Septiembre 2020
Página 16
Economía Frutihortícola en Mendoza
Por: Lic. Esteban Onofri l estado de la eco- litigiocidad laboral amnomía provincial, parada por una legiscomo no puede ser de lación laboral no apta otra manera, es simi- para las economías relar a la situación de la gionales y una Justicia economía nacional de la cooptada por los autocual forma parte. Esto denominados “abogados implica que el Producto laboralistas”, defensoGeográfico Bruto (PGB) res y apropiadores de no crece desde hace una de las partes. Finalmente una imuna década y ha perdido participación en el Pro- portante caída de la ductos Bruto Interno producción de petróleo (PBI) nacional. Signifi- desde hace varios años, ca que la economía de cuya participación en Mendoza es más chica que una década atrás. A consecuencia de los cual el ingreso por habitante está hoy por debajo del promedio nacional, somos más pobres que el promedio del país. Los factores que causan esta situación son los mismos que afectan a la macroeconomía del país, a los que suman algunos propios. Enorme inestabilidad económica, alta inflación, periodos de fuerte atraso del tipo de cambio que afectan las exportaciones, ausencia de tratados de libre comercio que imposibilitan competir con nuestro vecino (Chile), el PGB es importante. agobiante carga impo- Agregar la imposibilisitiva, altos costos de dad legal de la activitransporte y logística, dad minera, como nueva absurdas regulaciones fuente de crecimiento. La dirigencia y los económicas nacionales, provinciales y munici- ciudadanos en general perciben claramente la pales. Entre las locales, situación que vive la problemas de escasez de economía de la provinmano de obra para las cia, se discute, pero no tareas agrícolas, en es- se sabe cómo salir del pecial cosechas, fuerte laberinto.
E
Pues bien, nos vamos a enfocar especialmente en la frutihorticultura tratando de precisar, en lo posible, la situación actual; y creo más interesante mostrar algunos cambios estructurales al interior de estas actividades, algunos consolidados como en la vitivinicultura; otros incipientes pero que traerán efectos importantes en el corto y mediano plazo. Digamos para comprender mejor lo que denominamos sector agroindustrial de la
provincia que debemos distinguir tres sectores distintos: a) la vitivinicultura, que incluye la etapa agrícola y la industria del vino y derivados; b) la fruticultura, incluyendo el olivo, y sus industrias; c) la horticultura y sus industrias, compartidas algunas con la fruta. Debemos recordar
al lector que la totalidad de la agricultura en Mendoza se hace bajo riego, de ellos el 75% tiene riego superficial (proveniente de los ríos) y 25% de la extracción de aguas subterráneas. Mendoza vive desde hace una década en emergencia hídrica, el agua preveniente de los deshielos ha sido menos de la mitad de lo normal. Ello no sólo ha limitado la expansión agrícola sino su mantenimiento. La falta de agua ha obligado a abandonar cultivos y ha afectado los rendimientos. Fruticultura Se trata de la segunda actividad agrícola de la provincia, luego de la viticultura. Según los últimos datos disponibles ocupa una superficie de unas 75.000 has, distribuidas en todos los oasis. Si bien se cultivan gran parte de las especies de clima templado, predominan dos en superficie y volúmenes de producción: duraznos y ciruelas para industria. A su vez es en el sector frutícola donde se advierten cambios estructurales interesantes, alguno ya consolidados, otros incipientes aún. Cambios en la composición de algunas de las especies a lo largo de un par de décadas y cambios en la localización de las plantaciones. En el primer caso se trata de una fuerte disminución de la superficie cultivada con frutales de pepita, manzanas Continúa en página siguiente