Juan Camilo Rincón Burgos CoFundador y Director de Marketing e Innovación en Cuestiónica
EL GOODWILL
se crea desde adentro
H
ay algo que no se pone en duda: los líderes somos líderes porque estamos orientados siempre a dar buenos resultados, pero se nos esta olvidando algo muy importante… y es que todavía trabajamos con personas, como tú y como yo, humanos de carne y hueso, con emociones, con sentimientos, con sueños, con frustraciones, con miedos y expectativas. Las empresas están compuestas por personas, nuestros equipos de trabajo están compuestos por personas, ellas son quienes nos ayudan a lograr los buenos resultados que demanda el liderazgo y la organización, por lo tanto, no es tan fácil como salir de nuestra oficina y pegar dos gritos, o disparar una centena de emails para dar ordenes y esperar que nos traigan las cosas rápido y listas como las esperamos… como si nuestros colaboradores fueran máquinas… Se nos esta olvidando que las personas, al igual que los carros, funcionamos con gasolina, y hacemos mal en pensar que la única gasolina que necesitamos nos la transfieren a nuestra cuenta bancaria cada 15 o 30 días ¡¡¡¡OJO!!! necesitamos mucho más que eso para funcionar de la mejor manera, necesitamos permanentemente inyecciones de motivación, inyecciones de capacitación, necesitamos permanentemente altas dosis de inspiración. Cuando empecé a trabajar como consultor, nunca pensé que las emociones y los estados de ánimo podían afectar tanto la capacidad de una persona o de un equipo de trabajo para desempeñarse con efectividad, ¡¡¡creía tontamente que con mi título de MBA y de mercadólogo bastaba para liderar un equipo de trabajo… pero por favor no cometas el mismo error!!! Por eso decidí escribir este artículo.
Juan Camilo Burgos
Supongo que tu, al igual que yo, alguna vez te has sentido enamorada o enamorado. Estar en estado de enamoramiento es tal vez el sentimiento que genera mayor estabilidad al ser humano, ese sentimiento hace que como por arte de magia salga toda nuestra felicidad a flor de piel, así mismo, esa felicidad se convierte en nuestra mayor fuente de inspiración y de motivación, causa que el cerebro produzca dopamina y que aumente nuestro desempeño, automáticamente empezamos a hacer todo bien, más rápido, con más ganas, hacemos más de lo que nos toca y lo hacemos mejor que nunca, así se nos pasan las horas, solo esperando el momento del día en el que volvamos a ver a esa persona para recargarnos de energía y de amor, ese momento cumbre que todo lo vale. Ahora bien, para enamorar, es necesario impactar las emociones, encender los corazones de las
Juan Camilo Rincón
17