Amador Moya
Capítulo 10
—¡Jua, Mamá! ¡Vaya movida! En El Barrio no se habla de otra cosa. Hasta Chani, que está en el pueblo, se ha enterado de lo del perro. —¿Chani? Pues sí que corren las noticias. ¿También hemos salido en el periódico? —En el de papel no lo sé, yo lo he visto en el digital y las redes están que echan humo. —Supongo que habrá muchos chistes y «memes», ¿no? —intervino Francisco en la conversación. Paco era un chaval de 18 años con la cabeza bien amueblada y con la inocencia irreverente propia de la edad. Tenía un concepto muy particular de la vida, formado a caballo entre la opinión de los amigos y lo que se transmitía en las redes sociales. Él sabía que su madre era policía, pero no la tomaba muy en serio porque veía que su vida no se parecía en nada a la de los «polis» que veía en Netflix y en las películas americanas. —Sí, todo el mundo se «descojona» con ese tema. —Ya puedes mantenerme informada de todo lo que se «guisa» por ahí. Te nombro investigador en las redes para este caso —bromeó Mariana. —Eso depende de lo que estés dispuesta a pagar. 93