ESTILO
LA CARRERA HACIA EL COLOR EL DISEÑADOR PAUL SMITH CELEBRA MEDIO SIGLO EN LA MODA. RELAJÓ EL MODO DE VESTIR BRITÁNICO A BASE DE ARTE, GEOMETRÍA Y JUEGOS. TEXTO MARIO SUÁREZ
En la página siguiente: Paul Smith, a sus 75 años, sigue montando en bicicleta casi a diario. En 2015 lanzó una colección cápsula de ropa de ciclismo y accesorios. La editorial Phaidon ha publicado el libro Paul Smith, con motivo de sus 50 años como diseñador. La obra reúne 50 objetos, elegidos por el propio Smith, que le han servido de inspiración a lo largo de este tiempo. A esa selección pertenecen las imágenes que ilustran estas páginas.
GRAN PARTE DEL CONFINAMIENTO DE MARZO DE 2020 lo pasó trabajando en su oficina del barrio de Covent Garden de Londres. Paul Smith (Beeston, Reino Unido, 1946) nunca pensó que celebraría el 50 aniversario del nacimiento de su firma de moda y sastrería solo y aislado en un espacio en el que se solía rodear de más 200 empleados. “Puede que te quedes sin efectivo, ¿quién sabe?, pero afortunadamente, hasta ahora, somos muy sólidos”, afirmó el diseñador británico a finales de 2020 al periódico The Guardian. La casa icónica londinense celebra medio siglo en medio de una crisis mundial para la que el positivismo y buen hacer de su creador puede que sirva de vacuna. Paul Smith nunca tembló demasiado con otros momentos históricos que tensaron la cuerda de su negocio, ni la huelga de los mineros de 1980 que varias de sus tiendas sufrieron en primera línea, ni el presente Brexit. “Me apego a lo que sé y en lo que soy bueno”, aseguró. El vínculo de Smith con la moda y la creatividad comenzó ya en la adolescencia.
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Con 15 años empezó a trabajar en un almacén textil en Nottingham, para acabar un par de años más tarde tomando clases de sastrería y siendo ayudante de uno de los míticos sastres de Savile Row, Lincroft Kilgour, en Londres. Su padre supo ver que tenía talento y ansias artísticas, como el propio Paul Smith reconoce en el libro homónimo que la editorial Phaidon ha publicado para celebrar su aniversario –y al que pertenecen las imágenes que ilustran estas páginas–: “Mi padre me compró una Kodak Retinette para mi undécimo cumpleaños, en 1957 (…). Para mí eso fue el nacimiento de la posibilidad de ser creativo, sin realmente darme cuenta”. Esa pasión por la fotografía que le inculcó su padre la sigue trasladando a su negocio, pero no solo en la parte creativa, también en el modo de dirigir: “Tomar fotografías con una Kodak y una película, mucho antes de la tecnología digital, me enseñó a tener paciencia”. Con 21 años, un inquieto Paul Smith conoció a Pauline Denyer, una estudiante del Royal College of Art que termi-