Luz y Tinta Nº 118

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Nº 118 - Diciembre de 2021


El huevo y su cacareo He leído estos días en un artículo que no viene al caso que los mexicanos tienen un dicho que me ha hecho reflexionar: “Después de poner un huevo, hay que cacarearlo”. Es lo que hace la gallina: pone su huevo y luego cacarea un rato, anunciando su puesta y quizás como una forma de publicidad personal. “Ahí queda eso”, viene a decirnos la gallina, orgullosa de su contribución a la tradicional alimentación de los humanos. Pues bien, nosotros venimos haciendo Luz y Tinta desde hace más de diez años y no sé si lo hemos cacareado bastante. Mes a mes, con una puntualidad ejemplar —al menor retraso ponemos un anuncio en Moldeando dando explicaciones y pidiendo perdones—, con un cuadro de colaboradores también infatigables y con unos resultados más que notables, el día 10 de cada mes ponemos en el kiosco virtual nuestra revista. Y ahí se queda, sin casi cacarearla, sin hacer alarde del resultado: nos limitamos a poner el enlace en Moldeando la luz, que es nuestro escaparate, y nos ponemos a trabajar para el mes siguiente. Alguna vez, y solo alguna vez, Guendy lo anuncia también en Facebook y también alguna vez, y no siempre, yo comparto la salida en mi muro. Pero no siempre, porque, una vez que sacamos la revista al kiosco —y a veces cuesta y hay que lucha contra los elementos, sobre todo los informáticos—, una vez que está el número a disposición de sus lectores, lo que más nos interesa es el próximo. Eso sí, siguiendo muy de cerca los comentarios en el post de la revista en Moldeando, por si hay algún error que detecten nuestros lectores, por si hay alguna queja y, por qué no, porque nos gusta sumergirnos en ese mar de halagos que mes a mes Luz y Tinta cosecha entre sus lectores, algunos fieles desde el número 0. Pero, ya digo, lo que más nos importa es orientar la brújula al día 10 del mes siguiente. Como ejemplo de esto que digo, puedo contar aquí, sin mencionar nombres, que uno de los colaboradores me manda mensualmente su colaboración el día 11 de cada mes, con lo cual ese día abro otro número, monto ese artículo y coloco mi propio cuento. Ya estoy en marcha. Luego queda ir recibiendo colaboraciones que van entrando poco a poco en la horma de cada número, hasta que normalmente el día 9 cierro el número y cruzo los dedos, porque la plataforma Ning, a la que Guendy sube la revista, suele darnos más de un problema. Ni que decir tiene que podríamos hacer más publicidad de nuestro producto, que podríamos —y acaso deberíamos— regodearnos en los logros conseguidos hasta ahora y cacarear con suficiencia el resultado de nuestro trabajo. No sé si con esto mejoraríamos nuestra revista, que es y ha sido siempre nuestro objetivo, pero seguramente fortificaríamos nuestro ego. Puedo decir que el mío lo tengo bien asentado y no necesito mayores efusiones, pero también es cierto que a nadie le amarga un dulce y que es muy dulce el sabor del éxito. Y no de otra forma puede calificarse la trayectoria y el rumbo de nuestra revista. Éxito, sí; y aunque me asusta mucho la posibilidad de morir de éxito —ese tópico que acecha inmisericorde a quienes se dejan llevar por la petulancia—, también es cierto que mirando hacia atrás siempre se aprende de aciertos y errores. Y en estos diez años y pico, Luz y Tinta ha tenido sus aciertos y sus errores, aunque estos últimos no pienso cacarearlos. Por eso, de cara al próximo año, en mi lista de buenos propósitos que sacar adelante, me voy a anotar esto de cacarear de vez en cuando nuestra revista. Eso sí, si me da tiempo, que el día 10 de cada mes tengo una cita con nuestros lectores y no quiero perdérmela.

Francisco Trinidad

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Fotografía de Portada:

Frank Rumpenhorst

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Foto del mes: François Arnaud

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Annie Leibovitz

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Francisco Trinidad. La tumba de mi hermano

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Gloria Soriano. El camino

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Laudelino Vázquez. Dónde estas Miguel Miralles, IX

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Rincón para el recuerdo: Zola, “Las fresas”

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Juan Depunto. Entrevista a Juan Manuel Seisdedos

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Monchu Calvo. Ventana al humo y al carbón

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Noticias de nuestros colaboradores

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Juanjo Arrojo. Espantapájaros (II)

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Fotos seleccionadas

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Nadima/ Claudio Serrano

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Mike Reyfman. Cascadas de Islandia

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David du Chemin. Para fotografías más fuertes...

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Entrevista con Jon Enoch

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Tono Arias

PROMOTOR y DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: José Luis Cuendia, «Guendy» DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Trinidad DIRECTORA DE COMUNICACIÓN: Lola González

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Número Noviembre de 2021

Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com moldeandolaluz.com


Nuestra foto del mes

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Le lampadaire, de François Arnaud

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Annie Leibovitz

Las fotos de Annie Leibovitz cuentan la historia de la vida pública durante los últimos 40 años y, sin duda, le otorgan el estatus de la mejor retratista de nuestro tiempo. Annie Leibovitz se convirtió en una leyenda viva por la Biblioteca del Congreso de Washington y fue nombrada Comandante de la Orden de las Artes y las Letras por el gobierno francés . También recibió un premio Lifetime Achievement Award del Centro Internacional de Fotografía. En el año 2013 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación. Annie Leibovitz es una fotógrafa estadounidense contemporánea que es mejor conocida por sus retratos y celebridades . Sus imágenes quieren capturar la personalidad y la vida personal de sus diseños y mostrar retratos íntimos y momentos únicos que muestran bajo una luz divertida y expresiva. Sus fotos, a menudo con luz dramática , muestran a celebridades desnudas , con hermosos vestidos, cubiertas de pintura o en tanques llenos de agua o baños de leche. El padre de Leibovitz tenía una carrera militar y su madre era bailarina. Annie Leibovitz nació en Waterbury, Connecticut el 2 de octubre de 1949. La familia vivía en Filipinas en 1967 cuando Annie Leibovitz se inscribió en el San Francisco Art Institute (BFA, 1971), con la intención de convertirse en pintora. Sin embargo, después de tomar una clase de fotografía nocturna, rápidamente se enfrascó en el medio.

El trabajo de Annie Leibovitz En 1970, cuando aún era estudiante, recibió su primer encargo comercial para la revista Rolling Stone : fotografiar a John Lennon. Tres años después, Leibovitz se convirtió en la fotógrafa en jefe de la publicación, dirigiendo sus energías hacia una presentación única de las principales personalidades del rock contemporáneo . En 1975, documentó la gira de conciertos de seis meses de los Rolling Stones en América del Norte, durante la cual tomó varias fotografías del guitarrista Keith Richards y del cantante Mick Jagger, reproducidas ampliamente. También se volvió adicta a la cocaína, un hábito que desarrolló unos años más tarde cuando se unió al personal de la revista Vanity Fair. Quizás su obra más famosa de este período sea un retrato de Lennon y Yoko Ono que apareció en la portada de Rolling Stone en enero de 1981. En la foto, tomada pocas horas antes del asesinato de Lennon, el cantautor está desnudo y envuelto como un feto alrededor de su esposa completamente vestida. En 1983, Annie Leibovitz produjo un espectáculo de 60 copias que recorrió Europa y Estados Unidos. El libro que lo acompaña, Annie Leibovitz: Photographs, fue un éxito de ventas. Ese mismo año, se unió a Vanity Fair, que amplió su grupo de temas para incluir estrellas de cine, atletas y políticos. Para sus retratos, Annie Leibovitz , que veía sus sesiones de fotografía como colaboraciones, por lo general pasaba días observando la vida cotidiana de sus sujetos y trabajaba para convertirlos en retratos únicos e ingeniosos, cada uno de ellos una destilación técnicamente precisa. En 1983, recibió el premio Fotógrafo del Año de la Sociedad Estadounidense de Fotógrafos de Revistas. Comenzó a trabajar como fotógrafa comercial en 1986, ganando clientes como Honda, American Express (la campaña “Portraits”) y Gap (“Individual de style”). La campaña

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publicitaria de American Express que utilizó sus fotos ganó un premio Clio, que reconoce la excelencia en publicidad en todo el mundo, en 1987. Luego participó en la Junta de Procesadores de Leche de California (la campaña “Got Milk?”) Y filmó una serie de comerciales con celebridades como personajes de Disney para los parques temáticos del mismo nombre. En 2011, fotografió a siete de las mejores atletas femeninas para la campaña “Make Yourself” de la empresa de ropa deportiva Nike. Su estilo a lo largo de estos proyectos se caracterizó por decoraciones cuidadosamente organizadas, excelente iluminación y su característico uso de colores brillantes . En 1991, Annie Leibovitz tuvo su primera exposición en el museo; se convirtió en la primera mujer y la segunda fotógrafa viva en exponer en la Galería Nacional de Retratos en Washington, DC. En 1991 se publicó un libro complementario, Fotografías: Annie Leibovitz 1970–1990. También mereció muchos elogios por sus retratos de atletas olímpicos estadounidenses tomados para una exhibición en los Juegos de Verano de Atlanta de 1996, que posteriormente se publicaron en el libro Olympic Portraits (1996). En 1999 publicó una colección de fotografías titulada Mujeres, con un ensayo de la intelectual y escritora Susan Sontag, quien fue su amante. En 2000, Annie Leibovitz estuvo entre el primer grupo de estadounidenses en designar una Leyenda Viviente de la Biblioteca del Congreso. Publicaciones posteriores de su trabajo incluyen American Music (2003); La vida de un fotógrafo : 1990-2005 (2006), que contenía numerosas imágenes que documentaban la vida personal de Annie Leibovitz ; Annie Leibovitz en el trabajo (2008); y Annie Leibovitz: Retratos 2005-2016 (2017).

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El perfeccionismo de Leibovitz en su trabajo (los presupuestos se dispararon y no se repararon en gastos) y su estilo de vida impulsado por las celebridades jugaron un papel en la producción de una deuda de $ 24 millones, por la que continuó en 2009. Los logros de la fotógrafa se celebraron en Annie Leibovitz: Life Through a Lens (2009), un documental realizado para la serie de televisión American Masters por su hermana Bárbara. Durante sus dificultades económicas, Leibovitz comenzó a trabajar en un proyecto personal, fotografiando lugares y objetos que tenían sentido para ella, y las imágenes fueron recogidas en el libro Peregrinaje (2011). Richard Avedon y Henri Cartier-Bresson influyeron en su trabajo y las fotos de vacaciones que tomó de niña fueron el punto de partida de su interés por la fotografía. Dirigió el departamento de fotografía de la revista Rolling Stone antes de ser la primera fotógrafa en contribuir a la nueva versión de Vanity Fair. Sus fotos de celebridades, desde Barack Obama hasta Lady Gaga, capturan la vida interior y las personalidades ocultas de las personas más famosas del mundo. Además de su trabajo editorial, especialmente para Vogue, ha firmado varias campañas publicitarias premiadas.

Los retratos de Annie Leibovitz Las fotos de Annie Leibovitz tienen el poder de inmortalizar no solo al individuo, sino al espíritu de toda una era, ya sean las estrellas de la música Patti Smith, Sting, Bruce Sprinsteen o Adele, las modelos Kate Moss y Gisele Bündchen, o los actores Johnny Depp, Keira Knightley y Scarlett Johansson. Su serie Mujeres, sus retratos para Disney Dream, sus informes sobre el asedio de Sarajevo en la década de 1990 y sus fotografías de paisajes demuestran la amplitud de su visión del mundo. Si Leibovitz saltó a la fama en la década de 1970, como relata su autobiografía La vida de un fotógrafo: 1990-2005, su obra no ha perdido relevancia; Recientemente ha fotografiado figuras como Mark Zuckerberg, definiendo una nueva generación a través del prisma clásico del retrato. Sus fotos son a la vez íntimas e icónicas, estilísticamente variadas y, sin embargo, siempre propias. Sus retratos de personalidades como Richard Nixon, John Lennon y Yoko Ono, Demi Moore, Susan Sontag, Whoopi Goldberg, Meryl Streep, Princesa Diana, The Rolling Stones , Prince , Mick Jagger o la reina Isabel II se han convertido en la máxima representación de cada uno de nosotros. . Ellos. revelan su naturaleza y su relación con la fama.

Las fotografías destacadas de Annie Leibovitz • • • • •

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Sonia Braga fue fotografiada para una campaña de American Express en 1991. John Lennon y Yoko Ono para la portada de Rolling Stone del 22 de enero de 1981, tomada el día del asesinato de Lennon. Leibovitz la llamó “la fotografía de mi vida” y la foto por la que sería recordada. Prisioneros de la Prisión Estatal de Soledad en California, cada uno abrazando a un miembro de la familia visitante, cada pareja parada a unos pies de la otra, tomada en la Navidad de 1971. Linda Ronstadt en calzoncillos rojos, en su cama, buscando un vaso de agua en una portada de 1976 para la revista Rolling Stone. Demi Moore fue el tema de dos portadas de Vanity Fair de alto perfil tomadas por Leibovitz: More Demi Moore (agosto de 1991 ) protagonizada por Moore embarazada y desnuda, y Demis Birthday Suit (agosto de 1992 ), que muestra a Moore desnuda con un traje pintado en su cuerpo. . Marion Cotillard para la colección Lady Dior Otoño / Invierno 2009 - bolso de la campaña Lady Rouge y para la portada de noviembre de 2009 de Vogue con el elenco de nueve. Fleetwood Mac para un número de 1977 de la revista Rolling Stone. Stevie Nicks y Mick Fleetwood aparecen acostados juntos, al igual que Christine McVie y Lindsey Buckingham en el otro extremo de la cama. Se muestra a John McVie leyendo la revista Playboy. Whoopi Goldberg acostado en una tina llena de leche, extraída desde arriba.

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Christo, completamente envuelto, por lo que el espectador tiene que tomar la palabra del artista de que Christo está realmente debajo del envoltorio. David Cassidy en la portada de Rolling Stone representándolo desnudo desde la cabeza hasta la cintura. Dolly Parton salta para la cámara mientras Arnold Schwarzenegger flexiona sus bíceps detrás de ella, que aparece en una foto de Rolling Stone transmitida el 25 de agosto de 1977. Dan Aykroyd y John Belushi como The Blues Brothers, con la cara pintada de azul. Keira Knightley y Scarlett Johansson, ambas desnudas, con un Tom Ford completamente vestido, para la portada de Hollywood Problem de marzo de 2006 de Vanity Fair. Knut con Leonardo DiCaprio, una portada de Vanity Fair 2007. La reina Isabel II con motivo de su visita de estado a los Estados Unidos en 2007 y en 2016 al Castillo de Windsor para conmemorar su 90 cumpleaños. Jackie y Joan Collins en una limusina, Los Ángeles 1987. Sting, desnudo en el desierto, cubierto de barro para mimetizarse con el fondo. Primer retrato de Pete Townshend enmarcado por su mano sangrante chorreando sangre real por el costado de su rostro. ] Retrato y leyenda de “Fuego” “Patti Smith se incendia”. Cyndi Lauper, She’s So Unusual y True Colors. Bruce Springsteen, nacido en Estados Unidos y portadas de álbumes Tunnel of Love. Gisele Bündchen y LeBron James en la portada de abril de 2008 de Vogue America. Miley Cyrus de la foto de Vanity Fair donde la estrella de 15 años apareció semidesnuda, lo que generó controversia. Michael Jackson dos veces para la portada de la revista Vanity Fair, incluidas otras fotografías suyas que no aparecieron en la portada de la revista. Bill Gates para la portada del libro de Gates, The Road Ahead. La familia de Barack Obama en la Casa Blanca. Johnny Depp y Kate Moss en el Hotel Royalton, Nueva York, en 1994. Espuma desnuda acostada en una cama mientras Depp completamente vestida está acostada entre sus piernas, cubriendo su abdomen. Lance Armstrong monta su bicicleta bajo la lluvia. Se mostró en la edición de diciembre de 1999 de Vanity Fair. ] Lady Gaga para Vogue y Vanity Fair. Rihanna para Vogue en 2011 y 2012. El elenco de Los miserables (Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen) para Vogue en 2012. Benedict Cumberbatch para Vogue en 2013. Kim Kardashian, Kanye West y su hija North para Vogue en 2014. Dane DeHaan para Prada. Amy Van Dyken posando bajo el agua con un bigote de leche como parte de la campaña de 1996 Milk Bigote. El casting de Star Wars: The Force Awakens para Vanity Fair en 2015 y el casting de Star Wars: The Last Jedi para Vanity Fair [98] en 2017. Caitlyn Jenner para Vanity Fair en 2015. Mark Zuckerberg y su esposa embarazada Priscilla Chan en 2015. Adele para Vogue en 2016. Christopher Hitchens en la cena de la noche de su boda con Carol Blue. Utilizado en la portada del libro de Hitchens Por el bien de la discusión. Serena Williams en la portada de Vanity Fair en agosto de 2017, mientras estaba embarazada.

Premios de Annie Leibovitz • • •

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Doctorado Honoris Causa en Bellas Artes 2018, Escuela de Diseño de Rhode Island Medalla de Arte VAEA Paez 2015 Premio Príncipe de Asturias de Comunicación 2013


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Medalla del centenario de 2009 y beca honoraria de la Royal Photographic Society (HonFRPS) en reconocimiento a una contribución significativa y sostenida al arte de la fotografía. 2003 Los premios Lucie 1999 ADC Salón de la fama

Bibliografía de Annie Leibovitz • • • • • • • • • • • •

Fotografías Fotografías 1970-1990 “Bailarines: fotografías de Annie Leibovitz” “White Oak Dance Project: Fotografías de Annie Leibovitz” Retratos olímpicos Mujeres Música americana La vida de un fotógrafo 1990-2005 Annie Leibovitz: en el trabajo Annie Leibovitz (libro en formato SUMO con 250 fotografías con un libro adicional que incluye ensayos de Annie) Annie Leibovitz: Retratos 2005-2016 Annie Leibovitz, ed. por Riitta Raatikainen, editor del Museo de Arte de la Ciudad de Helsinki, 1999

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Entrevista realizada este año con motivo de la exposición de la Fundación LUMA, y autorizada a publicar en Luz y Tinta, tanto por la fundación como por la fotógrafa, que mantiene una grato recuerdo del Principado de Asturias. Annie Leibovitz causó gran revuelo en la localidad francesa de Arles cuando se supo que la Fundación Luma, fundada por Maja Hoffmann, adquirió los archivos Leibovitz como parte del Programa de archivos vivos de LUMA, en colaboración con artistas vivos en todas las disciplinas: la fotografía, el diseño, la literatura, el cine y la danza. “Archive Annie Leibovitz: los primeros años”, fue una exposición que duró desde el 27 de mayo al 24 de septiembre en Parc des Ateliers en Arlés (Francia), es la primera gran planeación de un proyecto a cargo de LUMA dedicado a Leibovitz. La muestra se centra en la carrera temprana de Leibovitz, de 1968 a 1982, e incluirá retratos tempranos que realizó siendo fotógrafa de la revista Rolling Stone. La exposición “rastrea su desarrollo como una joven artista y da seguimiento a sus exitosos logros durante la década de 1970, cuando documentó la cultura que definió esta época puntual”, afirmó la Fundación LUMA a través de una declaración oficial. Pudo haber sido en Nueva York o Los Ángeles. Pero en Arles, Annie Leibovitz reveló una dimensión sin precedentes de su trabajo con The Early Years. La fotógrafa de 67 años, conocida mundialmente por sus retratos de estrellas publicados en Vogue y Vanity Fair, entre otros, aún era estudiante cuando colocó sus primeros encargos para la joven revista Rolling Stone. —Los primeros años reunieron alrededor de 3000 impresiones ... ¡es enorme! —La idea era hacerte sentir abrumado. La fotografía te da la oportunidad de guardar todas las huellas de tu viaje. Estos son mis primeros años. La exposición está dirigida a un joven fotógrafo que entienda qué es el trabajo y qué significa tener una carrera en esta profesión.

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El Consejo de Annie Leibovitz “Lo habré repetido un millón de veces: lo mejor que un joven fotógrafo pueda hacer es quedarse cerca de casa. Comiencen con sus amigos y su familia, con las personas dispuestas a ser fotografiadas por ustedes. Descubran qué significa sumergirse en este trabajo y entrar en intimidad con el sujeto. Midan la diferencia entre esta experiencia y la de trabajar con alguien que no conocen tan bien. Naturalmente que existen muchos buenos fotógrafos que no se quedaron cerca de casa, pero lo que quiero decir es que deberían fotografiar lo que sea que para ustedes tenga un significado”.

—Eres más conocida por tus retratos de estrellas cuidadosamente escenificados. Todas las fotos de esta exposición fueron tomadas de la vida. —El período del retrato comenzó en 1983, cuando me contrataron en Vanity Fair. Antes, mi estilo dio sus frutos. De 1968 a 1970, mientras estudiaba en el San Francisco Art Institute, aprendí a llevar una cámara conmigo y a tomar fotografías todo el tiempo. Al final del día, los desarrollé y los observé. Seguí trabajando así durante mi primer contrato con la revista Rolling Stone. Fue realmente ... extraño: yo era un niño, Rod Stewart entró y me preguntó qué pose debería tomar. No estaba comenzando. Lo que ves en esta exposición es un fotógrafo en proceso de aprendizaje. Di mi vida, todo lo que tenía, a la fotografía. Hasta el punto de casi dejarme la piel ahí durante la gira con los Rolling Stones en 1975. Me tomó varios años recuperarme de estos excesos. —¿Estabas buscándote a ti misma? — No ... la foto es un derivado de la realidad; te aleja de las cosas. Esto es lo que sucede con los teléfonos inteligentes, que brindan a todos la oportunidad de tomar fotografías. ¿Pero no quiere un fotógrafo? Claro. Cuando miro las imágenes de jóvenes reporteros publicadas en el New York Times o el Washington Post, tomadas en condiciones extremas, me parece muy fuerte. Si fuera un fotógrafo joven, esto es lo que me gustaría hacer: periodismo. —¿Cómo se diseñó esta exposición? — Me sumergí en mis miles de hojas de contactos y me di cuenta de que no representan “momentos decisivos”, como los de Henri Cartier-Bresson, a quien admiro. Mi trabajo es más difuso. Así que no intenté aislar las mejores tomas, sino presentarlas como una película, un making-of. Con mi equipo, alquilamos 1.000 metros cuadrados en el Bronx y avanzamos cuadro a cuadro. Me tomó más de dos años, durante los cuales también trabajé para Vogue y Vanity Fair. —Dijiste que estabas más interesada en lo que hace la gente ... — Siempre. Nunca supe cómo destacar a alguien, ni la diferencia entre el perfil «bueno» y el «malo». Terminé llevándome un poco bien en iluminación, aunque no soy un buen técnico. Tengo asistentes para eso. Miro y compongo la imagen, pero no me gusta protagonizar a la gente. Depende de ellos proyectarse. —¿Cuándo decidió entregar sus archivos a la Fundación Luma? —Pensé en el legado que quería dejar a mis hijos y comencé a preguntarme dónde podrían encontrar su lugar mis archivos. Conocí a Matthieu Humery, director del programa de archivos vivos de la fundación Luma, y ​​llegué a Arles donde descubrí el proyecto de Maja Hoffmann: crear una plataforma dedicada a la imagen en todas sus formas. Es visionario. Me pareció que sería genial colaborar con esta nueva institución artística muy innovadora, dotada de grandes recursos. ¡Sobre todo porque les encanta mi trabajo! —¿Conserva los derechos de autor y alimenta estos archivos? —Sí, es importante, trabajo, ¡no estoy muerta! https://www.youtube.com/watch?v=6L-_88YBjrY&t=27s https://www.youtube.com/watch?v=fH3bfIACPLI&t=36s

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La tumba de mi hermano Era un tema tabú en mi familia. Algo que se susurraba entre dientes, siempre en voz baja y pendientes de que “no hubiera ropa tendida”, como solía metaforizarse para evitar que los niños nos enteráramos de incidencias y detalles de aquellas historias que no nos merecíamos o directamente no nos concercían. Pero atando cabos sueltos, trozos de verdades a medias e indiscreciones a destiempo, fui haciéndome mi propia configuración de la historia: yo había tenido un hermano allá en el pueblo, un pueblo al que nunca se mencionaba por su nombre y un hermano del que jamás se me hablaba; y si alguna vez, al hilo de una conversación al respecto, preguntaba yo por uno o por otro se me despachaba siempre con un silencio muy ensayado y con aquella elipsis permanente que encerraba ambas realidades en un paréntesis al que me resultó imposible acceder mientras fui niño. Sin embargo, cuando cumplí los quince años, en mitad del rubicón adolescente, se dio una circunstancia que me puso al corriente de cuanto había pasado. Mi primo Felipe Basteiro, unos años mayor que yo, empezó sus estudios de Periodismo en Madrid y se vino a vivir a nuestra casa, dada la buena relación de ambas familias. Había sitio para él, en una casa en que solo vivíamos mis padres y yo, y resultaba, además, más fácil el control de un joven que, según escuché en una charla de mis padres con los suyos, podía perderse en un Madrid con todas las tentaciones a su alcance. Mis padres prometieron un control férreo de entradas y salidas y, en la medida de lo posible, de las compañías y amistades. Así que mi primo Felipe llegó en el tren del Norte, un día de finales de septiembre, con una maleta con su ropa y un par de cajas llenas de productos gallegos —quesos de tetina, dulce de membrillo, un lacón y un par de botellas de ribeiro casero y otra de orujo— que enviaban sus padres para que no nos olvidáramos de aquel pueblo que yo no conocía. Lógicamente, me convertí en su cicerone durante los primeros días de su estancia madrileña. Le enseñé las cuatro cosas que hay que saber del Metro, sobre todo para poder acercarse a la Ciudad Universitaria; le llevé un domingo al Rastro y otro domingo al Santiago Bernabéu y le enseñé a moverse por el barrio, tiendas, bares y paradas de autobús. Y todo ello charlando distendidamente y con un importante grado de complicidad, ya que, aunque él tenía dieciocho años, la diferencia de edad no era tanta, sobre todo porque teníamos intereses comunes: a mí también me tiraba el Real Madrid y había pensado, aunque todavía no lo tenía muy claro, estudiar Periodismo o Filosofía y Letras. Con mi primo Felipe hablábamos de todo, especialmente de música y de libros: la música nos gustaba a los dos y compartíamos mi tocadiscos, en el que sonaban los vinilos que poco a poco iba comprando, aprovechando sobre todo las ofertas de algunas tiendas que se deshacían así de sus excedentes, y la radio familiar. Los libros eran nuestro pasatiempo favorito en aquellos tiempos en que todavía no teníamos televisión y las tardes en que teníamos poco que estudiar se alargaban, Cuando llegó la primavera comenzamos a salir de paseo algunas tardes por Madrid, charlando insaciablemente, de todo y de nada. Muchas de aquellas tardes, a eso de las 8, terminaba nuestro paseo en la glorieta de Alonso Martínez donde él solía citarse con una compañera de la Facultad con la que, a pesar de su silencio, siempre he sospechado que compartía más que los apuntes que a mí me decía. Aunque, eso sí, como a buen gallego nunca pude arrancarle ninguna confesión al respecto.

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Lo que me costó menos fue que me contara la historia de mi hermano. Quise adivinar, o fue mi propia ofuscación, que estaba acostumbrado a hacerlo, como un secreto a voces mantenido por la familia desde que ocurriera. Mis padres vivían todavía en la provincia de La Coruña, en aquel pueblo de Galicia que jamás se mencionaba y donde ambos habían nacido y en el que mi padre era maestro. Cuando estalló la guerra civil y comenzaron los “paseos”, mi hermano, que no tendría al decir de mi primo más de diez años, vio un día de atardecida como un grupo de falangistas aporreaba la puerta de un vecino mientras él jugaba a la peonza al lado de la casa. Para que no le vieran o para ver él más cómodamente lo que pasaba, que había dudas sobre uno u otro, se escondió en la medianera de ambas casas, un callejón estrecho que a aquellas horas de la tarde comenzaba a estar oscuro. Desde allí pudo ver como los falangistas echaban la puerta abajo y salían al rato dando culatazos y patadas al hombre que allí vivía, un campesino más del pueblo cuyo mayor delito era haberse significado como socialista durante la República. Al salir de la casa, por puro instinto, pegó un empujón a sus captores y echó a correr por el callejón en que estaba mi hermano. Los disparos de los falangistas acabaron con él y alcanzaron también a mi hermano, que acabó tendido y olvidado en el callejón mientras se llevaban a rastras al vecino, cuyo cadáver estuvo dos días expuesto en la plazuela del pueblo para escarmiento de la población. Mi hermano siguió tendido en el callejón hasta que la noticia llegó a casa de mis padres y fueron a recogerle, varias horas después, entre la rabia de mi padre, los sollozos incontenibles de mi madre y el silencio del pueblo entero. Mi primo me contó todo esto en dos ocasiones, sin más detalles que los necesarios; y una noche, durante la cena, les dije a mis padres que mi primo me había contado lo que le había pasado a mi hermano. Ellos callaron, como hacían siempre, bajando la vista, dejándose embargar por ese dolor que ahora sé que les ha acompañado toda su vida. Entonces se me ocurrió preguntar cómo se llamaba mi hermano y se hizo un silencio oscuro, más doloroso que en otras ocasiones, en el que vi los ojos de mi madre al borde de las lágrimas y los labios de mi padre fruncidos en una línea atormentada. —¿Cómo se llamaba? —volví a preguntar, ante su silencio angustiado. Mi madre suspiró y mi padre intentó desviar la mirada sin lograrlo. También sus ojos estaban ya húmedos. No contestaron y yo no insistí, consciente de que aquel nombre que me ocultaban les traía demasiados recuerdos tristes, demasiadas noches sin dormir, demasiadas lágrimas imposibles de enjugar. Pero al día siguiente, en un momento en que mi primo Felipe y yo leíamos en el sofá de la salita, se lo pregunté a él, abiertamente.

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Al salir de la casa, por puro instinto, pegó un empujón a sus captores y echó a correr por el callejón en que estaba mi hermano. Los disparos de los falangistas acabaron con él y alcanzaron también a mi hermano, que acabó tendido y olvidado en el callejón... —¿Tú sabes cómo se llamaba mi hermano? —Sí… —me dijo después de un carraspeo—. Se llamaba como tú, Alberto. Desde el día en que supe que había “heredado” —era una forma benévola de decirlo— el nombre de mi hermano, no volví a preguntar más. Procurando aceptar, aunque no la entendiera, la actitud de mis padres, dejé que pasaran los días y, cuando llegaba el curso a su fin, allá por el mes de mayo, mi primo Felipe me habló de la posibilidad de que pasara unos días del verano con él y sus padres en La Coruña, donde vivían. Mis padres no opusieron mucha resistencia, a pesar de que no les satisfacía la idea, y así me vi a primeros de julio en La Coruña, disfrutando de la ausencia de Madrid y anhelando acercarme al pueblo a ver la tumba de mi hermano. Fuimos mi primo y yo a los pocos días de llegar, una tarde que amenazaba lluvia. El cementerio estaba desierto y nos costó encontrar aquella tumba solitaria, rodeada de algunos yerbajos y abrojos, menos de los que yo había supuesto. Estaba coronada por una lápida gris, de hormigón desgastado en la que podían leerse sin dificultad, a pesar de su desgaste, mi nombre y dos apellidos y dos fechas muy anteriores a mi nacimiento: 19311939. Aquello resumía la tragedia de mi familia. No sé el tiempo que estuve allí, mirando aquella tumba. En silencio, dejando que la oscuridad de la tarde me abrazara, comprendí que mis padres hubieran abandonado el pueblo huyendo de aquella resonancia permanente, que se hubieran encerrado en un mutismo protector y que hubieran aceptado el dolor como única forma de unirse a sus recuerdos, ya que el olvido era imposible. Aquella lápida olvidada en aquel pueblo lejano era como una campana doblando en la distancia a pesar del tiempo transcurrido. Y a pesar de que yo, su sustituto, hubiera vivido mucho tiempo ajeno a las circunstancias que habían llevado mi propio nombre a aquella lápida.

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Gloria Soriano

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El camino —Cuidado, te van a adelantar —oí que decías a mi espalda. El camino discurría encajonado entre los cerros. Vi a un ciclista con casco gris rebasarme y desaparecer detrás de una curva. Más adelante cruzamos un arroyo. Él nos esperaba al otro lado. —¿Conocéis la zona? —Poco. Según el GPS para ir a Los Cortados tenemos que desviarnos a la derecha, pasar el puente de Congosto y seguir todo recto. —Por allí no se puede continuar, lo han cercado. Venid conmigo, os enseño la ruta nueva. Pasado el puente nos detuvimos. —No queda más remedio que meterse por aquí —dijo señalando un desnivel lateral que bajaba a un sendero paralelo al río. Avanzábamos en fila entre la arboleda. Llegado un punto, el sendero giró alejándose del agua y de las sombras de los álamos, hasta desembocar en una gran pista de tierra blanca donde nos paramos otra vez. Un hormiguero de ciclistas circulaba en sentido inverso. Después me volví hacia la voz y vi que el hombre llevaba un corcho incrustado en el casco gris. — ¿Conocéis la ruta que va por las tapias del Pardo hasta el encinar? Está muy bien. Hay que ir con alguien que sepa. Hay otra que sale de…—el hombre hablaba y hablaba mientras el sol caía a plomo sobre nuestras cabezas—…éramos un grupo de veinte, pero hubo accidentes, lesionados y lo fueron dejando —lo dijo como si él fuera el excluido. Pensé que el hombre solitario del casco gris había traído la mala suerte a los demás. También le daba vueltas al porqué del corcho encajado en el casco. Estaba deseando que nos pusiéramos en marcha, escapar del martilleo del sol, no obstante le hice la pregunta. —Este corcho representa al Argos del Camino de Santiago, al vigilante —contestó. Me extrañó que un monstruo de mil ojos estuviera simbolizado en un corcho inerte. Lo miré más de cerca y me pareció ver en los poros pupilas brillantes. Según nuestro mapa, en aquel punto deberíamos despedirnos, pero el sol ya estaba demasiado alto, y el calor nos hizo desistir de la ruta. Seguimos al hombre por una pista que nos iba acercando a la ciudad. Él pedaleaba despacio, sin dejar huella. A menudo se volvía para mirarnos. Nosotros detrás, sin atrevernos a pasarlo. Los barrancos y los miradores cada vez más lejos. Ya en el asfalto, en una bifurcación nos despedimos.

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Seguimos recorriendo caminos. Uno de esos días tú mirabas en el móvil dos rutas alternativas, yo los montes ondulados que ocultaban el horizonte. De pronto oí la fricción de una rueda al frenar, giré la cabeza y vi al recién llegado. ¿Algún problema?, preguntó. Dudamos sobre qué camino elegir —contestaste— los dos van al mismo sitio, uno más largo que el otro, pero nos preocupa su dificultad. Nos aconsejó el largo. El iría también por allí. Era un hombre de mediana estatura, prototipo de jubilado con piernas musculosas y años acumulados en la cintura, que le impedían lucir tableta en el abdomen. Los caminos están llenos de hombres así, parecidos al espontáneo que nos alejó de Los Cortados. Nos presentamos, pero su nombre no nos dijo nada. El tampoco dio señales de reconocernos. Cuando se puso de perfil me fijé en el corcho que llevaba incrustado en el casco rojo junto a la oreja. ¿Y eso?, le pregunté. ¿Esto?, del Camino de Santiago, y con el mismo dedo apuntó a un nubarrón negro que se extendía a nuestra espalda. Vámonos, ese cielo tiene mala pinta. Al principio yo iba pensando en los caminos medievales transitados por fervor o por arrepentimiento, y en los símbolos del peregrino: el bastón, la vieira, la calabaza, el sombrero… El ciclista del casco rojo iba delante, a un ritmo rápido, difícil de seguir hasta para la nube. A qué tanta prisa, le dije sin aliento, después de todo ese corcho te salvaría en caso de un diluvio. Yo ironizaba con la flotabilidad, pero me respondió cortante, ni con lo sagrado, ni con lo diabólico se bromea. Empezó a diluviar, íbamos en fila india, tú detrás de mí salpicándote con el barro que soltaban mis ruedas. Cuando llegamos a aquel pueblo donde confluían los caminos largo y corto, nos despedimos. Nosotros empapados, a él la lluvia le había resbalado sin mojarle.

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Unos meses más tarde, ya entrado el invierno, en la hora de tregua de un día de lluvia, fuimos en bici al parque más grande de la ciudad para hacer un circuito. Estábamos casi solos. Subiendo un cerro adelanté a un hombre que caminaba empujando la bici. Tú te detuviste para preguntarle si tenía algún problema, pero no oí lo que respondió. En cuanto noté que no me seguías, di la vuelta y os encontré junto a un árbol con una rueda desmontada. Todo hubiera sido normal de no haber percibido que un corcho me miraba desde su casco negro. Aquello me inquietó e hice como que no lo había visto. Me alejé con la disculpa de rellenar el bidón en una fuente. Estaba deseando que terminarais y continuar nuestro camino en solitario. Al despedirnos, los mil ojos pestañearon. Tú, por supuesto, no me creíste.

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A finales de la primavera empezamos el Camino de Santiago. Durante la ruta tú te fijabas en las otras bicis, yo en los cascos, todos vacíos. En la Plaza del Obradoiro, un guía

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especializado en los símbolos secretos nos habló de una inscripción griega que había sobre la puerta de entrada, y se leía argos, o arjo. En medio de aquel bullicio no se escuchaba bien. Quise entender “argos”, una palabra que se me había vuelto obsesiva. Él hablaba del inicio, de la causa de todas las causas. Nada sobre un guardián gigante con miles de ojos reducido a un tapón. Pensé en los mundos que se crean con las palabras y en lo importante que es usarlas con precisión. Esperé a que el guía terminara sus explicaciones para preguntarle, sin mencionar el corcho. Hasta donde yo sé, el Argos de la mitología griega no se encuentra en el Camino, me contestó bajo un incipiente sirimiri. Desatamos las bicis de la reja para ir al alojamiento. Antes de llegar, el agua empezó a caer con fuerza y por un momento me sentí como si estuviera pasando por debajo de un canalón, el casco vibraba. Cuando me lo quité vi que tenía un corcho empotrado. Lo dejé allí. Sé que me lo trajo la lluvia pero ignoro si viene de dios, del diablo o de sus ancestros. Vigilo su sueño y espero que cuando abra los ojos me irradie con sus poderes. Me parece un buen final.

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Laudelino Vázquez

Dónde estás Miguel Miralles IX

Ilustración de Alberto Álvarez Peña

El trasgu

En el imaginario popular se trata de un ser de una estatura pequeña incluso para un niño pequeño humano. Aparece siempre caracterizado con ropaje y un sombrero de color rojo, por lo que le llaman «el del gorru colorau». A veces lo describen con cuernos, y a veces con un rabín. Su rasgo más característico en la tradición asturiana es que tiene en la mano izquierda un agujero que la atraviesa, un rasco común al del norte de Portugal. Veréis que tiene una importancia crucial, pero es una característica que en otras zonas donde aparece este personaje mitológico no se cumple. Recibe en Asturies diversos nombres. Trasgu, Trasno, Sumiciu e incluso Diañu o diablo burlón. https://www.celtica.es/mitologia-asturiana-el-trasgu-trasno/

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El Trasgu Correr siendo ratón por primera vez, no resultó nada fácil: el rabo le obligaba a trastabillearse constantemente y los latidos del corazón alcanzaban tal velocidad, que se veía obligado a pararse para no reventar. Dos fuerzas peleaban constantemente dentro de él: el terror salvaje, inaudito, insoportable, que le impulsaba a correr sin mirar atrás, y la necesidad de aire. Pero las paradas, por muy breves que fueran, apenas servían para recuperar un instante el aliento, porque la sensación del felino que saltaría sobre él a nada que se descuidase, aceleraba nuevamente los latidos, colocándole constantemente en el límite entre la vida y la muerte. ―¿Cómo se siente el ratoncito? La voz resonó dentro de su cerebro con matices aterradores “¿Acaso los gatos, antes de destripar al ratón, son capaces de añadir una última tortura?” —se preguntó, mirando enloquecido en busca de la procedencia de la voz—. La risotada salvaje con que el felino (porque algo en su ADN, gritaba que el olor, la forma de pisar, la respiración que le rodeaban, eran los de un gato) anuló cualquier duda que aún le pudiera quedar. Agotado, sin esperanza y con la imagen de Natalia y Mingo convertidos en ratoncitos amorosos, musitando palabras de amor tantas veces contenidas, se limitó a cerrar los ojos esperando la muerte: entremezclado con el sabor de la traición de sus amigos, el recuerdo de un ratón agotado, intentando subir una tubería a la que el gato de su abuela le empujaba una y otra vez con evidente diversión, le impelió a intentar un último acto de dignidad. Se giró buscando ver los ojos del que le aterrorizaba, pero en ese momento tuvo la sensación de caerse por un largo barranco y cuando se incorporó esperando la dentellada, frente a él, brillaban luces de neón que anunciaban por todas partes la oportunidad de su vida para hacerse rico. Atrapado en la luz como una polilla, caminó hacia el primero de los casinos, cuyo nombre le erizó los cabellos: “Tom y Jerry”. Volvió la vista hacia atrás instintivamente, esperando ver la figura del gato, pero lo único que descubrió para su sorpresa es que ya no tenía rabo, y al palparse reconoció su cuerpo de toda la vida. ―“El gato es el animal de la fortuna en la cultura china. Yo de ti probaría, igual te está dando una oportunidad” —oyó una vez más la voz, que ahora ya no sonaba amenazadora, sino como un arrullo, una invitación a la paz. De todas formas, prefirió dirigir sus pasos hacia “El Doblón de Oro”, un casino más modesto, que parecía querer pasar desapercibido entre los gigantes que le rodeaban. ―¡Eh, tú! La voz rasposa, en contraste con la anterior, tenía consistencia física, procedía de alguna persona que se encontraba cerca, y , sobre todo, carecía del tono de amenaza. Buscó

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con ahínco, porque en esta situación cualquier aliado podría ser útil, pero necesitó un buen rato para descubrir la figura tirada en el suelo que le invitaba con un gesto a acercarse. Habría jurado que se trataba de un niño de no ser por la voz, pero al acercarse, creyó que se trataba de lo más parecido a un enano de los que decoraban los patios de los chalets en los extrarradios de la ciudad. ―¿Quieres ganar plata de verdad? ―Más bien preferiría que me indicaras por dónde se sale hacia Oviedo —respondió Miguel, soñando con volver a casa, y aparcando para más tarde lo que haría cuando se abriera la puerta y volviera a ver a Natalia. ―¿Oviedo? ¿Qué es eso? ―Pues qué va a ser, la ciudad. La más importante en Asturias, la capital…—repuso asombrado al comprobar que aquel extraño ser no parecía reconocer ninguno de los nombres. ―Oye, mira, lo de buscar la salida al Oviedo ese, ya lo miramos luego, ahora hay que entrar al casino que hay una máquina calentita a punto de dar el premio gordo. Solo tienes que echar una moneda, dos a lo sumo y si no sale nada, no habrás perdido gran cosa, pero si tienes suerte, yo solo te pediré una pequeña comisión… Después de pensar un poco, Miguel Miralles, se encontró siguiendo a un tipo que daba saltos de alegría y no paraba de charlar sobre las luces, las máquinas tragaperras, el placer del juego, y la sensación única cuando sentías las monedas caer. ―Aquí estamos, entra —añadió finalmente, señalando la entrada del Doblón de Oro, guardando silencio por primera vez. Le siguió dando brincos, con una sonrisa de oreja a oreja, silbando y saludando a los pocos parroquianos que parecían trabajar en el local. ―Esta es la máquina. Mira qué maravilla. Sólo tienes que sacar el premio y… Los ojillos brillaron, al compás de los brazos que señalaban en una dirección lejana, como si el ser supiera por dónde estaba la maldita salida, y se divirtiera a costa de su agonía. ―Ahora no me digas que no tienes monedas —le gritó contemplando la búsqueda desesperada de Miralles por los recovecos de los andrajos que le cubrían—, porque sin premio no hay manera de salir. —Esa norma es nueva. Hace un momento ni siquiera sabías que había una salida —respondió sorprendido Miralles. —Tú juega y calla. Cuando uno no decide en un juego es porque forma parte de él. Tú ahora no eres más qué una pieza en el tablero, así que encuentra esa puñetera moneda ¡y juega! La voz del personaje, a pesar de su evidente irritación, producía más ganas de llevar la contraria que temor, pero Miguel no podía olvidar qué hacía nada un gigantesco rabo de ratón adornaba el final de su espalda. Quién dirigía el juego, sí era temible, y mejor seguir las indicaciones del estrafalario saltarín que le acompañaba, sobre todo, cuando por arte de birlibirloque, dos monedas brillantes como recién salidas de la ceca, aparecieron en el bolsillo del chaleco. Empujo la moneda en la ranura, tiró hacia atrás de la palanca, y esperó a que los giroscopios se parasen para mostrar las tres figuras. —¡Qué mala suerte, dos llaves de coche y una fresa, casi te sale el premio grande! —grito exaltado el contrahecho compañero de viaje, mientras la excitación le hacía salivar de tal manera, qué roció por completo la cara de Miguel—. ¡Mete la otra, juega la que te queda que esa es la moneda de la suerte! Bisbiseando una especie de invocación a la suerte, Miguel Miralles dejó caer la moneda y cerró los ojos, mientras la musiquilla alegre acompañaba el giro de las figuras. Asustado por los chillidos de su acompañante, que repetía una y otra vez ”¡tres llaves, te han salido las tres llaves del coche. El mejor premio de la historia!”, contempló el visor en el que tres pequeños mandos en fila anunciaban la consecución del Gran Premio. —¿Pero cuál es el premio? —preguntó Miguel, que esperaba una riada de monedas y en cambio solo había oído como un pequeño mando rodaba en el tobogán de la suerte. —¿No lo ves? —contestó el otro—. Son las llaves del coche que te van a permitir salir de aquí e ir a donde te parezca: una vez que salgas de la carretera principal, solo tendrás que acelerar y acelerar mucho para volver a ese sitio del que hablabas.

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Sin esperar ni un instante, Miguel se lanzó hacia la puerta de salida, buscando con la vista ese coche mágico que le devolvería a casa. Decepcionado al no ver ningún vehículo, se paró en medio de la calle buscando a su compañero, al que preguntó qué estaba ocurriendo. —Bueno, según me han explicado, para que yo me lleve la comisión, es necesario que el coche lo conduzca yo hasta la salida de la ciudad, para ti sería imposible encontrar el camino. Además yo sé dónde está aparcado. Hizo un gesto como de resignación, y le indicó que le lanzara la llave. Miguel, que solo pensaba en la vuelta a casa, lanzó la llave hacia el chiquito, vió cómo estiraba el brazo, colocaba la mano en posición, y para su sorpresa, el mando atravesaba la palma y caía a un sumidero. —¿Pero qué…? —empezó a decir Miguel, cortándose en medio de la frase. —¿Qué de qué, imbécil? ¿Eres asturiano y no sabes reconocer con quién estás enredando? ¿Nunca oíste hablar de El Trasgu? —Bueno, sí, algo...—respondió dubitativo Miralles—, pero… —¿No sabes que somos juguetones, un poco derrochadores, que nos va el lío, la juerga, y que para quitarnos del vicio de las tragaperras y de acumular el dinero, tenemos este enorme agujero en la palma de la mano? —añadió mostrando las palmas de la mano abiertas, de tal forma que podía verse perfectamente el enorme boquete en el centro. El Trasgu se colocó lateralmente el estrafalario gorro picudo que le adornaba, dio dos o tres saltos hacia atrás y hacia delante, le dedicó una serie de cortes de manga, y con una sonrisa maliciosa se despidió corriendo calle abajo hacia uno de los casinos que tanto parecían llamarle la atención. —Si uno no controla el juego, es parte de él —gritó antes de doblar la esquina y perderse definitivamente en la noche, dejando a Miguel Miralles en mitad de la calle, con cara de imbécil y preguntándose cuál sería el siguiente movimiento en este juego sobre el que no tenía ningún control.

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Émile Zola (París, 2 de abril de 1840- 29 de septiembre de 1902), fue un escritor francés, considerado el padre y el mayor representante del naturalismo

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Las fresas I Una mañana de junio, al abrir la ventana, recibí en el rostro un soplo de aire fresco. Durante la noche había habido una fuerte tormenta. El cielo parecía como nuevo, de un azul tierno, lavado por el chaparrón hasta en sus más pequeños rincones. Los tejados, los árboles cuyas altas ramas percibía por entre las chimeneas, estaban aún empapados de lluvia, y aquel trozo de horizonte sonreía bajo un sol pálido. De los jardines cercanos subía un agradable olor a tierra mojada. -Vamos, Ninette, -grité alegremente- ponte el sombrero… Nos vamos al campo. Aplaudió. Terminó su arreglo personal en diez minutos, lo que es muy meritorio tratándose de una coqueta de veinte años. A las nueve, nos encontrábamos en los bosques de Verrières. II ¡Qué discretos bosques, y cuántos enamorados no han paseado por ellos sus amores! Durante la semana, los sotos están desiertos, se puede caminar uno junto al otro, con los brazos en la cintura y los labios buscándose, sin más peligro que el de ser vistos por las muscarias de las breñas. Las avenidas se prolongan, altas y anchas, a través de las grandes arboledas, el suelo está cubierto de una alfombra de hierba fina sobre la que el sol, agujereando los ramajes, arroja tejos de oro. Hay caminos hundidos, senderos estrechos muy sombríos, en los que es obligatorio apretarse uno contra el otro. Hay también espesuras impenetrables donde pueden perderse si los besos cantan demasiado alto. Ninon se soltaba de mi brazo, corría como un perro pequeño, feliz de sentir la hierba rozándole los tobillos. Luego volvía y se colgaba de mi hombro, cansada, afectuosa. El bosque se extendía, mar sin fin de olas de verdor. El silencio trémulo, la sombra animada que caía de los grandes árboles se nos subía a la cabeza, nos embriagaba con toda la savia ardiente de la primavera. En el misterio del soto uno vuelve a ser niño. -¡Oh! ¡fresas, fresas! -gritó Ninon saltando una cuneta como una cabra escapada, y removiendo las brozas. III Fresas desgraciadamente, no; sólo freseras, toda una capa de freseras que se extendía por debajo de los espinos. Ninon ya no pensaba en los animales a los que les tenía auténtico pánico. Paseaba osadamente las manos por entre las hierbas, levantando cada hoja, desesperada por no encontrar ni el menor fruto. -Se nos han adelantado -dijo con una mueca de enojo-. ¡Oh! busquemos bien, aún debe haber alguna. Y nos pusimos a buscar concienzudamente. Con el cuerpo doblado, el cuello tendido, los ojos fijos en el suelo, avanzábamos a pequeños pasos prudentes, sin arriesgar una palabra por miedo a que las fresas se echaran a volar. Habíamos olvidado el bosque, el silencio y la sombra, las amplias avenidas y los estrechos senderos. Las fresas, sólo las fresas. A cada manchón que encontrábamos, nos bajábamos, y nuestras manos agitadas se tocaban por debajo de las hierbas. Recorrimos

así más de una legua, curvados, errando a izquierda y derecha. Pero no encontramos ni la más mínima fresa. Freseras magníficas sí, con hermosas hojas de un verde oscuro. Yo veía los labios de Ninon repulgarse y sus ojos humedecerse. IV Habíamos llegado frente a un ancho talud sobre el que el sol caía de lleno, con pesados calores. Ninon se acercó al talud, decidida a no buscar más. De repente, lanzó un grito intenso. Acudí asustado creyendo que se había herido. La encontré agachada; la emoción la había sentado en el suelo, y me mostraba con el dedo una fresa pequeña, del tamaño de un guisante y madura sólo por un lado. -Cógela tú -me dijo con voz baja y acariciadora. Me senté junto a ella en la parte baja del talud. -No, tú la has encontrado, eres tú quien debe cogerla -respondí. -No, dame ese gusto, cógela. Me negué tanto y tan bien que Ninon se decidió por fin a cortar el tallo con su uña. Pero fue otra historia cuando se trató de saber quién de los dos se comería aquella pobre pequeña fresa que nos había costado una hora larga de búsqueda. A toda costa Ninon quería metérmela en la boca. Resistí firmemente, luego tuve que condescender y se decidió que la fresa sería partida en dos. Ella la puso entre sus labios diciéndome con una sonrisa: -Vamos, coge tu parte. Cogí mi parte. No sé si la fresa fue compartida fraternalmente. Ni siquiera sé si saboreé la fresa, tan buena me supo la miel del beso de Ninon. V El talud estaba cubierto de freseras, de freseras como es debido. La recolección fue abundante y feliz. Habíamos puesto en el suelo un pañuelo blanco, jurándonos solemnemente que depositaríamos allí nuestro botín, sin comernos ninguna. En varias ocasiones, no obstante, me pareció ver que Ninon se llevaba la mano a la boca. Cuando terminamos la recolección, decidimos que era el momento de buscar un rincón a la sombra para desayunar a gusto. El pañuelo fue religiosamente colocado a nuestro lado. ¡Dios bendito! ¡Qué bien se estaba allí sobre el musgo, en la voluptuosidad de aquel frescor verde! Ninon me miraba con ojos húmedos. El sol había puesto suaves rojeces en su cuello. Cuando vio toda mi ternura en mi mirada, se acercó a mí tendiéndome las dos manos, en un gesto de adorable abandono. El sol, luciendo sobre los altos ramajes, lanzaba tejos de oro a nuestros pies, en la hierba fina. Incluso las muscarias se callaban y no miraban. Cuando buscamos las fresas para comérnoslas, comprobamos con estupor que estábamos tendidos de lleno sobre el pañuelo. 77


Juan Depunto

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Entrevista a Juan Manuel Seisdedos, pintor y escultor Estamos con este artista y promotor de cultura en su casa de Trigueros, una interesante vieja fábrica de harinas o molino, restaurada en 1992, que cumple para él varias funciones: desde hogar a taller de pintura y museo, pasando por escenario de las actividades culturales que organiza anualmente en el mes de agosto. Discípulo del pintor Pedro Gómez y del escultor Antonio León Ortega, en el taller que compartían ambos aprendió los fundamentos del dibujo y de las dos grandes disciplinas. Como sigue relatando la biografía expuesta en su página web, “...por aquellas fechas Manolo Moreno, que había sido en Madrid alumno de Vázquez Díaz, le muestra una visión del arte actual, que prende rápidamente en el ánimo inquieto de aquel chaval de catorce años. A principios de los años sesenta forma parte del pequeño núcleo que dio origen al Grupo Santa Fe... De 1965 al 68 reside entre Barcelona y Bruselas, donde busca ampliar horizontes y adquirir conocimientos. En Barcelona frecuenta el Cercle Artistic Sant Lluc, donde continúa practicando el dibujo y conecta con artistas catalanes. En Bruselas conoce el expresionismo belga y el alemán. Sus planteamientos ideológicos y sus contactos con los exiliados españoles en aquella ciudad, impregnan una corta etapa de su actividad creativa. En 1970 forma equipo de trabajo con Jesús Mojarro. Son seleccionados para formar parte de la representación española en la Bienal de París de 1971. Dos obras de esta etapa son adquiridas por el Museo Español de Arte Contemporáneo y por el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. Estos últimos acontecimientos y ciertas vivencias personales le hacen replantearse su relación con el arte. Regresa a Huelva, donde continúa trabajando, y desde donde salen sus exposiciones con frecuencia.” Es uno de los máximos exponentes de la pintura contemporánea andaluza y española, demostrado en sus más de 97 exposiciones individuales y colectivas, cuyos detalles pueden ver en las múltiples páginas web que muestra Google sobre él. 1. Juan Manuel ¿me he dejado algo o quieres comentar alguna cosa? En principio agradezco tu generosa percepción de mi trabajo. Seguro que surgen más temas. 2. En tu página web hablas de las contradicciones en general y de las contradicciones entre soledad y solidaridad. ¿Cómo las has vivido en este año y medio largo de Covid que llevamos? Creo que las contradicciones las arrastramos no solo en nuestra naturaleza, en nuestro origen, sino también en nuestra historia. Estamos condenados a una lucha entre el individualismo, necesario para garantizar la vida en nuestro entorno próximo, y la necesaria pertenencia al grupo humano sin el que no somos nada. El Covid nos ha mostrado esta idea en toda su crudeza, pero también que esta especie de maldición bíblica se puede revertir para intentar un mundo mejor. 3. ¿Qué fue del “Grupo Santa Fe” al que perteneciste en tus inicios? El Grupo lo creamos varios jóvenes con unos veinte años de promedio. Algunos que ya trabajaban, como el periodista Víctor Márquez Reviriego, que pronto fue una pieza importante en la revista Triunfo. José Luis Gómez, ya actor en Alemania, que se unía a las reuniones en sus regresos a Huelva. Manuel Garrido Palacios que empezaba su poliédrica actividad como escritor, músico, antropólogo y director de cine, autor entre otras cosas, de

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las series televisivas Raíces y La Duna Móvil. También estaban Manuel Pizán, periodista, Paco Pérez, poeta, el también escritor Ricardo Bada, y Manolo Crespo, compañero y colega en la cosa de los pinceles. Éramos jóvenes inquietos, incómodos con el corsé de una capital de provincia apática que, como tantas otras, sufría las censuras morales y políticas de la Iglesia y del franquismo. Nos salvaban la belleza del paisaje de Huelva y nuestras ganas de hacer y de aprender. Pronto cada uno se escapó a la búsqueda de vientos más favorables. En ese viento se disolvió el grupo y quedó un fuerte recuerdo de amistad y, por mi parte, también de agradecimiento. 4. Me gustaría me comentaras tus relaciones profesionales con la pintora Pilar Toscano y con su hija la profesora de Arte de la Universidad de Huelva Pilar D. Toscano: En aquella ciudad de finales de los años cincuenta, Huelva, no había muchos artistas plásticos. Los que nos movíamos allí nos conocíamos y teníamos buena relación. El arte que se hacía, por lo general, estaba algo ajado y fuera de actualidad. Cosa normal porque reflejaba la sociedad que lo producía. Vázquez Díaz, Pepe Caballero o Manuel Moreno Díaz se movían en Madrid, donde todo empezaba a ser diferente. ¡Lo importante que es el medio en te mueves! Pilar Toscano, era una mujer moderna, con capacidad de movimiento. Viajaba bastante y tenía un estilo que en aquella época era avanzado y demostraba gran sensibilidad. En ocasiones compartimos estudio, y siempre una buena amistad. Su hija, Pilar Domínguez, nació mucho después del inicio de mi amistad con su madre. También hemos sido amigos y colegas con empatía. En la Universidad, donde ella se dedica a la docencia, realizamos con un grupo de alumnos una interesante experiencia. Se trataba de observar el estímulo que un grupo de música de percusión, que tocaba en directo, producía sobre otro grupo de artistas plásticos que realizaban una obra colectiva. Pilar es artista, y creo que debería prodigarse más en el ámbito de las artes plásticas. 5. Tras ser seleccionado para la bienal de París del 71 te adquirieron obras para el Museo Español de Arte Contemporáneo y para el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla.

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Es mucho y bueno que los que practican el arte con mayor o menor fortuna, y los diletantes, sea cual sea la razón que los motiven, disfruten con él y observen la vida a través de esta maravillosa óptica. Tras ello y ciertas vivencias personales te hicieron replantearte tu relación con el arte. ¿Qué pasó? Como tú ya has indicado, las obras que fueron a la Bienal las realizamos en equipo Jesús Mojarro y yo. Jesús era algo más joven y acababa entonces la carrera de Bellas Artes. Trabajamos intensamente durante un año y el resultado lo conseguimos exponer en la Galería Seíquer de Madrid. El seleccionador oficial de la Bienal pasó por la Galería. Le interesó lo que vio y nos fichó para París. Voy a intentar abreviar: Aquella Bienal estaba muy politizada. Quizás alguien influyente de la organización pensara que al ir de la mano de un funcionario oficial del régimen éramos todos de la misma camada. Empezaron a ponernos trabas con la colocación de las obras mientras las facilidades eran para la presencia paralela de una galería privada. Ante este estado de cosas algún artista de nuestro grupo intentó salvar la situación, pero sólo en su favor. Para mí todo resultó una sorpresa inesperada y desagradable. A esto hay que sumarle que en aquella época, en el arte actual, llegué a encontrar cosas apasionantes y otras que me resultaban desconcertantes. Necesitaba reflexión. Quizás adecuar mi horizonte a mi forma de ser y blindarme ante ciertas influencias. Esto lo pienso ahora, pero quizás hubo razones, menos visibles, para dar un golpe de timón.

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Me gusta y admiro la buena fotografía. Tanto como algunos cuadros o esculturas. El sueño de algunos pintores es que sus obras parezcan fotografías. Hay gente para todo. También hay fotos intervenidas pictóricamente y pinturas que introducen fotografías. 6. Dijiste que el arte es muy amplio y que en “Harina de otro costal” cabe todo lo que tenga calidad. ¿Qué es para ti la calidad en pintura o escultura? Para mí y para mi mujer Lourdes, que es quien gestiona el Centro, tiene calidad lo que nosotros estimamos que la tiene. Sabiendo, claro está, que muchas personas piensan y sienten de forma contraria. De todas maneras existe un consenso no escrito sobre las obras que para una mayoría con cierta práctica en las artes, pueden considerarse buenas. El arte actual, a veces, necesita demasiado apoyo literario para justificarse. Hubo un momento no lejano en que se despreciaba la pintura literaria. Y hace ya algún tiempo que el arte entró en un terreno casi religioso de “te lo crees o no te lo crees”. Aunque pueda resultar molesto para algunas personas el arte funciona así desde que se desnudó de todo patrón objetivo, y se nutre en gran medida de las proyecciones personales del espectador y del artista. 7. Pusiste en marcha, junto con tu esposa Lourdes Santos, el centro de arte “Harina de Otro Costal”. ¿Nos lo explicas? Hace algo más de veinte años decidimos vivir en un pueblo. Buscamos durante unos meses hasta que encontramos en Trigueros esta fábrica de harina con la que tuvimos un flechazo. Tuvimos una buena relación con el edificio. Era un lugar ideal para crear algo relacionado con esta extraña cosa que es el arte, y que forma parte de nuestra vida. El nombre de Harina de Otro Costal se le ocurrió a Lourdes pensando en la dedicación industrial de la fábrica y en la significación de la conocida frase “Esto es harina de otro costal”. 8. Has dicho que el arte potente se hace desde el sufrimiento, en épocas de crisis personales de los artistas. A tenor de tu producción parece que has tenido muchas crisis ¿me equivoco? -Creo que la cosa va por ahí. Las crisis personales golpean la sensibilidad del artista; pero ello puede generar en la obra un tono demasiado dramático que es conveniente controlar y modular. Y dicho esto, tengo crisis y dudas periódicas. También momentos de plenitud y de enorme alegría. Y seguro que todo influye en el resultado de mi trabajo. Me viene a la memoria unos versos de D. Antonio Machado: “No te extrañe dulce amiga/ que esté mi frente arrugada/ yo vivo en paz con los hombres/ y en guerra con mis entrañas.” 9. ¿Qué es mucho y poco en estas BB.AA.? Es MUCHO la cantidad de logros afortunados en la expresión del arte, que aumentan con el número de jóvenes o de personas mayores que se buscan a sí mismos en este medio. Es POCO el número de personas que consiguen metabolizar lo hecho anteriormente por los grandes e imprimir algo personal en lo aprendido. Es mucho y bueno que los que practican el arte con mayor o menor fortuna, y los diletantes, sea cual sea la razón que los motiven, disfruten con él y observen la vida a través de esta maravillosa óptica. 10. Pintas oyendo música ¿cuál? Necesito la música. Para mí es el arte supremo. Me puede gustar cualquier tipo de música, pero casi siempre recurro a la clásica cuando estoy trabajando. Me ayuda a ordenar las ideas y me aporta emociones. Suelo poner la 2 de Radio Nacional. Me complace escuchar cosas inesperadas y aprender a la vez. En ocasiones pongo un disco que me apetece y que viene bien para una determinada ocasión. 11. ¿Cómo surgió tu vocación por las BB.AA.? De niño. Como un juego. Nada excepcional porque casi todos los niños dibujan, pintan y modelan. Da la impresión de que la necesidad del arte es atávica y más tarde es sustituida por cosas más poderosas. Cuando niños, en mi barrio, caminábamos hasta la falda vertical de una colina de arcilla cerca de la ciudad. Allí excavábamos material para realizar figurillas de animales o simplemente jugar con el barro y disfrutar de esa textura húmeda tan especial. Más tarde fui un mal estudiante de secundaria. Solo tenía buenas notas en la clase de dibujo. Las niñas me pedían ayuda para resolver sus deberes… Ello estimuló y dirigió mi ego en aquellos 11 o 12 años de edad. Entonces no sabía lo que significaba “el arte”. Hoy, con 78 años continúo sin saberlo, aunque aprendí a moverme en esta especie de placentera neblina.

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12. ¿Crees que la Pintura/Escultura en BB.AA. ocupa el lugar que le corresponde en función del interés en la sociedad por ellas? ¿Y en la sociedad, en función de otras actividades humanas? Quizás esta pregunta la contestaría mejor la estadística. Pero así de forma intuitiva creo que todas las cosas ocupan el lugar que la evolución va determinando. Existen históricamente hitos en el arte, que también son fruto de la evolución humana. En épocas anteriores casi todo lo determinaban los poderes temporales y religiosos. Todas las sociedades primitivas, no me atrevo a llamarlas inocentes, generaron un arte que poseía un valor directo. Un valor ancestral de parecida motivación al que aflora en los niños. Cuando se desarrollan las técnicas artísticas y también los poderes que antes mencionaba, el arte comienza a utilizarse como escenografía para la magia religiosa o como elemento de propaganda política. Las imágenes del arte ponen cara a las deidades o cuentan batallas gloriosas a pueblos que no saben leer. A partir de la ruptura que supuso el impresionismo aumenta la utilidad de las Bellas Artes como moneda de cambio y bien de inversión y especulación. Con la connivencia de críticos y periodistas se orienta a conveniencia el gusto de las personas por el arte. A pesar de lo expuesto, el arte tiene un importante papel en nuestras sociedades y aunque continúe siendo utilizado de forma espúrea es, más que nunca, un espacio de libertad y conocimiento. 13. ¿Eres aficionado a la fotografía? ¿Cómo la relacionas con la pintura/escultura? Me gusta y admiro la buena fotografía. Tanto como algunos cuadros o esculturas. El sueño de algunos pintores es que sus obras parezcan fotografías. Hay gente para todo. También hay fotos intervenidas pictóricamente y pinturas que introducen fotografías. Y desde hace tiempo, en las bienales y grandes certámenes, la fotografía despierta la misma consideración y atención que las demás Artes Plásticas. 14. Has hecho algunas exposiciones eróticas ¿Cuál es tu opinión sobre los modelos humanos en general para la formación en pintura y escultura y en particular sobre los desnudos? Algunas de mis obras contienen un claro erotismo. Quizás la mayoría de ellas aunque no sea evidente. El erotismo es una parte importante de nosotros que tiene mucho que ver con la reproducción, aunque al trascender ese mandato de la naturaleza surge una nueve emoción que tiene más que ver con el placer y la belleza. Nunca realicé un monográfico sobre la sexualidad pero me estás dando una idea. Sí participé a principio de los años setenta en una gran colectiva de Arte Erótico en la galería Vandrés de Madrid. Asistieron muy buenos creadores y fue muy rompedora e interesante. Los desnudos, aparte de hermosos paisajes de materia viva, son muy eficaces en el estudio y aprendizaje del dibujo. Y aunque las referencias realistas no son las más habitua-

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les en la expresión actual, el estudio y la práctica de la técnica tradicional puede aportar mucho a cualquier creación de hoy. La mayoría de los grandes “destructores” han tenido una sólida formación técnica: Picasso, Mondrian, Paul Klee y muchos más. 15. ¿Qué proporción hay del artista que nace y del que se hace? Hace tiempo que está aceptado que los seres humanos somos la herencia genética más el medio en el que nos desarrollamos. Creo que para ser artista es necesario nacer con un tipo de inteligencia determinado; cosa que no es ningún mérito personal, y nutrirse en un medio determinado; que tampoco es un mérito personal, aunque los artistas lo asumamos como tal. Al fin y al cabo la vanidad es un aliciente para sentirnos y movernos. No sé, francamente, en qué proporción pueden contar lo heredado y lo adquirido. 16. Me interesa conceptualmente el arte contemporáneo, pero tengo muchas dudas sobre él. Hace ya algún tiempo oí a un crítico por la radio diciendo algo así como que el 85% de la obra de Picasso es una porquería. Hay quien lo extendería al 95% de la de Miró. ¿Qué opinas del arte contemporáneo tú que lo practicas? No deja de sorprenderme la exactitud proporcional, maniquea y escatológica de ese crítico y seguro que tendrá sus razones porque desde que el arte conquistó la libertad absoluta y se hizo subjetivo, cada uno puede opinar o pintar como le dé la gana. Pero ojo, la libertad absoluta sin servidumbres, límites o dependencias, se parece mucho a lo que debe ser la muerte. Hegel sentenció en plena etapa romántica: “El arte ha muerto”; y las vanguardias actuales intentaron rematarlo, pero ya sabemos que cualquier intento de revolución es comprado a quienes estén dispuestos a venderse. Pero, a pesar de todo, El Arte continúa vivo, quizás protegido por su ambigüedad, su indefinición y su divina ubicuidad. 17. Un artista dijo “El estilo propio surge de los errores cometidos copiando a otros para formarse”. Otra artista dijo “El estilo surge de los aciertos cuando ya no se necesita copiar” Me quedo con lo que dijo otro artista: “Se tiene estilo cuando no se sabe hacer de otra forma”. (Risas…) 18. Volviendo a la pintura y escultura ¿qué te interesa más en ellas? ¿Cuál es para ti la diferencia fundamental entre P y E y porqué te inclinas unas veces por una o por la otra? Porque soy bastante dual. A cada una le doy un tratamiento y un concepto diferente. La escultura la veo muy completa porque se puede rodear y acariciar o mirarla desde varios puntos de vista. El proceso de un cuadro es más rápido y los pinceles y brochas, o la herramienta que se utilice para aplicar la pintura, dirigen directamente, desde el cerebro y el corazón, el movimiento del brazo sobre el lienzo. Se pierden unas cosas y se ganan otras. 19. Una mayoría de los pintores/escultores tasan su producción en función del tamaño. Quizás sea lo más fácil y objetivo, pero ¿habría un sistema mejor? ¿Cuál? -No lo sé. Me cuesta más trabajo hacer una miniatura que una obra de grandes dimensiones, sin embargo sigo el criterio habitual. Aunque se dice que las esencias suelen

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estar en frascos pequeños, puede que el tamaño tenga su importancia. Depende de gustos y conveniencias. 20. ¿Qué piensas del equipo (estudio, materiales, etc.)? Hay que proveerse de lo que cada uno necesite para la creación. Un buen estudio es importante. Pero nada es imprescindible para hacer cosas importantes. En una cueva se pintó Altamira. El Quijote se escribió sin ordenador ni internet. En fotografía he visto algunas cosas hechas con cámaras estenopeicas que no tienen nada que envidiar a la mejor cámara digital, y se podrían citar muchos más ejemplos. Mi amigo Faustino hace cosas estupendas con una punta de plata y papel. Personalmente tengo ahora un estudio magnífico, pero las obras que han tenido mayor importancia en mi modesta trayectoria las he realizado en estudios muy precarios. En fin, cada cual tiene que equilibrar sus necesidades con sus posibilidades. Hay que aprovechar la multitud de ventajas técnicas de las que hoy disponemos, pero si recurrimos a ellas en exceso puede que matemos algo de la frescura de la obra; incluso que nos pasemos en recursos para ocultar alguna incapacidad creativa. 21. ¿Quieres añadir algo más? Solo darte las gracias por tu atención y porque tus preguntas me han hecho revisar algunas ideas. Me apunto lo del monográfico sobre el erotismo.

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Monchu Calvo

Ángel Alonso, el último fogonero de “La Campurra”

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Ventana al humo y al carbón Conocí a Ángel Alonso en la celebración del centenario de “La Campurra”, en agosto de 1921. El ayuntamiento de Laviana programó una serie de actos, entre ellos una exposición fotográfica, en la que colaboramos varias personas que aportamos fotos antiguas, asi como unas charlas, y la edición de un folleto escrito por Paco Trinidad, titulado “Una historia de humo y de carbón”, que inspira el de este artículo y que narra la historia de aquel trenecillo que envuelto en humo recorría los parajes de Laviana llevando a rastro unas vagonetas cargadas de carbón, aunque yo el recuerdo que tengo grabado, es cuando Nalón arriba y abajo, aplicaba toda su fuerza en tirar por las mismas vagonetas, pero con un destartalado vagón de madera atestado de gente, que subían y bajaban en marcha como si de una atracción de feria se tratase, llegando a su destino, Rioseco, desde Laviana, donde ponía término a su viaje en la casa que hacía de estación, y que lucía orgullosa el nombre del pueblo adosado a una de sus paredes, en la que por cierto hay actualmente un proyecto de realizar un gran mural que ocupe la totalidad de la medianera con la imagen de aquel legendario tranvía. Ángel Alonso era el que alimentaba aquella insaciable caldera con paletadas de carbón. Era el fogonero, como él dice, orgulloso de haber desempeñado aquel trabajo durante años. Por eso ahora que lo recuerdo en aquel trenecillo turístico con el que dimos una vuelta por la villa de Laviana, con ropa de domingo y boina limpia, durante los actos del centenario, trato de imaginarlo en lo reducido del espacio de aquella otra máquina, de nombre Rioseco, sudoroso y con la cara negra del carbón y del humo, de ahí el título que le pusimos a este documental, como el folleto de Paco, que intentamos refleje de su propia voz un tiempo que solo los más viejos conocimos, y que Palacio Valdés refleja en su su novela La aldea perdida: “Por fin silbó, sí, silbó la locomotora, ¡Dios la bendiga¡, por encima de Entralgo. Cruzó soberbia, abriendo enorme brecha en los castañares que lo señoreaban, taladró con furia a Cerezangos, aquel adorado retiro del capitán, y siguió triunfante, vomitando humo y escorias, hasta Villoria.” Aunque no sea contemporánea en las fechas siínos da una idea de lo que podía ser un tren de vapor cruzando villas y pueblos, atravesando el Nalón por puentes inverosímiles, sufriendo accidentes y descarrilamientos que solventaban hombres de la fortaleza de Ángel, y la pericia de Vicente Laviana, entre otros maquinistas, a cargo de aquel amasijo de hierros que el vapor de la caldera empujaba por los diminutos carriles, que talmente parecían de juguete. La vida de Ángel daría para una buena novela, pues le tocaron tiempos difíciles, y ya van quedando pocos libros abiertos donde saciar nuestra curiosidad, desde la memoria de

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Dos imágenes de “La Campurra”, el trenillo que unió a Laviana y Rioseco entre 1921 y 1967. Transportaba carbón y otros minerales así como viajeros

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Ángel Alonso. Al fondo, edificio levantado por el empresario Cándido Blanco, dueño de “La Campurra”, como hangar y cocheras del trenillo. Como se aprecia en la foto, hoy está en ruinas.

uno que los vivió, y que con gran generosidad se presta a abrirnos esa ventana a un pasado que ya pocos conocieron. De todo eso queríamos hablar con el último fogonero de “La Campurra”, y precisamente en las ruinas de la soberbia construcción que tuvo que ser imponente en aquellos años, que un visionario como Cándido Blanco, propietario del tranvía, levantó en las orillas del Nalón. El sol otoñal nos acompaña, tiñendo de oro los árboles y matorrales de El Condado, el pueblo de Ángel, y todavía se aprecian bajo el verde de la yerba, la marca de los carriles donde máquina y vagones entraban en aquel espacio, que disponía de fragua, carpintería, pozo de agua y taller mecánico. Lo necesario para recomponer cualquier incidencia en aquel tren multiusos, que igual llevaba mineral de de la mina de hierro de Llaímo, que viajeros, y toda clase de animales en un vagón especial para ellos. Los jueves, había tren con jardinera, y gloria daba ver el ambiente delante del hotel Don Félix, de Rioseco, con la gente esperando para montarse y bajar a Laviana, con la peseta del billete preparada para pagar, mientras Ángel apuraba el vino en el concurrido bar de Regina. De todo eso nos habló nuestro fogonero, que afortunadamente goza de excelente salud pese a sus 85 años y lo que mas me admira, la excelente memoria y la buena capacidad descriptiva que hace la charla con él un auténtico placer. Gracias a José Luis, por hacer de enlace y conseguir esta entrevista, y gracias a Juan Sancho por plasmarla en imágenes. Fue posiblemente el último testimonio de una profesión y una etapa histórica con la que convivimos los que somos de mi generación o algo anterior. Tenía verdadero interés en escucharle, y aunque llevaba algo de guión escrito, la verdad es que no me hizo falta, ya que Ángel narraba fluidamente todas las peripecias de su actividad en “La Campurra”, incluso hechos ajenos a ese trabajo, pero que formaban parte de sus recuerdos, en unos años donde la vida no lo ponía fácil. Ahora solo nos queda disfrutar de este documento gráfico en el que nuestro improvisado actor actúa en los escenarios de su vida laboral. El documental completo sobre Ángel puede verse en: https://youtu.be/_Vp08Jw7rEk

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Noticias de nuestros colaboradores

Un momento de la presentación. De izquierda a derecha, ; Gustavo Fernández, Cronista oficial de Grado, Xosé Ambás, Elsa Suárez, Concejala de Cultura de Grado y el propio Eduardo Blanco.

Eduardo Blanco García presenta su libro de retratos

Reflejos del alma

Los 30 retratos corresponden a: Marcos Luengo, Rosa Montero, Paco Clavel, Xuan Bello, Gonzalo de la Huerga, Joaquín Araújo Ponciano, Valentín Álvarez, Vaudí Cavalcanti, Enrique Simón, Rebecca Arrose, María Luengo, Monchu`l Cura, Rodrigo Cuevas, Tony Sánchez y Manuel Món, que por múltiples razones unos y otros se disculparon por no poder estar en la presentación del libro. En cambio, sí pudieron asistir Andrés Presumido, Fernando Alba, Emilio Ruiz Barrachina, Fernando Beltrán, Leopoldo Tolivar Alas, Javier Marinas, Miguel Rojo, Gustavo Fernández, Pepe Sierra, Xosé Antón (Ambás), Julio de la Fuente, Adela González Fernández, Olivo Millamil, Santi Pérez y Jerónimo Granda.

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Un instante de naturalidad

Un instante de naturalidad, un “microsegundo” para captar “el ser” de las personas. Es lo que ha hecho el moscón Eduardo Blanco García con la serie de 30 retratos de personajes conocidos del ámbito de la cultura, el deporte, el arte o la ciencia, vinculados con Grado y que ha reunido en el libro “Reflejos del alma”. La obra se presentó el pasado viernes, 5 de noviembre, en la Casa de Cultura moscona con un rotundo éxito, en un acto organizado por la asociación cultural “Valentín Andrés”, de la que es presidente, y con el patrocinio del Ayuntamiento. Se trata este de un proyecto en el que ha trabajado mientras disfruta de su “otoño dorado” y que, reconoce, le ha dado mucho más de lo que esperaba: “Terminé siendo un poco más sabio gracias a las conversaciones que mantuve con los retratados, a los que les debo mucho”. Blanco, profesor jubilado de Matemáticas y Ciencias Naturales, inició hace tres años “Reflejos del alma” con la idea de realizar media docena de retratos para hacer un libro para la familia. “Pero cuando llevaba seis o siete la idea de seguir con más retratos adquirió cierta relevancia”, explica. El primero fue el actor y director teatral Andrés Presumido y, después, pasaron por el foco de su cámara, entre otros, personalidades como los escritores Miguel Rojo, Manuel García Rubio o Rosa Montero, el poeta Fernando Beltrán o el diseñador Marcos Luengo. También el escultor Fernando Alba, el catedrático Leopoldo Tolivar, el ecologista Joaquín Araújo Ponciano, los músicos Rodrigo Cuevas y Xosé Ambás, pasando por los deportistas moscones Santi Pérez y Toni Sánchez, la periodista María Luengo o el cronista oficial de Grado, Gustavo Adolfo Fernández. “Elegí el retrato porque el paisaje me puede conmover más o menos pero el retrato tiene relación con el ser humano, su cercanía, y eso es algo irrepetible”, comenta. Por eso, trata de reflejar en cada imagen la esencia de los protagonistas, sin modelaje, con naturalidad. Para ello, antes de disparar con su cámara, Blanco se toma un café con el retratado, charlan “de lo divino y lo humano” y durante la sesión continúa la conversación “porque se van soltando al hablar y yo voy disparando”. “A veces, incluso, sin ponerme detrás de la cámara para que no sientan que hay alguien analizándoles”, comenta. Así genera un vínculo íntimo con el que consigue reflejar “esa diferencia individual que tiene cada persona”, recogiendo “la humildad de Rosa Montero o la fuerza y lucha de Toni Sánchez y los poetas, que tienen algo especial”. De esta manera crea fotografías de gran realismo en las que los ojos y las manos de los retratados cobran especial relevancia. “Ayudan mucho a comunicar”, dice. Además, todos y cada uno de los retratos son en blanco y negro por ser fotografías “más imperecederas, atemporales”. Unas imágenes sin apenas edición, que incluyen pequeños textos que abordan la biografía del protagonista y las impresiones del fotógrafo. Los treinta retratos forman ahora parte de “Reflejos del alma”, cuya primera edición, hecha por el diseñador moscón Andrés Moutas ya se ha agotado. Por eso ya piensa en lanzar una segunda tanda de libros dado el éxito que ha tenido y que muchas personas le paran en la calle para preguntarle donde conseguirlo. Y puede que organice una exposición: “Es algo que no descarto”. Blanco sigue con la cámara en ristre en estos años de jubilación y lo hace con el apoyo constante de su mujer, Mari Carmen, y de sus cinco hijos, que, dice, son todo para él y le ponen los pies sobre la tierra. Para ellos es este libro, concluye.

Sara Arias Grado

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Eduardo Blanco con Julio de la Fuente, director de cine

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Con el músico Xosé Ambas

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Con la doctora Adela González

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Jerónimo Granda en un momento de la presentación

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Con Javier Marinas, diseñador gráfico

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Con Emilio Ruíz Barrachina; periodista, novelista, poeta y director de cine

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Con el catedrático Leopoldo Tolivar Alas

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Con el director teatral Andrés Presumido

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Algunos de s

Andrés Presumido. Director teatral

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sus retratos

Fernando Alba. Escultor

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Fernando Beltán. Poeta

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Miguel Rojo. Escritor

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Rodrigo Cuevas 106


Xosé Ambás. Músico y etnógrafo

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Dos momentos de la entrega del premio a Gloria Soriano

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Noticias de nuestros colaboradores Gloria Soriano,

finalista en el XIII concurso de relatos de la Fundación la Caixa y Radio Nacional de España Nuestra colaboradora y entrañable amiga, Gloria Soriano, resultó finalista en el XIII concurso de relatos y microrrelatos organizado por la Fundación la Caixa y Radio Nacional de España. El pasado 10 de noviembre se hizo la entrega de Premios en un acto solemne en el que Gloria pudo recoger su galardón como acreditan las dos fotos que publicamos. Era deseo de Gloria que el relato premiado fuera publicado en nuestras páginas, al ser una revista sin ánimo de lucro y en la que colabora habitualmente. Los organizadores, sin embargo, no autorizaron la publicación, amparándose en una de las bases. Nosotros, menos mezquinos y menos arbitrarios que esos empingorotados organizadores, sí publicamos sus nombres —podíamos haber silenciado a los patrocinadores, sin ningún rubor— dándoles así una publicidad que no se merecen. Gloria Soriano, con su pluma, más literaria que vengativa, explica los pormenores de esta inaudita prohibición.

El concurso Hubo una vez un concurso para mayores de sesenta al que me presenté junto a dos mil novecientos concursantes más. Quedamos quince finalistas: diez relatos y cinco microrrelatos. El diez de noviembre, en una gala a la que no faltamos ninguno de los “nominados”, se desveló el relato y micro ganador, y se hizo una lectura de los dos seleccionados. Si El Catalejo (mi relato) hubiera ganado, habría sido publicado en La Vanguardia y os podría hacer llegar un enlace para quien tuviera curiosidad en leerlo. Ser finalista conlleva la cesión de los derechos de explotación a favor de la Fundación la Caixa y R.N.E. a cambio de un trofeo. Estaba resignada a mantenerlo oculto y olvidarme del hijo perdido, pero Guendy, que supo del premio por casualidad, me animó a que compartiera el texto con vosotros. He solicitado autorización para publicarlo en Luz y Tinta, estoy esperando la respuesta. Me molesta la inconsciencia con la que se redactan las bases de los concursos, la frialdad con la que se despoja al artista de su obra. Me resisto a pensar que en esa exclusividad exigida haya un ánimo de lucro, pero no deja de resultar paradójico que La Fundación la Caixa, para cumplir con el programa social que favorece el envejecimiento activo y saludable, utilice con esos mayores a los que protege, cláusulas tan leoninas.

Gloria Soriano

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Julio de la Fuente. Foto, Guendy 110


Noticias de nuestros colaboradores Dos cortometrajes de Julio de la Fuente reciben sendos galardones en el Festival Internacional “Cine Mundo 2021” en Argentina

Dos de los cortometrajes del cineasta asturiano Julio de la Fuente han recibido sendos galardones en el Festival Internacional “Cine Mundo 2021” en Argentina. Es la tercera vez

que De la Fuente obtiene un premio en la Argentina. En esta ocasión, el corto “al alba” ha recibido el primer premio en la categoria de Derechos Humanos, mientras que el corto “Jazmin” la mencion de honor en la categoria de cine de genero. “Jazmín”, que trata sobre la vida en España de una senegalesa puede verse en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=cx6aV2Aj6Yw “Al alba” cuenta cómo un hombre es fusilado por solidaridad con sus compañeros durante la guerra civil, al escribir una carta pidiendo la reincorporación al trabajo de sus compañeros que estaban suspendidos de empleo y sueldo. Puede verse en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=fzQAhR3y6tg El guionista y realizador sigue trabajando en la preproducción de su segundo largometraje de ficción, “El hogar”, como homenaje al cine cómico.

Julio de la Fuente, comenzará en breve a rodar esta película, “El Hogar”, un largometraje de 87 minutos. Para llevar a cabo este proyecto acaba de fichar como Productor Ejecutivo a José Luis Cuendia “Guendy”. Guendy, por su parte, tiene pensado comenzar a rodar y dirigir su corto “Solo” basado en un cuento de Armando Palacios Valdés, con guión de Francisco Trinidad, a finales de mayo del próximo año 2022.

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Otros premios de estas dos películas “Jazmín” PREMIOS

(Cortometraje)

1 Festival Internacional de Cine Social De Castilla - La Mancha (Spain) Finalista 2 Festival Internacional de Cortometrajes Fenaco Perú (Peru) 3 1º Premio Derechos Humanos. Human Rights Award 4 Festival de Cine Enfocar (Colombia) 5 Mejor Cortometraje Internacional 6 Best International Short Film 7 Festival Internacional de Cortometrajes Pilas En Corto (Spain) Mejor Cortometraje Y Mejor Director 8 Best Short Film & Best Director 9 Cortos Con Ñ (Spain) Finalista Al Premio Del Público

SELECCIONES 1 Festival Cine Mundo / (Argentina) 2 Fecineu, Festival Internacional DE Cine DE Neuquén (Argentina) 3 International Rights Protection Film Festival Steps(Ukraine) 4 Festival Internacional de Cine Y Video Alternativo Y Comunitario - Ojo Al Sancocho Ciudad Bolívar(Colombia) 5 Fiam - Festival Internacional Audiovisual Mambe(Colombia) 6 Festival de Cortometrajes del Órbigo -Out OF Competition- (Spain) 7 Black International Cinema Berlin (Germany) 8 Ficvi - Festival Internacional de Cine De Villavicencio (Colombia) 9 Festival Internacional de Cine cortos De Mercedes Buenos Aires (Argentina) 10 Festival Sueños De Cine (Spain) 11 Oviedo Abycine (Spain) 12 Festival de Cine Y Vino Ciudad de La Solana (Spain) 13 Temecula Valley International Film Festival (United States) 14 Mujeres en Foco, Festival Internacional por la Equidad De Genero (Argentina) 15 Brescello Progetto Cinema, Mondo Piccolo Cinematografico (Italy) 16 Nile´S Diaspora International Film Festival (Uganda) 17 Script International Short Film Festival (India) 18 Festival Internacional de Cine Para La Diversidad“Andoenredando” (Spain) 19 Festival Internacional de Cine Digital Experimental De Espacio Enter Canarias (Spain)

na)

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Trani Film Festival (Italy) Fescora - Festival Internacional De Cortometrajes Atene@S de Villacanas (Spain) Festival de Cine De Zaragoza (Spain) Certamen Nacional de Cortos Aula18 (Spain) Festival Internacional del Cortometraje Fic (Argenti-

26 Concurso de Cortometrajes El Trovador; (Spain) 27 Portobello Film Festival -Out OF Competition- (United Kingdom) 28 Festival de Cine de L’alfàs Del Pi (Spain) 29 Kalat Nissa Film Festival (Italy) 30 Kimera International Film Festival (Italy 31 Certamen Estatal de Video No Semana Internacional De Cine De Autor De Lugo(Spain) 32 Profesional Selectivo Única (Spain) 33 Festival de Cine Social Y Derechos Humanos - Cine Otro (Chile) 34 Festival Internacional de Cine De Gijón (Spain) 35 Muestra de Cortos Cine en A (Spain)

“Al alba”

PREMIOS

(Cortometraje)

1 Ribadedeva en Corto - Festival Nacional de Cortometrajes al aire libre (Spain) 2 Mejor Cortometraje Asturiano Best Asturian Short Film 3 The Indie For You Film Festival(United States) 4 Mejor Película Y Mejor Cortometraje Dramático Best Film And Best Dramatic Short 5 Festival Internacional De Cortometrajes Pilas En Corto(Spain) Mención Honor Del Jurado (Honor Mention Of The Jury)

SELECCIONES 1 Fescimed - Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática (Spain) 2 Festival de Cine Social y Derechos Humanos - Cine Otro (Chile) 3 Alma, Festival Internacional de Cortometrajes de Almassora (Spain) 4 Semana de Cine de Lugo (Spain) 5 Fibabc - Festival Iberoamericano de Cortometrajes ABC. Es (Spain) 6 Muestra Cortometrajes Café- Corto (Spain) 7 Festival Internacional de Cortometrajes Cinesan (Spain) 8 Cortos con Ñ (Spain) 9 Festival Internacional de Cine de la Siberia - Reyes Abades (Spain)

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Juanjo Arrojo Espantapájaros (II)

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Fotos seleccionadas

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dance, por olga 143


2012, por kezzin

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adios mundo cruel¡¡, por andreeva 145


al tajo, por jose luis llamazares 146


ana y rex, por quino

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arquitectura. st,petersburg.russia, por grecia blanc

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at the gates of the desert, por sergio

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atardecer en la playa, por carlos gianoli

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autumn mode, por jesús alvarez rodríguez 151


avefria del senegal - vanellus senegallus, por manuel palacio castro (yerbatu)

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bodegón de quesos, por el marmitón

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colors, por m.dasha 154


colors, por m.dasha 155


commelina, por sergey

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congratulations to all ., por talyuka 157


cumbres borrascosas, por milen

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dancing bridge, por jelvin bornes

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dean village (edimburgo), por antonio martinez rodriguez

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dean village-02, por antonio martinez rodriguez

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dean village-03, por antonio martinez rodriguez

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Reflexes, por Irina

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Catalogue, por Roman 164


Puerto de Gijón multiexposición, por Pepe Latas

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Las Tablas, por Monchu Calvo

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Ocaso, por Milen

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Noche de pesca, por Antón

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Anonymous, por Andrew Pashis

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Amanecer en el Khibiny, por Vadim Trunov

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detalles con macro., por sandra calleja

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diamante de gould, por manuel palacio castro (yerbatu)

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el aniversario de la retirada de las tropas soviéticas de afganistán., por rekhov. s

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el bosque encantado, por vaio

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el velero, por carlos gianoli

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escarcha frágil, por fran marat 176


estiramientos, por jose luis llamazares

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flores de hielo, por daniel

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guilin fisherman., por saravut whan

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histoires dans un bocal en verre, por sergio vido

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huevo de dinosaurio, por daniel

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huevo de dinosaurio2 de daniel

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in the same afternoon, por vlad s

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la rue des parapluies, por françois arnaud

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laetitia, por enrique santamaria cortes

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laetitia y alexia, por enrique santamaria cortes

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laetitia y alexia, por enrique santamaria cortes

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landscapes of my country. japan, por haruki kamura

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landscapes of my country. japan, por haruki kamura

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los dioses se cabrean, por aitar 190


maternity, por ssstudy

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maternity, por ssstudy 192


mañana de niebla en la costa, por diana valverde 193


mikhal potapych, por andrei romanov

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moda y estilo, por jelvin bornes

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music of the body, por ruslan 196


naked, por kalynsky

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natasha, por george

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naturaleza muerta., por sandra calleja

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nature macros, por duong dinh

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nature macros, por duong dinh

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niebla, por andreeva

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night and entry twenty - noche y entrada veinte, por luis miguel

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nights of blue satin, por alex

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ninfa del campo de maíz, por garbu iiya 205


nude, por gen

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nude, por gen

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nude, por anna

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nudes in black and white, por oxana

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one and no more., por s.benz

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otoño, por vaio

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paseando sola, por raúl gorostiza

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peasant woman, por yi wan

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portrait, por talyuka 214


portrait with eagle, por svetlava

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quien dijo que no había cambio climático, por caxigalines

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rasguños, por susana gudiño

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red and blue, por margarita

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regards, por andrew pashis

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salida de la luna en moeraki, por aleksey 220


september, por edwardgordeev

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september, por edwardgordeev

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sesión de desnudo artístico., por paulina stpetersburg

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still life, por eleonor

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still lifes, por michael

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still lifes, por tатьяна

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still lifes, por tатьяна

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story with vase, por nadima (shibina nadegda) 228


suculenta-y-flores-amarillas, por carlos gianoli

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sultanes del surf, por jl.maylin

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sweet dream, por gen

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the black mask de ruslan 232


the cavalcade of the valkyries, por sergio vido

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the magic wand, por vladimir 234


the sign of the cross, por alex

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upside down world, por ionut caras

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vintage portrait, por eric

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vista del monte shasta desde las orillas del lago trout., por aleksandre

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waiting on the platform, por yi wan

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womens day, por kezzin

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y después la boda ... novia con nieve., por rekhov. s

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anonimus, por k i k e

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apple, por sergey

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arquitectura, por pelayo

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b&n, por ilich bczonko

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baikal 2021publicado por a. grachev

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behind the street sale, por arkadiy 247


blue hour....., por johnaavitsland

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boredom afternoons, por sergio vido

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cabaret., por eric 250


cappadocia, por osman naim

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de paseo por asturias. las caldas. (oviedo), por diana valverde

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e.m.v tallinn estonia, por e.gorobets

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e.m.v tallinn estonia, por e.gorobets

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el aniversario de la retirada de las tropas soviéticas de afganistán., por rekhov. s 255


el cielo parece querer hablarnos..., por antón

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el despertar de la belleza, por leonidas 257


en el río., por manuel antonio centeno llorente

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errantes, por fran marat

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flamenco - phoenicopterus, por manuel palacio castro (yerbatu)

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flowers, por sla bertz

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friends, por svetlava

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fuga de luz, por aitar

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girlfriend, por dmytro

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greenhouse planter, por david d

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histoires dans un bocal en verre, por sergio vido

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in the light of the window, por igor

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kenya, por deven o’toole

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kiara, por enrique santamaria cortes

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kiara, por enrique santamaria cortes

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la niebla del otoño en khibiny, por vadim trunov

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light leakage, por arkadiy

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los caballos también hablan, por raul viciano alberich

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maternity, por sasha

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naturaleza muerta 2, por jose luis garrido gonzález 275


nature macros, por duong dinh

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nature macros, por duong dinh

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night vision - visión nocturna, por luis miguel

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ninfa del campo de maíz, por garbu iiya 279


ninfa del campo de maíz, por garbu iiya

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queen, por eric 281


red and blue, por margarita k

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red flowers, por a. zharov

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retrato tati, por raul viciano alberich

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scorts, por dmytro

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sin-palabras, por andreeva

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sunset in lofoten, por johnaavitsland

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tallinn, estonia, por e.gorobets

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the archer, por igor

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the pleasure of reading, por gen

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viejo auto en la playa, por ana

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¡vamos, vamos!, por aleksey

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¡¡¡ corre, corre , que te pillo !!!, por luis manuel

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Nadima (Shibina Nadegda)

Nadima en estado puro

No sé cuánto tiempo llevo disfrutando y comentando estas fotos de Nadima. (Tampoco quiero volver la vista atrás y comprobarlo, porque el tiempo es como un espejo que nos devuelve la imagen deformada de lo que fuimos). Es igual, porque siempre me ha fascinado, y creo que siempre lo he hecho notar, el atrezzo con que Shibina Nadegda “viste” sus fotos. Y especialemnte los tocados —tiaras, diademas, sombreros, pamelas y otros aditamentos...— con que suele revestir a sus modelos. En esta ocasión son doce fotos que vienen a ser un resumen de su tendencia a decorar el peinado de sus modelos con elementos que realzan su belleza y que sirven a la vez para trasladar un momento de estupor a quienes las contemplamos. Su imaginación es inagotable. Por eso, porque su imaginación no tiene límites y porque estas fotos son un derroche de imaginación, hay que sumergirse en ellas como debajo de una cascada, apreciando el frescor del agua, pero también su sonido al caer y la luz que se refleja en algunas gotas y a veces procura un arcoiris, esa maravilla natural de luz y color. Se trata de fijarse en los tocados, sí, pero sobre todo en los ojos, cuyo brillo potencia el atrezzo que se ha buscado en cada caso: cuidado, perfecto, cómplice... y sobre todo, imaginativo. Todo lo demás, realismo puro, es fuerza fotográfica, es magia compositiva y sobre todo, capacidad de sugerencia. Detrás de cada fotografía anida un mundo. Un mundo que cada espectador verá con una características distintas; en ello median la cultura del espectador y sus expectativas, la luz ambiente en que se miren las fotografías y todo aquello que quieren o pueden transmitir. Nadima en estado puro.

Claudio Serrano

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Cascadas de Islandia Las melodías del agua que cae (II) Cascadas de Islandia preseleccionadas para Luz y Tinta. Islandia ... la tierra del fuego y el hielo ... y más cascadas de las que puedes contar. Todas tienen un carácter distinto, y cada cascada te dejará maravillado con su forma, tamaño, sonido o la naturaleza que la rodea. Si está programando un viaje a Islandia, ha oído hablar de Gulfoss, ha visto fotos de Skógafoss y probablemente esté planeando caminar detrás de Seljalandsfoss, en esta galería que publicaré durante los próximos meses aquí, se encontrarán algunas de mis cascadas islandesas favoritas. Van desde las cascadas más populares hasta destinos fuera de lo común. Para algunas, simplemente puede salir de su automóvil y tomar una foto. Para otras, habrá que hacer algunas caminatas, pero esa es una experiencia increíble en sí misma.

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David duChemin

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Para fotografías más fuertes: más tiempo Hace tres semanas, me encontré sentado a orillas de la bahía de Hudson, a un tiro de piedra del círculo polar ártico, esperando a que un oso polar despertara de su letargo. Uno puede esperar mucho tiempo para que se despierte un oso polar. Varias veces, nuestro grupo de fotógrafos preguntó si deberíamos seguir adelante, y varias veces la respuesta fue: “No dejas un oso para ir a buscar un oso”. Sabiduría sólida, eso. Pero no importa lo que esté fotografiando, siempre es una apuesta que valdrá la pena. Una de las preguntas que me hacen con más frecuencia es la siguiente:

Entonces, ¿cuánto tiempo esperas? ¿Cuándo recorta sus pérdidas y sigue adelante? Esa es la pregunta, y no hay una respuesta buena (o fácil). Ya sea que esté sentado en la esquina de una calle en Italia o esperando que suceda un momento anticipado en un evento, siempre existe la posibilidad de que lo que está esperando nunca suceda, y que la espera pueda evitar que esté en otro lugar, fotografiando algo que su imaginación le dice es probablemente algún tipo de magia única en la vida. El miedo a perderse algo en alguna parte es difícil de superar. Me gustaría poder decir: «Sigue tu instinto», pero parece que tengo dos agallas: una que es impulsiva e impaciente y solo quiere seguir adelante, y otra que es más tranquila y sabia y sabe por experiencia que la mayoría de las veces, esperar vale la pena. Apagado.

Si tienes una gran luz pero no sucede nada, no dejes una gran luz para encontrar una gran luz. Si tienes

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un gran fondo y una composición maravillosa, no lo dejes para buscarlo en otra parte. Si tienes un oso, no lo dejes para buscar un oso. Ese será casi siempre mi enfoque. Pero hay una trampa: lleva tiempo. Encontrar una gran luz lleva tiempo de la misma manera que encontrar un oso o un gran fondo o composición. Dejar eso para comenzar la búsqueda de nuevo lleva aún más tiempo. Y una vez que llegas allí y encuentras lo que crees que estás buscando, se necesita más tiempo para ver realmente la escena, descubrir las posibilidades, probar las composiciones y comenzar a anticipar los momentos. Se necesita tiempo para marcar la configuración, ser creativo y probar diferentes enfoques.

¿Esperar siempre vale la pena? No. Me he sentado durante horas pensando: “Si esto vale la pena, será increíble. Pero si la luz nunca aparece, si el momento nunca llega, será, bueno, nada. Cremallera. Nada “. En ese estado de ánimo, es fácil empezar a pensar en seguir adelante. Lo que hace posible quedarse quieto y poner su suerte con el tipo de suerte que es, al menos en parte, responsable de las mejores fotografías que hacemos es el tiempo . Dedicamos mucha atención a pensar en las cosas que necesitamos para hacer nuestras mejores fotografías. Dinero también. Compramos el mejor equipo que podemos, las lentes más nítidas que podemos permitirnos, los trípodes más grandes, las luces estroboscópicas más rápidas o lo que sea que exija su propia disciplina de nicho. Creemos que son necesarios y gastamos lo que podemos en ellos. Ciertos equipos abren posibilidades creativas que no tener ese equipo podría evitar. Cuando miraba osos polares a través de mi lente de 600 mm con un teleconvertidor de 1.4x en Churchill, pude crear composiciones que otros fotógrafos con solo una lente de 200 mm no podían. Una cámara que es más rápida y rastrea mejor capturará momentos que una cámara más lenta tal vez no. Esto también es cierto en lo que respecta al tiempo, y a medida que me acerco a mis 36 años como fotógrafo, estoy cada vez más convencido de que necesitamos más y de que, en general, infravaloramos su papel en la creación de fotografías. ¿Qué necesitas para hacer grandes fotografías? El equipo adecuado es necesario pero insuficiente. Necesitamos más tiempo.

Cuanto más tiempo dediques a lo que sea que estés fotografiando, más posibilidades tienes.

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Más tiempo significa que puedes esperar al oso sin asustarte. Significa que tienes más tiempo para considerar tu composición. Significa que tienes tiempo para cometer errores, tomar algunos riesgos y volver mañana cuando la luz anticipada se apague sobre ese paisaje en lugar de aparecer como esperabas. Más tiempo, sin importar el contexto, te permite estar más presente, más atento y más inmerso. En términos prácticos, esto significa ir a Venecia durante dos días en lugar de uno, y si puedes hacerlo, ir durante una semana entera. Es muy tentador querer verlo todo, ir a Venecia, Roma y Florencia en cinco días. Puede que sea una excelente manera de hacer turismo, pero es una manera difícil de fotografiar. Significa que si puede pasar una hora en el estudio, reserve tiempo para dos horas y permítase reducir la velocidad, y use ese tiempo para probar cosas nuevas. Si puede pasar una semana en un safari, vea si hay una manera de gastar dos. Si puede dedicar un mes a su proyecto, haga un presupuesto de tres en su lugar. Si va a hacer una caminata de una hora, quédese toda la mañana o regrese todas las mañanas durante una semana al mismo bosque en diferentes momentos del día.

Más tiempo significa más posibilidades. Más tiempo puede resolver muchos problemas. Puede resolver “¡no pasa nada!” Puede resolver “¿cuánto tiempo debo esperar?” Puede resolver “la luz no es la correcta” y “perdí la toma esa vez” o “dispara, mi configuración no era la correcta”. Más tiempo le permite volver a intentarlo, esperar sin (tanto) preocuparse y ver un lugar o un sujeto a medida que la luz, el clima y los momentos diferentes lo cambian. Cuando quieres fotografiar personas, más tiempo te permite dejar de sentirte tan nervioso y que tu sujeto vuelva a estar más cómodo y natural. Permite conexiones más profundas y el tipo de relaciones que no puede tener en la carrera.

¿Quieres hacer mejores fotografías? Tómate más tiempo. Encuéntrelo, hágalo, cambie otras cosas por él. El tiempo no es una técnica. No es un atajo. Y no es tan sexy como esa nueva lente. De hecho, podría costar más que esa nueva lente. Pero si solo puede tener uno, alquile la lente y gane tiempo. Fotos de David DuChemin

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Sandrine Hermand-Grisel

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Entrevista con Jon Enoch Jon Enoch es un fotógrafo con sede en Londres que se centra en la fotografía de retratos y estilos de vida para publicaciones publicitarias y de medios, así como para grandes organizaciones. Ha ganado numerosos premios por su serie de retratos fotográficos vietnamitas llamada Bikes of Hanoi , incluido el Gran Premio Smithsonian; el Lens Culture Portrait Award y el Portraits of Humanity Award en 2020. Las imágenes también fueron preseleccionadas para el Sony World Photography Award y ganaron el premio de oro Prix de la Photographie Paris (Px3 ) en 2019. El conjunto de imágenes de retratos se presentó en BBC, The Guardian, The Telegraph y se volvieron virales en sitios web de todo el mundo.

Todo sobre la foto: Estudiaste geografía en la universidad. ¿Cómo dio el salto a la fotografía y cuándo tomó esta decisión?

Jon Enoch: En mi primer año de universidad, participé en un concurso y lo olvidé por completo. Más tarde recibí una llamada telefónica de una agencia de relaciones públicas que me decía que había ganado un viaje alrededor del mundo con todos los gastos pagados. Afortunadamente para mí, mis tutores acordaron que podía aplazar el año e irme, así que me fui. Me compré una cámara de apuntar y disparar barata y tan pronto como comencé a tomar fotos, me enganché. Sabía que esto era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Comencé a vender algunas de las imágenes cuando todavía estaba fuera, por lo que recibí comentarios positivos de inmediato, lo que me dio la confianza para dedicarme a la fotografía como carrera.

Describe tu estilo fotográfico.

Siempre describo mi enfoque como atrevido y sencillo. Me encanta jugar con la luz y cómo eso afecta el estado de ánimo y la personalidad del resultado final. Debido a una combinación de mi papel anterior como fotógrafo de noticias y el hecho de que la mayoría de mis sujetos no tienen mucho tiempo libre, me gusta trabajar rápido. Los mejores retratos provienen de los momentos en que el sujeto no está posando conscientemente o cuando se siente un poco incómodo. Me gusta crear retratos interesantes, que nos digan cómo se siente la persona en esa fracción de segundo. Queremos que transmitan sus verdaderas emociones, sean las que sean.

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¿Describe una sesión de retrato típica con personalidad deportiva?

Mi equipo y yo estaremos en el lugar o en el estudio durante horas antes de que llegue el sujeto, configurando el equipo, buscando las mejores ubicaciones y haciendo todas las tomas de prueba. Sabemos que no tendrán mucho tiempo de sobra, así que es importante que estemos al 100% listos para comenzar tan pronto como entren. Sé lo que quiero de la sesión mucho antes de que lleguen, así que supongo que el sujeto puede sentir que confía en mí. Saben que es parte del trabajo o del trato de patrocinio. Por lo general, son 100% profesionales y quieren hacer el mejor trabajo lo más rápido posible, al igual que nosotros.

¿Quién o qué influye en tu trabajo?

Puedo inspirarme absolutamente en cualquier lugar, en personas y lugares, a veces es solo una idea cuando paso junto a alguien que hace algo inusual. Hice un proyecto fotográfico de músicos practicando al aire libre. Había visto a gente practicando en los parques de Londres con tubas u otros instrumentos grandes antes y seguía pensando en eso. Vivo en el sureste de Londres, así que vivir en la ciudad te empuja a enfrentarte a todo tipo de estímulos. Música, películas, arte, lo que sea, todo fluye en la mezcla. También me inspiran los desafíos técnicos que involucran ubicaciones e iluminación y luego convertir eso en una imagen creativa y convincente que evoca emoción.

¿Cómo construiste tu carrera como autónomo y qué consejo le darías a otra persona?

Siempre he sido un hacedor, así que simplemente me expongo. Comencé a construir mi portafolio desde el principio, aprovechando cualquier oportunidad que vi o escuché. Luego

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comencé a trabajar como fotoperiodista y trabajé para el periódico Times en Londres, lo que implicó cubrir las noticias de ese día. Fue un trabajo difícil, ya que compites tanto contra el reloj como contra otros fotógrafos para obtener la mejor toma. Sabía que quería desarrollar mi carrera en una dirección diferente, así que traté de refinar mi enfoque, mi iluminación y llevarlo al siguiente nivel. Siempre hice el rodaje como si estuviera trabajando para una revista más grande o un cliente enorme. Luego desarrollé un enfoque más elaborado para mis imágenes y me dio la oportunidad de crear un portafolio y llevarlo a las revistas. Cuando un agente se acercó a mí, también me ayudó a dar forma a mi estilo y realmente perfeccionar lo que hice y cómo podría desarrollarme más. Veo este proceso como continuo: siempre estaré mejorando y refinando mi trabajo, mi enfoque y mi estilo. El consejo más importante que le daría a alguien sería que aproveche cada oportunidad que tenga. Les contaré una historia para ilustrar ese punto. Cuando estaba en la universidad, tenía un amigo que decidió hacer un pequeño proyecto sobre los aficionados al fútbol durante un día de partido. Ambos acordamos encontrarnos afuera del club de fútbol local en Sheffield un sábado para tomar fotografías de los fanáticos. Cuando llegué al campo de fútbol, me envió un mensaje de texto diciendo que tenía resaca y que no podía asistir. Seguí solo. Resultó que ese día tuvimos los peores disturbios futbolísticos que se habían visto en más de una década. Entonces, mientras otros fotógrafos estaban adentro preparándose para el juego, yo estaba afuera disparando a todos los fanáticos rivales chocando. Terminé con un conjunto completo de imágenes de lo que se convirtió en una gran noticia, que luego vendí a estaciones de televisión y periódicos. Tuve suerte, pero al mismo tiempo, tomé la decisión de seguir yendo allí y tomar las imágenes, sea cual sea el resultado. Tu haces tu propia suerte.

¿Qué equipamiento usas?

Tengo una Canon 5D IV para la mayoría de las sesiones fotográficas y una Canon 5DSR para el estudio. Tengo una selección de lentes, incluyendo Sigma 20mm 1.4; Sigma 35 mm 1.4; Sigma 50mm 1.4 y Canon 85mm 1.2 . Además de esto, uso un Fuji X100 cuando estoy explorando ubicaciones. Utilizo luces Profoto y el típico Macbook Pro disparando en Capture One con monitores EIZO. ¿Cómo continúa desarrollando sus habilidades y su carrera? Durante los bloqueos de COVID- 19 en el Reino Unido, como la mayoría de los fotógrafos, todo mi trabajo simplemente se canceló de la noche a la mañana. Aproveché el tiempo para crear un trabajo cinematográfico autofinanciado. Asegurarme de fotografiar el trabajo personal es vital para el desarrollo. Es donde puedes crear tu propio informe, cometer errores, experimentar y crecer. Me ha llevado mucho tiempo encontrar la mejor manera de equilibrar el trabajo remunerado y no remunerado, pero después de una década más o menos creo que casi he llegado allí.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Realmente se destacan dos consejos. La primera es siempre tómate una foto para ti . Con esto quiero decir que incluso si estoy trabajando para un resumen muy particular, siempre tomo la imagen que tomaría también. Obviamente, esto no siempre es posible, pero, como regla general, creo que es importante. No importa por lo que le paguen por hacer, tómese un poco de tiempo para que también se vaya con lo suyo. El segundo buen consejo que me dieron antes de comenzar un trabajo de personal y es Escuche con un oído cerrado. Creo que la pepita de este consejo es que solo tú puedes hacer lo tuyo, así que escucha las críticas y los consejos de otras personas, pero esencialmente haz lo tuyo. ¿Cuál es su próximo proyecto próximo? Reservé un vuelo a Mumbai para marzo de 2020, pero fue cancelado debido al COVID19, por lo que solo estoy esperando una fecha para poder regresar a India. Actualmente estoy investigando otros proyectos un poco más cercanos a casa por el momento

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Jon Enoch Jon Enoch descubrió su amor por la fotografía en un viaje alrededor del mundo, que ganó en un concurso mientras estaba en su primer año de universidad, estudiando geografía. Compró una cámara simple de apuntar y disparar y descubrió una pasión y una habilidad por la fotografía de retratos y estilos de vida, buscando una toma inusual, en lugar de una instantánea turística estándar. Regresó a la universidad para completar su licenciatura en geografía, pero todavía estaba fuera todos los fines de semana trabajando en sus propios proyectos de retrato. Después de dejar la universidad, hizo un curso de un año en fotografía de periódicos y comenzó una carrera en fotografía de prensa. Jon comenzó a desarrollar su atrevido estilo de retratos mientras trabajaba como autónomo en The Times, y ahora se especializa en sesiones de fotos para directores ejecutivos, deportistas y celebridades, así como en publicidad y sesiones de estilo de vida. Al describir su trabajo como “audaz y sencillo”, a Jon le encanta jugar con la luz y cómo afecta el estado de ánimo del trabajo. Jon todavía trabaja en sus propios proyectos personales, y su conjunto de imágenes callejeras de conductores de entrega de ciclomotores “Bikes of Hanoi” —retratos callejeros de los motociclistas de Hanói y sus increíbles cargamentos— le valió numerosos elogios y premios de la industria, incluidos los Sony World Photography Awards 2020, Smithsonian Grand Prize Winner 2020, Portraits of Humanity 2020; Premio Lens Culture Portrait 2020 y un oro en el Prix de la Photographie Paris.

BY SANDRINE HERMAND-GRISEL para LUZ Y TINTA

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Otras fotos de Jon Enoch

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Repertorio de Fotógrafos Españoles

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Tono Arias En 1992 abrió su propio estudio y comenzó a trabajar como fotógrafo de prensa en medios como El País, El Mundo o la agencia EFE. en 2012 creó el proyecto independiente Dispara, un espacio web destinado a reunir trabajos fotográficos de carácter documental y artístico, y a servir de punto de encuentro entre autores para fomentar el desarrollo de proyectos culturales. Gestiona igualmente un archivo fotográfico especializado en Galicia, y combina sus proyectos personales con la fotografía de moda y publicidad, arquitectónica, editorial y documental. En 2006, tras visitar la casa en la que nació y vivió hasta los siete años, abandonada en la actualidad como muchas otras de la Galicia rural, comenzó el proyecto Nós, serie en blanco y negro en la que ha ido retratando a sus familiares en la antigua vivienda, combinando estas fotografías con planos detalle de algunos de los objetos que quedaron en la casa. Una atmósfera de tiempo interrumpido envuelve esta reflexión sobre el pasado y la relación que une a las personas con ciertos objetos. Arias es además uno de los fotógrafos gallegos —junto con nombres como Vari Caramés y Xurxo Lobato— seleccionados por la Xunta de Galicia para promocionar la región y el Camino de Santiago. En este sentido, destacan sus trabajos Os Camiños da luz y Santiago na memoria. El fotógrafo orensano Tono Arias presentó en marzo de 2019 en Dispara su proyecto ‘Encarnados’, un trabajo sobre el Entroido o carnaval gallego que viene recogido en varios volúmenes. Después de miles de imágenes, presenta el resultado en tres fotolibros, una colección de postales y tres pósteres. ‘Encarnados’, ‘DesXeo’ y ‘Preto’ son los títulos de los tres volúmenes de este proyecto, con un diseño y unas imágenes cuidadas y originales el autor nos presenta un recorrido visual absurdo, desordenado, irónico, anárquico e intuitivo. Además de los libros, está disponible la colección de postales, 23 imágenes con retratos de las máscaras tradicionales de Galicia en el contexto familiar y diario, una visión más íntima y cercana de la vida cotidiana de estos personajes.

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“En Dispara pensamos que es imprescindible documentar nuestro territorio, la vida de la gente, dejar constancia de esto en documentos que permanezcan en el tiempo y que se conviertan en testimonios gráficos imprescindibles para la sociedad”, explica Arias. Entre los medios con los que ha colaborado figuran Interviú, Faro de Vigo, El Correo Gallego, El Progreso, Geo o Tiempo. Con motivo del Xacobeo 2004, participó en el proyecto “Camino de Santiago, luz y vida”, una exposición colectiva itinerante que debutó en Santiago de Compostela y que ese mismo año pudo verse en las sedes del Instituto Cervantes de Toulouse (Francia), Nápoles (Italia) y Bremen (Alemania). En 2012, Nós se expuso durante la xxx edición del Outono Fotográfico de Orense.

Publicaciones seleccionadas Pazos de Galicia, Vigo, Nigra Trea, 2001; Santiago: piedra a piedra. Guía Visual, vigo, Nigra trea, 2004; Galicia, madre y señora, Vigo, Nigra Trea, 2008; Luces que guían, Guadalajara, Quíntuple, 2011; Nós, Dispara Edicións, 2012.

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