Amador Moya
UN PROBLEMA GRAVE
Capítulo 2
El señor Alonso y García cerró la puerta de su casa tras de sí y respiró hondo. Aquella mañana se sentía especialmente bien. Acababa de mandarle un correo a la administradora que sabía que no le iba a gustar. Llevaba dos horas redactándolo y le había ocupado cinco páginas. Estaba satisfecho: había quedado perfecto. Con paso resuelto se dirigió a las escaleras para bajar a la calle, pero se paró de inmediato al recordar que era lunes. Con su vieja cartera colgando de su mano derecha, giró en redondo y se dirigió al ascensor para pulsar la tecla de llamada. Los lunes tocaba la revisión de la escalera, por lo que subía hasta el último piso y bajaba recorriendo toda su extensión para comprobar si se había cumplido con el 19