El Mundo de Sophia 64

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2 EL MUNDO DE SOPHIA Contenidos VangelisMúsica «Cuando la música se convierte en mito» Jose Luis Gil Miró Creación Entrevista:literariaLauraEtcheverry «Una escritora en singular»4034302624231812843 EL MUNDO DE SOPHIA 2022 Nº 64 DIRECTOR: Javier Vilar JEFA DE REDACCIÓN: Elvira Rey REDACCIÓN Y MAQUETACIÓN: Elvira Rey y Elena Machado Una publicación de Fundación Sophia c/ Jaime Ferrer 3. Palma de Mallorca (Baleares) www.fundacionsophia.com / Tel: 971 72 15 55 editorial@fundacionsophia.comwww.mundosophia.comD.L.PM-2099-98 Los artículos firmados expresan única y exclusivamente la opinión de su autor. Frases sobre La Suerte LosPsicologíapilares del bienestar Itziar Ormaechea ¡Pasajeros,Psicología suban al tren de la felicidad! Carles Marcos Redes EditorialsocialesMindfulnessen la educación. Entrevista a Antonio Castellón Sergio G. García Sección literaria Libros para reflexionar: El libro de la alegría LaEgiptologíavida,lamuerte y el más allá en el antiguo Egipto Javier Vilar ElSimbolismosimbolismo del Juego de la Oca Elvira Rey Reflexiones La muerte Theo Laurendon

EL MUNDO DE SOPHIA 3 A las puertas del paréntesis estival sentimos la ilusión de romper con el tiempo rutina que se nos ha impuesto y que ha ocupado la mayor parte del año. Nos rendimos a la necesidad de salir de la costumbre, de romper con las cadenas del tiempo que parece exigirnos cumplir con nuestras obligaciones. Por ello, la pausa que nos ofrece el verano se muestra grata, liberadora, sanadora y cargada de ilusión. Podemos decir que sentimos la necesidad de salir para poder vivir aprendizajes verdaderos en contraposición del tiempo repetitivo vivido sin conciencia. Viajamos para cambiar de lugar y olvidar durante unos días lo que hemos dejado atrás, y como consecuencia vivir experiencias fuera de casa que estimulen nuestra mente y nos aporten conocimientos. Viajamos con la esperanza de ver otros horizontes no solo fuera de nosotros, sino, lo que es más importante, en nuestro mundo interior. No es necesario invertir diez horas de viaje para llegar a nuestro destino, ni soportar largas esperas en el aeropuerto y llegar extenuados a un lugar donde el idioma es desconocido. A veces, los mejores momentos ocurren a media hora de nuestra casa, en una playa tranquila con los amigos, disfrutando de una puesta de sol y una conversación relajada. Después de todo, elegimos un destino de acuerdo a lo que creemos que necesitamos, aunque a veces no sepamos bien qué es. Muchos son los motivos que nos llevan a ello: la exigencia de nuestro trabajo, la necesidad de realización personal, el autoconocimiento o un desengaño amoroso... Parece que cuando detectamos la incomodidad de nuestro día a día tendemos a buscar un panorama diferente que dé respuestas a nuestras preguntas.Viajarrelaja el cuerpo y la mente. Desde otro lugar, cercano o lejano, sentiremos haber dejado atrás lo que nos hace sentir necesarios, nuestra necesidad de ser perfectos, los proyectos inacabados y los problemas dejarán de ser tan importantes. Lo que ha marcado la diferencia no ha sido solo haber puesto tierra por medio, sino que nuestra mente se ha relajado y el fantasma de la preocupación, creada solo por ella, parece haberse desvanecido. Si viajar es el recurso típico de vivir unas vacaciones, hay algo que no nos pueden garantizar. Al encontrarnos en otros lugares distintos, gentes genuinas y otras formas de vida que nos pueden llamar la atención por lo exótico; si tenemos un adecuado punto de visión, podremos ver personas viviendo sus circunstancias (generalmente mucho más estrechas), que despierten nuestra empatía y nuestro sentido de humanidad, y sentiremos, quizás por primera vez que la separación con otras culturas está enraizada en la Podemosignorancia.sentir vibrar y conectar con un paisaje magnífico como nunca antes nos había ocurrido. Perder nuestra vanidad admirando templos asombrosos por su arte y belleza que otros hombres construyeron en alabanza a su dios universal. Cuando estamos en un lugar único e irrepetible, vivimos estar ahí con presencia y como si fuera la primera vez nos dejamos imbuir por su original espiritualidad. Por eso el tiempo se dilata y ese momento perdura en el recuerdo sintiendo que aquel viaje nos ayudó a conocernos mejor y romper barreras que nos impedían pensar libres. Editorial

4 EL MUNDO DE SOPHIA Docente, autor del «Poder de la educación mindfulness» y productor de documental «Revolución del Silencio Mágico», Antonio Castellón ha llegado a Palma para la primera proyección en Mallorca de su singular audiovisual. Aprovechamos un espacio antes de la cita para pedirle que comparta con los lectores del Mundo de Sophia algunas anécdotas sobre las motivaciones que lo han impulsado a escribir y a producir un documental sobre su experiencia en mindfulness aplicada en los centros educativos con los alumnos. Sergio G. García Promotor cultural

La revolución del silencio mágico Mindfulness en la educación

-¿Qué pensabas cuando empezaste tus prácticas de meditación?

-Cuando empiezo a documentarme y a llevarlo al aula me doy cuenta que la formación que yo he recibido de mindfulness, de coaching, de otras corrientes..., llevarlas al aula directamente

-¿Cuándo empezaste la práctica de meditación?

-¿En qué momento viste ese descubrimiento como una herramienta a compartir con tus estudiantes?

-Entonces, viste cómo llevar tu vida profunda a tu vida profesional, a la docencia. Y ¿en qué momento surge tu libro?

-Aproximadamente cuando tenía unos 29 años, o sea hace 19.

-Como dice Buda, unos nos iluminaremos por discernimiento y otros por sufrimiento, yo he estado en el camino del sufrimiento una parte de mi vida. Me llegó un momento, en que sin ninguna razón especial, yo sentía una frustración vital que me llevaba a ansiedad, insomnio, algo que ahora, lamentablemente, se está volviendo tan común. En esa búsqueda yo tenía la intuición que había algo que internamente no era sano en mi forma de vivir. En esa búsqueda no quería la solución fácil de la pastilla y busqué otras alternativas. Y tuve la suerte de encontrarme con un grupo budista que hacía prácticas en mi ciudad de modo esporádico. El día que fui por primera vez a ese grupo, para mí fue una revelación, tuve la sensación de que se apartaban todas las nubes y aparecía el sol y me di cuenta de que hay mucho más que no había visto hasta ese momento. Y sobre todo descubrí que una gran parte del sufrimiento que estaba experimentando, lo estaba creando yo, lo estaba creando mi mente. Ahí comenzó la inquietud por seguir conociendo.

-Antes de eso, había percibido, por los beneficios que estaba notando en mí, que podía ver en los demás todo lo que yo había experimentado. Hay una frase del maestro que me encanta «si quieres aprender de las personas, deja el libro y lee en las personas» y todo lo que aprendes en ti, comienzas a verlo en los demás. Cuando yo empecé a ver esos juegos mentales, ese sufrimiento gratuito, acabé por descubrirlo en las personas que me rodeaban y me di cuenta que era muy positivo compartirlo. Posteriormente yo tenía la actitud de muchos trabajadores de que «yo tengo mi vida y por otro lado está el trabajo». Y me día cuenta de que no tiene sentido, que si yo era muy feliz fuera de la docencia, porqué no poder serlo dentro de la docencia también. En un principio comenzó con una parte de egoísmo constructivo «quiero estar bien para que los otros estén bien». Y ya llevo diez años con estas prácticas de trabajar con los alumnos. Obviamente esto ha sido un proceso de aprendizaje sobre la meditación, en el que me he dicho a mí mismo en muchos momentos «qué fácil hubiera sido si esto lo hubiese conocido muchísimo antes». Y se dio esta cualidad de estar yo bien dentro del aula y al mismo tiempo querer darle ese regalo a los niños. Es ganar en reciprocidad, en la medida que yo estoy mejor, ellos están mejor y viceversa; mi enseñanza tiene más sentido porque trasciende lo que estoy escribiendo en la pizarra con la conexión con el ser humano.

6 EL MUNDO DE SOPHIA es un error, porque en el contexto en el que yo las recibo, como adulto, con una trayectoria vital, con una intencionalidad, pagando…, no tiene nada que ver con segundo de la ESO, tercero de Primaria, etc., donde no tienen conocimiento del dolor que hemos tenido nosotros y además no te lo han pedido. Esta fue mi propuesta, yo empecé con el error de trasladar lo que a mí me llegaba a ellos, y obviamente funcionaba muy dificultosamente. Y empecé a investigar y a buscar información. Y me di cuenta de que prácticamente no había nada, casi toda la literatura era en inglés, los audiovisuales también en inglés y lo que había en español era muy escueto y muy poco aplicable a la realidad de un centro. Normalmente, con grandísima buena voluntad habían sido escritos por psicólogos y personas que no viven las peculiaridades que sufren el docente y los alumnos. Ahí empecé a desarrollar un montón de material. Por un lado, yo hago mucha formación para docentes y me reclamaba que todo eso estuviese más organizado, y por otro lado, siempre he tenido el anhelo de escribir un libro; pero al mismo tiempo empezaron a surgir ciertas dudas en mi mente de hasta qué momento yo iba a continuar ese proyecto, pues al tener una vida, una familia y tengo muchas aficiones. Y el libro iba a ser seguro porque si me voy, ahí va a estar y sobre todo por lograr un efecto multiplicador; porque uno desde su pequeña atalaya llega hasta donde llega su voz, pero con este tipo de publicaciones puedes llegar a cualquier parte del mundo. De hecho, recibo agradecimientos por mail, procedentes de Argentina, de Honduras que ya están haciendo camino en el libro.

-¿Recibes feedback directamente de los usuarios de redes sociales? -Sí. Me encanta que me hablen, que compartan. Siempre son comentarios positivos. El libro está a la venta en Amazon, ahí se pueden ver las calificaciones y son buenas. -¿En qué momento surge la idea del documental -Además de la docencia siempre me ha atraído mucho el mundo creativo.

Cuando empecé esta trayectoria de enseñar mindfulness de una forma profesional me fui dando cuenta de que estaba atesorando una experiencia que era precisamente lo que los profesores buscaban y no encontraban: cómo aplicar mindfulness en el aula. Durante años estuve grabando material con la idea inicial de hacer pequeños videos para compartir. Durante estos años he tenido la oportunidad de trabajar con padres, alumnos y profesionales que son referentes en el mundo del mindfulness que se ilusionaron con el proyecto. Me interesaba tener muchos puntos de vista, especialmente el científico pues ya existe, ¿por qué no utilizarlo para facilitar entrar en el sistema? De hecho, está teniendo mucha aceptación esta propuesta en ámbitos educativos. Yo coordino una asignatura oficial que se llama «Educación emocional y mindfulness» y el sistema lo

En el documental se muestra cómo se enseña y se practica mindfulness en las aulas y eso desmonta muchos prejuicios.

Ten en cuenta también que este tipo de herramientas, si lo enfocamos como juego, como algo lúdico, les gusta en el momento, pero todavía no tienen, en la mayoría de los casos, una experiencia de dolor vital, de frustración, etc. Sin embargo, cuando han crecido un poquito y llegan a segundo de bachillerato, por ejemplo, y experimentan el estrés y la ansiedad de la selectividad ,ahí es cuando echan mano de todo esto y te lo agradecen. Es un recurso que ellos adquieren y que van a poder utilizar el resto de su vida.

-¿A nivel personal, te llena de satisfacción este trabajo?

-Sí, es la metáfora que utiliza Thich Nhat Hanh en su trabajo con niños, plantar semillas. -Muchísimas gracias, Antonio, por compartir tus experiencias. -Gracias a vosotros y enhorabuena por ser también un semillero, por estar plantando lo único que verdaderamente puede suponer un cambio en la sociedad.

Por ejemplo, con respecto al argumento de la importancia de dar contenidos frente a enseñar mindfulness. Pues ya la neurociencia ha demostrado que el estado que se genera aplicando mindfulness (un cierto autoconocimiento, autoaceptación de la propia persona, etc.) es un estado mental mucho más receptivo que el ordinario y proporciona un aprendizaje mucho más eficaz. A mí me gusta combinar mindfulness y compasión, dos pilares fundamentales. porque uno de los grandes problemas que tienen tanto adultos como jóvenes es la tendencia al auto-rechazo, la falta de amor por nosotros mismos. Cuando se trabaja la compasión la convivencia en las aulas mejora notablemente. El otro pilar, la atención plena, tiene beneficios objetivos muy evidentes, pues, por lógica, cualquier persona que desarrolla la atención tiene unos mejores resultados en cualquier actividad que la requiera como es la actividad académica. -¿Has recibido feedback de los niños? -A este respecto hay que tener en cuenta una cosa. Yo trabajo tanto con alumnos de FP de más de veinte años como con alumnos de ESO con 13-14 años en una etapa de rebeldía, de tendencia a no reconocer ninguna autoridad, a no darte la razón, etc. Es muy curioso cuando se empieza un primer trimestre con una cierta tensión en el ambiente y conforme va pasando el curso se va generando una relación muy bonita de amistad. Recuerdo un chaval que era muy reticente a hacer cualquiera de las prácticas y al cabo del tiempo me lo encontré, ya había dejado de estudiar y al verme se saluda y me dice «Antonio, ahora trabajo en un invernadero y estoy muy estresado, me cuesta dormir, pero con tus audios consigo dormir súper bien». En aquel momento sembramos una semilla que germinó tiempo después.

permite porque está bien fundamentada.

-No te puedes imaginar hasta qué punto. Las personas necesitamos una vida con sentido y la contribución es uno de los valores que más sentido da a nuestras vidas. Estar sirviendo a los alumnos a los que doy clases, abrir camino a los docentes que tienen este tipo de inquietudes.

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Itziar Ormaechea Psicología

Los pilares

ausencia de sentido en nuestra vida, ya que muchas de las fuentes que orientaban la misma en el pasado, como la religión, la comunidad o los rituales, han perdido su importancia, o han desaparecido por completo. Por suerte, en los últimos años han empezado a surgir movimientos como el mindfulness, el minimalismo u otros, que ayudan a la gente a aprender como llenar ese vacío, y a crear un estilo de vida saludable, hablándonos de una serie de pilares que nos pueden ayudar en este camino. Vivimos en el mundo de la inmediatez, sumidos en una carrera desenfrenada por conseguir aquello que esté de moda, hasta que una vez en nuestras manos, lo olvidamos al instante. Y lo peor es que ocurre lo mismo con nuestras relaciones. Esto ha provocado que los indicadores de enfermedades mentales hayan aumentado el índice de suicidios, los casos de depresión, de ansiedad y soledad.Unade las mayores causas de toda esta situación, ha sido una profunda del losdelbienestarbienestarpilares

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elementos de higiene personal, o higiene del hogar. No somos realmente conscientes de la cantidad de patógenos con los que estamos en contacto a diario, un hogar medio es altamente tóxico y ni tan siquiera lo sabemos, por ejemplo, en el mundo de la cosmética y la higiene personal podemos encontrarnos habirualmente con compuestos como el polyethileneglicol, triclosán, dietanolamina, parabenos, parafinas, ftalatos… entre otros, que van desde disruptores endocrinos, a directamente cancerígenos. Por lo que es muy importante conocer con qué productos tratamos habitualmente.Elsiguientepilar es la actividad física. Venimos de una sociedad tendente al sedentarismo, y esto ha provocado problemas de obesidad, corazón, diabetes, colesterol, e incluso determinados tipos de cáncer… Cuando la realidad es que realizar una actividad moderada y constante a lo largo del día nos ayuda a reducir el estrés, facilitar la concentración, prevenir el deterioro cognitivo y nos ayuda a ser más felices y a sentirnos mejor. Además de generar hasta 50 hormonas diferentes, entre ellas la de la felicidad.Necesitamos activar y estirar nuestro cuerpo a diario, fijémonos en nuestros amigos felinos, ¡lo primero que hacen al despertarse es estirar!, y es una de las cuestiones principales que tenemos que atender, que una Uno de esos pilares es la alimentación saludable, es decir comer de forma equilibrada, incluyendo más fruta y verdura en nuestra dieta. Mejorando la calidad de la comida, eliminando los ultra procesados, así como el exceso de alcohol y medicamentos, el tabaco o las drogas. Al tiempo que nos mantenemos adecuadamente hidratados, evitando bebidas azucaradas, zumos de baja calidad y demás.Perono sólo es importante qué comemos, sino cómo lo hacemos, ya que hoy en día tendemos a comer sin prestar atención y lo ideal es hacerlo de forma consciente, apagando el televisor, silenciando el móvil y disfrutando de esa comida estando realmente presente. Por otra parte, hay algo que solemos dejar de lado, y es de lo que se alimenta nuestra piel, ¡necesitamos sol! Vitamina D, y ¡lo mejor es disfrutar del sol de primera hora del día para recargarnos! Además de tener muy en cuenta todo lo que llega a nuestro organismo a través de ella. Ya sean cremas, cosméticos,

Otro punto muy importante es controlar la historia que nos contamos a nosotros mismos sobre cómo hemos llegado a ser la persona que somos hoy.

10 EL MUNDO DE SOPHIA de las primeras cosas que hagamos al iniciar el día, sea activar nuestro cuerpo, ya sea estirando, haciendo ejercicio, bailando … ¡lo que queramos! Nuestro entorno, ya sea nuestro hogar o la ciudad en la que vivimos, es también uno de esos grandes pilares. Un hogar limpio, ordenado y ventilado nos afecta mucho más de lo que realmente podemos asumir. El caos físico, genera caos mental, por lo que es de gran importancia eliminar el ruido visual (todo lo que sobrecarga de manera innecesaria un espacio de la casa y que cuando lo vemos, no tiene armonía con el resto del conjunto), en resumen, tener nuestra casa en orden, limpia y ventilada. Si vivimos en una ciudad, también es muy importante tener en cuenta la calidad del aire, la contaminación, el ruido y todo el estrés derivado que generan. Necesitamos desconectar y entrar en contacto con la naturaleza ya que nos relaja y actúa como una inyección de energía que nos ayuda a protegernos de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, mentales y musculares. Uno de los pilares más importantes es el sueño y el descanso. No descansar, no desconectar nunca, el estrés y la ansiedad pueden afectar a nuestra salud a largo plazo sin que nos demos cuenta. Es necesario dormir entre siete y ocho horas diarias, y hacer más de aquellas cosas que nos recargan (leer, tomar algo con amigos, ir al cine, manualidades…).Porotraparte, siempre tendemos a preocuparnos sobre qué comemos, qué bebemos, si hacemos o no ejercicio ..., pero hace tiempo que hemos dejado de preocuparnos de qué ponemos en nuestra cabeza. Acciones como practicar la gratitud a diario, meditar, leer textos de sabiduría que nutran nuestra alma; buscar momentos de trascendencia en los que sentirse por encima del ajetreo de la vida cotidiana y conectado con algo más grande que tú; participar en movimientos colectivos por un bien mayor, disminuir la importancia de nuestra propia individualidad; sentir que estás vinculado con otra realidad más grandiosa que nosotros mismos, practicar más a menudo el self-care ... estas cosas hacen que, sin darnos casi cuenta, el estrés y la ansiedad desaparezcan y poco a poco vayamos conectando con nuestro centro.

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El último de esos pilares que vamos a tratar hoy, está del todo relacionado con nuestro propósito de vida, ese que los japoneses llamaron Ikigai

Tu trabajo no tiene por qué ser tu propósito, pero tienes que tener un propósito. Y si es cierto que puede cambiar en las diferentes etapas de nuestra vida, pero sí estar focalizados en él. Saber por qué hacemos lo que hacemos nos lleva a ser muchísimo más felices, aporta sentido a nuestras vidas, nos guía hacía el futuro, orienta nuestra vida y nos ayuda a aportar lo mejor de nosotros mismos al resto de la sociedad. Por ejemplo, podemos tener un trabajo que pague nuestras facturas y en nuestro tiempo libre dedicarnos al voluntariado.Aplicartodos estos conceptos puede parecer abrumador, ya que implican, en definitiva, cambiar nuestra vida, convertirnos en pilotos de nuestro propio navío para dirigirlo a la mejor versión de nosotros mismos, a una vida más feliz y consciente, más simple y plena. Pero recuerda, Roma no se hizo en una noche, aplica poco a poco cada uno de estos pilares, cambia poco a poco tu vida hasta convertirte en el protagonista indiscutible de ese libro que es tu existencia.

No nos damos cuenta de que somos los narradores de nuestra propia versión, y que podemos editarla y volver a escribirla según lo necesitemos. Pero también hay que tener en consideración que el ser humano vive en comunidad, y necesitamos nutrirnos de ella y de las relaciones con otras personas. Pero cómo gestionemos esas relaciones es de vital importancia. Debemos quedar más con la gente que nos aporta cosas buenas y huir de las personas tóxicas. Porque, en definitiva, las relaciones nos pueden hacer profundamente felices, o miserables ...

El libro de la Alegría libros para reflexionar

Fernando Celli Graduado en y

profesor del CES Desmond Tutu y Dalai Lama Sección literaria

Historia

EL MUNDO DE SOPHIA 13 Que el fin último del ser humano es alcanzar la felicidad se sabía desde muy antiguo y ahora lo estamos revalidando. A todos nos gustaría vivir una vida plena, alegre y feliz, y aunque perseguimos ese ideal, parece que fuera inapresable y fugaz. Entonces, eso que buscamos y hemos buscado desde siempre ¿es posible? ¿depende de las circunstancias? ¿es una quimera? ¿es real y depende de uno mismo?Mehace muy feliz poder compartir algunas reflexiones que me ha suscitado «El libro de la alegría» que nos ayuden a ser felices a través de un cambio de mentalidad. El libro surgió de un encuentro histórico en que, para celebrar el ochenta cumpleaños de su santidad, el Dalai Lama, se reunieron a conversar una semana entera en Dharamsala (India), este y Desmond Tutu, dos grandes maestros y viejos amigos. Aunque los dos autores requieren poca presentación, podemos recordar que el Dalai lama, líder político y religioso del Tíbet y premio nobel de la paz en 1989, a los dos años fue separado de su familia para ser instruído en un monasterio. A los quince años tuvo que hacerse cargo de la dirección política del país cuando la invasión del Tíbet por la China comunista era ya inminente. En 1950 se vio obligado a abandonar su patria y su hogar para exiliarse en Dharamsala. Refugiado en la India tuvo que ver cómo el Tíbet perdía su libertad y cómo todo su mundo se derrumbaba siendo él, el máximo responsable. Sin embargo, siempre vio con positividad todo lo que le cambió su vida desde entonces. Desmond Tutu era arzobispo de Sudáfrica y se convirtió en el líder de la lucha contra el apartheid cuando Nelson Mandela fue encarcelado por ser el brazo armado de esa lucha, aunque siempre lo hizo con las armas de la paz. Dedicó su vida a sanar las injusticias de su pueblo hasta conseguir la liberación de Nelson Mandela. Fue también el encargado de crear la Comisión para la Verdad y la Reconciliación que buscaba alcanzar la justicia restaurativa después del fin del régimen del apartheid. Fue el primer sudafricano de color en ser elegido y ordenado Arzobispo Anglicano de Ciudad del Cabo y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984 por su ideal pacífico. Murió recientemente, por lo que este artículo es un reconocimiento hacia su legado y también un reconocimiento expreso para el Dalai lama, por todo lo que juntos han aportado a la humanidad. A pesar de sus sufrimientos -o como ellos dirán en el libro-, fueron y son dos de las personas más felices y alegres.

Douglas Abrahams, coautor del libro, fue quien les entrevistó y escribió sobre lo que dijeron sobre la alegría y sus fuentes. Les hizo preguntas que llegaron por una convocatoria al público para hacerle llegar sus inquietudes,

- No darnos cuenta de que el placer de los sentidos es breve; de hecho, es como saciar la sed con agua salada... La alegría de los sentidos es breve, la de la mente es mucho más duradera, por eso hay que entrenar la mente.-Ladebilidad física produce enfermedad, al igual que la debilidad mental genera muchos problemas, hay que cultivar la inmunidad

14 EL MUNDO DE SOPHIA y es curioso que la preocupación más repetida fuera ¿cómo conservar la alegría en un mundo de tanto sufrimiento?. Una frase del libro dice: «Nosotros creamos todo sufrimiento e infelicidad, por ende, nosotros tenemos el poder de crear más alegría». El sentido de este libro es descubrir que la verdadera alegría no depende de las vicisitudes y de lo circunstancial. ¿Qué es la alegría? Nosotros tal vez la conozcamos superficialmente como una de las emociones básicas, pero ellos, profundizando nos dicen que la alegría nos pertenece por derecho propio y es aún más esencial que la felicidad. Desmond Tutu dijo que la alegría es más grande que la felicidad, ya que esta depende de circunstancias externas, pero la alegría es independiente… en la alegría está la felicidad. y Dalai Lama aporta que la alegría es una extraña alquimia de la mente.

La alegría es un estado mental y emocional que anima nuestra vida. Se encuentra en la mente y en el corazón y es lo que a la larga llena nuestra vida de significado. Puedes estar alegre aún en el dolor de un parto, o trabajando todo el día o estar alegre aunque las cosas no te estén yendo del todo bien. Abarca desde las lágrimas de dolor por la superación de algo difícil hasta la serenidad de una meditación; reírse de un chiste, el asombro por un nuevo descubrimiento, el sano orgullo por haber conseguido algo, la gratitud por estar vivo, hasta la alegría por ver a los demás felices; el deleite o el embelesamiento, hasta la amistad o el amor por tus seres queridos. La alegría engloba todas estas experiencias y muchas más, porque la alegría es el verdadero estado natural del ser humano. El problema es que esta alegría se contamina, por eso durante todo el libro, ambos comparten y abordan los muchos obstáculos que hay hasta llegar hasta esa verdadera alegría. Te nombro algunos: - Estar permanentemente preocupado produce una de las enfermedades más comunes actualmente, el stress. Si tiene solución, para qué preocuparse y si no tiene solución, no tiene sentido preocuparse, enseña el Dalai Lama. - No comprender que la angustia y la tristeza son emociones inevitables. Las vamos a sentir, por eso nos recomiendan que hay que aceptarlas como parte de la urdimbre de la vida.-No darse cuenta de que en la vida hay adversidad y frustraciones. No te preguntes ¿Cómo puedo evitarlas? Debes preguntarte ¿Cómo puedo usar yo esta circunstancia de manera positiva?

- Perseguir lo bello, dice Desmond Tutu, siempre acarrea dolor: el dolor de escribir un libro, de dar a luz a un niño, de alcanzar un sueño o trabajar por un ideal. Todo lo bueno en la vida, siempre te va a causar algún tipo de dolor, pero la recompensa es la alegría.

mental para que podamos detectar las emociones y pensamientos negativos y destructivos recomienda el Dalai Lama. - No comprender el sentido de la muerte y no aceptarla como parte de la vida.

¿Cómo superar estos y muchos otros obstáculos? Yo lo he resumido en tres claves:

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1.Una vida sin dolor no existe. Somos seres frágiles, tenemos dolores físicos, emocionales y mentales. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional ¿Es posible sentir dolor y no sufrir? El sufrimiento es la respuesta que nosotros damos a ese dolor. La soledad, ansiedad, insatisfacción, egocentrismo, miedo, celos, envidia, competitividad, apego, deseo, ira e ignorancia son algunos causantes de sufrimiento evitables. El antídoto a todo ese sufrimiento añadido es una mente en calma, es decir, sana y un corazón compasivo. Pensar más por el bienestar de los demás y el cultivo de estados saludables que favorezcan la alegría, es la forma en la que nos enfrentamos a los aspectos negativos de la vida, lo que determina en lo que nos convertimos.

2.Como no podemos tener el control del dolor que nos provocan las situaciones y dificultades, debemos practicar nuestra respuesta al mismo. Mucho del dolor que sufrimos se nos inflige externamente y otra parte, internamente a nosotros mismos, según las respuestas que damos a los sucesos. Si bien no puedes evitar que nada pase, hay un elemento que sí controlas: tu respuesta a estas situaciones y la mirada con la que las percibimos. Dalai Lama dice que no podemos parar el sufrimiento que causan los sucesos, pero sí podemos parar el nuestro propio. Desmond Tutu indica que el sufrimiento puede ennoblecernos o amargarnos…, la cuestión está en encontrar el sentido de todo ese sufrimiento… Si en la vida, quieras o no, hay adversidad, es mejor enfrentarte a ello con alegría. 3.La compasión y la tristeza nos ayudan a aliviar el dolor. Ya sea sufrimiento externo o interno, en muchas ocasiones es el resultado de haber tenido unas expectativas que no terminaron cumpliéndose. Nosotros no esperamos meternos en un atasco, que nos diagnostiquen una enfermedad o que suban el precio de la luz; que te despidan del trabajo o que te torturen por pensar distinto, o te discriminen, etc.; por lo que la realidad no coincide con lo que esperamos de ella y por eso nos estresamos y enfadamos. El resultado es, otra vez,Parasufrimiento.convertirlo en alegría, o al menos no dejar que se haga con el control podemos canalizar el estrés y la ira en compasión y tristeza, que son dos sentimientos mucho más productivos. Ya sea siendo compasivo contigo mismo y dejando de culparte, o que alguien te de la mano y te diga que todo irá bien, este cambio es una forma de lo más poderosa de disolver la ira al instante. En cuanto a la tristeza, según estudios

2-Humildad. A pesar de su grandeza, en ningún momento ellos creen que son alguien especial. Se ven como uno más de la familia humana que sufre, que llora, que intenta ser. Afirman que es la inseguridad la que te lleva a creer que eres más grande que los demás y en realidad, demuestra que eres pequeño.

Los dos siempre muestran una certeza increíble de que el mundo tarde o temprano cambiará. Yo creo que si bien es bello e inspirador ver esta certeza en ellos, no basta con que algunos la tengan, debemos ser más y trabajar juntos por ello. Para terminar te nombro los ocho pilares de la alegría, la fuente de donde mana ese manantial inagotable, mente y corazón unidos.

4-Aceptación. La aceptación de la realidad es científicos, es una emoción que nos permite reflexionar y procesar las cosas malas que nos pasan, tener mejor juicio, ser más conscientes de nuestra situación y estar más motivados a mejorar; a la vez que genera empatía y generosidad, lo que podemos usar para luego tomar medidas positivas. No profundizamos en las relaciones con los demás si todo es bueno. Son las épocas difíciles cuando la tristeza y el dolor nos acercan a los demás. Desmond Tutu. Otra de las preguntas que le hicieron fue: ¿qué motivos hay ahora mismo en el mundo para sentirse alegre? Los dos reconocen que lloran cuando observan en el mundo tanto sufrimiento y se sienten impotentes cuando no está en su mano hacer nada para paliarlo, hasta que alguien decida hacer algo al respecto. Tenemos una capacidad increíble para hacerlo y hay muchos voluntarios comprometidos, filántropos, idealistas, bienhechores de la humanidad por todo el planeta que trabajan por el bien común, que nos muestra que somos seres humanos compasivos. ¿Cómo cambiar la situación, entonces? Nos recomienda que ahí donde estés empieza a sembrar, haz algo por los demás ya que «son el amor y la bondad lo que puede cambiar el mundo y lo que te permite vivir con más alegría». A lo que le

3-Sentido del humor. Si eres humilde, podrás reírte de ti mismo. Risa y broma son los mejores recursos para romper las barreras que nos separan. Es no tomarse nada como algo personal. La vida es dura y el humor te permite afrontarla aceptándola con mayor alegría. Nos va mucho mejor cuando no impera la seriedad, reírse es saludable. «Resulta muy difícil derribar a alguien que ya antes se ha derribado a sí mismo» Desmond Tutu.

16 EL MUNDO DE SOPHIA siguió otra pregunta que tal vez la hayas oído alguna vez: ¿Pero actualmente retrocedemos, todo cada vez está peor? Desmond respondió: «De vez en cuando retrocedemos y podemos perder la esperanza, pero nunca olvidemos de mirar en perspectiva. El mundo está avanzando y el ser humano cambiando. Se necesita tiempo para crecer… estamos aprendiendo a ser más humanos, más solidarios, mas compasivos. La esperanza es lo que te permite seguir adelante a pesar de todo, porque se asienta en la convicción y es el antídoto a la desesperación».

1-Perspectiva. Es la habilidad para replantear nuestra situación ante los sucesos de la vida, ya que la perspectiva desde la que observamos el mundo moldea nuestra realidad. Tal como vemos el mundo, así lo experimentamos. Replantearte un mismo hecho o tragedia desde un punto de vista más positivo, te hace verlo como una oportunidad, una manera más neutral y de ser más alegre.

¿Cuál es la mayor alegría, la más duradera? Hacer el bien. Eso es compasión porque ayudas a sobrellevar la situación a los demás, es humildad porque te sabes uno más de la gran familia humana; hay sentido del humor porque te ríes de las cosas que nos pasan como humanos, incluido tú mismo; es aceptación de la vida, que somos vulnerables y nos necesitamos; es perdón porque no eliges a quién haces el bien mientras te desprendes del ego; es complementariedad y cooperación con los demás. En perspectiva, es gratitud por compartir vida con otros seres extraordinarios; es generosidad por darte a los demás sin esperar nada a cambio; es descubrir que todos somos uno, una urdimbre delicada y profunda donde todo bien que haces a los demás repercute en ti mismo.

7-Compasión. Significa sufrir con. Es la preocupación que surge cuando nos enfrentamos al dolor que siente otra persona y es el impulso o necesidad de aliviar ese sufrimiento. Es como decirle a otro, no estás solo, yo estoy aquí para ayudarte a sobrellevar esto. «Una mentalidad demasiado agocéntrica, solo provoca sufrimiento. La compasión y el bienestar por el interés de los demás, es fuente de felicidad» Dalai Lama. Cuando somos conscientes del dolor ajeno, nos damos cuenta de que no estamos solos, que todos en realidad sufrimos por algo y estamos unidos por lo mismo. Entonces tu dolor disminuye, no desaparece, pero se hace más tolerable. Si quieres sanar tu propio dolor, debes sanar el dolor de los demás... Haz acciones de bondad para los demás y verás crecer en tí la alegría.

6-Agradecimiento. Si la aceptación es no luchar contra la realidad, la gratitud es abrazarla, dar gracias a la vida por todo lo que te ha dado. «No es la felicidad la que nos hace ser agradecidos, es el agradecimiento el que nos hace ser felices» Dalai Lama.

el único lugar desde donde puede iniciarse el cambio. Es no luchar contra la realidad y en vez de huir para no verla, pregúntate ¿Cómo puedo utilizar esto para algo positivo? Si aceptas, por ejemplo, que tu relación con tu vecino no es la mejor, puedes empezar tú a mejorarla, ves un camino como vía para mejorar algo. Aceptar la vida tal y como es y tal y como somos, sin resignación, dándonos tiempo para aprender y crecer. Aceptar que eres vulnerable, que te equivocas, que no eres perfecto y los demás tampoco. Cuando aceptas tu realidad te liberas del pasado, de tus expectativas y de tu visión personal de la vida. La aceptación nos permite alcanzar la plenitud de la alegría.

Finalmente, nos dan un último consejo y recordatorio. Debemos cultivar la alegría en nosotros, inculcarla y educarla en las generaciones venideras… Nosotros debemos ser un ejemplo de alegría para el mundo.

5-Perdón. Perdonar es liberarse del pasado, de todo lo que te han hecho y de todo lo que tú mismo has hecho. No es olvidar, es no reaccionar con ira y odio, que son fuente de sufrimiento. Es un volver a empezar, pero más sabio y fuerte a la vez que ayudas a aliviar el sufrimiento del otro. No es fácil, pero todos tenemos la nobleza para hacerlo. El perdón es el único modo que tenemos de curarnos… sin perdón permanecemos atados a la persona que nos ha hecho daño y él será nuestro carcelero. Si perdonas, tú pasas a ser tu propio libertador…, perdonar es un signo de fortaleza.

«Todos somos hermanos, necesitamos trabajar el concepto del nosotros… Nos marchitamos cuando no tenemos con quién interactuar… necesitamos a los demás para poder desarrollarnos tal y como somos… somos así, estamos diseñados así» Dalai Lama.

8-Generosidad. Cuando das es cuando más te llenas, sobre todo de alegría. «Recibimos cuando damos» Desmond Tutu.

18 EL MUNDO DE SOPHIA Los antiguos egipcios amaban profundamente su tierra, a la que llamaban Ta-Meri, la tierra amada. Una tierra sagrada bendecida por la inmanente presencia de sus dioses, cuyo Ka se mantuvo vivo en los templos durante 4.000 años alimentado cada día con las ofrendas, ritos y plegarias de un pueblo profundamente religioso, amante de la vida, del amor y la belleza, cuya alegría de vivir sólo era superada por su devoción incondicional a «lo divino y lo eterno».Poreso, quienes han definido al antiguo Egipto como una cultura funeraria cuyos habitantes vivían obsesionados con la idea de la muerte, han cometido un gran error, pues a través de sus textos, sus tumbas, sus rituales y monumentos funerarios, los antiguos egipcios no rendían culto a la muerte sino a la inmortalidad. Es decir, no es que amasen poco su vida en la tierra, es que amaban aún más la vida eterna. Por eso, todas sus ceremonias y festivales sagrados, las ofrendas divinas y funerarias, las estatuas del ka, las fórmulas y recitaciones mágicas, las escenas y símbolos jeroglíficos grabados en sus tumbas, papiros y sarcófagos, así como los amuletos mágicos de protección que depositaban entre los vendajes de la momia, garantizaban al alma del difunto un buen viaje por el más allá y un hermoso

Javier Vilar Egiptólogo y Presidente de la Fundación Sophia

Egiptología

LA VIDA, LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ EN EL ANTIGUO EGIPTO

del antiguo Egipto, el nacimiento y la muerte constituyen las dos orillas del río de la Vida. Dos estados alternativos entre los que se desenvuelve la existencia del hombre egipcio. De tal forma que para ellos la vida era una escuela de aprendizaje y la muerte el examen final que el hombre tenía que hacer en presencia de los dioses. Por eso llamaban a sus escuelas de sabiduría La Casa de la Vida, mientras que sus tumbas eran Las moradas de Eternidad. Y es que para ellos la vida en la tierra era la oportunidad que los dioses brindan al hombre para que pueda ejercitarse en el arte de vivir, a fin de alcanzar la maestría y convertirse en un ser sabio y venerable. Por otro lado, no veían la muerte como la extinción definitiva de su existencia sino como un proceso de transformación espiritual y un camino de tránsito hacia la eternidad.

EL MUNDO DE SOPHIA 19 destino en los gloriosos jardines de la eternidad.Paralacosmovisión

Partiendo de esta base, es lógico pensar que los sabios egipcios, cuya ciencia revela una naturaleza altamente metafísica a la vez que extraordinariamente práctica, se preocupasen muy seriamente de establecer no solo un manual práctico de consejos y enseñanzas que les sirviera para ejercitarse en el arte de vivir (como ha quedado recogido en los textos sapienciales), sino también una guía de viaje para el más allá que les ayudase a recorrer con éxito el difícil viaje que

20 EL MUNDO DE SOPHIA

Sabiduría dual de Maat que a través de los textos sapienciales y los textos funerarios expresa una filosofía de la vida y una ciencia de la muerte, pone de relieve uno de los principios fundamentales de la cosmovisión egipcia: la dualidad vida-muerte. Una dualidad que ellos veían expresada en su propio espacio geográfico a través de las dos orillas del Nilo, la ribera oriental u orilla de los vivos y la ribera occidental u orilla de los muertos. Dos mundos que, siendo opuestos y a la vez complementarios, toman como modelo teleológico el nacimiento (el alba) y la muerte del sol (el ocaso), para orientar no sólo su espacio vital, sino también su pensamiento.Podemosdecir entonces que los antiguos egipcios concebían la vida y la muerte como dos estados alternativos o dimensiones complementarias de la existencia. Para ellos la vida era una escuela de enseñanza y la muerte, no era la extinción definitiva, sino el tránsito imprescindible para poder vivir en el más allá junto a sus padres, los dioses. Por eso, igual que Oriente es el horizonte de la luz por el que nace y renace Ra, el Señor de la Vida y el Orden de los mundos, Occidente era para ellos la puerta al más allá; pues el alma humana ligada al curso del Sol, abandona esta vida por el mismo lugar en que el astro rey se pone y comienza allí su viaje para renacer en los Jardines de la Eternidad (el Amenti, el Campo de los Juncos, Campos del Iaru etc.). De esta forma, el curso diurno del sol por el firmamento (eje Este-Oeste), y su curso nocturno (eje Oeste-Este), se convierte dentro de la cosmovisión egipcia, en el modelo paradigmático de vida, muerte y renacimiento. De esa forma, cada noche, mientras el dios Ra bajo su forma de Osiris, atraviesa el cielo nocturno en su barca Mesjetet y auxiliado por su tripulación divina recorre

las doce horas del Amduat derrotando a las oscuras potencias del caos que pretenden aniquilar la creación, aquí, en la tierra de los vivos; cada día, al llegar la noche, el vientre estrellado de la madre Nut, resplandece de gozo mientras los Señores de la Eternidad navegan por su cuerpo infinito en sus barcas de los millones de años, sosteniendo la Maat en el universo. La bóveda celeste o firmamento estrellado, simbólicamente representada por el cuerpo de la diosa Nut, es el reino de los dioses; de tal forma que es la Geografía celeste la que orienta la geografía y la arquitectura sagrada de los antiguos egipcios en su constante afán de poder convertir la tierra en un espejo de la divina armonía celeste.

Dado que el sol renace cada día por el horizonte oriental y desaparece cada tarde tras el horizonte occidental para descender al inframundo, dentro del pensamiento egipcio, la orilla oriental del Nilo se convirtió en la tierra de los vivos y la orilla occidental en la tierra de los muertos. debía realizar el Alma del difunto por la fantástica geografía del inframundo, a fin de poder alcanzar la inmortalidad, que es precisamente el corpus de textos funerarios, como el conocido Libro de los muertos.Todaesta

Como podemos ver en sus textos sapienciales y sus estelas e inscripciones funerarias los antiguos egipcios concebían dos dimensiones bien diferenciadas de la existencia: una vida en el más acá, que es el mundo de los vivos que habitan sobre la faz de la tierra, y una vida en el más allá, que es el mundo celeste en el que habitan los dioses, los poderes cósmicos y el espíritu de los justificados y ancestros. Ahora bien, conviene señalar que entre ambos mundos existen dos procesos de tránsito de crucial importancia que son el nacimiento y la muerte, pero significativamente, la muerte es entendida por ellos como nacer a la vida del más allá, de igual forma que el nacimiento físico ellos lo entendían como venir a la existencia en el mundo del más acá, es decir, en la tierra.

Por eso, en los capítulos 38/39 del Libro de los Muertos, el espíritu del difunto exclama: «Heme aquí cumpliendo los circuitos prescritos. En verdad yo vivo una vida nueva tras la muerte, semejante a Ra, renaciendo cada día... Yo entro en la región de los muertos y de ella salgo a mi voluntad... Yo navego en la barca de la diosa Maat. Heme aquí, vivo tras la muerte de todos los días de mi vida. Me siento vigoroso, pues en verdad que yo vivo tras la muerte y liberado estoy». Esto explica por qué prácticamente todas las ciudades, palacios, Casas de la Vida (escuelas de sabiduría) y templos del culto divino, se edificaban sobre la ribera oriental, mientras que las necrópolis con sus tumbas, pirámides, escuelas de embalsamadores y templos funerarios, se hallaban en la ribera occidental. De esa forma, en la cosmovisión egipcia, el Nilo y el Sol, junto a las demás potencias de la naturaleza, interactúan entre sí de una forma tan complementaria como interdependiente para que el hombre egipcio pueda vivir su existencia en perfecta armonía con el Universo.

22 EL MUNDO DE SOPHIA Obviamente, si el hombre sobrevive tras su muerte en la tierra y en el más allá, puede volver a nacer a otra forma distinta de vida porque entre ambos mundos existe un puente o vía de dos direcciones que son el nacimiento y la muerte. Según la ciencia metafísica de los egipcios, ambos mundos están habitados, y si bien es normal referirse a los que están en la tierra como «los vivos» y a los que están en el más allá como los «los muertos», para ellos es indudable que tanto unos como otros existen, aunque no de igual forma, ya que habitan dimensiones distintas de la Naturaleza.Estoexplica también la convicción, profundamente arraigada en el pensamiento egipcio, de que los vivos podían comunicarse no sólo con los muertos, sino también con los misteriosos seres y fuerzas que moran en esa otra dimensión invisible de la existencia. Por eso, desde el principio, los magos, hierofantes y sacerdotes egipcios se esforzaron en desarrollar distintas técnicas y métodos que les permitieran establecer una comunicación eficaz entre los tres mundos, de manera que para ellos, como para la gran mayoría de civilizaciones del mundo antiguo, existían varias vías esenciales de comunicación que eran los oráculos, el sueño, las visiones, los rituales mágicos y las cartas a los difuntos, que los vivos escribían a los muertos con la clara intención de recibir respuesta de ellos. «Nosotros deseamos reposar juntos y Osiris no nos separará. Tan verdad como que tú vives, yo nunca te abandonaré. Estaremos sentados todos los días, serenos, sin que ningún mal pueda alcanzarnos. Juntos hemos ido al país de la eternidad. Nuestros nombres no se olvidarán. Qué maravilloso es el momento en que se ve la luz del sol, eternamente». Palabras de una sacerdotisa de la Diosa Mut grabadas en la estatua de su esposo. En conclusión, podemos decir que para los egipcios hay una parte del hombre que es mortal, y que se halla ligada a la tierra, pues en ella nace y en ella perece. Y hay otra parte inmortal que sobrevive tras la muerte y vuelve a nacer en el más allá. Así, en la tumba del sabio Paeri vemos que dice: «Adoptarás la forma de un fénix, de una golondrina, de un halcón o de una garza, según tu deseo. Cruzarás sin ser trabado, bogarás por las aguas, nacerás por segunda vez». No hay duda que en el pensamiento egipcio, la vida y la muerte adquieren un valor y una dimensión que trasciende completamente el sentido que habitualmente solemos dar a esos conceptos entendidos normalmente como «existir» y «dejar de existir».

¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer que ha perdido todas sus estrellas.Rabindranath Tagore

Los tontos esperan el día de la suerte. Pero todos los días son afortunados para aquellos que saben ocupados.mantenersecómoBuda

La fortuna se pone de parte del que se atreve. Virgilio La suerte nunca hizo sabio a un hombre. Lucio Anneo Séneca La suerte es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la Sénecaoportunidad En la comedido;fortunaprósperaséenlaadversasésensato.Periandro

Recuerda que no conseguir lo que quieres es a veces un maravilloso golpe Dalaisuerte.deLama

La suerte

Los hombres poco profundos creen en la suerte… los hombres fuertes creen en causa y efecto. Ralpf Waldo Emerson. En la próspera fortuna sé comedido; en la adversa,(Periandro)sensato.

La suerte hace brillar nuestras virtudes y vicios, como la luz hace brillar los objetos François de La Rochefoucauld

Cuando la música se convierte en mito

24 EL MUNDO DE SOPHIA Qué difícil es la sobreabundancia de genialidad derramada entre rincones y espacios de tiempo dictados por la historia y sus tribulaciones. Es en esos momentos únicos donde luces brillantes destacan y alzan su voz entre sombras y grises devenires, que no harán más que sumar datos y sucesos a la enciclopedia que los custodia, mientras la genialidad, le dará y nos dará un sentido más hermoso; y si cabe, más trascendente a todos. En relación a la música, hemos estado en una de esas épocas extraordinarias, rodeados de genios, verdaderos y genuinos faros de cultura e inspiración. Evángelos Odysséas Papathanassíou… Vangelis, era uno de Comoellos. uno de los padres de la música electrónica, supo transmutar un sonido mecánico, de mediocre expresividad y sin alma, en belleza. He hizo posible que la electricidad circulando entre sintetizadores, amplificadores o samplers, nos emocionara hasta dejar con su música una profunda impronta en nuestro ser más Compusoprofundo.temas y álbumes que ya son parte de la banda sonora de muchas generaciones. La extraordinaria vitalidad y entusiasmo de la b.s.o. para «Carros de fuego», valedora de un Óscar, le dio a conocer mundialmente, al igual que su monumental trabajo para la película de Ridley Scott, «Blade Runner», compuesta un año después. Aunque antes del salto al gran público ya había editado verdaderas joyas como «L'Apocalypse des animaux», «Heaven and Hell», «Opera sauvage» o «Ignacio», entre otras. A partir de ahí, su generosa genialidad ya no tendría límites. Nos regaló verdaderos tesoros musicales hasta las mismas puertas de la muerte con su último trabajo «Juno to Jupiter», publicado muy poco tiempo antes de que el covid-19 se lo llevara de este mundo.

Por José Luis Gil Miró Música

VANGELIS

EL MUNDO DE SOPHIA 25 «Antarctica», «Mask», «1942», «Voices», «Oceanic», «El Greco», «Alexander» o «Mythodea»…, son algunos de sus trabajos más destacados, logrando una prolífica carrera repleta de éxitos y buena música, algo que muy pocos músicos han conseguido: dosificar calidad y originalidad a lo largo de casi cuatro décadas. Sin duda una hazaña musical propia de su talento y capacidad creativa. No pasan los años para su música. Escucharla te transporta a momentos de felicidad, de fortaleza, de buenos recuerdos que el tiempo ha bordado con hilo de seda en tu alma. Nunca te sacia, no pasa de moda, siempre te inspira, es una hermosa llave que abre un sinfín de puertas en tu mente y en tu corazón. Puedes pasar el rato con ella, puedes emocionarte, hacer deporte, inspirarte para escribir poesía. Puedes enamorarte, serenarte, meditar, reflexionar con ella. Es ese tipo de música atemporal como lo son los grandes temas de un Beethoven o un Mozart, que forman parte de ti en el momento y las circunstancias en que más los necesitas. Esa es quizás la verdadera música y el verdadero sentido que tiene la música para el ser humano, sernos útil desde un plano humano, hasta un plano espiritual; ayudarnos a desenmarañar el plumaje de nuestras alas y guiarnos con sus ritmos y sonidos para alzar el vuelo… y más allá. Un sentido adiós al genio que tanto nos regaló y al que tanto la música debe. Una isla de serenas y hermosas aguas rodeada por la incertidumbre de un mar agitado, teñido por funestos azules grisáceos que claman más islas para contener las embravecidas corrientes de un tiempo convulso y mediocre. Más islas de aguas turquesas, aunque ninguna será jamás como Vangelis, pues fue único e irrepetible. Y quizás lo más hermoso de todo esto sea precisamente eso, la auténtica genialidad y sus infinitas formas de manifestarse pero bajo una sinergia y un sentido compartidos. Acariciar la Belleza.

¡Suban

26 EL MUNDO DE SOPHIA

Pasajeros!

Psicología

Carles Marcos Psicólogo, coach y formador en habilidades emocionales carlesmarcos@gmail.com

Decía Gandhi que «La felicidad se alcanza cuando, lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía». Sin duda, la felicidad es lo que a priori busca muchísima gente. A quien no le gustaría tener las claves para ser feliz. Uno de los errores más comunes es cuando la buscamos pensando en maximizar el placer y minimizar la incomodidad. Se trata de una felicidad efímera. En muchas ocasiones alcanzamos metas transitorias que vinculamos con el bienestar personal como conseguir un ascenso, ganar más dinero, alcanzar la fama…etc, pero todo esto pasa y no dura eternamente. Los padres de la psicología positiva, Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi hablaban que el 40 por ciento de la felicidad viene dada por nuestras actividades intencionales, es decir las cosas que hacemos en el día a día. Al fin y al cabo, tu controlas tu felicidad y no depende de factoresCompartoexternos.unextracto de un artículo de Jacob Sokol en el diario digita El Huffington Post donde habla de las claves de esa felicidad por tod@s anhelada, a al tren de la felicidad!

6.Desarrolla estrategias para poder con todo. Cómo respondes a los malos momentos define tu carácter. Algunas

2.Cultiva el optimismo. Los ganadores tienen la capacidad de fabricarse su propio optimismo. No importa cuál sea la situación, la diva con éxito es la que siempre encuentra la forma de ponerle un toque de optimismo. Solo contempla el fracaso como una oportunidad para crecer y aprender nuevas enseñanzas de la vida. La gente optimista ve el mundo como un lugar repleto de oportunidades infinitas, especialmente en cuanto al número de intentos.3. Evita darle vueltas a las cosas y las comparaciones sociales. Compararte con otra persona puede ser venenoso. Si de alguna forma somos mejores que la persona con la que nos comparamos, eso nos da un sentido de superioridad insano. Nuestro ego se infla -BOOM- y sale nuestro Kanye West interior. Si somos peores que con quien nos comparamos, solemos desmerecer el trabajo duro que hemos hecho y el progreso que hemos conseguido. Este tipo de comparaciones no surgen de un lugar sano. Si te sientes inclinado a compararte con alguien, compárate contigo mismo hace un tiempo.

raíz del estudio realizado por la psicóloga positivista Sonja Lyubomirsky.

1.Manifiesta tu gratitud. Cuando aprecias lo que tienes, esto gana en valor. Mola ¿no? Así que, básicamente, estar agradecido por las cosas maravillosas que es evidente que ya tienes en tu vida te proporcionará un sentido más profundo de la felicidad. Y eso sin tener que salir de casa ni comprar nada. Tiene sentido. Nos va a costar mucho ser felices en algún momento si no estamos agradecidos por lo que ya tenemos.

4.Sé amable. Realizar actos amables libera serotonina en el cerebro. (La serotonina es una substancia que proporciona beneficios médicos tremendos, incluida la capacidad de hacernos más felices). Ayudar a alguien de forma desinteresada es una forma súper poderosa de sentirse bien. Lo que es aún más guay sobre estos brotes de bondad es que no solo nos hacen sentir bien a nosotros mismos, sino también a quien los observa. ¿A que es extraordinario? Una nota: lo que hacen los antidepresivos es liberar más serotonina. Échate a un lado, Pfizer, la amabilidad te va a comer el terreno.

5.Cuida las relaciones sociales. La gente más feliz del planeta son los que tienen relaciones importantes y profundas. ¿Sabes que hay estudios que muestran que los índices de mortalidad son el doble de altos para la gente que se siente sola? ¡Hala! Hay un sentimiento de calidez que viene de tener un círculo activo de buenos amigos con quienes compartir tus experiencias. Nos sentimos conectados y parte de algo con más importancia que nuestras existencias solitarias.

veces pasan cosas malas, es inevitable. Forrest Gump lo sabe bien. Puede ser difícil salir con respuestas creativas en el momento en el que el estiércol se acerca al ventilador. Tener estrategias sanas ya ensayadas y listas en tu arsenal puede ser de gran ayuda.

9.Saborea las alegrías de la vida. La felicidad profunda no puede existir sin frenar un poco para disfrutar de la alegría. En un mundo con estímulos salvajes y movimientos omnipresentes es fácil olvidar abrazar las experiencias agradables de la vida. Cuando no las apreciamos, robamos la magia al momento. Las cosas más sencillas de la vida pueden ser las más gratificantes si recordamos disfrutarlas al máximo.10

.Comprométete con tus objetivos Dedicarse con entusiasmo a hacer algo viene equipado de serie con una fuerza inefable. Ocurren cosas mágicas cuando nos comprometemos a hacer algo cueste lo que cueste. Cuando estás totalmente comprometido, no tienes más opción que hacerlo. Al contrario de lo que pueda parecer, no tener otra opción -por lo que no puedes cambiar de opinión- de forma subconsciente nos hace más felices porque así descubrimos parte del sentido de nuestra vida.

7.Aprende a perdonar. Albergar sentimientos de odio es nefasto para tu bienestar. Tu cerebro no sabe la diferencia entre emociones pasadas o presentes. Cuando odias a alguien, piensas continuamente en eso, y estas emociones negativas son tóxicas para tu bienestar. Te pones en un estado de chunguismo (término técnico) que te acompaña todo el8.día.Aumenta el fluir. Se trata de ese estado en el que parece que el tiempo se ha parado. Ocurre cuando estás tan concentrado en lo que estás haciendo que tu tarea y tú os convertís en uno. La acción y la conciencia se han fundido. No tienes hambre, ni sueño, ni emociones. Estás profundamente sumergido en la actividad que estás haciendo. Nada te distrae ni compite por tu atención.

11.Practica la espiritualidad. Si somos espirituales o religiosos, reconocemos que la vida es más grande que nosotros. Abandonamos la idea tonta de que somos lo más poderoso que ha existido nunca. Nos permite conectar con el origen de la creación y nos conectamos con todo lo que existe. Algunas de las personas más completas que conozco sienten que están aquí trabajando en algo para lo que «han sido llamados».

12.Cuida tu cuerpo. Cuidar tu cuerpo es crucial para ser la persona más feliz que puedas ser. Si no tienes tu energía física en forma, entonces tu energía mental (tu concentración), tu energía emocional (tus sentimientos) y tu energía espiritual (el sentido de tu vida) se verán afectados negativamente. ¿Sabías que estudios llevados a cabo con personas diagnosticadas con depresión muestran que el ejercicio regular aumenta los niveles de felicidad tanto como el Zoloft? No solo eso, sino que seis meses después, la gente que seguía haciendo ejercicio tenía muchas menos probabilidades de recaer porque tenían un nivel más alto de superación personal y autoestima.»

Director: Ben Stiller y Aoife McArdle Severance es una serie de televisión estadounidense de ciencia ficción y thriller psicológico creada por Dan Erickson y dirigida por Ben Stiller junto a Aoife McArdle, considerada ya como una de las mejores series de ciencia ficción de los últimos cinco años. Está protagonizada, entre otros, por Adam Scott, Britt Lower, John Turturro, Christopher Walken, y Patricia Arquette (casi nada).

El misterio también de por qué esas personas han decidido trabajar allí. La sociedad que retrata Severance cuando estamos fuera de las oficinas de Lumon la compone personas que están tremendamente solas y perdidas, que ante los dramas de la existencia (dolor, enfermedad, muerte, sinsentido…) lo único que saben hacer es huir hasta el punto de borrarse la memoria para evitar sostener el recuerdo al menos ocho horas al día (la «separación» como alternativa radical a las drogas o al alcohol). También plantea hasta qué punto hacemos lo que hacen los protagonistas de la serie, escindirnos de nosotros mismos dependiendo del rol que estemos ejerciendo: trabajador, padre, amigo… Y también está el tema de que un individuo, una sociedad, sin memoria (además de inmersa en una tarea sinsentido) es fácilmente manipulable. Los trabajadores de Lumon, en su primer día de trabajo, es como si volviesen a nacer, son niños y se comportan como tales en escenas que son al mismo tiempo cómicas y escalofriantes. Y al igual que ocurre en la alegoría de la caverna, llega el día en que nuestros protagonistas quieren abandonar su «cárcel» y la serie vira a un thriller de lo más turbador.

Byung-ChulAutor: Han Ladedesapariciónlosrituales

En este pequeño ensayo, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, autor de «La sociedad del cansancio», nos habla de uno de esos grandes temas de la antropología, visto desde el punto de vista de la filosofía. ¿Cómo afecta la falta de rituales a nuestra existencia? ¿Son los rituales que se han implantado en el Siglo XXI lo suficientemente poderosos?

Han nos lleva a tratar de desentrañar estas grandes preguntas a través de temas como la presión por producir o ser auténtico, el dataísmo, o la falta de capacidad cohesionadora de la comunidad de hoy en día entre otros. Dando pinceladas sobre muchos grandes temas e instándonos a averiguar más sobre ellos.Una lectura corta e intensa, que no nos dejará

La trama sigue a Mark (Scott), un empleado de Lumon Industries, empresa que utiliza un procedimiento quirúrgico mediante el cual se inserta un chip en el cerebro creando la «separación» que da título a la serie: se separan los recuerdos de la existencia laboral y la no laboral de algunos de sus empleados. Dentro de las oficinas no recuerdan nada de su existencia fuera y fuera no saben nada de lo que hacen dentro de Lumon. Desde esta inquietante premisa, nos adentramos en una especie de distopia orwelliana que por momentos nos puede recordar al «Show de Truman», a «Perdidos”»o a «Black Mirror», a una novela como «Un mundo feliz» de Aldous Huxley o a la famosa alegoría de la caverna de Platón. ¿Qué hace interesante esta serie? Por una parte, una maravillosa puesta en escena, destacando las oficinas donde trabajan nuestros protagonistas: un laberinto de inquietantes y larguísimos pasillos blancos donde los departamentos están muy separados entre sí y nadie sabe lo que hacen los otros departamentos ni dónde están; donde corren todo tipo de historias acerca de la «maldad» de los otros y por qué no deben relacionarse con ellos, y en las que el propio trabajo es absurdo. Por otra parte, las maravillosas interpretaciones de todos y cada uno de los actores, pero, sobre todo, por los interesantes dilemas filosóficos que plantea.

Severance (Separación)

Sobre toda la trama de la serie sobrevuela el misterio. El misterio de por qué una empresa cree necesario borrar la memoria, borrar la existencia de buena parte de sus trabajadores.

30 EL MUNDO DE SOPHIA de la ca S b i l g Elvira Rey Simbolismo

EL MUNDO DE SOPHIA 31

Este juego como entretenimiento desde siempre ha formado parte de la vida de los niños, pero muchos entendidos han coincidido que el Juego de la Oca no es solo un juego de niños, sino lo que nos ha quedado de otro mucho más ancestral que representa la propia vida desde un punto de vista simbólico. Va más allá de un entretenimiento lúdico. Es un mapa que figura todas las experiencias que una persona tiene que vivir y superar en el camino de la evolución. En este juego, la destreza del jugador no tiene un papel destacable, es más, es un destino superior, la mano de los dioses, o lo que solemos llamar «la buena suerte» lo que permite a las fichas avanzar o retroceder al que recorre el camino. El origen lejano del llamado «Juego de la Oca» parece que se remonta al Período Predinástico egipcio. Se trata del Juego de Mehen o juego de la serpiente. La palabra egipcia «mehen» o «mehenyt» quiere decir «la que se enrolla», en alusión a la serpiente. La cabeza del reptil se ubica en el centro del tablero, mientras que su largo cuerpo delgado se divide en anillos que hacen las veces de casillas. Este juego de la serpiente se simplificó más adelante dando lugar al senet, que significa pasaje o tránsito y tiene un sentido ritual relacionado con la vida eterna. En el senet el difunto tenía que jugar una partida en el momento en que emprendía el camino hacia el más allá para decidir su destino. Se piensa que podría ser una de las pruebas que tenía que superar para al alcanzar el más allá. Parece que era un juego con 30 casillas en forma de Z. La casilla 27 representaba el agua y la ficha que caía en ella «moría» y debía volver a la casilla 15 que tenía dibujada una cruz Ankh donde «renacía». Con el paso del tiempo se sabe que reapareció en el Renacimiento. Los tableros renacentistas tienen una iconografía que los caracteriza, son mucho más esquemáticos pues solo aparecen dibujadas las casillas simbólicas y las ocas se muestran como aves heráldicas. El príncipe florentino Francisco I de Médicis regaló un tablero del Juego de la Oca al Rey de España, Felipe II. Como los Médicis mecenaron a grandes artistas durante su regencia, tenían acceso a importantes obras de arte y tesoros procedentes de las culturas clásicas, lo que puede explicar que recogieran la más cercana esencia de este juego. Una vez en Florencia el juego se expandió por toda Europa y se convirtió en pasatiempo de los nobles. Con el tiempo, se extendió al público y como todo lo que se hace popular, se adapta a las versiones más atrayentes, modas con mayor colorido y es esto lo que ha llegado hasta nosotros. Podemos decir, que lo que hoy conocemos como el fascinante Juego de la Oca, consta de 63 casillas que conducen al jardín central. Pero antes se pueden encontrar obstáculos y premios que hacen retroceder, paralizar la marcha o avanzar. «El juego de tablero más sencillo, difundido y popular, aparcado en el recuerdo de nuestra primera infancia no es otro que el juego ancestral, el más antiguo conocido y también el más trascendental, cúmulo de significados. Y la trascendencia de sus arcanos, relegada al inconsciente colectivo, se comprueba con el hecho de su perdurabilidad como estampa de un juego cuyas reglas, y a pesar de los avances tecnológicos, no han variado un ápice en los últimos cuatrocientos años» (María José Martínez Vázquez de Parga. El tablero de la oca. Juego, figuración, símbolo).

32 EL MUNDO DE SOPHIA

interior o intuición. El puente que salva obstáculos, la posada donde se cae en el ocio y casi se olvida el viaje, los dados que mágicamente deciden el destino, bueno o malo; el terrible pozo o agujero oscuro del que quizá no se puede volver a salir; el laberinto que no es más que el propio juego dentro del juego; la cárcel que nos atrapa y la siniestra calavera que no significa el fin sino el principio.

Como las vidas, cada partida es diferente, pero gracias a la magia del juego pueden repetirse infinitamente siguiendo la espiral hacia el centro, después hacia el exterior para volver otra vez hacia el centro.

Pero sigamos profundizando en el simbolismo de El Juego de la Oca. Hipócrates hablaba de las edades de la vida catalogando períodos de siete años (número sagrado), distribuidos en nueve etapas, lo que nos lleva al número 63, el total de casillas de este juego. Estos nueve períodos de siete años cada uno, definidos por siete épocas: la del bebé, los primeros siete años de la vida, luego la de la niñez a la adolescencia (de los 7 a los 14 años), la de la adolescencia a la juventud (de los 14 a los 21 años), la juventud (de los 21 a los 28 años), la madurez (de los 28 a los 49 años), la edad avanzada (de los 49 a los 56), y la vejez (a partir de los 56 años). Y cada uno de estos períodos aparecen diferenciados por una casilla en la que aparece una oca. La casilla 63, es decir, la última ocupada por la Oca, no representa el final sino la puerta de entrada al Jardín de la Oca, donde la Gran Oca aparece como guardiana de la Sabiduría. De esta forma actúa como punto de enlace a la casilla 64, que si nos atenemos a la trascendencia del juego, representa el Uno (6+4=10; 1+0=1) que simboliza el fin de un ciclo abriendo paso al siguiente.

Pero, ¿qué simboliza la Oca? La oca era un animal mitológico en muchas civilizaciones antiguas, donde les llamó la atención la forma de flecha que dibujaban las bandadas en el cielo cuando migraban. Los druidas y algunas tradiciones chamánicas consideraban a la oca como un animal sagrado que guarda relación con fuerzas o espíritus invisibles. Las El camino se enrosca sobre sí mismo dibujando una espiral, a veces oval o cuadrada, pero siempre avanzando hacia un centro. Es la vida misma que conspira para encontrarnos a nosotros mismos en base a los acontecimientos que pone a nuestro paso. Esta trayectoria humana está llena de obstáculos, ayudas y alegrías, donde aparecen animales, puentes, laberintos, posadas y prisiones. Unas veces la fortuna parece acompañarnos y otras nos hunde en la más oscura caverna en donde la única esperanza es que alguien venga a rescatarnos. Las casillas que constituyen las aventuras y desventuras del juego son siete: el puente, la posada, los dados, el pozo, el laberinto, la cárcel y la muerte. En la muerte convergen tanto el final como el principio y el desenlace no es sino un nuevo comienzo, a modo de reencarnación, de vuelta a empezar. No hay que olvidar que lo que se muere en el juego no es el jugador, sino su ficha.

El tablero de la oca está cargado de significados que están grabados en nuestro inconsciente colectivo, ya que no hace falta que nadie nos explique su sentido porque forma parte de nuestra sabiduría

EL MUNDO DE SOPHIA 33 tradiciones hindúes también la consideran como un animal sagrado y a Brahma se le representa cabalgando sobre una oca salvaje. La mitología grecorromana, por otro lado, les atribuye la facultad de avisar de grandes peligros, por lo que actúan como protectoras. Y en el antiguo Egipto, la oca representaba la encarnación del dios de la tierra, Geb, símbolo de la fertilidad y la vida y era a su vez, la máxima representante del mundo de las aves. Geb, asociado al mito del Huevo del Mundo y por tanto de la Creación, adoptaba la forma de oca, o tenía el signo de la oca coronando su cabeza.

Los Dados. Cuando se cae en una de estas dos casillas, se suman las cifras que aparezcan y se avanza. Los dados están asociados con la suerte y el destino que guía a quien ha iniciado el camino. En el mundo profano vienen a representar el éxito personal o profesional, pero en este sendero de evolución suponen una ayuda merecida, aunque no lo veamos así.

El Pozo. En él la ficha queda atrapada hasta que otra ficha cae en esta casilla y la rescata, mientras que la ficha rescatadora no queda apresada. Puede simbolizar la caída en lo desconocido, pero se sale gracias a la ayuda de otra persona, ya que por nosotros mismos no podemos salir. Esto nos debe conducir a pensar en la importancia de los «otros» en nuestra vida. El Laberinto. Cuando se cae en el laberinto se está obligado a retroceder a la casilla 30 y nos indica las dificultades que encontraremos hasta llegar a nuestra meta. De la antigua Creta nos ha quedado el mito de Teseo y el Minotauro y su lucha en el laberinto. En términos generales representa los momentos en los que no actuamos quedándonos paralizados debido a la cantidad de dudas que nos agobian. La Cárcel. Al caer en la cárcel suelen perderse tres turnos. Cuando no somos capaces de hacernos responsables de nuestros propios actos y echamos la culpa a los demás de lo que nos pasa, perdemos nuestra libertad porque caemos presos de nuestra propia ignorancia y ceguera. Representa algo que no debemos olvidar nunca: los errores se acaban pagando tarde o temprano. La Calavera o la Muerte Marca dos caminos distintos. Como ya hemos mencionado, uno conduce a la meta y el otro reconduce al inicio del recorrido, es decir a empezar el juego que marca un reinicio de ciclo. Como dice el Bagavad Guita: Voy a enseñarte en qué momento (…) los que tienden a la unión dejan la existencia manifestada, sea sin retorno, sea para volver a ella (…) Estas son las dos vías permanentes, una clara, la otra oscura, del mundo manifestado; a través de una no hay retorno (la que conduce al centro, a la «salvación»; a través de la otra se vuelve hacia atrás, (al mundo manifestado, al inicio de la espiral).

Casillas de la Oca. Se encuentran normalmente situadas cada nueve casillas y cuando se cae en una de estas casillas, se avanza hasta la siguiente oca y, usualmente, se vuelve a tirar. Puede representar los momentos de la vida en los que nos sonríe la fortuna sin que hayamos hecho aparentemente nada para merecerlo. Sin olvidar que al conectar con la sabiduría damos un salto cualitativo de oca a oca. El Puente. Cuando se cae en una de estas casillas, se avanza o retrocede hasta el otro puente. El puente simboliza la transición, el paso de un estado a otro y el concepto de «entrar en la corriente» (que es budista) nos indica cómo, llevados por el curso de la vida vamos sorteando las dificultades para llegar al destino final; concepto que puede venir referido por las personas que nos sirven de ayuda a lo largo de la misma. La Posada Cuando se cae en esta casilla suelen perderse dos turnos. En la posada reponemos fuerzas para seguir el camino con más energía después de concluida una etapa de nuestra vida. Pero hay que tener cuidado de no olvidase lo que nos trajo aquí, pues solo es un lugar de paso.

Vamos a conocer qué secreto ocultan cada una de estas casillas que tienen el poder de derivar la jugada por itinerarios tan misteriosos.

Liliana Ganduglia ibganduglia@gmail.com

atsivertnE

Laura Etcheverry tiene ADN de escritora. Por sus venas fluyen con naturalidad palabras sensibles que bordean las vivencias personales para verterlas hechas poemarios de bellos paisajes y en burbujas de inocencias que rompen en cuentos infantiles. ¿Qué escritores te inspiran?

34 EL MUNDO DE SOPHIA La escritura es una habilidad universal desarrollada por casi todas las personas. Pero aquellas que eligen escribir como profesión y expresión de sentires toman la dirección de un propósito diferente. Alguna construyen mundos paralelos, otras reviven cuentos épicos. Pero ciertos escritores se permiten expresar sus sentimientos, hacer de ellos la materia prima de sus obras para dejar huellas en la memoria de los lectores durante muchas vidas.

—Me inspiran los escritores que toquen la emoción, que se muevan desde y hacia ella, canalizándola hasta el lector. La poesía, la novela

Laura Etcheverry, una ESCRITORA en singular Creación literaria

EL MUNDO DE SOPHIA 35 con prosa poética. «El amor en los tiempos del cólera». No me gusta la novela policial, la novela negra, ni el terror. Tampoco me atrapa—salvo algunas excepciones— la ciencia ficción. Pero básicamente, me gusta lo que tiene que ver con una poética trabajada en el texto.

Y a eso se llega no conformándose y desafiando la intuición. —No hay que conformarse nunca. Con nada. Hay que leer a los buenos y los consejos de los buenos. Estaba leyendo recién a Betina González, en «La obligación de ser genial», que dicho sea de paso, lo tengo totalmente subrayado, porque no tiene desperdicio. Rayo mis libros de todas las maneras, con lápiz. Sin esas huellas, no pasaron por mí. ¿Cómo surgen tus proyectos de escritura?

También me inspiran libros de grandes escritores que cuentan cómo recorren sus propios procesos de escritura. Marcelo Di Marco, Liliana Heker, Ray Bradbury, Abelardo Castillo... pero no quiero abrumar con nombres. Me gusta «identificarme» con ellos y darme cuenta de que atravesamos los mismos problemas. ¿Los escritores que admiras son los mismos que te producen placer al leerlos?

Primero hay que escribir y generar la masa crítica sin apedrearse uno mismo. Después se corrige. De lo contrario, la mirada de juez conspira contra la creatividad y libertad que deben primar en primera instancia.

—Lleguen a cumplirse o no, vienen de muy adentro… ¿Por ejemplo?

—Normalmente son cosas que van de la mano. Evidentemente la admiración se da porque se produce en mí un placer estético o emocional. Y viceversa: si encuentro ese placer, la consecuencia más directa es la admiración. Pero a veces pasa que me duele dejar inconclusa la lectura de un libro. Hay un tiempo físico para leer y no se puede con todo. Entonces, si un libro no me maravilla y los tiempos apremian, lo dejo sin terminar, pero con culpa. No lo devuelvo al estante de mi biblioteca como si no pasara nada. Pero elijo elegir, porque leer también te inspira para el propio trabajo creativo después, aunque eso actúe de manera inconsciente. Lo que te aburre no produce ese efecto. Entonces hay libros que quedan sin leer en tu biblioteca. —Sí. Aquellos que no terminé para una ocasión determinada, porque me lo requerían en un curso, en un taller, o por recomendaciones, a veces me quedan suspendidos ante la agenda de lecturas urgentes o prioritarias, por llamarlas de algún modo. Soy consumidora compulsiva en las librerías. Y ahora con el tema de la pandemia, las redes nos acercaron todo a nuestra casa. Es muy difícil resistirse a eso. Pero alguna vez escuché decir que los libros no leídos que nos rodean, tienen también una misión, una razón de estar allí. ¿Qué rol juegan las emociones y sentimientos en el proceso creativo de tu escritura? —Un rol determinante. Si no hay un sentimiento o una emoción, o algo que me sacuda y me mueva internamente, que tenga que ver con motivaciones muy mías, personales, es muy raro que escriba algo. Muy raro. ¿Qué porcentaje de pasión y cuánto de trabajo artesanal considerás que hay en tus escritos? —Tienen casi el mismo peso. La primera surge sola, y es la más difícil de controlar (y a su vez, la indispensable). La segunda tiene más que ver con la disciplina, con la búsqueda de un estilo propio, de un tono, de una voz. Entre ambas cuestiones se va consolidando con el tiempo lo que llaman «estilo». ¿Esos porcentajes fueron cambiando con el paso del tiempo? —Sí, totalmente. Al principio uno escribe por pura pasión. A medida que crece (en edad, en lecturas, en experiencias de vida, en estudio sostenido), aquello cambia. Sigo yendo por el lado de los sentimientos, pero trabajo más el lenguaje. Aparece aquello de «menos es más» (como dice Marcelo Di Marco, «la santa tijera»). Se va «limpiando» el texto, para que no sea grandilocuente y que no se lo induzca al lector a sentir exactamente lo que uno está sintiendo, sino que lo reciba y explore por sí mismo.

Laura Etcheverry lauraetcheverry@gmail.com

—Por ejemplo… porque algo que viví fue sublime, o porque algo necesita ser sanado, homenajeado, revivido, soñado, proyectado, eternizado, lo que sea, pero que tenga que ver conmigo y mi historia. No importa el desgaste emocional que conlleve: escribir es una tarea que implica desgaste, por el simple hecho de hacer justicia a las emociones vividas y Seguramenterevividas.esto no sea así para todo el que escribe, pero en mi caso, no funciono si no tengo una motivación personal, que aunque la mayoría de las veces es positiva, no quiere decir que tenga que ser feliz. Dudo muchísimo de que un escritor pueda despojarse totalmente de sí mismo al transformarse en narrador. Marcelo Di Marco dice que en lugar de pagarle a un psicólogo, él escribe para matar sus demonios. Yo no puedo ser sanguinaria en ese

—Con los años… y con los daños, como dice la psicología. Pero sobre todo, lo aprendí cuando me formé a partir de mi propia búsqueda, después del Profesorado en Letras, del estudio académico, cuando salí de la educación formal, y entré a familiarizarme con la escritura en sí. Aparecieron talleres de primerísima calidad y mucha, infinita bibliografía al respecto. Compartirte en talleres es una manera de dejar de estar solo… — Eso es… Entras en una especie de camaradería con los que comparten sus escritos y encontrás compañeros de ruta que transitaron la misma senda que vos, y que encima te van abriendo camino, apartando la maleza. Si bien el que escribe siempre está solo, para mí significó dejar de sentirme náufraga. ¿Qué otras cosas fundamentales aprendiste en esa etapa? —Vuelvo a citar a Di Marco: «con el talento no alcanza». Esa es la gran enseñanza. Ese talento («un poco de talento, un algo, casi nada», como decía Alberto Cortez) no alcanza. Hay que estudiar, trabajar, leer. La inspiración y los buenos resultados te van a encontrar trabajando. Las ideas que se van a multiplicar también. Es un mito entonces lo de la inspiración «que dicta» o la labor silenciosa de las musas… —Es un mito a medias. La inspiración y las musas existen y tienen que ver con el dictado repentino de una idea en crudo, digamos. Como si te regalaran la punta de una madeja. O una frase suelta que es un germinador en potencia. Un título. Tienen que ver con lo que hablábamos al principio, del motor de la emoción y del propósito de cada obra. Y es cierto que hay un proceso silencioso, llamativo, casi inexplicable te diría, que hace que a veces no estés escribiendo y las ideas fluyan igual, se te resuelva de repente el párrafo de una novela o el cierre de un poema en cualquier momento del día. Pero creo que eso sucede, justamente, por lo que se ha trabajado antes, por lo compenetrada que una está con lo que escribe. Quizás esos hallazgos imprevisibles tengan que ver con que se está en sintonía con el disfrute…

—Totalmente. Está la idea, la emoción, pero

sentido, o adentrarme en el género del terror, yo soy poética. Pero se trata de lo mismo. ¿Cuál es el género que más disfrutas escribir y por qué? —Cada género tiene sus pros y sus contras con el disfrute. La poesía es más breve que una novela, y si una mañana no estás inspirada podés garabatear tres versos en un archivo y dejarlo ahí, para retomarlo cuando quieras. La poesía tiene eso (en mi caso), de arrojarte versos en tu cabeza como relámpagos, como flashes, que si no los anotás en el momento, se vuelan, se apagan. Pero una poesía se puede abandonar y retomar más tarde, quizás sea el género que más anotaciones sueltas permite y acepta. La poesía es paciente. Eso y la liberación propia del yo lírico, de esa hondura tan honda, es lo que la hace menos agobiante y más disfrutable que otros géneros, al menos para mí. Y con un cuento infantil me sucede algo muy parecido, porque en esos casos tengo bien clara la idea de antemano, visualizo el inicio, cómo lo voy a secuenciar y cómo se deslizará hacia el final. El cuento infantil debe ser el formato que menos dudas me produce, menos vacilaciones. En el que gastás menos borradores… —Exactamente. ¿Por qué en ciertas ocasiones escribir agobia? —Porque el resultado final nunca es proporcional al tiempo y trabajo invertidos. O quizás sí lo sea, a veces, e incluso los supere, pero ese resultado final es ajeno a uno. Ya no le pertenece. Hay una especie de extrañamiento ante la obra terminada, siempre. En cambio, el tiempo y el trabajo son propiedad exclusiva del autor. El autor sabe de sus dudas, de su mirada censora, de la soledad de sus experimentos, de la desazón, de la satisfacción, del entusiasmo, de la frustración… Pero lo importante de la escritura es disfrutar el proceso, ese proceso que constituye nuestra vida cotidiana, al fin y al cabo. ¿Cuándo se llega a semejante conclusión?

—No los guardo especial o sistemáticamente, pero si me los encuentro de repente, me da muchísima pena tirarlos… Queda mucho de ti ahí… —Muchísimo. Es que cuando un texto se termina dices: ¿cómo hice esto? Nadie tiene idea de que eso comenzó sin saber siquiera cómo, que hay pilas de intentos y versiones y que incluso la versión final nunca satisface del todo. Nadie tiene idea del tiempo de concepción de cada cosa. Pero eso en algún lado uno lo tenía, hasta que encontró una forma de plasmarse. Y se disfrutan en retrospectiva los cambios, las tachaduras, los agregados. Incluso se disfruta hasta lo más doloroso que se pueda contar, porque el propósito de la belleza y la funcionalidad permite alejarse del dolor puntual. Si no, el escritor viviría ahogado en un mar de lágrimas. Lo estético tiene que estar por encima de lo emocional, aunque lo otro sea su sustento y su raíz. Eso es lo maravilloso. Esa sensación de disfrute lograda por la conjunción de la teoría y el acompañamiento de los grandes en la construcción de una novela, ¿se Presentación del libro biográfico de Alberto Cortez en Madrid

—Seguramente sí, pero en mi caso sucede en menor grado. Quizás porque el género lírico es mi género de procedencia, por decirlo de algún modo, y al que menos le temo. Trabajo la poesía sin prisas, la dejo que sume versos y tengo fe en ellos, en que me irán mostrando el camino. Igualmente hay libros que te abren la cabeza para toda la vida. «Hacer el verso», de Marcelo Di Marco, es fundamental, y de eso no se regresa. Como dice Silvia Itkin, tenemos un enorme caudal de recursos para hacer y disfrutar la escritura. Todo está a nuestra disposición. Y también dice otra gran verdad: aunque no haya ni un solo lector que espere lo que escribimos, una vez que una idea se metió en nuestra cabeza ya no podemos sacarla de ahí. ¿Es más sencillo cuando un escritor trabaja a demanda?

— ¿De qué manera se visibiliza esa sensación de disfrute en publicaciones que todavía transitan el proceso creativo?

—Para mí, lo sería, aunque tendría que ser una demanda «negociada». Si alguien me dijera que en un año tiene que salir una novela, que después tendré dos meses para hacer una trilogía de cuentos infantiles, luego un mes para terminar un poemario… si la certeza de la publicación estuviera siempre ahí, aparecerían seguramente otros tipos de ansiedades, pero también el entusiasmo en todo su esplendor. Y desaparecía el peor fantasma: el de no ser publicado. Es mentira que el escritor no quiere ser publicado. Yo no quiero ese destino tormentoso, casi romántico te diría, de escribir sin pretensiones de publicar. En absoluto. Sólo soy una persona normal que escribe, y lo quiero disfrutar viendo mis borradores transformándose en libros. Por eso el hecho de que me estuvieran esperando en forma sistemática para publicar —aunque sé que hay puertas abiertas para el futuro— cambiaría muchísimo mi ánimo al escribir. Y como somos hijos del rigor también, me ayudaría a organizarme y evitar las dispersiones. En cuánto a tu narrativa de ficción, ¿tienes en cuenta algún esquema de organización del texto que estructure la obra o simplemente escribís párrafos con secuencias narrativas que luego organizás para conseguir tu propósito?

—El disfrute viene por el propósito que se visualiza en ese texto a medio hacer. Y también, muchas veces, por el aliento de los que saben, sobre todo en esa etapa de construcción, de lecturas fragmentadas, incompletas. Eso sucede en los talleres, por ejemplo. Y no significa en absoluto perder la capacidad de decisión sobre lo que se está creando, al contrario… Es la oportunidad inmensa de interactuar con tus lectores durante el proceso.

¿Te imaginas algún día escribiendo cuentos o historias que no tengan nada que ver con tu experiencia personal y tus emociones?

— Quizás sí… cuando me haya desprendido de todo lo que quiero contar («contar» en cualquier género) de mí y de los míos, relacionado con mi vida, mi infancia, mis recuerdos, lo que tengo en el primer plano de mi corazón. Pero entiendo que se puede trabajar la literatura desde otro lugar. No sé si mi manera de escribir hoy va a ser la que tenga siempre, o si mis temas de hoy me van a perseguir siempre, proponiéndome otros formatos. Pero sí me queda claro que es la gran cuestión que hoy me motoriza, la protagonista de mi presente. ¿Guardas tus borradores, tus distintas versiones?

aplica también a la poesía?

—En un cuento infantil sigo un esquema de organización. Es más fácil después provocar la magia, trabajar lo poético, ordenar, desordenar. En la novela (la primera que estoy escribiendo, también la certeza de haber encontrado el tono correcto y el género adecuado. Es como un río que te llevaba no sabías a dónde, tenías una vaga noción… hasta que el recorrido empieza a definirse sobre la marcha. Incluso hasta llegar a «conjurar la muerte», como dice Marina De Marco en un poema que me dedicó, que termina diciendo eso, que mis poemas saben «conjurar la muerte». Bueno, de alguna manera se busca eso, siempre se busca la trascendencia de algún modo. Y que los lectores lo sientan así es genial.

Si bien hace mucho tiempo que escribís, tu primera obra publicada es la biografía del cantautor argentino Alberto Cortez. ¿Qué diferencias existen entre una ficción y una biografía en lo que respecta a tu estilo personal de escritura? —No sé si hubo muchas diferencias de estilo, porque esa biografía siempre la pensé como una biografía novelada, al estilo del «nuevo periodismo», que fue lo que tanto gustó. En lo que respecta a lo estrictamente periodístico, como el manejo de los testimonios y su inserción en la trama, o el trabajo de la edición de entrevistas y ese tipo de cuestiones que en la ficción pura no se dan, le debo todo a un profesor gigantesco, clave, Martín Malharro, ya fallecido. Eso es lo que tiene de bueno el Periodismo sumado a una carrera en Letras, que trae otra cosa, otro filo, tamiza, afina.

—¿Y cómo hiciste en ese caso para separar la emoción del rigor periodístico? —Es que nunca separé la emoción. Pude poner un rigor científico a la investigación porque así lo requería el proyecto, que excedía mi relación de amistad con su protagonista, amistad que también había surgido de la mano de la literatura.

Eso lo tenía muy claro, porque se trataba de una responsabilidad enorme, como también tenía clarísimo que podía con ella, porque si no, no la hubiese llevado adelante. La objetividad periodística atraviesa esa obra, donde hablan terceros, donde habla Alberto mismo, y convive con la intención de un libro homenaje, con momentos muy bellos en ese rastreo vital tan rico.

Alberto es herencia, un legado de mis padres, la banda sonora de mi vida, como les pasa a muchos Cortezianos de mi generación. No habrá otro sueño que pueda equiparar con ése en mi vida, y mucho menos superarlo, sobre todo porque lo pude compartir paso a paso con los seres que yo amaba, con mis padres, mis amigos… Fue perfecto. No fue sólo mi sueño cumplido, fue ver el sueño cumplido de mis mayores. El personaje es el que permanecerá en el tiempo y por eso permanecerá el libro. Lástima que está agotado, estoy intentando que se reedite y el mercado editorial es muy complejo. Tengo esa deuda con los Cortezianos que no alcanzaron a tenerlo, una deuda enorme, y no dormiré tranquila hasta que esté disponible otra vez.

38 EL MUNDO DE SOPHIA dedicada a mi padre), si bien tengo una especie de «atlas» de lo que quiero contar, por la complejidad y la extensión a veces no se lo puede sostener, o sobre la marcha no se lo quiere sostener. Vas sumando recuerdos o detalles con posibilidades textuales a medida que escribís, y hoy les doy la razón a los que me decían que nunca se sabe en qué va a derivar un proyecto de este tenor. Puede resultar algo totalmente distinto a lo imaginado, aunque la emoción sea siempre la misma, la estética y la personal. ¿Se puede sostener la emoción en una obra extensa y con tantas derivaciones? —No sólo se la puede sostener, sino que va en aumento, a la par de las páginas y las derivaciones, que no son más que distintos recorridos hacia un solo propósito excluyente: el que te movilizó a escribir. ¿Cómo seleccionas los temas sobre los que decides escribir? ¿Hay relación entre los temas y los géneros que eligís para crear sobre ellos? —Los temas me eligen a mí. Esa es la verdad. Y en cuanto a la segunda pregunta, sí, hay relación. Antes quizás no era tan consciente de eso, durante el Profesorado en Letras o la carrera de Periodismo. Después, en la práctica, uno se vuelve autodidacta y buscador de expertos. Y aunque siempre se sigue siendo un aprendiz, ahora sí, automáticamente junto a una idea me surge el género. A veces un mismo tema, un mismo personaje, puede motivar un poema y a la par un cuento infantil, y algo te dice que eso jamás será un cuento para adultos, por ejemplo. Y ya veré qué temas irán a los cuentos para adultos, o a los ensayos literarios, o a otras novelas. Pero sí, hay una relación directa y misteriosa te diría, que es casi inconsciente, entre lo que querés escribir y el género. El género viene en el mismo paquete que la idea y su propósito. ¿Y toda idea que surge llega a buen puerto? —¡Qué más quisiera yo! Mis ideas siempre superarán en cantidad a los textos que efectivamente las plasmen. Eso tiene que ver, lamentablemente o no, con la finitud de nuestra existencia y la imposibilidad de hacer todo, como también de leerlo todo. Es el mismo dilema. Siempre hay cosas que quedan, y quizás por algo quedan. Hay ideas que se van apagando, o mutan, pero a lo que más vivo permanece es a lo que hay que prestarle atención. A mí me sobran ideas, me abruman. Liliana Heker dice que eso es lo mejor que puede pasarnos, el bendito «caos» que evita el pánico a la hoja en blanco. Se debe sentir ese pánico cuando no hay ideas. Pero a veces hay una ebullición en tu cabeza casi insalubre… Como en todo, siempre hay un costo a pagar. Nada es gratis. ¿Aplicás alguna técnica para incluir recursos literarios en tus creaciones? —No. Los recursos literarios surgen de la mano de la motivación y la creatividad. Son espontáneos, porque la emoción crea un puente que la traslada a imágenes sensoriales, o a la comparación de elementos, o a lo que sea. De la misma manera que surgen en el habla cotidiana, llena de recursos de todo tipo aunque no nos demos cuenta.

—Lo de biógrafa quedó ahí, al menos de momento. Tuvo ese fin determinado: plasmar la vida de la persona a la que más admiré musicalmente en mi vida, desde que era una niña. Pero no me considero una biógrafa crónica, pese a la buena acogida de la crítica y de los lectores. Estuve a punto de hacer la de Estela Raval, porque ella me lo había pedido. Estaba todo listo para

¿Cómo prefieres que se te presente: como «escritora especialista en biografías» o como una «biógrafa que escribe otros géneros»?

EL MUNDO DE SOPHIA 39 —Sí, me han llegado y me llegan, ya sea a raíz de la biografía de Alberto o de otros textos. O me llegan cuando sorpresivamente alguien le pone música a mis versos. En el caso del libro editado (ahí tenés la importancia de la publicación), se ocuparon de decírmelo, de buscarme o escribirme.

—¿Por qué no? Con este estilo tan particular, signado por la emoción y el valor personal, la escritora Laura Etcheverry verá muy pronto sus obras en los anaqueles de todas las librerías reales y virtuales. comenzar, pero su salud empeoró y ya no pudo ser. Me ofrecieron hacer la biografía de Rafael Correa, en ese momento con todo a mi favor, y no quise. Trato de mantenerme alejada de la política porque no es lo mío. No reniego de mi título de biógrafa. Incluso he recibido otras propuestas de gente no tan conocida, que no es popular, pero que quiere dejar ese legado a su familia, a sus amigos, que está en condiciones de costearse esa publicación, con la cantidad de ejemplares que deseé —muchos o pocos— y necesita confiar en alguien que le ponga letra a su paso por el mundo. Ésa es una labor que deja muchas satisfacciones, es como cumplir una gran misión, escribir una novela guionada por la realidad. Es un desafío increíble ése, al que siempre estoy abierta. Y más ahora, que la pandemia profundizó la posibilidad maravillosa de trabajar a distancia, gracias a la tecnología. Y en cuanto a lo de «escritora»… me hace acordar a Jeremías Gamboa, el autor peruano que escribió la novela «Contarlo todo». Al protagonista lo consideraban un gran escritor y él no había podido escribir nada en realidad. Tengo guardado un cuento, «Agua marina», desde hace décadas. Nunca lo doy por terminado, y sin embargo es mi esencia más plena, un canto a mí misma. Quizás ahora sí sea el momento de acabarlo, pero no había producido mucho hasta hace unos cinco años, a excepción de la biografía de Alberto, que data del 2008. Había algo en mí que tenía que terminar de explotar, tenían que pasarme más cosas. A los treinta no hubiese escrito lo que escribo ahora, despuntando la década de mis cincuenta. Ahora quiero y puedo hacerlo, pero no por una cuestión de tiempo: existencialmente puedo. Una vez leí, no me acuerdo quién lo dijo, que para escribir tiene que haberse muerto al menos una persona fundamental en tu vida, entre otras cosas. Y creo que pasa por ahí también. Cuando la escritura se vuelve una necesidad imperiosa, porque algo en tu vida ya cambió para siempre y te das cuenta de que ésa es la herramienta para creer, crear, trascender, y hacer que los demás trasciendan, que algo de los míos, de los que yo amo o amé, trascienda. La escritura logra que todo siga existiendo, que todo siga estando, incluso después de mí. Quizás alguna vez me haga completamente cargo del título de «escritora». Pero hoy no sé cómo me definiría. Antes te podía decir que era una poetisa, ahora ya me fui de ahí, no del todo, pero me expandí... Soy alguien que tiene una pasión, una dosis de uno de los talentos que Dios repartió, y me atrevo a experimentar con eso. Creo que con la palabra se puede crear algo bello, que puede ser feliz o triste, pero siempre embelleciendo esa tristeza, vistiéndola de fiesta, como una vez me dijo Antonio Tarragó Ros refiriéndose a las canciones de Alberto. Y eso es casi redentor. No querés salir de ahí. Tu estilo es muy personal y lo identifico por la huella que deja cada metáfora y metonimia con las que coloreás tus creaciones, se trate de cuentos, poemas o biografías: ¿Sos consciente del efecto que eso provoca en los que te leen? ¿Te han llegado comentarios sobre este tema?

Un día me llegó desde Japón una reseña increíble sobre la biografía. El artículo se llamaba «Un libro, un maestro». Nunca lo voy a olvidar. Lo tengo enmarcado. Además salieron notas de prensa en muchos países, y eso alimentó mi confianza. Me acuerdo del diario ABC de España: «un diez para la estatura literaria de la obra». Las críticas fueron todas positivas y eso me dio mucha seguridad. Aunque sabía que iba a salir airosa, nunca pensé que generara lo que generó, y hasta dónde iba a llegar eso. Sin dudas eres una artista y me encantaría que algún día homenajees con tu estilo tan particular alguna historia personal que guardan mis emociones más preciadas.

Ella, vestida por el imaginario colectivo de negro y pálida como la luna es misteriosa. Nos confunde, y el temor o la fascinación se apoderan de nuestro corazón al pensar en ella. ¿Pero es la muerte realmente una fuente de confusión? ¿Es realmente un camino tan desconocido y oscuro como nos lo imaginamos? ¿No será, tal vez, la vida y sus aventuras continuas la que es, para nosotros, fuente de duda, temor y confusión? Y es que vivir es experimentar la paradoja (¡o sublime y apasionante paradoja!) de ser un ser humano: ser infinito y finito a la vez, sabio e ignorante, bondadoso y terrible, mar sereno y opacas nubes, sonrisa y olvido, luces y sombras.

Theo Laurendon Licenciado en Psicología

40 EL MUNDO DE SOPHIA

Pero morir…, morir es acercarnos más a las cosas tal como son, sin tensiones,

La Muerte

Reflexiones

EL MUNDO DE SOPHIA 41

narcótico para su espíritu… La finitud del tiempo que tenemos es la excusa, la estrategia educativa que usa la Vida para invitarnos a cultivar la calidad del tiempo que nos queda… Son los límites del cuadro que pinta que permite al pintor centrarse en su contenido y buscar la perfección, la belleza, la creatividad profunda y sincera. Si tuviera que pintar encima de una tela de tamaño infinito ¿prestaría atención a cada detalle?, ¿sentiría la necesidad de vivir cada gesto y cada soplo del proceso creativo como algo maravilloso yLoúnico?finito es la ventana abierta gracias a la cual podemos volar hacia lo infinito… Lo efímero nos impulsa hacia lo infinito, como la fuerte y pasajera brisa que empuja las velas del barco de la humanidad hacia horizontes sin fin… O como la arena que irrita y lastima el interior de las conchas marinas y les impulsa a crear una perla preciosa. El carácter finito de nuestra existencia nos hace buscar en esta vida, en este momento algo trascendente, algo real, algo que perdure y que sea auténtico. Es como si al contemplar la caducidad de nuestro viaje en este mundo, algo real

malentendidos, ignorancias y enrancias existencias. ¿Crees que no existe nada después de la vida? Entonces crees que regresas a la nada porque siempre fuiste nada. ¿Crees en un más allá espiritual? Regresarás a tu esencia porque siempre fuiste espíritu. Hay a veces más sinceridad y autenticidad en la «nada», en el vacío, en la muerte del ser humano que quizá, durante todo el tiempo que está vivo… Caen las máscaras y los roles, las mentiras y los autoengaños, por fin. El actor se desnuda. La muerte, esa vieja compañera pone al fin las cosas en su sitio.Ella nos da un regalo inmenso al limitar nuestra vida: el de poder valorar más el tiempo que tenemos. Pues si viviésemos para siempre ¿cómo sería realmente nuestra vida? El hombre teniendo una eternidad ante él para vivir, probablemente dejaría de preguntarse cuál es el mejor camino que hay que tomar, ni sentiría ningún anhelo de aprovechar cada instante que tiene, ni tampoco se preguntaría quien es realmente o cual es el sentido de su existencia. Todos los caminos parecerían tener el mismo valor, el mismo sabor y el tiempo infinito que tendría sería un

42 EL MUNDO DE SOPHIA y eterno en nosotros se despertase… Contemplar el firmamento estrellado y el centelleo plateado de su insondable misterio nocturno nos hace preguntarnos, desde lo más íntimo de nuestro ser, grandes y profundas preguntas…Lanoche destapa uno a uno con sus dedos sutiles los velos que de día recubren nuestro rostro esencial, y estrellas, olas, seres vivos de la tierra y de los mares profundos. Lo infinito que hay en la vida respondió a nuestra petición. Y nuestro limitado y efímero cuerpo material habita ahora millones de mundos invisibles que están aún por descubrir, contemplar, y recordar. La muerte, decía el viejo Sócrates, al contemplarla firmemente con los ojos, sin temblar, y con una sincera sonrisa como un niño o niña levantamos los ojos brillantes de asombro y admiración a la bóveda celeste y nos preguntamos: ¿quién soy yo de verdad? ¿a dónde voy? ¿qué sentido tiene esta inmensa vida, si es que lo tiene? Si sé que voy a morir, ¿para qué esforzarme cada día por vivir? ¿y qué pasará después de morir?Laduda poco a poco se va transformando en certeza, el susurro en confesión, las sensaciones en intuiciones profundas y nuestro monólogo en un diálogo inefable y silencioso con todo cuanto nos rodea, dibujada en su rostro iluminado por la inapagable luz de la sabiduría, es la liberación del alma. Lo que hay de infinito en nosotros vuelve a lo infinito que hay en la vida. La nota individual se funde, una vez, más en la gran sinfonía delNacer,cosmos.esvenir. Morir, es regresar… ¿Y de todas formas, por qué temer la muerte si en realidad nunca vamos a experimentarla?, se preguntaba Epicuro desde su «jardín de los felices». Ese pensador -capaz, como ninguno, de ver cómo la conciencia podía tanto liberarse del apego como gozar con

EL MUNDO DE SOPHIA 43

Hoy y cada día la convoco a mi lado. Pero hoy más que nunca, vieja amiga, sigamos dialogando. Sigamos sonriendo para que me recuerdes cada vez que haga falta que eres la Vida disfrazada de muerte, que eres la inspiración de Brahma en nuestro planeta, el silencio entre dos notas de una perfecta sinfonía. Te quiero, muerte, hasta la vida y más allá.

absoluta profundidad e intensidad el sabor de cada momento, irrepetibles por naturaleza, de la vida- se sorprendía de que el ser humano viva con temor a algo que no seremos jamás conscientes de percibir como tal, pues… estaremos muertos e inconscientes, incapaces de experimentar ese umbral misterioso que tanto nos angustia. ¿Qué hay que temer, si ya se habrán, de todas formas, desvanecido todas las sensaciones, y por lo tanto el dolor también? Y si uno cree en un más allá después de la muerte, ¿qué hay, nuevamente que temer puesto que todo irá bien? Sea lo que sea, no temamos a la muerte.

vida se convierta en una tragicomedia donde el protagonista (nosotros) no vive entregado por miedo a algo que en realidad nunca vivirá. Lo triste no es que tengamos miedo de la muerte, sino miedo de vivir…Y para poder aprender a vivir, ¿qué mejor maestra y compañera de viaje que la Muerte?Hoylehablo.

Vivamos el presente, nos invitaba Epicuro, con total absorción que no permitamos que el escenario de nuestra

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