El Mundo de Sophia 63

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EL MUNDO DE SOPHIA

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Contenidos Redes sociales 3 Editorial

4 Mozart, músico y masón Catalina Simonet

8 La medicina en el antiguo Egipto Javier Vilar

14 El placer de lo sencillo Borja Vilaseca

18 El lenguaje de la creación Mónica Gutierrez

23 Frases sobre La Paciencia 24 Libros para reflexionar:

«Redescubrir la Vida» de Anthony de Mello Fernando Celli

29 Libros y películas 30 Activismo con corazón Aina Tébar

34 Feng Shui para la Prosperidad Francisca Villena

36 La creatividad cotidiana y el ser creativo Gil Miró

40 Revisando el mito de Heracles, el héroe por excelencia Juan Marí

EL MUNDO DE SOPHIA 2022 Nº 63 DIRECTOR: Javier Vilar JEFA DE REDACCIÓN: Elvira Rey REDACCIÓN Y MAQUETACIÓN: Elvira Rey y Nacho Vilar Una publicación de Fundación Sophia c/ Jaime Ferrer 3. Palma de Mallorca (Baleares) www.fundacionsophia.com / Tel: 971 72 15 55 editorial@fundacionsophia.com www.mundosophia.com D.L. PM-2099-98 Los artículos firmados expresan única y exclusicamente la opinión de su autor. 2

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Editorial

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n nuestra revista Mundo de Sophia hemos recopilado artículos de diferente índole, reflexiones hechas por personas enamoradas del conocimiento y que necesitan compartir lo que para ellos es parte de la sabiduría, a la que todos tenemos derecho, al menos en una pequeña parte. Respondiendo a ese afán de conocer que todos tenemos, de profundizar en temas que aporten un poco de claridad, de esclarecer ideas erróneas; editamos nuestra revista, la cual, busca esencialmente conmover al lector por la belleza y la transparencia que aporta. Vivimos rodeados de naturaleza, pero qué pocas veces nos hemos parado a pensar en la razón por la que las flores lucen esas formas y no otras, cómo las galaxias y tantos elementos vivos mantienen unos patrones que se repiten de una manera sorprendente. Cuántas veces nos hemos conmovido escuchando la música de Mozart, pero ¿quién era este músico prodigio y cómo pudo componer estas conmovedoras obras maestras? ¿Conoceremos qué le motivaba a componer y qué ideales impregnaron sus notas de forma que quien lo escucha lo percibiera? Hoy en día conocemos historias de héroes de la antigüedad en base a películas o juegos inspirados en ellos. Acerquémonos a la fuente, conozcamos en primera persona el mito de Heracles, qué representa realmente y cómo interpretar su carga simbólica y humana. Cuántas veces hemos oído que la felicidad no se puede comprar. Entonces, ¿por qué hay tantas personas que actúan como si esto no fuera así? ¿Qué hemos olvidado para creer que todo es cuestión de dinero? Cuando tenemos todo lo que necesitamos para vivir, dar a los demás algo de nosotros, ¿sería corresponder con gratitud?

El hombre es creativo, pero esa creatividad es algo más que pintar un lienzo o esculpir una figura. Creatividad es imaginar, buscar soluciones originales; pensar de diferente forma que lo hacemos a diario. Por eso la creatividad no es rigidez, es flexibilidad, es mirar desde otro ángulo los problemas que se nos plantean. ¿Queremos realmente ser personas más creativas? A todos nos gusta ser activistas en algún aspecto de la sociedad para mejorar las cosas y las condiciones humanas. Es una necesidad de hacer algo para el bienestar de los otros. ¿Debería ser el activismo un compromiso interno de ayudar o quedarse solo en una actividad que hay que hacer porque «está de moda»? Respecto a la medicina que se practicaba en el antiguo Egipto, ¿sabemos algo? Puede que nos imaginemos algo parecido a la nuestra, o de la misma forma que admiramos lo que hoy queda en pie de esta misteriosa civilización, también nos tendría que sorprender y admirar su medicina entendida como un arte y quién sabe si mágica también. Y por último, un momento para volar sobre las páginas de un libro lleno de posibilidades para aprender a encontrar el sentido de nuestra vida. Es sencillo de explicar pero su aprendizaje puede llevarnos toda una vida. Espero que estos cortos retazos y en otros artículos que llenan nuestra revista, sean suficientes para invitarte a parar unos minutos y dejarte llevar y sorprender.

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Mozart, músico y masón

Catalina Simonet Profesora del CES y licencidada en Pedagogía Musical 4

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in duda, uno de los compositores que ha escrito su nombre en las páginas de la música clásica es Wolfgang Amadeus Mozart. Su obra permanece viva más allá de los siglos y su nombre es conocido hasta el punto que incluso se habla del «efecto Mozart», precisamente por los beneficios que proporciona su obra. Pero ¿quién fue el hombre que supo componer con tal maestría? ¿cuáles eran sus anhelos y motivaciones personales más allá del músico? Un ámbito revelador tiene que ver con su relación con la masonería. Y es que Amadeus fue un músico con inquietudes filosóficas e ideales de fraternidad. Mózart contaba con una buena biblioteca personal: Molière, Shakespeare, Platón, textos de ilustrados, entre otros. Comprender el contexto social y político que le tocó vivir es importante para entender su relación con el conocimiento. En 1777 surgió el movimiento Sturm (huracán, ardor), und Drang (impulso impetuoso) con artistas de la talla de Goehte o Schiller. Sus creadores fueron Rousseau y Diderot que impulsaron los aires de revelión que culminarían con la Revolución francesa y la independencia de EE.UU. Mozart, en consonancia con este espíritu, se comprometió a reivindicar la libertad de la existencia humana y favorecer el progreso de la cultura y la civilización. Vivimos en este mundo para esforzarnos en aprender siempre, para ilustrarnos los unos a los otros con el intercambio de ideas, y para aplicarnos a ir siempre más lejos y adelante en la ciencia y las artes. Mozart. 4 de septiembre de 1776.

A los 28 años ingresó en la logia de la Beneficencia en Viena y de este modo se comprometió con el ideal de libertad, igualdad y fraternidad que promulgaba la masonería. Al mismo tiempo, recibió formación filosófica y creó estrechos lazos de amistad con sus compañeros de la logia. Es curioso observar cómo, a partir de ese momento, su correspondencia con la masonería desaparece y sólo tenemos referencias de que perteneció a ella a través de la música que compuso para reuniones y ceremonias. Pero para poder entender qué significaba ser masón en la segunda mitad del s. XVIII, os dejo un breve apunte sobre la masonería: INTRODUCCIÓN A LA FRANCMASONERÍA EN EL SIGLO XVIII

La masonería exigía la más absoluta tolerancia religiosa, no tenía fines políticos y tampoco perseguía la reivindicación popular contra el Antiguo Régimen. En este movimiento regía la igualdad entre hermanos, todos ellos miembros de la nobleza o alta burguesía. Realizaban un trabajo filantrópico y humanista, estudiaban los misterios del pitagorismo, los misterios de Eleusis, el orfismo, alquimia y astrología medievales, entre otras materias. En realidad, la francmasonería no era un cuerpo homogéneo ni unificado. A finales del s. XVIII había dos corrientes: la corriente progresista se orientaba más hacia el futuro y se acomodaban al espíritu ilustrado. Eran más racionalistas y acogían con entusiasmo la Revolución francesa.

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Por otro lado, la corriente regresiva escrutaba el pasado, las tradiciones y los misterios iniciáticos para rescatar la sabiduría del pasado; y en política era antidemocrática, anticlerical y antiliberal. No creía en la razón ni en la ciencia experimental. La progresista dominaba las logias en Francia e inspiraría la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano: libertad, igualdad y fraternidad. En el resto de Europa estaban repartidas por igual las dos corrientes. Como ejemplo de la obra masónica hacemos mención a la última obra que escribió tan sólo veinte días antes de fallecer. La terminó el 15 de noviembre de 1791 y consiste en una Cantata en Do Mayor acompañada de un lied (canción lírica breve) que compuso con ocasión de la inauguración de un nuevo templo de la logia. La cantata supone la prolongación y final de su última ópera, La flauta mágica, auténtico legado de su obra con un claro simbolismo masónico y un mensaje de fraternidad universal a modo de despedida. La cantata representa a Pamino, el héroe protagonista de la ópera, que ya ha ingresado en el templo y se reúne con sus hermanos de la logia. Supone la victoria del hombre ante la proximidad de la muerte. 6

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Mozart, que se siente aludido, canta con entusiasmo expresando su alegría de vivir y su esperanza en un futuro más avanzado para la humanidad. Los textos son de su amigo Emmanuel Schikaneder, autor del libreto de La Flauta Mágica. Es dulce lo que siente el masón en este día de fiesta, que suelda una nueva y estrecha cadena fraternal; dulce, el pensamiento de que la humanidad ha ganado un sitio entre los hombres; dulce, el recuerdo del lugar donde cada corazón fraterno le afirma con tanta fuerza lo que era, lo que es, y en lo que se puede convertir… Hermanos, entregaos por completo a la felicidad que sentís; de esta forma no olvidaréis jamás que sois masones. Que la envidia, la codicia y la calumnia sean desterradas para siempre de nuestro corazón de masones, y que la concordia estreche el lazo que anuda un puro amor fraternal… Equilibremos cada pesada carga con el peso del amor; entonces recibiremos con dignidad la verdadera luz que viene de Oriente. Para obtener este preciado bien, que el trabajo comience con alegría. E igualmente, lo que ya está iniciado, prosigámoslo hoy de nuevo. Tenemos aquí nuestro corazón y nuestras palabras, acostumbrados a la virtud.


¡Entonces, el deseo ya realizado coronará nuestra esperanza! El final de la cantata hace referencia a su última logia, que es la de la Esperanza nuevamente coronada. Se trata de un lied, Elogio a la amistad, compuesto para clausurar la logia al acabar la reunión. Hermanos, enlacemos nuestras manos al terminar este trabajo con el sonoro fulgor de nuestra alegría. Y así como nuestra cadena rodea este lugar sagrado, que estreche a todo el globo terráqueo. Con nuestros alegres cantos demos gracias

al creador todopoderoso; la consagración se ha realizado; ¡debe terminar también el trabajo al que están consagrados nuestros corazones! Que venerar la virtud y la humanidad y aprender el amor a uno mismo y a los demás sea siempre nuestro primer deber. Entonces, y no solamente en Oriente y en Poniente, sino también al Norte y al Sur, brillará la luz. Hasta aquí esta breve reseña que pretende transmitir el perfume que inspiró la insigne obra de un amante de la sabiduría que expresó su anhelo a través del sonido y la armonía. Su música le mantiene presente e inmortal a través del tiempo…, y su mensaje se mantiene vivo resonando en el corazón de aquellos que vibran con su sintonía.

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LA MEDICINA EN EL ANTIGUO EGIPTO

Javier Vilar

Egiptólogo y Presidente de la Fundación Sophia

PRIMERA PARTE

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l antiguo Egipto siempre ha sido un lugar enigmático y misterioso. Una civilización cuyos grandes logros y conocimientos, muy avanzados a su tiempo, despiertan todavía hoy nuestra admiración y nuestro asombro. A través de sus grandiosos monumentos y obras de 8

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arte, sus textos e inscripciones jeroglíficas, sus muebles y utensilios cotidianos, los antiguos egipcios nos han legado el valioso testimonio de su mundo. Un mundo mágico y sagrado bendecido por la presencia de sus dioses; gobernado por grandes faraones y dirigido por célebres sabios como Imhotep, Ptahotep, Hordyedef, Amenhotep hijo


Thot

Platón

Orfeo

de Hapu, Merikara o Amenemope. Y es que Egipto fue siempre el país de los sabios, la cuna ancestral de unos hombres y mujeres dotados de gran visión, capacidad e inteligencia, cuyas obras y realizaciones siguen desafiando nuestra lógica invitándonos a buscar respuestas. Pero esta fascinación hacia Egipto no es nueva, pues ya en el mundo antiguo los sabios griegos y romanos viajaban al país del Nilo en busca de su ciencia y su sabiduría. De hecho, los tres principales artífices del pensamiento filosófico griego, que son Orfeo, Pitágoras y Platón, recibieron instrucción en las escuelas de sabiduría del antiguo Egipto. No nos debe extrañar, como muy bien señala el profesor Serrano Delgado, que: griegos y romanos consideren Egipto como una tierra de sabios, receptáculo de conocimientos ancestrales, el lugar al que hay que acudir para formarse y llegar a ser, en definitiva, un filósofo. Las biografías de muchos de los grandes personajes del mundo griego incluyen, como si de un tópico se tratara, la visita y estancia en Egipto, beneficiándose de los estudios, de la instrucción y de las revelaciones

Pitágoras

Heródoto

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conocimientos, se formaban ya médicos, juristas, escribas, teólogos, profesores, moralistas, gobernantes, funcionarios, músicos, pintores, escultores, joyeros, maestros artesanos, agrimensores, matemáticos, astrónomos, ingenieros y grandes arquitectos; que fueron capaces de diseñar y construir colosales pirámides, estatuas y obeliscos; elaborar complejos tratados de matemáticas y geometría, edificar magníficos templos de piedra policromada y excavar bellas tumbas e hipogeos, cuyos muros, techos y columnas están plagados de símbolos mágicos, escenas rituales, textos sagrados e imágenes astronómicas. que se reciben, especialmente de la mano de los sacerdotes, a los que se considera por excelencia, los depositarios de esa sabiduría ancestral.¹ Una sabiduría ancestral y multimilenaria que, según los propios egipcios, les había sido transmitida en la aurora de los tiempos por el dios Thot, patrón de las ciencias, las artes y las letras. De hecho, según Clemente de Alejandría, los antiguos egipcios tenían una enciclopedia con todo su saber sagrado y secreto que constaba de 42 volúmenes. Según parece, seis eran de medicina, varios de magia, matemáticas y geometría y el resto abarcaba las leyes, la educación de los sacerdotes, la historia del mundo, la geografía, los jeroglíficos, la astronomía, la astrología y la religión.

Pero si hay una ciencia, junto a la Arquitectura, en la que destacaban los sabios egipcios, fue en la Medicina. Por eso, de entre todos los pueblos que cita en sus crónicas, Heródoto califica a los sabios egipcios como la gente más hábil y erudita que hasta el presente ha podido encontrar; menciona a los sacerdotes de Heliópolis

En este sentido, el sabio griego Heródoto, también llamado «Padre de la Historia» que recorrió Egipto hacia el año 465 a C., afirmaba que los egipcios eran el pueblo más antiguo del mundo y según él los egipcios cultivan y ejercitan la memoria más que los demás hombres. De hecho, cuesta creer que en los remotos albores de la historia, cuando la cultura mediterránea no conocía todavía la Edad del Bronce y en el resto de Europa andábamos cazando osos con palos y piedras; en las Casas de la Vida del antiguo Egipto, que eran las Universidades de su tiempo en las cuales se estudiaban, conservaban y transmitían los 1 José Miguel Serrano Delgado. Historia Antigua del Próximo Oriente: Mesopotamia y Egipto. Madrid 1998. Pág. 182 10

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como los más sabios y letrados de todo el Egipto y no duda en reconocer que gran parte de lo que los griegos sabían lo habían aprendido de los maestros egipcios. En el caso de la Medicina griega, sabemos que su linaje se remonta a célebres médicos como Galeno, Apolodoro, Hipócrates o Esculapio, que según la tradición, fue instruido por el mítico sabio Quirón. Natural de Pérgamo (Asia menor), Galeno fue un célebre médico, cirujano y filósofo griego del siglo II d. C., (130-216 d. C.), es considerado uno de los más completos y competentes investigadores médicos de la Antigüedad. Sabemos que se formó en la escuela de medicina de Menfis y también que estudió dicha ciencia con dos médicos hipocráticos, llamados Estraconio y Sátiro. Por su parte a Hipócrates de Cos (460370 a. C.), considerado tradicionalmente por los griegos como «el padre de la

Asclepios

medicina», también se le atribuye una larga estancia en Egipto durante sus años de formación como médico. Hipócrates fue el fundador de la escuela de medicina que lleva su nombre, autor del célebre tratado de enseñanzas médicas o Corpus Hippocraticum, y creador del famoso Juramento hipocrático, código deontológico en forma de juramento ritual que, según parece, trajo de su estancia en Egipto. Finalmente, si vamos más atrás todavía, vemos que Asclepios, el dios griego de la medicina llamado Esculapio por los romanos, es en realidad una versión divinizada del gran Imhotep, el célebre sabio egipcio que además de visir del Rey Zoser (III Dinastía) fue el constructor de su monumental complejo funerario de Sakkara y su célebre pirámide escalonada. Imhotep está considerado como el inventor de la Arquitectura en piedra tallada y el primer médico de la historia al que se atribuye uno de los más importantes papiros médicos y posiblemente el más antiguo, el papiro Edwin Smith. El papiro Edwin Smith, del cual hablaremos en detalle más adelante, es un auténtico tratado científico de cirugía ósea. Un asombroso documento científico que, para la época en que fue escrito, constituye todo un paradigma de la ciencia médica de las civilizaciones antiguas. En él se expone cómo tratar todas las contusiones de las vértebras, las luxaciones y los diversos tipos de fracturas, muchos de cuyos tratamientos siguen siendo vigentes hoy en día.

Galeno

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Complejo funerario de Sakkara Imhotep

Nacido en Ankhtowe, suburbio de Menfis, el día 16 de Epofi, tercer mes de la estación de la cosecha, alrededor del año 3000 a. C., la educación de Imhotep debió ser excelente, pues parece haber tenido todos los talentos de su época; ya que además de médico y arquitecto Imhotep fue también inventor, astrónomo, matemático, autor de textos sapienciales, gran sacerdote (hijo) de Ptah en Menfis, sumo sacerdote de Ra en Heliópolis y gran iniciado a los misterios de la Magia (Heka), ciencia divina que había sido legada a los hombres por los dioses para poder proteger y salvaguardar su existencia. De hecho, su fama como médico mago fue tal, que se decía no solo que curaba a los enfermos, sino que los resucitaba. En el Papiro de Ebers, se dice que salió de Heliópolis con los Príncipes de la Gran Casa, los Señores de la Salvaguarda, los Dueños de la Eternidad y de Sais, con las madres de los dioses que lo han tomado bajo su protección, para que pueda destruir toda enfermedad. Divinizado por los egipcios como dios de la medicina, a Imhotep, cuyo nombre significa «el que esta en paz» o también «el que viene en paz», se le rindió culto sagrado y fue objeto de una gran devoción popular; tanto entre los sabios y escribas que le consideraban como su patrono y protector, como entre las gentes sencillas del pueblo egipcio. Por eso, en una capilla del templo de Karnak, hay una bella inscripción que dice: Te saludo querida divinidad ¡Imhotep, hijo de Ptah! (...) Los hombres te aplauden y las mujeres te adoran. Todos exaltan tu bondad para

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Papiro de que les cures (..) Te traen ofrendas y Edwin Smith regalos. Te profieren alabanzas. Lo cierto es que durante largos siglos, los egipcios consideraron a Imhotep como el dios de la medicina y la sabiduría y le representaban sentado, con la postura de los escribas, con un papiro desplegado sobre sus rodillas y tocado con un casquete. En cualquier caso, si bien con el correr de los siglos Imhotep fue divinizado como «Dios de la cura y de la medicina» y asimilado a Esculapio, la profesión médica en el antiguo Egipto está atestiguada por diversas fuentes desde la I Dinastía. Flinders Petrie halló evidencias de ello en la necrópolis tinita de Abidos². Pero además de Imhotep, conocemos también el nombre y titulaciones de algunos médicos que se remontan a las primeras dinastías. En este sentido, es digna de mención entre otras, la Tumba de Anmahor, en la necrópolis de Sakkara (2.500 a. C.), en la que figuran diversas y curiosísimas viñetas relacionadas con la práctica médica; o la del médico real Hesira, que al igual que Imhotep ejerció la medicina bajo el reinado del Rey Zoser a principios de la III dinastía y cuya tumba se halla también en Sakkara. De hecho, en el museo del Cairo, podemos ver expuestos unos preciosos paneles de madera de la tumba, en los que, junto con sus instrumentos médicos y su efigie, vemos que además de supervisor de los escribas y médico real, Hesira era dentista...

Como podemos comprobar, a través de las diversas fuentes históricas, arqueológicas y literarias, la medicina egipcia era una ciencia extraordinariamente avanzada para su época, en la que aparece por primera vez en la historia la institución de la Escuela de Medicina (Casa de la Vida), patrocinada por el estado faraónico, los tratados de medicina y la figura del médico especialista.

Hesira

(Continuará) Las fuentes de la medicina egipcia podemos clasificarlas en: -Testimonios históricos: crónicas y narraciones de viajeros griegos. -Restos arqueológicos: monumentos, estelas, estatuas, sarcófagos. - Documentos epigráficos: papiros médicos y quirúrgicos. - Momias y Restos Humanos: Paleopatología y Paleomedicina forense.

2 Las dinastías I y II son también llamadas Dinastías tinitas, una de cuyas necrópolis más importantes estaba situada en Abidos.

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El placer de lo sencillo Borja Vilaseca

Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo

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l dinero puede proporcionarnos un estilo de vida muy cómodo y placentero, así como una falsa sensación de seguridad. Pero no puede comprar nuestra felicidad, porque nuestro bienestar emocional no depende de lo que hacemos ni de lo que tenemos, sino de quiénes somos y de cómo nos sentimos. Llevamos una existencia materialista para terminar dándonos cuenta de que las cosas importantes no pueden verse ni tocarse, solo intuirse y sentirse. Para apreciar los aspectos intangibles, cualitativos e inmateriales de la realidad, es imprescindible que exista cierto contraste entre nuestro estado de ánimo interno y nuestras circunstancias externas. Quienes padecen «pobreza emocional» creen que esta se debe a su «pobreza material». Pero lo que nos hace ricos o pobres emocionalmente no es nuestra economía, sino la percepción que tenemos de ella. El clic evolutivo se produce en la medida en que gozamos de cierta «riqueza material» y seguimos experimentando la misma pobreza emocional. De pronto tenemos más dinero, pero seguimos sintiéndonos tensos e irritados. Tenemos éxito y respetabilidad, pero seguimos

sintiéndonos solos y tristes. Tenemos confort y seguridad, pero seguimos sintiéndonos esclavos de nuestros miedos. Gracias a este contraste entre nuestras riquezas materiales y emocionales cuestionamos las motivaciones que nos han llevado a un estilo de vida materialista. Pero hay corrientes sociales que anteponen la felicidad al dinero. Destacan el decrecimiento, la simplicidad voluntaria, el movimiento slow -«lento» en inglés- y el downshifting -«reducir la marcha»-. Tendencias que promueven disminuir el nivel cuantitativo de nuestra vida y aumentar el cualitativo. LA PARADOJA DEL ÉXITO Cada vez más seres humanos apuestan por llevar una existencia más tranquila, simple y sencilla. Porque... ¿De qué nos sirve lo que tenemos si no gozamos de tiempo para disfrutarlo? ¿De qué nos sirve pasar el día estresados y cansados? En definitiva, ¿de qué nos sirve ganar mucho dinero si no somos felices? La necesidad de experimentar una «riqueza emocional» abundante y sostenible es la base del nuevo paradigma emergente, uno de cuyos pilares es «la filosofía del posmaterialismo». Y esta

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parte de la premisa de que la realidad la componen lo material, tangible y cuantitativo; y lo inmaterial, que solo podemos sentir por medio de nuestro corazón. Se trata de integrar ambos, construyendo un estilo de vida equilibrado entre lo que somos, lo que hacemos y lo que tenemos. EL SINSENTIDO COMÚN Garantizada la supervivencia física y económica, y teniendo cubiertas las necesidades básicas, expertos en el campo de la economía del comportamiento afirman que lo que hace perdurar el bienestar emocional no es lo que conseguimos ni poseemos, sino lo que ofrecemos y entregamos a los demás. Entre otros estudios, destacan los realizados entre los años 2005 y 2010 por el economista norteamericano George F. Loewenstein. Sus investigaciones se centraron en los antagónicos efectos emocionales que producen la codicia y la generosidad. Y para ello, realizó un experimento

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sociológico con un grupo muy heterogéneo de seres humanos. El equipo liderado por Loewenstein seleccionó a 60 personas de diferentes edades, sexos, razas y profesiones; las cuales, a su vez, tenían múltiples divergencias en el plano social, cultural, económico, político y religioso. El primer día los participantes fueron divididos en dos grupos de treinta personas. Todas recibieron 6.000 dólares (unos 4.520 euros). A los miembros del primer grupo se les pidió que en un plazo de dos meses se gastaran el dinero «en regalos a sí mismos». Y a los integrantes del segundo grupo se les dijo que usaran los 6.000 dólares «en regalos a otras personas». Dos meses más tarde se obtuvieron resultados opuestos. La satisfacción de los miembros del primer grupo había durado «relativamente poco». Según las conclusiones, «tras el placer y la euforia inicial que les proporcionaba comprar, utilizar y poseer determinados bienes de consumo; los participantes enseguida volvían a su estado de ánimo normal».


Con el paso de los días, algunos incluso «empezaban a sentirse más tristes, vacíos y decaídos, por no poder mantener la excitación conseguida con el consumo». Por otro lado, los miembros del segundo grupo se habían sentido «mucho más satisfechos y plenos» que los del primer grupo. «El hecho de pensar de qué manera podían utilizar el dinero para beneficiar a los demás, ya era motivo suficiente para que los participantes experimentaran un bienestar interno». DECADENCIA DEL EGOCENTRISMO La mayoría utilizó los 6.000 dólares de manera posmaterialista, «creando experiencias y oportunidades». Regalaron viajes, pagaron matrículas universitarias; donaron el dinero a entidades sin ánimo de lucro, repartiéndolo incluso entre mendigos; hubo quien saldó parte de la deuda contraída por algún familiar. Entregados los regalos, «el sentir la alegría y el agradecimiento de otras personas provocaba en los participantes una intensa sensación de plenitud, que permanecía

horas y días», relata Loewenstein. La conclusión fue que «el egocentrismo, la codicia y la orientación al propio interés traen una sensación de vacío, sinsentido, escasez e infelicidad, mientras que el altruismo, la generosidad y la orientación al bien común son fuente de plenitud, sentido, abundancia y felicidad». Loewenstein corroboró así de forma científica y empírica que a nivel emocional «recibimos lo que damos». LA PSICOLOGÍA DEL ALTRUISMO La auténtica felicidad reside en nuestro interior. Cuando comprendemos e interiorizamos esta verdad, dejamos de querer que la realidad se adapte a nuestras ambiciones, necesidades y sueños. En consecuencia, desaparece la lucha, el conflicto y el sufrimiento. Poco a poco recuperamos la conexión con el bienestar duradero que anida en nuestro corazón. Con el tiempo, experimentamos abundancia y plenitud. En base a este nuevo estado de ánimo, de forma natural e irremediable, entramos en la vida de los demás con vocación de servicio. (https://borjavilaseca.com/)

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el lenguaje Mónica Gutiérrez Profesora del CES y Graduada en Historia del Arte

de la creación 18

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l hombre siempre ha sentido la necesidad de entender a la naturaleza observándola. De esta forma se convierte en el modelo que despierta la capacidad creadora del hombre. Con la observación directa, la naturaleza se convierte en maestra de vida para el ser humano y la separación entre Arte, Ciencia y Naturaleza se desvanece, pues se descubre que están íntimamente vinculados, como veremos más adelante. Aunque el modo en que se creó el mundo es un misterio, la naturaleza se construye constantemente a sí misma siguiendo unas mismas leyes que se reflejan en todos los seres. El munso natural es el mayor ejemplo de artista que crea incansablemente y de ahí su importancia en el arte. Ella se expresa en su creación bajo unos principios y cánones fijos que han sido fuente de inspiración desde los orígenes de la civilización. Para los antiguos, «naturaleza» significaba perfección. Evoluciona de un modo ordenado y determinado convirtiéndose en modelo y ejemplo de inspiración para artistas y sabios que buscaron reflejar su belleza y las proporciones inmutables de los seres vivos, tanto en sus propias vidas como en obras y construcciones. Admirados ante ella, se esforzaron en emularla y recrearla en las diferentes artes: música, danza, escultura, o aplicándola en la arquitectura, la pintura y el relieve de sus templos, tumbas y pirámides, así como en las matemáticas, la astronomía y la medicina. Dharmán, Tao, Cosmos o la regla de Maat son nombres que la representan. Conocer a Maat en Egipto significaba tener los planos con los que se diseñó y construyó el universo. Como muy bien nos explica Javier Vilar en varios artículos de esta revista, significa «tener la clave de oro» que encierra el secreto de la perfección, el canon de proporción divina o regla universal de toda medida que hace posible toda forma de armonía, equilibrio y belleza en la naturaleza y en el hombre.

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La existencia se convierte en un espectáculo para nuestro entendimiento cuando descubrimos la sincronía que hay en cada organismo, los patrones y proporciones que la hace perfecta. El microcosmos y el macrocosmos, están basados en leyes y relaciones geométricas; desde la estructura atómica, la piel, una planta, una estrella de mar, una galaxia o nebulosa planetaria, responden a estructuras geométricas y simétricas.

Hapi

Hablar de geometría «medida de la tierra» es hablar de la naturaleza. Su finalidad es explicar cuáles son las leyes o dinámicas a través de las cuales está ordenado el universo y el hombre. Su origen nos viene de Egipto, cuyos geómetras (llamados así por los griegos), eran sabios sacerdotes vinculados al culto de Thot, dios de la sabiduría oculta con cabeza de ibis. Cada año, cuando se sucedían las inundaciones, las aguas del Nilo anegaban por completo los márgenes del río. Los lindes de la tierra de cultivo desaparecían y al bajar las aguas todo se quedaba completamente cubierto

de limo. La tierra negra había borrado lo anterior y marcaba un nuevo límite que hacía necesario volver a recalcular y repartir equitativamente el terreno entre los propietarios. La función del geómetra tenía que ver con la justicia a la vez que ejecutaban un acto de creación simbólico, según el mito de la creación de Heliópolis. Del caos y la oscuridad surge el Num y de ésta, a su vez, surge el primer sonido o frecuencia, la primera palabra, el primer punto del cual empezó a dividirse y separarse. La geometría sagrada ha sido estudiada en diferentes épocas y ha estado presente en muchas religiones del mundo. Los griegos fueron sus principales transmisores. De Pitágoras, su mayor representante, bebieron otros como Platón y de estos pasó a Roma expresada en sus tratados de filosofía; de la tradición NeoplatónicaHermética de la Escuela de Alejandría fue recogida por renacentistas como Alberti o Marsilio Ficino, los cuales dejaron en sus textos rastros reconocibles de este mismo concepto. La simetría es una de las estructuras y leyes geométricas más simples que está en todo lo construido por la naturaleza. Su uso en el arte facilita la copia del natural. Profundicemos ahora en el modo en que ha surgido el universo. En la idea de que todas las formas se manifiestan como parte de lo Uno, de un centro o principio creador del cual surge la Vida; que se construye, genera y recrea constantemente partiendo de este punto central. La figura que surge de este centro ordena a todos los puntos que equidistan de él dando lugar al círculo, una figura perfecta que gira y nunca tiene fin; símbolo de unión, de la eternidad, de lo inmesurable, de lo inmortal, de lo eterno, del espíritu y asociado a la divinidad. Su manifestación en la naturaleza se expresa de forma mandálica, la cual vemos reflejada en los frutos, en una gota de agua, una flor; o a través del arte en los rosetones de las catedrales, en la construcción de ciudades sagradas con un ónfalos, como ombligo del mundo, centro del hombre y de la tierra.

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Descubrimos ese patrón en espiral en infinidad de elementos en la naturaleza, desde configuraciones biológicas como caracolas o cuernos de ovinos, las semillas de ciertas flores como los girasoles, en la formación de los árboles, en sus ramas, en la disposición de su hoja, en los pétalos de una rosa, en el oído interno del ser humano, en el feto… Emparentada con la espiral de Fibonacci y descrita por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII. Un patrón que está en todo: en el constante movimiento de la evolución de la vida, en un huracán, el viento, remolinos de agua o en las olas del mar, en las galaxias, en la estructura helicoidal del ADN, etc. Y cuando descubrimos que lo mencionado se sintetiza y queda contenido en la sección áurea, nos damos cuenta de que todo está interrelacionado y que un conocimiento nos lleva a otro. La proporción áurea es considerada desde la antigüedad como la más bella proporción que hay en el universo. Phi es la relación que guardan entre sí dos segmentos de rectas, el número divino relacionado con

las cosas bellas al que se le atribuye un carácter estético. El Phi y el número áureo han estado presentes en las obras de los artistas y en las diferentes culturas desde la antiguedad para acomodarlos en sus obras, e investigado por los filósofos para entender la belleza que hay detrás de todas las cosas. Múltiples textos nos hablan del «número de oro» que une la ciencia y la filosofía de las antiguas culturas con el arte. Con un nombre u otro, esta proporción armónica está presente en todo: en Botánica, en la elegancia de las especies; en el cuerpo humano, el rostro, los ventrículos; es la estructura de la creación reflejada en una flor de girasol, una piña piñonera, la concha o en las curvas de nautilos, hasta en la estructura del huevo, considerada la figura más perfecta de la naturaleza. Al profundizar en cualquiera de estos ámbitos y sus múltiples vínculos, la conciencia se abre a una visión más amplia de la unión que existe entre naturaleza y arte, cuyo lenguaje se expresa en toda la creación. La relación entre la parte y el todo se retrató en el Renacimiento con

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el Hombre de Vitrubio, dibujado por Leonardo da Vinci para ilustrar un tratado de arquitectura sobre la divina proporción. La belleza no es tangible. Sin embargo, es una experiencia muy humana que nos acompaña desde siempre. Aunque su definición a lo largo de la historia ha cambiado mucho, estos conocimientos nos reafirman una vez más que algunas cosas nunca cambian. El arte tiene unas pautas, unos cánones y leyes que han estado y están en la naturaleza, en el hombre y en el arte de las culturas desde nuestros inicios hasta nuestros días. El hombre parece mantener un misterioso e inseparable acuerdo sobre qué es la belleza, la cual se refleja en la creación de la naturaleza y puede ser comprendida en base a unos patrones que se repiten. Hay algo que va más allá de la geometría, de la ciencia, del arte o de la naturaleza y que tal vez se escape a nuestro entendimiento. Nos causa admiración y su intuición nos trasciende… Es un sentimiento donde el hombre, el científico, el artista, el filósofo, el amante de la vida y de su belleza se unifican… y se abre a una nueva dimensión de comprensión que lo abarca todo… donde todos formamos parte de todo; donde todas las teorías se fusionan en una, es la sabiduría del SER. Esa es la visión de todo sabio y buscador de la verdad y la belleza que recoge lo esencial para conectar con el principio de todo cuanto existe, iniciando un camino de lo múltiple a la unidad; donde se descubre que no existe una única forma sino un proceso de manifestación que en sí mismo es bello. Y cuando conectas con él y desvelas que está en los ciclos de la vida, en la regeneración constante, en la evolución de la existencia y por lo tanto, en todos nosotros, descubres lo apasionante que es profundizar en sus secretos y en la sabiduría desde cualquiera de sus ámbitos.

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la paciencia Ten paciencia. Espera hasta que el barro se asiente y el agua esté clara. Permanece inmóvil hasta que la acción correcta surja por sí misma. Buda Paciencia… las cosas buenas les llegan a aquellos que saben esperar.

El que no tiene paciencia ante pequeñas dificultades, fracasa ante grandes problemas. Confucio Lo que tiene que ser será a su tiempo y en su momento, sólo confía y espera con paciencia. El principito

La paciencia es la fortaleza del débil, y la impaciencia la debilidad del fuerte. Immanuel Kant

Perder la paciencia es perder la batalla. Mahatma Gandhi

No te canses de esperar, todo lo que vale la pena necesita paciencia.

Ten paciencia, todo vendrá a ti en el momento correcto. Buda

Espera, ten toda la paciencia que puedes. Recibe lo que te llegue y no anheles lo que no está en tu camino, ya llegará. Buda

El genio es paciencia eterna. Miguel Ángel

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libros para ref lexionar

Redescubrir la vida Anthony de Mello Fernando Celli

Graduado en Historia y profesor del CES

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E

l principal anhelo del ser humano es vivir una vida en plenitud, sin embargo, cada vez percibimos en la sociedad más insatisfacción y desilusión por vivir ¿Es posible, entonces, que la manera de buscar esa tan ansiada felicidad no sea la más adecuada? Abrir los ojos a una nueva percepción y hacer una revisión de nuestra concepción sobre ese fin último, es lo que pretende este libro. Redescubrir la vida es un libro de esos que, como decía H.P. Blavatsky, «puedes leer cinco minutos, reflexionar dos horas y vivirlo toda la vida». En realidad, se trata de la transcripción de una conferencia dictada por Anthony de Mello, el 15 de Noviembre de 1986 en una universidad de Nueva York, último libro suyo editado antes de morir. Anthony de Mello fue un sacerdote jesuita hindú que se convirtió en guía espiritual para muchos, con una notable fama por sus charlas y libros publicados, siendo uno de los autores más vendidos en el mundo. Destaca también su singular personalidad. Fue una figura, podríamos decir, incómoda para muchos, dado que aceptaba absolutamente todas las creencias religiosas y las estudiaba; pero lo más valioso han sido todos los consejos y enseñanzas impartidas a lo largo de su vida. Al principio, nos dice que va a compartir algo que a él le cambió la vida para siempre, convirtiéndole en un hombre nuevo, una fórmula para ser feliz por el resto de la vida. Recalca que no es muy difícil. De hecho, esa fórmula se puede explicar en pocos segundos, pero te puede llevar muchos años comprenderlo o toda una vida, como a él mismo le pasó. Suele ocurrir que aquello que deseamos desvelar o buscamos con ahínco, se encuentra más cerca de lo que pensamos; solo que, de alguna forma, no lo vemos. Nos advierte sobre la necesidad para captar esa fórmula, de la cualidad de escuchar, de comprender, de «ver», porque esto es más fácil de explicar que de alcanzar.

¿Y porqué ocurre eso? Porque solemos estar llenos de prejuicios y de ideas preconcebidas o erróneas de cómo debe ser la realidad. Nos asegura que tenemos a mano la solución al problema, pero no la usamos porque «no queremos». Ese fue el secreto que descubrió. Aunque tú le digas a alguien «¡te voy a dar la llave de la felicidad!» con su actitud, la persona te dirá «¡no me lo digas!». Es como si no quisiéramos escuchar el mensaje que está delante nuestro. Y la fórmula para ser feliz es sencilla. ¿Preparado para escuchar? Contentarte con lo que tienes y eres ahora, y ser autosuficiente, que significa saber andar escaso y sobrado, saber ser feliz a pesar de las circunstancias. No depender de nada externo, ni de nadie. Pero, para comprender esto, antes hay que comprender algunas verdades acerca de nosotros mismos. ¿Cuáles son? Primero, aceptar que nuestra vida es un enredo ¿Y cómo lo averiguas? Preguntándote «¿Nunca te sientes solo?» «¿Tienes algo que te inquieta?» .«¿Hay algo que te altere alguna vez?» .«¿Te preocupa el futuro?». «¿Alguna vez has tenido un conflicto interno o algún problema en las relaciones con los demás?». Probablemente hayas respondido que sí. «¿Disfrutas cada minuto de tu vida?». Si la respuesta es ¡no!, tu vida es un enredo. Asegura que desperdiciamos mucho tiempo en estos enredos. Cuando aprendes a no saber en absoluto de ansiedades, de conflictos internos; vivir sin tensiones, presiones, desconcierto o congoja, ¿qué queda entonces? Felicidad pura, sin diluir. Más adelante nos hace reflexionar sobre si eso que nosotros concebimos como felicidad no será en verdad una cadena. Basamos nuestra felicidad en cosas externas: un familiar, un título, un negocio, fama, etc, pero ese es el error. Aunque la ayuda externa de los demás es buena, asegura que no es necesaria para vivir y ser feliz. EL MUNDO DE SOPHIA

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Y nos revela un gran descubrimiento en una frase para tenerla en grande escrita y siempre presente «La felicidad está en uno mismo». Venimos al mundo con la felicidad dentro nuestro. Muchas personas, durante sus charlas, se le acercaban y le preguntaban: ¿Qué hago para ser feliz? Y él les respondía que no deben hacer nada, porque no es algo que se pueda adquirir, ya la tienes; simplemente estamos casi siempre obstruyéndola. Deja de hacerlo y la tendrás. El problema está en que no queremos salir de ahí. Queremos las cosas que la sociedad nos ha enseñado que son esenciales para la felicidad, pero esas falsedades son las creadoras del enredo. Y existen porque tenemos esas ideas equivocadas en nuestra cabeza acerca del éxito y la felicidad. Su fórmula se basa en las enseñanzas de Siddhartha Gautama el Buda: «El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el deseo; la supresión del sufrimiento es la eliminación del deseo». Todos tenemos deseos. Deseamos toda clase de cosas y nos sentimos felices de obtenerlas. La cuestión está en que si no conseguimos esto o aquello, vamos a ser desdichados. A los deseos de este tipo, 26

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Buda los llama «apegos». Nos hace reflexionar de Mello, ¿de dónde crees que provienen todos los conflictos? De los apegos. ¿De dónde crees que proviene el sufrimiento, el vacío, los temores? De los apegos. ¿De dónde crees que viene la soledad? De los apegos. Pone el ejemplo más común de todos, el del amor. En el amor posesivo, hay deseo; deseo de poseer a la otra persona y de ahí el apego de sentir que es de tu propiedad. El error está en la creencia de que si no la tienes, no serás feliz. Hay que aprender a ser autosuficiente y a no necesitar de las demás personas para ser felices. La máxima que nos han inculcado desde la cuna es «Debes tener deseos de cuya satisfacción dependa tu felicidad» La clave aquí es entender que nacimos con el don de la felicidad, pero lo perdimos. Nacimos con el sentido de la vida, pero lo perdimos cuando nos enseñaron a apegarnos, cuando nos enseñaron a tener deseos tan intensos que no podemos ser felices a menos que sean satisfechos. Eso es lo que debemos redescubrir. Y nos regala una práctica: todo lo que debemos hacer es sentarnos durante dos minutos y limitarnos a observar cuán falso es decir que no serias feliz sin tu


coche, sin tu empresa, sin tu reputación… o lo que sea. Tan sencillo como observar qué equivocación es supeditar nuestra felicidad a cosas externas. Lo más trágico -nos dice- es que seguramente no lo hagamos, porque, si nos sentáramos de verdad a observar, podríamos ver la falsedad y eso es difícil de asumir. ¿Cómo se abandonan esos apegos? Basta con mirar para comprender que están basados en una creencia falsa. En el momento en que lo comprendes te vuelves libre, y estando en ese estado de libertad no te importa lo que venga de fuera, si te aprueban o no; si te quieren o no, si tienes éxito o no, si posees esto o no. Está todo bien. Eres feliz... habrás descubierto entonces que tu felicidad no depende de esas cosas. Luego nos plantea un dilema muy real, una pregunta que tal vez, en algún momento, nos haya surgido, puesto que vivimos en este mundo y es difícil no apegarse a los bienes materiales ¿Abandonar los apegos equivale con apartarse del mundo material? Y la respuesta es un rotundo ¡no! Nos dice que uno puede usar y disfrutar. De hecho, es necesario y es lícito que uno goce lo que nos da el mundo material, pero no debe hacer depender su felicidad de ello. Es decir, si un día eso que te hace feliz desaparece, o muere, o termina y se va; que eso no te prive de seguir siéndo feliz.

Su propuesta no es una renuncia al goce de las cosas externas a ti; es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión, a la depresión frente a la pérdida de algo. Y eso no significa que estaremos libres de apegos, temores o depresiones, pero cuando vengan, podremos estar por encima de ellas, serenos y tranquilos. Los pesares físicos o emocionales no nos perturbarán, estaremos mejor posicionados para vivirlos. Esto es redescubrir la vida. Comparto algunas claves del autor para el arte de ser feliz: -La felicidad significa no estar apegado a los vaivenes de la existencia. -Que tu felicidad no dependa de nada externo -En el forcejeo que pueda existir entre, por un lado, felicidad, paz, serenidad, dominio de uno mismo; y por el otro, lo que la sociedad ha puesto dentro de nosotros como felicidad, es necesario para resolver este conflicto volver a definir lo que es el éxito para nosotros. -Estamos atados a cosas que no existen; tenemos miedo de cosas que no son o si son, son ilusiones, falsedades, creencias; porque nuestra felicidad no depende de nada. -Nada en la vida, nada en el mundo te perturba; nada tiene el poder de perturbarte. Toda perturbación existe en

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ti, no en la realidad, si no existiera la mente humana, no habría problemas. -No hay que culparse a uno mismo ni a los demás, por que nadie tiene la culpa. Son los programas mentales y la manera en que interpretamos la realidad su verdadera causa. -Madura, y madurar es ver qué algo anda mal y empezar a remediarlo, comenzar a reprogramarnos; y se comienza por poner en duda las ideas que nos inculcaron de lo que es la felicidad. -En vez de cambiar a los demás para que

E sta historia transcurre en la India y se refiere a un hombre que se mudó

de aldea y se encontró con un Sennyasi (mendicante errante que, tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios, su Padre que cuidará de él) Al encontrarse con el Sennyasi, el aldeano le dijo: -¡No lo puedo creer! -¿Qué es lo que no puede usted creer? Y el aldeano respondió: - Anoche soñé con usted. Soñé que el Señor Vishnú me decía: «Mañana por la mañana abandonarás la aldea, hacia las once, y te encontrarás con este Sennyasi». Y aquí me encuentro con usted. -¿Qué más le dijo el Señor Vishnú? -le preguntó el Sennyasi. - Me dijo: «Si el hombre te da una piedra preciosa que posee, serás el hombre más rico del mundo»... ¿Me daría usted la piedra? Entonces el Sennyasi dijo: - Espere un minuto. Revolvió entonces un pequeño zurrón que llevaba y dijo:

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no nos perturben, cambia tú; recuerda que la solución está en ti. Cambia tu mirada y veras a los demás y a la vida con nuevos ojos. Eso es despertar a la vida consciente, eso es redescubrirla. Me despido de ti con las mismas palabras que el señor De Mello lo hace en su libro: Quizás, en el transcurso de toda mi exposición, habrás mirado y visto a través de toda esta red de mentiras, condicionamientos y programaciones a los que estamos sujetos, y habrás adquirido alguna noción acerca de quién eres. Si es así, habrá valido la pena.

-¿Será ésta la piedra de la cual usted hablaba? Y el aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque esa piedra era un diamante, el diamante más grande del mundo. Lo tomó en sus manos y dijo: -¿Podría quedármelo? -¡Por supuesto!, puede conservarlo respondió el Sennyasi- lo encontré en un bosque. Es para usted. El Sennyasi siguió su camino y se sentó bajo un árbol, en las afueras. El aldeano tomó el diamante entre sus manos y en ese momento ¡qué inmensa fue su dicha! Pero ¿Cuánto duró esa dicha? Cuentan que el aldeano, en vez de ir a su hogar, se sentó también bajo un árbol y permaneció todo el día sentado, sumido en meditación. Y al caer la tarde, se dirigió al árbol bajo el cual estaba sentado el Sennyasi, le devolvió a éste el diamante y le dijo: -¿Podría hacerme un favor? -¿Cuál? - le preguntó el Sennyasi -¿Podría darme la riqueza que le permite deshacerse de esta piedra preciosa tan fácilmente?


No mires arriba Director: Adam McKay Sátira protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, dos astrónomos que intentarán advertir a la humanidad sobre un cometa que se aproxima a la Tierra y que en seis meses destruirá la civilización humana. Pero ni a los medios de comunicación centrados en el sensacionalismo, ni a los políticos, pensando en ganar votos, les interesará solucionar el problema. En clave de comedia, nos habla del cambio climático, a la vez que critica el poder de las redes sociales, la proliferación de las fake news (falsas noticias), la indiferencia de los gobiernos y la superficialidad de un mundo cada vez más insensibilizado.

Hábitos atómicos

El abanico de seda

Cambios pequeños, resultados extraordinarios

Autora: Lisa See

«Como prueba de su buena estrella, Lirio Blanco, una tímida niña de siete años, hija de una humilde familia de campesinos, será hermanada con Flor de Nieve, de muy diferente ascendencia familiar. Desde el principio, y a lo largo de los años, Lirio Blanco y Flor de Nieve se intercambiarán mensajes en nu shu (una lengua secreta conocida solo por las mujeres). En abanicos y pañuelos de seda darán cuenta de lo que nadie conoce: sus más íntimos pensamientos y emociones. El nu shu las mantendrá unidas, hasta que un error en la

interpretación de uno de los mensajes amenazará con truncar su profunda amistad.» El abanico de seda es una conmovedora historia de amistad y dolor narrada en primera persona que te sumerge de una manera sutil y natural en la existencia de las mujeres en la cultura china del siglo XIX. Mención aparte todo lo relativo al vendado de los pies. Hacía tiempo que no leía algo que me movía tanto por dentro no solo por todo lo relativo al vendado de los pies sino por la riqueza psicológica de las situaciones y personajes.

Autor: James Clear ¿Te ha pasado comenzar el año con mil y un propósitos y que ninguno pase de Enero? ¿O ver que comienzas una rutina que te funciona bien, pero eres incapaz de mantenerla? Entonces este es tu libro. James Clear, a través de unos sencillos pasos, nos cuenta cómo escoger, implementar y mantener un hábito

para lograr transformar tu vida. De esta forma, a través de cuatro sencillas leyes, vemos que haciendo el hábito obvio, atractivo, sencillo y satisfactorio, es más fácil mantenerlo en el tiempo e incorporarlo de tal manera que se vuelva automático y poder así ir añadiendo otros hábitos saludables a nuestras rutinas.

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Activismo

con corazón E

n el último siglo estamos viviendo un auge de distintas clases de movimientos de reivindicación, asociaciones y grupos ecologistas en pro de los derechos sociales, movimientos de demanda del derecho de igualdad de colectivos diversos, etc. Actualmente contamos con un sinfín de plataformas de difusión que hacen más fácil que cualquier persona pueda hacer llegar su mensaje al mundo. Esta democratización de los canales de emisión de información tiene aspectos muy buenos y facetas no tan buenas. Este artículo surge de una reflexión que han hecho varios influencers conocidos en el activismo en diversos campos, acerca de la cantidad de mensajes de odio que reciben diariamente. 30

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Aina Tébar Dada la escasa información que nos revela el diccionario de la Real Academia, podríamos definir a efectos de este artículo a los «activistas» como aquellos que bien individualmente o bien agrupados u organizados en distintas plataformas, se comprometen con determinada causa o causas de interés general y reivindican y promueven un cambio de la sociedad. Hablando ahora a nivel personal, para mí el activismo tiene mucho más de compromiso íntimo e interno a nivel


individual, independientemente de la forma externa que adopte finalmente cada acción para lograr sus objetivos. Es decir, tan activista es la persona que organiza o acude a manifestaciones o el que difunde en los medios públicos; como el que desde un lugar más humilde o con menor repercusión social se esfuerza por convertirse en un ejemplo viviente del cambio que quiere promover en el mundo. Hablo de compromiso interno, porque actualmente cualquier persona puede autodenominarse activista o idealista; ahora está «de moda» y muchas personas ocultan intereses económicos o personales detrás de sus «proyectos idealistas» o de frases bonitas que cuelgan en sus perfiles. Desde el auge de las redes sociales, parece que las rencillas entre distintos colectivos o individuos pertenecientes a movimientos idealistas están tomando mayor importancia, convirtiendo el

activismo, en algunas ocasiones, en algo más parecido a un reality show. Seguramente esto es una consecuencia inevitable de la impunidad social de las personas que comentan y que opinan sobre las vidas y los esfuerzos ajenos. Hoy en día criticar está bien visto, no importa si la crítica es constructiva o no. No es extraño ver cómo personas que se tildan a sí mismas de idealistas y que luchan en favor de una causa maravillosa (no pongo en duda que así sea), se dedican a criticar o a descalificar la labor que realizan otras personas dentro de la misma causa u otras igualmente válidas. Por desgracia, no se trata de un hecho aislado, sino que es algo muy común y algunos activistas conocidos que emiten en las redes sociales ya han comenzado a revelar públicamente desde sus plataformas. Miles de mensajes diarios de crítica, de odio incluso o de desprecio y muchos de ellos procedentes

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de personas que supuestamente son también activistas. Esta situación me llevó a reflexionar acerca del paradigma materialistamecanicista en el que estamos inmersos. Un mundo en el que para que una causa triunfe debe imponerse sobre las demás. ¿No resulta paradójico que muchas personas que dedican sus esfuerzos a mejorar la vida de los seres humanos lo hagan desde la rabia? Sin duda, la ira es una emoción poderosa que genera mucha energía, no obstante, no es duradera ni sostenible. Si la persona que trabaja desde esta emoción no aprende a transformar esa rabia en compasión; finalmente, la frustración, la depresión y el mal carácter,acabarán opacando su labor en el mundo. Yo no imagino a La Madre Teresa o a Gandhi (por citar personajes conocidos e incuestionables) todos los días enfadados, rabiosos y refunfuñando. El enojo ante una situación puede ser un buen impulso en el momento inicial para querer moverse y cambiar las cosas, pero no puede sustentar la acción en el tiempo.

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Desde hace unos años se están revalorizando los conceptos de la compasión y de la autocompasión, que en nuestro país estaban completamente tergiversados. Invito a leer los artículos de esta revista sobre el tema. Hace poco, una persona muy importante para mi me habló de un concepto que me fascinó: «la feroz compasión». Es una modalidad de acción que basada en el amor, pone límites de forma consciente a una acción (interna o externa) contraria al bien, al orden, a la verdad o a la justicia. Este concepto me hizo reflexionar acerca de la importancia de la causa que hay detrás de las cosas y de las acciones. La diferencia que hay entre basar las propias acciones en el amor o en la rabia es inmensa. Tal vez ha llegado el momento de que como sociedad, y más importante aún, como individuos, aprendamos a sacar adelante una causa sin necesidad de imponerla o de descalificar otras; sino que por el simple valor de aquello que defendemos, y por creer que mejorará la vida de otros, intentar prescindir del orgullo y de la susceptibilidad.


De hecho, la necesidad de imponer la propia opinión y los propios intereses a los ajenos están causando la ruina de movimientos muy prometedores. No son pocos los idealistas que debido a conflictos de esta índole han desistido de seguir aportando su granito de arena al progreso social, por sentirse incapaces de gestionar la antipatía y las críticas destructivas. La propuesta de este artículo, para todos aquellos que nos llamamos activistas y que, sea en el ámbito que sea, tratamos de mejorar el mundo, es tan difícil como sencilla. Se trata de que cada vez que veamos a una persona que da lo mejor de si misma para hacer algo bueno por el mundo, por la sociedad o por los que le rodean; aunque quizás nosotros no lo haríamos de la misma forma o podamos ver que esa persona está cometiendo algunos errores…, tratar de poner el foco en su intención. En que está intentando sinceramente mejorar las cosas de la forma que puede y sabe. Quizás haya formas mejores o quizás esa persona esté cometiendo algún error, pero lo importante es que se está moviendo, que está saliendo de su status quo para

mejorar las cosas y este hecho en sí mismo ya merece cierto respeto «a priori». Se le puede animar a corregir los errores informándole de forma amable y compasiva y desde el amor, no desde el juicio despectivo o la crítica destructiva. En cualquier caso, y en mi opinión, las redes sociales nunca serán el canal adecuado para hacer esta clase de comentarios. Creo que los idealistas debemos cuidarnos entre nosotros y colaborar, porque etiquetar o encasillar a los demás y pensar todo lo que hacen mal, no es la forma en la que la sociedad avanzará. Los éxitos y los resultados que ahora estamos viendo de los grandes activismos del pasado, no se consiguieron descalificándose unos a otros; sino precisamente uniendo fuerzas y haciendo que prevaleciera la unión y la concordia por encima de las pequeñas divergencias e intereses individuales. Los grandes avances en materia de igualdad (de género, de razas, de derechos fundamentales etc.) no se consiguieron fomentando el odio hacia unos u otros, sino colaborando por mejorar la vida de todos.

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Feng Shui Francisca Villena

para la

prosperidad V

ivimos un tiempo único. La moderna Física Cuántica llegó para poner patas arriba nuestra concepción del mundo. Los cimientos de lo que creíamos que era real se han visto sacudidos por el hecho de que lo que pensábamos que eran las partículas sólidas de nuestro universo (los átomos), no son más que «paquetes de electrones con tendencia a existir». Estamos en un punto crucial en el que la nueva cosmovisión del mundo y de la realidad no sólo nos invitan a ampliar nuestras fronteras del conocimiento y de nuestras creencias, sino que, a través de sus postulados, vemos cómo una y otra vez se dan la mano con las milenarias enseñanzas de la Sabiduría Perenne. Y si hay una ciencia milenaria que ha resurgido en nuestro mundo moderno para confluir con la Física Cuántica, ha sido el Feng Shui. Aunque no voy a desarrollar aquí sus fundamentos y su historia, pues sería tema para otro artículo, sí voy a comentar algunos puntos que nos servirán para orientarnos un poco. 34

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Hoy sabemos que el ser humano tan sólo percibe una pequeña parte del espectro de la luz (y por tanto de la realidad). Disponemos de la tecnología necesaria para medir las distintas longitudes de onda de la luz y de su efecto sobre el ser humano y los entornos que habitamos. Sabemos que todos los objetos poseen un campo eléctrico y un campo magnético y cómo este interfiere con los demás campos electromagnéticos; y conocemos los distintos tipos de ondas que genera la luz. El conocimiento sobre las ondas de luz nos ha permitido desarrollar desde nuestros hornos microondas (que dicho sea de paso, no son más que mini aceleradores de partículas), pasando por el láser para tratamientos estéticos y médicos; hasta los infrarrojos utilizados para el tratamiento de ciertos dolores musculares. El Feng Shui viene para enseñarnos a través del lenguaje simbólico, eso que la moderna ciencia está redescubriendo. Feng Shui significa «viento y agua» y viene a decirnos cómo es la energía (como


el viento: que es invisible y ocupa todo el espacio) y cómo se mueve (como el agua: que fluye, busca salidas y lo impregna todo). El Feng Shui es la ciencia que estudia el movimiento de la energía y utiliza este conocimiento para ayudar al hombre a armonizar su entorno, invitándole así, a fluir con la corriente de la vida. Visto lo anterior, ahora entenderemos la importancia que el Feng Shui da a la forma y material de los objetos (que tienen un campo electromagnético) y a los colores (cuyas ondas son distintas en función de la luz que emiten). Este es uno de los aspectos más básicos que esta ciencia estudia, pues su conocimiento se extiende a lo que ellos llaman «Las tres suertes», es decir: las energías del cielo, las energías de la tierra y las energías del hombre. Por ejemplo ¿qué relación tiene el Feng Shui con la Navidad?... pues todo y nada. Eso dependerá de nosotros. Podemos vivir el solsticio de invierno como un rito vacío que ha quedado en poco más que algo comercial, o podemos vivirlo como un tiempo para la renovación, para ilusionarnos con un nuevo impulso. Y esa es mi propuesta, utilizar ese conocimiento para unirnos a la energía de la vida que nos invita a dejar atrás lo viejo y preparar nuestro corazón para la llegada de algo nuevo.

la prosperidad…); y si están hechos por tí, mucho mejor… estarán impregnados con tu propia energía. Y no olvides las luces que, como elemento fuego, activan de forma intensa la energía. -Oído. Pon música en tus espacios, aquella que más te guste, que te genere alegría y que invite a despertar en ti sentimientos elevados. Utiliza campanillas y móviles que resuenen para que llamen a eso nuevo que quieres que entre en tu vida. -Olfato. Utiliza aromas como la canela, la vainilla, el romero, el pino, el anís…, o aquellos que te recuerde momentos felices vividos en compañía. -Gusto. Prueba sabores nuevos que deleiten tu paladar y que hagan que tu energía cambie. -Tacto. Utiliza materiales que recreen la naturaleza (que tanto nos reconforta) y sobre todo, aprovecha para abrazar mucho. La mejor manera de que lleguen cosas buenas a nuestra vida es compartiendo todo lo bueno que nosotros tenemos y qué mejor que compartir nuestro corazón.

Para poder dar paso a una nueva energía, lo primero y más necesario es hacerle espacio; así que este es un excelente momento para hacer limpieza de todo lo viejo que ya no queramos en nuestra vida. En segundo lugar, vamos a mover la energía activando los cinco sentidos. -Vista. Decora tu casa con adornos distintos a los que utilizas el resto del año (el verde es el color del crecimiento y la esperanza, el rojo el de la suerte, el dorado el de la riqueza, el púrpura el de EL MUNDO DE SOPHIA

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LA CREATIVIDAD COTIDIANA Y EL SER CREATIVO

Gil Miró diseñador gráfico

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omo creativo y artista gráfico, y profesor de arte, la creatividad ha sido siempre para mí una hermosa manera de afrontar cada trabajo e incluso una forma de ser ante la vida, provocándome una natural fascinación hacia los procesos creativos que me permiten traer algo «nuevo» a la existencia, a través de la mente y de la imaginación. EL MUNDO DE SOPHIA

Todo ello me ha llevado a preguntarme sobre el papel que juega la creatividad en el ser humano, más allá de aquellos individuos especializados y capacitados específicamente para ello; ya sea por su natural talento o talante, o por su formación; tal es el caso de artistas, científicos, empresarios de alto nivel, filósofos, genios, etc.


Así pues, al margen de mi trabajo artístico, y recordando mis años como publicista, con mis estudios sobre comunicación de masas, he observado, primero en base a mi experiencia en la docencia del arte y segundo bajo el prisma de los multimillonarios estudios sociológicos y antropológicos (pagados por el todopoderosos lobby publicitario) que el ser humano es creativo por naturaleza, necesita «crear». Pero esa necesidad, lejos, en la mayoría de casos, de grandes logros, -como son la confección de una aclamada obra de arte, o un invento o teoría que cambiarán el mundo-, se sitúa más bien en un «crear» cotidiano, personal; relacionado con las cosas íntimas de nuestra vida, que por ser íntimas no dejan de ser importantes para nosotros y nuestro entorno. Esta creatividad cotidiana puede ir desde lo más sencillo, como crear un espacio, nuestro hogar, un jardín, una empresa, la manera de ejecutar un trabajo, o una comida que nos permite dar ese «toque personal» que nos hace sentir únicos y diferentes; crear un estado de ánimo, un criterio, gestar una idea, una emoción, solucionar un problema… Hasta lo más relevante, como crear una manera de ser y actuar ante la vida, o crearnos y

reinventarnos a nosotros mismos, cuando necesitemos hacerlo. Empecemos a enfocar qué es eso de ser creativos y cual es su utilidad. Para ello empecemos desde el principio: la mente, sede de los pensamientos que nos conducen a los procesos creativos. El pensamiento se define generalmente como la actividad y creación de la mente, y su facultad, el intelecto, es la capacidad de pensar, separar, distinguir, entender, interpretar, discernir, proyectar, reflexionar, imaginar… En general, decimos que todo lo relacionado con la mente es pensamiento, ya bien sea a través de lo racional, de las abstracciones, de la imaginación o de los procesos creativos. También existe una conexión relacionada con lo que conocemos hoy como estados de conciencia no ordinarios, que afectan y se asocian a determinadas facultades y funciones de nuestra mente; más cerca a veces de la «metafísica», que de los procesos lógicos, biológicos o racionales conocidos hasta el momento por las neurociencias. La palabra pensamiento viene del verbo latino pensare, sinónimo de pensar o reflexionar, y actualmente se clasifican muchos tipos de pensamiento como por

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ejemplo el inductivo, analítico, sistémico, social, instintivo, interrogativo, crítico, racional, y cómo no, el pensamiento creativo. La creatividad sería la capacidad mental de pensar y crear nuevas ideas o conceptos, y asociarlos a los ya existentes en nuevas soluciones originales. También es conocida y aunada con el pensamiento original, la imaginación constructiva, el pensamiento divergente. En definitiva, la creatividad se convierte en una herramienta cognitiva que utiliza la originalidad, la flexibilidad, la plasticidad y la fluidez para crear estrategias que nos permitan formular, construir y buscar soluciones a situaciones difíciles, a problemas o encrucijadas. Esta búsqueda resolutiva ante distintas situaciones complicadas o adversas, provocan una particular y valiosa manera de adquirir conocimientos, y también una actitud, generando una forma de aprendizaje que no solo nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, sino también a las circunstancias y pormenores de la vida.

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Gracias al pensamiento creativo y a la creatividad, podemos aspirar a una mejor versión de nosotros mismos, y a una mejora u optimización de las situaciones que nos rodean, buscando soluciones a los problemas que nos ocupan y presionan. Podríamos decir que el pensamiento creativo nos puede ayudar a preveer las consecuencias futuras de las acciones presentes. Imaginar las distintas alternativas posibles de esas consecuencias y de las estrategias y acciones que deberemos tomar en su momento, ya bien sean como contención, asimilación o disolución. Sería como jugar una partida de ajedrez, trabajando con abstracciones y posibilidades, pero más al estilo del juego creativo de Capablanca y Bobby Fisher (muy de moda actualmente gracias a la serie «Gambito de dama» y el estilo de juego de su protagonista) que al estilo lógico y matemático de la escuela rusa. Las estrategias las elaboraríamos partiendo de un pensamiento deductivo, analítico y lógico, pero la búsqueda de más posibilidades y la manera de enfrentarse a ellas fuera de la fiscalización de la lógica, sería gracias al pensamiento creativo.


Y no se puede dejar de mencionar el estímulo para la motivación que produce el trabajo con la creatividad y los entornos creativos, tanto en el ámbito personal como en el de un colectivo; pues apostar por su desarrollo y uso, otorga una serie de interesantes ventajas en el desarrollo de actividades, pues transmite la esperanza de encontrar una buena idea o solución, que tenga más valor y sea más eficiente que la que ya había. También posibilita la obtención de logros y de hacer más estimulantes y divertidos los procesos de búsqueda, mientras se mantiene motivados -tanto al conjunto, como al individuo-, más allá de los resultados, pues la motivación se centra en el camino y en la experiencia acumulada en él; algo que de por sí ya es un logro y un valioso aprendizaje muy similar a la filosofía Zen. Pese a que esto pueda parecer paradójico, en el contexto de una empresa cuya finalidad se traduce en beneficios y no en «caminos» o «superaciones», tenemos muchos ejemplos, como puede ser Google o Apple, cuyos departamentos de trabajo creativo parecen más un parque de juegos que una clásica y seria oficina estándar; esas que están llenas de cubículos aislados y agobiantes, más parecidos a nichos que a un espacio de trabajo motivante. En estas nuevas «oficinas», más libres y menos estresantes, se puede comer, beber, descansar, jugar, ver pelis, socializar… y sin embargo, el modelo funciona. Toda esa motivación se traduce en creatividad, bienestar, logros y más compromiso, y gracias a todo ello, en mayores beneficios.

frustrar nuestra capacidad creativa y menoscabar toda proyección mejorada de nosotros mismos y de nuestro futuro. Por ello es más que recomendable cultivar en nosotros todo tipo de proceso creativo, y esforzarnos en ello aunque haya que salir de nuestra zona de confort (del todo necesario para ser creativos), pues nos ayudará a alcanzar los logros y las resoluciones necesarias para mejorar nuestra vida; mientras que nos cualificará para enfrentar con más conocimiento y experiencia las metas y objetivos que pongamos ante nosotros. Recordad que la creatividad no es exclusiva de artistas o científicos, ni de nadie, sino que todos en mayor o menor medida podemos ser creativos. Solo hay que imaginarlo, proyectarlo y trabajar para que ocurra. Sin duda, las posibilidades de una vida mejor, de un mundo mejor, de un futuro mejor, tanto a nivel individual como colectivo, se multiplicarán, y tan solo el viaje para lograrlo hará que valga la pena.

Hay un ejército de imposibilidades, una legión de obstáculos preparados para

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Juan Marí Profesor del CES

Revisando el mito de Heracles, el héroe por excelencia Hoy día tenemos claro que la mitología es una red narrativa con

diversos episodios y muchos personajes, como el tema del mito de Heracles y sus doce trabajos. La mitología esconde realidades que pertenecen a la memoria colectiva del hombre 40

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y toma características peculiares en cada una de las civilizaciones. Encontramos realidades universales que como diría Jung, forman parte del inconsciente colectivo, que adoptan formas características de la época y del momento histórico en el que aparecen.


Mircea Eliade en su libro Mito y Realidad nos dice que el mito «cómo lo comprendían las sociedades arcaicas, (…) designa, (…)una historia verdadera y lo que es más, una historia de inapreciable valor, porque es sagrada, ejemplar y significativa». Lo que podemos mencionar como tradición viva de las sociedades arcaicas se encuentra codificado en forma de símbolos a lo largo de su mitología. Para el creyente, el mito remite a un pasado que no por haber acontecido es un «pasado muerto», sino una «realidad viva» o, mejor dicho, revivida o re-creada a través de los ritos que fundamenta el mito. En muchos mitos aparecen hombres de cualidades extraordinarias (los conocidos como héroes), a medio camino entre los dioses y los hombres.

De hecho, suelen ser hijos de un dios o diosa y de un o una mortal, dándonos a entender que tienen esas dos naturalezas y que se hallará siempre entre una parte más terrena y esa otra parte divina que le aporta unas cualidades excepcionales. De alguna manera simboliza al ser humano que se halla desgarrado en dos direcciones: un impulso que lo lleva a identificarse con lo que sería su parte instintiva; por otro lado, una anhelo que lo impulsa a armonizarse con esa parte divina. De ahí que en los doce trabajos se ve muy bien reflejada esta dicotomía de cómo se reorienta con un nuevo y autodirigido esfuerzo que le lleva a superar la parte instintiva y a cultivar las cualidades del ser. Los griegos adaptaron tradiciones milenarias egipcias encontradas en

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estelas pertenecientes a la última dinastía, como la del niño Horus desnudo pisoteando cocodrilos y exprimiendo la vida de otras criaturas peligrosas como serpientes, leones y antílopes. Cuando los griegos vieron tales imágenes identificaron a Horus el Niño (Harpócrates) con el niño Heracles que estranguló a dos serpientes cuando lo atacaron en su cuna. Horus es el primer prototipo del héroe ejemplificado en su lucha con el malvado Set; representado en forma de cocodrilo, hipopótamo o asno, con capacidad de transformarse y escabullirse; poniendo a prueba y

llevando al límite a Horus (representado con forma de halcón). Podríamos hacer también una analogía entre Ra-horakhty, el sol en el cénit, el sol poderoso, en su máximo poder; con Heracles, que simboliza la fortaleza interior, el poder del ser de transmutar la parte subconsciente haciéndola consciente. Cornuto (filósofo y gramático estoico del siglo I d.C.), refiriéndose a Heracles, dice que representa «la fuerza» o «tensión interior», la voluntad que permite a cada ser humano pronunciar el ¡si! de su verdadera naturaleza, es decir, ser fiel a sí mismo, cumplir la misión asignada por Dios o el Logos. Los doce trabajos representan las pruebas que tiene que superar el ser humano para llegar a su destino. Es el camino para salir de «la rueda del Samsara», como lo llaman en la India. El concepto de Samsara deriva de la palabra sánscrita «saṃsārí» que tiene distintas significaciones, desde «fluir junto», hasta «pasar a través de diferentes estados» o «vagabundear». Nuestro héroe tiene que pasar por distintos estados y enfrentar monstruos. Como dice la psicología, esos monstruos que aparecen en los mitos clásicos no son más que elementos del ser humano, representaciones del subconsciente y los peligros de una imaginación exaltada. Además, en los mitos se ven reflejados tres elementos del ser humano: el espíritu o el ser, cuyas representaciones más típicas son el sol, la luz del cielo y la cumbre de las montañas (es en la cumbre del Monte Olimpo donde moran los dioses solares o cualidades del alma); en el otro extremo tenemos los monstruos que habitan en las regiones oscuras, en las entrañas de la tierra, en cuevas y en las regiones submarinas, representaciones de lo inconsciente, de todo aquello que tenemos guardado o almacenado por debajo de nuestra consciencia. El ejemplo más ilustrativo es el iceberg,

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lo que aflora por encima del agua sería lo consciente, y lo que está sumergido, que es mucho mayor en proporción, sería lo inconsciente (término originario del psicoanálisis). Lo que escondemos o almacenamos ah son miedos profundos, deseos reprimidos, experiencias traumáticas y aquellas cosas que no estamos preparados para enfrentar. Finalmente, en una posición intermedia, lo consciente, el hombre que vive sobre la tierra y que debe venerar e imitar a los dioses superiores e ir afrontando los peligros de todos aquellos monstruos o seres que se le irán presentando a lo largo del relato. No siempre sale victorioso, pues en ocasiones aflorará su parte instintiva y lo arrastrará. Por lo tanto, tendrá que redimirse de sus acciones inconscientes que le van a provocar dolor y sufrimiento, a él y a los que le rodean. Como muy bien dijo el Buda, el dolor está ahí para ayudar al hombre a tomar conciencia de que no está en

el camino recto. De ahí surgió el Noble óctuple sendero. No es casualidad que en cada uno de los trabajos (hay autores que los relacionan con los signos del zodíaco),tiene que enfrentar distintas pruebas; en ocasiones adentrarse en las entrañas de la tierra, en ciénagas oscuras y llenas de inmundicia para desafiar monstruos que tendrá que matar; domesticar animales que simbolizan las fortalezas que debe acrisolar el héroe en su camino hacia la transmutación de su naturaleza inferior. Otras veces sube a lo alto de las montañas y allí, a la luz del sol, resuelve la prueba. En ocasiones tendrá que introducir el fuego, la luz en la oscuridad de las cavernas, para hacer salir lo que mora en la penumbra y al iluminarlo hacerlo consciente a la luz de la razón, de la sabiduría. Estas son las pruebas que debe superar nuestro Héroe, para que al final de su vida, sea aceptado como uno más entre los dioses, en el monte Olimpo. EL MUNDO DE SOPHIA

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