Las valijas de Teresa “Quiero que quien esto lea se detenga un segundo, y trate de imaginar lo que supone, para un niño o para un adulto, para cualquiera, tener que elegir entre lo poco que tiene, hacer un mínimo equipaje, salir con él de su casa por última vez, camino de la incertidumbre y con una única convicción: que jamás volverá”. Fernando Marías Zara y el librero de Bagdag
Verónica Villa Agudelo*
proveer de comida, techo, estudio y una vida honrada a los
Mi abuela era una contrabandista. Y aunque sus caderas si eran un poco anchas, lo parecían aún más porque
hijos que llenarían su hogar.
en su falda de vuelos estilo campana escondía los relojes,
Sin herencias que reclamar, principalmente por lo que
perfumes, joyas, cremas faciales, sedas, peinetas de nácar
algunos calificaban como orgullo derivado de rencillas
y perla que compraba libre de impuestos en San Andrés
familiares, pero que siempre fue justificado como dignidad,
para, a su regreso a Medellín, venderlos a las señoras que
la pareja eventualmente creó su capital desde cero,
le hacían encargos o se permitían alguna indulgencia. Pero
estableciendo en Medellín la fábrica de zapatos DOSFEL
sobre Teresa y el equipaje que dejó atrás ya se hablará
—Durables, Originales, Sobresalientes, Finos, Elegantes
más adelante.
y Lujosos— que serviría como medio de sustento para la
Gerardo, mi abuelo, un paisa de tez morena y un corazón
que prometía ser una descendencia numerosa.
tan grande como su estatura y su buen humor, contrajo
Se hicieron a una casa con el tamaño suficiente para
matrimonio con esta inteligente manizaleña de cabellos
acomodar un almacén, una fábrica y a las seis primeras
dorados, piel pálida y personalidad aguerrida. Él sabía
niñas que además de atracar la cocina en busca de
de cuero y marroquinería; ella de cocina, ventas y cómo
golosinas y galletas recién horneadas, perseguir al perro,
relacionarse con la alta sociedad. Ambos fueron excelentes
trepar por los techos, molestar a los vecinos y entrenar
comerciantes y durante el tiempo que permanecieron
al gato para hacer sus necesidades en el baño al final del
unidos mantuvieron un solo interés en alma y corazón:
corredor, llenaban el espacio de vida y de risas enérgicas,
* Escritora y guionista. Vive y trabaja en Medellín.
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