REPORTAJE
EL ARTE DE LEER NI LOS DISPOSITIVOS ELECTRÓNICOS ACABARÁN CON LOS LIBROS NI LAS GRANDES PLATAFORMAS DE VENTA ONLINE CON LAS LIBRERÍAS: CADA VEZ SOMOS MÁS LOS QUE LEEMOS, Y LEEMOS MÁS TIEMPO. TEXTO MARÍA ROSA FOTOGRAFÍA LAWRENCE SCHWARTZWALD
En la página siguiente, Café, fotografía tomada en 2015 en Tenth Avenue, en Chelsea, Nueva York. En la página 24, cientos de ejemplares de la revista literaria The Paris Review cubren el techo de una tienda de cosméticos en Chelsea, Nueva York.
LA CRISIS ECONÓMICA DE 2008 PROVOCÓ UN DESCENSO DE LAS VENTAS DE LIBROS. Cabe suponer que por razones meramente monetarias. Se extendió hasta 2014, cuando se inició un ligero pero constante repunte que aún perdura. En los últimos meses, la lectura de libros en España ha pulverizado algunas cifras. Leemos más: más personas, más libros y más tiempo. Otra crisis, esta vez sanitaria pero de consecuencias también económicas, ha provocado una respuesta muy diferente en nuestros hábitos de lectura: el libro –junto a las series, sin duda, y el cine en casa– se ha convertido en uno de nuestros refugios. Desvela el estudio Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España referido a 2020, editado anualmente por la Federación de Gremios de Editores de España, que al 81% de los lectores le ayudó a llevar mejor el confinamiento. A la gran mayoría leer libros le aportó “entretenimiento”, “des-
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conexión”, “relajación” y “tranquilidad”. Son sentimientos que nombran más del 90% de los encuestados. A otros, “ánimo positivo” y “alegría”. Hay quien incluso consiguió a través de ellos “entusiasmo”, “fuerza mental” o “ilusión”; también “seguridad”. Tal es la magia del libro. A muchos de nosotros, el hábito de leer ha llegado para quedarse. El porcentaje de lectores habituales, es decir, aquellos que cogen un libro por ocio al menos una vez a la semana, era del 50% en 2019; en los meses de confinamiento llegó a ser del 57% y, si bien luego la cifra ha decaído, se mantiene en el 52,7%. Leemos, además, más tiempo: antes le dedicábamos al ocio de la lectura 6 horas y 55 minutos a la semana; durante el confinamiento llegaron a ser 8 horas y 25 minutos, y a finales de 2020 se mantuvo en 7 horas y 25 minutos. El fotógrafo Lawrence Schwartzwald se declara, también, un lector empedernido. Mientras estudiaba Literatura en