Rogério Haesbaert
En un sentido amplio, proponemos entonces identificar tres grandes caminos de referencia en el tratamiento de la región y/o de la regionalización que, a pesar de estar encajados, pueden (y muchas veces deben) ser reconocidos en su especificidad, ya que no son reducibles uno al otro:
-- Un abordaje más “realista” de la región como hecho, en el sen-
tido epistemológico más tradicional de la región como un dato, evidencia empírica externa al sujeto conocedor (al que corresponde entonces “reconocerla”), así como en el sentido más ontológico de la praxis que, a partir de allí, propone trabajar con la interacción sujeto-objeto, teoría-práctica;
-- Un sentido en una línea más estrictamente epistemológica, en
un abordaje racionalista de la región como artificio o constructo que, en cuanto instrumento metodológico, responde a cuestiones analíticas, de manera que se vuelve “operacional” para los requisitos y/u objetivos del investigador.
-- Un sentido más normativo o pragmático-político (de lo que la región “debe ser”), de la región como instrumento de acción y/o proyecto de intervención en lo real, o sea, de alguna forma vinculada a mecanismos de planificación y acción.
Finalmente, al lado de estas tres grandes formas de abordaje defenderemos, más adelante, la región/regionalización como arte-facto –una expresión que busca conjugar, al mismo tiempo, el carácter “factual” o, en un sentido más amplio, fenoménico (y que extrapola la dimensión material, tan frecuentemente priorizada, extendiéndose por la concepción de lo simbólico y de lo “vivido”)–, y el carácter “arti-ficial” o, en una perspectiva no-dicotómica, constructivo/constructivista de la región. Consideramos que el término arte-facto (o, si queremos, artefacto) consigue sintetizar bien esta ambivalencia o, de otra forma, este carácter relacional del espacio regional. 4.1. ABORDAJES “REALISTAS”: LA REGIÓN/REGIONALIZACIÓN COMO HECHO Y/O EVIDENCIA EMPÍRICA
Utilizamos el término “realismo” entre comillas para enfatizar uno de sus sentidos, bastante amplio, sin entrar, así, en la gran polémica que el término involucra en sus diferentes manifestaciones histórico-filosóficas. Nos centraremos en aquello que algunos llaman “realismo científico”, el cual reconoce que nuestros objetos de conocimiento son absoluta (mucho más en las ciencias naturales) o relativamente (mucho más en las ciencias sociales) “independientes
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