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El agua y el parto Por: Natalia Méndez-Ruiz de Biegler Psicóloga clínica especializada en salud mental perinatal Doula certificada a nivel internacional Sub-coordinadora Red Mundial de Doulas en Guatemala International Certified Childbirth Educator, ICCE
En casi todas las culturas a lo largo de la historia, los seres humanos hemos utilizado el agua como una herramienta para liberar tensión, relajar los músculos y aliviar el dolor. ¿Quién no ha querido terminar un día difícil sumergida en una tina con agua calientita, velas y música relajante? El uso terapéutico del agua (hidroterapia) no es nada nuevo pero, en Guatemala, a pesar de todos los beneficios científicamente comprobados, se conoce poco sobre su uso específico en el parto -aún siendo éste uno de los momentos más intensos de la vida, a nivel físico y emocional.
Si no cuentas con una tina o piscina de parto, puedes utilizar la ducha de tu casa o del hospital y dejar caer el agua caliente sobre tu espalda, tu cuello, tus glúteos o tu vientre para aliviar las sensaciones y liberar tensión. El calor sobre los músculos ayuda a relajarlos; además, estar dentro del baño promueve la sensación de intimidad y privacidad tan necesaria para las mujeres durante el parto. Según mi experiencia como doula durante los últimos años, esta técnica de confort es bastante sencilla y altamente eficaz.
Es importante saber que puedes utilizar el agua de varias maneras, tanto durante el período de dilatación como durante el expulsivo (nacimiento), dependiendo del lugar que elijas para tu parto y del profesional que lo atienda. Diversos estudios han demostrado que el uso del agua tiene efectos importantes, tales como aumentar significativamente los niveles de endorfinas y oxitocina, mejorando el estado de ánimo y, por lo tanto, favoreciendo la actividad del útero y el progreso fisiológico del parto. Durante la dilatación, puedes sumergirte en agua caliente para relajar tus músculos y descansar. Puedes utilizar una tina limpia si la intención no es que el bebé nazca en el agua, sino solamente como una herramienta de alivio; es buena idea colocar velas y música relajante para crear un ambiente agradable y sentirte tranquila. La evidencia demuestra que es seguro hacer baños de submersión en una tina llena de agua limpia, incluso con ruptura espontánea de membranas, dentro de un margen no mayor de 24 horas, aunque siempre es recomendable consultar con tu médico o partera para evaluar tu caso particular. 12 .