Amador Moya
LA REUNIÓN DÍA 27 DE AGOSTO DE 2018. LUNES. 20:30 H. La reunión empezó a torcerse desde el principio. No había forma de que la gente se callara y algunos se encontraban muy alterados; entre ellos, el señor Alonso. A Mariana le extrañó ver tan pocos vecinos, pero luego se dio cuenta de que los que estaban eran precisamente los alborotadores, los que habían pedido la reunión, y que el resto se habían inhibido. «Bueno, que sea lo que dios quiera», pensó. —Señores, si no se callan, doy la reunión por finalizada y nos vamos todos a casa —dijo Mariana gritando y, poco a poco, el silencio fue imperando. Cuando pudo hacer uso de la palabra, comenzó a explicar los motivos por los que le parecía que no era adecuado tomar una decisión sobre la continuidad de la administradora: «No, hasta que se aclare este embrollo. En estos momentos no hay nada en contra de ella. Si ha tenido algo que ver, yo misma convocaré la reunión de inmediato, os lo prometo», sus palabras apenas se podían escuchar entre el murmullo de la 7