Rogério Haesbaert
pero en combinaciones bastante diferenciadas, que, como reconoce el mismo Harvey, la forma de representación “autoconfinada a un espacio absoluto” de su matriz no consigue contemplar. Sería importante también destacar –o por lo menos reconocer (lo que no ha hecho Harvey)– que Lefebvre trabaja con otra concepción, por ejemplo, del espacio absoluto. Él contrapone el espacio absoluto al espacio abstracto, en una lectura muy propia del espacio absoluto. Así, absoluto es el espacio que conjuga todas aquellas dimensiones, sin separarlas, y bajo el dominio del espacio vivido, con profundo valor simbólico, como predominaba aproximadamente hasta el Imperio romano. Ya en el espacio abstracto, dominante en el mundo moderno-capitalista, aquellas dimensiones se separan bajo el dominio de lo funcional o de lo instrumental, o sea, de las prácticas espaciales del espacio concebido. La “matriz igualitaria” propuesta por Harvey no permite reconocer este énfasis diferenciado en las dimensiones (de las prácticas y de las representaciones) –mucho menos sus diferentes combinaciones–5 conforme la concepción más general de espacio a la que nos estuvimos refiriendo. Todo este debate es de particular relevancia para nuestro razonamiento, en la medida en que debemos admitir que la propia construcción de la “región” y del “territorio” adquiere diversos rasgos de acuerdo con la espacialidad a la cual aparece prioritariamente vinculada en sus múltiples dimensiones (en este entrecruzamiento entre lo vivido, lo percibido, lo concebido, y lo absoluto, lo relativo y lo relacional).
1. EL ESPACIO Y EL TERRITORIO Para empezar, es preciso aclarar, aunque de forma bastante general, en qué medida los términos “espacio” y “territorio”, a pesar de que suelen utilizarse como sinónimos, deben ser tratados como concepciones distintas, principalmente cuando otras disciplinas hacen referencia a abstractos o “reales”, mentales y sociales. Entre otros, contiene estos dos aspectos: el espacio de representación-la representación del espacio” (Lefebvre, 1986: 345; énfasis original; traducción libre). 5 Sin embargo, muchas de estas restricciones, especialmente aquella referente a las distintas combinaciones, son reconocidas por el propio autor, al admitir que, “por definición, [...] la matriz que establezco y el modo como puedo utilizarla tienen un poder de revelación limitado. Pero, reconocido todo eso, considero útil examinar las combinaciones que surgen de diferentes intersecciones en el interior de la matriz. La virtud de la representación en el espacio absoluto es que nos permite individualizar fenómenos con gran claridad, y con un poco de imaginación es posible pensar dialécticamente [y también, deberíamos agregar, en su ambivalencia] a través de los elementos que componen la matriz, de modo que cada momento es imaginado como una relación interna de todos los otros” (Harvey, 2006a: 281; traducción libre).
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