarenos marrajos o los cientos de niños y niñas californios que cada Domingo de Ramos procesionan por nuestras calles, felices y orgullosos. El amor por nuestra Semana Santa se vive los 365 días del año, no sólo durante los 10 días que duran nuestros cortejos, gracias al enorme esfuerzo de nuestros procesionistas. Quisiera dedicarles estas letras a ellos, a los miles de cartageneros que dedican todo el año a mantener viva nuestra Semana Santa. Su labor social y solidaria va más allá de los cortejos pasionales. Valga como ejemplo, por citar sólo una, la Cofradía del Socorro, que destina el 33 por ciento de su presupuesto a ayudar a los más necesitados. De la misma forma actúan marrajos, californios y resucitados. Y lo hacen sin alardes ni aspavientos, en silencio. Nuestros procesionistas recogen juguetes para ayudar a los Reyes Magos

en Navidad, participan en campañas solidarias de recogida de alimentos y mantienen sus propios centros sociales donde ayudan a mayores y personas necesitadas, entre otras muchas actuaciones.

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SALUDA

Una solidaridad que ejercen como parte de la pasión que sienten por nuestra Semana Santa y por Cartagena. Los procesionistas no sólo donan su tiempo, sino que también realizan importantes aportaciones económicas que contribuyen a engrandecer nuestros cortejos pasionales y nuestro municipio. A esto se suma la enorme repercusión económica de nuestra Semana Santa, ya que cada año nos visitan miles de turistas y cartageneros en el exilio que se alojan en nuestros hoteles, comen en nuestros restaurantes, visitan nuestros yacimientos arqueológicos y nuestra costa y compran en nuestros comercios. Asimismo, la propia inversión de las Cofradías y de las agrupaciones en flores, música y conservación de su patrimonio, entre otras cuestiones, contribuyen a engrandecer Cartagena. Por todo ello, nuestro municipio no se entendería sin su Semana Santa, que no sería posible sin la entrega y dedicación de nuestros procesionistas. Gracias a todos; desde el monaguillo que por primera vez participa en la procesión, hasta el nazareno que reparte sus caramelos con seriedad; pasando por los penitentes y portapasos, los responsables de patrimonio, vestuario e iglesia; los directivos de las agrupaciones y de las cofra-

días; los hermanos mayores y los miembros de la Junta de Cofradías, entre otros. No quiero olvidarme de las mujeres; las que realizan esos magníficos trabajos de bordado para que los vestuarios luzcan impresionantes; las que planchan las capas y capuces, las que visten las imágenes; pero también las que procesionan con sus tercios y llevan a hombros los tronos; las que trabajan incansablemente en sus agrupaciones y en las cofradías; las Mujeres Cofrades. En definitiva, todas aquellas que luchan para que nuestra Semana Santa sea cada día más grande. Gracias por vuestra dedicación, pasión y emoción, la de todos, que habéis sabido contagiar a todo un municipio, y por vuestro afán de superación que queda reflejado en la publicación de esta revista con la que contribuís a la difusión de nuestra Semana Santa. Ana Belén Castejón Hernández Alcaldesa de Cartagena 7


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n la cuaresma del año 2017, tuvo lugar la publicación del primer número de esta revista, editada por la Junta de Cofradías, y que nació con el deseo de cubrir la demanda, de tener una publicación que uniese en sus páginas a las cuatro cofradías pasionarias de la Semana Santa de Cartagena. La edición de esta publicación tuvo una gran acogida, siendo ésta una de las diversas razones, que nos motivó a que esta cuaresma de 2018, volviese a publicarse.

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SALUDA

Entre los varios objetivos, que pretendemos cubrir con las colaboraciones, que en ella se insertan, están: el seguir profundizando en la historia de nuestras cuatro cofradías, su imaginería, bordados, aspectos artísticos, y liturgia. Como Presidente de la Junta de Cofradías, y en nombre de las cofradías que la integran, nuestro agradecimiento: A los cofrades que han colaborado, con la realización de los excelentes artículos, que contiene el sumario de esta revista. A los anunciantes y patrocinadores, que con su colaboración, han hecho posible la edición de esta revista que hoy tiene en sus manos. A Editorial MIC, por su dedicación y profesionalidad, puesta de manifiesto en el diseño, maquetación y realización de esta publicación. Espero y deseo, que esta revista tenga un largo recorrido, y que sirva de apoyo, a la difusión de la semana más larga y emblemática de Cartagena.

Manuel Martínez Guillén Presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena Hermano Mayor de la Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro. 9


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COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO

La Ilustre Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro por las calles de Cartagena Composición del Vía Crucis Penitencial Desde la refundación de la Ilustre Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro allá por el año 1961, el Via Crucis Penitencial ha salido en Viernes de Dolores, día marcado en el corazón Procesionista de todo cartagenero. A lo largo de los años tuvo distintos horarios de salida, pero ya está consolidada la salida desde los aledaños de la Catedral Antigua de Cartagena a las 03:30 de la madrugada. Con este Vía Crucis penitencial da comienzo la Semana Santa en Cartagena, además de ser el único cortejo que entra en la Basílica de la Caridad para la celebración de la primera Eucaristía que se celebra a la Patrona en su día grande. La composición del cortejo religioso tiene una estructura marcada y que se repite año tras año. Esa estructura es la siguiente: 1. Consiliario Guión. 2. Sudario de la Cofradía flanqueado por dos hermanos que portan ciriales. 3. Alumbrantes de la Cofradía acompañantes de la Virgen. 4. Trono e imagen de la Santísima Virgen de la Soledad del Consuelo. El trono es obra de Juan Miguel Cervilla y la imagen es obra del escultor José Hernández Navarro. 5. Junta de Damas de la Virgen. 6. Cruz tosca de la Cofradía. 7. Alumbrantes de la Cofradía acompañantes del Cristo del Socorro. 8. Junta de Damas de la Cofradía. 9. Hermanos de Honor. 10. Mesa de la Cofradía con Mayordomos de Honor. 11. Clero. 12. Escolta del Cuerpo de Bomberos. 13. Trono e imagen del Cristo del Socorro. El trono es obra de Manuel Ángel Lorente, lo portan 65 hermanos portapasos, acompañados de un grupo de Hermanos/ as Soga. La imagen del Cristo es obra de Manuel Ardil. 14. Amigos de la capa. 15. Promesas.

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Itinerario de la Procesión Vía Crucis de la Ilustre Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro Descripción realizada por José Asensio Norte para el catálogo de la exposición Essentia Nostra Antes de iniciarse la Procesión Vía Crucis, sobre las tres y media de la madrugada, se efectúa la bendición y entrega de los escapularios a los Mayordomos de Honor y los nuevos hermanos y hermanas que van vestidos con el hábito de la Cofradía o de Portapasos de la Virgen de la Soledad del Consuelo y a continuación se procede al inicio del Vía Crucis. La Procesión Vía Crucis del Cristo del Socorro, siempre ha salido desde su capilla de la Catedral Antigua de Cartagena, desembocando a su salida en la Plaza de Juan Jorquera del Valle, hasta que el descubrimiento de Teatro Romano, nos “rompió” nuestra tradición, teniendo que iniciar nuestro itinerario en la Calle de la Concepción a la altura de la Calle del Doctor Tapia, y desde hace dos años desde la calle Sepulcro, un poco más cerca de nuestra histórica capilla.

A la mitad de la calle de la Concepción rezamos la PRIMERA ESTACION del Vía Crucis, calle de mucha solera en el casco antiguo de Cartagena, pues hay que señalar, que es una calle de las pocas que nos quedan del barrio antiguo de los pescadores. Desembocamos en la Plaza de San Ginés, rezamos la SEGUNDA ESTACION del Vía Crucis, suelen cantar saetas al paso de la Virgen de la Soledad del Consuelo y de Nuestro Cristo del Socorro. Siguiendo con el itinerario, entramos en la Calle de San Francisco casi en su mitad, rezamos la TERCERA ESTACION. A continuación, pasamos a la calle de Campos y a la altura del kiosco “Fénix” rezamos la CUARTA ESTACIÓN. En la calle de San Miguel rezamos a su salida la QUINTA ESTACIÓN. Entramos en la Calle del Aire. Hasta la Iglesia de Santa María y efectuamos nuestra PRIMERA ESTACION PENITENCIAL, con la tradicional ofrenda a la Virgen del Rosell, Patrona de la ciudad cuando se fundó la Cofradía en 1691. Una vez efectuada la OFRENDA FLORAL, se canta por todos la SALVE CARTAGENERA. Terminada la ofrenda a la


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En este punto del recorrido hay que matizar ciertas variantes que ha tenido el itinerario a través del tiempo y por motivos de obras u otros impedimentos: primero, el recorrido habitual que yo haya conocido, ha sido salida de la Calle Aire, Plaza de San Sebastián y Calle Honda, donde se reza la SÉPTIMA ESTACIÓN, Plaza de San Francisco, para continuar su recorrido hasta la Iglesia de la Caridad. Segundo, salida de la Calle del Aire, Calle Jara, Calle Campos, Plaza de San Francisco y continúa su recorrido hasta la Iglesia

de la Caridad. Tercero: salida de la Calle Aire, Plaza de San Sebastián, Calle Honda hasta la Calle Balcones Azules. Hay que destacar que este recorrido se estrenó en la procesión Vía Crucis del año 2010. Tramo Calle Ignacio García, Plaza de San Francisco y continúa su recorrido hasta la Iglesia de la Caridad. En la actualidad se hace el tradicional. Continuando con nuestra exposición, diremos que, por cualquiera de los recorridos, vamos a desembocar a la Plaza de San Francisco, rezamos la OCTAVA ESTACION al entrar nuestro Cristo en la Plaza de San Francisco. Siguiendo el itinerario, hacemos un tramo de la Calle Arco de la Caridad hasta la confluencia de la Calle de San Vicente. A la entrada de esta calle, rezamos la NOVENA

ESTACION. En la Plaza del Sevillano rezamos la DECIMA ESTACION, continuando por Calle y Plaza Serreta hasta la Iglesia de la Caridad para hacer la ESTACION PENITENCIAL con la primera EUCARISTIA A NUESTRA PATRONA, “LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CARIDAD” EL VIERNES DE DOLORES. Entrando en el Templo el Cristo del Socorro, la Virgen de la Soledad del Consuelo y todos los hermanos y hermanas que participamos en la procesión. Una vez terminada la EUCARISTIA, se forma el cortejo y en la Puerta de la Iglesia de la Caridad, rezamos la UNDECIMA ESTACION. Continuamos por Calle de la Caridad, y a la altura del Monumento a la Inmaculada, en la Plaza de Risueño, rezamos la DUODECIMA ESTACION. A la entrada de la Calle del Duque, rezamos la DECIMOTERCERA ESTACION. En la Plaza de San Ginés, rezamos la DECIMOCUARTA ESTACION, dando por finalizado el Vía Crucis después de las oraciones de peticiones y de acción de gracias concluyendo con una SALVE CARTAGENERA.

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Virgen del Rosell, se vuelve a formar el cortejo de la procesión; una vez formado, a la salida de la Iglesia de Santa María rezamos la SEXTA ESTACION del Vía Crucis. Se continúa por la Calle de Aire hasta la plaza de San Sebastián.

Los dos tronos terminan subiendo por la calle de la Concepción hasta el lugar de salida. Esto se producirá este año nuevamente, ya que, desde hace varios años, la Virgen de la Soledad del Consuelo caminaba a hombros de sus portapasos tras la finalización del Vía Crucis hasta la Iglesia de Santa María de Gracia Después de bajado el Cristo del Socorro del trono donde ha sido transportado para el Vía Crucis, se traslada a hombros de los hermanos que lo desean hasta la Parroquia de Santo Domingo, donde es esperado por una dotación de Bomberos, para ser colocado en su altar. El Via Crucis del Santísimo Cristo del Socorro Estaciones del Vía Crucis Por el capellán de la Cofradía, Fulgencio Izquierdo Ortuño, es realizado y estrenado en la procesión de 1987, el nuevo orden de las estaciones del Vía Crucis, que han llegado hasta nuestro tiempo casi sin modificación alguna. Primera estación Jesús es condenado a muerte. Del evangelio de San Marcos (15,6-15): “En la fiesta de Pascua, Pilato concedía la libertad a un preso, el que la gente 13


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COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO le pedía. Había entonces uno llamado Barrabás, que, junto con otros sediciosos, había cometido un asesinato en un motín. Cuando llegó la gente y se puso a pedir a Pilato que hiciera como tenía por costumbre, Pilato les contestó: - ¿Queréis que os ponga en libertad al rey de los judíos? Pues se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero éstos incitaron a la gente para que les soltara a Barrabás. Pilato les preguntó entonces: - ¿Y qué queréis que haga con el que llamáis rey de los judíos? Ellos gritaron: - ¡Crucifícale! Pilato preguntó; -Pues, ¿cual es su delito? Pero ellos gritaban más y más: - ¡Crucifícale! Entonces Pilato, queriendo quedar bien con la gente, ordenó que pusieran en libertad a Barrabás, y que a Jesús le azotaran y le crucificaran.” Otra vez hemos: condenado al inocente, a tantos inocentes... Porque es más fácil condenar que comprender, más cómodo rechazar que compartir, menos comprometido callar que defender. Condenamos al inocente que no tiene defensor: al pobre, al hambriento, al niño, al que no es como nosotros. Y en cada inocente condenado condenamos a Jesús a morir en la cruz, en la cruz del desprecio, en la cruz del hambre, en la cruz del abandono, en la cruz de la indiferencia. Por tu inicua condena, Señor del Socorro, enséñanos a defender y a no callar, a compartir y a no rechazar, a comprender y a no condenar. Segunda estación Jesús carga con la cruz. Del evangelio de San Juan (19,16-17): “Pilato se lo entregó para que lo crucificasen. A partir de este momento, Jesús quedó en manos de los judíos. Llevando su propia cruz, salió fuera de la ciudad hacia un lugar llamado “La calavera”, que en la lengua de los judíos se dice “Gólgota””. Jesús carga con la cruz que no es su cruz, sino mi cruz, la cruz que lleva a la muerte, la cruz de mis egoísmos, de mis injusticias, de mis pecados, para que así yo pueda llevar la suya, la cruz que lleva a la vida, la cruz de mi tristeza, de mi enfermedad, de mi soledad. Por la fuerza de tu cruz, haz, Señor del Socorro, que nuestra cruz, si nos pesa, nos levante, si nos hiere, nos consuele, y, si nos duele, nos salve. 14

Tercera estación Jesús cae por primera vez. Del Profeta Isaías (53, 2b-3): “Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres como un hombre de dolores acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se tapa uno la cara, despreciado y desestimado. La cruz de Jesús no es una cruz de adorno, no es una cruz de Procesión. Es una cruz de tormento, de sufrimiento y de muerte. Y pesa, y le aplasta en la tierra. Y yo le añado peso sobre peso con mis injusticias y mis desprecios y mis faltas de amor a los hermanos. Por el peso terrible de tu Cruz, líbrame, Señor del Socorro, del terrible peso de mis pecados. Cuarta estación Jesús encuentra a su Madre. Del evangelio de San Juan (19,25-27): “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás que era hermana de su madre, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Después dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre. Y, desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.” No basta con que la Madre sepa que el Hijo va a morir: tiene que verlo sufrir, paso a paso, tiene que tragar con Él, trago a trago, el dolor y la agonía. Y en el camino hasta el fin se encuentran dos miradas, dos corazones, dos sufrimientos. Para el dolor no hay consuelo, pero sí hay consuelo para el amor. Porque los dos saben que el amor es más fuerte que la pena, y los dos sienten que el amor es más fuerte que el dolor, y los dos viven que el amor es más fuerte que la muerte. Haz, Señor del Socorro, que en el camino de nuestra cruz encontremos siempre el amor de tu Madre y nuestra Madre Quinta estación El cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. Del evangelio de San Marcos (15,21) “Por el camino encontraron a un hombre que volvía del campo, un tal Simón, natural de Cirene, padre de Alejandro y Rufo, y le obligaron a cargar con la cruz de Jesús.”


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Sexta estación La Verónica enjuga el rostro de Jesús. Del Profeta Isaías (53,2-3a): “Como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres.” Una mujer del pueblo limpia el rostro de Jesús. Yen el paño y en sus pupilas y en su corazón, se lleva el “Vero Icono”, el auténtico rostro de Jesús; el rostro sudoroso, arañado, sangrante, de Jesús. Pero aun quedan rostros sudorosos, arañados, sangrantes, de otros Jesús; el Jesús hambriento, el Jesús enfermo, el Jesús perseguido, el Jesús preso, el Jesús torturado... Haz, Señor del Socorro, que nosotros seamos esa mujer -o ese hombre- del pueblo, dispuestos a enjugar tanto sudor, tanta lágrima, tanta sangre, y así nos llevemos tu “Vero Icono”, tu auténtico rostro, en las manos, en las pupilas y en el corazón.

Séptima estación Jesús cae por segunda vez. Del profeta Isaías (53,4-5): “Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros le estimamos leproso, herido de Dios y humillado. Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre Él, sus cicatrices nos curaron.” Otra vez ha vuelto a tropezar y a caer. Y es que el camino es largo y mucho el cansancio y el miedo de llegar al fin. Pero se levanta y marca, paso tras paso, el camino vacilante hasta el Calvario. Sin ceder a la tentación de abandonar, de dejarlo todo, de quedarse caído. Por tus caídas, Señor del Socorro, ten paciencia con nuestras caídas, con nuestros cansancios, con nuestras ganas de dejarlo todo, de quedarnos caídos, y ayúdanos a levantarnos, a mantener nuestra débil esperanza. Porque sólo avanzando contigo, paso a paso, hasta el Calvario, es como habremos vencido. Octava estación Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. Del evangelio de Lucas (23,27-31): “Detrás iba también mucha gente del pueblo y mujeres que lloraban, y se lamentaban. Jesús, en cierto momento, se volvió a ellas y les dijo: -Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mi; llorad, más bien, por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque vienen días en que se dirá: “¡Felices las estériles, los vientres que no concibieren y los pechos que no criaron!”. La gente comenzará, entonces a decir a las montañas: “¡Caed sobre nosotros!”; y a las colinas: “¡Sepultadnos!”. Porque si al árbol verde le hacen esto, ¿qué no le harán al seco?”.

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Pobre Simón, obligado a cargar con una cruz que no es la suya. Pobre Simón de Cirene que, llevando la cruz de Jesús, lo que está llevando es la cruz de todos nosotros. Pobres Cirineos de todos los tiempos cargando con los sufrimientos de los que están solos de los sin consuelo de los que no tienen valedor. Y, sin embargo, Feliz Simón, porque compartió la cruz de Jesús, que es salvación. Feliz Simón de Cirene, porque cargó nuestra cruz y nos abrió a todos las puertas de la vida. Felices Cirineos de todos los tiempos, los que escuchan, los que consuelan, los que ayudan, porque suyo es el amor y la paz y la esperanza del mundo. Sé tú, Señor del Socorro, nuestro Cirineo cuando no podamos soportar la cruz de nuestra vida, y que nosotros sepamos ser cirineos de nuestros hermanos.

Él es el condenado, camino del suplicio. Él es el sentenciado, que arrastra su vida camino de la muerte. Él es el triste, que necesita consuelo. Pero no quiere que lloren por Él, no por su suplicio, sino por nuestros pecados; no por su muerte, sino por nuestra vida equivocada; no por su tristeza, sino por nuestro negro corazón. Él es el condenado y nos libra de nuestra condena. Él es el sentenciado y anula nuestra sentencia. Él es el triste y es la causa de toda la alegría. Enséñanos, Señor del Socorro, a llorar no por ti, sino por nosotros; porque nuestro egoísmo, nuestra indiferencia, nuestra pasividad, son causa de tanta tristeza, de tanto dolor, de tanta muerte. Novena estación Jesús cae por tercera vez. Del profeta Isaías (53, 6-8): “Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Dios descargó sobre Él la culpa de todos nosotros. Fue oprimido y Él se humilló y no abrió la boca. Fue llevado como un cordero al matadero, y no abrió la boca, como oveja, muda ante los que la trasquilan. Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de su causa ¿quién se preocupa?”. Otra vez en el suelo, otra vez las piedras despellejando sus manos y abriendo surcos de sangre en sus rodillas. La cruz está ya muy cerca, a la vista: la hora de morir, la hora de la verdad, en la que no caben mentiras ni disimulos. ¿Ha valido la pena? Tres años hablando de amor, de paz, de perdón; curando a los enfermos, resucitando muertos, haciendo el bien a todos. Y ahora nadie le tiende una mano para levantarle del suelo. ¿Valió la pena? Señor del Socorro, danos tu luz y tu esperanza para que entendamos que, a pesar de las caídas, de los fracasos, del dolor, nuestra vida vale la pena, vale la pena amar y perdonar. Décima estación Jesús es despojado de sus vestiduras. Del evangelio de Juan (19,23-24): “Los soldados, una vez que terminaron de crucificar a Jesús, se quedaron con sus ropas y las repartieron en cuatro lotes, uno para cada uno. Aparte dejaron la túnica. Como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba a abajo, llegaron a este acuerdo:

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COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO -No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quien le toca. Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: -Dividieron entre ellos mis ropas, y echaron a suertes mi túnica-. Esto fue exactamente lo que hicieron los soldados.” Antes de quitarle la vida, le quitan la ropa. Y con la ropa le quitan la dignidad, el derecho a morir como un hombre. Le dejan desnudo como un gusano, vestido sólo de sangre y salivazos, mientras se ríen de Él los impotentes y los cobardes. Ya no tiene nada, ni siquiera dignidad. En tantos espacios de nuestra tierra, hay otros Cristos que no tienen pan, ni trabajo, ni esperanza; ni siquiera dignidad; y a nosotros no sobra indiferencia, egoísmo, cobardía. Señor del Socorro, que sepamos dar a los demás el pan, el dinero, la esperanza, y puedas Tú decirnos algún día: “Venid benditos de mi Padre, porque estuve desnudo y me vestisteis, y me devolvisteis mi dignidad de ser humano”. Undécima estación Jesús es clavado en la cruz. Del evangelio de San Juan (19,17-19); “Llevando su propia cruz, salió fuera de la ciudad hacia un lugar llamado “La Calavera” (que en la lengua de los judíos se dice “Gólgota”). Allí le crucificaron, y con Él crucificaron también a otros dos, uno a cada lado de Jesús. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero con esta inscripción; “Jesús de Nazaret, rey de los judíos.”. Le han clavado las manos y ya no puede acariciar a los niños. Le han clavado los pies y ya no puede caminar nuestros caminos. Le han tapado la boca con hiel y vinagre y ya no puede curar ni bendecir. Era molesto, se metía en demasiadas cosas. Quería cambiar nuestra vida. Está mejor así: clavado, inmóvil. Pero aún le queda un corazón; ése no se lo pueden clavar porque se va a morir solo, perdonando. Señor del Socorro, clávate en nuestra vida. Que no podamos desclavarte y así transformes nuestro corazón y lo hagas como el tuyo: que nadie lo pueda clavar y esté siempre libre para amar y perdonar. 16

Duodécima estación Jesús muere en la cruz. Del evangelio de San Marcos (15,33-39): “Al llegar el mediodía, toda aquella tierra quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde. A las tres, Jesús gritó con fuerza: “Eloí, Eloí, ¿lemá sabaqtaní?” (Que significa “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”). Algunos de los que estaban allí dijeron al oírle: -Mira, éste llama a Elías. Uno de ellos fue corriendo a empapar una esponja en vinagre, y con una caña se la acercó a Jesús para que bebiera, diciendo: -Dejad, a ver si viene Elías a salvarle. Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, murió. Entonces la cortina del Tem-

plo se rasgó en dos, de arriba abajo. El coman dante de la guardia, que estaba frente a Jesús, al ver cómo había muerto, dijo: - ¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!” “Todo se ha consumado” Ha llegado el fin. Ya no hay más. Ya no hay nada: Tan sólo el cadáver de uno que ha muerto abandonado fracasado y solo. Y, sin embargo... Ahora es más nuestro que nunca, porque ahora sabe lo que es nuestra, muerte y nuestro fracaso. Y nuestra soledad. Y en él viven ahora todas nuestras muertes y en esa muerte anida toda la esperanza de nuestra inmortalidad. Pon, Señor del Socorro, nuestra vida junto a tu muerte, para que así, junto a nuestra muerte, esté tu vida.


COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO

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Decimotercera estación Jesús es puesto en brazos de su Madre. De los evangelios de Juan (19,25) y Marcos (15,46): “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y María Magdalena. (José de Arimatea) lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado”.

“He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra”. María de la Soledad, enséñanos a aceptar la voluntad de Dios en las horas de gozo y en las horas de dolor, en la salud, en la amistad, en la prosperidad, en la enfermedad, en la soledad, en la pobreza. Hágase en nosotros, también, su palabra.

Para nosotros, Jesús es el Hijo de Dios. Para ella, Jesús es el hijo de sus entrañas, su único hijo, el más bueno de los hijos, por el que toda su vida había valido la pena. Ahora lo tiene en sus brazos, ensangrentado, escupido, muerto. ¿Qué pensaría entonces María, si es que aún podía pensar? Y, como en un eco lejano, nos llega todavía su voz:

Decimocuarta estación Jesús es sepultado. Del evangelio de Marcos (15,46b): “(José de Arimatea) lo puso en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra, cerrando con ella la entrada del sepulcro.” Se ha sembrado la semilla, se ha cubierto el surco, se ha regado la tierra.

Ahora sólo queda esperar: esperar que del fracaso brote el triunfo y de la cruz brote la victoria y de la muerte brote la vida. Esperar en el silencio, en la oscuridad, en la incertidumbre, porque el amor es más potente que el fracaso y más fuerte que la soledad y más poderoso que la muerte. Señor del Socorro, haz que en nuestras horas de dolor y de fracaso y de tristeza, sepamos esperar en Ti que has vencido a la muerte y nos has abierto las puertas del gozo, del triunfo y de la vida. Textos de Sergio Martínez Soto, José Asensio Norte y Reverendo Padre Fulgencio Izquierdo Ortuño. Colaboración de José Luis Carralero Alarcón 17


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Saluda del Hermano Mayor Californio En esta segunda edición de la revista que gestiona la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena, como Hermano Mayor de la Cofradía California, me acerco a todos los hermanos que la conforman, así como a los de las otras Cofradías hermanas, de nuevo, con el deseo y la ilusión de haceros participes del contenido que, dentro de dicha publicación, nos han asignados a los cofrades encarnados.

tín, El amor de Dios es un amor que va “hasta el fin sin fin”. Si verdaderamente fuéramos conscientes de que la Semana Santa, y en particular el Triduo Pascual, es el memorial de un drama de amor que nos da la certeza de que jamás seremos abandonados en las pruebas de la vida, nuestro modo de proceder cambiaría radicalmente, pudiendo despertar con ello, en muchas de las personas con las que convivimos, sentimientos religiosos dormidos, u olvidados, dándoles la oportunidad de reflexionar sobre el significado del: ¿por qué, una persona lleva las manos atadas y es sentenciada?; ¿quién es y el por qué, al que están azotando?; ¿Quién, el soldado que clava la lanza en el costado de Cristo crucificado?

A través de la presente publicación, pretendemos los cofrades divulgar aspectos destacables de la actividad que desarrollan nuestras Agrupaciones y Cofradías a lo largo de todo el año, poniéndolas en conocimiento de todos los hermanos de la Cofradía, así como del resto de los cofrades de las otras hermandades pasionarias de nuestra ciudad de Cartagena. Con los preparativos de nuestra Semana Grande, los cofrades, sin distinción de color, comenzamos una intensa actividad preparatoria del acontecimiento más importante de la vida cristiana, el gran misterio de nuestra fe: la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Cada Cuaresma, como nos señala el Papa Francisco “es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte” Durante este tiempo, todos los cristianos, y en particular los cofrades, debemos sentirnos llamados a una nueva conversión, aún en medio de tanta agitación por los esfuerzos realizados para que nuestros tercios y tronos sean los mejores que desfilen en las procesiones; conversión que no consiste sino en sentirnos llamados a volver a Dios. “Cristo, Jesús de Nazaret es el amigo fiel que

nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (Homilía, del Papa Francisco del 8 enero 2016). Como no me cansaré nunca de recordar, como Hermano Mayor de la Hermandad encarnada, junto al sentimiento de vuestra pertenencia a dicha hermandad pasionaria y de ser participes del acontecimiento social, cultural y religioso más importante de nuestra ciudad, debéis sentiros, también, portadores de más grandioso Misterio de fe, conscientes de que el Misterio de cada Semana Santa es una gran historia de entrega por amor que no conoce límites. El amor de Dios no tiene límites. Como decía San Agus-

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Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas.

Estimados hermanos, os invito a reflexionar sobre estas preguntas, al tiempo que os animo a que sigáis trabajando por la Cofradía de la que forméis parte, bien, en alguna de las diversas áreas que la conforman o bien, en vuestras Agrupaciones, dando en todo momento, con vuestro comportamiento, ejemplo de lo que debe ser la hermandad religiosa de la que todos formamos parte, Por último, deseo dejaros de manifiesto, mi sincero agradecimiento por tener de nuevo la oportunidad de acercarme, a través de esta publicación, a todos los cofrades y cartageneros amantes de su Semana Santa.

Juan Carlos de la Cerra Martínez Hermano Mayor de la Cofradía California

Coordinadores de la Cofradía California: Rafael Manuel del Baño Zapata José Diego García Mercader 21


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Balbino, el californio más carismático de la segunda mitad del siglo xx La Cofradía California tenía una deuda de gratitud y reconocimiento con Balbino de la Cerra Barceló, Balbino simplemente, como era conocido por todos los californios y procesionistas. Su vida estuvo plenamente dedicada a la Cofradía California en particular y a la Semana Santa en general –él mismo decía “la Cofradía es mi vida”1-. Es por ello que, después de su muerte en 2003, se planteó en varias ocasiones el realizar una exposición antológica de su legado a la Semana Santa a través de sus dibujos, plasmados fundamentalmente en los bordados; sin embargo, diversas circunstancias, especialmente las económicas, lo impidieron. Finalmente, entre diciembre de 2017 y enero de 2018, la Cofradía California, con la colaboración de las restantes cofradías cartageneras y alguna de fuera de la ciudad, así como diversas instituciones, empresas y su propia familia, organizó en el Palacio Molina la exposición Balbino. Trazos de Pasión. Y como complemento a ella, pretendiendo que quedase un testimonio menos perecedero que la propia exposición, que duró apenas mes y medio, se decidió dedicar parte de la participación california en la revista de la Junta de Cofradías de 2018 al californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX, como lo llamó Ángel Julio Huertas Amorós, mayordomo presidente de la Comisión de Arte california, en el folleto que se editó para la exposición.

exceptuando a los muy jóvenes, todos los californios, todos los procesionistas y, probablemente también, muchos cartageneros vean en él, con toda justicia, un hito insustituible en la historia de nuestros desfiles pasionales. En definitiva, probablemente la mayoría de los posibles lectores de este artículo tengan formada una idea del papel de Balbino en la Cofradía del Prendimiento y encuentren algunas carencias en el mismo.

Las líneas que siguen son una parte de ese reconocimiento. Evidentemente, esta contribución no es una biografía, nunca se pretendió tal cosa, sino más bien un breve esbozo de su intensa y extensa vida cofrade. Está basada, con las correcciones pertinentes que el paso del tiempo y los datos nuevos que he podido ir localizando posteriormente han permitido, en un artículo que escribí para la revista El Estandarte en el año 2009.2 Estudiar documentalmente el papel de un personaje tan conocido y apreciado en la Cofradía California como Balbino de la Cerra es una labor bastante compleja. No hay procesionista que no lo haya conocido, ni californio que alguna vez no haya charlado con él o haya escuchado sus consejos o reconvenciones. Desde luego, creo que todos estarán de acuerdo en que su papel en la historia de la Cofradía California desde los años 40 del pasado siglo hasta su fallecimiento en 2003 ha sido capital y, probablemente, cualquier intento de resumir su aportación a la misma sea injusto y no lo valore adecuadamente. Además, su fuerte personalidad y la importancia del cargo de guardalmacén general, que durante tantos años ocupó, hacen que,

Si quisiéramos resumir su enseñanza durante su dilatada vida cofrade (primero como joven entusiasta californio, después como guardalmacén general y, por último como mayordomo rector) lo podríamos hacer en una sola línea: “el cariño por lo californio y la devoción a la Madre del Primer Dolor”.3 No obstante, esto que aparentemente es tan simple, se materializó en muy diversos campos: el

1. Entrevista radiofónica a Balbino de la Cerra, 27-9-1975, en “Galería de Cartageneros”. Archivo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento (en adelante ACNPJPP), CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos, cedidas por el mayordomo Manuel Hernández Carrasco y digitalizadas por Carlos Vilar. 2. Baño Zapata, Rafael Manuel, del, “Balbino de la Cerra y los californios”, El Estandarte, 2009 3. Cervantes, Fulgencio, “Adiós a un gran procesionista y amigo”, Tiara, 10, pp. 20-21

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I.- La destrucción del patrimonio californio y Balbino de la Cerra La primera intervención trascendental de Balbino de la Cerra en la Cofradía California tuvo lugar siendo apenas un chaval de 14 años, el 25 de julio de 1936, cuando presenció la destrucción de las imágenes, bordados y otros enseres que atesoraba la Cofradía desde su fundación en el siglo XVIII. En el contexto del inicio de la Guerra Civil se produjeron asaltos a diversas iglesias de Cartagena, entre ellas la de Santa María de Gracia, donde una “masa”4, como el mismo Balbino la denominó, con la colaboración de un par de asalariados de la misma Cofradía California (un electricista llamado Enrique y otro trabajador apodado el Murciano) arrambló con las imágenes y otros valiosos objetos en ella guardados y los trasladaron al horno de la Casa de Misericordia. Aprovechando el desorden, Balbino consiguió recuperar de la propia Capilla la mano del ángel de la Oración en el Huerto y, al año siguiente en la Casa de Misericordia, el brazo, según comentaba él mismo en una entrevista que le hizo Luis Linares5, que posteriormente fueron aprovechados por Sánchez Lozano para la nueva imagen del ángel que talló para la Cofradía.

II.- El trabajo de Balbino en la Cofradía California Balbino vino a Cartagena, procedente de su Torrevieja natal, con apenas 5 años y muy pronto, de la mano de su abuelo Francisco de la Cerra Guisasola, que era mayordomo de la Cofradía y que fue el primer presidente de la Agrupación de San Pedro en 1932, empezó a frecuentar la sede california en la que, según sus propios testimonios pasaba mucho tiempo por estar junto a su casa familiar que se encontraba en la calle del Aire. Allí entraba, miraba, escuchaba a los mayores y, en alguna ocasión echaba una mano en lo que le pedían, quedando ya entonces prendado de la imagen de la Santísima Virgen del Primer Dolor desde la primera vez que la vio en la Sala Capitular preparada para ser subida al altar para la novena.6 Finalizada la Guerra Civil, en los primeros años de reconstrucción de la Cofradía, a pesar de su juventud, Balbino de la Cerra se incorporó como un activísimo trabajador. Prueba de ello es su nombramiento como consiliario en el Cabildo de Mesa de 21 de febrero de 19447, ratificado en el Cabildo General de 23 de febrero de 1944.8 En principio, no tenemos noticia exacta del área de trabajo en la que participaría, pero es posible que estuviera especialmente volcado ya en los asuntos relacionados con el vestuario, pues poco después se recoge en las actas californias que en 1946 se nombró guardalmacén a Joaquín González y, a Balbino y a otras personas, sus ayudantes.9 Además, al año siguiente el Marqués de Fuente el Sol, hermano mayor en aquel entonces, decidió subdividir el trabajo, puesto que el cometido del guardalmacén era amplísimo y, de esta forma, Balbino pasó a ocuparse de los vestuarios, aunque siempre bajo la supervisión del citado Joaquín González.10 Poco a poco Balbino se fue haciendo prácticamente insustituible en la Cofradía, hasta el punto que, cuando por motivos laborales en 1953 parecía que tendría que marcharse fuera de Cartagena, concretamente a Valencia, Juan Oliva propuso que “la Cofradía debería hacer todo lo posible para que tan valioso y trabajador cofrade pudiese ser colocado en esta ciudad, ya que cuanto haga la Cofradía por él se lo merece”.11

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cuidado de imágenes, vestuarios y capilla; la participación en la organización y representación de zarzuelas y obras de teatro para recaudar fondos para las procesiones; la creación de una estética propiamente california en los tronos de Miércoles Santo; la preparación y montaje del altar de la Salve Grande; la concepción estrictamente metódica de su trabajo, especialmente en Cuaresma y Semana Santa; la exposición de sus ideas sobre cuidado del patrimonio en todo momento y especialmente en los últimos años; su trabajo como diseñador de bordados para los californios y para otras cofradías; etc. En definitiva, por la importancia de su papel y lo dilatado en el tiempo del mismo, se podría hablar de una auténtica Era de Balbino en la Cofradía California, con una parte activa, durante la que ocupó el cargo de guardalmacén y otra de referencia en sus años como mayordomo rector y que continúa aún hoy en día tras casi 15 años desde su fallecimiento.

4. “La destrucción del patrimonio cofrade el 25 de julio de 1936. Testimonios de Balbino de la Cerra Barceló” en Recuerdo y tradición de la Semana Santa de Cartagena (archivo sonoro), COPE Cartagena, 2004 5. El Noticiero, 10-3-1965 6. ACNPJPP, CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 7. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 21-2-1944 8. ACNPJPP, Cabildo General, 23-2-1944 9. ACNPJPP, Cabildo Pleno de Mesa, 28-2-1946 10. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 9-4-1947 11. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 4-11-1953

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El formar parte de la Mesa de la Cofradía en un puesto con tanta responsabilidad como el de guardalmacén, contando con apenas treinta y pocos años, probablemente se veía en la hermandad california, tan apegada a sus tradiciones, como algo prematuro, por lo que cuando en 1955 Manuel Duelo, que era el guardalmacén en ese momento, expuso que no podía seguir con el cargo por su delicado estado de salud, se le pidió que hiciera un esfuerzo y continuara con la ayuda de Balbino de la Cerra.12 Sin embargo, finalmente la cantidad y calidad de su trabajo vencieron las reticencias de los dirigentes californios quienes lo nombraron guardalmacén en 1956, aun siendo todavía consiliario.13 Esto se rectificó prontamente ya que, al año siguiente, fue propuesto para mayordomo, además con una mención especial:14 “Se acuerda por unanimidad y con el mayor entusiasmo el nombramiento del Mayordomo D. Balbino de la Cerra, con el cargo de guardalmacén, y que el cordón y medalla sea obsequio de esta Cofradía, en premio a su laboriosa y celosa constancia, digna de ser imitada”. Pero este reconocimiento no quedó limitado a dicha mención, sino que en el acto de imposición de la medalla se rindió un verdadero homenaje al cofrade, pues en el transcurso del Cabildo Permanente en el que recibió el cordón dorado, el Hermano Mayor pronunció un discurso en el que reconocía que Balbino era “artífice de cuantas innovaciones y mejoras (se realizan) en los cortejos procesionales de nuestra hermandad”.15

A partir de ese momento, durante varias décadas se ocupó en la Cofradía de “todo”, siendo considerado en la práctica el “alma de la Cofradía”.16 Él mismo, definiendo su función en la hermandad en una entrevista, consideraba que se dedicaba “…a todo porque no paro un momento; el tener todo preparado para que esté a punto a la hora de la salida, preparar tronos e imágenes. En suma soy el peón de briega, mi papel es el de comodín de la Cofradía, pero lo hago con gusto porque a todo esto le tengo mucho cariño”.17 Es más, llegó a considerar que se pasaba de las funciones de su cargo18.

En él se mantuvo hasta que por su desacuerdo con la forma de enfocar determinas cuestiones de organización y gestión de la Cofradía dimitió en 1982.19

Tras un periodo sin cargos en la Cofradía, fue nombrado nuevamente mayordomo guardalmacén por Carlos Ferrándiz en el Cabildo de Mesa de 29 de enero de 1993,20 aunque dada su edad y condición física fue este ejercido de forma más relajada que anteriormente, llevando el peso sus colaboradores y convirtiéndose más plenamente en referente moral para todos los californios, no sólo por su edad y antigüedad como mayordomo, sino sobre todo por su experiencia. Otra vez él mismo nos da esta clave: “En mi Cofradía (…) me suelen presentar de que en ella soy toda una institución”.21 Tal circunstancia fue ratificada cuando fue nombrado Mayordomo rector en el segundo mandato

12. ACNPJPP, Cabildo Pleno de Mesa, 9-2-1955 13. ACNPJPP, Cabildo Pleno de Mesa, 8-2-1956 14. ACNPJPP, Cabildo Pleno de Mesa, 25-2-1957 15. ACNPJPP, Cabildo Permanente, 3-4-1958 16. El Noticiero, 28-3-1963 17. El Noticiero, 10-3-1965 18. ACNPJPP, CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 19. ACNPJPP, Carta al Hermano Mayor y Junta Directiva de la Cofradía de dimisión de Balbino de la Cerra Barceló como capillero, 24-2-1982 y Carta al Secretario de la Cofradía ratificando la dimisión de Balbino de la Cerra Barceló como guardalmacén. 27-9-1982. 20. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 29-1-1993 21. Cerra Barceló, Balbino, de la “Las cosas de Balbino”. Haz de Lictores, 4, pp. 24-31

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Complementaria a su labor en el cuidado de imágenes y enseres cofrades fue su gusto por el dibujo que le llevó a colaborar gustosamente con cuantas agrupaciones, cofradías o hermandades le solicitaron dibujos para bordados. Decenas de obras suyas fueron pasadas al terciopelo o al raso por numerosas bordadoras, no sólo en Cartagena, sino también en otras localidades como Torrevieja, Badalona, Huércal Overa, Los Ramos, etc. No obstante, esta cuestión, eje central de la exposición referida anteriormente, será tratada con más extensión en otros artículos y por ello no la abordo.

laboración en la organización de zarzuelas y obras de teatro, destinadas a recaudar fondos para diversas mejoras en la Cofradía en las que participó de varias maneras: actor, diseñador de los figurines del vestuario, etc. En todas las que organizaron los californios tras la Guerra Civil participó. Según él mismo era el “asesor general”, o sea, hacía de todo un poco.24 Entre las numerosas zarzuelas con fines benéficos organizadas por los californios y en las que participó él se pueden citar, entre otras, La del manojo de rosas, El cantar del arriero, La tabernera del puerto, Agua azucarillos y aguardiente, etc. Del mismo modo participó como actor, en el papel de Don Luis Mejías, y diseñó el vestuario en el grupo de teatro La Farsa que representó Don Juan Tenorio a beneficio de la Samaritana.25 IV.- Balbino y la Virgen del Primer Dolor Balbino de la Cerra era un californio de pies a cabeza, pero, indudablemente su pasión fue la Virgen del Primer Dolor, a cuya imagen dedicó durante toda su vida los mayores cuidados, procurando engrandecer todos los actos en los que participaba. Así, una de sus ocupaciones fundamentales fue la de preparar la Salve Grande, el principal acto cuaresmal de los californios. Tras la Guerra Civil, ésta se estuvo celebrando durante 10 años en Santo Domingo, por las obras de reconstrucción de Santa María de Gracia y allí empezó él en este cometido26. No obstante, con el permiso del obispado, antes de la bendición y reapertura oficial de Santa María, se pudo celebrar la Salve Grande ya en ella en 1950, aunque la iglesia no contaba aún con altar mayor, por lo que Balbino, con la mediación de Cándido de la Rasilla, presidente de la Santa Cena, consiguió que Bazán cediera unos módulos que utilizaban para las misas de campaña.27 Con esos elementos y el adorno floral de Asunción Hernández consiguió, junto a Manuel Duelo, un altar monumental elogiado en la prensa local.28 En años sucesivos, ya sin los elementos cedidos por Bazán y sólo con diversas piezas de la Cofradía, conjuntadas por su ingenio, siguió montando el altar en el que, durante la Salve Grande y el novenario que la seguía, se ensalzaba a la Virgen Dolorosa.

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de Ferrándiz22 y en el primero de Juan Guillén23, ocupando dicho cargo hasta su fallecimiento en 2003.

III.- Las zarzuelas y el teatro Una faceta muy importante de la participación de Balbino de la Cerra a favor de la Cofradía California fue su co-

22. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 7-1-1997 23. ACNPJPP, Cabildo de Mesa, 9-1-2001 24. ACNPJPP, CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 25. El Noticiero, 14-11-1958 y ACNPJPP, CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 26. ACNPJPP, CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 27. Cerra Barceló, Balbino, de la, “Las cosas de Balbino”, en Haz de Lictores, 4, pp. 24-31 28. El Noticiero, 23-3-1950

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Preguntado Balbino por Luis Linares en una entrevista por el momento de la Semana Santa que más le emocionaba respondía “la entrada de la Virgen”.29 Y por ello se quiso engrandecer y solemnizar ese momento con el canto de la Salve a la imagen al finalizar la procesión, algo que consideramos hoy en día consustancial a las procesiones cartageneras, pero que hasta varios años después de la finalización de la Guerra Civil no se practicaba. Balbino se atribuyó la paternidad de esta idea, que fecha erróneamente en los años 60,30 y pidió a Manuel Duelo que la expusiera en un Cabildo de Mesa. Con seguridad, como decíamos, confundió las fechas en el citado artículo de la revista Haz de Lictores, debiendo referirse realmente a finales de los años 40, pues no tendría sentido que, en los años 60, pidiera a Manuel Duelo que la expusiera en el Cabildo de Mesa cuando él era ya mayordomo guardalmacén desde 1957. Así pues, tal idea debió de plantearse en 1949. Además, hemos localizado una referencia en la prensa escrita de que ya se cantó la salve a la Virgen del Primer Dolor el Miércoles Santo de dicho año: “A la recogida de la procesión acudió un inmenso público que llenó la plaza y calles adyacentes en Santa María (…) y por los miles de personas que rodeaban el trono de María Santísima se cantó la Salve Popular, siendo un momento de gran emoción, máxime cuando a los acordes del himno nacional entre vítores entraba el trono a la iglesia, dando frente a la calle”31. Este hecho no fue algo aislado, ya que se repitió en 1950 y en 1952 figuraba ya en la programación oficial de la procesión de Miércoles Santo: “A la entrada del trono de la Virgen en la iglesia de Santa María de Gracia, será cantada una salve”32. No obstante, debido probablemente al amplio debate que se originó con respecto a la oportunidad o no de dicho acto de devoción mariana y a que no se llevaron los preparativos en secreto, finalmente fueron los marrajos los que cantaron la Salve por primera vez a la recogida de una procesión, concretamente el Lunes Santo 11 de abril de 1949 a la Virgen de la Piedad.33 Otro acto, considerado hoy en día insoslayable, en honor de la Virgen california es el besamanos. Éste originariamente se celebraba el último día de la novena en la puerta de la capilla, después del retorno a la misma de la imagen desde el altar mayor de Santa María. Tras la Guerra Civil dejó de hacerse y Balbino, a partir de 1955, lo recreó, engrandeciéndolo con una escenografía mara-

villosa mediante la ofrenda de flores y cera de las agrupaciones, cofradía y fieles en general y trasladándolo al mes de mayo.34 V.- La estética california y Balbino Tradicionalmente se ha considerado la estética de los desfiles californios como “barroca”, frente a la concepción marraja más adusta. Sin entrar en el fondo de una cuestión que precisaría un estudio mucho más profundo y sin querer tampoco simplificar, reduciendo la cuestión a una calificación cuando menos discutible, lo que sí es cierto es que la concepción de los pasos californios es especialmente “naturalista”. Y a ello contribuyó, siguiendo una tradición secular, Balbino de la Cerra tras la Guerra Civil.

Probablemente tenga algo que ver en ello el espacio en el que transcurren los hechos narrados en la procesión de Miércoles Santo desde sus orígenes en el siglo XVIII: el huerto o jardín de Getsemaní. No obstante, este factor no se puede considerar que condicionara la visión estética de la procesión, o, por lo menos no debe ser el único pues, acudiendo a una comparación muy cercana, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Murcia, que tiene un marco evangélico muy similar, al menos en parte y, con el mismo escultor que la Cofradía del Prendimiento de Cartagena, Francisco Salzillo, resolvió estéticamente a lo largo del tiempo su procesión de distinta forma. Sean cuales fueran los motivos de esta estética propia california quedan fuera del marco de este estudio, ya que muchos años antes de Balbino, era costumbre california convertir los tronos en espacios “naturales” en los que se desarrollaban las escenas evangélicas.35 Lo que sí entra en nuestro estudio es la continuidad que dio Balbino a la misma tras la Guerra Civil, contribuyendo a que los tronos californios fueran auténticos jardines, especialmente el de

29. El Noticiero, 10-3-1965 30. Cerra Barceló, Balbino, Id. 31. El Noticiero, 16-4-1949 32. El Noticiero, 9-4-1952 33. El Noticiero, 12-4-1949 34. Cerra Barceló, Balbino, Id. 35. Pueden verse numerosas fotos antiguas que así lo atestiguan en Mínguez Lasheras, Francisco, Recuerdo de la Semana Santa de Cartagena, Asociación Belenista Cartagena – La Unión, 2001. (páginas 196, 199, 225, 226, 233, 240, 246)

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la Oración en el Huerto, con su olivo y su palmera (ésta última fue eliminada del paso en los años 80, con la idea de que se apreciaran mejor las imágenes, algo a lo que él se opuso radicalmente, argumentando con su gracejo habitual que así parecía que el ángel iba señalando “a los pisos que se alquilaban”36). También los tronos de la Samaritana y el Ósculo iban profusamente adornados con sus pinos (pues la sustitución en éste último por un olivo fue posterior al periodo de Balbino como guardalmacén). La segunda pasión de Balbino tras las procesiones, el teatro y la zarzuela,37 contribuyó a que realizara composiciones verdaderamente teatrales en los tronos por él montados. Las nuevas incorporaciones de pasos a las procesiones de Domingo de Ramos y Jueves Santo en los años 40 y 50 del pasado siglo, fueron solucionadas con más ingenio que medios por los californios, siendo uno de los principales “compositores” de estos “nuevos” pasos con elementos de otros Balbino de la Cerra: El Cristo que talló Benlliure para la Santa Cena, y que no fue utilizado para ella, al realizar García Talens un nuevo grupo completo, se destinó a la Entrada de Jesús en Jerusalén38 , se improvisó una Vuelta del Calvario con las imágenes de la Virgen del Primer Dolor y San Juan de Benlliure, que en la procesión del Miércoles Santo figuraban aisladas en sus respectivos tronos, o la Magdalena en el Calvario de la procesión de los Mineros era complementada con otras imágenes39. Estas composiciones y modificaciones vistas con nuestra mentalidad de hoy en día quizá nos resulten algo aberrantes o incomprensibles, sin embargo, en el contexto de una época de ciertas estrecheces económicas y con la consideración de que lo importante era el “mensaje” de la procesión y la “estética” de la misma, eran perfectamente justificables para los californios de la época.

Así también se ha de entender la añoranza de las imágenes de Salzillo desaparecidas en la Guerra Civil y el deseo de que algunas de las nuevas imágenes adquiridas fueran lo más parecidas posibles a las anteriores, hasta el punto de utilizar fragmentos de las mismas, recuperados por el propio Balbino en circunstancias casi novelescas, como en el caso del ángel de la Oración en el Huerto. También sólo así podremos entender la polémica que se generó en torno a la nueva imagen de la Virgen del Primer Dolor que realizó Pérez Comendador y que no gustó, tal y como comentaba Jerónimo Martínez: “Pero la gente acostumbrada a recordar la Dolorosa de Salzillo, pues aún no… No encajaban aún ellos… Porque la Virgen de Pérez Comendador tiene un gesto, en fin, una especie de entrecejo que no encajó bien dentro de la Cofradía” 40 o la necesidad que sintió Balbino (“porque aquello lo hizo Balbino sin que se enterara nadie”, afirma el mismo cofrade citado anteriormente)41 de que Sánchez Lozano retocara la boca de la Virgen del Primer Dolor de Benlliure, cuyo gesto no gustó al principio. No obstante, Balbino explicó este hecho de otra forma. Era cierto que la expresión de la boca de la Virgen de Benlliure no agradaba a los californios. En una ocasión, en secreto, Balbino colocó una cartulina negra en la boca de la Virgen y el aspecto, según se decía mejoró mucho, por lo que en una ocasión que Sánchez Lozano visitó la Cofradía le pidió su opinión. El escultor alicantino señaló que ese defecto era un olvido del taller y en apenas dos minutos le perforó la boca, dejándola con el aspecto actual. Según Balbino ese retoque no fue secreto pues se encontraban presentes

36. CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 37. ´ De hecho, en muchas de las zarzuelas que participó la escenografía y los figurines eran suyos. Así ocurrió por ejemplo con los de La Canción del Olvido y La Alsaciana, representadas en enero de 1951 a beneficio de la Agrupación de la Virgen, El Noticiero, 4-1-1951 38. Mínguez Lasheras, Francisco, Id. p. 120 39. Mínguez Lasheras, Francisco, Id., p. 334, 335 40. Martínez Montes, Jerónimo y Linares Martínez, Francisco, Un año más. Memorias de la Sociedad de Cartagena y su Semana Santa, Asociación Belenista Cartagena – La Unión, 2003, p. 93 41. Martínez Montes, Jerónimo y Linares Martínez, Francisco, Id. P. 95

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Francisco Linares, José Sánchez Paredes, la camarera de la imagen Carolina Martínez de Galinsoga, Arturo Espa, Juan y Fernando Oliva y él mismo42. Otros aspectos que Balbino añadió al aspecto de la Virgen, que es el que conocemos hoy en día, fueron las lágrimas, que se las colocó él mismo, siguiendo las instrucciones de Sánchez Lozano, por el recuerdo que tenían los cofrades de la imagen de Salzillo que las tenía. O también el vestir a la imagen con mantilla, cosa que ideó él pues consideraba que “no le quedaba bien la toca” con la que tradicionalmente se había vestido a la imagen.43 Evidentemente, estos cambios estéticos, que casi ya ni se recuerdan, han mediatizado tanto la idea que de la Virgen tienen los fieles que, quizás, si en un momento dado se quisiera hipotéticamente retornar la imagen al estado inicial de cuando salió del taller de Benlliure, no se la reconocería y, es más, probablemente provocaría una intensísima polémica, al ser un objeto de culto y devoción.

En definitiva, los cofrades, casi quince años después de su muerte, siguen hoy en día inmersos en el recuerdo grato y agradecido de lo que nos hemos permitido llamar Era de Balbino en la Cofradía California. Su trabajo, su fe, su amor por la Cofradía y por su Virgen, su pasión, su humor, sus ideas, su estética, sus dibujos, su genio,… en definitiva todo aquello que él mismo calificaba como “las cosas de Balbino” han hecho que, con toda justicia, se le haya rendido el homenaje de la pasada exposición y que se le considere el californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX.

Virgen del Primer Dolor. Benlliure. Estado inicial

Virgen del Primer Dolor. Benlliure. Estado actual

42. CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos 43. CD con grabaciones domésticas de intervenciones de Balbino de la Cerra en programas radiofónicos

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Rafael Manuel del Baño Zapata Mayordomo Cronista y Archivero Cofradía California


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Balbino de la Cerra Barceló, Balbino para los procesionistas cartageneros, es probablemente el californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX. Además de una intensa labor como cofrade, a través de los cargos que desempeñó en la Mesa de la cofradía y en su agrupación de la Virgen California, Balbino fue autor de un gran número de dibujos, más de setenta, según su hijo1, que sirvieron de base para la ejecución de otros tantos bordados para las cofradías pasionarias de Cartagena. Su obra, desarrollada a lo largo de más de sesenta años, desde la Semana Santa de 1940, cuando dibujó un nuevo estandarte para la Agrupación de San Pedro Apóstol2, hasta su muerte, en el verano de 2003, se ha convertido con el paso del tiempo en un referente de la Semana Santa de Cartagena. Hasta el punto que los diseños de Balbino, a base de grandes dibujos dotados de una gran plasticidad, se han llegado a identificar como el auténtico bordado de “estilo cartagenero”. Los trabajos de Balbino tienen una serie de características que les confieren un estilo propio, singular e irrepetible. Todos se articulan en torno a un eje axial que los divide en dos mitades perfectamente simétricas. Este rasgo, común a toda su obra, quizá sea más evidente en algunos diseños como el del manto procesional de la Virgen del Primer Dolor, su obra más importante sin duda, donde creó una composición vertical, una especie de candilieri gigante del que surgen los motivos ornamentales que se despliegan por toda la superficie decorada. Pero esta simetría la encontraremos, incluso, en sus obras menores. Habitualmente Balbino se servirá de una figura central, el escudo de la institución que le hace el encargo, casi nunca situada en el centro físico del dibujo, a la que envuelve con una serie elementos decorativos creando como una especie de marco complejo. Esta disposición asimétrica del motivo central en sus diseños le ayudará a disimular la monotonía de unas composiciones demasiado regulares, dotándolas así de un dinamismo que no tendrían si ese motivo central se hubiese emplazado en el centro mismo del dibujo. Como ejemplo podemos de nuevo servirnos del manto de procesión de la Virgen del Primer Dolor, cuyo centro son dos dragones afrontados dispuestos sobre el anagrama del Ave María, situados, sin embargo, en la parte baja del manto. Los dibujos simétricos imperaban en los bordados cofrades cuando Balbino comenzó su labor artística. Estos diseños regulares habían surgido en los talleres sevillanos del último tercio del siglo XIX, como una reacción a las creaciones

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Los dibujos de Balbino, la estética de una época

románticas asimétricas y abigarradas, y se consagraron con los dibujos de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, el genio que renovó el arte del bordado en Sevilla3. La influencia de estos nuevos diseños, dada la proyección de la Semana Santa sevillana, se dejó sentir pronto en los ambientes cofrades de otros lugares. En Cartagena ya podemos apreciarla en una pieza tan temprana como la túnica del Cristo del Prendimiento, confeccionada en 1891, en Lyon, sobre un dibujo del arquitecto cartagenero Francisco de Paula Oliver4. Una obra de transición cuyo diseño, en líneas generales, sigue un esquema simétrico, aunque en el dibujo todavía son perceptibles algunas irregularidades en los motivos secundarios. Sin embargo, en el nuevo ajuar de la Virgen del Primer Dolor, una túnica y un manto, diseñado y realizado en 1912 por los talleres de Burillo en Valencia5, dos décadas después, sus bordados se ajustarán a composiciones con una rígida simetría sin ningún elemento que la rompa. Estas piezas comentadas, pero sobre todo el rico conjunto de bordados ejecutado en los talleres del asilo de San Miguel, entre 1929 y 19366, para la cofradía california, que siguen en general unos diseños regulares, influirán notablemente en Balbino que los tendrá siempre como un referente en su obra. Pero su gusto por los dibujos simétricos no parece inspirado solamente en los antiguos bordados conservados en las cofradías cartageneras, sino también en las labores de los talleres sevillanos de comienzos del siglo XX. Trabajos que debía conocer, aunque la primera vez que estuvo en Sevilla fue en el año 19877, a través de fotografías o documentales como el NODO. El esquema y la manera de resolver el manto de la Virgen del Primer Dolor, al que ya se ha hecho referencia, serían inconcebibles si previamente no hubiese conocido los bordados realizados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en sus últimos años8.

1. Ortiz Martínez, D. El arte del bordado en la Semana Santa de Cartagena. Cartagena 2006, p. 82 2. EL NOTICIERO, 19 de abril de 1943 y Ortiz Martínez, D. El arte del bordado...Op. cit. p.81 3. Mañas Manaute, A. Juan Manuel, el genio de Rodríguez Ojeda. Catálogo de la exposición: “Juan Manuel, el genio de Rodríguez Ojeda”. Sevilla, 2000, p. 71 4. EL ECO DE CARTAGENA, 18 de marzo de 1891 5. EL ECO DE CARTAGENA, 25 de marzo de 1912 6. Ortiz Martínez, D. El arte del bordado…Op. cit. pp. 21-23 7. Comunicación personal de su hijo Salvador de la Cerra Hódar 8. Huertas Amorós, AJ. Mater California. Cartagena, 2004, p.108

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Manto de la Santísima Virgen del Primer Dolor, bordado por el taller de Anita Vivancos 1957-1960 Fotografía José Diego García


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Detalle del estandarte del Tercio de la Flagelación (anverso), bordado por el taller de Anita Vivancos. 1955. Fotografía José Diego García

Además de los diseños regulares y simétricos, los motivos decorativos utilizados por Balbino son inconfundibles y constituyen otra de las características que definen su obra. Sus dibujos se organizan a base de ir engarzando grandes flores y elementos vegetales, entre los que se entremezclan, a veces, animales fantásticos como los dragones. Por el contrario, en sus diseños, Balbino huye de formas meramente geométricas y siempre se decanta por composiciones de carácter orgánico. No obstante, muchas de las flores y de los elementos vegetales empleados por Balbino en sus decoraciones son producto de su fértil imaginación, y sus formas no están inspiradas en las de la naturaleza. Un ejemplo de esto sería el manto de San Pedro Apóstol, confeccionado a comienzos de la década de 1950, donde los escudos de los cuerpos de la Armada aparecen entre guirnaldas de flores irreales que simulan grandes trompetas y estrellas. Otras veces, sin embargo, sí plasmará flores naturales en sus dibujos, como las calas, utilizadas en la túnica de procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una de sus obras favoritas, junto al manto de la Virgen del Primer Dolor, y en el estandarte del tercio titular de la Coronación de Espinas, entre otros trabajos. A medio camino entre la fantasía y la realidad tendríamos sus singulares rosas de pasión, airosamente dispuestas en el sudario de la Virgen del Primer Dolor. Rosas que, aunque inspiradas en las del arbusto de la pasionaria, están resueltas de manera idealizada y elegante. Estas flores de pasión serán uno de los motivos ornamentales recurrentes y preferidos en la obra de Balbino, que utilizará con pequeñas matizaciones en muchos de sus diseños. Con cierta frecuencia, en los dibujos de Balbino aparecen también elementos zoomórficos, sobre todo dragones. Estos animales legendarios están presentes en muchos de los trabajos que hizo para la Agrupación de la Virgen del Primer Dolor, pero podemos encontrarlos además en el estandarte

Túnica del Cristo del Ósculo, bordada por el taller de Anita Vivancos. 1962. Fotografía José Diego García

del tercio titular de la agrupación de la Flagelación o en el del tercio infantil del Prendimiento. De manera anecdótica, utilizará también unas palomas en la decoración del manto procesional de la Virgen del Amor Hermoso, o dispondrá unas mariposas revoloteando entre las flores en el dibujo que hizo para el futuro manto de procesión de la Virgen del Rosario1, que nunca llegó a ejecutarse. Pero siempre, con independencia de cuales sean los motivos escogidos para sus composiciones, Balbino tendrá en la naturaleza su mayor y mejor fuente de inspiración, aunque muchas veces la reflejará en sus dibujos de una manera poética e idealizada. La fascinación de Balbino por las formas inspiradas en la naturaleza es una constante en el conjunto de su producción, pero su obra no hubiese sido posible sin beber en otras fuentes. Como ocurre con sus diseños regulares, los magníficos bordados atesorados en el seno de las cofradías cartageneras, procedentes de talleres foráneos, como los de

1. Comunicación personal de su hijo Salvador de la Cerra Hódar 2. Ortiz Martínez, D. El arte del bordado…Op. cit. p. 47

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Detalle del estandarte del Tercio de San Pedro Apóstol el Miércoles Santo, bordado por el taller de Antoñita Sánchez. 1989 Fotografía José Diego García

Burillo o Mustieles, o locales, como el del asilo de San Miguel, son también la clave de los motivos ornamentales elegidos por Balbino para crear sus dibujos. Sin olvidar la influencia que las decoraciones vegetales de las fachadas modernistas de Cartagena pudieron ejercer en su obra. De modo que, aunque la creatividad y la fantasía de Balbino están fuera de toda duda, la base de sus dibujos serán las formas de la naturaleza, las composiciones florales de los antiguos bordados custodiados en las cofradías cartageneras y, en menor medida, el poso modernista de la ciudad. Pese a que él siempre asegurara que sus diseños eran sólo el producto de su imaginación, o a la célebre anécdota, muchas veces contada, de que cómo se inspiró para hacer el sudario del Ósculo mientras veía una película de Walt Disney2. Balbino, sin embargo, sabrá conferirle a sus diseños una impronta particular, utilizando siempre unos motivos ornamentales grandes, vistosas flores con frecuencia, 32

combinados de una sabia y elegante manera, con los que logrará crear una estética singular que terminará identificándose con una época, las décadas de 1940 y 1950, cuando el orden en el desfile y las agrupaciones cofrades se asientan definitivamente en las cofradías cartageneras. Momento considerado por muchos románticos como el cenit de la Semana Santa de Cartagena. Ángel Julio Huertas Amorós

Nota. - Con motivo de la exposición “Balbino: trazos de pasión” celebrada en el palacio de Molina, desde el 15 de diciembre de 2017 a 21 de enero de 2018, y como una manera de acercarse a la obra de Balbino de la Cerra, se reedita este texto que fue publicado en 2009 en la revista El Estandarte en un número monográfico dedicado a tan insigne californio.


Estandarte del Tercio de la Coronación de Espinas, bordado por el taller de Anita Vivancos. 1963 Fotografía José Diego García



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INGENIO Y ARTE AL SERVICIO DEL BORDADO COFRADE EN CARTAGENA.

Los californios por fin hemos podido hacer realidad el merecido homenaje que desde hace más de una década teníamos pendiente realizar en memoria del que para muchos es considerado ‘el californio más carismático de la segunda mitad del siglo XX ‘1, homenaje materializado en la exposición desarrollada desde el 15 de diciembre de 2017 al 21 de enero de 2018 en las salas de exposición del Palacio de Molina bajo el título: “Balbino. Trazos de Pasión”, en la que miles de cartageneros y visitantes de nuestra ciudad han podido admirar los diseños y obras basadas en los dibujos realizados por Balbino de la Cerra Barceló para la Semana Santa, mostrándonos en ella la personalidad y genialidad de este emblemático cofrade que aportó con generosidad su arte e ingenio al patrimonio artístico de las cofradías pasionarias cartageneras y de otras ciudades españolas. El proyecto de esta exposición, iniciado en 2007 y retomado en 2017, ha logrado recopilar los bordados más significativos de las cuatro cofradías pasionarias de esta ciudad, realizados todos ellos bajo los diseños de Balbino de la Cerra Barceló, y ejecutados por las más prestigiosas bordadoras cartageneras. Obras en las que se aglutinan la belleza de sus composiciones, la destreza

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Balbino. Trazos de Pasión

de las artesanas, y la peculiaridad de la técnica utilizada por todas ellas cuya singularidad –bordar sobre el propio tejido de la pieza-, ha convertido en único al arte del bordado en la Semana Santa de Cartagena. El itinerario propuesto para esta exposición proponía mostrar, además de su obra, la peculiar personalidad de Balbino de la Cerra. Para ello la visita se iniciaba con un audiovisual2 en el que la voz del propio Balbino, gracias a la grabación de una entrevista publicada en el año 2004 por COPE Cartagena, nos relata cómo fueron sus inicios como diseñador, la forma de ejecutar sus dibujos, así como anécdotas y curiosidades sobre las fuentes de inspiración que le ayudaron a llevar a cabo sus diseños. Un valioso testimonio de la curiosa valoración realizada por el propio Balbino sobre sus obras, e incluso su opinión sobre cuales fueron para él las mejores bordadoras de su época. El audiovisual aporta además una valiosa recopilación de fotografías de este emblemático californio, aportadas por su familia, que nos muestran las numerosas y variadas facetas desarrolladas por Balbino como cofrade, entre las que

1. Balbino. Trazos de Pasión’. (Díptico editado con motivo de la exposición realizada bajo este mismo título en el Palacio de Molina, desde el 15 de diciembre de 2017 al 21 de enero de 2018) 2. Vídeo disponible en el canal Youtube ‘Cofradía California Cartagena’ bajo el título Exposición #BalbinoTrazosdePasión Cofradía California

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destaca su implicación en las obras de teatro y zarzuelas organizadas por los californios tras la contienda civil española, con las que esta cofradía logró recabar los fondos económicos necesarios que le permitieron sustituir el patrimonio cofrade destruido en la guerra. Con este audiovisual se ha querido también rendir homenaje a su conocida faceta como actor y diseñador de los figurines de los vestuarios de estas obras, actividad en la que estuvo plenamente implicado, como así se reflejaba en la prensa local de la época en la que se daba relación de los “cofrades/actores” que ensayaban estas zarzuelas, como ‘La tabernera del puerto’3; o los diseños que Balbino realizó para los vestuarios de ‘La canción del olvido’ y ‘La alsaciana’ que representaron los californios en el Teatro Circo en la década de los cincuenta para conseguir fondos para el trono de la Virgen4;, o también otras referencias en la que se plasmaba su participación como actor y diseñador del vestuario en el grupo de teatro ‘La Farsa’ que representó ‘Don Juan Tenorio’, a beneficio de la Samaritana.5

Corona de San Juan Evangelista

Tras esta introducción sobre la personalidad de Balbino, el itinerario de la exposición daba paso a sus dibujos y a los estandartes, mantos, túnicas y galas cuyos bordados han sido realizados según sus diseños, además de un curioso conjunto de enseres personales de Balbino aportados por su familia. Una valiosa selección de bordados, e incluso una pieza de orfebrería6, la corona de procesión de la imagen de San Juan Evangelista -la única que diseñó-, conformaban el conjunto de obras de esta exposición, que además ha permitido dar a conocer la impronta aportada por cada uno de los talleres de bordadoras de la época. Bordadoras que supieron interpretar los diseños de Balbino dotándolos de un notable valor artístico, singularidad por la que también es reconocida la Semana Santa de Cartagena. Consuelo Escámez, Anita Vivancos, Antoñita Sánchez, Isabel Manrubia, Salvadora Hódar, Carmen Morales, Maribel Pan, Ana Cánovas, María Pérez y Trinidad Fernández, Encarnita Bruna, Josefina Lorente y María Carmen Ayala, son las artesanas que con sus bordados convirtieron en arte y el ingenio de un cofrade cuya aportación al diseño de bordados cruzó las fronteras de nuestra ciudad, pues de sus diseños fueron solicitados para llevar a cabo innumerables trabajos que podemos encontrar en localidades como Torrevieja, Badalona, Totana, Alcantarilla, Sevilla o Los Ramos (Murcia), localidad para la que en 1993 diseñó un manto para la Virgen de La Huerta, trabajo que se realizó tras su fallecimiento en 2003, convirtiéndose en la primera obra de este destacado cofrade cartagenero que se ejecutó de forma póstuma.7, única pieza además, de todas las expuestas, que no fue realizada para Cartagena.

3. El Noticiero, 14-2-1941 4. El Noticiero, 4-1-1951 5. El Noticiero, 14-11-1958 6. Corona de San Juan Evangelista. Taller de orfebrería Vicente Segura Vals, 1957 7. Botí Espinosa, Mª Victoria, ‘Los bordados de Balbino en otras semanas santas’, ‘El Estandarte’, 2009.

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Manto de la Virgen de la Huerta, bordado por el taller de Josefina Lorente. 2005 Fotografía José Diego García


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característicos motivos ornamentales que Balbino de la Cerra utilizaba en sus diseños, en los que predominan variados y numerosos elementos vegetales entre los que destacaban las flores de pasión y los lirios, así como seres fantásticos (dragones), inspirados probablemente en la decoración modernista de los edificios de nuestra ciudad.

La primera sala de la exposición acogía una recopilación de objetos personales de Balbino: sus gafas, su caja de lápices, pinceles y pinturas dispuestas sobre sus dibujos, así como la gabardina y el bastón con los que todos recordamos a Balbino, conjunto ilustrado con una gran fotografía en la que aparece él dibujando en su casa. Esta sala acogía una importante selección de estandartes de las cuatro cofradías ejecutados entre 1953 y 2002, entre los que encontrábamos el del tercio del ‘Ósculo’ (Californios), bordado por Anita Vivancos en 1954, para cuyo diseño se inspiró en una película de dibujos animados de Walt Disney, anécdota que, contada por el propio Balbino, se recoge también en el audiovisual realizado para esta exposición. Los estandartes de los tercios de ‘La Piedad’ (1953) y ‘La Santa Agonía’ (1964), de la Cofradía Marraja, ambos bordados por Anita Vivancos, los de los tercios de ‘Nuestro Padre Jesús Resucitado’ (1956) también de Anita Vivancos, y el de ‘La Aparición a María Magdalena’ (1984) bordado por Salvadora de Hodar, y el de la Cofradía del Socorro (1988-1989), en este caso realizado en pintura, complementaban el conjunto de sudarios que junto con los de la Cofradía California fueron expuestos en esta sala. Los estandartes californios seleccionados para la exposición fueron los de los tercios de la ‘Coronación de Espinas’ (1963), del ‘Prendimiento’ (1962), de la ‘Flagelación’ (1955 y 1962, bordado a dos caras), el de la ‘Virgen del Primer Dolor’ (1977), el de ‘San Juan Evangelista’ para Miércoles Santo (1965), bordados todos por Anita Vivancos, el de ‘San Pedro Apóstol’ -Miércoles Santo- (1989), el de ‘Santiago Apóstol’ (2001) y el de la Cofradía California (2002), bordados por Antoñita Sánchez, así como el del Tercio Infantil de la ‘Oración en Huerto’ (1985) realizado por Salvadora Hodar, su esposa, y el del Tercio de ‘La Despedida de Jesús de la Santísima Virgen’, de la Agrupación del Ósculo (2001), bordado en un taller de La Unión por las bordadoras Ana Cánovas, María Pérez y Trinidad Fernández. En todos ellos, con sus peculiaridades, se podía admirar los

Esta sala se completaba con los vestuarios de penitente de los tercios de ‘San Juan Evangelista’ y del ‘Prendimiento’, de la Cofradía California, y el de la ‘Aparición de Jesús a Santo Tomás’ de la Cofradía del Resucitado, vestuarios en los que además de los tradicionales bordados en sus capas y fajines, sus mangas y parte frontal de sus túnicas presentan elegantes bordados conformados por sinuosas curvas y composiciones florales que dotan a estos vestuarios de una singular belleza y riqueza. Junto a ellos un conjunto de galas, cubre faldetas y parte de las bambalinas del palio de la ‘Virgen del Amor Hermoso’, completaban esta primera sala en la que también estaba expuesta la ‘Corona de San Juan Californio’ (Taller de Orfebrería Segura Valls, 1957), y el manto de la ‘Virgen de La Huerta’ de Los Ramos (Murcia), bordado por Josefina Lorente en el año 2005. La segunda sala de la exposición acogía las piezas que para el propio Balbino fueron las más apreciadas de todos los trabajos que realizó para la Semana Santa de Cartagena: la túnica para la Procesión del Santo Entierro que viste la imagen titular de los marrajos, el ‘Jesús Nazareno’ (1973), y el manto de procesión de la ‘Virgen del Primer Dolor’ (1957), ambas realizadas por su bordadora favorita, a la que le unió una gran amistad, Anita Vivancos. Ambas obras, especialmente el manto de la Madre de los Californios, por la que Balbino profesó una especial devoción, son dos de las más valiosas y reconocidas obras del patrimonio artístico cofrade cartagenero, cuyos diseños para Balbino, fueron sus dos obras maestras, ejecutadas además por Anita Vivancos “la mejor”, como así la él la definía8. Diseños ambos dotados de una sutil delicadeza en la que su rica ornamentación destaca por la proporcionalidad de los numerosos elementos florarles que las componen, por la riqueza y variedad de sus motivos vegetales, en las que sus diestros y elegantes trazos ocupan casi la totalidad del tejido en los que fueron bordadas, piezas que han sido el foco de atención de todos los visitantes de esta exposición que ha permitido poder admirar de cerca, y con detalle, los más destacados bordados cofrades cartageneros diseñados por Balbino. Esta sala se completaba con una amplia selección de mantos y túnicas de las sagradas imágenes de las procesiones cartageneras, como el manto de ‘San Juan Evangelista’,

8. Comentario expresado por el propio Balbino de la Cerra Barcelo en la grabación de la entrevista realizada por COPE Cartagena, que forma parte del audiovisual “Balbino. Trazos de Pasión”, realizado con motivo de esta exposición.

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Detalle del estandarte de la Cofradía California, bordado por el taller de Antoñita Sánchez. 2002 Fotografía José Diego García


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Capa de San Juan Evangelista de la Cofradía California, bordado por el taller de Anita Vivancos. 1966 Fotografía José Diego García

realizado por suscripción popular en 1966 por el taller de Anita Vivancos, así como dos túnicas de esta imagen, una realizada en 1953 por Consuelo Escámez, y otra en 1966 por Anita Vivancos. Junto a ellas otros mantos y túnicas como los de ‘San Pedro Apóstol’ del que se mostraba el conjunto de túnica blanca y manto hebreo negro realizados en 1976 por Anita Vivancos, así como el manto que representa los escudos de los Cuerpos de la Armada que orlan el escudo Pontificio y el de la Cofradía California, manto que fue bordado por el Taller alicantino de Tomas Valcárcel en 1951. Junto a ellas la túnica de terciopelo rojo que conformaba este vestuario, realizada con un retal procedente del telón del teatro de la Casa de Misericordia, túnica que fue bordada en 1946 por Consuelo Escámez. La túnica del ‘Cristo del Ósculo’ (Anita Vivancos, 1962), el manto rojo y túnica blanca de Santiago Apóstol (Antoñita Sánchez 1986 y 2003) , la túnica blanca de la ‘Virgen de 40

la Esperanza’ (Antonia Sánchez 1992), la túnica azul de la ‘Virgen del Primer Dolor’ (Antoñita Sánchez 2000), la de la ‘Virgen Dolorosa’ “La Pequeñica” de la Cofradía Marraja (Encarnita Bruna 1991), y la túnica bordada en 1991 por Maribel Pan y el manto bordado por Carmen Morales en 2003 de la imagen de ‘San Juan Evangelista’ de la Cofradía del Resucitado, completaban al ajuar cofrade expuesto junto a diversos dibujos y diseños realizados por Balbino. Con la exposición “Balbino. Trazos de Pasión” los californios, y todos los cofrades cartageneros, hemos rendido un merecido homenaje a la genial personalidad de este ejemplar procesionista, cuyo ingenio y arte supo, con generosidad, poner al servicio de nuestras cofradías. Valioso legado artístico aportado por este emblemático cofrade que siempre será recordado, añorado y admirado por sus hermanos californios y por todos los cofrades de Cartagena. María Victoria Botí Espinosa


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El pasado 11 de noviembre de 2017 en el Palacio Vista Alegre Arena de Madrid tuvo lugar la solemne ceremonia de beatificación, presidida por el cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, de 60 mártires, miembros de diferentes asociaciones vicencianas, que dieron testimonio de fe con su vida y con su muerte, ocurrida en el transcurso de la Guerra Civil. La Iglesia, con el proceso y ceremonia de beatificación reconocía la ejemplaridad de estos fieles. Entre esos mártires se encontraban 7 californios, cuya pertenencia a la Cofradía está documentada en nuestro Archivo. Sus biografías han sido publicadas en diferentes medios: La diócesis de Cartagena editó un folleto en el que se recogían sus vidas de estos, junto con la de otros miembros de nuestra diócesis que también fueron beatificados, y la Asociación de Hijos de María de Cartagena lo hizo a través de su publicación oficial, El Eco de la Milagrosa, pues todos ellos también pertenecieron a dicha asociación. Para no repetir lo ya publicado, aquí ofrecemos únicamente los datos que tenemos en el Archivo de nuestra Cofradía

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Beatificación de Siete Californios

y que han permitido certificar su pertenencia a la misma. Así pues, los beatos californios son: • Modesto Allepuz Vera, que fue hermano de la Agrupación de la Santísima Virgen. • José Ardil Lázaro, que era californio desde el 18 de marzo de 1934. • Pedro Gambín Pérez, sacerdote, dado de alta en nuestra Cofradía el 26 de abril de 1928. • Francisco García Balanza, californio desde el 6 de julio de 1928. • Enrique Pedro Gonzálbez Andréu quien fue secretario de la Agrupación de la Santísima Virgen con fecha de alta en la Cofradía del 1 de febrero de 1934. • Isidro Juan Martínez que se dio de alta el 18 de marzo de 1934. • Francisco Roselló Hernández, también hermano californio. En la ceremonia de beatificación de estos hermanos estuvieron presentes algunos californios quienes acudieron con un banderín de nuestra Cofradía.

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Participación del Santísimo Cristo del Prendimiento en una procesión extraordinaria en Murcia Con motivo del III Congreso Internacional de Cofradías, organizado por la Universidad Católica San Antonio de Murcia y el Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías de Murcia, entre el 8 y el 12 de noviembre del pasado año 2017 se celebraron una serie de actos en dicha ciudad, complementarios del Congreso. Entre ellos cabe destacar la Magna Procesión Extraordinaria con el lema Salvados por la Cruz de Cristo que, con hasta 16 imágenes pasionarias distintas de toda la Región, se celebró el sábado 11 de noviembre por las calles de Murcia. A la misma concurrió, invitada por la organización, nuestra Cofradía con la imagen de nuestro titular el Santísimo Cristo del Prendimiento. Por ello se trasladó a éste a la iglesia de San Antolín el día 6 de noviembre, para que, en el trono del Ecce Homo y con el sudario de la Cofradía y la bandera de la Sección de Honores, participara en la exposición previa de los pasos participantes en dicha procesión extraordinaria entre los días 8 y 10 del mismo mes.

La participación del Cristo del Prendimiento y de los hermanos californios que lo acompañaron (penitentes de la Agrupación del Prendimiento, miembros de la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos y portapasos y nazarenos de las demás agrupaciones) en la procesión vespertina del sábado 11 de noviembre fue enormemente emocionante, tanto por la acogida de los de los organizadores y de los cofrades murcianos, como por la reacción del público congregado en las calles murcianas que contempló emocionado la belleza y serenidad de la imagen de Benlliure y sorprendido por la particularísima forma cartagenera de hacer procesiones. Por otra parte, el desfile dejó auténticas imágenes inolvidables y nunca vistas, como la del titular californio frente al imafronte de la catedral o en otros lugares de Murcia. La experiencia fue muy agradable y el recuerdo que quedó imborrable. Fotografía José Barros

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Salida del Nazareno desde la Lonja de Pescados de Santa Lucía. Procesión del Encuentro en la madrugada del Viernes Santo. Foto: Moisés Ruiz


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Queridos cofrades: Con rutinaria normalidad los Hermanos Mayores se van sucediendo en nuestra Cofradía Marraja. Desde Julio de 2017 vengo ostentando este encargo temporal encomendado por los hermanos, a los que agradezco su total apoyo. Espero de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de su madre la Santísima Virgen de la Soledad que me guíen siempre en esta bonita pero difícil y compleja tarea. Asumo así mi primera Semana Santa como Hermano Mayor de la Cofradía más antigua de la Ciudad con ilusión, fe y con el propósito de ser el primer servidor de la misma y el último de los hermanos en servirse de ella. Todos sabéis cuál es el carácter de nuestra Cofradía y por qué, en un momento determinado, habéis decidido ser hermanos de la misma. La discreción, el recogimiento, la seriedad, la penitencia por las calles de Cartagena, la caridad, y otros valores análogos marcan nuestras señas de identidad, fomentando siempre el culto y la devoción a nuestro Titular y a su bendita madre, la Virgen de la Soledad. Todo ello, sin olvidar que, como nos corresponde con nuestra comunidad de fe, debemos estar al servicio de la Iglesia Diocesana a la que felizmente pertenecemos. El Papa Francisco nos dice que “no se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a

Dios”. Y el apóstol San Juan “Si no amas a tu prójimo al que ves, ¿cómo amas a Dios al que no ves? Cada día de nuestra vida tenemos ocasión de demostrar nuestro espíritu cofrade y tenemos la obligación de hacerlo. La cofradía no debe ser una carga, es una Gracia. Y así debemos tomarla. Espero contar con vuestro incondicional apoyo en esta nueva etapa que ha comenzado y que asumo con gran ilusión y entrega. Vivamos la Cuaresma como un tiempo de reflexión íntimo para acercarnos a Cristo y participando en todos los cultos de la Cofradía.

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Hermano Mayor

La publicación que hoy tienes entre tus manos tiene un único propósito: acercar y conocer la Cofradía Marraja, proporcionando a todos un instrumento para conocer mejor a los marrajos, aunque su visita nunca podrá suplir al encuentro personal ni la visita a nuestra inigualable Capilla Marraja. Deseo de todo corazón que esta Semana Santa nos reconvierta interiormente, que seamos ejemplo de hermandad. Feliz y sentida Semana Santa. Un abrazo desde la Fe, de vuestro Hermano Mayor. Francisco Pagán Martín-Portugués Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marrajos)

Trono de la Magdalena a su paso por la esquina del Gran Hotel. Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Fotografía: Moisés Ruiz

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Semana Santa 2018 Cartagena

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Setenta y cinco años tras los pasos de La Piedad En este año 2018 se cumplen setenta y cinco años de la creación de varias agrupaciones marrajas, así como otras efemérides de diversa índole en nuestra Cofradía. La restauración de la Semana Santa de Cartagena en los primeros años cuarenta, tras las persecuciones religiosas del lustro anterior y la desaparición de buena parte del patrimonio, no sólo trajo consigo la recuperación de pasos perdidos y reconstrucción de destruidos, sino la creación de nuevas agrupaciones y diferentes formas de entender la Semana Santa. En ese elenco de celebraciones con las que este año contamos, destaca por su importancia el setenta y cinco aniversario de la Agrupación de Portapasos-Promesas de la Santísima Virgen de La Piedad. Desde que en 1926 se constituyera la Agrupación del Santo Sepulcro, se fueron creando hasta los años ochenta dichas entidades, todas ellas al amparo de la Cofradía Marraja. Con la excepción de granaderos y judíos, tercios armados, todas las demás lo hicieron para, precedidos de un tercio de capirotes, desfilar por las calles con una u otra advocación, dejando la tracción física de los tronos en manos primero de portapasos pagados, para posteriormente -y siguiendo también el ejemplo del Sepulcroadoptar la rueda como soporte. Mientras que por aquel entonces el resto de tronos eran portados -que no procesionados- por pagados, los devotos de la Virgen de la Piedad decidieron no sólo ser ellos mismos quienes sacasen a la Madre de las Promesas, sino además pagar por ese privilegio. Este hecho que se produce en 1940 y se mantiene hasta nuestros días tiene pocos ejemplos con los que compararse, lo que evidencia su singularidad: el titular de los marrajos no salió a hombros de voluntarios hasta cuarenta años después. Dentro de este papel diferenciador de la Agrupación en sí, debemos mencionar la necesidad de su salida. Como ya sabemos por el origen dominico1 de los marrajos, nuestra función es la de dar testimonio del Evangelio y predicar con el ejemplo más

allá de la penitencia, que es siempre individual y nunca colectiva. Por ello, los marrajos encargan al escultor Capuz en año 1925 la talla de la Virgen de La Piedad (teóricamente) a imagen y semejanza de la Virgen de la Caridad, patrona de Cartagena. Sin entrar en la historia de la talla y de la Agrupación de La Piedad, esta imagen, comprada para procesionar en Viernes Santo, generó tal devoción entre los cartageneros que la Cofradía se vio obligada a remitir a todas esas promesas a la tarde del Lunes Santo desde 1930, al traslado desde la Calle Adarve -almacén de la Cofradía- junto con el Cristo de la Agonía, que venía saliendo en ese día. El periodo que va desde esa fecha hasta la Guerra Civil, y posteriormente desde 1940 a 1943 es discutido y discutible en lo que se refiere a la entidad de ese evento como traslado, como procesión o como procesión de traslado. Semana Santa tras la Guerra Civil, salen portapasos voluntarios. Así me lo relató D. Francisco Salmerón de Lara (1923-2012), último fundador con vida en una conversación mantenida en el 2010. En el año 1943, y tal como se viene refiriendo en los anales2 volvieron números reemplazos de la División Española de Voluntarios, más conocida como División Azul. Así consta en los primeros documentos de la agrupación3, que aquellos primeros portapasos voluntarios, o al menos una parte de ellos, eran cartageneros que habían vuelto de combatir a la Unión Soviética en el frente de Krasni Bor. No tenemos fotografías de aquel año, siendo los primeros documentos gráficos de nuestros portapasos de 1945 pero sí sabemos de divisionarios que, con su uniforme, portaron a La Piedad, tales como Luis Pavía, Leandro Guillén, Hipólito Clares y Rodríguez Casaú. Destacan también nombres como el de Juan Jorquera, primer Presidente de la Agrupación y otros marrajos: Espín, Sáez Meroño, Salmerón o Rubio Espinós. Y sabemos que la preocupación por el buen hacer de aquellos portapasos era tal, que ya en las instrucciones del año 1951 se recomendaba: “(…) ir durante la procesión con

todo orden, sin hablar en voz alta y sin hacer ostentación, cantando la Salve cuando sea indicada, lo mismo con el trono a hombros que en las paradas 4” Del mismo modo, señalar que desde los primeros días fue tal la devoción de los portapasos, que las listas de espera se demoraban años, con lo que en un intento de vestir al máximo número de portapasos posibles ya se señalaba en una convocatoria de Junta General de 1945 que: “como quiera que es imposible el que formen más que los puestos fijos del trono y diez relevos (…) se han solicitado de la Cofradía, plazas de Portacables-Promesas para la referida procesión5”. Este hecho viene a colación de la frase de D. Antonio Cremades (1929-2012) Presidente (1960-1978) y capataz histórico del trono que afirmaba que “(…) aquí entra todo el mundo que, sencillamente, quiera salir. Es como la Legión”. Para más información sobre la fundación, espíritu e historia de este paso, el libro “Los portapasos-promesas de La Piedad, una agrupación marraja” fue editado por la Agrupación en el año 2011, siendo co-autores José Eduardo Pérez Madrid (1957-2017), portapasos-promesa recientemente fallecido y el que suscribe estas líneas. Un libro que fue la síntesis definitiva de qué ocurrió en aquellos primeros años cuarenta, de cómo pasó y de la necesidad que existía. Porque desde entonces, desde hace setenta y cinco años, los Portapasos de la Piedad procesionan cada Lunes Santo a la Madre de las Promesas, al paso del tambor y en respetuoso silencio, Pues no son los hombres los que mueven a La Piedad, sino La Piedad a los hombres 6. Les invito a compartir la experiencia única e irrepetible de ver el paso de La Piedad, a los sones de Plegaria, desfilar por las calles de nuestra Ciudad en el lunes más marrajo del año. No deja indiferente.

Javier Pérez Bódalo Secretario de la Comisión de Observancia de la Regla de la Cofradía Marraja

1. Conferencia ‘Marrajos y Dominicos: dos siglos caminando juntos’ de D. Agustín Alcaraz Peragón, pronunciada el 22 de enero de 2018 en la sede social de la Cofradía Marraja. 2. EL NOTICIERO, 7 de Abril de 1943, p. 2. Archivo Histórico Municipal de Cartagena 3. Reglamento General de 12 de junio de 1950. Archivo Juan Jorquera del Valle 4. Instrucción 6ª. En la Procesión. Instrucciones, 8 de Marzo de 1951. Archivo Familia Pérez-Bódalo 5. EL NOTICIERO, 30 de Marzo de 1945, p.2. Archivo Histórico Municipal de Cartagena 6. Miguel Alberto Guillén Pérez

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El trono de la Piedad inicia su salida en el interior de Santa María de Gracia. Procesión del Lunes Santo. Foto: Moisés Ruiz


Banda de Música acompañando a Nuestro Padre Jesús Nazareno (antigua imagen fundacional desaparecida) por la calle Jara en el año 1920. Procesión del Encuentro en la madrugada del Viernes Santo

La Música en el Patrimonio Artístico de los Marrajos A lo largo de los últimos años, la Cofradía Marraja ha realizado una importante labor de recuperación de su patrimonio. Desde la construcción de nuevas instalaciones para su conser-

vación a la restauración de grupos e imágenes e incluso de textiles, se ha asumido la necesidad de tratar adecuadamente un patrimonio que suma a su incuestionable valor material, su importancia como seña de identidad que se proyecta en el tiempo. Pero la imaginería o los bordados no son el único patrimonio artístico tangible. También lo es la orfebrería y en una conjunción entre lo material y lo sensitivo, la música. Resulta inconcebible una procesión cartagenera sin el sonido del tambor y la interpretación de marchas procesionales, que desde su aparición a mediados del siglo XIX han formado parte Detalle CD editado por la Cofradía Marraja

de los sonidos y de la personalidad de nuestra Semana Santa. Sabedores de su importancia, en los últimos años se ha procurado no sólo la aplicación de un concepto común de procesión que coordine la interpretación de marchas por las diferentes bandas, sino sus repertorios e incluso las partituras adecuadas de cada una de ellas. A esta tarea se ha sumado la recuperación de piezas que fueron compuestas para nuestras procesiones o que sonaron en ellas, y que a lo largo de los años se vieron desplazadas por otras de nueva composición o, simplemente, se perdieron por la desaparición de las bandas o entre los desastres que trajo consigo la Guerra Civil. Ese trabajo, constante y vivo y que aún continúa, pudo materializarse en


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Sabíamos que teníamos ante nosotros un disco especial, diferente, y por eso quisimos cuidar todos los aspectos de su presentación, que no sería en una caja de plástico, sino como un pequeño libro en el que los textos y las fotografías nos acercarían al aspecto estético de aquellas procesiones para las que se compusieron las marchas que se incluían en el disco. El resultado nos permite hoy conocer mejor la obra de autores que vivieron en Cartagena en la época de máximo

Nicolás o Emilio Díaz y la más antigua del disco, que sonó hace más de cien años en nuestras procesiones y que compuso el que fuera fundador y primer director de la Música de Alabarderos (hoy Guardia Real) Leopoldo Martín Elexpuru.

Acompañamiento musical de conjunto de violines en el Santo Sepulcro y Trono del Cristo Yacente. Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo Fotografía Moisés Ruiz

esplendor de las bandas de música. Alfredo Javaloyes, Vicente Victoria, Ramón Roig Torné y Jerónimo Oliver fueron directores de bandas militares destinadas en la ciudad, y autores de piezas conocidas en todo el mundo. Junto a sus obras, se incluían también las de Eduardo Lázaro, Antonio San

Todas sonaron en las procesiones de Viernes Santo que los marrajos ponían en la calle desde la iglesia de Santo Domingo acompañando a las tallas de Jesús Nazareno, la Virgen de la Soledad, San Juan, el Yacente o el Cristo de la Agonía y fueron precursoras de otras muchas que hoy forman, con ellas, la banda sonora de la Semana Santa marraja. Un patrimonio que valoramos y que merece también todo el esfuerzo en mantener.

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2017 en un disco que, con el nombre de ‘Memoria Musical del Viernes Santo’ nos ofreció la oportunidad de escuchar sonidos de una Semana Santa que vivieron nuestros antepasados; diez marchas de procesión compuestas entre 1880 y 1935. Algunas de ellas nunca han dejado de sonar en nuestras procesiones, otras, sin embargo, constituían recuperaciones históricas tras un trabajo amplio en diversos archivos y una labor de “restauración” realizados respectivamente por quien suscribe y por el director de la Agrupación Musical “Sauces”, Andrés Pérez Bernabé.

Con el apoyo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y el impulso del entonces Hermano Mayor de la Cofradía, Domingo Bastida, esta ‘Memoria Musical del Viernes Santo’ fue, sin duda, uno de los hitos en la conservación del patrimonio marrajo en 2017. Agustín Alcaraz Peragón

Detalle música de San Juan. Procesión del Encuentro en la madrugada del Viernes Santo. Fotografía: Moisés Ruiz

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Agrupación de la Verónica: una pasión con más de 75 años de Historia Es cierto. A pesar de celebrar este año 2018 los 75 años de la constitución como agrupación de la Mujer Verónica en el seno de la Cofradía Marraja, históricamente la tradición de sacar en procesión a la mujer que secó la cara de Cristo con un paño mostrando el negativo de la Santa Faz es un hecho por el que nos debemos remontar varios siglos atrás, más concretamente a finales del XVIII, siendo en el 1.772 el año en el que tenemos noticias, por primera vez y a través de un manifiesto firmado por varios calafates del Arsenal Militar de Cartagena1, del deseo de procesionar La Mujer Verónica en el recorrido pasionario de la Madrugada del Viernes Santo.

El documento rezaba así:… “Muy Ilustres hermanos, Gerónimo Misón, Bautista Soler, Francisco García. Juan Barberán y Diego Sierra, oficiales de calafates del Real Arsenal, con la veneración que deben, exponen: Que deseando colocarse para el año venidero de 1.773 en la hermandad de N.P Jesús Nazareno haciendo y formando tercio a la Mujer Verónica hasta el numero de cien penitentes, se obligan a cumplir cuanto expresan en el siguiente pliego de nueve condiciones, por lo cual suplican que, hallándolas por convenientes, se sirvan deliberar en el asunto lo que les ofreciere para que, con esta resolución puedan empezar a trabajar para el cumplimiento de las condiciones siguientes:

Que este tercio se ha de componer de cien oficiales calafates sin que pueda admitirse en los individuos que no sean de este oficio, y de nuestra satisfacción. Que todos han de ser exentos de pagar la entrada a hermanos y solo deberá cada uno satisfacer dos reales y medio para el fondo de misas. Respecto a que la Mujer Verónica no tiene lugar en la procesión del Santo Entierro, se nos ha de permitir hacer y vestir a nuestras expensas dos imágenes que representen, bien sean las Marías o las hijas de Jerusalén, como mas bien tenga por conveniente la cofradía y las hemos de sacar en sus propias andas si fuesen las Marías en ambas procesiones y si las hijas de Jerusalén solamente en el Santo Entierro, sin que sea óbice el sacar también a la Verónica en nuestro cuerpo en la del paso del Encuentro. Que hemos de sacar a nuestra costa cuarenta parejas de túnicas moradas largas y diez de las cortas para alumbrar a las imágenes en las funciones de Semana Santa con tarjetas que denominen el nuevo tercio, dándonos a la cofradía las correspondientes hachas, quedando a nuestro cargo la cera menuda que se ofreciese en los tronos para mayor lucimiento. Que en el primer año de 1.773, hemos de comprar y sacar todas las túnicas y un estandarte de terciopelo bordado, con los correspondientes clarines, trompetas y bocinas, rifando estas piezas a favor de nuestro cuerpo para ayuda de los gastos de él, y que la bocina la hemos de sacar en procesión del Santo Entierro, si la

sacasen otros cuerpos y, si se dejasen de sacar como este año, nos conformaremos en que la ley sea igual. Siempre que la vaque alguna horquilla de las andas de la Mujer Verónica, se obliga a nuestro cuerpo a entregar a la cofradía la limosna de cien reales, quedando a nuestro cargo el rifarla en este tercio y dar cuenta dentro del término de dos meses a la cofradía, con el nombre del individuo en quien ha recaído para que lo apunte en sus libros, y siempre que fallezca este sujeto, se ha de verificar nueva vacante; pero atención de que en el día no tiene la cofradía paso de las dos nuevas imágenes que se citan en el capítulo tercero y que nos obligamos a hacerlos con sus andas por nuestra cuenta, ha de ser condición que estos cuatro brazos se nos han de conceder gratis por la primera vez, y se han de rifar por nosotros, aplicando sus proyectos para ayuda del costo de ellas, y deberemos dar la noticia a la cofradía de los sujetos en quienes ha recaído para que en adelante siga el orden propuesto para los brazos de la Verónica a favor de la cofradía. Que las alhajas y vestidos que prometemos hacer a nuestra cuenta y sin costo alguno de la cofradía en los capítulos antecedentes, así para las imágenes, como para las funciones de Semana Santa, han de quedar a favor de la cofradía, como propias de ella, pero con la precisa circunstancia de que se han de depositar todas, acabadas las funciones, en casa de uno de los comisarios de este tercio que, por acuerdo nuestro, se eligiese, para su mayor aseo y cuidado. Que hemos de gozar de todos los privilegios y gracias que los demás hermanos de la cofradía, y se nos han de dar las correspondientes patentes, pagando cada unos la misa que es costumbre por fallecimiento de cada hermano. Que hemos de pedir el plato de la demanda de N.P.J.N. cada uno, una vez al año. Cuyas condiciones ofrecemos cumplir religiosamente en obsequio de N.P.J. Cartagena, 22 de Abril de 1.772” Salió en procesión de manera constante a lo largo de finales del XVIII y todo el siglo XIX2, adaptándose a las diversas circunstancias por las que pasó la Semana Santa de Cartagena en esta época: conflictos bélicos como la Guerra de Independencia o El Cantón hacían muy complicado asentar en sólidas bases ya no sólo las propias agrupaciones, sino los mismos desfiles penitenciales.

Tercio de penitentes de la Verónica desfilando por la calle Mayor con el sistema de cables de iluminación eléctrica. Años 50 del siglo XX

1. No era la primera vez sucedía este hecho. 2. Menos los años 1.774,1.779,1.785 y 1.789

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No es hasta el año 1.881 cuando la agrupación de la Mujer Verónica comienza a disponer de cierto peso específico dentro


Tercio de penitentes de la Verónica y Santa Faz de Cristo. Fotografía de: Moisés Ruiz


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COFRADÍA MARRAJA de las procesiones marrajas. Es en este año cuando se estrena un trono nuevo para la imagen, sufragado por Pedro Egea y realizado por su propio hijo: revestido en su totalidad con pan de oro estaba formado por 4 grupos de cartelas en forma de candelabros que poseían 66 tulipas de cristal opaco3 y se caracterizaba por una ausencia total de flor. A principios del siglo XX se consolida un hecho que se venía repitiendo, de una manera intermitente, desde finales del siglo XVIII: la Verónica y la Magdalena salían en procesión en el mismo trono e, incluso, eran la misma imagen; son varios los historiadores4 que mencionan esta circunstancia pues, parece ser, que la imagen debía poseer las manos articuladas lo que, unido a un cambio de vestuario, hacía posible este hecho. En la década de los años 20 del siglo XX destaca el hecho de que la advocación de La Verónica salió en procesión el Miércoles Santo, debido al hecho que eran los Californios quienes organizaban las procesiones. En este sentido, y debido a diferentes causas (lluvia y problemas económicos) la procesión quedó configurada por Granaderos, Trono de “Jesús Orando” ,Soldados Romanos, Jesús Nazareno, La Verónica, San Juan, La Dolorosa, Mesa de la Cofradía, Piquete. En el año 1.948 se estrena el grupo realizado por Federico Collaut – Valera. Estamos ante una agrupación que ha tenido que pasar por diferentes vicisitudes y que ha sabido salir airosa de cada una de ellas. Como muestra el año 1.919, momento en el que la salida Verónica – Magdalena fue costeada por un grupo de so-

cios del club taurino; en el año 1.929 dejó de procesionar hasta el momento de su fundación como agrupación dentro del seno de la Cofradía Marraja. Nos situamos en el 29 de mayo de 1943, un año muy concurrido en lo que a fundaciones se refiere y cambios en la Semana Santa, siendo todo ello consecuencia de un devenir histórico que no había fructificado antes debido a los conflictos armados por los que pasó el país y de los que la ciudad de Cartagena y, por ende, sus procesiones, no pudieron excluirse. Es en este momento en el que se realiza la primera reunión en donde se decide crear la Agrupación de La Verónica en la Cofradía Marraja, quien la ratifica el 23 de junio de ese mismo año, nombrando como presidente a Alfredo Pérez Sáez. En un primer momento se proyectó un grupo escultórico formado por Jesús, La Verónica y Los Sayones. Tras unos primeros años en los que fue muy complicada la salida en procesión, derivado básicamente por la paupérrima economía de la que disfrutaba la agrupación, fue la Agrupación del Descendimiento la que se encargó de hacer frente la salida en procesión, quien tuvo que hacer frente a un nuevo trono5. Es cierto que en estos primeros años La Verónica – hoy tercio femenino – estaba formada por un tercio masculino, llegando a ser los hermanos de la Agrupación de La Agonía quienes llevaban los hachotes en la madrugada del Viernes Santo de estos años. Dos años más tarde, en el 1.964 la Agrupación del Descendimiento solicita la separación de nuevo en 2 agrupaciones distintas por el alto coste de ambas salidas6, pero no Hermanos del Descendimiento en su última salida con la Verónica en 1969. Fotografía de Antonio Fornet

es hasta el año 1970 cuando se constituye como agrupación independiente, ya como agrupación femenina, siendo la primera presidenta Dª Amelia Portela López. Como dato curioso de su primera salida hemos de mencionar el hecho de que debido a la lluvia no pudo realizar el recorrido que tenía previsto, a la altura de la Plaza de la Merced. Cuatro han sido las mujeres que han ostentado el cargo de presidenta de esta agrupación, además de Dña. Amelia Portela: Dña. Nieves Martínez (1.972 – 1.984) quien acometió el nuevo proyecto de sudario – bordado al aire por Dña. Consuelo Escámez en 1.945 y con la faz de Cristo pintada por D. Francisco Portela – varales, capuces y trono7; Dña. Verónica García Aráez (1.984 – 1.991) con quien se estrenó la marcha Mujer Verónica en 1.987, compuesta por el José Torres Escribano8, se continúa decorando las capillas del trono con relieves realizados por D. Manuel Ardil Pagan y estrenó, en el año 1.990, unos capuces blancos donados por la Agrupación Marraja de San Juan; Dña. Inés Rodríguez Gómez (1991-2015), con quien se estrenaron nuevas galas bordadas9, estreno de de nuevos capuces y reforma de hachotes10, los cuales fueron sustituidos en el año 2003 por otros diseñados por D. Jose Luís Martínez; Dña. Caridad Conesa Carrique es, desde junio de 2015, la actual presidenta de La Verónica. De naturaleza inquieta, centra sus energías en hacer más grande si cabe a una agrupación que atesora tres cuartas partes de un siglo de historia. Una agrupación que para este año estrena un paño con la Faz de Cristo – obra de Dña. María Remedios Ruiz García (Universidad de Sevilla) – abriendo la procesión y portado por una hermana penitente, quienes, de otro lado, son el verdadero baluarte de La Agrupación. Entre los proyectos que se están acometiendo hemos de destacar la restauración del Sudario de la Agrupación, que están siendo llevada a cabo por el Guardalmacén General de la Cofradía Marraja, D. Juan Luis Aguirre. Un año en el que se tienen proyectados una serie de eventos (misas, cenas, charla, conferencias, documentales, etc.) enfocados a conmemorar esta efeméride tan importante y que harán recordar este 2018 como un momento de inflexión dentro de la Agrupación de la Mujer Verónica. Santiago García Lorca Comisario Juventud Cofradía Marraja

3. Sustituidas en 1.882 por otras realizadas ex profeso en Alemania. 4. AAVV, Las Cofradías Pasionarias de la Semana Santa de Cartagena, pp.220-235. 5. Fue el 7 de abril de 1962 cuando se oficializó la absorción, quedando como presidente Aurelio Méndez y de Presidente Honorario Alfredo Pérez Sáez. El tallista del trono fue Cristóbal Velasco, quien ya había trabajado para la Soledad de los Pobres. 6. Años más tarde (1979) esta agrupación – El Descendimiento – funda el tercio de la Primera Caída, también para procesionar en la procesión del Encuentro. 7. Rematado por D. Roque García Vera en 1.983 8. Conocido popularmente como “El Maestro Torres” y autor de múltiples marchas de Semana Santa para diferentes agrupaciones (Magdalena, La Lanzada, Santas Mujeres, Flagelación, Piedad, etc) 9. Diseño de D. José Luis Martínez González, borbado de Dña. Encarnita Bruna. 10. Efectuada por D. José González Rubio.

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Trono y grupo de la Verónica y Santa Faz de Cristo. Procesión del Encuentro en la madrugada del Viernes Santo. Fotografía: Moisés Ruiz


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Digitalización 3D del Retablo de la Capilla Marraja para mejorar tanto la precisión como su resultado. De hecho, la integración de la fotogrametría digital y el láser escáner terrestre proporcionan las mejores soluciones para obtener información tridimensional de este tipo de patrimonio, que por los procedimientos tradicionales sería prácticamente imposible realizar. El flujo de trabajo que se ha llevado a cabo para esta digitalización consiste principalmente en dos fases perfectamente diferenciables: la de toma de datos y el post-proceso o tratamiento de dichos datos con la aplicación de la textura con un acabado fotorrealista. La singularidad de la toma de datos de este retablo, se basa en la previsión y en la adecuación de su escaneado, buscando la forma óptima de evitar en lo máximo posible las zonas en sombra o huecos ocultos por el propio retablo, que impedirían el correcto escaneado láser. De esta forma, se decidió proceder a la toma de datos y procesamiento de los mismos de forma separada entre la parte arquitectónica del retablo, por un lado, y las cuatro esculturas que forman parte del mismo, por otro. Esto fue posible, gracias a la colaboración, el trabajo y la buena disposición, a la que nos tiene acostumbrado el grupo de Comisión de Iglesia de la Cofradía Marraja, quienes se encargaron de la bajada de las imágenes, su movimiento y colocación en un lugar adecuado para realizar el escaneado láser.

Modelo 3D del retablo

La Capilla Marraja es considerada un lugar emblemático por todos los marrajos, donde se acogen diversos actos de culto de la cofradía y de sus agrupaciones. Representa una de las mayores joyas de la arquitectura religiosa de la ciudad de Cartagena. La capilla marraja está formada por una planta cuadrada, rematada por una cúpula barroca y, presidiendo su altar, un retablo también barroco finalizado a mediados del s. XVIII, el más antiguo representante de este estilo arquitectónico en la ciudad. Aunque existen ciertas investigaciones sobre su autoría, no obstante, ésta continúa desconocida. La Capilla ha sido recientemente restaurada, entre los años 2015 y 2016, debido al desprendimiento de una de las pechinas de su cúpula. El incidente fue ocasionado principalmente por la falta de traba entre los muros de sustentación y el debilitamiento de los muros de carga (trasdós del retablo), que dio lugar a una importante obra de restauración estructural de la propia capilla, bajo dirección de D. Juan de Dios de la

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Hoz y ejecución de la empresa RESTAURALIA, así como a una restauración completa del propio retablo, llevada a cabo por el restaurador D. Enrique Barcala Bellod. Debido a la importante obra de restauración que se llevó a cabo y el esfuerzo que supuso para la Cofradía Marraja realizarla, se decidió efectuar el encargo de la digitalización tridimensional del retablo barroco, pieza arquitectónica distinguida de su patrimonio. Este encargo se realizó principalmente con dos objetivos: primero, la creación de una documentación necesaria en la que basar cualquier posible intervención futura, y segundo, la difusión de su patrimonio a través de las plataformas digitales. Con las nuevas tecnologías, la utilización y elección del método más adecuado para llevar a cabo una correcta digitalización tridimensional es fundamental y, como podrá verse a lo largo de este artículo, diferentes metodologías son perfectamente compatibles y hasta recomendables

La toma de datos de la parte arquitectónica del retablo, llevada a cabo entre los días 26-30 de junio de 2017, comenzó con la realización de una base topográfica, en forma de cuadrilátero con cuatro estaciones y una quinta estación situada sobre una plataforma elevada a 1.4 m. de altura. Primeramente, se procedió a la orientación de la estación base, estableciendo un sistema de coordenadas XYZ (100; 200; 50), en el que basar el escaneado láser posterior. Seguidamente, se procedió al escaneado del retablo desde cada una de las estaciones, utilizando una multiestación Leica Nova MS50, con un total de cinco estaciones vinculadas mediante topografía clásica, obteniendo una nube de puntos con una densidad de 0.5 cm del retablo. En total fueron grabados 22 millones de puntos. Asimismo, se realizaron fotografías con la cámara integrada en el propio escáner láser y también se realizó una toma de datos fotográfica con cámara réflex Canon EOS 1100D, con un objetivo de 18-55 mm sobre trípode. Se utilizó el formato RAW para realizar el ajuste del balance de blancos con la carta de color Xrite ColorChecker, que permitiera una reproducción óptima del color, ya que, estas fotografías se utilizaron para la aplicación de la textura al modelo, como se explicará más adelante. Para completar la toma de datos, se grabaron las coordenadas de 15 puntos topográficos de control


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Por otro lado, se procedió a escanear cada una de las cuatro imágenes por separado, realizando una base de cuatro estaciones alrededor de las mismas, utilizando las propias estaciones que se emplearon anteriormente con el retablo. Y se procedió a sus escaneados, con la singularidad de que la parte frontal de las caras de todas las esculturas se grabó con una densidad de puntos de 0.1 cm, mientras que el resto del cuerpo se grabó a 0.5 cm. Se tuvo en cuenta esta particularidad, debido a la cantidad de detalles de sus caras, y al hecho de que dos de las cuatro imágenes, portaban una corona con gran detalle. La fase de post-proceso o tratamiento de los datos, comienza con la depuración de las nubes de puntos, hasta quedarnos con una nube de puntos adecuada. Posteriormente, se procede a la creación de una malla de triángulos de seis millones de polígonos para el retablo y aproximadamente cien mil polígonos para cada una de las esculturas. Como se ha mencionado anteriormente, aunque se tuvo un especial cuidado en la toma de datos para evitar las zonas sombras sobre la parte arquitectónica. Sin embargo, esto no fue suficiente, encontrando un gran hueco, o falta de datos, en la parte exterior de la cúpula del camarín central, el cual, fue rellenado con los datos generados por el proceso fotogramétrico de las fotografías, y se procedió a la unión de ambos modelos, llevando a cabo la integración de dos modelos del mismo retablo obtenidos por procesos diferentes de modelación 3d, para completar su información y obtener la máxima calidad posible. De igual modo, se realizaron las mallas triangulares de las figuras escultóricas del retablo.

(u,v) aplicados en las diferentes partes en las que se ha dividido el modelo. Las imágenes tomadas en la toma de datos son orientadas en el software fotogramétrico específico y se procede a la incorporación de ciertos marcadores de control para establecer el mismo sistema de referencia utilizado en los datos del escáner láser. Finalmente, esto supone una mejora considerable en la construcción y la aplicación de la textura en los modelos de gran complejidad compositiva, integrando de nuevo, dos métodos diferentes de modelación 3d.

Toma de datos escáner laser, nubes y puntos Llegados a este punto, detectamos que el gran tamaño y el peso de las mallas triangulares, suponían un inconveniente a la hora de visualizarlas en las plataformas digitales. Por ello, se procedió a la realización del proceso denominado retopology. Esta técnica, surgida principalmente del mundo del entretenimiento y los videojuegos, busca la optimización de los modelos. Consiste principalmente en la disminución considerable del número de polígonos del modelo 3d, mediante la transformación de la mayoría de sus triángulos en cuadrados. Pasando en este caso, de una malla triangular de seis millones de polígonos a una malla cuadrangular de apenas unos cuatrocientos miles de polígonos, optimizando considerablemente el modelo. Por último, los procedimientos anteriormente descritos y las consideraciones tomadas, proporcionan una considerable mejora en la relación entre el mallado y la aplicación del color. La construcción de las texturas de este retablo, se ha realizado mediante la técnica de fotogrametría digital automática, unida con los parámetros

La Cofradía Marraja se trata de una de las cuatro Cofradías presentes en la ciudad de Cartagena, que lamentablemente, no poseen un lugar adecuado para la exposición diaria de su patrimonio, exceptuando algunas imágenes que se encuentran en sus lugares de culto. Sin embargo, la mayoría de su patrimonio escultórico no se puede apreciar, salvo únicamente un día al año.

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o de apoyo, visibles desde cada una de las estaciones, previa colocación de sus pre-señalizaciones en forma de dianas circulares de tamaños de 10 cm y 5 cm. Se colocaron principalmente en los interiores de las hornacinas y sobre las maderas, para evitar producir ningún daño sobre la superficie dorada del retablo.

Gracias a la digitalización 3d, este patrimonio podría ser fácilmente apreciado desde todas las casas y todos los días del año con la única necesidad de contar con una conexión a internet. La Cofradía Marraja se ha distinguido por ser una Cofradía pionera en muchos aspectos, demostrándolo una vez más, con la difusión virtual de su patrimonio y la digitalización tridimensional del retablo barroco de su capilla. Pocas Cofradías en España pueden decir que se encuentran actualizadas en las últimas tecnologías y pueden difundir su patrimonio de esta forma. Aunque estas tecnologías son novedosas, no debemos olvidar que son tecnologías que ya se encuentran presentes en nuestra sociedad. Por ello, la Cofradía Marraja debe continuar apoyando esta línea de difusión, digitalizando y divulgando su patrimonio, y lo más importante, haciéndolo accesible a toda la población. Es de agradecer e indudablemente de valorar, que la Cofradía Marraja se interese por la digitalización y la difusión virtual de su patrimonio. Texto e imagenes: Paloma Sánchez Allegue

Nube de puntos (izqda.), Malla triangular (centro), y textura (dcha.)

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El Encuentro en la madrugada del Viernes Santo en la PLaza de la Merced. Fotografía: Moisés Ruiz


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Capilla del Sto. Enterramiento de Cristo (Marrajos) Para la Agrupación del Sto. Enterramiento de Cristo de la Real e Ilustre Cofradía de Nto. Padre Jesús Nazareno (Marrajos), el día 30 de Noviembre de 2017, quedará como una de las fechas más importantes. Al ser ese día, en el que por fin, su grupo escultórico, la obra más importante del escultor murciano D. Juan González Moreno, quedó expuesta al culto y bendecida, en su capilla de la Iglesia Castrense de Sto. Domingo, sita en la Calle Mayor de nuestra ciudad de Cartagena. Durante muchos años, la agrupación ha anhelado exponer al culto su grupo escultórico, para así, venerar sus imágenes durante todo el año y con ello, que cualquier persona conocedora de la obra o foránea pueda contemplar el suceso que se representa con estas imágenes y sentirse, de esta forma, más cerca de nuestro Señor. Esto ha sido posible gracias al apoyo y la buena comunicación con el párroco castrense de la Iglesia de Sto. Domingo, D. Francisco Muñoz Martínez, gran admirador de este grupo escultórico que recibió con emoción el proyecto para albergar a este conjunto en su templo. Cediéndonos un pequeño espacio a la derecha del altar mayor, hasta entonces utilizado como almacén, y mostrando una generosidad sin medidas hacia esta Agrupación, por lo que siempre le estaremos agradecidos. Los principales trabajos para la adecuación de la capilla fueron llevados a cabo por la empresa RESTAURALIA, dirigida por D. Juan Isidro Ros Espín, al que agradecemos la disposición en fechas complicadas y su actitud siempre abierta a las diferentes modificaciones que fueron surgiendo. Estos trabajos llevaron a la Agrupación del Sto. Entierro a restaurar un arco de madera de singular belleza, decorado con una elevada cantidad de elementos ornamentales como flores, elementos circulares, etc., que durante muchos años se encontró sobre la puerta de acceso a la Capilla Marraja desde la Calle Mayor. Hasta que a finales del siglo XX, por dispares motivos, se decidió por su retirada. Desde entonces se ha encontrado abandonado en una esquina de nuestro Almacén de Tronos, presa del polvo, de la humedad y de los dañinos cambios de temperatura y, lamentablemente, pasando totalmente desapercibido de las miradas de muchos de nuestros hermanos. Esta obra de restauración fue llevada a cabo con mucho esfuerzo, por personal de nuestro Almacén de Tronos, quienes consiguieron reestablecer la belleza perdida de este arco, devolviendo a la vida un elemento que ha formado parte de la historia de nuestra Cofradía. La Agrupación del Sto. Enterramiento de Cristo, se ha comprometido a restaurar y recuperar su patrimonio, llevando a cabo la restauración completa de su grupo escultórico en el año 2015 por D. Enrique Barcala Bellod, y la de su antiguo sudario metálico, con el despiece y plateado de todas sus partes en 2016, sudario del orfebre D. Vicente Segura Valls, que acompañó a sus hermanos en las procesiones entre los años 1963-1969, y que a partir de ahora, volverá a acompañar a su grupo en su capilla. Sin lugar a dudas, esto ha sido determinante para crear un ambiente apropiado para acoger a nuestras imágenes, y crear un lugar de culto digno de las imágenes que protege, consiguiendo engrandecer a este pequeño espacio.

Origen de venerar y poner al culto las imágenes La veneración y la libertad de oración y culto, que actualmente profesamos a nuestras imágenes, no siempre fue de esta manera. Pues, la devoción de imágenes religiosas comenzó con una etapa de represión y prohibición, dando lugar, como consecuencia al Concilio II de Nicea, siendo el séptimo concilio ecuménico, es decir, universal en cuanto a participación de obispos de todas las regiones cristianas, llevado a cabo desde el 24 de septiembre hasta el 23 de octubre del 787, durante el mandato del papa Adriano I. Ante la convocatoria efectuada por la emperatriz bizantina Irene I para aclarar las leyes que estableció Constantino V. Este Concilio surgió por las actuaciones llevadas a cabo por el Emperador León III y su hijo Constantino V. El Emperador León III, comenzó una época de prohibición de culto, con la negativa de venerar imágenes religiosas, llegando a retirar una famosa imagen de Cristo que se encontraba a las puertas de su palacio, y dando lugar a la publicación de un edicto contra el culto a las imágenes el 17 de enero del 730. Creando una política de represión religiosa a la que se resistieron los papas Gregorio II y Gregorio III, defendiendo el culto a las imágenes junto con S. Juan Damasceno en Oriente. A la muerte de León III ocupó el trono imperial su hijo Constantino V (741-775), quién continuó con la prohibición iniciada por su padre, de dar culto a los iconos, es decir, cualquier imagen religiosa. Comenzó con cierta moderación, convocando un sínodo en Hieria (753) que rechazó la veneración de las imágenes llegando al saqueo y profanación de las iglesias, con la oposición de gran parte de su pueblo, lo que dio lugar a martirios. Sin embargo, esa moderación cesó pronto, y mandó destruir tanto las imágenes como las reliquias, prohibiendo la oración y el culto a los santos. Sin embargo, tras su fallecimiento, la situación comenzó a mejorar poco a poco con León I. Llegando a mejorar por completo, cuando, a la muerte de León IV, Irene se hizo con el Imperio como Regente, y el ortodoxo Tarasio, como secretario imperial (784). Tarasio sugirió a Irene la idea de convocar este Concilio ecuménico para la defensa de las imágenes, y ésta, así lo hizo, el 29 agosto 784, invitando al papa Adriano I, a un sínodo que habría de celebrarse en Constantinopla. Adriano I aceptó la idea (785) y nombró sus legados, a Pedro arcipreste de S. Pedro, y a Pedro archimandrita de S. Sabas y les dio la encomienda de anular el decreto de Hieria. Este concilio declaró nulas las decisiones del sínodo iconoclasta del 754 y formuló la doctrina ortodoxa sobre la veneración de las imágenes. La base de esta doctrina fue la teología de San Juan de Damasceno, quien consideraba las imágenes como sermones silenciosos y distinguía entre la verdadera adoración, que es debida solamente a Dios, y la veneración relativa que se tributa a las imágenes de Cristo y de los santos. En definitiva, el Concilio definió que la verdadera adoración sólo corresponde a Dios. Sin embargo, estipuló que las imágenes del Salvador, de la Virgen, de los Ángeles y de los Santos pueden ser veneradas y honradas como fue beata costumbre de los antiguos, pues, el que adora a una imagen adora a la persona que ella representa.

El decreto sobre las imágenes dice: «Siguiendo el camino real, fieles al magisterio divinamente inspirado de nuestros santos Padres y a la tradición de la Iglesia católica, pues la reconocemos ser del Espíritu Santo que habita en ella, definimos con todo esmero y diligencia, que lo mismo que la de la preciosa y vivificante cruz, así también hay que exhibir las venerables y santas imágenes, tanto las de colores como las de mosaicos o de otras materias convenientes, en las santas iglesias de Dios, en los vasos y vestidos sagrados y en los muros y tablas, en las casas y en los caminos: a saber, tanto la imagen de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como la de nuestra inmaculada Señora, la santa Madre de Dios, y las de los honorables ángeles y de todos los santos y piadosos varones. Porque cuanto más se las contempla en una reproducción figurada, tanto más los que las miran se sienten estimulados al recuerdo y afición de los representados, a besarlas y a rendirles el homenaje de la veneración (proskynesis timetiké), aunque sin testificarle la adoración (latría), la cual compete sólo a la naturaleza divina: de manera que a ellas (las imágenes) como a la figura de la preciosa y vivificante cruz, a los santos evangelios y a las demás ofertas sagradas, les corresponde el honor del incienso y de las luces, según la piadosa costumbre de los mayores, ya que el honor tributado a la imagen se refiere al representado en ella, y quien venera una imagen venera a la persona en ella representada». Finalmente, el papa Adriano I aceptó el Concilio y sus resultados, en el año 794. A pesar de ello, en Oriente se recrudeció de nuevo la política iconoclasta, y sólo en el año 842, quedaron ya definitivamente aceptadas las decisiones del II Concilio de Nicea. Por lo tanto, ha sido una evolución de acontecimientos lo que nos ha llevado hoy en día, a venerar libremente a nuestras imágenes en lugares de culto. Sin embargo, la veneración para un cristiano es mucho más que una simple exposición de su patrimonio, es un hecho litúrgico significativo, donde las imágenes se muestran partícipes del mensaje del evangelio, acercándonos a nuestro Señor y, por extensión, a nuestra Iglesia Católica. El grupo escultórico del Sto. Enterramiento de Cristo sale por las calles de nuestra ciudad de Cartagena representando el Entierro de Nuestro Señor cada Viernes Santo en una catequesis de fe. Sin embargo, como cristianos no debemos quedarnos en un solo día, sino debemos ensalzar esa catequesis todo el año, llenándonos de espiritualidad cada vez que nos postremos ante él. El poder contemplar y venerar a este grupo escultórico, a Jesús, su Madre María, San Juan, María Magdalena, José de Arimatea y Nicodemo en esta Capilla, es estar junto a ellos, inmersos en la representación de lo que se ve, el Entierro de nuestro Señor. Gracias a la ayuda de muchas personas, el grupo del Sto. Entierro puede ser admirado y venerado por todos los cristianos en su Capilla, la Capilla del Sto. Enterramiento de Cristo, ubicada en el interior del templo de Sto. Domingo, y decorada con el distinguido color castrense y el antiguo sudario metálico de su Agrupación, bajo un magnífico e histórico arco marrajo. José Manuel Sánchez Meca Presidente de la Agrupación del Sto. Enterramiento de Cristo


Grupo del Santo Enterramiento de Cristo en su capilla de la iglesia de Santo Domingo Fotografía: Paloma Sánchez Allegue


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José Capuz y la renovación del mensaje procesional del Viernes Santo

creadas por el escultor José Capuz a partir de la década de 1920. Fue en esa época cuando la cofradía decidió renovar y enriquecer su patrimonio escultórico, hasta entonces limitado en su mayoría a imágenes de vestir que, salvo excepciones, contaban con mayor valor histórico que estrictamente artístico. Al mismo tiempo, esa decisión de renovación era también un eco de la transformación experimentada por la propia ciudad tras la destrucción sufrida en la revolución cantonal, cuando el extraordinario desarrollo económico y poblacional había conducido también a la renovación del antiguo paisaje urbano, dominado hasta entonces por su función castrense, con una arquitectura burguesa modernista volcada hacia el espectáculo de la calle y el puerto.

Fotografía: Moisés Ruiz

Con la destrucción de una gran parte del patrimonio artístico de carácter religioso sufrida durante la guerra civil, y ante la necesidad de reposición de las piezas desaparecidas, a las cofradías pasionarias se les planteaba la disyuntiva entre uno de estos dos criterios: la realización de una copia mimética del icono desaparecido, o bien el encargo de una obra original a un artista de reconocido prestigio, en la esperanza de que el valor artístico de su nueva creación pudiera estar a la altura del referente desaparecido.

situación, en el nuevo contexto con frecuencia instrumentalizado por el régimen franquista, donde la estética del barroco hispano se adoptaría como uno de los referentes de los valores nacionales. No parecía, por tanto, el escenario más propicio para explorar nuevas aportaciones estéticas, mientras que la evocación más o menos mimética de las imágenes desaparecidas ofrecía la seguridad de la aceptación popular, que vería “regresar” sus imágenes tradicionales, dolorosamente perdidas.

No era ésta una elección sencilla en el ámbito de la Semana Santa, donde, a la añoranza de las imágenes desaparecidas, avaloradas por vínculos devocionales y tradicionales en ocasiones centenarios, se unía la urgencia por reanudar los cultos y normalizar la

Algunas circunstancias singulares favorecieron un planteamiento un tanto diferente en el caso de la cofradía cartagenera de los Marrajos, afectada por la desaparición de gran parte de su patrimonio, pero que había conseguido conservar las piezas de mayor interés

Fue en ese contexto cuando la cofradía, en junta general celebrada el 21 de mayo de 1924, adoptó la decisión de “que un escultor de fama haga un grupo de La Piedad y que se vayan sustituyendo las efigies de los tronos por otras en las que se haga un verdadero derroche de arte”.1 Así las cosas, el haber conseguido conservar los grupos de La Piedad (1925) y el Descendimiento (1930), así como el Cristo Yacente (1926), obras todas de José Capuz, facilitaba la elección del criterio a adoptar, puesto que las piezas desaparecidas o bien eran obra del propio Capuz - que se encontraba disponible y en plenitud de facultades creadoras - o bien carecían de un destacado valor artístico. Esto era así en la mayoría de los casos, salvo en el caso de la antigua imagen de San Juan, destacada obra de Francisco Salzillo, alabada por intelectuales y poetas, y de indudable éxito popular. Se podía justificar, por tanto, la tentación de encargar una copia fiel del icono salzillesco que, a buen seguro, hubiera contado con el inmediato beneplácito de los cofrades y cartageneros en gene-

1. El Porvenir, Cartagena, 22 de mayo de 1924, p.1, en LÓPEZ MARTÍNEZ, J.F. (1995): Configuración estética de las procesiones cartageneras, Cartagena: Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, p.: 52.

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Capuz siguió las indicaciones iconográficas del Hermano Mayor, pero entregó una imagen de San Juan que, más allá de la composición general, poco tenía que ver con la referencia de Salzillo. Una imagen, la de Capuz, en la que se señalaban las referencias a la Antigüedad clásica, tan presente en toda la creación del escultor, y que, como ya hemos señalado en otras ocasiones, debe su referencia grecorromana a la utilización como modelo del vaciadode un busto fechado en el s. II d.C., conservado en el Museo del Prado.3 Esta circunstancia, lejos de entenderse como un aprovechamiento ilegítimo por parte del escultor de una obra anterior, debe interpretarse como una experimentación más en la obra de Capuz, al perseguir la resemantización de una obra de la Antigüedad clásica pagana en un icono procesional cristiano, con toda la carga teórica que una obra de estas características conlleva, al incluirse en la misma tradición de los orígenes de la iconografía

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ral. No obstante, con buen criterio, la Cofradía decidió apostar por la oportunidad que ofrecía el desgraciado suceso de la desaparición de la imagen del siglo XVIII para profundizar en la unidad de lenguaje estético que ofrecería poder contar también con un San Juan de Capuz. En carta remitida por el Hermano Mayor a Capuz con fecha 6 de abril de 1942, aquél le comunica al escultor: “Deseamos además un San Juan Evangelista; teníamos un Salzillo que nos quemaron, y soñamos con un reemplazo digno. Este San Juan sólo consta de busto (hombros y cabeza) y mandaré a Vd. una foto del viejo para que vea la postura de la mano izquierda, con la que debe llevar una palma, y los detalles del pelo y vestimenta”. Una vez aceptado por el escultor el encargo, el Hermano Mayor le insiste, en una nueva carta de 22 de abril, en que le envía “un retrato del antiguo San Juan obra de Salzillo, para que vea cómo deben de ir las manos: la izquierda va enactitud de coger una palma y la derecha dice la tradición que va señalando con los dedos a la Virgen el camino que sigue Jesús”.2

Fotografía: Moisés Ruiz

cristiana, cuando se adoptaron los modelos figurativos del mundo antiguo a las necesidades narrativas y devocionales de la nueva religión. Contaba el que fuera capellán de la Cofradía Marraja, Antonio Pérez Madrid, que “cuando fueron los marrajos a encargarle esta imagen, el escultor tenía un busto de acentuado gusto helénico y que pensaba destinar al dios Apolo, el dios del sol y de la luz. Y da gusto pensar que en esta imagen han coincidido el dios solar y el Apóstol de la luz”.4 Por tanto, como apuntaba el capellán,más allá de la clara utilización del modelo, subyace el interés de Capuz por el mundo clásico y los valores simbólicos que la transposición del panteón grecorromano a la iconografía cristiana ha aportado desde el origen del arte sacro. Junto a los valores simbólicos e iconográficos, la utilización por Capuz del modelo clásico se puede relacionar con su interés por la estatuaria antigua

y como una forma de reivindicación de la validez escultórica de la escultura policromada. Los avances en la investigación arqueológica habían demostrado ya la falsedad del canon neoclásico de la escultura en blanco, por lo que la elaboración de una imagen policromada que formalmente reproducía los volúmenes de un busto clásico antiguo le otorgaba a la imagen religiosa el aura de dignidad de la escultura grecorromana. Y, en efecto, gran parte del éxito devocional de la imagen de San Juan de los Marrajos hay que buscarla en la utilización por Capuz de los mecanismos retóricos de la estatuaria clásica romana puestos al servicio de la imagen religiosa procesional. Si Capuz toma el modelo literal del busto clásico, no es menos cierto que a él se debe, junto a las indicaciones del comitente, el acierto de componer una imagen de vestir a la manera de las solemnes esculturas antiguas dedicadas al culto imperial. Cabe recordar, en este sentido, la famosa escultura de

2. Correspondencia mantenida entre el Hermano Mayor D. Juan Muñoz Delgado y el escultor D. José Capuz, durante los años de 1941 a 1947, en que se encargaron las tallas de la Soledad, San Juan y el Nazareno. Biblioteca San Isidoro. Cartagena. 3. LÓPEZ MARTÍNEZ, J. F., “El San Juan de Capuz, una imagen procesional del siglo II”, en Ecos del Nazareno, Cofradía Marraja, Cartagena, 2015. 4. PÉREZ MADRID, A. (1984), “San Juan Marrajo, Luz y Audacia” en Agrupación de San Juan Evangelista (Marrajos) Cartagena: Agrupación de San Juan Evangelista (Marrajos), s/p.

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Augusto de Prima Porta, una imagen que había cobrado gran notoriedad en la España de la época, coincidiendo con las iniciativas desarrolladas con motivo de la conmemoración del Bimilenario de Augusto. En este caso, el elemento vertical representado por el imperium que Augusto sostiene en su mano izquierda es sustituido por la airosa palma, mientras aparece mucho más evidente la relación del gesto indicativo de la mano derecha. Así, si el escultor romano confería un aura divina al retrato imperial, Capuz confiere un carácter sacro a la cita pagana, en un simbolismo de ida y vuelta que otorga todo su sentido a las palabras del capellán de la cofradía cartagenera, cuando en 1977 evocaba la imagen de San Juan tras el Encuentro, en la mañana del Viernes Santo, de esta manera:”Después pasea su magnificencia entre las luces de la mañana y parece un dios vencedor con su palma de triunfo. Capuz le dio la belleza griega para su faz. Consta que hubiera sido un Apolo, el dios del sol, y fue, dichosamente para nosotros, el Apóstol de la luz.”5 Junto al encargo de la imagen de San Juan se gestó también el de la nueva imagen de la Virgen de la Soledad, tan distinta de la imagen que, con idéntica advocación

y destino, Capuz había realizado, con gran aceptación, en 1925. En esta ocasión, el encargo expresaba la sugerencia de que se copiara a sí mismo, pero Capuz aprovechó la oportunidad para profundizar en el mensaje de conjunto de la que ya iba siendo su procesión, la del Santo Entierro. En su nueva Soledad, Capuz resaltaría la significación sacerdotal de María en la Pasión de Cristo, variando completamente la concepción de la imagen, desde la composición cerrada, de intimista espiritualidad, de la realizada en 1925, a una composición abierta, recurriendo al arquetipo clásico de la sacerdotisa o la figura del orante, ya utilizado desde los tiempos del arte paleocristiano, presentando a María, al final del cortejo procesional, como oficiante del misterio pascual y medio para alcanzar sus dones espirituales. La disposición simétrica y frontal se ve enfatizada por la presentación de la imagen en un típico trono de estilo cartagenero que redunda, mediante la monumentalidad de la máquina procesional, en el sentido de elevación espiritual. De esta manera, sutilmente, Capuz aprovecha las características de la puesta en escena para reforzar el mensaje de su obra, y afronta las habituales limitaciones escultóricas que implica una imagen de vestir aportando

parte del ajuar, mediante una mantilla dorada que habrá de trasladar al vestuario de la imagen la utilización del oro en torno al rostro y el pecho de la imagen como símbolo de la revelación salvadora de la que es partícipe María. Más que probablemente, estas consideraciones iconográficas estarían ausentes entre los motivos de apreciación popular, y sería su solemne apariencia en el esbelto trono cartagenero, y su carácter focal, los elementos compositivos que, según la clásica norma de noble sencillez y serena grandeza, garantizasen la inmediata aceptación popular de la nueva imagen. Así, desde entonces, el monumental altar ambulante de la Virgen de la Soledad constituye el punto focal de cierre del relato de la Pasión y esperanza en la salvación articulado mediante la íntima imbricación de la obra escultórica de José Capuz y la puesta en escena de los Marrajos en su procesión del Santo Entierro, cuando al final de la vía sacra de la procesión, el altar de la Soledad recoge la consumación del sacrificio del Nazareno y las oraciones del pueblo cartagenero. José Francisco López Martínez

Tercio de N.P. Jesús Nazareno. Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Fotografía de Moisés Ruiz 5. PÉREZ MADRID, A. (1977), “San Juan Evangelista, alguien entrañablemente querido”, en Santo Amor de San Juan, Cartagena: Agrupación de San Juan Evangelista (Marrajos), s/p.

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Semana Santa 2018 Cartagena Monseñor Lorca Planes, Cofradía y autoridades en la Reapertura y Bendición de la Capilla. 13 de diciembre de 2016. Fotografía: Moisés Ruiz

Siete años de Cofradía Después de casi cuatro siglos de historia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, los últimos siete transcurridos vienen a ocupar su lugar en el devenir de esta antigua hermandad presente desde el siglo XVII en la tradición pasionaria de nuestra tierra, y deudora en la actualidad de esa rica historia protagonista esencial en la Semana Santa de Cartagena. Entre el 21 de diciembre de 2010, fecha en la que era nombrado Hermano Mayor, y el 19 de junio de 2017 cuando deja voluntariamente su cargo, Domingo Andrés Bastida Martínez, reelegido para un segundo mandato el 24 de junio de 2014, ha sido el responsable de conducir la Cofradía en este tiempo y continuar una labor y una historia de fe, religiosidad popular, tradición, cultura, y desfiles pasionales en el conjunto de la pasionaria cartagenera, desde que en un lejano 1663 los cofrades seguidores del Nazareno asumieran el encargo de revivir con sus procesiones, llegada la primavera, la Pasión y Muerte de Jesucristo en nuestra ciudad.

Entre los hitos más importantes de estos años, el cambio en la estructura y organización del gobierno de la Cofradía propiciando la participación de los hermanos. Y en este sentido la Cofradía aprobó en el año 2009 con la ratificación del Obispo de la Diócesis unos nuevos Estatutos como norma principal por la que regirse. Estatutos que superada la fase “ad experimentum”, revisados y reformados, eran refrendados por la autoridad eclesiástica en el año 2012 cobrando plena vigencia, dejando atrás las antiguas reglas de la Hermandad de 1945 y la más reciente de 1992, y sentando las bases de su gobierno en este siglo XXI a partir de la premisa de una mayor presencia, participación, e implicación de los hermanos cofrades en su gestión. Junto a los nuevos Estatutos, este tiempo nos ha dejado, en un aspecto esencial del día a día de la Cofradía y de su actividad, el nombramiento el 9 de enero de 2014 de D. Fernando Gutiérrez Reche, párroco de la iglesia de

San Antonio María Claret y hermano de la Cofradía, como Capellán de los marrajos. D. Fernando sustituía en la dirección espiritual a D. Francisco Montesinos Pérez-Chirinos que durante 28 años había guiado a los seguidores del Nazareno a la Luz del Evangelio animando a vivir plenamente el sentido religioso de nuestra condición de cofrades, e impulsado decididamente, con la Fundación Marraja que en 1999 inicia su andadura, la proyección social y solidaria de la Cofradía atendiendo la realidad que nos rodea. Gobierno y dirección espiritual de la Cofradía en unos años marcados decisivamente por la atención y dedicación que requirió la Capilla, joya patrimonial de los marrajos y de nuestra ciudad para la que en el 2016 la Cofradía iniciaba los trámites y el expediente solicitando su declaración como Bien de Interés Cultural. Sin embargo dos años antes, el 21 de noviembre de 2014, los desprendimientos de parte de una de las pechinas de la cúpula pusieron de manifiesto los importantes 65


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daños estructurales que presentaban recinto, paramentos y retablo, y la necesidad de afrontar el proyecto integral de su rehabilitación y restauración. La ejecución del proyecto en dos fases, entre los años 2014 y 2016, permitía primeramente la apertura de la Capilla para su uso el 21 de noviembre de 2015 concluyendo una primera fase de obra civil y estructural y los primeros trabajos sobre el retablo, y la finalización del proyecto con la completa restauración del retablo en el año 2016. Teniendo lugar el 13 de diciembre de 2016 la Reapertura y Bendición de la Capilla, en un acto presidido por el obispo de la diócesis D. José Manuel Lorca Planes que ese día abría de manera simbólica la reja de la Capilla que la une a la iglesia de Santo Domingo, y procedía a su bendición recuperando todo su esplendor el impresionante recinto barroco que preside la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Si la Capilla fue objeto de las mayores atenciones de forma obligada en este periodo de nuestra historia, la labor de restauración del conjunto patrimonial de imágenes y grupos escultóricos que guarda la Cofradía, y que configuran sus cortejos procesionales, continúo muy presente y tuvo una especial relevancia en la labor de estos años. Las restauraciones así del grupo del Descendimiento y Cruz Reliquia procesional del siglo XVII acometidas en el año 2014, del grupo del Santo Enterramiento de Cristo

en el 2015, y del grupo de La Piedad en el año 2016 fueron en este sentido los trabajos más destacados dentro del compromiso asumido durante su mandato por el Hermano Mayor Domingo Andrés Bastida Martínez de cuidado y preservación del patrimonio de los marrajos. Correspondiendo al restaurador y especialista de obras de arte Enrique Barcala Bellod, que ya realizara la importante tarea de recuperación y restauración del retablo en el proyecto integral de rehabilitación y restauración de la Capilla, el encargo de llevar a cabo estas restauraciones de los grupos e imágenes referidos. Otras muchas iniciativas vinieron a completar esta labor de velar por el patrimonio de la Cofradía buscando su mejor

Domingo Andrés Bastida, D. Fernando Gutiérrez Reche, Capellán, José Manuel Sánchez Meca y José Luis Sáez Hernández. Miserere 2015. Fotografía: Moisés Ruiz

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conservación y su enriquecimiento. Y así en el año 2011 se realizaba un nuevo trono para la Virgen de Soledad a partir de la reforma y remodelación del existente, con tallas de Francisco Requena de 1890 en el primitivo trono, y la participación en este trabajo del escultor Arturo Serra que realizó nuevas tallas y unos relieves en bronce pulido para completar el altar procesional de la Virgen. Un año después, en 2012, se afrontaban la reforma y restauración de los tronos de San Juan (Aladino Ferrer, 1935) y Santa María Magdalena (Aladino Ferrer, 1929), y el plateado del trono del Santo Cáliz (Casa Orrico, 1969), y finalmente en el año 2014 se llevaba a cabo una profunda reforma del trono del Titular en la Madrugada. Patrimonio en suma cuidado y conservado, consciente de su valor y su calidad artística, que la Cofradía en este tiempo ha puesto a disposición de Cartagena. De esta forma, dentro del campo cultural consustancial a la actividad de los marrajos, y junto a las múltiples conferencias, conciertos, actos paralitúrgicos, eventos, o representaciones como el “Auto de la Pasión” que cada Cuaresma desde 2014 tiene lugar, diferentes muestras y exposiciones en todos estos años han sido una oportunidad para poder admirar este impresionante conjunto patrimonial pasionario. La celebración de unas Jornadas de Puertas Abiertas y de exposición patrimonial en el mes de noviembre de 2011 en los tres escenarios de Capilla, Almacén de Bretau, y Almacén de tronos del Palacio de Nicodemo fue la primera de estas ocasiones de especial relevancia, unida a otras muchas al hilo de aniversarios o efemérides en la Cofradía. Pero sin duda, por su repercusión, ha sido la presencia y la participación de los marrajos desde 2012 en el evento cultural “La Noche de los Museos” el mejor exponente de la unión entre cultura, patrimonio artístico, y Cofradía, con diferentes temáticas en cada ocasión. Una primera y muy importante muestra de patrimonio, grupos e imágenes, en esa primera participación en el año 2012; el viaje en el tiempo al Jueves Santo en el convento de San Isidoro en el siglo XVII (2013); exposición conmemorativa “José Capuz, un escultor para los marrajos” en el 50 aniversario de su fallecimiento (2014); exposición de las


Tercio del Santísimo Descendimiento. Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Fotografía: Moisés Ruiz


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imágenes de María Magdalena procesionadas por la Cofradía, con ocasión del 50 aniversario fundacional de la agrupación (2015); la exposición “Legajos para la Historia” al celebrar las efemérides del 375 aniversario de la compra de la Capilla y el 300 de la bula papal otorgada a la Cofradía por el Papa Clemente XI (2016), y la última exposición, “Cien años de una historia Real”, con motivo del centenario de la concesión del título de Real a la Cofradía y del escudo actual de los marrajos (2017). Otros apartados culturales también tuvieron su protagonismo en estos años, y en el mes de enero de 2015 la coral “Capilla Marraja” nacía en el seno de la Cofradía con especial dedicación a la música religiosa, cubriendo así una parcela consustancial a la actividad de la misma. Como de la misma forma las ediciones y publicaciones, las divulgativas e históricas y las de actualidad de la Cofradía y sus agrupaciones, ocuparon un importante lugar dentro de este campo cultural. Continuando de este modo con el proyecto de Biblioteca Pasionaria iniciado en 1994, destaca en este tiempo de modo especial la edición de dos nuevos volúmenes, el sexto y el séptimo, de la colección. El primero de ellos “González Moreno. El clasicismo renovado”, cuyo autor es José Francisco López Martínez en el año 2014, y el segundo “Los Misereres de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno” escrito por Ernesto Ruiz Vinader que vio la luz en el año 2016. Y señalar como un hito importante en la dedicación de la Cofradía a esta labor, la inauguración en el mes de octubre de 2015 de la Biblioteca Pasionaria, un proyecto de

la cofradía con el que poder ofrecer al público e interesados en general, los fondos bibliográficos y hemerográficos que guarda el Archivo de los marrajos, constituyendo la primera biblioteca de Semana Santa en la ciudad disponible para su consulta y su uso por cualquier persona, hermana o no de la Cofradía, y no sólo como hasta ahora disponible para los marrajos y los estudiosos e historiadores que lo solicitaban. Han sido por otra parte siete años en la vida de la Cofradía en los que, como no podía ser de otro modo, hubo un lugar para el recuerdo y la conmemoración de nuestra historia. Y en este espacio de tiempo la celebración de numerosas efemérides, con diferentes actos culturales y religiosos, nos trajeron hasta hoy el pasado, la huella, y el poso, que esa historia dejó en la Cofradía y en la Semana Santa. En el año 2011 el 250 aniversario de la celebración por primera vez en 1761 del Encuentro en la Plaza de la Merced, y la colocación de una placa en su recuerdo en este histórico lugar. En el 2013 la conmemoración de la efemérides del 350 aniversario del mandato del obispo Juan Bravo de Asprilla que en 1663 encarga a la Cofradía la realización de las procesiones del Viernes Santo, la de Jesús en el paso de la Amargura y la del Desclavamiento y Entierro de Cristo, y la Procesión de Gloria de la Virgen del Rosario que en la noche del 5 de octubre de 2013 por este motivo recorrió las antiguas calles entorno a la iglesia de Santo Domingo. En el 2014 el 50 aniversario de la coronación de la Piedad el 23 de marzo de 1964, y al año siguiente los veinte años de la coronación canónica de la Virgen de la Soledad con la peregrinación de

Salida de la Procesión de la Vera Cruz. Sábado Santo de 2014. Fotografía: Moisés Ruiz

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la Cofradía que por este aniversario tuvo lugar acompañando a la Virgen a la Basílica Menor de la Caridad en la tarde del 7 de mayo de 2015. Finalmente en el mes de septiembre de 2016 los marrajos, en un viaje sin duda histórico, peregrinaban a Roma conmemorando la concesión de la Bula Papal a la Hermandad por el papa Clemente XI en el año1716, y nuestro Capellán hacia entrega de la Patente de Hermano de la Cofradía al Papa Francisco. Siete años así de Cofradía y de historia donde por desgracia una espléndida madrugada de Viernes Santo, en el 2013, y a causa de la falta de civismo, respeto y educación de algunas personas al paso de la procesión, vivimos la triste circunstancia por primera vez en más de 350 años de ver suspendido el cortejo del Encuentro cuando ya se encaminaba a su recogida. Y en donde la lluvia, “la lluvia que es marraja”, no quiso que la Piedad de los marrajos, “La Piedad de Cartagena”, saliera a recibir la devoción, la fe, y la promesa de su pueblo en la noche del Lunes Santo de 2016, también por primera vez en esa intima historia y especial comunión que la Virgen y su ciudad mantienen desde aquel año 1930 de su inicial salida. Siete años de hermandad, de atención a la necesaria formación en el seno de una cofradía religiosa, a la Juventud que encarna el futuro venidero, y de solidaridad de los marrajos con el ejemplo y la labor social llevada a cabo por la Fundación Marraja. Pero en todo caso siete años de semanas santas y de celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Padre Jesús Nazareno bajo el mandato y la referencia para los marrajos del segundo Hermano Mayor que ha tenido la Cofradía en el siglo XXI. Siete años en definitiva de procesiones ofreciendo anualmente el Lunes, Viernes, y Sábado Santo un prodigio de narración evangélica en cada uno de los desfiles, a la manera en la que desde hace cuatro siglos los marrajos y la ciudad reviven el drama pasionario. Y en donde al paso de cada uno de ellos la cruz doble del Hermano Mayor Domingo Andrés Bastida Martínez reafirmaba el Lugar y el Credo de la Cofradía del Nazareno en la Semana Santa de Cartagena. Pedro María Ferrández García. Cronista de la Cofradía Marraja.


Cristo Yacente y trono del Santo Sepulcro. Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Fotografía: Moisés Ruiz


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La agrupación marraja de N.P. Jesús Resucitado (1939-1943)

Portapasos y trono de Nuestro Padre Jesús Resucitado. 25 de abril de 1943

El título coincide con una publicación ya en circulación, libro que se presentó en la Cofradía Marraja el pasado 2 de diciembre de 2017. Obra de José-Eduardo Pérez Madrid (19572017), quien publicó otros libros sobre la historia de la Cofradía, narra cómo un grupo de jóvenes y entusiastas marrajos crearon (no sin muchas dificultades) la Agrupación Marraja de Nuestro Padre Jesús Nazareno, germen de la Cofradía del mismo nombre. Unos episodios poco conocidos para la mayoría de procesionistas, y que este necesario libro editado a título póstumo viene a narrar, esclareciendo las no pocas dudas al respecto y derribando -de una vez por todas- una serie de mitos tan antiguos como la propia Agrupación. Tras el final de la Guerra Civil española, la situación patrimonial de las cofradías cartageneras era desoladora. A la destrucción de buena parte de las

imágenes se sumaba el expolio de otro tanto y la situación de colapso del tejido económico nacional. Las cartillas de racionamiento estuvieron en vigor hasta 1953, y cualquier gasto que excediera los límites de lo necesario para la supervivencia entraba en el capítulo de lo suntuario. Sin embargo, la Cofradía Marraja no supo amilanarse y trató por todos los medios de resurgir de sus cenizas, con no pocos esfuerzos y grandes dosis de imaginación. Las crónicas populares refieren que el 1 de septiembre de 1939, el sanjuanista marrajo Juan Jorquera del Valle publicó un artículo en prensallamando a ocupar el Domingo de Resurrección, gran hueco de la Semana Santa de Cartagena. En prensa no se encuentra ni una sola referencia al mismo, aunque como afirma Pedro Ferrández, Hermano Mayor Honorario de la Cofradía Marraja, “de quien partió la idea de crear esa nueva Agrupación en la Cofradía fue de Juan Jorquera, en definitiva fruto de la juventud de la Cofradía, que quería procesionar el Domingo de Pascua”1. Tal como consta en las actas de Cabildos Generales de la Cofradía de

febrero y marzo de 1940, “la cuestión más importante es la parte económica, inconveniente de siempre para que salgan las procesiones, no habiendo hecho nada (…) y aún es tiempo para esto y para verificar con ayuda que hace mucha falta”2, lo que evidencia que a pesar de los esfuerzos, la situación económica era terrible. Sin que ello les desanimase, un grupo de marrajos había venido reuniéndose en el local de Calle Adarve para llevar a cabo las reuniones previas sobre el Resucitado. En la mañana del primero de abril de 1940 se reunieron una serie de hermanos, “acordando oficiar a la Cofradía Marraja al objeto de pedirles permiso para la constitución oficial de la nueva Agrupación”3. De aquella reunión salió una comisión encargada de mediar con la Cofradía y el nombre del que sería primer presidente, Alberto Gutiérrez Nieto. Como se señala en las fuentes consultadas en el libro, la opinión de la Mesa de la Cofradía fue unánime en estar a favor de la Agrupación, pero con diversidad de opiniones en lo que a los pasos a seguir se trataba.

Trono e imagen de Nuestro Padre Jesús Resucitado en su primera salida procesional el 25 de abril de 1943. Plaza de Risueño y calle Caridad

1. Manuscrito de D. Pedro Ferrández Flores, depositado en el Archivo de la Cofradía Marraja en el que narra sus vivencias sobre la Cofradía Marraja, p. 54. ACNPJN. 2. Acta de Cabildos Generales de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (1939-1958) p.p. 5-6. ACNPJN. 3. Libro de actas de la Junta Directiva de la Agrupación de N.P. Jesús Resucitado (12/04/1940 a 25/01/1943) Caja 125, libro 5. ACNPJN.

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Bien avanzado el año 1942 se producen cambios significativos en la hermandad y en el obispado que afectarían de forma directa al Resucitado. Juan Muñoz-Delgado, hasta entonces Primer Comisario es electo por aclamación Hermano Mayor. A la par, la Diócesis de Cartagena nombra a D. Tomás Collado Arcipreste de Cartagena, solicitándole la Directiva del Resucitado que fuera su director espiritual, lo que este declinó. A partir de esa reactivación de la Agrupación en mayo de 1942 la línea temporal hasta el 28 de diciembre de 1943 está llena de eventos de extrema importancia. La Directiva de la misma comenzó a empujar con fuerza para sacar en el siguiente año la procesión, llegando a tener enfrentamientos -tanto epistolares como verbales- con directivos de la Cofradía, que culminaron en la retirada del apoyo a la Agrupación por el Secretario General el 3 de febrero de 1943 y la suspensión, por parte del Hermano Mayor, de la Procesión que iba a desfilar por primera vez en 1943 en estado de autonomía. Estas breves líneas hacen imposible resumir las vici-

situdes y desencuentros que llevaron a la total independencia de una agrupación marraja, pues en el libro que da pie a este artículo se ocupan más de sesenta páginas tan sólo en esta cuestión. Sin embargo, cabe señalar una de las claves que este contiene: que se pasó de una ilusión -la Agrupación- hacia otra ilusión -la Cofradía- a causa de una desafección mutua. Los pormenores y los desencuentros, tanto en el aspecto económico de la Cofradía como en la actitud de la Agrupación, culminaron en que a pesar de estar en principio suspendida la procesión para el año 1943, esta saliera a la calle al amparo de la Cofradía Marraja, iniciando esta de forma inmediatamente posterior los resortes jurídicos y eclesiásticos para la independencia de la Agrupación. Así, en la mañana del 25 de abril de 1943, el Resucitado Marrajo, a hombros de estibadores y precedido de un tercio de capirotes ataviados con túnicas blancas de la Agonía y el Descendimiento anunció a Cartagena que Cristo había resucitado, y que los marrajos eran, una vez más, los responsables de engrandecer la Semana Santa de Cartagena. Tras la recogida de aquella procesión, que como narra la prensa fue un éxito de asistencia4, la Cofradía Marraja cumplió con la palabra dada y ayudó a los ya fundadores en lo que fue menester, cediendo a estos el material -talla, enseres- que los marrajos habían costeado para que fueran el primer patrimonio de la nueva hermandad blanca.

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Ya desde el principio se trazó un “Proyecto de adquisiciones y plan general de la procesión del Resucitado”, así como se institucionalizó la Agrupación como tal. En una Cofradía en la que, como hemos señalado, los problemas económicos amenazaban a su propia supervivencia, no fue el entusiasmo recibido por todos de igual forma. No obstante, el 15 de abril del mismo año la Cofradía dio por creada la Agrupación, notificándolo a su Directiva el 17 del mismo mes. Por increíble que pueda parecer, desde entonces hasta el 14 de septiembre de 1942 no hay una sola anotación en el libro de actas de la misma, constando en su letárgica vida dos extremos: que las cuotas se seguían cobrando, lo que era de facto el único comprobante de la existencia real de la misma, y que muchos de los primeros hermanos se dieron de baja. Más allá de esos dos hechos, nos constan cambios en la Cofradía (Antonio Ramos Carratalá Hermano Mayor y Juan Muñoz Delgado Primer Comisario) y en otras agrupaciones marrajas, pero nada en el Resucitado.

La obra se encuentra a la venta en la sede social de la Cofradía Marraja al precio de diez euros, y los beneficios íntegros de la edición se destinan a la Fundación Marraja. Un pedazo de la historia de nuestra Semana Santa, imprescindible en toda biblioteca pasionaria que se precie y de obligada lectura para quien quiera conocer un poco más del Resucitado Marrajo.

25 de abril de 1943. Procesión de Nuestro Padre Jesús Resucitado a su paso por las calles Serreta y Caridad

Javier Pérez Bódalo Secretario de la Comisión de Observancia de la Regla de la Cofradía Marraja

4. EL NOTICIERO, 26 de abril de 1943, p.1. Archivo Histórico Municipal de Cartagena

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Capiroticos Económicos En la Semana Santa de Cartagena se unen multitud de disciplinas de conocimiento. Una de ellas es la económica. Las procesiones son organizadas por las cofradías pasionarias. Estas entidades requieren de ciertos recursos para poder echar a la calle los majestuosos desfiles pasionales que cada primavera surcan las calles cartageneras. La metodología de la estimación del impacto económico es perfectamente válida para conocer qué repercusión tienen las procesiones en su entorno. El objetivo de los estudios de impacto económico es cuantificar la repercusión que tiene sobre algunas variables económicas relevantes como producción, demanda, renta y empleo una actividad productiva de bienes o servicios en un espacio geográfico determinado durante un periodo de tiempo. El fin del trabajo es normalmente evaluar unas inversiones, subvenciones o simplemente estimar la incidencia económica de la actividad analizada. Existen, según la literatura científica, varias metodologías de estimación del impacto económico como pueden ser las basada en el análisis de varianza y covarianza, el método de diferencias, experimentales, etc. Nuestro análisis, enmarcado en la línea de trabajo que desde hace años desarrolla el Grupo de Investigación de Análisis Económico de la UPCT, se ha basado en la metodología de utilización de las tablas input output a partir de datos secundarios y primarios obtenidos, por una parte, de la contabilidad de las cofradías y agrupaciones de la Semana Santa, y de otra, de datos procedentes a partir de encuestas a visitantes, residentes y hermanos que participan en las procesiones cartageneras. La metodología empleada en nuestro caso permite desglosar el impacto económico entre el efecto directo, el efecto indirecto y el efecto inducido. El efecto directo es el gasto que realizan los sujetos activos, la unidad productiva de aquello que estamos estimando su impacto económico. Para el caso de la Semana Santa de Cartagena éstos serían las cofradías pasionarias, los hermanos de las mismas y las administraciones públicas. El efecto indirecto es el impacto de las unidades productivas proveedoras de las que forman la actividad analizada, que en este caso, se corresponde con el gasto total que realizan los demandantes del producto o servicio analizado. Para nuestro ejemplo, se corresponderían con aquellas personas cuyo gasto está vinculado de alguna manera con las procesiones, es decir, toda aquella persona que asiste como espectador, ya sea residente o no residente en la ciudad. Por último, todo el gasto producido anteriormente genera un efecto multiplicador, es decir, los ingresos percibidos por los habitantes y empresas vuelven a generar nuevos gastos para los mismos. Este fenómeno lo identificamos como el efecto inducido.

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El estudio del impacto económico de la Semana Santa cartagenera, recogió datos del periodo comprendido entre los años 2.014 y 2.017. A diferencia de otros estudios de impacto económico en los que solo hace falta acudir a la fuente principal y originaria para poder extraer los datos necesarios, en este caso fue necesario recopilar información de fuentes muy diversas. El motivo es que la Semana Santa no se encarga de realizarla un solo agente, sino que están implicadas cofradías, hermanos, administraciones públicas, turistas y visitantes, hosteleros, artesanos, museos etc. De este modo, para poder hacer una estimación que fuera valiosa y se ajustara lo máximo posible a la realidad, las cofradías cedieron sus estados de cuentas. Esta información fue complementada con cuestionarios. En concreto, se realizaron cincuenta cuestionarios a hermanos de las distintas agrupaciones con el fin de conocer el gasto medio en el que incurren para poder participar en las procesiones. Otro cuestionario se destinó a aquellos que asistían como espectadores a las procesiones de Semana Santa. Dicho cuestionario separaba a aquellas personas que residían en Cartagena, de aquellas que eran turistas o visitantes. En total se recogieron doscientas cuarenta y seis encuestas entre los días de Semana Santa de los años 2.016 y 2.017. La información que nos aportaron estas encuestas comprendía datos poblacionales, forma de transporte, tipo de alojamiento, gasto medio diario, valoración de distintos aspectos de las procesiones (patrimonio, promoción fuera de la ciudad, orden y compostura…), compañía etc. También se recopiló información sobre el gasto de las administraciones públicas o el grado de ocupación de los hoteles en el municipio. La estimación del impacto económico que tienen las procesiones de Semana Santa en la ciudad de Cartagena ofrece datos muy significativos. El principal es que las procesiones de Semana Santa generan aproximadamente 16 millones de euros cada año. Esta cifra proviene de la suma del efecto directo (2 millones de euros), el efecto indirecto (10 millones de euros) y el efecto inducido (4 millones de euros). El empleo necesario para poder hacer frente a esa producción se ha estimado en unos 330 puestos de trabajo. Por otro lado, se ha estimado el número de espectadores que presencian las procesiones de Semana Santa a través de nuestras encuestas y del grado de ocupación durante los diez días de procesiones en el municipio. De media, la procesión de cada día cuenta con un público aproximado de 25.465 personas, lo cual significa que los diez días de procesiones contarían con un público de 254.649 personas (no necesariamente distintas de un día a otro). Este público estaría dividido en un 75% que sería residente y el 25% restante se-

ría turista o visitante. Cada persona tuvo un gasto medio diario de 19€ si residía en la ciudad o 106€ si provenía de fuera. El grado de ocupación medio para los diez días de procesiones estuvo rondando el 70%, con variaciones desde el 50% de Lunes y Martes Santo, hasta el 95% de Jueves, Viernes y Sábado Santo. Además, gracias a las encuestas realizadas, podemos saber la procedencia de aquellas personas que nos visitaron. En concreto se ha puesto de manifiesto que la procedencia es principalmente nacional y que las Comunidades Autónomas que más viajeros aportan son Valencia y Madrid. Si analizamos el dato por provincias sorprende que Alicante aporte más viajeros que la propia provincia de Murcia. También se ha estimado el número de personas vinculadas con las procesiones. En concreto, las cofradías tienen dadas de alta más de 12.000 personas, las agrupaciones más de 18.000 personas y se estima que participan en los desfiles pasionarios más de 18.700 personas contando con personal contratado e invitados. Pero aquí no acaba todo. Un estudio de impacto económico no significa el fin de un camino, sino que tiene vocación de ser una base sobre la que trabajar. Solo cuando conocemos algo podemos empezar a valorarlo. Así pues, con este estudio la Universidad se ha involucrado en un aspecto tan importante de la sociedad cartagenera como es su Semana Santa, cumpliendo con uno de sus fines como es el de aportar conocimiento. Se ha puesto de manifiesto cuales son los sectores económicos más favorecidos (hostelería y artesanía) y dónde se genera más empleo. También nos ha permitido saber cuál es la opinión de aquellos que nos visitan. A partir de aquí se puede valorar si de verdad son rentables las inversiones que las administraciones públicas realizan para fomentar la Semana Santa; permite emprender nuevas campañas de marketing de forma más eficientes; permite conocer qué servicios e infraestructuras son necesarias para satisfacer este aumento de la demanda y permite complementar el resto de la demanda turística de la comarca. REFERENCIAS. Esparza Moldenhauer, A. (et. al.). (2.017). Impacto Económico de la Semana Santa de Cartagena. Cartagena: Universidad Politécnica de Cartagena. Lafuente Sánchez, V. A. (2.012). Dimensión Socio-económica de la Semana Santa de Palencia. Valladolid: Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Valladolid. Antonio García Sánchez y Agustín Esparza Moldenhauer


Vista general del tercio, banda de música, y trono de San Juan en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Fotografía de José Soto Cavo


Semana Santa 2018 Cartagena

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Los jóvenes en la Cofradía Marraja Ya ha pasado prácticamente un año desde la Semana Santa 2017 y los jóvenes de la Cofradía Marraja han tenido una agenda repleta de actividades, hacemos un repaso por todas ellas.

Cartel Marchamarra 2018

Sábado 6 de Mayo 2017, coordinación de la Cruz de Mayo en la que se realiza la exaltación De la Cruz y degustación de productos populares, con unos beneficios donados a la Fundación Marraja, nuestra obra social.

Viernes 19 de Mayo 2017, participaron en la Procesión de la Virgen de Fátima que nos visitó en nuestra ciudad de Cartagena, en la organización de las sillas en la Iglesia de Sta. María de Gracia y en el reparto de velas en la procesión de las antorchas.

Domingo 15 de Octubre 2017 la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cartagena se desplazó a Caravaca de la Cruz para la XV Jornada Diocesana de Hermandades y Cofradías. El ‘Pendón’ representativo de la misma, fue portado por el que suscribe y por Nuria Sánchez López.

Viernes 2 de Junio 2017, en la tradicional cena de hermandad de ‘Cuñas y Rampas’ en el Almacén de Tronos, donde los jóvenes estuvieron en la barra sirviendo bebidas y lo que se recaudó fue entregado a la fundación Marraja como ayuda.

Desde el viernes 20 de Octubre al 22 de Octubre 2017, se organizó la IX Feria de Recursos y Servicios de Mayores y Personas con Discapacidad (FEMADIS 17), en la que se colaboró la Fundación Marraja teniendo abierto al público un stand.

Domingo 11 de Junio 2017, X Campeonato de Kayak-Polo, organizado por los Jóvenes Californios, con la participación de un grupo de Jóvenes Marrajos.

Desde el viernes 27 de Octubre al 29 de Octubre 2017, V Encuentro Nacional de Jóvenes de Cofradías y Hermandades 2017 en Córdoba. Desde Cartagena salieron dos autobuses llenos, representando a la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cartagena.

Domingo 18 de Junio 2017, celebración del Corpus Cristi en la que los jóvenes de las Cofradías (Marraja, California y Resucitado), realizaron por primera vez una alfombra de sal de colores en plaza San Francisco. Por la tarde ayudaron en la organización de la llegada de los niños de Primera Comunión a la Basílica de la Caridad.

Viernes 10 de Noviembre 2017, Procesión de la Virgen del Rosell. Los jóvenes estuvieron organizando las sillas en la Iglesia de Sta. María de Gracia, entregando velas a los asistentes a la procesión y de alumbrantes en la procesión. Sábado 11 de Noviembre 2017, Sábado Marra es una actividad que llevan a cabo un grupo de jóvenes con la intención de ir familiarizando a los pequeños y jóvenes con la Cofradía, realizando actividades de entretenimiento para ellos. Jueves 23 de Noviembre 2017, visita a las personas mayores de la Casa-Hogar perteneciente a la Fundación Marraja. Una vez por semana se les visita. Sábado 25 de Noviembre 2017, I Jornada de Recogida de alimentos para la Campaña de Navidad 2017 que organiza la Cofradía Marraja por supermercados de la ciudad.

Grupo jóvenes en el V Encuentro de Córdoba

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Viernes 1 de Diciembre 2017, visita al Almacén de Tronos de la Cofradía Marraja. Actividad que da a conocer como se guarda el trono de su agru-


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Miércoles 7 de Febrero 2018, ‘Tertulias Marrajas’ coordinadas por el joven marrajo D. Javier Pérez Bódalo. En esta primera ocasión el tema que se ha tratado es ‘Verónica y Descendimiento; una historia en común’.

Domingo 3 de Diciembre 2017, II Subida al Monte Calvario. Actividad que se realiza en conjunto con todos los jóvenes de las cuatro cofradías. El Párroco de la Parroquia de Santiago Apóstol de Santa Lucía ofició una misa en la Ermita de la Virgen de la Soledad del Calvario, donde encendimos la primera vela Adviento. Sábado 9 de Diciembre 2017, II Jornada de Recogida de alimentos para la Campaña de Navidad 2017. Al igual que la anterior, los jóvenes estuvieron repartidos por los supermercados que colaboran con esta iniciativa solidaria. Sábado 16 de Diciembre 2017, Sábado Marra – Especial Navidad. En esta ocasión los niños y no tan niños tuvieron la oportunidad de poder entregar sus cartas a SS. MM. los Reyes Magos de Oriente. Al mismo tiempo se hacia la III Jornada de Recogida de alimentos para la Campaña de Navidad 2017, en la que se recogieron 14.500 kg de alimentos para los más necesitados. Por la noche celebraron una cena de hermandad donde estuvo el Hermano Mayor de la Cofradía D. Francisco Pagán Martín-Portugués. Sábado 30 de Diciembre 2017, Campeonato Solidario de Futbol Sala, para la Campaña de recogida de juguetes

Sábado 10 de Febrero 2018, un nuevo evento de los Sábados Marra donde los jóvenes que lo realizan, estarán con los pequeños en las actividades que son para ellos en la mañana del sábado.

Cartel Sábado Marra

2017, formaron nueve equipos y una gran avalancha de juguetes (300), tanto de los jugadores como del público y donaciones de empresas. Campeonato ganado por la agrupación de los Soldados Romanos. Sábado 27 de Enero 2018, Sábado Marra que en donde segunda parte en la que se entregaron los premios al II Concursos de Belenes Nazarenos. Sábado 3 de Febrero 2018, VIII Encuentro Diocesano de Jóvenes Cofrades de la Diócesis de Cartagena, celebrado en Jumilla. Al finalizar se dirigieron a la Ermita de San Agustín para celebrar una Eucaristía oficiada por el Obispo de la Diócesis de Cartagena D. José Manuel Lorca Planes.

Domingo 11 de Febrero 2018, Marchamarra es una actividad donde puede participar toda la familia, consistente en hacer un recorrido por las calles de nuestra ciudad, partiendo del Callejón de Bretau y enseñando a los más pequeños valores de convivencia y haciendo cofradía entre todos.

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pación y todos los enseres que salen en procesión, que trabajos se realizan allí. Todo ello explicado magistralmente por el hermano y Comisario de Iglesia D. José Luis Juan Cánovas.

Estas son las actividades que se han realizado hasta la presentación de esta crónica. Muchas otras como la Vigilia de Juventud o el Pregón a Jesús Nazareno, quien este año lo ha realizado, de manera magistral, el joven Antonio Ferrer Giménez.

D. Rafael Hernández Baillo, Vocal Comisión de Juventud Cofradía Marraja

VIII Encuentro de Jóvenes Jumilla 2018

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Vivencias de una Joven Cofrade La Semana Santa y sus procesiones constituyen, sin lugar a dudas, uno de los mayores tesoros con los que cuenta Cartagena. No en vano, se trata de la más antigua y castiza de sus tradiciones y la que concentra un mayor número de visitantes, despertando el interés más allá de lo meramente local, regional e incluso, nacional. Desde que tengo uso de razón, la Semana Santa siempre ha estado presente en mi vida y a día de hoy, constituye un pilar fundamental en la misma. Gracias a ella, he tenido la suerte de conocer a gente maravillosa, de hacer nuevos amigos, jóvenes y no tan jóvenes y de tratar con mayores a los que admirar por su trayectoria en Cofradía y de los que aprender, para ir tomando el testigo cuando se haga necesario. En mi caso, la tradición familiar marcaba escoger el camino encarnado. Mi bisabuelo y abuelo eran californios hasta la médula, pero mi padre, llamado por una profunda devoción a NP Jesús de Medinaceli, decidió desvincularse y tomar la senda morada. Veneración, fe y sentimiento marrajo, que ha sabido transmitirme a la perfección desde que yo era pequeñita, con la misma ilusión e intensidad con que él lo ha vivido siempre. Esa misma ilusión con la que se enfrentó, el pasado año, a su mayor reto en el ámbito cofrade: pregonar las procesiones de nuestra ciudad. No era tarea fácil, pero supo plasmar a la perfección ese sentimiento de profundo cariño y respeto que siente hacia Cartagena, su Semana Santa y sus cuatro Cofradías, sin distinción de colores. Gracias, papá, por ese magnífico Pregón con el que nos deleitaste, por ser mi guía y por saber contagiarme ese amor hacia esta bendita tradición. Mi pequeña familia marraja es la Agrupación de los Estudiantes (Cristo de Medinaceli y Santas Mujeres). En el seno de ésta, he crecido como cofrade y a día de hoy, puedo presumir con orgullo de ser una más de ellos. Las reuniones de nuestra Junta Directiva a lo largo de todo el curso, la ilusión por sacar adelante nuevos proyectos y alcanzar nuevas metas y el trabajo que, mano a mano y con constancia, aportamos entre todos, es lo que llena y satisface a fin de cuentas. Cuando las notas del Gaudeamus Igitur empiezan a sonar, todos sabemos que ya no hay vuelta a atrás. Un ir y venir de hachotes, varas y banderines agita el ambiente instantes antes de que dé comienzo la procesión y el incienso, portado por los monaguillos, impregna con su característico aroma el vestíbulo de la Universidad Politécnica, desde donde partimos en la noche más mágica y castiza de la Semana Santa cartagenera. Comenzamos a marcar el paso, acompasado con cada redoble de tambor y ya salimos... Es la noche del Encuentro. Idéntica estampa revivo cada Sábado Santo cuando, desde el antiguo edificio de La Milagrosa, hoy sede del Rectorado de la UPCT, la Santísima Virgen de la Soledad de los Estu-

diantes, María Magdalena y María de Cleofás, se unen al cortejo procesional, de riguroso luto, mecidas con dulzura por sus damas portapasos. Idénticos nervios instantes antes de que empiece a sonar el tambor. Encendido de velas en trono y hachotes, distribución de enseres entre los penitentes... Idénticos deseos de que la procesión transcurra impoluta a lo largo de su marcha por las calles de nuestra ciudad. Y es que, como cofrades, tenemos la enorme responsabilidad de sacar a la calle nuestras procesiones y mostrar al pueblo de Cartagena y a los innumerables visitantes que acuden a disfrutarlas, el riquísimo patrimonio del que disponemos. Nuestra Semana Grande… diez intensos días en los que iluminar las calles de la trimilenaria con la luz de los hachotes, perfumarlas con el aroma a flor de nuestros fastuosos tronos y deleitar los oídos de los embobados espectadores con el sonido de tambores. Los penitentes, meciendo al viento sus capas con preciosos bordados y marcando ese paso tan característicamente nuestro, acompasado al son de cada redoble. Orden perfecto, marcialidad y absoluto silencio, características que contrastan con la alegría y espontaneidad de los más pequeños de nuestras cofradías, quienes vistiendo su hábito de nazareno, disfrutan entregando postales y caramelos a los espectadores de nuestros desfiles. La SALVE, el broche de oro a cada procesión, ese canto popular cartagenero que emana desde lo más profundo de nuestro ser y que nos une íntimamente con nuestra Madre. Creo que no me equivoco afirmando que nadie que la haya presenciado alguna vez, ya sea cartagenero de nacimiento o de adopción e incluso hasta el no creyente, puede evitar estremecerse durante la apoteósica y vibrante entrada de las Vírgenes en el templo de Santa María de Gracia. Cartagena presenta durante su Semana Grande un ambiente de fe y pasión por los cuatro costados que se contagia a todo aquel que nos visita, sintiéndose también partícipe de ese fervor y entrega. Pero no debemos olvidarnos de algo primordial, que está por encima de todo y de todos. No debemos olvidarle a ÉL. Jesucristo es quien verdaderamente da sentido a la Semana Santa, que, representando su Pasión, Muerte y Resurrección, ha de convertirse en una verdadera catequesis y procesión de fe. La fe en Cristo. Y esto, en definitiva, es lo que debemos tratar de transmitir todos cuantos participamos en ella. Nuestra predisposición debe ser siempre mirar hacia adelante, hacia el futuro, pero aprendiendo del pasado. Así lo manifestó recientemente Su Santidad el Papa Francisco, en un mensaje dedicado a los jóvenes del mundo con motivo de la XXII Jornada Mundial de la Juventud (abril 2017): “Lo que deseo es que vosotros, jóvenes, caminéis no sólo haciendo memoria del pasado, sino también con valentía en el presente y esperanza en el futuro. Con sobrada razón, aspiráis a «emprender el

vuelo», lleváis en vuestro corazón muchos sueños, pero tenéis necesidad de la sabiduría y de la visión de los mayores. Mientras abrís vuestras alas al viento, es indispensable que descubráis vuestras raíces y que toméis el testigo de las personas que os han precedido. Para construir un futuro que tenga sentido, es necesario conocer los acontecimientos pasados y tomar posición frente a ellos”. Estas hermosas palabras del Santo Padre, muy bien pueden extrapolarse al ámbito cofrade. Los jóvenes nos vamos abriendo paso poco a poco en el seno de nuestras Cofradías y Agrupaciones, demandando cada vez más responsabilidad. Nos sentimos comprometidos con cada tarea que nos encomiendan y trabajamos con enorme ilusión e incansable dedicación por sacarla adelante. Sabemos que solo es el principio, que el camino será largo y en ocasiones, difícil, pero queremos formar parte y aportar nuestro granito de arena en esta maravillosa tradición forjada por aquellos que nos preceden. Alguien dijo alguna vez que “los jóvenes, aparte de ser queridos, deben sentir que se les quiere” y esta es una premisa que se cumple. Nos hallamos plenamente integrados en nuestras respectivas Cofradías y sentimos que se nos escucha, que cuentan con nosotros. Y al hilo de esto, no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer la confianza depositada en mí hace escasos dos años, cuando fui designada para pronunciar la Ofrenda ante nuestra Patrona, la Virgencica de la Caridad, durante la tarde del Miércoles de Ceniza, con motivo del inicio de la Cuaresma. Me permitisteis poner voz a todos cuantos se congregaron aquel día en su Basílica y sobre todo, expresar, desde una perspectiva joven, la emoción que embarga en esa tarde a todo procesionista cartagenero. Aquel 10 de febrero de 2016 es una fecha que jamás olvidaré. Gracias por apostar siempre por la juventud. Gracias de corazón. Y no quisiera finalizar mi intervención en esta estupenda revista, sin dejar de resaltar la participación de la mujer en el seno de la Semana Santa cartagenera, cada vez más patente, desarrollando un papel fundamental, activo y eficaz en el seno de la misma. Un trabajo y una dedicación que son reconocidos, no solo por los propios cofrades, sino por todos los cartageneros y cuantos nos visitan. Ya sea como nazarena, manola, portapaso o penitente o desempeñando cargos de responsabilidad en el seno de nuestras Cofradías y Agrupaciones, la mujer se halla plenamente integrada en éstas. Y es que, todas y cada una de nosotras somos mujeres que, a ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, nuestra Madre, tratamos de seguir enriqueciendo, con valentía y humildad, la tradición más bonita con que cuenta esta bendita tierra de Cartagena: su Semana Santa. Rocío Fernández Siljeström

Coordinadores de la Cofradía Marraja: Alfonso Pagán Pérez, Pedro María Ferrández García


Trono de la Virgen de la Soledad de los Pobres. Procesión del Sábado Santo Fotografía de Moisés Ruiz


Semana Santa 2018 Cartagena

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Historia de la constitución de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado El Viernes Santo terminaba la Semana Santa. Esa fue la situación hasta el comienzo de la década de los años 40, del pasado siglo XX. Ante la necesidad de concluir la semana de pasión en las procesiones cartageneras con las imágenes correspondientes a la representación iconográfica de la Resurrección de Jesucristo, el 18 de abril de 1940 quedó constituida una agrupación en el seno de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marrajos) bajo la titularidad de Jesús Resucitado. Según consta en los archivos de esta hermandad morada, tenía el objetivo de “organizar la procesión de Jesús Resucitado el Domingo de Resurrección”, de modo que tenía que afrontar los gastos correspondientes al vestuario de nazarenos y penitentes y a los de la imagen.

cabo su proyecto, ya fuera con la colaboración de la Cofradía a la que pertenecían, o sin ella. En aquel documento aparecían, como temas prioritarios, la adquisición de una imagen y la confección del estandarte, del que se señalaba: “pintado al óleo sobre raso azul celeste, festoneado con cordón de oro, de plata o de seda… según disponibilidades económicas”.

Los archivos de la Cofradía Marraja hacen referencia al “Reglamento, objeto y fines de la Agrupación de Jesús Resucitado”, por lo que bien señalado queda que este nuevo grupo se gesta y se instaura dentro de la cofradía hermana. De este modo, la agrupación quedó formada por hermanos de dos tipos: protectores y penitentes, que aceptaban el compromiso de abonar la cuota mensual de una peseta. La primera junta directiva estuvo constituida por presiente, vicepresidente, secretario, tesorero, guardalmacén y seis vocales más. Por supuesto, como era común en la época, descartando la presencia femenina en el tercio, por lo que debían acceder a la iglesia, el día de la procesión, con la cara descubierta. Aunque había mucha ilusión y muchas ganas, la difícil situación de la postguerra hizo que este proyecto quedara en segundo plano. Fue en 1942 cuando se confeccionó el “Proyecto de Adquisiciones y Plan General de la procesión del Resucitado para el año 1943”, lo que constata que aquellos procesionistas entusiasmados estaban completamente decididos a llevar a 78

La imagen del Resucitado se encargó con rapidez y premura al escultor murciano Juan González Moreno, pero primero aquella aún marraja agrupación, buscó entre varios escultores y talleres de escultura quién pudiera hacerlo, para lo que solicitó distintos presupuestos. Valladolid, Valencia y Murcia fueron los lugares de procedencia de estos artistas. González Moreno llegó a presentar dos presupuestos, uno de un grupo escultórico en un solo bloque, que era su idea inicial, y otro un grupo con imágenes por separado. Finalmente el encargo hizo que cambiara a una representación de Cristo en una nube triunfante sobre la muerte,


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con una cruz gloriosa, en una difícil combinación de fuerza y expresividad, tal y como se puede encontrar en los manuscritos del propio escultor. Lo cierto es que hoy podemos encontrarlo en posición de ascensión, con una expresión de fuerza y victoria que hablan por sí solas.

Procesión en primera salida por plaza de Risueño.

Por otra parte, se pidió al pintor Vicente Ros la elaboración del sudario, siendo este trabajo una acertada expresión profundamente teológica. Del centro, gracias a la sabia combinación de colores, parece querer desprenderse el Hijo del Hombre. En su parte superior, e inscrito en una especie de cinta, figura la inscripción “RESURREXIT” (Resucitó). Finalmente, y sin el visto bueno de todos los procesionistas, esta agrupación salió a la calle en la Semana Santa de 1943, el 25 de abril, con la intención de, cuentan los escritos, mostrar por las calles de Cartagena “alegría dentro de la religiosidad, para demostrar el júbilo de ese día”.

El estandarte del Cristo en procesión

Aquella primera salida se realizó en condiciones un tanto precarias, ya que al no poder confeccionar las túnicas, se aceptó el ofrecimiento de algunas agrupaciones marrajas, como fueron San Juan, la Agonía y el Descendimiento. Prestaron sus túnicas, blancas, que se diferenciaban unas de otras por el color de sus botonaduras: rojas, moradas o color jínjol. Siguieron así los criterios establecidos un año antes, aunque con algunos cambios: “tras el estandarte de raso blanco y azul con el emblema de la agrupación, formaban dos filas de penitentes con túnicas de lanilla blanca, capirote de raso blanco, cíngulo azul, zapatillas de charol con hebillas de plata y lazo azul y guantes de piel blanca”. Sobre los ‘hachotes’ a portar por cada penitente, los escritos relatan que “cada penitente transportaría en sus manos un banderín de raso blanco… puesto en una vara con una cruz labrada en bronce”.

Cristo Resucitado (primera salida) puerta Caridad

Fue, sin duda, una procesión que marcaría un antes y un después en la Semana Santa de Cartagena. Delante del único trono, pequeño y sencillo, que fue prestado por la parroquia del Inmaculado Corazón de María de Barrio Peral, iba una orquesta y un orfeón, y entre las filas de penitentes, “gran número de niños vestidos de monaguillos y de ángeles, con campanillas e incensarios”. Cerrando el cortejo, como era habitual entonces, “el clero y una representación de cofrades”. 79


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de Santa María de Gracia. Esta es reconocida como la fecha de fundación de la Cofradía, siendo elegido primer Hermano Mayor: José Antonio Pérez González.

Procesión Resucitado en primera salida por plaza de Risueño

En aquella primera procesión, el recorrido se inició desde Santa María de Gracia para girar a la derecha nada más salir y continuar por calle del Aire, plaza San Sebastián, Puerta de Murcia, calle Santa Florentina, San Fernando, plaza del Sevillano, Serreta, Caridad, plaza del Risueño, Duque, Cuatro Santos, Aire, Cañón, Subida de la Muralla, calle de las Monjas, plaza del Ayuntamiento, Mayor, plaza San Sebastián y vuelta de nuevo por calle del Aire para entrar a la iglesia. Las crónicas de la época recogieron que “las calles se llenaron de gente, que los balcones fueron engalanados profusamente, que fue constante el repiqueteo de campanas y el estallido de cohetes, y que sobre el Jesús Resucitado llovieron los pétalos de rosas”. Además, se recuerda de aquel día que, al llegar el cortejo ante el templo de la Virgen de la Caridad, “fueron abiertas de par en par sus puertas, y vuelto el trono hacia la imagen de la Patrona, los portapasos echaron pie a tierra”. Constitución de la Cofradía El 29 de diciembre de 1943, tras recibir la autorización del Obispo de Cartagena, Mons. Miguel de Santos Gomara, quedó constituida la nueva Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, con sede canónica en la iglesia arciprestal Penitentes y monaguillos en la primera procesión

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Pocos días después, el 4 de enero de 1944, un periódico local daba el anuncio, asegurando que “tenemos la seguridad de que la nueva cofradía, cuya procesión –dentro de la modestia natural de una cosa que empieza– pudimos apreciar el año pasado, habrá de conquistar el puesto que le corresponde dentro de nuestra incomparable Semana Santa, cuyos magníficos desfiles se verán incrementados con la nueva Cofradía, que nace con el año, y a la que auguramos una cordial y excelente acogida”. Poco después, en 1946, surgió la siguiente agrupación, la de la Santísima Virgen del Amor Hermoso; tras ella, un año más tarde, la de la Aparición de Jesús a María Magdalena; los Soldados Romanos en 1949, en 1957 la Aparición de Jesús a sus Discípulos en el Camino de Emaús y en 1963 la Aparición de Jesús a Santo Tomás. Con esas seis agrupaciones llegaron las bodas de plata de la Cofradía. En 1982 se fundaron las Agrupaciones del Santo Ángel de la Cruz Triunfante, Sepulcro Vacío, Aparición de Jesús a los Apóstoles en el Lago Tiberíades y San Juan Evangelista. Y, por último, en 1998, la del Santísimo Cristo de la Resurrección. Durante estos 75 años se han sucedidos los siguientes Hermanos Mayores: José Antonio Pérez González, Eduardo Cañabate Navarro, Joaquín Boj Segado, Ángel Lorente Gallurt, Benito Martínez Escolar, Tomás Martínez Pagán y, desde octubre de 2014, Bernardo Simó Barreto. El título de ‘Ilustre’ fue autorizado el 18 de julio de 1984 por el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. Javier Azagra, por “sus dilatados años de existencia y su contribución a la religiosidad popular y a las tradiciones pasionarias de la ciudad”. Tres años más tarde, el 14 de septiembre, fue aceptado el nombramiento de Hermano Mayor de Honor el entonces Príncipe de Asturias, adoptando la Cofradía el título de ‘Real’.


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Celebración de 75 años de trabajo procesionista La fachada de Santa María de Gracia luce, desde comienzos de año, un gran cartel que anuncia a todo el pueblo de Cartagena que la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado está celebrado, durante este 2018, el 75 aniversario de su fundación. 75 años desde la llegada de la imagen titular, desde su primera procesión y desde el nombramiento, por parte del obispado, del título de Cofradía, que acogerían los hermanos de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Resucitado que acababan de separarse de la Cofradía Marraja. Con todo detalle y tras meses de un gran trabajo de investigación, verá próximamente la luz un libro que recoge la historia completa de esta asociación católica de fieles. ‘La Cofradía de N. P. Jesús Resucitado de Cartagena. 75 años de historia’ es el título de esta obra del cartagenero Diego Ortiz Martínez. Imágenes, bordados y pintura ‘Iubilum’ es el nombre de una exposición que se ha organizado con motivo de esta efeméride. El júbilo, la alegría de un acontecimiento que engloba a miles de ‘resucitados’. El edificio Pedreño, de la Fundación CajaMurcia, ha acogido esta muestra que fue inaugurada el 8 de febrero del presente año. En ella se puede disfrutar de algunas de las piezas y documentos más importantes y destacables de la Cofradía del Domingo de Resurrección. Exposición que trata de rememorar la historia del Resucitado. En ella, como piezas centrales surgen la Santísima Virgen del Amor Hermoso, parte esencial de la Cofradía, y, como no podía ser de otra manera, la efigie de Nuestro Padre Jesús Resucitado. Situada en la primera planta donde también se encuentran, frente a él, la reproducción de los documentos fundacionales más antiguos de la Cofradía y también una

Cartel 75 Aniversario Fundacional Resucitado - 2018

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muestra de los actuales hachotes de las agrupaciones, las antiguas faldetas del trono de la Aparición de Jesús a Santo Tomás y lo que fueron los primeros vestuarios de los penitentes, tanto del titular como de la Virgen, que hasta que no cambiaron su forma de vestir, trataba únicamente de túnica y capuz con cíngulo y zapatillas, algo sencillo para la época. En el segundo piso del Palacio Pedreño, ‘Iubilum’ cuenta con una representación de las galas pintadas de la Virgen con las imágenes de las cuatro Vírgenes titulares de Cartagena y la patrona. En ese mismo espacio, se puede distinguir el paso de la pintura al bordado, se ve perfectamente en el recorrido que hace la exposición desde las ya citadas pinturas de la Agrupación de la Santísima Virgen, así como de la Aparición a la Magdalena donde se pueden ver las cuatro apariciones que se representan en la procesión del domingo.

Podemos continuar el hilo del bordado hasta la imagen de la Madre del Resucitado, que porta la túnica de la coronación. Asimismo, se pueden ver las dos túnicas de la imagen de San Juan Evangelista, una de Balbino de la Cerra y la otra de Salvador de la Cerra (hijo del primero). Y para terminar, el primer manto de la Virgen del Amor Hermoso, de estilo mallorquín. Liturgia cofrade Otro de los actos extraordinarios con motivo de esta efeméride es un triduo en honor al titular de la Cofradía, Nuestro Padre Jesús Resucitado, con la proclamación del tercer Pregón de Juventud, que da inicio a la semana de actos litúrgicos y culturales, y de un Pregón con motivo del 75 aniversario. Ambos, en los días previos al Resurrexit, que culmina este triduo. Tras esto, los distintos actos que organizan las agrupaciones que forman la Cofradía: presentaciones de revistas, misas, cenas y comidas de hermandad; así como el Cabildo de las Monas, la Cruz de Mayo, la Noche de los Museos y, como clausura y acción de gracias por los 75 años de la Cofradía, el 29 de diciembre de 2018, coincidiendo con el día de su aprobación por parte del entonces Obispo de la Diócesis de Cartagena, tendrá lugar una Eucaristía en la iglesia de Santa María de Gracia, sede canónica del Resucitado. Presencia entre los penitentes Tras más de un año de trabajo, la Cofradía del Resucitado sacará a la calle, este Domingo de Resurrección, un nuevo grupo de penitentes que darán inicio a la procesión blanca. Ataviados con trajes similares a los de 1945 (túnica blanca y capuz azul, ya que en el 43, cuando aún era una agrupación marraja, desfilaron con capuz y túnica blanca), saldrán a la calle precedidos por una réplica del sudario fundacional, obra de Vicente Ros (que aunque está sin catalogar, muchos expertos aseguran que se trata de una de las obras cumbres del autor, así como de uno de los pocos elementos modernistas que conserva la Cofradía, en cuanto a confección estética se refiere).

Aquí se encuentra un espacio importante dedicado a los sudarios de la Cofradía, en el que aparece la réplica del primer sudario fundacional (que se encuentra actualmente en proceso de restauración), el de la Aparición de Jesús a María Magdalena y el de la Virgen del Amor Hermoso, todos ellos pintados y que forman parte del inicio de la procesión del Domingo de Resurrección. Estos tres sudarios continúan el diseño de Miguel Fernández Rochera que fue primer Mayordomo de Arte y es considerado como el ideólogo de los diseños de la Cofradía. También en esa planta está el primer sudario bordado, que fue diseñado por Balbino de la Cerra y cosido por Anita Vivancos. 82

El estandarte abrirá la procesión el 1 de abril, junto a un tercio-representación de penitentes veteranos portando el banderín fundacional que aún se conserva, de 1943, bordado en seda; cruz guía. El sudario original no puede ser utilizado para esta u otra salida, pues su pintura se constituyó sobre materiales pobres, que con el paso de los años se han estropeado; por ello el gabinete de conservación de la Comunidad Autónoma y otras empresas expertas en textiles han aconsejado que no se use, sino que sea conservado como pieza histórica y patrimonial. Es por ello que este año saldrá un ejemplar copiado, pintado por Pedro Giménez. Todos estos actos conmemorativos han sido organizados por una comisión creada ex profeso, compuesta por los Mayordomos de Arte, Comunicación, Relaciones con las Agrupaciones, Culto, Iglesia, Guardalmacén, Cronista y Contador; así como el Hermano Mayor, el secretario y tesorero, junto a otros hermanos colaboradores.


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La juventud cada día se encuentra más involucrada en las Cofradías de Semana Santa, lo vemos en todos, o casi todos, los ámbitos de las mismas. Los jóvenes son parte fundamental de las hermandades pasionarias, no sólo a la hora de trabajar, de arrimar el hombro o de hacer el trabajo que los mayores ya no pueden (o no quieren) hacer. No sólo eso, sino que su voz es escuchada, tomada en cuenta como parte del trabajo presente y futuro. Entre las distintas actividades que realizan nos encontramos con los pregones de juventud. El Jesús Nazareno, la Cofradía California y, desde el pasado 2016, también el Resucitado. Pedro Giménez inició estas exaltaciones a nuestro titular el 17 de febrero de dicho año. “Señor Resucitado, tu sabes cuánto interés tengo en darte a conocer, Tú que conoces mis inseguridades, Tú qué sabes cuándo me canso, cuándo me quejo, o cuándo me rindo. Realiza junto a mí esta tarea, pon en mi boca la mejor palabra, quiero transmitir este mensaje, contagiar tu amor y animar a seguirte, ser buen profeta tuyo. Haz de mí alguien justo, misericordioso y valiente para denunciar lo que no está bien y dispuesto a alentar todo lo bueno”.

En su exaltación, este joven hizo un repaso por su Cofradía, a la que le une un gran sentimiento de pertenencia y un gran amor por su significado religioso. “Quien fuera verdad anunciada, de gran azul y blanco que siga fiel la figura del Cristo Resucitado. Cantad campanas al vuelo, seamos todos hermanos y recemos juntos, que Cristo ha resucitado. Porque tenemos la suerte de la salvación del cristiano y en la causa de nuestra alegría por siempre resucitado,

por eso tiene su cara, una sonrisa en sus labios, porque así nos da la vida y el perdón de los pecados, porque ya no tiene pena, porque está a nuestro lado, siendo así ese domingo del Señor Resucitado, enfrentado al desamparo, de la soledad más hermosa, del que se pones en sus manos, porque Él es todo amor, porque Él es todo humano. Manteniendo siempre viva la llama de un Dios sacramentado, que baja todos los años de los cielos a la tierra, y este puerto elige para que toda la humanidad crea y se enorgullezca de ser cristiano, cuando se encuentre un nuevo Domingo ante Cristo Resucitado”. Pedro Giménez habló de la Semana Santa cartagenera como “extensa, poliédrica y multicolor”, destacando que “hay tantas Semanas Santas, y formas de percibirla, como procesionistas”. “Hoy siento la responsabilidad de reivindicar a una juventud a la que admiro. La generación de los cofrades de los noventa, bueno y de los ochenta, que está llamando a la puerta. Hoy quiero ser defensor de unos jóvenes que pisan fuerte y con argumentos, no desde una verborrea fútil y protestona. No se limitan a reivindicar su rol en agrupaciones, sino que demuestran que están capacitados para ello. Muchos ya asumen papeles relevantes, auspiciados por quienes saben abrir las ventanas para que corra aire fresco”. “Sintonizo con sus frustraciones, me alineo con sus triunfos, pues son las victorias de la juventud pujante. Me enriquezco con sus experiencias, pues somos maestros en el arte de compartir. Cada uno tiene su propia visión de su generación; de sus luces y sus sombras. Sería irresponsable subir a este atril para dibujar un panorama idílico. Su defensa está preparada, pero también el arsenal quirúrgico para intervenir a corazón abierto”. Una declaración de intenciones de un joven que defiende a los jóvenes cofrades. Sin duda, el camino que iniciaba este devoto de la Agrupación Aparición de Jesús a María Magdalena lo continuaba, el pasado 2017, una fiel amante de

nuestra Madre blanca, la Virgen del Amor Hermoso. El altar mayor de la iglesia de Santa María de Gracia acogió, el segundo jueves de Cuaresma, el II Pregón de Juventud de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, a cargo de Dulce Ruiz Sánchez.

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Una cofradía joven llena de juventud

Su pregón comenzó haciendo un recorrido por la ciudad de Cartagena y hablando de su fe y de su fuerte convicción religiosa. “Cartagena, con su Semana Santa, tiene a su alcance la mejor catequesis posible, y en sus jóvenes los mejores paladines, porque si bien es verdad, que el pueblo Cartagenero se vuelca con su Semana Santa, pocas son las personas realmente conscientes de que por encima de la atracción turística y de la fiesta, el carácter de esta semana de pasión es totalmente religioso. Nuestra cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, es la pregonera del mensaje más esperanzador y hermoso de la Semana Santa, discúlpenme el resto de cofradías hermanas, pero el triunfo de la vida sobre la muerte bien merece, a mi parecer, esta consideración. Tenemos la oportunidad de, mediante el fervor que levanta en el pueblo cartagenero las imágenes que procesionamos, ser el ejemplo vivo de lo que ser cofrade significa”, proclamaba Dulce, puntualizando que el carácter de estos desfiles pasionarios 83


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son totalmente religiosos. “Vivir la fe cristiana sin olvidar el festejo”. Animaba a los cofrades a trabajar en equipo para así hacer fuerte la Semana Santa de Cartagena. “Proyectemos compañerismo en vez de individualismo, comprensión en vez de cerrazón y amor en vez de odio”. “Y a los jóvenes hermanos les animo a que con nuestra savia nueva seamos, pues, ese ejemplo de unidad y de fraternidad que muchos necesitan para acercarse a lo que de verdad significa la semana grande cartagenera. Aboguemos por la cohesión y el respeto, por la tolerancia y el trabajo en equipo, no solo en nuestra cofradía, también con el resto de hermanos californios, marrajos y del Socorro. Hagámonos fuertes aferrándonos a estos valores que proyectarán en la región y fuera de ella, la unidad necesaria para hacer frente a las vicisitudes que ya se nos están presentando, y que sortearemos gracias a la disposición de unos jóvenes que solo pretendemos seguir confraternizando con los hermanos cofrades de la región, para poder seguir dándole a la Semana Santa cartagenera el lugar que le corresponde”. Sin duda, el pregón de esta joven procesionista emocionó a los presentes: “Es difícil expresar en palabras lo que el sentimiento manifiesta de una manera tan clara cuando despunta ese ansiado día de resurrección”. Su relato dejó

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huella en el corazón cofrade de los que la escucharon y de los que, meses después, leen sus palabras: “El escalofrío que recorre mi cuerpo con el primer redoble de tambor, la salida de la iglesia que el pueblo espera expectante, la entrañable salve que Cartagena entona a las puertas de la casa de nuestra patrona, y como no, la multitudinaria despedida que el pueblo cartagenero le ofrece a nuestra amada Madre a las puertas de Santa María”. Juventud entre imágenes Junto al Pregón de Juventud, la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado ha instituido otro acontecimiento que desde un comienzo ha sido organizado por jóvenes: la Noche de los Museos. Sumándose a la avalancha de actividades que la ciudad de Cartagena acoge esa noche, la hermandad blanca muestra parte de su patrimonio y de su historia a todos los ciudadanos que quieran acercarse hasta la iglesia de Santa María de Gracia y, en especial, a la capilla del Resucitado. ‘Madera de Resurrección’ fue el nombre bajo el que se organizó esta actividad, en la que se volcó la juventud de la Cofradía, para realizar trabajo de preparación, montaje y desmontaje, así como para actuar como voluntarios y guías durante la misma Noche de los Museos. Ese 16 de mayo de 2015 pudo disfrutarse de distintos grupos escultóricos que procesionan el

Domingo de Resurrección, y que surgieron de las manos del imaginero Federico Coullaut-Valera, autor de gran parte del patrimonio del Resucitado. Emaús, Santo Tomás y la Aparición a María Magdalena pudieron disfrutarse de cerca. Una gran exposición que puso en alza el valor de nuestra joven cofradía. El 21 de mayo de 2016 una amplia representación del vestuario procesionil del Domingo de Resurrección inundó Santa María de Gracia. Bajo el lema ‘Vía Lucis’ se pudo disfrutar de una muestra que recogía, a modo de un via crucis glorioso, los trajes que cada una de las agrupaciones del Resucitado, terminando en la capilla, donde estaban, a ras de suelo, las imágenes de Nuestro Padre Jesús Resucitado, Santísima Virgen del Amor Hermoso y San Juan Evangelista. Una oportunidad para orar y disfrutar de la Semana Santa fuera del tiempo de Cuaresma. El bordado fue el tema central de la exposición que la Cofradía del Resucitado organizó para la Noche de los Museos de 2017. ‘Puntadas de Pasión’, un título que recogía algunas de las piezas más llamativas de esta hermandad, que pudieron verse muy de cerca. Bordados en oro, en hilo, en seda… El manto de la Virgen, sudarios, banderines… Piezas dignas de un museo y que los jóvenes ha sabido rescatar de los almacenes de tronos para mostrar, aunque tan sólo una noche al año, a la ciudad de Cartagena.


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El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. (Jn 20, 1-9)

El pueblo judío mantenía entre sus tradiciones que el sábado, el día en que ellos adoran a Dios, es el séptimo día de la semana, por lo que el domingo era considerado el primero. Por ello, en los textos evangélicos podemos encontrar expresiones como la de este extracto del Evangelio de Juan, en el que señala que fue el primer día de la semana en el que María Magdalena vio la losa del sepulcro quitada por la resurrección de Cristo.

herramientas que los procesionistas cartageneros tenemos en nuestras manos: luz, flor y orden. Tres pilares básicos que llenan de esplendor las calles de la trimilenaria durante 10 días. En la mañana del último día, el primero de la semana, los ‘resucitados’ desfilan llenando de color el centro de Cartagena.

El domingo ha sido, desde el principio, el día en que los cristianos adoran a Dios, llamado el “Día del Señor” (Apocalipsis 1, 10).

La luz de nuestra procesión la pone el sol brillante y vibrante, que nos acompaña en el día más luminoso y alegre del año, el que da sentido al resto de desfiles pasionarios, al resto de cofradías y al resto de actos procesioniles.

El Domingo de Resurrección, los cofrades del Jesús Resucitado sacamos, como mejor sabemos, con todas las

A las 10:30 horas se abren las puertas de la iglesia de Santa María de Gracia, para anunciar a todos que Cristo

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El anuncio de la Resurrección en las calles de Cartagena

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ha Resucitado, con una marcha que a todos emociona: la Marcha Triunfal, junto al redoble del tambor, que todos, penitentes y portapasos, seguirán acompasados. Al bajar la rampa, girando a la derecha, continúa la procesión por calle Jara, Campos, San Francisco, Plaza de San Ginés, Duque, Risueño, Caridad, Serreta, López Pinto, Parque, Santa Florentina, Carmen, San Roque, Sagasta, Puerta de Murcia, San Sebastián, Mayor, Cañón, Aire y, de nuevo, Santa María de Gracia. El Mayordomo de Guiones de la Cofradía es el primero en pisar el dintel de la puerta de la iglesia. Encargado del ritmo de la procesión, marca las paradas y arranques durante el recorrido, y guarda que en todo momento se mantenga el horario establecido. Tercios que anuncian la resurrección Este año, con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, abrirá la procesión la Escuadra de Bastidores, y detrás, cruz guía, que será seguida por una reproducción del sudario fundacional y un grupo de penitentes con vestuario como el de la época (túnica blanca y capuz azul).

El color celeste continúa tras ellos, pues el tercio de la Agrupación del Santo Ángel de la Cruz Triunfante también lo luce en capa, capuz y cíngulo. Este tercio infantil, filial de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Resucitado, titular de la Cofradía, lleva siguiendo el paso del tambor a los más jóvenes penitentes de la Semana Santa de Cartagena, que cubriendo sus rostros, se atreven a desfilar en la calurosa mañana del Domingo de Resurrección. En sus vestuarios se introduce el blanco, color del Resucitado, en las túnicas. Tras el tercio, el trono -portado a hombros por jóvenes portapasos- con la imagen del un ángel que porta la cruz triunfante, la cruz sin Cristo, que ha resucitado, y cuyo símbolo pasa a ser un símbolo de amor y salvación. La muerte ha acabado. La cruz ha vencido. Jesucristo ha resucitado. Al tercer día resucitó, como lo dijo. Aleluya. Esas palabras, bordadas en cuatro galas, abren el desfile del siguiente grupo de penitentes, los del titular de la Cofradía: Nuestro Padre Jesús Resucitado. Con el blanco impoluto de la gloria, del que vence al pecado, del que da la salvación, desfila por las calles de Cartagena. La imagen de Juan González Moreno no deja indiferente a nadie. Su pose es un signo de triunfo, una muestra de ascensión, de que Cristo, ya resucitado, sube al Padre para esperar a su pueblo. Una imagen gloriosa y glorificada que es el centro del Domingo de Resurrección y la que da sentido a la Semana Santa.

Tras él, la escuadra de bastidores de la Agrupación de Escolta y Honores, ataviados con un traje uniforme, color azul celeste, originario de 1909. Distintos detalles en el vestuario rompen el riguroso azul, como son los cuellos y bocamangas de color blanco, así como las hombreras trenzadas en plateado. Un uniforme de gala con pantalón también azul con líneas blancas.

El azul vuelve a la procesión, con otra agrupación filial de la anterior, la del Santísimo Cristo de la Resurrección, compuesta en su totalidad por mujeres. Abre el desfile un grupo de trompetas heraldo, seguidas del sudario y dos filas de penitentes. Capuz de raso azul, igual que la túnica, con capa de raso blanco. Tras ellas, un grupo escultórico de Federico Collaut-Valera que desde 1949 hasta 1998 fue el trono titular de la Cofradía. 86


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Seguidamente, el tercio y trono del Sepulcro Vacío Mensaje del Ángel. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado». Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». (Mt 28, 1-10)

Colores de alegría El trono de la Alegoría del Ave Fénix, con su tercio juvenil, continúa el desfile procesionil, perteneciente a la Agrupación de la Aparición de Jesús a María Magdalena. A diferencia del resto de capirotes de esta procesión, aquí los veremos con banderines, en lugar de hachotes, como los llevaban en los años 40. Un grupo que suma más cantera de jóvenes para la Cofradía del Resucitado.

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Con el fin de completar la ambientación general de la procesión del Domingo de Resurrección, en los primeros años de vida de la cofradía se fundó la Agrupación que desfila en este lugar: los Soldados Romanos.

Sus trajes llevan los colores de su Agrupación, aunque en distinto orden: túnica y capuz de raso gris perla y capa de color amarillo oro. La Aparición a la Magdalena, sin embargo, lleva gris capa y capuz, y amarillo oro la túnica En su trono, un limonero, con limones naturales, acompaña las imágenes del escultor Collaut-Valera, que muestran, como si estuviéramos, hace 2.000 años, frente a la escena que cuenta el Evangelista Juan:

Así relata el Evangelio de Mateo el momento en que las mujeres (María Magdalena, María Salomé, María de Cleofás la madre de Santiago) se acercaron al sepulcro, temprano, el primer día de la semana, para perfumar el cuerpo de Cristo, para ungirlo con bálsamos y ungüentos. Pero no estaba allí. Asustadas escuchan el mensaje del ángel. Y así lo muestra esta Agrupación a toda la ciudad de Cartagena en la mañana del Domingo de Resurrección. Ante las imágenes, dos filas de penitentes vestidos con túnica y capuz de color blanco crudo, y capa color teja. Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”». María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto». (Jn 20, 11-18) Continuando el relato evangélico, continúa la procesión del Domingo de Resurrección, con la Agrupación de la Aparición de Jesús a los Discípulos en el camino de Emaús. Con capas y capuces de raso color hueso y túnicas verdes, cuentan por las calles cómo los discípulos “lo reconocieron al 87


Semana Santa 2018 Cartagena

COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS RESUCITADO

partir el pan”. Con imágenes también de Collaut-Valera, que muestra al Resucitado sentado a la mesa con dos de sus seguidores. Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?». Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?». Él les dijo: «¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. (Lc 24, 13-35)

dos, que su costado ha sido traspasado por nuestra salvación, es la mayor muestra de fe que los cofrades podemos mostrar al mundo. Esto es lo que hace la Agrupación de la Aparición de Jesús a Santo Tomás que procesiona a continuación. Los colores: crema y grosella, dan vida a este tercio que va seguido de dos imágenes (también de Federico Collaut-Valera) portadas por un grupo de más de 100 mujeres. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. (Jn 20, 19-31) Milagros en la calle La Agrupación de Jesús a los Apóstoles en el Lago Tiberíades lleva por las calles de Cartagena, en la mañana del Domingo de Resurrección, uno de los milagros de Cristo: la pesca en el mar de Galilea, cuando tras una noche entera sin recoger un solo pescado, les dice a los discípulos que echen la red a la derecha de la barca… Después de esto Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. (Jn 21, 1-14) Con túnica y capuz fucsia y capa de color blanco, el grupo de penitentes abre paso a un trono de gran tamaño, con un grupo escultórico obra de José Hernández Navarro.

La incredulidad de Santo Tomás es la de la sociedad actual. El mundo necesita ver y tocar para creer, aunque incluso así a veces es difícil que crean. Pero mostrar que Cristo ha muerto por to88


COFRADÍA DE NUESTRO COFRADÍAPADRE MARRAJA JESÚS RESUCITADO

Juan era natural de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, junto al que ejercía el oficio de pescador. Fue así, como Jesús los llamó a seguirle, mientras remendaban unas redes a la orilla del Tiberíades, y los llamó “hijos del trueno”. San Juan era el más joven de los doce y fue el único que no murió martirizado. Estuvo junto a Pedro y Santiago en el momento de la Transfiguración y en su agonía en el Huerto de

los Olivos. Y, como no podía ser de otra manera, lo dejó al cuidado de su madre, representando en él a toda la humanidad. Quizá por eso le sigue la Agrupación de la Santísima Virgen del Amor Hermoso, que lleva los colores de la resurrección y de María, el blanco y el azul. Su tercio está formado exclusivamente por mujeres, siendo la primera agrupación de la Semana Santa de Cartagena femenina. El trono lleva un palio color azul, que cubre la imagen de Juan González Moreno.

Semana Santa 2018 Cartagena

El blanco sigue siendo el hilo conductor en esta procesión, en esta ocasión presente en el capuz y la túnica de la Agrupación de San Juan Evangelista, que incorpora a su vestuario el color verde. En discípulo amado no podía faltar en esta procesión, pues fue el que acompañó a Jesús en todos los momentos de su vida y que seguirá a su lado hasta su último aliento.

A su llegada a la iglesia, tras finalizar la procesión, sale el hijo al encuentro de la madre. El trono de Nuestro Padre Jesús Resucitado vuelve a salir a la calle para ver a la Virgen del Amor Hermoso. Y, como en cada procesión, una multitud emocionada, en silencio, entona la última Salve Cartagenera de la Semana Santa, que despide a la madre de la Cofradía del Resucitado. Tras esto sólo podemos, seguir lo que Cristo nos pidió: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

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