ENTREVISTA
EL ÉXITO DE LA HONRADEZ El premio a Castillo Ygay 2010 como mejor vino del mundo es una excelente excusa para hablar de los 25 años que Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga lleva dando forma a una marca de vocación internacional. TEXTO RICARDO BALBONTÍN FOTOGRAFÍA CARLOS LUJÁN
LA ENTREVISTA SE TRANSFORMA EN CONVERSACIÓN, en confesiones en las que Vicente Dalmau CebriánSagarriga hace un repaso a 25 años de trabajo intenso, de pasión y de humildad, pero sobre todo “de honradez alrededor del mundo del vino. Todo lo que he hecho ha sido con pasión, con honestidad y una felicidad máxima..., aunque todos los que me conocen y mi equipo me dicen que no sé relajarme, que siempre estoy en tensión. Pero yo soy feliz con mi trabajo”. Un trabajo ratificado por el galardón otorgado a Castillo Ygay 2010 por Wine Spectator como mejor vino del mundo. Aunque también sirve para recordar los riesgos asumidos, “que han sido muchos, porque tuve que empezar muy pronto. En mi caso, el máster ha sido la vida, donde he descubierto también la soledad, que es bru-
tal”. Y no fue fácil el comienzo, donde aún rememora cuando, recién fallecido su padre, “me planto delante de la gente que trabajaba en la empresa y les digo: ‘no es preocupéis, yo estoy aquí’. Era un momento extremo y solo se me ocurrió decir eso para transmitir seguridad”. Vicente Dalmau ha disfrutado de este éxito, por supuesto, pero en su vida siempre los logros profesionales tienen dos focos principales: “En mi discurso de agradecimiento por el galardón, la base se centra en dos aspectos: mi familia y España. Pedí incluso una bandera; yo pienso en todo el mundo, en el trabajo que están haciendo todos los bodegueros...”. Y no duda en afirmar que “España es el país del futuro del vino”. Este no ha sido un premio a un vino –Castillo Ygay 2010–; es también el éxito
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