Ensayos y Ponencias
Qalam: A propósito del escribiente Bartleby en Giorgio Agamben A lo que da lugar Agamben, al referirse a Aristóteles como el filósofo que alimenta su propia pluma con la tinta del pensamiento, en la imagen del escriba de la naturaleza. “La tinta, las gotas de oscuridad con las cuales escribe el pensamiento, son el pensamiento mismo”. Escrito por: José Cruzado De La Vega
El siguiente escrito es un análisis del ensayo de Giorgio Agamben, Bartleby o de la contingencia; el texto en mención consta de tres apartados, en los que Agamben desarrolla, plantea, expone, presenta, la tesis del cuento Bartleby el Escribiente de Herman Melville. El primer apartado es: El escriba o de la creación, el segundo, La fórmula o de la potencia, y el tercero, El experimento o de la descreación. Agamben, en las primeras líneas cita el libro de la Escala, para con ello introducirnos en el primer apartado del ensayo. El escriba o de la creación, nos muestra a Bartleby, personaje central del cuento de Melville, presentado por Agamben en un conjunto de analogías de personajes, de las letras, en pluriverso de plumas, tintas y un variado algo para escribir. Ese algo puede ser (tablas, papiros, cera, papel, etc.); a Bartleby lo acompaña en ese pluliverso la filosofía; existe la posibilidad que, de esta, la filosofía “se cifre la figura que se limite a trazar” (Cf. Agamben, Pág. 96) es decir, la disyuntiva de Bartleby entre el no querer y el hacer.
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Que se refiere a la potencia o al pensamiento en potencia, y que Aristóteles, compara con una tablilla de escritura en la cual aún no hay escrito nada. Por ello y con el cuidado de precisar que el pensamiento (nous) carece de otra naturaleza que no sea la de estar en potencia y, antes de pensar, no es nada actualmente en absoluto. Es decir que la mente es “un ser puramente en potencia y es representada por ello en Aristóteles, como la imagen de la tablilla de escribir en la que aún no hay nada escrito sirve justamente para representar el modo de la existencia de la pura potencia. Toda potencia de ser o de hacer algo es siempre, de hecho, para Aristóteles, al mismo tiempo potencia de no ser o no hacer, pues de otro modo la potencia se trascendería siempre en el acto y se confundiría con él” (Agamben 2011. Pág 98-99).
de Aristóteles, “como problema o asunto del entendimiento pasivo en relación al entendimiento agente o poético, que concibe la creación del mundo como acto de entendimiento divino que se piensa así mismo […] Todo acto de creación es un acto de inteligencia y viceversa: todo acto de inteligencia es un acto de creación, da lugar a algo. […] En la tradición árabe la creación fue asimilada a un acto de escritura, y el entendimiento agente que ilumina al pasivo hace pasar al acto identificándose por ello con un ángel llamado pluma (Qualam)” (Cf. Agamben 2011) En concordancia con lo anterior podemos decir que, en el proceso de la creación, la potencia del acto de la creación se representa como enlace entre el descenso del ser en potencia hacia el atributo, la extensión del atributo hasta el acto y el descenso desde el acto hasta la manifestación. Como lo muestra Agamben, en el grafema que recrea en el ensayo.
La creación como acto en potencia fija la creación como acto divino, que desciende de dios hacia un despeñadero, que es su propia “potencia e impotencia” el de su propio Tal confusión como la presentada “poder y poder no”; surgiendo las por el abogado que contrato a cosas de la nada y aniquilando Bartleby, el día que enfrento por la nada. vez primera esa suave y firme voz diciendo – Preferiría no Lugar común de los tres grandes defender la hacerlo. Dando lugar al acto del monoteísmos creación del mundo a partir entendimiento. de la nada, aunque la nada El acto de entendimiento siempre parezca algo, un algo distingue Agamben refiriéndose muy especial. Como las tablas, a la lectura de Avicena que hizo papiros, y hojas en blanco que