HOMENAJEADOS
Carmelo Torres
» El gran maestro de la cumbia sabanera
“Conocí a Carmelo un día en que llegué, acompañada de mis hermanas, a un salón de baile que se llamaba “La Muchachita”, él me pidió amablemente que bailáramos una pieza y yo acepté; mientras bailábamos me preguntó el nombre y dónde vivía; yo le respondí con un nombre y una dirección falsa. Él se dedicó a buscarme, preguntando y mostrando una foto que había mandado a tomarnos. A mi casa lo llevó un primo que lo acompaña en sus giras: José Movilla”. Esto sucedió hace cerca de 45 años, pero Enith Arrieta Movilla lo recuerda como si hubiese sucedido ayer. Hoy llevan 43 años de casados, y tienen tres hijas. Carmelo Torres es uno de los mayores exponentes de la cumbia sabanera. Nació en Plato, Magdalena, un 13 de marzo, tiene 67 años. De niño, viviendo en veredas como la Palestina o Pasa Corriendo, durante las noches escuchaba
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las canciones que su padre Elías Torres, ejecutaba con gaita corta. Con palos de lata, alambres y madera, fabricaba las guacharacas que fueron el primer instrumento musical que tocó y con el cual fue dándose a conocer. Como guacharaquero, acompañó durante 5 años al juglar Julio de la Ossa, y con él, alcanzó a grabar temas como: La carta, la visita y la colegiala. Su primer acordeón se lo compró a Anastasio Molina, hermano de Aniceto Molina (Los hermanos Molina, viven en México y tocan cumbia) como la gran mayoría de nuestros artistas aprendió de oídos. La primera canción que ejecutó fue Enriqueta, de Alejo Durán. Carmelo, ese pequeño hombre moreno de rostro sonriente, se agiganta cuando toma un acordeón entre sus manos y comienza a cantar una cumbia de su propia autoría. Tiene más de cien composiciones, y en México está una ‘pegada’, una que se titula “Amanezco bailando”.