GENERACIÓN EMERGENTE
Líder Juvenil
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¿Quién cambiará a la Iglesia? ...¡NAdie! La Iglesia como la conocemos, en cuanto a su estructura y liturgia, no va a cambiar. Como he dicho ya por muchos años, la Iglesia que conocemos en Latinoamérica, ha decidido ser un sistema cerrado donde los cambios que se dan son ligeros y que tienen que ver con la modernización, pero no con la innovación. por Junior Zapata
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sto obedece a que la Iglesia hoy es una comunidad orgánicamente diseñada por sus miembros; o sea, al final del día la gente que “va a la iglesia”, va porque le gusta, porque se siente cómoda, porque encuentra resonancia con el formato. Claro está, yo sé que quieren “un encuentro con Dios”, quieren “adorar a Dios”, y “congregarse”; aunque interesantemente todas estas actividades bien se pueden realizar fuera de los muros de lo que hoy llamamos “la iglesia”, el edificio donde cristianos se reúnen. También el liderazgo, las personas que dirigen la iglesia local, deciden “cómo es la iglesia”, o sea, diseñan el formato; música, liturgia, ambiente de la reunión, normas de comportamiento y vestido, método de enseñanza y forma pastoral. Esto tiene un impacto muy fuerte en quiénes llegan a las reuniones. Si te tomas tu tiempo e investigas, encontrarás datos muy interesantes en cuánto a la demográfica de la Iglesia en Latinoamérica. La edad promedio de latinoamericano es de 27 años y está bajando. Por ejemplo, en Argentina la edad promedio es de 29.7 años, pero en Guatemala es de 19.5 años. No me pidas una página de Internet donde se encuentra esta fuente porque no la hay. Tienes que hacer investigación y agregar información de muchas instituciones para llegar a estos números, pero están en las estadísticas, censos y estudios demográficos de cada país —¡no seas haragán! Haz tu propia investigación—. En fin, la edad del latinoamericano promedio es de 27 años y está bajando, o sea que la población se está volviendo más joven. 6 LiderJuvenil.com
Se calcula que hay ‘más o menos’ 50 millones de cristianos en Latinoamérica —promedio de muchas fuentes, ya que ninguna es exacta—, y que la edad promedio del cristiano latinoamericano es de 42 años y esa edad está subiendo. Esto significa que las personas que asisten a la iglesia cada vez son de mayor edad, no de menor edad. Si contraponemos estas cifras, nos damos cuenta que la sociedad se está volviendo más joven y la iglesia más ‘vieja’. Algunos dirán que esto no es cierto porque “a donde quiera que voy, veo jóvenes en la iglesia”, pero esto es un espejismo. Los eventos, especialmente los musicales, son primordialmente concurridos por jóvenes, no se puede juzgar por lo que vemos en eventos, aunque se realicen en todo el continente. Te recuerdo que la iglesia promedio de Latinoamérica tiene 200 miembros, lo que sucede
es que las ‘mega-iglesias’ son las que se hacen famosas y tendemos a generalizar los rasgos de la iglesia latinoamericana por lo que vemos en estas iglesias enormes, que a la verdad son la minoría; y si vemos los números, veremos que, en cuanto a tendencias y formas de hacer las cosas, son la excepción y no la regla. No estoy diciendo con esto que es ‘bueno o malo’, sólo estoy diciendo que las mega-iglesias no son la mayoría y no contienen la mayoría de cristianos. Entonces, ¿por qué el cristiano promedio tiene 42 años?, la respuesta es muy sencilla. No tengo las estadísticas de todos los países de Latinoamérica, pero sí tengo de varios (Guatemala, Colombia, Costa Rica, Argentina, Chile y México) y la edad promedio del líder o pastor es de 40 años. Esto no es malo, al contrario, creo que es una gran fortaleza. El dirigir una iglesia no es para el débil, se requiere valor, fuerza, determinación y experiencia. Cuarenta años es la edad perfecta —en mi ‘humilde’ opinión— para llevar a cabo tal obra monumental. Ese no es el problema, el problema es que por naturaleza, el líder de la iglesia va a diseñar la organización y la forma de realizar sus reuniones conforme lo que él o ella entiende, como a él o a ella le gustan las cosas, como piensa que “la iglesia” debería de ser. El formato determina la audiencia; la forma, el estilo, en que ‘hacemos’ iglesia, determina quién llega y quién se queda en la comunidad a ‘hacer’ iglesia. Y como nuestros líderes tienen 40 años, les gusta ‘hacer iglesia’ para gente de 40 años. Podríamos argumentar entonces que son los líderes los que deberían o podrían cambiar la iglesia, a lo que yo respondo: