| Invierno Negua Winter 2022
44 LA BUENA VIDA / BIZITZA GOZATU / THE GOOD LIFE
Saddle Island, el misterio de las tejas rojas Fotografías de David Quintas y textos de Martín Ibarrola.
Vascos en América, capítulo 2 Cuando los balleneros vascos llegaron a las heladas islas del Este de Canadá a mediados del siglo XVI, los cartógrafos todavía dibujaban monstruos en los límites del mapa.
Port aux Basques (Terranova, Canada).
S
e cree que unos dos mil pescadores vascos partían anualmente hacia el inhóspito estuario del río San Lorenzo en busca de los grandes mamíferos del Ártico, cuya grasa producía un cotizado y lucrativo aceite. A pesar de convertirse en la primera actividad industrial de América del Norte, las hazañas de
Saint Barbe (Terranova, Canada).
estos balleneros se perdieron en el tiempo y los nombres con los que bautizaron sus asentamientos acabaron camuflados bajo acentos locales. Los restos de las tejas rojas que los pescadores vascos habían cargado en sus barcos se hicieron añicos y acabaron en manos de los niños autóctonos,
que las usaban inocentemente para pintar las rocas. Cuatro siglos después, Selma Huxley Barkham desempolvó las páginas de un capítulo que ya nadie parecía recordar. La investigadora de origen anglo-canadiense dedicó su vida a estudiar viejas pólizas de seguro, mapas renacentistas y todo tipo de legajos, entre los que se encuentra uno de los documentos civiles escritos más antiguos de Canada (la venta de una chalupa en 1572). Barkham identificó así los nombres modernos y la ubicación de varios puertos balleneros vascos del siglo XVI y organizó en 1977 una expedición a Terranova y Labrador con la ayuda de la Real Sociedad Geográfica de Canadá. Navegó en compañía del arqueólogo James Tuck hasta el antiguo puerto de Butus, ahora conocido como Red Bay, donde desenterraron la prueba que confirmaría sus teorías: las piedras rojas que los niños usaban como pinturas eran en realidad trozos de teja vasca.