ENLACE MUSICAL
Líder Juvenil
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El Volumen de Nuestro Testimonio Ese “clamor” o grito vigoroso puede ser amplificado en nuestros días por medios electrónicos, al igual que los instrumentos musicales utilizados para acompañar nuestras expresiones de alabanza a Dios. ¿Pero en qué punto lo que pretendemos que sea un “dulce sonido” para Dios, se convierte en un molesto ruido” para nuestros vecinos? por Dave Gómez
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doso atardecer con la reunión de jóvenes del sábado, para despertarlos de la misma manera unas horas más tarde con el servicio dominical.
a clásica frase “make some noise”, usada en muchas canciones para pedir una manifestación de apoyo audible a lo que se está diciendo, puede traer algunos problemas si se traduce textualmente y más si se lleva a la práctica literalmente. Lo mismo sucede con “make a joyful noise” traducido como “hagan ruido de júbilo”, que en los salmos se presenta como “aclamen alegres”. Con el florecimiento de las comunidades virtuales podemos conocer realidades de diversas latitudes. Si buscas en Google por “ruido iglesia evangélica” encontrarás que, desde Yahoo Respuestas hasta Needish, existen personas que se preguntan qué hacer para terminar con el ruido que producen algunas congregaciones. Si bien en varios casos los reclamos son parciales y polarizados hacia los evangélicos -sin actuar equitativamente con discotecas, bares y otras fuentes de contaminación auditiva-, debemos ser honestos y reconocer que en muchas ocasiones nuestros vecinos tienen justificadas razones para estar molestos con nuestros “gritos de júbilo”.
Amplificar o distorsionar
equipo pequeño a su máximo volumen, el resultado será distorsionado y ruidoso. En cambio, un equipo más poderoso usado por debajo de su nivel máximo se escuchará muy claramente. Hay mucha información disponible acerca del correcto uso de ecualizadores, compresores y otros procesadores que permiten amplificar adecuadamente sin distorsionar o variar el sonido original. Por ejemplo, la voz no tiene por qué “retumbar” con cada “P” o cada “T” que se pronuncia. Lejos de sonar más “celestial” o “poderosa”, pierde inteligibilidad, y es un signo claro de ecualización incorrecta (exceso de tonos graves).
Ruidos molestos o contaminación acústica/ auditiva
Un factor elemental en la ecuación de equilibrio entre nuestra válida expresión de alegría y cómo se escucha desde afuera esa expresión, es el adecuado manejo de los sistemas de sonido.
Hay diferencias en términos legales al referirse a los “ruidos molestos” o a la “contaminación acústica”, cuando se trata de llevar a las autoridades un problema de falta de control de los niveles de sonido por parte de una iglesia.
Amplificar no es distorsionar. La necesidad de amplificación está dada básicamente por el tamaño del recinto en el que se reúne la iglesia local y la cantidad de personas dentro del salón. Si usamos un
Aunque la legislación es diferente en cada país, el sentido común, alimentado por la más alta ética cristiana, debería llevarnos a considerar en amor a nuestros vecinos y no brindarles un estruen-
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Muchos de estos problemas pueden solucionarse con un adecuado acondicionamiento acústico del lugar de reunión de la iglesia local, incorporando materiales absorbentes en paredes y techos (idealmente desde el diseño mismo del edificio en construcción) para evitar que el sonido al interior se proyecte como ruido hacia afuera.
Hagamos el verdadero ruido El impacto de la iglesia en la comunidad debe ser impulsado y ejecutado por el amor. Si actuamos así, es menos probable tener vecinos molestos por nuestros hábitos de honra y adoración a Dios. O al revés, no podemos decir que estamos honrando y adorando a Dios si el resultado de lo que hacemos no es interpretado como un acto de amor a nuestros vecinos. Una interesante reflexión que encontré en un sermón, al buscar aplicaciones prácDave Gómez. Editor ticas al concepto Ejecutivo de EnlaceMusical. com y Director de KB Mede “hacer ruido”, dios, y Gerente Técnico de es esta: “Hacer SurXtremo Expediciones, además de ser profesor ruido es ir, impacde Educación Tecnológica tar a la sociedad en el Colegio Bautista de Temuco, Chile. con la justicia de Dios, con la gloria de Dios. Hacer ruido es que vean la santidad en el Cuerpo de Cristo”.