BAIONA ___________________________________________________
los Goce… y los Denis ( Primera parte ) LUIS ALBERTO REY LAMA
Una compañía de teatro ambulante, unos dicen que de Salamanca, otros que de Valencia, visita Baiona en 1890. El grupo se disuelve en la villa -no se sabe por qué-, pero algunos de sus componentes se establecen en ella para siempre. Así llegaron los Goce a esta tierra; y tan bien se adaptaron, tanto la amaron, tanto proliferaron… que pasado más de un siglo, Baiona es el último reducto en España donde se conserva el apellido. No son sino los descendientes de los comediantes… que continúan en su mayoría felizmente instalados en el pueblo.
Aquí se juntaron con los Denis, otra saga baionesa que con el paso del tiempo se convirtió en casi exclusiva de Galicia. Personaje original de esta historia fue Ernesto Denis, “O Cantador”, hijo de portugués, marinero de profesión, y famoso en la villa por ejercer como solista en las tradicionales rondallas de principios del siglo pasado. La fusión de los genes de comediantes y cantantes, además de extraordinarios marineros, ha ido dejando en la villa una interesante estela de artistas teatrales, bailarines de nuestras danzas regionales, cantores de corales, de música religiosa y hasta de música pop… Pero eso sí: siempre en Baiona… Los genes de “ambulantes” quedaron atrás… aunque también hubo algunas excepciones.
Las baionesas del siglo pasado, esposas de marineros, ejercieron en su inmensa mayoría como pescantinas, al tiempo que atendían las muchas labores del hogar y el cuidado de sus hijos. Recogían el pescado que sus maridos traían de la mar, y lo iban a vender a la lonja, o de puerta en puerta por toda la villa, cuando no se veían obligadas a subir a los pueblos del interior, Gondomar, Mougás, Belesar, Baíña… a cambiarlo por “comida”, es decir, por patatas, leche, huevos, un poco de unto, verduras, pan… Con sus cestas de peixe sobre la cabeza, llegaban hasta donde hiciese falta. Desde temprana edad, sus hijas ya les ayudaban en la tarea cotidiana. Las Goce y las Denis no fueron una excepción....
Durante buena parte del siglo pasado, no pocas mujeres de Baiona se emplearon como “ataderas”. Un oficio que las madres enseñaban a sus hijas desde la infancia, para que pudiesen ayudar “a atar” en las redes de casa; y también para que trabajasen en las chabolas y en los tendales de los principales armadores de la villa. En el campo de A Palma, en el tendal de “Os Caringa”, en el de Maciel, en el de Nartallo… se recuerda la imagen de las redeiras sentadas en el suelo, “atando” enormes aparejos… Muchas Goce y muchas Denis desempeñaron este noble oficio, que acabaría por extinguirse al mismo tiempo que se desvanecía la flota pesquera de la villa. Ya no hay “ataderas”, y aún hoy, en 2016, se les sigue echando de menos…
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los Goce… y los Denis LUIS ALBERTO REY LAMA ____________
( Primera parte )
Luis Alberto Rey Lama, febrero de 2017 Diseño de Cubierta: Carlos Veiga Corrector de Texto: Rubén Rey Primera Edición: marzo de 2017. Editorial PICA Galicia
Mi agradecimiento a todos los Goce y a todos los Denis que han escrito este libro conmigo. _____________________________
A los Goce y a los Denis de ayer, de hoy y de siempre… __________________________
Del libro “VERSOS Y RIMAS DE FILOMENA “A ARAGHONA”. Soy una pobre mujer, ya gastada, casi vieja, quiero escribir lo que siento, lo llevo en mi corazón unido a mi pensamiento. (Estrofa de la poesía ”Yo…1958” )
¡Sálvalos Virgen del Mar, se encuentran desesperados! Y ellos son nuestros hijos que te están pidiendo amparo. No consientas que se mueran, sálvalos de este naufragio. Esta mar será su tumba, la tumba de tantas vidas, si no haces un milagro y tú le salvas las vidas. (Estrofa de la poesía “Marbel de Vigo, 1972” )
Tu casa ha sido el mar, el mar ha sido tu dueño, y quiso que te murieras en un botito pequeño, llevando por compañía a tus dos queridos nietos, que gritando ellos decían, ¡Socorro!, murió el abuelo. La muerte te llevó por trabajador y bueno. Allí te estaba esperando, porque se acabó tu tiempo. (Estrofa de la poesía “A mi esposo Marcelino y nietos, 1989” )
___________________________________________________________ La autora, Filomena García Carballo, “a araghona”, (Baiona, 1915/2007), fue esposa de Marcelino Denis Carneiro, y madre de Teresa, José, Antonio, Obdulia y María del Mar Pérez García en primeras nupcias, y de Lola, Marcelina y Ana Denis García en segundas.
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INTRODUCCIÓN “Por un lado somos descendientes de titiriteros, y por el otro de “O Cantador”… Cuando una tarde las hermanas Moncha y Paruca Goce Denis hicieron este comentario con una amplia sonrisa, ya me dejaron perplejo y lleno de curiosidad… Aquello suponía una tentación demasiado golosa para un contador de historias de Baiona como yo. Así que esperé el momento adecuado, y me adentré en el ignorado -para mí- mundo de los Goce y de los Denis… Pensaba que con medio centenar de páginas para cada una de las sagas, en las que se incluyeran algunas fotografías como testimonio, quedaría satisfecha la curiosidad sobre la historia de los titiriteros y de o cantador… Pero ya desde el primer momento, la información comenzó a llegarme sin pausa, imparable, arrolladora, como un torrente… inundando el espacio de mis escritos de una manera voraz… ¡Me aplastaba! Pronto hube de modificar mi errática previsión, y pasar sin tregua alguna del ciento de páginas al medio millar largo… y aún dudaba si serían suficientes… ¡Al final no lo fueron! Para entonces, llegado ese momento último, ya casi sabré quién es el hijo de quién, cuáles son los sobrinos de sus tíos, los nietos de qué abuela… hasta espero llegar a saber cuántos biznietos hubo en la familia… ”¿En cuál? ¿En los Goce o en los Denis?”… ¡Qué lío! ¡Dios mío, qué de vueltas tuve que dar! Me cité con todo aquel que pudiera aportar algo al relato, anduve de Baíña hasta Baredo, de A Ramallosa hasta Priegue, de O Rosal hasta Sabarís… Fui a Vigo varias veces… Llegué a Buenos Aires vía internet, también a Jerez, a Madrid, a Lodosa en Navarra… Viajé en el “Entre Ríos” -un buque transoceánico-, naufragué más de una vez, faené con varios personajes por los mares de medio mundo… estuve con “os cabaqueiros” en Castilla… Superé no pocas desgracias… ¡Hasta pesqué lubinas con Franco!... ¡¡Incluso llegué a vivir de
cerca de 23-F de Tejero…!!... Y lo más increíble, ¡¡¡repartí whisky por Nueva York al servicio de Al Capone!!!... El proceso resultó apasionante, muy bonito, con interesantes relatos de costumbres, de forma de vida, de acontecimientos sobresalientes… de cómo se movió la villa a lo largo de todo el siglo pasado… también de anécdotas que nada tienen que ver con Baiona, pero sí con algún Goce o algún Denis… Además, y esto fue muy gratificante, entre Goces no van a faltar nunca las sonrisas, ni los recuerdos de escenas “teatreras” de sus vidas que dicen son ciertas… y acompañado de los Denis siempre se entonará una canción para endulzar el instante… Y si se juntan Goces y Denis ya puede ocurrir de todo… “¡Sí, síííí, actores de teatro! Seica tiñades un circo de pulghas…”, le dice la sobrina Denis a su tío Goce… La división del libro en dos partes no responde a ningún orden cronológico, ni a un menor o mayor interés de los relatos de sus protagonistas, ni a otro criterio que no sea el de ir atesorando vivencias, anécdotas, historias de estas dos sagas… que son interminables… y casi imposible de reunir en una sola publicación. No olvido disculparme con los Goce y los Denis que no están presentes en este escrito. Me hubiera gustado que apareciesen todos… aunque hubiese que añadir mil páginas más…
ÍNDICE Página Primera parte I II III IV V VI VII VIII IX X XI
Los orígenes de los Goce................................................. 11 Los orígenes de los Denis ................................................ 45 Rogelio Goce López ........................................................ 77 Emilio Goce López ........................................................ 119 Las hermanas Goce López ............................................ 157 Enrique y Moncho Goce López y las primeras Goce Denis ............................................. 242 “O tarradela” y “o neghro” ............................................ 324 Los primeros Denis Goce, “os botones ......................... 338 Pitusa Coello Denis ....................................................... 390 Suso “o neghro” ............................................................. 424 Lourdes Goce Silva ....................................................... 448
En la
Segunda parte continúa el largo y entrañable relato de las dos sagas baionesas.
______________________________________________________ El naufragio del “Pipipo”; “Canco” y “Lalo” Goce Silva; José Goce Refojos,“Lanina”; Antonio Goce Refojos,“Cabecitas“; “Choncha” Barra Goce, “a quintana”; Balbino Goce López; Las hermanas García Goce; La música de los setenta; Los Goce y los Denis de Argentina; Galería de imágenes…
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I. Los orígenes de los Goce
- Pero vosotras estabais en todas -les digo a las hermanas Goce Denis-... en el teatro con las monjitas… en el baile gallego con la Sección Femenina… en la Coral… en las actividades parroquiales… en los grupos de “Balcagia”… en bodas y primeras comuniones… - No podría ser de otra manera, Luis. Por el lado de los Goce, descendemos de titiriteros, y por el de los Denis, de “O Cantador”… Lo llevamos en la sangre. Así respondían sonriendo las hermanas Moncha y Paruca Goce Denis al hacerles esta observación… Se calcula que los Goce llegan a Baiona en 1890, año más año menos. Actores de teatro de una compañía ambulante procedente de Salamanca, venían actuando en sus giras por los mejores escenarios de la época. En su recorrido habitual por ciudades y pueblos, se acercaron a Baiona, villa de reconocido gusto por el teatro en aquellos tiempos, y por razones desconocidas, el grupo teatral se disuelve precisamente aquí. Los jefes del clan, el matrimonio José Goce Capilla (Valencia) y Carolina Guerra Pérez (Madrid), llegaban acompañados al menos de tres hijos: Enrique, Arturo y Alejandro. Cuentan que eran actores de teatro por tradición familiar, profesión transmitida de padres a hijos a lo largo del tiempo. Aseguran que José era un gran actor lírico, igual que había sido su padre, de nombre Dionisio, natural de Castellón de la Plana. También contaba una abuela de la familia, que la primera representación en Baiona del célebre “Don Juan Tenorio” de Zorrilla, había estado a cargo de la compañía de los Goce. Al disolverse el grupo, sus dos hijos, Enrique y Alejandro, deciden establecerse en Baiona. El otro hermano, Arturo, nacido en Riotorto (Lugo) en 1850, no se queda a pesar de haberse casado unos años antes con una baionesa. Aunque es posible que se hubiese separado de su familia con anterioridad a esta última gira.
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Enrique Goce Guerra, nacido en 1846 en Ribadeo (Lugo), llegaba casado a Baiona con Rosa Fernández López, nacida en 1852 en Torrelavega del Bierzo (Santander), y que se sepa, con seis hijos todavía pequeños: Arsenio, nacido en 1876, Ernesto, en 1879 en Villacargo (Burgos), Enrique, en 1885 en Ares (A Coruña), Emilio en 1888 -emigraría a Argentina en 1905-, Rogelio en 1890, y Ramón en 1893 en San Martín de Tapia de Casariego (Asturias). Queda bien patente que, hoy aquí y mañana allá, los descendientes de los comediantes vinieron a este mundo donde les tocó en suerte. Luego en Baiona, en 1896, nacería Francisco. Por su parte, Alejandro Goce Guerra, nacido en Salamanca en 1863, llegaba soltero a la villa con algo más de veinte años. Pronto se casaría con Josefa Soliño Cadilla, “a porriñesa”, con la que tendría siete hijos: Moisés, Manuel “o Jijuá”, José Ramón “o carrero”, Jesús “o tarradela”, Ramona “a quintana”, Alejandro “o neghro” y Joaquín “o sastre”.
Baiona, años veinte. La ex actriz Rosa Fernández López con sus nietos: María Luisa, Rogelio, Rosa y Emilio -hijos de Enrique Goce Fernández y Concepción López Castro-, y Peregrina “de O Rosal” -única hija de Ramón Goce Fernández y a rosaleira Irene Martínez Ríos. (Archivo Familia Goce Silva).
El segundo hijo, Arturo Goce Guerra, nacido en 1850 en Riotorto (Lugo), de profesión actor dramático según los registros eclesiásticos, se sospecha que se había casado en una de las giras teatrales por Baiona con Josefa Devesa Vázquez. Contraen matri-
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monio en 1888 en la Capilla de la Misericordia, y ya no hay más noticias sobre ellos. Es probable que siguieran de tourné con la compañía teatral, se separasen de ella en algún momento, y que ya no volvieran nunca más por la villa. A partir de esta inesperada llegada y del asentamiento de los dos hermanos en el pueblo, el apellido Goce se extendería con rapidez por todo Baiona. Pasado más de un siglo, y según el último censo de 2015, Estadística indica que el noventa por cien de los empadronados en España con este apellido viven en el municipio de Baiona. En total, cerca de trescientos habitantes. En Córdoba, tan sólo ocho. También hay unos pocos en Nigrán, Vigo, O Rosal y Santa María de Oia, a buen seguro, descendientes de los artistas. Y como no podía suceder de otra manera, los baioneses enseguida le encontraron el adecuado apodo a los recién llegados, “Os valixas” les empezaron a llamar, que no fue por otra razón que por la muy respetable cantidad de maletas, bultos y bolsas con las que llegaron en tránsito a la villa, tal como corresponde en buena lógica a una familia de actores de teatro ambulante. Con los años, los siete hijos de Alejandro y Josefa, y los otros siete de Enrique y Rosa, se fueron casando -también hubo algún soltero-, y los Goce comenzaron a proliferar con fuerza por la villa y alrededores. Salvo contadas excepciones, sus descendientes varones se dedicaron a la pesca. Obligados a dejar a un lado la tradición teatral de la familia, los Goce no hicieron otra cosa que identificarse con el pueblo marinero al que llegaron, e incorporarse a sus labores cotidianas como cualquier otro baionés. De todas maneras, a lo largo del tiempo, los genes artísticos de los Goce resurgieron en multitud de ocasiones, tras conservarse de generación en generación con toda su vigencia. Y si a esto le añadimos los futuros matrimonios con los Denis, encontraremos con frecuencia ambos apellidos, juntos y por separado, en grupos de teatro, de baile, de música, en corales… hubo descendientes en el arte floral… una escultora en la actualidad… una excelente fotógrafa… una brillante pintora de murales… Los tradicionales ámbitos del arte en los que se movían, han sido ampliados por los Goce y los Denis de hoy a espacios nuevos de la modernidad. ¡Y lo que todavía queda de su arte en nuestro tiempo!...
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Los Goce, comediantes en gira por Galicia, arribaban a una Baiona que comenzaba a emerger de una profunda y larga crisis, tras la orden del rey a mitad del siglo XIX de retirarle a la fortaleza de Monte Boi su condición de lugar estratégico militar. Así considerada por los monarcas a través de los siglos, perdía en ese momento todas las prerrogativas y apoyos políticos que había gozado hasta entonces, incluida su importante guarnición que llegó a alcanzar los tres mil hombres. Finalizada una época gloriosa para la “Real, Noble y Leal Villa de Bayona”, empezaban otros tiempos bien distintos, en los que la vida de los baioneses debía adaptarse a circunstancias tan nuevas, como complicadas y difíciles. Se dejaron de ver por el pueblo los uniformes militares, el paso de los soldados a caballo, el rodar de los carruajes del castillo, el sonido de cornetas y tambores de la milicia… y tampoco volverían a fondear en la bahía los navíos de guerra y de aprovisionamiento militar. Junto al desaparecido pueblo interior de Monte Real, allí se quedaron abandonados el Convento de los Frailes, la Casa del Corregidor, los cuarteles de la guarnición, el Palacio de Justicia… Tan sólo permaneció presente en la memoria de los vecinos, la inmensa historia vivida entre sus muros a lo largo de muchos siglos, que continuaría siendo trasmitida sin pausa de generación en generación, y recogida con bastante fidelidad por los historiadores. El legendario Monte Boi dejaba de ser escenario de la vida cotidiana de Baiona. Se quedaba como hermoso fondo del paisaje y testimonio evocador de los recuerdos históricos de la población. La saneada y segura economía del pueblo cambiaba de repente, al quedar inmersa en una creciente pobreza, y reducida a partir de aquellos momentos a la pesca, a algo de agricultura y ganadería… y poco más. De la villa protegida por los reyes y por el poder político, se pasaba a un modesto pueblo de pescadores, que hasta finales del siglo diecinueve no consigue iniciar una tímida recuperación de la mano de una pequeña burguesía que había permanecido en la comarca. Fue en ese preciso momento, 1890, cuando los comediantes disuelven su compañía teatral ambulante, y una parte de sus componentes, los Goce, se establecía definitivamente en Baiona. A lo largo de más de un siglo han proliferado, y el apellido se convertiría como algo casi exclusivo de la villa en todo el país.
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Baiona, Rúa Ángel Urzáiz, 1900. La entrada a la villa por la recién estrenada carretera general Vigo-Baiona, por entonces de tierra. El farol de gas, en la izquierda de la imagen, indica que aún no ha llegado la luz eléctrica al pueblo. Se empiezan a construir las primeras aceras, y por el transitar tranquilo de los vecinos por la mitad de la calzada, se deduce que no gozaba de demasiada circulación.
Baiona, 1900. Varadoiro de O Cantiño, sin las almenas de sus murallas, mandadas construir pocos años después por Ángel Bedriñana, propietario del castillo por entonces.
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Vista panorámica de Baiona a principios del siglo XX. (Archivo Esperanza F. Vernet).
Baiona, 1900. Ex Colegiata de Santa María, con el pequeño atrio cubierto de la entrada, que se destruiría a los pocos años de esta imagen.
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En este ambiente emergente de la villa, los Goce comienzan a extenderse con rapidez por todo Baiona. Del tercer hijo de los actores, Enrique Goce Fernández (Ares, 1885 - Baiona, 1934), marinero de profesión, y casado en 1907 con la baionesa Concepción López Castro (1889-1960), nacerían diez hijos: María Luisa en 1914, Rogelio en 1915, Emilio en 1916, Ernesta, Enrique en 1921, Rosa en 1924, Moncho en 1926, Balbino en 1929, Vicente y Amparo, nacida en 1934.
3 de septiembre de 1927. Enrique Goce Fernández, a los cuarenta y dos años. Fue de los primeros Goce establecidos en Baiona. Llegó a la villa con sus padres a la edad de cinco años. Nació en Ares (A Coruña) en 1885, durante la gira teatral que hacía la compañía familiar de los Goce por toda Galicia. Marinero de profesión, se casó con Concepción López Castro, con la que tuvo diez hijos, que junto a los seis de su hermano Alejandro, formaron las primeras generaciones de los Goce nacidas en Baiona. (Archivo Amparo Goce López).
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Años sesenta. Concepción Josefa López Castro, esposa de Enrique Goce Fernández. La “abuela Sion”, como le llamaban en la familia, fue toda una institución para los Goce. Respetada y querida, se mantiene muy viva en todos aquellos familiares que la conocieron. Nació en Baiona en 1889, en la Puerta de la Villa, y falleció en 1960 a la edad de setenta y un años. Hija del marinero baionés Juan López y de la portuguesa Luisa Castro Gómez, natural de Póvoa de Varzim. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, 12 de agosto de 1934. Registro del fallecimiento de Enrique Goce Fernández, a los cincuenta años de edad, a causa de una bronco-neumonía.
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Baiona, 30 de septiembre de 1921. Acta de nacimiento de Enrique Goce López.
El segundo de los hijos de los actores, Ernesto Goce Fernández (Villacargo, 1891 - Baiona, 1911), se hizo carpintero de profesión en la villa, y contrajo matrimonio con la baionesa Teresa Gesteira Potestad, con la que tuvo una hija, Concepción Goce
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Gesteira, “Concha”. Ernesto moría muy joven, a los treinta años, de un colapso cardíaco en su casa del barrio de San Xoán.
Baiona, 22 de enero de 1911. Acta de fallecimiento de Ernesto Goce Fernández.
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Ramón Goce Fernández (San Martín de Tapia de Casariego-Asturias, 1893 / O Rosal, 1953), el sexto hijo de los actores Enrique Goce y Rosa Fernández, se casó muy joven en O Rosal con Irene Martínez Ríos (O Rosal, 1884/1963). Se habían conocido en la villa baionesa cuando Irene era cocinera en el desaparecido “Hotel La Palma”. A partir de la boda, el matrimonio pasó a vivir en la casa de labranza de la familia de ella en el barrio de O Urgal, en O Rosal. Pronto Ramón empezó a ejercer de Agente Judicial en el Juzgado del pueblo.
Ramón Goce Fernández e Irene Martínez Ríos, a principios de los años cincuenta.
Al poco tiempo de casarse, Ramón emigró a Argentina, donde ingresó en la Policía Montada de Buenos Aires durante una temporada no demasiado larga. Luego se volvió de nuevo al pueblo, y retomó su puesto de Agente Judicial. Tuvieron una sola hija, Peregrina Goce Martínez, nacida en 1911 en la casa paterna. <<Recuerdo que había por casa un bonita fotografía del abuelo -comenta su nieto Benito-, montado a caballo con el uniforme de policía, muy erguido, y con su sable colgando a un costado.
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Tenía un aspecto formidable, era un hombre de un gran porte. La fotografía desapareció muy a mi pesar. ¡Cuánto no pagaría yo por recuperarla! Cuando el abuelo se retiró como Agente Judicial, yo lo sustituí provisionalmente durante unos meses hasta que nombraron a un sustituto. >>
O Rosal, años cincuenta. Irene Martínez Ríos, esposa de Ramón Goce Fernández. (Archivo Familia Martínez Goce).
<<Contaba el abuelo Ramón -recuerda Benito-, que se había ido a Argentina en un barco de vela vasco, el “Anturia”, y que tardaron tres meses en llegar, a pesar de contar con una pequeña máquina de carbón. Los temporales que encontraron por el camino les hacían retroceder, y no les dejaban avanzar. Andaban diez millas hacia adelante, y al día siguiente el temporal los echaba veinte para atrás. >>
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<<Durante ese largo viaje, un fogonero gigantón de raza negra fue acuchillado por un chino que casi no le llegaba a la cintura. El cadáver lo echaron por la borda sin más. >>
Baiona, años treinta. Postal publicitaria del “Hotel La Palma”, el más importante de la villa en aquella época. Requisado durante la Guerra Civil española, fue utilizado como cuartel. Desapareció al finalizar la contienda, y el edificio se conservó hasta mediados de los sesenta, siendo usado durante ese tiempo como escuela, chabola, viviendas…
Peregrina Goce Martínez, la única hija de Ramón e Irene, se casó con poco más de veinte años con Casimiro Martínez Gómez, un portugués nacido en Santa Eulalia de Oliveira, ayuntamiento de Barcelos, el más grande de Portugal. De ese matrimonio nacieron cuatro hijos: Benito (1933), Celso, María de los Ángeles y Casimiro Ramón Martínez Goce. <<Voy a menudo a Santa Eulalia de Oliveira -cuenta Benito Goce-, donde tengo muchos primos. Se acuerdan todavía de mi padre. >> Por la distancia y la mala comunicación que había por entonces, los Goce de O Rosal no tuvieron excesiva relación con los familiares de Baiona. Aún con todo, Benito recuerda a la tía Sion cuando iba a vender pescado por el pueblo, que se lo pagaban con patatas, bollas de pan, huevos, unto… “Al finalizar su trabajo, iba siempre a comer a casa”.
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<<Mi madre nos llevó muchas veces a las Fiestas de San Cosme y San Damián en Baiona. Ella iba a caballo, y los tres hermanos la acompañábamos a pie -aún no había nacido el pequeño-. Aquello sí que era un acontecimiento para nosotros. ¡Qué bien lo pasábamos! Estábamos en Baiona dos o tres días, y dormíamos en la casa de la tía Sión, ¡apretados!… pero felices con los primos por el muelle, por Elduayen, por la fiesta… >>
Años treinta. Peregrina Goce Martínez, única hija de Ramón Goce e Irene Martínez. Se casó con el portugués Casimiro Martínez Gómez. (Archivo Familia Martínez Goce).
De los cuatro hermanos, viven Benito y María de los Ángeles. El primero sigue en O Rosal, mientras que su hermana reside en A Guarda.
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O Rosal, años sesenta. Irene Martínez Ríos, en una boda, con su yerno Casimiro Martínez Gómez, casado con Peregrina, y padre de Benito.
Vigo, Calle del Príncipe, años cincuenta. Benito Martínez Goce, con su hermano pequeño, Casimiro Ramón. (Archivo Familia Martínez Goce).
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Y así como en Baiona los niños acostumbraban a salir a la mar a los diez, a los doce años… en O Rosal empezaban de “tejeros” con una edad similar. Por entonces, mucha gente de O Rosal se iba a los “tejares” -fábricas artesanales de tejas- de toda España a ganarse la vida de temporeros. Venían desde todos los lugares del país a buscarlos, y aquí se formaban las cuadrillas, desde cinco hasta quince hombres, al mando de un oficial. Salían a mediados de abril hacia su destino y volvían a finales de septiembre para la vendimia, no sin antes fabricar más de tres mil tejas diarias. Os rosaleiros ya habían alcanzado fama de buenos trabajadores y conocedores del oficio, pasado de padres a hijos a través de los tiempos. Razones por las que acudían de los tejares de España, la mayoría de Castilla, en su busca para contratarlos. <<En 1946, yo me fui de “tejero” con trece años a un tejar de Villacastín (Segovia) -cuenta Benito Martínez Goce-. Íbamos por cinco meses, y me dieron por la campaña cuatrocientas pesetas, que en aquellos tiempos era bastante dinero. El oficial organizaba el trabajo de la cuadrilla: unos cavaban para sacar la tierra, otros la transportaban, y otros la amasaban y hacían los montones de barro al lado del banco del “cortador”, que solía ser el jefe de la cuadrilla. Yo hice de “tendedor”, que era el encargado de recoger las tejas moldeadas de una en una, y trasladarlas al lugar elegido para secarlas al sol. Por lo tanto, yo hacía tantos viajes corriendo, como tejas se elaboraban al día, es decir, más de tres mil recorridos. Después del secado, se introducían en el horno, que se encendía con leña una vez lleno. En alguna ocasión llegamos a hacer cerca de cuatro mil piezas en un día. Eran unas jornadas agotadoras, de doce a catorce horas. >> En la primera mitad del pasado siglo, incluso puede que antes, “Os cabaqueiros” -tal como se les conoce en gallego- de O Rosal y de la comarca del Baixomiño, llegaron hasta Zaragoza, Barcelona, Castilla… a todos los lugares de España donde había tejares. El noventa por ciento de estos obreros temporeros eran gallegos, sobre todo de O Rosal, que tenían así un buen complemento de su economía agraria. <<En la plaza del pueblo hay un monumento en homenaje a “Os cabaqueiros”, y todos los años, el 12 de octubre, se celebra
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una gran fiesta en recuerdo de aquella época. Ese día ”os cabaqueiros” de entonces, que muchos aún vivimos, hacemos demostraciones de cómo se fabricaban artesanalmente las tejas. >>
Monumento a “Os cabaqueiros” en O Rosal.
<<En 1947 volví de “tejero” a Maceda (Ourense); en 1948, a Peñausende de Sayago (Zamora); y en 1949, a Venta de Pollos (Valladolid). Al regreso de esta última campaña, entré a trabajar en la fábrica de “Cerámica de Las Cachadas”, fundada en A Guarda en 1900 por José Antonio Lomba Camiña. >> Para muchos de los “cabaqueiros” el castellano era una lengua algo extraña, de forma que para entenderse entre ellos, y al mismo tiempo ocultar sus comentarios a los nativos, crearon una jerga especial de un ciento de palabras. “Lasqueo” es trabajo; “boreta”, agua; “murcir”, comer; “boleira das cabacas”, horno de tejas; “lasqueo de calloa”, trabajo de mujer…”No ordes. Alixa, que ven o orgina”, me dice Benito como ejemplo. “Oye. Escapa, que viene el jefe”, quiere decir.
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<<En Las Cachadas estuve trabajando durante cuarenta y ocho años, y aún después de jubilado, seguí doce años más como chofer. En la fábrica fui palista de maquinaria pesada, y en los últimos tiempos alternaba ese trabajo con el de chofer. Iba a Portugal a recoger gente que venía de visita, llevaba al jefe a Barcelona, a Bilbao… Fui el mismo día ida y vuelta a Madrid a un laboratorio… Recogía en los aeropuertos a clientes que llegaban de todas las partes del mundo… Y también le llevé bastante dinero al Celta. Los Lomba eran unos fanáticos del equipo, y le mandaban un buen cheque de vez en cuando. “Vete con mucho cuidado, y al entregarlo en Vigo, nos llamas por teléfono”, me decía el jefe. >>
Benito Martínez Goce, años sesenta.
Celso y Casimiro Martínez Goce, los hermanos de Benito, también fueron “tejeros”. Vivieron en O Rosal, y ya fallecieron hace bastantes años. Su hermana María de los Ángeles emigró un tiempo a Inglaterra, y vive desde su regreso en A Guarda. No se encuentra demasiado bien de salud. Benito tiene dos hijas, y tanto ellas como los otros descendientes de sus hermanos, ya no conservan el apellido Goce.
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Durante esos cien años largos que han pasado, a ningún Goce rosaleiro le salió a relucir la vena artística de sus antepasados, aunque Ramón Goce Fernández, emigrante a Argentina por corto tiempo, no pudo evitar la tradición viajera y de aventura de sus bisabuelos, de sus abuelos y de sus padres, actores de teatro ambulantes. Con Benito Martínez Goce, de ochenta y tres años en la actualidad, se pone fin a la saga de los Goce en O Rosal, residente allí durante más de un siglo, pero con escasa descendencia.
2016. Benito Martínez Goce, el último Goce de O Rosal.
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Francisco Goce Fernández, “o chileno”, el último hijo de los actores, ya nacido en Baiona en 1896, fue marinero, y se casó con Pacífica Juncal Prado, a la que conoció en Buenos Aires durante su corta emigración. El matrimonio no podía tener hijos, y a menudo le pedía a su hermano Enrique que le dejara alguno de los suyos, diez en total. “Donde comen ocho comen diez”, le contestaba siempre, negándose a ello. El tío Paco para sus muchos sobrinos, fallecía sin descendencia en 1944, en su casa del barrio de San Xoán, a los cuarenta y siete años, e igual que su hermano Ernesto, a causa de un colapso cardíaco.
Baiona, 23 de mayo de 1944. Acta de fallecimiento de Francisco Goce Fernández.
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Sobre el apodo de “os valixas” que le pusieron a los Goce, cuentan otra versión en la que Paco “o chileno” es precisamente el protagonista. Al regresar de su emigración, llegó a Baiona con una sola maleta, y utilizando un término muy bonaerense, le dijo a los familiares que lo esperaban: “Cogerme la valija, que el resto del equipaje me lo trae el camión de Vilán”. Se ve que a los baioneses les hizo gracia la palabra, y desde entonces, “o valixas” le quedó a toda la familia.
Baiona, años setenta. Pacífica Juncal Prado, ya viuda, siguió viviendo en el barrio de San Xoán. “Delante de su casa -recuerda su sobrina María del Carmen- ponía un puesto de venta de fruta”.
En cambio, no se tienen noticias ni de Arsenio, ni de Rogelio, ambos llegados a la villa con la compañía teatral. Es muy posible que en vez de quedarse con sus otros hermanos en Baiona, se hubieran marchado con sus abuelos José y Carolina, o tal vez con sus mismos padres.
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Por la rama de Alejandro Goce Guerra, tampoco faltarían uniones matrimoniales, y fruto de ellas, la abundante descendencia que fue naciendo en Baiona. Se originaba así una fuerte implantación de los Goce en la villa, y entre ellos, personajes de enorme popularidad en los distintos ámbitos sociales.
Pepa Soliño Cadilla, “a porriñesa”, (1875-1939), esposa de Alejandro Goce Guerra.
“La Voz del Miñor”, 1939.
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Pepa Soliño Cadilla, “a porriñesa”
Pepa vivía en una pequeña casa en el barrio de A Laxe, de planta baja, a la que se accedía bajando un escalón. Dicen que de lo gruesa que estaba, tenía que entrar de lado por la puerta. También cuenta su nieta “Choncha”, que cuando murió la abuela Pepita, tuvieron que hacerle para ella una caja especial por lo gorda que se encontraba.
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El primogénito de Alejandro y Pepa, Moisés Goce Soliño, se casó en Baiona con Valenta Carballo, y tuvieron cuatro hijos: Pepita, Victorino, Cándido y Joaquín “Quin”.
Moisés Goce Soliño, (1892-1954).
De los cuatro hermanos, Victorino Goce Carballo, nacido en 1922, gozó de especial relevancia en el pueblo. Fue funcionario de Correos y Telégrafos -un servicio público de primera necesidad en aquella época-, y cofundador en 1950, junto al padre Fernando Muñoz, del histórico equipo de fútbol, el Juvenil Erizana. Llegaría a ser presidente del club en tres etapas: 1951/1953, 1957/65 -finalizando su mandato con la desaparición del Campo de A Palma y del Juvenil Erizana- y 1988/92 -etapa siguiente del club, en el también desaparecido Campo de Santa Marta. En los setenta, había sido concejal del Concello de Baiona. Falleció en 2014, a los noventa y dos años.
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“Hotel Bayona”, años cincuenta. Boda de “Quin” Goce y Maribel “a chaboleira”. Sentados a la mesa: Olivia “a portughesa”, Alejandro Goce “o neghro”, Victorino Goce, Ramona Goce “a quintana” y Liberata “a xurela”.
Directiva del Juvenil Erizana, años cincuenta. Arriba: Ángel Fernández ”Vernet”, Victorino Goce, Urbano Montaña, Fermín Pereira y Remigio Eloy. Delante: Juan Manuel Santos, Serafín Lorenzo, Andrade, el padre Fernando Muñoz, José Pereira y Antonio Marcote. Agachado: Casimiro Pereira, con la bandera del club. (Archivo Esperanza Fernández Vernet).
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El segundo hijo del ex comediante y “a porriñesa”, Manuel Goce Soliño, “o Jijuá”, casado con Aurora Refojos Pérez, tuvo a su vez cinco hijos: Manuel “Ghos” -emigrado a Uruguay-, Ángel “Lucho” -padre de Tito “Naveiras”-, José “Lanina”, Avelina esposa de José López “o Judas”- y Antonio “Cabecitas”. Los cuatro chicos fueron marineros, y “Ghos”, “Lanina” y “Cabecitas” destacaron como artistas, pero no del teatro ni de la música, sino del balón de fútbol. Junto a su primo Jesús Goce “Rato”, formaron parte del mítico equipo del Erizana de los años cincuenta.
Manuel Goce Soliño, “o Jijuá”, (1894/1956).
Baiona, A Palma, 1953. Juvenil Erizana. Campeón Liga Comarcal. Arriba: Urbano Montaña, Alvarito, Darío Maciel, Suso Cedeira, Jesús Goce “Rato”, Antonio Goce “Cabecitas”, Fino y Andrade (entrenador). Abajo: Arturo Blach “Mekerle”, Tomás Vilar, José Goce “Lanina”, Madeo y Herminio “Pití”.
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José Ramón, el tercero, conocido por Pepe “o carrero”, se casó con Liberata Marcote, “a xurela”, y vivió con su hermano Manuel “Ghos” y su familia en la misma casa del barrio de A Laxe. Tuvieron nueve hijos: Jesús “o rato”, Quin “o da xurela”, Agustín “Tanano”, Lola, Cela -del “Bar Sandokan”-, Dora, Ito, Roque -también destacado jugador del Erizana en los años sesenta- y Pepe “o Piñote” -abuelo de Antonio Goce Castro, actual estudioso de árbol genealógico familiar-.
José Ramón Goce Soliño, “o carrero”, (1896/1946).
Baiona, Campo de A Palma, 1954. Juvenil Erizana. De pie: Allú (entrenador), Urbano Montaña, Arturo “Mekerle”, Quin “Canero”, Madeo, Darío Maciel, Isaac, Fino y Victorino Goce (presidente). Agachados: Jesús Goce “Rato”, “Papelitos”, Lalo, José Goce “Lanina” y Herminio “Pití”.
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Baiona, A Palma, 1960. Partido amistoso de promesas. Arriba: un aficionado, Lito, Valeriano “o caldeireiro”, Suso, Moncho, Eulogio y José Luis “Federico”. Abajo: “Enano”, Ventura Leyenda, Roque Goce, Valeriano y “Grillo”.
Baiona, años cincuenta. Florita Esperón, madrina del Erizana, rodeada de directivos, jugadores y aficionados. Entre otros: Serafín Lorenzo, Ángel F. “Vernet”, José Pereira, Padre Fernando, Urbano Montaña, Florentino Vázquez, Casimiro Pereira, Enrique Salgado, Herminio “Pití”, Victorino Goce (presidente), José Goce “Lanina”, Tomás Vilar, Alvarito, Juan M. Santos, Madero, Andrade, Avelino García “Amberes”, Jesús Goce “Rato”, Antonio Vilar, Quin “Canero”, José González, Suso Cedeira, Antonio Goce “Cabecitas”, Montaña Jr., Arturo “Mekerle”, Dario Maciel, Eladio Vasconcellos, Serafín Lorenzo Jr. …
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El cuarto hijo, Jesús Goce Soliño se murió joven, a los veinticinco años. Fruto de su amor con Olivia Silva Pontes, “a portughesa”, natural de Seixas (Caminha), nació Carmen, su única hija. Jesús regresó “enfermo del pulmón” del servicio militar, dicen que por un exceso de esfuerzos a lo largo de la milicia. Quedo postrado en cama, y no pudo recuperarse. La niña tenía dos años, y aunque ya estaba reconocida, sus padres se casaron unos días antes del fallecimiento. En su lecho de muerte, Jesús pidió a su hermano Alejandro, seis años menor que él, que cuidara de su mujer y de su hija.
Los hermanos Jesús “o tarradela”, y Alejandro “o neghro”.
Alejandro “o neghro” cumplió con la promesa de cuidar de su sobrina y de su cuñada. Tanto fue así, que al cabo de cuatro años acabó casándose con Olivia. Tuvieron cuatro hijos: Suso, Lourdes, Alejandro “Canco” y Carlos “Lalo”. Carmen, aunque una hija más entre sus hermanastros, siguió llamándole tío Alejandro. El fallecimiento temprano de algunos componentes de la familia Goce, fue un tremendo desenlace que se vino repitiendo con cierta frecuencia. Al de Jesús “o tarradela”, seguiría la muerte a la misma edad, veinticinco años, de su hermano menor Joaquín “o sastre”. Posteriormente, ya en las futuras familias Goce y Denis, se volverían a reproducir estos tristes percances,
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Ramona “a quintana”, pescantina de profesión, fue la única mujer de los siete hermanos. Se casó con José Barra Núñez, “o Judas”, marinero, y embarcado en el “Titiño”, del armador Florente Vázquez Ratel. Tuvieron, como los padres de ella, ocho hijos: Asunción “Choncha”, Pepita, Susa, Yolanda, Joaquín “Quin”, Ramona “a coxa”, Pepa y José.
La única mujer de los siete hermanos: Ramona Goce Soliño, “a quintana”. (Baiona, 1903-1981). (Archivo Lourdes Goce).
José, el último hijo de Ramona “a quintana”, marinero en sus inicios, acabó emigrando a Finlandia, y falleció en Helsinki hace cuatro años, en 2012. Cocinero de la embajada española, dejó una hija de su matrimonio, Karina Goce, que sigue residiendo allí, y conservando el apellido en su descendencia.
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Cuentan de José, marinero durante muchos años, que era todo un festeiro, siempre dispuesto a bromas y gamberradas. Al parecer, nada más llegar a Helsinki, le envió un paquete de regalo a su padre para que comprobara que no lo olvidaba. Cuando su padre, “O Judas”, lo abrió con toda la curiosidad, se encontró con una caja llena de puntas y una nota: “Para que arregles bien a ghamela”.
Baiona, Barrio de La Anunciada, años cuarenta. Ramona Goce Soliño, “a quintana”, y su marido, José Barra Núñez, “o Judas”, delante de su casa, y rodeados de seis de sus hijos: Choncha, Joaquín, Susa, Yolanda, José y Pepa. (Archivo Familia Barra Goce).
El humor de los Goce, heredado de los ancestrales cómicos ambulantes de la familia, se mantiene con toda la vigencia a través de una y otra generación.
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El séptimo de los hijos de Alejandro y Josefa, Joaquín “o sastre”, murió joven, a los veinticinco años, y soltero.
El pequeño de los hermanos Goce Soliño: Joaquín “o sastre”. (Archivo Familia Míguez Goce).
<<Mi tío “Quín” -comenta “Choncha”-, era un hombre guapísimo, muy simpático, y no se llevaba con cualquiera. Se relacionó siempre con lo mejor de lo mejor. Trabajó mucho en el Palacio de Monte Real, cosiendo para toda la familia de los Bedriñana, propietarios por entonces del castillo. >>
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<<Se conservaban unas bonitas fotografías, con el tío muy bien vestido, con traje y corbata, trabajando en una sala del palacio… Pero se han extraviado. >>
Baiona, Barrio de A Laxe, años treinta. Joaquín Goce Soliño, “o sastre”, que fallecería muy joven, a los veinticinco años. (Archivo Familia Barra Goce)
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II. Los orígenes de los Denis
Los Denis baioneses tienen sus orígenes por parte paterna en Portugal, y al parecer, según los escasos datos con los que se cuenta, el primero en asentarse en la villa, y por lo tanto progenitor de la saga, fue José Denis Capelán, nacido en 1851 en Póvoa de Varzim, comarca de numerosos asentamientos de Denis entre sus habitantes. Marinero de profesión, se trasladó a vivir a Baiona, y aquí contrajo matrimonio con la vecina María Josefa Carneiro Cordero, nacida en 1857. Ella, como era la costumbre por entonces, además de las múltiples labores de la casa y el cuidado de los hijos, se ocupaba de vender el pescado que traía su marido de la mar. Vivían en el barrio de San Xoán. Tuvieron cinco hijos: José, Dolores (1878), Jacinto (1884), Esperanza (1889) y Ernesto (1892). Nacidos todos en Baiona, llevan los mismos apellidos, Denis Carneiro, que algunos de sus sobrinos. Esta curiosa circunstancia fue motivada por ser primas sus madres respectivas, de la tradicional familia baionesa de los Carneiro. Marido y mujer fallecieron en la villa a la misma edad: sesenta y dos años, con una diferencia de tres entre la muerte de él, 1916, y la de ella, 1919. Si hablamos con anterioridad de que Goce es un apellido peculiar de Baiona, Denis tampoco lo es menos. Aunque no tan exclusivo en España como el otro, sí es un apellido casi igual de abundante entre los baioneses. En Galicia, según el último censo de 2015, hay seis Denis en Lugo, treinta y uno en A Coruña, y cerca de doscientos en Baiona. Viven también unos pocos en Nigrán, Gondomar y Vigo, a todas luces descendientes de los de aquí. De los dos primeros Denis nacidos en Baiona, José y Dolores Denis Carneiro, apenas se tiene noticia. De los tres hermanos siguientes ya aparece información facilitada por sus descendientes, que a buen seguro, deben tratarse de biznietos. Entre esos datos se encuentran interesantes testimonios fotográficos que dan luz a la
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persona física, a las costumbres, a la forma de vestir de la época en que vivieron… El hallazgo más valioso de todos ellos, no es otro que el de José Denis Capelán, el progenitor, que nos muestra en la imagen que se conserva, de que se trataba de un hombre de buen aspecto, porte elegante, e incluso guapo al entender de las mujeres.
Baiona, 1903. José Denis Capelán, primer Denis llegado a Baiona procedente de Póvoa de Varzim. De él descienden todos los Denis baioneses. En esta fotografía, a la edad de cincuenta y dos años. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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De Jacinto Denis Carneiro, “tres toros”, el tercer hijo del portugués y la baionesa, hay información de que se casó en la villa con Josefa Carneiro Chamorro, y que tuvieron nueve hijos: Belarmino, Jacinto, Arturo, Marcelino, Amparo, María Elena (1906), Esperanza, Filomena (1918) y Dolores Denis Carneiro. Todos ellos llevan el mismo apellido que su padre y sus tíos, ya que, como se mencionó con anterioridad, la madre y la abuela eran primas. Cuentan de Jacinto, marinero de profesión, que se trataba de una persona especialmente caritativa, y que cuando llegaba de la mar a la Praia de A Ribeira, lo primero que hacía era repartir pescado entre los más necesitados, a pesar de que él mismo también debía atender a los suyos, que no eran precisamente pocos. Dicen que se ocupaba asimismo de limpiar una carnicería del pueblo, y que a cambio de su trabajo, el carnicero le daba huesos con los que hacía caldo en una gran olla, que luego repartía entre los vecinos necesitados.
Baiona, 1924. Fotografía de Jacinto Denis Carneiro en su “Libreta de Inscripción Marítima”, a la edad de cuarenta años. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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Su primera inscripción marítima data de 1924, en la Comandancia de Baiona ante don José Rufo Pena, y por entonces ya contaba con cuarenta años. Se supone que hasta ese momento pescaba en una embarcación propia por el litoral. En aquella época aún no debía existir esa obligación pertinente para ejercer de marinero. El primer embarque serio lo hace en el pesquero “Cadilla”, del armador Vicente Cadilla, en 1943, y pasa en 1944 al “Verano Dos”, ambos barcos de Baiona. En este último, cumplidos los sesenta años, se debió jubilar, ya que no figuran más embarques en su “Libreta de Inscripción Marítima”. Se presume que seguiría pescando en su gamela por la costa baionesa. Fallecía en 1956 a los setenta y dos años.
1903. Josefa Carneiro Chamorro y su esposo Jacinto Denis Carneiro (1884/1956).
Comentando por Baiona sobre la bondad de Jacinto, explican que cuando se murió Ernesto “o Cantador”, su hermano pequeño, a los cuarenta y tres años, dejando viuda y siete hijos, ayudó con enorme generosidad a su cuñada Eulalia en aquel mal trance que padeció, y ante la delicada situación en que se quedaba tanta familia.
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Baiona, 21 de junio de 1903. Jacinto Denis Carneiro, con su esposa Josefa Carneiro Chamorro, y sus cuatro hijas pequeñas: Elena, Dolores “Lola”, Esperanza y Amparo Denis Carneiro. Con ellos, su padre José Denis Capelán. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
Jacinto era un hombre muy fuerte, y le apodaron “tres toros”, porque participando en una regata de gamelas, que ganaron con facilidad, rompió un remo, según él, en “tres toros” -como si fuera una merluza-. Ya le quedó el apodo.
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Esperanza Denis Carneiro, la cuarta hija del portugués José Denis Capelán, nacida en Baiona 1889, vivía en el barrio de La Anunciada, y la recuerdan los familiares, entre otras actividades, haciendo preciosos collares de conchas que luego se vendían en el mercado y en las ferias. Se casó con Eulogio Leyenda, y tuvo tres hijos: Antonio, Ángel y Josefa Leyenda Denis. Fallecía en su casa en 1972 a la edad de ochenta y tres años.
Registro Civil de Baiona. Acta de Defunción de Esperanza Denis Carneiro.
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Ernesto Denis Carneiro, el hijo más pequeño del matrimonio, marinero como su padre y como su hermano Jacinto, fue un personaje de enorme popularidad en la villa. Destacado solista de las tradicionales rondallas de Baiona de principios de siglo, era conocido como “O Cantador”, apelativo extendido años después a sus descendientes más inmediatos.
Baiona, años veinte. En el centro, Ernesto Denis Carneiro, “O Cantador”, con boina y un poblado bigote. Marinero de profesión, celebra con sus compañeros la botadura de un barco del armador don Vicente Cadilla. Detrás, a la derecha, también con boina y bigote, Manolo Goce “o Jijuá”, futuro patrón de costa del pesquero que se botaba.
Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”, nació en Baiona en 1891, y tuvo como testigo de su nacimiento en el registro civil a Alejandro Goce Guerra, uno de los primeros Goce afincados en la villa. Se casó con la baionesa Eulalia Mijón Durán en 1910, y tuvieron siete hijos: Amelia “Antonia”, Eulalia “Lala”, Josefa “Pita”, Adita, Avelino “Lino”, Ernesto “o botones” y Pilar. Eulalia se quedó viuda muy pronto. Su marido, Ernesto “O Cantador”, murió de una grave enfermedad de garganta. Su buen amigo “O Canero” lo había llevado al médico a Portugal, donde inmediatamente le dictaminaron el mal y la prohibición enérgica de fumar. Ernesto no se cuidó como debiera, y cuentan sus hijos que
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escondía los pitillos por los muros del barrio de Santa Liberata -vivían cerca, en San Xoán-, para que no se los descubriese su esposa. Falleció en 1935, a los cuarenta y tres años… y qué ironía, “la mejor garganta de Baiona”, según decían en el pueblo.
Eulalia Mijón Durán, esposa de Ernesto Denis Carneiro “o Cantador”, y abuela de las hermanas Goce Denis, de sus primos Denis Goce, Coello Denis... (Archivo Familia Goce Denis).
A partir de la muerte de su marido, la abuela Eulalia, como la conocían en su numerosa familia, hubo de entregarse de cuerpo y alma a atender a sus muchos hijos. <<En 1956 -cuenta su nieta Pitusa Coello Denis-, ya educados sus hijos y con vida propia, la abuela se había quedado bastante sola en Baiona, a pesar de los seis hijos y muchos nietos que aún tenía por la villa, pero es que además, no se encontraba muy bien de salud. Ella siempre echó de menos a mi madre, “Antonia”, su hija mayor, emigrada a la Argentina unos años antes. Nosotros también la echábamos de menos a ella desde allí. Total, que la
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convencimos para que se viniera a vivir a Buenos Aires con nosotros. Después de un mal viaje en barco, en el que apenas se había alimentado según nos comentó un camarero, acabó falleciendo al poco tiempo. >> La abuela Eulalia, nada más llegar a Buenos Aires, envió esta fotografía a Baiona con una sentida dedicatoria al dorso: “Con mucho cariño para mis hijos y nietos”. Eulalia.
Buenos Aires, 1956. La abuela Eulalia, con su nieta Pitusa Coello Denis y su marido Abelardo Juan Penen, “Yoni”. (Archivo Familia Coello Denis).
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<<Me contaba mi padre del abuelo Ernesto “o Cantador” -recuerda Pitusa Coello Denis-, que cantaba de maravilla, y que era el brillante solista de muchas de las comparsas de aquella época… y que de él heredábamos sus nietos esa afición a la música y al canto. >>
Baiona, años veinte. Comparsa de carnavales “Los Marinos de Ultramar”, dirigida por Urbano Vernet. Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”, con su espeso bigote, es el primero por la izquierda de la fila de arriba.
Baiona, 1924. La popular comparsa “Los Turcos”, dirigida por el prestigioso director Urbano Vernet, en una actuación en el Casino de Sabarís. Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”, es el primero por la derecha de la primera fila.
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Baiona, A Palma, 1926. La rondalla “Os Bufóns da Infanta”.
- El primero por la izquierda de la fila de arriba -apunta Pitusa al contemplar esta vieja imagen- es nuestro abuelo Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”. Se le conoce bien por su gran bigote.
Baiona, Casa de Zeta, 1924. La comparsa de “Los Turcos”, dirigida por Urbano Vernet. El cuarto por arriba, arrimado a la barandilla, es Ernesto Denis “o Cantador”.
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Registro Municipal de Baiona. Acta de Nacimiento de Ernesto Denis Carneiro en 1891. Al margen también figura su matrimonio con Eulalia Mijón Durán, en 1910, y su fallecimiento, en 1935.
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Como es ley de vida, los cinco hijos de José Denis Capelán fueron teniendo descendencia en Baiona, y ésta a su vez ha proliferado de tal manera, que casi resulta un afán imposible llegar a sus muchos descendientes, los mayores, por supuesto, ya fallecidos. Jacinto, el tercero del portugués, ha tenido nueve hijos; Esperanza, la cuarta, tres; Ernesto, el pequeño, siete. Y a partir de estos diecinueve nietos de José Denis y María Josefa Carneiro, se ha llegado a los casi doscientos Denis que viven en Baiona a 2015, según las estadísticas oficiales de ese año. De los nueve hijos de Jacinto Denis Carneiro y Josefa Carneiro Chamorro, nacidos todos en Baiona, se tienen noticias bien distintas: de algunos, ninguna; de otros, pocas; y hay una buena información de varios.
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Belarmino Denis Carneiro, el primer hijo de Jacinto, fue marinero. Se casó con Delia, vecina de San Miguel de Oia, con la que tuvo su única hija, Josefa.
Belarmino Denis Carneiro.
<<Belarmino -cuenta “Lali”, su sobrina nieta-, siguiendo la tradición de los Denis, cantaba muy bien. Cuando había aquella costumbre de los marineros de cantar por las tabernas, él era uno de los que más destacaba. >>
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Baiona, 1965. Filomena Denis Carneiro, su marido Saturnino Morel González, y su hermano Belarmino Denis Carneiro. (Foto Jesús. Archivo Eulalia Freire Vilar).
Baiona, Calle de Elduayen, años sesenta. Belarmino Denis Carneiro, con Suso, su único nieto. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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De Jacinto, el segundo hijo, sólo se sabe que contrajo matrimonio con Liberata, y que tuvieron un hijo, Belarmino, nacido en 1945, y fallecido soltero en 2009. Sigue contando “Lali” Freire Vilar, hija de Esperanza Vilar Denis, que Arturo, igual que sus hermanos mayores Belarmino y Jacinto, fue marinero, y que en una ocasión su barco naufragó por la costas africanas, y él milagrosamente se salvó, primero, nadando hasta tierra, y luego, superando ocho días perdido en el desierto del Sahara. Unos nómadas tuareg lo rescataron.
Arturo Denis Carneiro, el tercer hijo de Jacinto y Josefa.
Arturo Denis Carneiro se casó con la baionesa Aurelia “a Pamplona”, con la que tuvo un hijo, de nombre Arturo, como el padre. El hijo vive en la actualidad en Baredo. Desavenencias en el matrimonio propiciaron su separación, por lo que Arturo se trasladaría a vivir a Asturias, y con su nueva pareja asturiana, regresaba al cabo de unos años y fijaba su residencia en Vigo.
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Marcelino Denis Carneiro, el cuarto de los hijos, se casó con la baionesa Filomena García Carballo, “a araghona”, que había quedado viuda y con cinco hijos, Teresa, José, Antonio, Obdulia y María del Mar, y contraía así matrimonio en segundas nupcias. Tuvieron tres hijas: Lola, Marcelina y Ana Denis García.
Logroño, Fiestas Patronales, años cuarenta. Marcelino Denis Carneiro, aún soltero, con la niña adoptada de su hermana Amparo, que vivía por entonces en aquella capital. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
<<Mi madre, Filomena García Carballo, “a araghona”, casada en segundas nupcias con Marcelino Denis -cuenta su hija Teresa Pérez García-, era gran aficionada a escribir, a pesar de sus escasos estudios, y dedicaba unas poesías muy bellas y con un gran sentimiento a los marineros, al mar, a los naufragios… Unos amigos se las pidieron para publicar en un medio escrito, y nunca más las devolvieron. Aún se conservaron algunas, y un familiar editó con ellas un pequeño libro. Mamá nos educaba con palabras que siempre tengo muy presentes en mi vida: “Para decir buenos días, buenas tardes, buenas noches, hola y adiós… no se necesita tener ninguna carrera”. Yo lo trasmito también así a mis hijos y nietos. >>
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Sobre Marcelino Denis Carneiro, su padrastro, comenta Teresa que siempre la había tratado como si fuera una hija propia. Era marinero de profesión, y según ella, un hombre bueno y de enorme honestidad.
Baiona, años cincuenta. Marcelino Denis Carneiro y su esposa Filomena García Carballo, “a araghona”. (Archivo Familia Goce Pérez).
<<El tío Marcelino era hermano de mi abuela Elena -explica “Lali” Freire Vilar-. Lo llegué a conocer. Fue una buena persona. >> Al ver la siguiente fotografía, “Lali” reconoce a la abuela Obdulia “a araghona”, y comenta que falleció a los cien años.
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Baiona, A Ribeira, 1969. Marcelino Denis Carneiro, su esposa Filomena García Carballo, la abuela Obdulia Carballo “a araghona”, y las hermanas Obdulia y Teresa Pérez García, hijas del primer matrimonio de Filomena. (Archivo Familia Goce Pérez).
Baiona, A Ribeira, años dos mil. Marcelina Denis García, Teresa Pérez García y Ana Denis García, antes de asistir a la boda de un familiar. (Archivo Familia Goce Pérez).
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Amparo, la quinta hija de Jacinto Denis Carneiro, se fue de joven a Logroño a trabajar en una panadería. Se casó con el dueño, y al no tener hijos fisiológicos, adoptaron dos niños.
Logroño, años sesenta. Amparo Denis Carneiro y su marido.
<<También se habían ido a trabajar allí -recuerda “Lali”su hermano Marcelino, soltero por entonces, y su hermana Filomena, ésta acompañada de su marido, el tío Saturno. Pero así como Amparo nunca más regresó a Baiona, y quedó asentada en Logroño por el resto de su vida, sus hermanos volvieron al cabo de una temporada. Cuando murió su marido, Amparo falleció a los tres o cuatro días. Los vecinos, que no la veían salir de casa, la encontraron muerta en su propia cama. >>
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Logroño, años sesenta. Amparo Denis Carneiro, con su marido y sus dos hijos. Detrás, su hermano Marcelino. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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María Elena Denis Carneiro, la sexta de los hijos de Jacinto, nacida en Baiona en 1906, contrajo matrimonio con el marinero José Vilar Rodríguez, “o suplín”, con él que tuvo una única hija, María Esperanza Vilar Denis. A su marido le apodaban “o suplín”, porque le había hecho a su hija y a sus sobrinos un corrupio de madera, y siempre andaba soplando para que girase. Elena pronto se quedaría viuda. El marido y su hermano Jacinto se murieron cerca de las Illas Cíes al volcarle la gamela en la que pescaban, debido a un fuerte golpe de mar. No aparecieron los cuerpos, y se supone que Jacinto, que no sabía nadar, podría haberse abrazado a José, que sí sabía, y que fuese ese el motivo de que al final se ahogasen los dos. Tiempo después, un soldado de la guarnición de Monte Ferro dijo que habían encontrado dos cadáveres y que los enterraron por el monte. Nunca se encontraron. <<Mi abuela Elena -explica su nieta “Lali”-, además de las muchas labores habituales de las mujeres de entonces, trabajó en la fábrica de conservas de Puga. Después estuvo muchos años en el “Restaurante El Moscón”, y finalmente pasó al “Hotel Bayona”, donde padeció una trombosis que la dejó paralítica a los cincuenta y nueve años. Falleció en 1978, después de trece años encamada, a la edad de setenta y dos años. >> La hija de Elena, María Esperanza Vilar Denis, nacida en 1931, se había quedado huérfana de padre a los diecisiete años. Contrajo matrimonio con el marinero baionés Guillermo Freire Soliño, “Juqui”, nacido en 1929. Tuvieron once hijos, los Freire Vilar, que ya perdieron por esta rama familiar el apellido Denis: María Elena (1951), Eulalia “Lali” (1952), Jaime (1955), José Manuel (1957), Jacinto (1958), Julia (1959), María Esperanza (1960), Ángel Guillermo (1961), Rufina (1963), Marcelino (1964) y Jesús (1966). <<Mi madre trabajó lo indecible a lo largo de su vida para criar a sus once hijos -cuenta “Lali”-. Vendía el pescado que traía su marido del mar; junto a su madre, sirvió mucho tiempo en casa de “Os Caringa”, con la señora Eve; lavaba ropa, iba al monte a por leña para venderla… hizo de todo. Estuvo detenida todo un día por los municipales, por recoger leña del monte, cosa que estaba prohibida en aquellos primeros años de la década de los cincuenta. >>
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<<Mi padre se murió hace tres años, en 2013, y mi madre aún vive, aunque está muy delicada de salud. Sigue conservando el rostro sonriente que mantuvo a lo largo de toda su vida, a pesar del mucho esfuerzo que siempre tuvo que soportar. >>
María Esperanza Vilar Denis y su marido Guillermo Freire Soliño, “Juqui”.
<<Yo apenas pude ir al colegio -sigue contando “Lali”-, y a los once años ya comencé a trabajar de “atadera”. Ganaba para el pan y la leche de la familia. También serví en algunas casas. En aquellos tiempos, y con tantos hermanos, había muchas necesidades en casa, y yo estaba dispuesta a trabajar en lo que hubiese. Vivíamos en una casa muy pequeña, con una habitación para mis padres, y otra para los once hijos que fueron naciendo. Dormíamos todos en literas que llegaban hasta el techo. Todos mis hermanos son marineros, y también mis cuñados. Tan sólo está jubilado Jaime, que reside con su esposa en Marín. Jacinto se fue a Puerto Cristo (Mallorca) con Fabiola, su esposa, que trabaja en un hotel. Los demás viven por aquí: en San Miguel de Oia, en Baíña, en Baredo, en Panxón… y en Baiona. >> Eulalia FreireVilar, “Lali”, se casó con el baionés Manuel López Hidalgo, que cambió su trabajo de panadero por el de marinero para ganar más y poder atender mejor al sustento de la familia.
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Anduvo embarcado siempre en el mismo atunero, hasta que falleció a los cuarenta y cinco años de una grave enfermedad. Tuvieron tres hijos: José Manuel, marinero como su padre, María del Carmen, casada en Vigo con Antonio Castro Varela, y Ángel, también marinero. Todos ellos, igual que su madre, ya han perdido el apellido Denis. Los tres nietos han heredado el apodo de su abuelo, “o suplín” -ella “a suplina”-, y lo aceptan con agrado, como cariñoso recuerdo del abuelo fallecido tan joven.
Años dos mil. Guillermo Freire Soliño, “Juqui”, y María Esperanza Vilar Denis, los padres de “Lali”. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
<<Mi hijo José Manuel heredó los genes del canto de los Denis. Canta de maravilla, y cuando habla por teléfono con su abuela Esperanza desde África, el lugar donde está pescando, ella le pide siempre que le cante un poco. >>
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2016. María Esperanza Vilar Denis, la madre de “Lali”.
“Lali” tiene dos nietas: María, hija de José Manuel, y Alicia, hija de María del Carmen.
2013. En una boda de un familiar. “Lali” Freire Vilar, con sus hijos Ángel, José Manuel y María del Carmen López Freire.
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Esperanza Denis Carneiro, la séptima de los hijos de Jacinto y Josefa, nació en Baiona sobre 1910, año más año menos. <<La tía Esperanza era una mujer muy guapa –recuerda “Lali”- y con un tipazo imponente. Una belleza al estilo de aquella época. >>
Baiona, años cincuenta. Esperanza Denis Carneiro.
<<Después de una relación en Baiona con un señor portugués que resultó estar casado, se trasladó a vivir a Lugo. Desde allí le enviaba a menudo fotografías a su hermana Filomena. También vivió un tiempo en Logroño con su hermana Amparo. >>
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Lugo, 5 de febrero de 1964. Esperanza Denis Carneiro, a la derecha, con una amiga.
Desde Lugo, Esperanza Denis Carneiro, le enviaba a menudo fotos a su hermana Filomena. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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Portomarín (Lugo), Iglesia de San Juan, años sesenta. Esperanza Denis Carneiro, a la izquierda, con su hermana Amparo y su marido. Esta fotografía lleva al dorso una dedicación a sus hermanas y sobrinos. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
Esperanza Denis Carneiro murió soltera y sin descendencia, y afirman que vino desde Lugo a Baiona a pasar sus últimos días.
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La penúltima hija de Jacinto, Filomena Denis Carneiro, nació en Baiona en 1918. <<Viví con la tía Filomena desde los catorce años -explica “Lali”-. Era hermana de mi abuela Elena, y como nosotros fuimos tantos de familia, once hermanos, me acogió en su casa. Ella me contaba que de jovencita había tenido un novio en Baiona, que fue reclutado para ir a la Guerra Civil, y le tocó combatir del lado de los republicanos, los perdedores. Por ello se vio obligado a huir a Francia, y ya no pudo volver por el acoso franquista. Allí se casó con una francesa al cabo de un tiempo. Filomena había quedado embarazada de él con quince años, y el padre, incomunicado durante la guerra, no lo supo hasta pasados muchos años. Después de tener el niño, Filomena se trasladó a Vigo con su hijo, y entró a servir en una casa. >>
Años cuarenta. El matrimonio Filomena Denis Carneiro y Saturnino Morel González.
Un poco más adelante, a principios de los años cuarenta, según cuenta “Lali”, Filomena Denis Carneiro se casa con el marinero baionés Saturnino Morell González, casualmente hermano de su primer novio. Y es Saturnino quien le cede al hijo el apellido Morell.
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<<El tío Saturnino se murió en la mar de un infarto -explica “Lali”-. Era bastante joven, y la tía Filomena se quedó sola. >>
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, años cuarenta. El matrimonio Saturnino Morell González y Filomena Denis Carneiro. (Archivo Eulalia Freire Vilar).
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<<La tía Filomena -cuenta su sobrina-nieta “Lali”-, fallecía en 2015 a los noventa y siete años, después de una larga enfermedad. Yo la asistí hasta los últimos momentos de su vida. >>
Baiona, 1989. Carnet de Filomena Denis Carneiro de la Tercera Edad.
La última de los nueve hijos de Jacinto Denis, Dolores “Lola”, debió nacer a principios de los años veinte. Se quedó soltera. Tuvo un hijo, “Gelito”, que nació con un grave defecto físico, y acabó falleciendo a los seis años. Además de los familiares mencionados hasta ahora, a lo largo de las próximas páginas nos encontraremos con muchos de los Denis descendientes del portugués, no con todos por supuesto, pero sí con bastantes. Presentados los hijos de Jacinto, es posible que sigan los de Esperanza y los de Ernesto, todos ellos nietos de José Denis Capelán. Después llegarán los biznietos, los tataranietos… para aproximarse a los cerca de doscientos Denis que viven en Baiona a punto de comenzar el 2017. Y eso, a pesar de que se va perdiendo el apellido Denis con las muchas descendientes femeninas, como comprobaremos en páginas siguientes.
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1968. Rogelio Goce López.
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III. Rogelio Goce López…
Como la mayoría de los chicos baioneses de aquella época, Rogelio Goce López (1915/1978) -segundo hijo de Enrique Goce y Concepción López-, comienza a trabajar en el mar a edad muy temprana. En los primeros años anduvo pescando por Baiona en gamelas y en pequeñas lanchas de bajura, hasta que en enero de 1935, interrumpiendo sus inicios como marinero, Rogelio Goce López ingresa en la Armada para cumplir el servicio militar. Durante este período, se supone que aprovechando algún permiso, contrae matrimonio en 1936 con Bienvenida Miniño Rodríguez. Al regreso, principios de 1937, embarca en el “Jacinto García” como mecánico, título que había sacado unos años antes. Poco después pasa al “C. Maciel”, y más tarde, ya como marinero, al “Filomena”. Unos meses después, al proclamarse la Guerra Civil en España, es llamado de nuevo a filas, y en esta ocasión, para alistarse en un Batallón de Infantería. Es destinado a Aragón.
Baiona, A Ribeira, años cuarenta. El “Primavera” es el primer barco por la izquierda, uno de los más emblemáticos de la flota pesquera baionesa.
Finalizada la Guerra y de vuelta a casa, embarca al cabo de unos años, 1944, en el “Primavera”, en el que permanece hasta 1952. Cambia al “José Pérez Campos” durante dos meses, y por voluntad propia da por terminado su historial como marinero.
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Arriba: Libreta de Marinero de Rogelio Goce López. Abajo: Título de “Segundo Mecánico Naval” concedido en 1933. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Al estallar la Guerra Civil en España, Rogelio Goce es reclutado y destinado al Batallón de Infantería 105, del Cuerpo de Ejército Marroquí, ubicado en esas fechas en Aragón. De su paso por el ejército, se conserva una pequeña publicación, “Mi Libro”, en el que se hace una fervorosa exaltación del régimen de Francisco Franco, con canciones, poemas, explicaciones militares, una oración por los caídos, breves páginas en blanco para el diario del soldado, historia de España… Rogelio permaneció como soldado de 2ª clase hasta el 9 de agosto de 1939, año en el que se licencia en Candelario (Salamanca) una vez finalizada la guerra.
Recorte de prensa, con información histórica de la División 105 del Cuerpo de Ejercito Marroquí, así como del acto militar en su homenaje celebrado en Valladolid.
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Ejemplar que entregaban a los soldados para su formación militar y franquista.
En 1964, con motivo del “XXV Aniversario de la Victoria”, la “Unión Nacional de Ex Combatientes” le otorgaría a Rogelio Goce López la “Medalla de la Paz de Franco”.
Madrid, 1964. Diploma recibido por Rogelio Goce López, acreditando la concesión de la “Medalla de la Paz de Franco” en el “XXV Aniversario de la Victoria”.
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En 1936, Rogelio se casa con Bienvenida Miniño Rodríguez, vecina de Baredo. Fruto de esta unión, nacerían cinco hijos, todos ellos alumbrados en la propia casa: Angelita (1940), Rogelio (1942), María del Carmen (1944), Enrique (1950) y Luisa (1952).
Arriba: Baredo, 3 de agosto de 1936. Boda de Bienvenida Miniño Rodríguez y Rogelio Goce López. Abajo: Acta del matrimonio en el Registro Civil.
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Bienvenida Miniño Rodríguez, (Baredo, 1915), esposa de Rogelio Goce López.
<<Mi madre era una persona moi boiña, moi boiña -cuenta su hijo Enrique-… y tan tímida, que cuando iban a Baiona a visitar a los abuelos, ella se quedaba en la puerta y dejaba sólo a mi padre con ellos. Le daba mucha vergüenza. Eran tiempos en los que se guardaba un enorme respeto hacia los mayores. >>
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La casa familiar de Baredo, donde nacieron los cinco hermanos Goce Miniño, en un momento de su primera restauración en los años cincuenta. Más adelante, ya fallecido Rogelio, su hijo Enrique le haría una segunda reforma.
La casa familiar en la actualidad, 2016.
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Y es en 1953, cuando aprovechando la oportunidad que se le presenta, abandona su profesión de marinero -muy asustado tras un reciente y grave percance sufrido en el barco viniendo de Aveiro, que casi les cuesta la vida a todos- , y accede a un puesto de guardia municipal en el Concello de Baiona. Ejercería esta ocupación hasta el final de sus días, y alcanzaría la máxima graduación de cabo. Durante ese tiempo gozó de enorme popularidad en la villa, y fue un personaje muy querido y respetado por los vecinos.
Rogelio Goce López, con su uniforme de invierno de cabo de la Guardia Municipal.
Cuentan de Rogelio que una tarde, acompañando al alcalde Manuel Copena Araújo, “Nolete”, cerca del antiguo Balneario de A Concheira, se vio obligado a multar a su cuñado y a Bienvenida, su propia mujer, por circular en bicicleta con ella montada en el portabultos, situación que estaba prohibida ya por entonces. “Al final, el mismo pagó la multa de su bolsillo”, explica su hijo Enrique.
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Su nueva ocupación laboral permite a Rogelio una mayor convivencia con la familia. De aquellos períodos largos en el mar, pasa a una permanente estancia en tierra, que le deja horas libres suficientes para cuidarse de sus hijos, de su esposa y de la casa.
Baredo, 1950. Los tres hermanos mayores: Angelita, Rogelio y María del Carmen Goce Miniño. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Baredo, 1950. Rogelio y Bienvenida, con sus tres hijos mayores: María del Carmen, Rogelio y Angelita. (Archivo Familia Goce Miniño).
Baredo, 1952. Fotografía para el “Libro de Familia”. Bienvenida y Rogelio, con cuatro de sus cinco hijos: Enrique y María del Carmen, en brazos de sus padres, Rogelio y Angelita. Aún no había nacido Luisa. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Baiona, principio de los sesenta. Entrada del Castillo de Monte Real. Arriba: Amparo Goce López, con su hija Fernanda Arias Goce en brazos, Rosa Goce López, Pili Arias Goce, en brazos de su tío Rogelio, y Dora Carrera Mariño, esposa de Balbino Goce López. Abajo: Josefa Denis y Enrique Goce López.
Baredo, años setenta. Celebración familiar. Arriba: Toñi “o neco”, María del Carmen “a checa”, Moncho Goce “o valixas”, y su hija Soli. En medio: Rosa Goce, y Flora García. Delante: Antonio Carrillo “o checo” y Rogelio Goce López.
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Baiona, años cincuenta. Rogelio Goce López, con cuatro de sus cinco hijos: María del Carmen, Rogelio, Angelita y Enrique. Falta la pequeña, Luisa, que no había nacido.
Observando las fotografías con calma, se deduce enseguida la buena relación reinante entre los hermanos Goce López, que aparecen con frecuencia en las imágenes de familia que se conservan. Rogelio, Enrique, Rosa, Moncho, Balbino, Amparo… acompañados de sus respectivas parejas, y también de sus hijos, trasmiten con su presencia fuertes sensaciones de afecto entre ellos. Condición ésta que se repetirá en las siguientes generaciones, y que se mantiene en las actuales de 2017.
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Baredo, años cincuenta. Delante de la casa familiar, los cinco hermanos Goce Miniño: Angelita, María del Carmen, Rogelio, Enrique y Luisa. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Desde su puesto de cabo de municipales, Rogelio fue testigo de todos los actos institucionales de relevancia que se celebraban en la villa. Siempre cerca del alcalde de turno, estaba presente en las recepciones de autoridades, inauguraciones de calles y plazas, fuentes, monumentos, entregas de viviendas de pescadores… y por supuesto en las procesiones.
Baiona, 1968. Rogelio Goce López, con el uniforme de verano.
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Baiona, Rúa Ramón y Cajal, 1969. Romería a la Virgen de la Roca. El cabo Rogelio abre la marcha, seguido de las autoridades y de la Banda de Música. (Archivo Familia Goce Miniño).
Baiona, años sesenta. Inauguración de la Calle Carabela La Pinta. Delante, el alcalde José Pereira Troncoso y el gobernador civil. En medio, Rogelio Goce, cabo municipal. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Baiona, años sesenta. Procesión de la Virgen del Carmen. El párroco don Moisés, seguido del comandante de Marina, el alcalde “Nolete”, un concejal y Antonio de Mauricio. Detrás, Rogelio Goce. (Archivo Familia Goce Miniño).
Baiona, años sesenta. Inauguración del Mercado “Ángel Bedriñana”. A la derecha, el gobernador civil; en el centro, José Pereira Troncoso, alcalde de Baiona; y a la izquierda, Rogelio Goce, cabo de municipales. (Archivo Esperanza F. Vernet)
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Rogelio convivió con cuatro alcaldes en sus veinticinco años como guardia municipal: José Pereira Troncoso, que lo nombró cabo, Manuel Copena Araújo “Nolete”, Alfonso Mandado y Celso Carneiro Freire. El primero, desde 1953 a 1965; el segundo, de 1965 a 1972; el tercero, de 1972 a 1974; y el cuarto, desde 1974 hasta 1978, año en el que fallecía Rogelio. Con todos ellos tuvo una relación cordial. Fueron años importantes y decisivos en el desarrollo de Baiona. La inauguración de la Traída de Agua, del Mercado -donación de don Ángel Bedriñana-, la compra del Castillo de Monte Real por el Gobierno, la posterior puesta en marcha del Parador Nacional Conde de Gondomar y del Club de Yates, la supresión del tranvía, la reforma del Paseo de A Ribeira, la triste desaparición del Erizana, la apertura de la Calle Carabela La Pinta… Rogelio fue testigo silencioso de todo el cambio y el progreso que experimentaba Baiona en ese tiempo. Si aún viviese, seguro que nos podría contar numerosas anécdotas desconocidas… y desvelar más de un secreto oculto de los muchos que siempre existen en cualquier concello.
Baredo, años setenta. Bienvenida Miniño Rodríguez, la esposa de Rogelio, sentada delante de su casa. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Baredo, 1967. Delante de la casa familiar. Rogelio, con su hija Luisa y con Doralia, hermana de “Marisa”, su futura nuera. (Archivo Familia Goce Miniño).
Baredo, Fiestas de la Cela, años sesenta. Marisa Rodríguez González, Rogelio y María del Carmen Goce Miniño, y una amiga del pueblo. (Archivo Familia Goce Miniño).
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La siguiente fotografía es una muestra más de la cariñosa relación familiar que mantenían los Goce, no sólo entre los mayores, sino también entre los niños.
Baiona, 1953. Los primos María del Carmen Goce Miniño, María Luisa Goce Denis, “Chente” Goce García, y un bebé, seguramente “Carme” Carrillo Goce. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Baiona, “Restaurante La Anunciada”, 1966. Boda de María Luisa Goce Denis y Manuel Fernández. A la izquierda: Rogelio Goce López y Bienvenida Miniño. A la derecha, entre otros: Filomeno Mijón, Flora García, Moncho Goce López, señora Dolores “a portughesa”… (Archivo Familia Goce Miniño).
Baredo, 1965. Bienvenida Miniño, Luisa Goce Miniño y Balbina Miniño Rodríguez.
<<Cuando estaba embarcado mi padre en los sardiñeiros -cuenta su hijo Enrique-, mi madre veía regresar su barco desde nuestra casa de Baredo. Entonces salía hasta el muelle de Baiona a
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llevarle la comida. Andaban tan poco aquellos barcos a carbón, que ella llegaba a pie antes que el barco, y eso que a veces iba acompañada por Angelita, que por entonces tendría unos siete años. Era una época en la que los pesqueros llegaban al muelle a descargar la sardina, reponían provisiones, y de nuevo volvían a salir. A los marineros les daban apenas una hora para ir a comer y ver a la familia. Por cierto que un día de esos, Angelita les dio el gran susto. Conversando entre ellos mientras comía mi padre, se dieron cuenta de repente que la niña no estaba, que no sabían dónde se habría metido. Al final, apareció entretenida con un saco de castañas que había en el muelle. >>
Angelita Goce Miniño. (Foto San José-Vigo. Archivo Familia Goce Miniño).
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1962. Angelita Goce Miniño, en la playa, con bañador negro, junto a unas amigas.
1964. Angelita, a la derecha, y unas amigas, paseando por las fiestas de Bouzas.
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Baiona, Praza de Pedro de Castro, años sesenta. El cabo Rogelio Goce López y el municipal Severino, lucen los elegantes uniformes de verano de entonces.
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Baiona, A Ribeira, años sesenta. Rogelio Goce López, con Severino y Tino.
Baiona, Barrio de San Xoán, años sesenta. El cabo Rogelio Goce, con el albañil Antonio “o portughés” y su nieta política. Delante, la niña Fernanda Arias Goce, hija de Amparo Goce López. Antonio, además de albañil, fue el popular acomodador del ”Cine Avenida” de Baiona durante un tiempo. (Archivo Familia Goce Miniño)
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Baiona, años sesenta. Rogelio Goce, con Francisco, natural de Baiña, y Eliodoro, natural de Mougás. (Archivo Familia Goce Miniño).
Esas motos que aparecen en la fotografía detrás de los municipales, no eran precisamente de la Guardia Municipal de Baiona. En la época de Rogelio no disponían ni de una sola bicicleta para recorrer el municipio en sus funciones laborales. En las tres décadas que vivió como guardia, jamás los municipales tuvieron otro medio de transporte que no fuera el tranvía, y si no lo hubiera a donde iban, no les quedaba más remedio que mover las propias piernas.
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Baredo, Fiesta de la Virgen de la Cela, años sesenta. Rogelio Goce López, bailando con una vecina. (Archivo Familia Goce Miniño).
<<El tío Rogelio tenía un humor bárbaro -recuerda su sobrina Paruca- y era muy buena persona. Mi hermana Moncha lo adoraba. Muchas veces la traía en bicicleta desde Baiona hasta su casa de Baredo. >>
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Baredo, años setenta. Rogelio Goce López, con su amigo Higinio. (Archivo Familia Goce Miniño).
La popularidad de Rogelio en el centro urbano de Baiona, donde ejercía habitualmente como municipal, se hizo extensiva también a Baredo, parroquia en la que vivió desde su boda con Bienvenida Miniño, y en la que se había ganado grandes amistades entre el vecindario.
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Baredo, 1966. Angelita Goce Miniño y Antonio García González, de novios.
Los hijos comienzan a hacerse mayores, y pronto se empieza a hablar de noviazgos en el ambiente familiar. La hija mayor, Angelita, sería la primera en casarse a principios de los años sesenta. Pronto le seguiría Rogelio, que lo haría en 1965; luego vendría la boda de María del Carmen a principios de los setenta, e inmediatamente a continuación, la de Enrique en 1972; poco después se casaría la hermana pequeña, María Luisa.
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Baiona, A Ribeira, finales de los años setenta. El cabo Rogelio Goce López, con sus compañeros Severino y Tino. (Archivo Familia Goce Miniño).
A finales de los sesenta, Rogelio estuvo a punto de fallecer a causa de la agresión de un preso medio loco, que lo cogió por el cuello en la celda del Concello y casi lo mata por asfixia. Este incidente, ya con más de sesenta años, provocó en Rogelio un estado de nervios tan intenso, que se convertiría en una permanente enfermedad que no logró superar.
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Baredo años setenta. Rogelio Goce López, con su nieto Antonio.
Rogelio Goce López fallecía en 1978, a la edad de sesenta y tres años. Su esposa, Bienvenida Miniño Rodríguez, moría en 2001 a los ochenta y cinco.
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Los cinco hijos de Rogelio y Bienvenida se fueron casando, y el apellido Goce seguiría extendiéndose por el municipio de Baiona. La primera en casarse fue Angelita, la mayor de los hermanos, con Antonio García González, vecino de San Pedro de A Ramallosa.
Baredo, Iglesia de Santa María da Cela, años sesenta. Angelita Goce Miniño, la hija mayor, con Antonio García González, en el día de su boda. (Archivo Familia Goce Miniño)
Antonio García González, entre otras ocupaciones, fue un reputado carpintero-ebanista, y en su propia carpintería trabaja en la actualidad su hijo Antonio García Goce. Su otra hija, Marina, está empleada en una céntrica óptica de Baiona.
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Baredo, años sesenta. Atrio de la Iglesia de Santa María da Cela. En el centro, los novios Angelita y Antonio, rodeados de sus padres: Avelino García Rodríguez y Bienvenida Miniño, por la izquierda, y Fina González Prado y Rogelio Goce López, por la derecha. (Archivo Familia Goce Miniño).
Baredo, años sesenta. Asistentes a la boda de Angelita y Antonio, en el atrio de la Iglesia de Santa María da Cela. Además de los novios, entre otros: Rogelio Goce López, Luciano Arias, María Luisa Goce Denis, Rosa Goce López, Dora Carrera, “Kiko” Carrillo Goce, tía Pacífica, Pilar Arias Goce, Flora García y su marido Moncho Goce… y las niñas de delante son Conchi Goce Carrera y Pilar Arias Goce.
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Rogelio Goce Miniño, el segundo de los hijos, nacido en 1942, fue marinero en su niñez y en su primera juventud. Pero después de cumplir el servicio militar en la Armada, decidió emigrar a Suiza, en donde trabajó durante cuarenta años en una fábrica.
Ferrol, 1962. Rogelio Goce Miniño, a la izquierda, cumpliendo el servicio militar por la Armada. (Archivo Familia Goce Miniño).
En 1965, Rogelio contrae matrimonio con María de los Ángeles Rodríguez González, “Marisa”, del que nacen dos hijas, Gladys y Begoña, suizas de nacimiento, y residentes en dicho país.
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O Rosal, 1965. María de los Ángeles Rodríguez González, “Marisa”, y Rogelio Goce Miniño, en el día de su boda. (Archivo Familia Goce Miniño).
Jubilado en la actualidad, 2016, el matrimonio ha fijado su residencia en Castellón, donde es propietario de un apartamento ya adquirido en sus tiempos de trabajador en Suiza. Rogelio Goce Miniño forma parte de ese pequeño grupo de Goces que han abandonado Baiona a lo largo del pasado siglo. De hecho, sus hijas suizas han perdido casi por entero la relación familiar con sus parientes baioneses.
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La tercera de los hijos de Rogelio y Bienvenida, María del Carmen Goce Miniño, se casó en los años setenta con José Ferreira, marinero de buques mercantes desde su pronta emigración a Alemania. No tuvieron hijos. En la actualidad, el matrimonio, una vez jubilado el marido, vive en Baredo, el pueblo natal de ella.
Baredo, años setenta. María del Carmen Goce Miniño y José Ferreira, en el día de su boda. (Archivo Familia Goce Miniño).
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El cuarto hijo de Rogelio, Enrique Goce Miniño, (Baredo, 1950), casado con Olga Pereira López, fue pescador hasta los diecisiete años. Anduvo embarcado en el “Monchito”, de Isaac Esperón, y más tarde en el “Canero”, de la familia Leyenda. Luego emigraría a Alemania, donde trabajó varios años en la marina mercante. Regresa a Baiona en 1975 para ingresar en la factoría de Citroën en Vigo, en la que se jubilaría después de treinta y cinco años de trabajo.
Baiona, 1962. El “Canero”, con catorce marineros, saliendo rumbo a Marruecos a la campaña de la merluza. Duraba dos meses, y en ese tiempo, descargaban el pescado en Algeciras.
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<<En el año 1969 -cuenta Enrique Goce Miniño-, decidí trasladarme a Bilbao, y embarcarme en algún mercante de aquella zona. Sucedió que en el mismo tren me encontré en el pasillo con mi primo Luciano Goce, “Tano”, hijo del tío Emilio, que iba a San Sebastián con un propósito parecido. Él buscaba acomodo en un barco pesquero. Por cierto que “Tano”, compaginando su trabajo de marinero con los estudios, consiguió más adelante sacar allí mismo el “Título de Patrón de Pesca de Altura”. Yo anduve embarcado en un mercante vasco durante un año, hasta que junto a otro primo, acordamos irnos a la aventura a Alemania. Como era necesario contar con un permiso especial para entrar en el país, que no teníamos, fuimos primero hasta Dinamarca, y desde allí pasamos a Hamburgo. Buscando hotel por la ciudad -otra casualidad como la del tren-, nos encontramos de frente por la calle con mi cuñado José Ferreira y su hermano Julio. Charlando con ellos, les comentamos nuestra intención de buscar trabajo en algún mercante. “En el que estamos nosotros, me parece que necesitan gente”, nos dice mi cuñado. Al día siguiente embarcamos en el “Cremon”, un mercante bastante grande que transportaba toda clase de mercancías. >>
Durante un año, Enrique Goce Miniño anduvo embarcado en el buque mercante “Cremon”, de la compañía alemana “H.M.G.”. (Archivo Familia Goce Miniño).
<<Luego anduve otro año en el “Bianka”, y fui pasando por distintos mercantes a lo largo de los siete años que permanecí en Alemania. >> En 1970, ya emigrado en Alemania, Enrique se ve obligado a renovar el pasaporte caducado, y lo gestiona en Génova, en una de las escalas del barco en el que trabajaba. Acudió al Consulado de
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España, donde detectaron que no había hecho el servicio militar, y por lo tanto, no se le podía actualizar el pasaporte hasta que lo hubiera cumplido. Debe regresar a España, es llamado a filas, e ingresa en la Marina. Después de la Jura de Bandera en Ferrol, sería destinado al “Canarias”, buque insignia de la Armada española. Cumpliría durante dieciocho meses el obligatorio servicio militar antes de volver a Alemania.
Ferrol, 1970. Jura de la Bandera.
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1970. El crucero “Canarias”, buque insignia de la Armada, en el que cumplió el servicio militar Enrique Goce Miniño.
Ferrol, 1970. Enrique Goce Miniño, a la derecha, durante el servicio militar en la Armada. (Archivo Familia Goce Miniño).
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Finalizado el servicio militar, Enrique Goce Miniño se casa en 1972 con la guardesa Olga Pereira López.
Camposancos (A Guarda), “Restaurante El Molino”, 11 de junio de 1972. Enrique Goce Miniño y Olga Pereira López, en el día de su boda. (Archivo Familia Goce Miniño).
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A Guarda, 1972. Boda de Olga Pereira López y Enrique Goce Miniño. De izquierda a derecha: “Soli” y “Flori” Goce García, Moncha Goce Denis, los novios, María del Carmen Carrillo Goce “a checa”, Paruca Goce Denis y Toñi Carrillo Goce “o neco”. (Archivo Familia Carrillo Goce).
En una de sus estancias vacacionales en Baiona, en el verano de 1975, la esposa de Enrique, a través de un familiar que trabajaba en Citroën, se informa de que su marido también podría aspirar a un puesto semejante. Cansada de sus grandes ausencias del hogar por motivo de su condición de marinero, insiste en intentarlo, y convence a Enrique para cursar la solicitud de trabajo a la empresa automovilística. Al cabo de unos meses llega la respuesta afirmativa cuando ya se encontraban de regreso en Alemania. Vuelven de inmediato, y a los quince días Enrique ingresa en Citroën Hispania de Vigo. En ella se jubilaría tras treinta y cinco años de trabajo. El matrimonio, residente en la actualidad en la casa familiar de Baredo, tiene dos hijos: Enrique Goce Pereira, trabajador de Citroën en Vigo como su padre, y Belén Goce Pereira, empleada en Eroski-Baiona. Por cierto, “La ventanita del amor” que prepara Belén en la decoración navideña del supermercado, ya es famosa entre clientes y compañeras. El ingenio y el humor de la saga Goce sale a relucir una vez más.
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Enrique Goce Miniño, al timón de uno de los barcos mercantes en los que navegó.
La hermana pequeña de Bienvenida y Rogelio, Luisa Goce Miniño, se casó con Avelino en los años setenta. Tuvieron cuatro hijos: María Luisa, José Avelino, María Soledad y Laura.
Baredo, 1969. María Luisa Goce Miniño, con su sobrino “Toñi” García Goce, hijo de su hermana Angelita. (Archivo Familia Goce).
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IV. Emilio Goce López…
Un suceso tan desgraciado como inesperado truncó una buena parte de la vida de Emilio Goce López -el tercer hijo de Enrique Goce y Concepción López-, cuando apenas comenzaba a dar los primeros balbuceos de su madurez como marinero. Nacido en Baiona en 1916, ya había empezado de niño en casi el único trabajo que se ofrecía en la villa para los chicos. Sucedió que en una mañana de 1935, con diecinueve años, un hombre desconocido le pidió ayuda para descargar una pesada caja de la jardinera del tranvía Vigo-Baiona, estacionado en su parada final delante del puerto baionés. Horas más tarde, la Guardia Civil descubría un cargamento de bombas escondido en la citada caja. Las indagaciones de la Benemérita con los vecinos de la zona dieron por conclusión, cierta desde luego, de que Emilio Goce López había participado en la descarga. Fue enseguida tomado como cómplice, y encarcelado de inmediato. En la cárcel, los guardias le ofrecieron alistarse con urgencia en la Legión para salir del encierro, o quedarse en prisión con todas las consecuencias. Emilio, de primeras, se negó por su evidente inocencia.“ ´Valixiñas´, vai pra Legión, que eiquí vanche matar. Non pasas desta noite”, le aconsejaron sus compañeros de cárcel. Así fue como Emilio Goce López, uno de “os valixas”, ingresó en la Legión y participó activamente en la Guerra Civil española en favor de Francisco Franco. Alcanzó la graduación de sargento, que pudo haber superado en otras circunstancias. Emilio, a pesar de la lejanía, mantenía su noviazgo con Concha Moldes Fernández, natural de Baredo, relación que ya venía de bastante antes de alistarse “voluntariamente” en la milicia. Noviazgo refrendado en sus visitas a Baiona durante los permisos en ese tiempo de militar. - Mi padre recordaba al tío Emilio en una de sus visitas, con el uniforme de legionario, alguna medalla en el pecho, y un pistolón enorme a la cintura - comenta Enrique Goce Miniño que le contaba su padre.
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Algún amigo de Baiona le decía indignado por lo acontecido: ”Valixas”, ¿por qué non os mataches a todos aqueles fillos de puta con o pistolón que levabas?”. Se ve que algunos de los guardias civiles de entonces aún andaban por la villa.
1935. Emilio Goce López, a los diecinueve años, con su uniforme de legionario.
Cuando ya había ascendido a sargento, y tenía todo el papeleo preparado para reenganchar en la Legión, su novia Concha, en la que sería la última visita de Emilio como militar, ya cansada de esperar, le quemó toda su documentación de legionario. Con la pre-
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sión de Concha y de la familia, y aún encima “sin papeles”, “O valixas” se vio obligado a quedarse definitivamente en Baiona. “Mi madre fue la ruina de mi padre -comenta su hijo “Tano”-. Él quería seguir en la Legión”. Se casaron al poco tiempo, y Emilio hubo de retomar su profesión de marinero. En 1952 embarcaba en el “Manuel”, más tarde en el “Nenita”, que al fin abandonaría en 1961 para trabajar en la “Legión”, una gamela de su propiedad; al año siguiente pasa a la “Olga”, otra gamela, y luego a la “Rolín”, una lancha más grande.
Baiona, 1952. Emilio Goce López, en la foto de su primera “Libreta de Marinero”.
El matrimonio se instala en el barrio de O Burgo, y tiene cuatro hijos: Emilio, Luciano, también marineros como el padre, Concha y Vicenta. Una grave obstrucción en el esófago lo lleva a hacerse un reconocimiento a Madrid, viaje en el que lo acompaña don Enrique Pequeño Alonso, párroco de Baiona. El diagnóstico no fue otro que operar, y de la delicada intervención, Emilio ya no saldría. Fallecía en Povisa en 1963, a la edad de cuarenta y siete años. Por su parte, doña Concha Moldes Fernández moría en 1983, a los sesenta y tres años, tras una larga enfermedad.
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Baiona, La Anunciada, años setenta. De pie, Rosa Mary -una amiga de Pasajes-, Manoli y “Tano”. Sentada, doña Concha Moldes Fernández, la madre de “Tano”.
“Faro de Vigo”, 1983. Noticia del fallecimiento de Concha Moldes Fernández, viuda de Emilio Goce López. (Archivo Familia Goce Palmón).
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Luciano Goce Moldes, “Tano”, el segundo hijo de Emilio y Concha, nació en Baiona en 1942. Marinero como su padre, con poca escuela en su formación, en parte por su propia culpa, empieza las labores en el mar a la temprana edad de diez años. Anduvo en las gamelas “Legión”, la primera que tuvo su padre, en la “Olga” y en la “Rolín”, hasta que a los catorce años, en 1956, embarca en el “Getafe”, un pesquero del armador Almuiña, ocupando ya plaza de hombre. Luego pasaría al “Erizana”, al “María de la Esperanza”, al “Manuel”, al “Río Miñor”, al “Pinzón”… y en 1961 regresa de nuevo a la gamela “Olga”. Luego se inscribe en la nueva gamela de su padre, la “Rolín”, en el “Agirol”…
Baiona, 1956. Luciano Goce Moldes, “Tano”, con catorce años, en la foto de su primera “Libreta de Marinero”. Al final de su vida en la mar, llegaría a ocupar tres.
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Es una delicia escuchar a Luciano, “Tano” en confianza, cómo relata la vida de sus padres, de los hermanos, de sus familiares, la suya propia… y cómo cuenta cientos de vivencias que ha pasado en una trayectoria de marinero tan llena de experiencias como larga en el tiempo. Su sorna gallega, su ironía, su sonrisa, cuando no la carcajada… permanecen presentes en la reunión en todo momento. Es un claro exponente de “las bromas de los Goce”, que menciona su prima Paruca como característica de la saga. << ¡Eh!, de titiriteros, nada. Somos descendientes de artistas de teatro -me advierte “Tano” con gesto muy serio. >> <<Temos unha pelambrera parecida -le dice “Tano” a Benito, el marido de Paruca, tan calvo como él. >> <<El otro día me lo recordaba mi primo Enrique. Mucho nos reímos. Resulta que una mañana íbamos los dos por el muelle de Baiona con un caldero de lubinas recién pescadas, y nos encontramos por allí con el señor Mendoza, el presidente del Real Madrid. En esto que se acerca y nos pregunta: “¿Qué lleváis ahí?”. “Lubinas”. “¿Las vendéis?”. “Sí, claro. Nos vendémolas a mil pesetas o kilo, pero por ser pra usted a mil quinientas”. As levou. >> <<En unha ocasión, meu pai fixo unha pesca non moi boiña... Déronlle en Vigo cuarenta duros por ela. Foi a un comercio, comprou unha manta, e alá foron os cuarenta duros… pero se cadra non volveu a ter frío. >> <<Mi abuelo, por parte materna, era de Baredo, y en la época de la guerra andaba por el monte escapado de la Guardia Civil. Cada vez que venía a escondidas a ver a la abuela, al cabo de nueve meses, nacía un nuevo hijo. Me parece que llegaron a tener nueve o diez. >> <<Non sei por qué, eu bebo sólo cerveza sin alcohol, vou casarme de novo o sábado que ven… -decía “Tano” riéndose. Iba a celebrar con su esposa Manoli las “Bodas de Oro”. >> En su amena y fluida conversación, “Tano” va mezclando con gracia el castellano y el gallego, reservando la lengua materna para explicaciones más sentidas, ya fueran de tristezas o de risas. Ahora, en 2016, en la serenidad de “Villa Itziar”, su casa de Baredo delante del mar, nos cuenta con un humor infinito toda una vida… “Vamos a tener para varias sesiones”, nos dice con una amplia sonrisa en el primero de nuestros encuentros.
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1961. El “Pinzón” fue el último pesquero de Baiona en el que anduvo embarcado “Tano” Goce Moldes, antes de trasladarse al País Vasco. En la fotografía, varios de sus compañeros: Señor Ramón, Negrín, Mauricio, “Tanano” Goce, Machinango…
En 1965, “Tano” Goce Moldes decide irse a Pasajes (San Sebastián). Por entonces, la pesca en Baiona estaba dominada por cuatro armadores, y según él, “aquí no había nada que hacer”. Allí anduvo embarcado en numerosos barcos, y fue durante esa estancia en aquel pueblo guipuzcoano, cuando alternando con el trabajo, consiguió sacar el “Título de Patrón de Pesca de Altura”, “algo que nunca en mi vida había soñado en poder lograr”. El “Santichu”, el “Larra”, el “Río Galdiz”, el “Arzabal”, y el “Isla de Gaztelu”, fueron sus primeros pesqueros en Pasajes. Andaban a la merluza. Enseguida coge fama de buen pescador, y era más conocido en el pueblo por “el rey de las merluzas” que por su propio nombre. Luego, debido a la grave enfermedad de su madre, regresó temporalmente a Baiona, y pasó una época alternando cortos embarques en su tierra, con otros más largos en Guipúzcoa. En una de estas ocasiones, intentando enrolarse en un pesquero de Vigo, se entrevistó con el armador. Le ofreció unas condiciones tan mezquinas, de auténtica esclavitud, que “Tano” se revolvió y le dijo: “¿Y usted, con lo que paga, tiene gente para la mar? “. El armador se puso furioso, y no acabaron a piñas por muy poco.
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<<En Pasajes trataban con mucha más consideración a los marineros -explica “Tano”-. Un ejemplo: las “cocochas” de las merluzas, que eran y son muy valoradas, se las cedían a los marineros. Nosotros casi ganábamos más al venderlas que el sueldo que nos pagaban. >> También le propusieron en Vigo embarcarse para el Gran Sol, “a fosa dos mortos”, como le llamaban en O Berbés. Tres meses de campaña, en unos barcos viejos de madera, en medio de continuos temporales… Se jugaban la vida cada día. Entre estas alternativas rechazadas, en 1966 embarca en Baiona de patrón en el “Aragón”, más tarde en el “Bernardina” y a continuación en el “Julio Bueno”. Se traslada de nuevo a Pasajes para embarcar en el “Mar de Irlanda” y en el “Manuel Echevarría”. Vuelve al “Aragón” de Baiona, al “Rosarito”… y en 1968 regresa al pueblo guipuzcoano para ingresar sucesivamente en el “Virgen de Lourdes”, “Punta Sabinal”, “Punta Alcazar”, “Myrdona A”, “Jositán”, “Virgen de la Torre”, “Cristo de Candás”, “Francisco y Begoña”, “Ondartxo”, “Artegorri”, “Monturiol”, “Atalo”, “Lerchundi Tomás”, “Capredi II, “Corrubedo”, “Mar 26”… y asentarse en Pasajes hasta 1975. <<De aquellos años -cuenta “Tano”-, tengo un especial recuerdo para Manuel Prego, natural de Corrubedo, Patrón de Pesca de Altura, con el que anduve embarcado en sus pesqueros “Jositán”, “Caprevi I”, “Caprevi II” y “Corrubedo”. Se había quedado con alguna deficiencia física a raíz de una desgraciada caída desde una pared en la que trabajaba. Ahorró con un gran esfuerzo el dinero necesario para pagar sus estudios, y al fin consiguió sacar el título de patrón. Con gran mérito personal y a pesar de su minusvalía, logró rehacer su vida, y seguir saliendo de patrón de pesca en los barcos de la familia, Él fue mi verdadero maestro, el que me enseñó todo. Y lo más importante: ha sido la persona a la que debo mi título de “Patrón de Pesca de Altura” por el permanente ánimo que me dio para estudiar y conseguirlo, algo impensable para mí durante mis anteriores treinta años de vida. Más adelante logré algún título más, como el de “Radiotelefonista”, el de “Patrón de Yates”… >>
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Título de “Patrón de Pesca de Altura” de Luciano Goce Moldes, conseguido en 1972 a los treinta años de edad. (Archivo Familia Goce Palmón).
<<No debo olvidarme también del profesor Jesús Lasheras Mercadal, director de la Escuela de Pesca, que me ayudó y animó desde la misma escuela a persistir en mi esfuerzo para obtener el título. >>
1990. Título de Luciano Goce Moldes de “Patrón de Yate”.
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Y fue en Pasajes donde “Tano” conoció a su futura esposa, Manoli Palmón Toimil, natural de Mugardos (A Coruña), e hija de marinero, que como él, había ido a buscar mejor suerte en la localidad guipuzcoana. <<Me casé muy joven, con tan sólo diecisiete años -explica Manoli-. Nos vinimos a casar a Baiona. Tenemos cuatro hijos: Iván, Anabel, Emilio“Milo”, e Itziar. Todos ellos nacidos en Guipúzcoa. >>
San Sebastián, principios de los años sesenta. “Tano” y Manoli, de novios, en una fotografía de barraca de feria. (Archivo Familia Goce Palmón).
Manoli nació el 22 de octubre de 1949, y aunque gallega de nacimiento, se trasladó a San Sebastián con su familia al año y medio de nacer. Se le puede considerar por lo tanto como casi guipuzcoana. Su padre era marinero, y desde el puerto de Mugardos, ante la precariedad del trabajo, se fue a buscar fortuna a tierras vascas. Anduvo de motorista durante muchos años en varios pesqueros de Pasajes. Por entonces, los barcos de esta localidad andaban “al arrastre” a la merluza, por el Gran Sol, la costa de Francia, la costa gallega, hasta bajaban a veces hasta las Islas Cíes y hasta la costa de Portugal.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 17 de septiembre de 1966. Boda de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. A su izquierda, Antonio Vilar Montero “de Mauricio”, y su esposa Rosa Pereira Santos. Delante, Antonio Carrillo Goce, “o neco”, un primito que llevaba las arras. (Archivo Familia Goce Palmón).
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1966. Boda de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. De izquierda a derecha: Antonia y María del Carmen Palmón Toimil, hermanas de la novia, José, esposo de María del Carmen, los novios, Concha Moldes, y los padres de la novia, Carmen Toimil y Manuel Palmón. Delante, Toñito “o neco”, con las arras. (Archivo Familia Goce Palmón).
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1975. Manoli y “Tano”, viniendo de Canarias a Vigo a bordo del “Naután”.
Baiona, A Ribeira, 1977. “Tano” y Manoli, con sus hijos. A la izquierda, Emilio “Milo”, subido de pie en la barandilla; en el centro, el rubio Iván, intentando subirse como su hermano mayor; y a la derecha, Itziar, sentada como sus padres.
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Al volver a Baiona en 1975, “Tano” embarca, esta vez ya de patrón de pesca, en el “Lestón” de los Maciel. Iban hasta las Islas Salvajes a pescar mero “al palangre”. <<Y pescábamos bien. Más que islas, son unos arrecifes, situados entre el Archipiélago de Madeira y las Islas Canarias. Pero me llegué a aburrir. El barco era muy poca cosa, y a veces nos cogía el viento de tal manera que parecía desde el puente que nos iba a llevar por los aires. Lo dejé. >>
Las Islas Salvajes, entre el archipiélago de Madeira y las Islas Canarias.
<<Del “Lestón” pasé a pescar en las Islas Canarias “al arrastre”, y al final acabé en Mozambique pescando langostino y gamba. >
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“Faro de Vigo”, 1978. Entrevista a Luciano Goce. (Continúa página siguiente…)
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<<Mi padre nos llevaba a pescar en la gamela siendo muy niños -cuenta Tano-. Yo con ocho años, y mi hermano Emilio con dos más. Una mañana de aquellas, ya rompiendo el día, mi padre nos mandó a dormir en el fondo de la barca, mientras él remaba cara a Baiona. Traíamos una buena pesca, y se ve que de la caixonada donde se almacenaba el pescado, saltó un congrio bastante grande. El caso fue que al llegar a puerto, yo desperté abrazado a aquel congrio, que incluso pudo haberme mordido. >> Preguntado por el periodista en su casa de Baredo, “Tano” habla del apodo familiar de “os valixas”, de su origen, y de la conversión de un clan de actores de teatro en una saga de buenos pescadores… aunque también aclara que en todas las obras de teatro de aficionados representadas en Baiona, siempre aparece algún Goce entre el elenco de artistas. <<Tuve muy poca escuela, porque el maestro de Baiona me trataba demasiado mal. Hasta que un día, ya aburrido, no volví más. Por eso, que aún ahora, me parece imposible que hubiera conseguido sacar el título de “Patrón de Pesca de Altura”. En esto me ayudó mucho un profesor, don Jesús Lasheras Mercadal, director de la Escuela de Pesca de Pasajes, que había sido capitán de submarino, y fue expulsado de la Armada por negarse a matar durante la guerra a españoles como él. >>
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<<En 1980, andábamos en el “Amasua Cuatro” por Mozambique a la pesca del langostino y de la gamba. Hubo un día que viramos de repente, y en la maniobra cogimos un banco. Llenamos el barco de langostino negro. Pescamos más de dos mil cajas. Por entonces ya empezó a molestarme la pierna. Me producía tanto dolor que no era capaz de dormir más de dos horas seguidas. Una mañana, el jefe de máquinas, viéndome tan mal, me echó prácticamente del barco para que me cuidara. Yo andaba subyugado por la pesca, no pensaba en otra cosa. Me había costado tanto trabajo llegar a aquella posición de patrón, que no me preocupaba en absoluto de mi pierna. Le expuse el problema a la armadora, me sacaron billete de avión en Maputo -antes conocida por Lourenço Marques-, y regresé a Baiona. Al poco tiempo de llegar, me atendió en Povisa el doctor Castromil. Comenzó a tratarme, y como es natural, me prohibió tajantemente seguir embarcado. Pero yo le insistí tanto, tanto… que al final me dio la autorización. “Si tomas estas pastillas y no fumas nada, te voy a dar permiso para volver… y a ver cómo va la cosa.” Yo andaba en aquella armadora -Compesa se llamaba, con base en Huelva- saltando de barco en barco, pero tras un tiempo con ellos, me había ganado la total consideración de los jefes, y ya me tenían destinado un barco nuevo para mí, recién salido del astillero. Al cabo de un mes ya no aguanté más y tuve que regresar a Vigo. No tuvieron más remedio que amputarme la pierna por falta de circulación. Me operaron seis veces. Fue en 1981, y tenía treinta y nueve años. Entre la armadora y mis compañeros, me enviaron más adelante un millón de pesetas de ayuda. Pero hubo uno, precisamente de Baiona, que al ser preguntado si daba algo para ayudar a “Tano”, respondió que ya lo arreglaba aquí personalmente conmigo. Del “amigo” nunca más se supo. >> Pasado algo más de un año desde la pérdida de la pierna, en noviembre de 1983, Luciano Goce Moldes, “Tano”, envía una carta abierta al “Faro de Vigo”, en la que da cuenta del gesto solidario que con él habían tenido la armadora andaluza y sus compañeros de mar.
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Antonio “de Mauricio”, corresponsal de “Faro de Vigo” en Baiona, publica parte de la carta abierta que Luciano Goce Moldes, escribió a sus compañeros y a la empresa “Compesa” de Huelva, tras la perdida de una pierna por enfermedad.
Cuenta “Tano” que los armadores de Huelva le tenían un gran afecto. “Cuando te pongas la prótesis, te vienes de nuevo a pescar aquí.”, le decían al poco tiempo de ser operado. Pero “Tano” ya nunca quiso volver.
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En junio de 1984, “Faro de Vigo” edita un especial dedicado a América del Norte, destino que había sido de muchos gallegos emigrantes a lo largo de todo el siglo. Se escribe sobre las ciudades y pueblos más destacados de Galicia, sus actividades, los emplazamientos turísticos de mayor relevancia… En el turno de Baiona, el corresponsal Antonio “de Mauricio”, publica varias entrevistas, y entre ellas, un comentario sobre dos “lobos de mar”, uno viejo, Pepe “o Caringa”, y uno joven, Luciano Goce Moldes.
1984. Especial de “Faro de Vigo” dedicado a América del Norte.
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Antonio “de Mauricio”, corresponsal del “Faro de Vigo” en Baiona, publica este reportaje en el “Especial América´84”, en el que menciona a Pepe “o Caringa” y a Luciano Goce Moldes como auténticos “lobos de mar”.
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<<Una noche de invierno, con un fuerte temporal, oímos desde la cama un ruido extraño, ahí enfrente, en las rocas, que se repetía una y otra vez… Me di cuenta que tenía que ser de un velero, ya que era ese sonido característico de los “stays” de las velas golpeando en el palo cuando hace mucho viento. Nos levantamos para ver que ocurría, y ya mi hijo vio por la ventana acercarse a un hombre. “Papá, viene un hombre”, me dijo. Venía andando sobre las peñas, y el velero se veía en el mar completamente destrozado. El temporal lo había estrellado contra las rocas. Se trataba de un navegante solitario. >>
1985. Carta de agradecimiento del Consulado Británico en Vigo a la familia Goce Palmón por su comportamiento con el náufrago inglés.
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<<Estuvo en nuestra casa cerca de un mes. Se había quedado sin documentación, sin dinero, sin ropa… Lo acompañamos a Vigo al Consulado Británico, que ya se hizo cargo de solventar la situación. Se trataba del súbdito inglés Johan Louis Luhnenschloss, propietario del yate “Amik”, de Rochester, Inglaterra. >> ”Tano” contabiliza en su vida cinco salvamentos en los que había participado. Y no contaba uno en el que lo salvaron a él y a sus dos acompañantes.
Baiona, años ochenta. “Tano”, remando por la bahía, junto a su tío Enrique Goce.
<<Una mañana temprano, a las seis -cuenta Tano-, nos fuimos a pescar lubina en la ghamela “Iris”, de mi primo Enrique Goce Miniño. Nos acompañaba también su hijo Enrique, un chaval de diecisiete años. Nos desplazamos hasta A Boeira, y al cabo de unas horas, el mar se picó tanto que decidimos regresar a Baiona. Pero un fuerte golpe de mar nos echó a las rocas, chocamos contra los bajos de A Boeira, y la ghamela quedó varada. No tuvimos más remedio que echarnos al mar y alcanzar el islote a nado. Las embarcaciones que faenaban por allí dieron aviso a la Ayudantía de Marina de Vigo, que enseguida envió una “zodiac” de la Cruz Roja a rescatarnos. Cuando llegó la “zodiac”, con dos chicas muy jovencitas a bordo, tuvimos los náufragos que cuidar más de ellas, que ellas de nosotros. No tenían ni idea, y se estaban poniendo en verdadero peligro, tanto que hasta iban a perder el motor. Yo, que ya estaba sin una pierna, me dejé caer rodando hasta el mar, y luego desde allí subí a la “zodiac”. Al final llegamos sanos y salvos a Vigo. >>
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1990. Información de Vicente Montejano sobre el accidente de los Goce en el islote de Boeiro, cerca de las Illas Cíes. (Archivo Familia Goce Palmón).
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<<En otra ocasión -cuenta “Tano”-, en 1975, eran las doce de la noche, y se encontraba el “Lestón” arrimado al muelle de Baiona, preparándose para ir a Vigo a descargar el pescado. Y en esto, que se cae un hombre al agua entre el barco y el muelle. Resultó ser el señor Angelito, un compañero de bastante edad. Me tiré inmediatamente al mar, vestido como estaba, con un “chicote” en la mano, y con el temor, por un lado, de que no supiese nadar, y por otro, de que se hubiera golpeado al caer contra el casco o el muelle. Lo cogí en muy mal estado, estaba medio desvanecido, y lo llevé arrastrando hasta las escaleras, ayudándome del “chicote” para separar el barco del muelle. Un minuto más y se ahoga. >> Con su clásico humor, “Tano” salta en la conversación de un tema a otro sin apenas pausa, y tan pronto habla de un salvamento, como de una buena marea, como de cualquiera de los cientos de anécdotas que ha pasado en su vida… ya fueran de risa o de pena… <<Una mañana de aquellas, en la “Escuela de Pesca de Pasajes”, el profesor de Meteorología al entrar en una de sus clases, se dirigió a un alumno -un amigo de Corrubedo- y le preguntó: “Sí, sí, usted. ¿Cómo se llama usted?”. “¿En vasco o en castellano?, le contesta el rapaz. “¡No, no, en castellano! “, responde contundente el profesor. “José Román Ageitos”… El profesor toma nota en sus libretas… pero al cabo de un rato le pregunta intrigado: “¿Y en vasco?”. “Josechurro Romainandía Ageistosguirre”… La clase explotó de la risa… A José “o pequeno”, apodado así por bajito, le sobraban ocurrencias, a cada cual más simpática. >> << ¡Y dices que cheghamos con medio barco a terra!... ¡pero cheghamos! -le contesta “Tano” a su esposa-. Ocurrió en el “Corrubedo”, un barco de Pasajes de 1.300 caballos, en el que andaba de patrón. Me había traído conmigo de Baiona a Toño “o checo” y a su hijo, “o neco”. Peghou tan forte o temporal, que reventou las ventanillas del puente, y se le incrustaron a “O checo” todos los cristales en la cara. El pobre cheghou feito un Cristo, con todo el rostro ensangrentado… >> <<Cuando me dieron el título de “Patrón de Pesca de Altura”, me encontraba embarcado en alta mar, y me gritó el patrón desde el puente: “¡Luciano! Hay un mensaje para ti. Estás aprobado”. Cuando desembarcamos al cabo de unos días, entramos en el bar “José Mari”, y le acabamos con todo el champán. >
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Faro de Cabo Silleiro, 1975. Manoli y “Tano”.
Faro de Cabo Silleiro, 1975. Entre otros: Antonio “de Mauricio”, Rosa Santos Pereira, “Tano” Goce, Lito Vilar Montero -sargento de la guarnición de Cabo Silleiro-, Manoli Palmón… (Archivo Familia Goce Palmón).
<<En esta pequeña excursión al Faro de Cabo Silleiro -cuenta Manoli Palmón- nos atendió el sargento del destacamento, Lito Vilar Montero, hermano del baionés Antonio “de Mauricio”, muy amigo nuestro. Recuerdo que al pasar por delante de los cañones del destacamento, cogió a mi hijo Emilio, que tendría seis añitos, y lo metió por la boca de un cañón como para dispararlo. Le dio un buen susto al rapaz. >>
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Faro de Cabo Silleiro, 1975. Entre otros: Rosa Mary, “Tano”, Manoli Palmón, Rosa Pereira Santos, Antonio “de Mauricio”, Lito Vilar Montero, Mary Carmen, Manolo, los hermanos Pili, Mariví, Guti y José…
<<En una ocasión me encontraba tan cansado -cuenta “Tano”-, que mientras nos trasladábamos a Vigo a vender el pescado, me quedé completamente dormido dentro da caixa dos xurelos. Os peixes hicieron de colchón todo el viaje. Me despertaron cuando estaban ya en O Berbés descargando el pescado. Por poco voy yo en el medio de os xurelos. >> Los muchos patrones que tuvo “Tano” en Pasajes, le insistían uno tras otro en que debía sacar el título de patrón, que él valía para eso. “No sé que me veían -recuerda-, que me ponían la cabeza como un bombo, y yo no me consideraba con preparación suficiente para estudiar”. “Tano” se quejaba siempre del maestro que había tenido en la escuela de Baiona que lo trataba mal, lo humillaba… “A ver, el burro de la tercera fila…”, le decía. Hasta que una mañana decidió no volver, desapareció de la escuela. Nadie se enteró en su casa, pero un día el maestro encontró a su padre por la calle y le dijo: “Oiga Goce, ¿por qué no viene su hijo a la escuela?”. “¿Cómo que no va a la escuela? Va todos los días”. Por eso a “Tano” nunca se le pasó por la cabeza que podría sacar un título alguna vez. Luego se demostró que el “burro” no lo era tanto, y que la razón la llevaban los patrones. “Dos sesenta e sete que sacamos o título, eu fun o número dous”.
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Sabarís, años setenta. “Bodegón Miniño”, de Manolito Pousa González, que sirve un vino a Luciano Goce. Detrás, Rosa Mary -una amiga de San Sebastián- y Manoli Palmón, de espaldas. (Archivo Familia Goce Palmón).
Sabarís, años setenta. En la bodega de Manuel Pousa González. De izquierda a derecha: Manoli Palmón, Rosa Pereira Santos, Rosa Mary y Marita “a do forno” -esposa de Óscar Carreño-. (Archivo Familia Goce Palmón).
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Baiona, años setenta. Manoli Palmón, “Tano” Goce y Rosa Mary, la amiga de San Sebastián, en una rampa del muelle. (Archivo Familia Goce Palmón).
Vigo, Montero Ríos, años setenta. “Tano” Goce, Antonio “de Mauricio”, Rosa Mary y Manoli Palmón, de paseo por la ciudad. (Archivo Familia Goce Palmón).
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Años setenta. Fotografía del “Libro de Familia”. Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes, con sus hijos: Iván, Anabel, Emilio “Milo” e Itziar.
Ninguno de los hijos de Manoli y “Tano” fue marinero, rompiendo así las tradicionales costumbres familiares. El mayor, Iván, lleva veinticuatro años trabajando en el Club de Yates de Monte Real, pero no como marinero ni cuidador de barcos. El otro hermano, “Milo”, sacó el título de “Patrón de Litoral”, pero nunca ejerció. Anda de camionero en una empresa de transporte. Las mujeres tampoco han tenido marineros en sus relaciones de pareja. Las nuevas generaciones de los Goce, lo mismo que la mayoría de los baioneses, han apartado por completo el oficio de pescador de sus proyectos laborales. Seis nietos le han dado sus hijos a Manoli y a “Tano”: Nerea y Vera, de Iván; Alejandro, de Anabel; Rubén y Lorena, de “Milo”; y Yago, de Itziar. Sus familias viven por la comarca, menos Anabel que emigró a Alemania. Y manteniendo los genes de artistas de la familia, Nerea estudia guitarra en la “Escuela de Música Municipal de Baiona”, y Lorena, recibe clases particulares de percusión y de piano que le imparte un primo. Ésta nieta también parece que canta muy bien, de hecho ya la reclaman para el coro del colegio. Rubén trabaja en “Telemariñas”, el periódico digital de noticias de O Val Miñor y O Baixomiño, con sede en Mougás, donde vive con sus padres. Yago, que reside en Nigrán en la casa paterna, estudia bachillerato, es el informático de la familia, y el que le resuelve a la abuela los problemas con su ordenador.
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Iglesia de O Bao, Coruxo, 1995. Boda de Itziar Goce Palmón y José Ramón Otero. De izquierda a derecha: Benito Pérez, Toñi “o neco”, Rosa Goce López, Enrique Goce Miniño, los novios, Carlos González, Moncha Goce Denis, Olga Pereira y Amparo Goce López. Abajo: Paruca Goce Denis.
Iglesia de O Bao, Coruxo, 1995. Moncha Goce Denis, Rosa Goce López, la novia Itziar Goce Palmón, Amparo Goce López, Paruca Goce Denis y Olga Pereira -esposa de Enrique Goce Miniño-. (Archivo Familia Goce Palmón).
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Bahía de Baiona, 1993. Saliendo a recibir a la réplica de la carabela “La Pinta”, que llegaba procedente de un astillero de A Guarda. Delante, Manoli Palmón y Enrique Goce López. Detrás, Luciano Goce y Benito Pérez.
Arcade, 1991. Al regreso del entierro del político Pio Cabanillas Gallas, fallecido de un infarto, la comitiva de Baiona se detiene a tomar un refrigerio. Entre otros: Antonio “de Mauricio”, Rosa Pereira Santos, Luciano Goce, Manuel Copena “Nolete”, Manoli Palmón, Rosa Mary -la amiga de San Sebastián- el alcalde de Gondomar, “Chicho” Rodríguez Quintas, el alcalde de Santa María de Oia…
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Baiona, Calle de Elduayen, años setenta. José Carlos Comesaña -marido de María del Carmen-, “Tano” Goce, Manoli Palmón y María del Carmen Carrillo Goce, “a checa”, con su hijo delante. (Archivo Familia Goce Palmón).
<<Era tanto el esfuerzo que hacíamos de marineros -recuerda “Tano”-, tantas horas seguidas de trabajo intenso… que mira lo que me pasó en una ocasión embarcado en una antigua “vaca”. Entramos a comer, y el cocinero nos tenía preparada una tarterita de barro con salmonetes pequeñitos, con patatitas, muy rico… ”¡A ver, esto pra os vaghabundos!”, nos recibía siempre metiéndose con nosotros. Éramos tres poceros… Ese día me quedé dormido, así sentado como estaba, con un salmonete entre los labios… Llegábamos reventados, extenuados… Y así todas las jornadas de trabajo. Iba a otro barco, y me pasaba lo mismo. Llegó un momento que me dije: “Toda la vida vas a vivir así…” Y fue cuando empecé a estudiar para patrón… que también había que trabajar mucho, pero de una manera distinta. Cuando saqué el “Título de Patrón de Pesca de Altura”, ya conseguí trabajo en la misma escuela. Me cedió su puesto aquel amigo, Josechurro Romainandía Ageistosguirre, que lo dejaba porque a él le ofrecieron un barco más grande. Le dijo por telefonía a los armadores delante de mí: “No busquéis “Pesca”, que lo tenéis a bordo”, refiriéndose a mi persona. Yo estaba de “Patrón de Costa”, y con tal motivo me quedé de “Pesca”, puesto en el que se
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ganaba bastante más dinero, el 10 % de la pesca, mientras que el de “Costa” se limitaba a un buen sueldo. Hice varias mareas con aquel barco, hasta que un día llegamos a puerto con una buena pesca, y yo iba bastante contento. Llevábamos unas cien cajas de merluza, besugo, jurel a montones… Cuando entregué la nota de pesca en el muelle, noté una conversación entre los armadores que no me gustó, y en aquel mismo momento ya me aparté de ellos. Me fui todo disgustado, y por el camino me di cuenta de que me había olvidado la bolsa, con pescado, ropa sucia, mis enseres personales… Al volver para recuperarla, estaba atracando el “Caprevi”, y como eran conocidos, me paré a saludarlos. José Prego, el dueño y patrón, me preguntó: “Y tú, ¿qué?”. “Yo tengo que buscar vida, que me han despachado”. “¿Despachado? Con esa marea que fiseches, ¿despacháronte?”. Después me enteré que había uno de Corrubedo que andaba metiendo cizaña por detrás, porque quería para él aquel puesto de “Pesca”. Pero ese barco era un barco difícil, a mí no me gustaba, y de hecho, al cabo de un mes o dos vinieron a buscarme a casa, y yo les dije que no. Preferí seguir de “Patrón de Costa” en el “Caprevi”. Luego, una tarde de aquellas, me anunció el “Pesca”, “o demiño” le apodaban, que se iba de vacaciones veinte días. A mi me llamaba siempre “capitán” o “Lucien”, Luciano en francés. Yo venía observando que iba hasta el Canal de Cabretón, a hora y media de Pasajes, y elegía para “largar” una zona bastante rocosa, que de no seguir bien el rumbo, rompía los aparejos. Pero él la conocía al dedillo, y yo conseguí dar con el sitio y con la maniobra adecuada. En un lance de cuarenta minutos “al arrastre”, se cogían cuarenta o cincuenta cajas de merluza fresquita. Durante un par de meses batí todos los records económicos del barco. >> Después de verse obligado a abandonar el mar, “Tano” siguió pescando por la zona de Baiona, pero ya en plan de aficionado. “Pesca deportiva”, define el viejo lobo de mar. Es evidente que su vocación de pescador aún se mantenía viva, y su olfato para dar co peixe lo conservaba intacto. Siempre tenía voluntarios para acompañarlo en sus salidas “deportivas”, o bien lo invitaba a ir en otras embarcaciones.
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<<Una mañana, mi primo Enrique y yo, salimos a pescar en su planeadora por la zona de O Lobo. Esta embarcación resultaba estupenda para pescar en lugares rocosos. Mi primo era un excelente pescador de caña, y lo dejé en unas rocas por la parte de tierra de O Lobo. Mientras esperaba en la lancha, me pareció oír voces de socorro. Me acerqué un poco a donde estaba Enrique, y a gritos le pregunté si él también las había escuchado. Me confirmó que sí, y entonces con la planeadora me fui metiendo con mucho cuidado entre las rocas, yo las conocía bien, y sabía cómo batía el mar en ese lugar, hasta que encontré al hombre desesperado encima de unas peñas. Lo fui tranquilizando mientras me acercaba, le grité que siguiera hablando para orientarme, y le dije que ya iba en su ayuda.
Parte de la toponimia de Cabo Silleiro, de Xosé Lois Vilar.
El hombre, marinero del Club Náutico de Panxón, había llevado a un socio a las Illas Cíes, y al regreso se había quedado sin gasolina en su lancha. El mar fue arrastrando la embarcación hasta las mismas rocas de O Lobo. Llevaba allí toda la noche, y ya estaba en las últimas, completamente asustado, y casi sin fuerzas. Entre tanto, apareció en auxilio la lancha de la Guardia Civil, que tenía demasiado calado como para poder acercarse al náufrago. Así que yo lo recogí, lo metí a bordo, y lo trasladé enseguida al barco de la Guardia Civil, donde ya le atendieron. Luego, entre Enrique y yo, rescatamos la lancha de aquel hombre, y la llevamos remolcada hasta Baiona. >>
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Baiona, años dos mil. Su última lancha, “Tere”, fondeada cerca del muelle.
En 2007 hizo “Tano” una de las últimas salidas en su lancha “Tere”, acompañado de unos amigos que se lo habían pedido. Pescaron por la zona de las Estelas, por Cabo Silleiro, por las Cíes… por lugares tan familiares para él como su propia casa.
2007. “Tano” Goce Moldes, pescando por Cabo Silleiro en la lancha “Tere”.
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En septiembre de 2016, el matrimonio Luciano Goce Moldes y Manoli Palmón Toimil, celebra sus “Bodas de Oro” en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona. Rodeados de sus hijos, nietos, familiares y amigos, revivieron el acto religioso en la misma iglesia de 1966.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2016. “Bodas de Oro” de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. Los novios, con sus padrinos de boda: Rosa Pereira Santos, viuda de Antonio “de Mauricio”, y José Vilar Pereira. (Archivo Familia Goce Palmón).
Después del acto religioso, los invitados se trasladaron al ”Restaurante Rocamar” en Baredo, donde disfrutaron de una entrañable reunión, alrededor de un suculento y copioso almuerzo. “Luciano, ¿cuándo ponen la comida?”, le dice un invitado en tono jocoso, después de hincharse de marisco, de pescado, de carne… <<Vino toda la familia -comenta Manoli- y amigos de Baiona, de Vigo, de A Coruña... Estuvo la hija de Corina Porro y su marido, con sus dos hijitas que yo eduqué como si fueran mías. Dicen ellas que soy su “segunda abuela”, y yo digo que son “mis nietitas”. Sólo faltó mi hija Ángela y su hijo Alejandro, que residen en Alemania. >>
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2016. Foto de Familia de las “Bodas de Oro” de Manoli Palmón Toimil y Luciano Goce Moldes. De izquierda a derecha: Itziar Goce Palmón, su hijo Yago, Emilio Goce Palmón, Manoli, Carla -una de las “nietitas” de Manoli-, Rubén -hijo de Emilio-, Luciano, Iván Goce Palmón, su hija Vera, Lorena -hija de Emilio-, Nerea -hija de Iván- y Mary -la mujer de Iván-.
Ahora, a finales del 2016, en la tranquilidad de “Villa Itziar”, con el mar y el batir de las olas delante, descansa el matrimonio con los recuerdos del “viejo lobo de mar”, y la irrupción frecuente de alguno de sus seis nietos. Atrás quedaron los padres, los hermanos, los años de niñez y juventud en Baiona, Pasajes y Guipúzcoa, los mares del mundo en los que pescó, las múltiples anécdotas, sus compañeros… En esos momentos de reflexión, confiesa Manoli que regresaron a Baiona por la morriña insufrible de “Tano”. Luego, una vez en su tierra, estaba mucho más tiempo en la mar que en casa, “y era yo la que soportaba mal sus ausencias”. <<Nos encontrábamos muy bien en Pasajes -recuerda Manoli-. Teníamos buenas amistades, y Luciano estaba considerado como un gran patrón. Yo, cuando llegamos a Baiona, eché mucho de menos a Pasajes y a San Sebastián. Su nivel económico, la cultura y la forma de vivir de sus gentes… Y eso que eran los momentos
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más difíciles de ETA… aunque nosotros en ese aspecto no tuvimos problemas… >> “Tano” interrumpe a su esposa en ese momento, y recuerda enseguida algo que les pasó. <<La Guardia Civil nos paró en dos ocasiones yendo de Pasajes a San Sebastián. En ambas iba sin carnet de identidad, y tuve que explicarles que era marinero, que se acercaba con su esposa a la capital a disfrutar de su pequeño descanso con los amigos… Para que comprobaran la veracidad de mis palabras, les enseñé las palmas de las manos, tan encallecidas que podía clavar una punta con ellas… “¡Adelante!”, me dijeron… Mis manos fueron el mejor carnet de identidad. >> Manoli, en la reflexión sobre sus nostalgias de San Sebastián, me explica que ella era gallega tan sólo de nacimiento, y que a pesar de que iba todos los veranos a Mugardos, vivía en Guipuzcoa desde que tenía menos de dos años. Se consideraba guipuzcoana. <<Pero eso sí, lo que nunca sabremos es si la vida nos hubiera ido mejor allá, no sólo a nosotros, sino también a nuestros hijos. >>
Baiona, 2007. Luciano Goce Moldes, en una de sus últimas salidas de pesca deportiva, con A Goeira de fondo. (Archivo Familia Goce Palmón).
<<Si no hubiera perdido la pierna, me hubiera hecho millonario como patrón. Yo disfrutaba pescando… y pescaba bien. Batía todos los records de pesca de los barcos donde andaba. Era mi vida. A mí, los meses en el mar se me pasaban volando. Pero mi mujer, aquellas ausencias tan largas no las llevaba demasiado bien. >>
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<<Te voy a contar la última anécdota -me dice “Tano” a modo de despedida, con una amplia sonrisa en la boca-. Mi suegro, Manuel Palmón Filgueiras, antes de casarse, pasó una temporada en Nueva York aconsejado por su hermano, que tenía allí un restaurante y un hotel. No se entendió bien con él, y al cabo de un tiempo se separó de aquella ocupación que le proporcionaba. Fue entonces cuando durante unos meses trabajó de chófer para Al Capone sin saberlo. Repartía whisky por toda la ciudad, y se enteró de su situación porque le cogió una redada de la policía. Dejó la banda de inmediato y regresó a Mugardos. Al Capone acabó con su aventura americana. >> “Ya apareció mi última “Libreta de Marinero”. Contiene media vida mía”, me dice Luciano al marcharme.
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V. Las hermanas Goce López…
De los diez hijos de Enrique Goce Fernández (Ares-A Coruña, 1884) y Concepción López Castro (Baiona, 1892), nacidos todos en Baiona, se tiene una buena información. Algunos dejaron más huella que otros en la villa, pero suelen aparecer con mayor o menor asiduidad en las fotografías familiares. Se sabe que María Luisa Goce López, la mayor de los hermanos, nacida en 1914, falleció joven, dejando dos hijos, Carmiña y Eduardo. Enrique, su padre, la había enviado a Buenos Aires a vivir con un pariente residente allí, a fin de separarla de un baionés que la cortejaba y que a él no le gustaba. Eduardo Álvarez “o caldeireiro”, que así se llamaba, se embarcó a escondidas detrás de Luisa, y se encontraron de nuevo a lo largo del viaje, por entonces de más de veinte días de duración. Acabaron casándose en Argentina, donde nació su primera hija, Carmiña. Poco tiempo después regresaron a Baiona, y tuvieron el segundo hijo, Eduardo. <<Mis dos hermanos Emilio y Rogelio habían combatido en la Guerra Civil en bandos distintos -cuenta Amparo Goce, la hermana pequeña-. Al finalizar la contienda, 1939, celebramos el feliz regreso con una cena en casa de mi madre, en el barrio de San Xoán, con la asistencia de casi todos los hermanos. Luisa, que estaba embarazada, empezó a encontrarse mal. Falleció a las pocas horas. Tenía algo más de veinticinco años. >> Carmiña, la hija de Luisa, también vivió un problema similar al de su madre. Emigró a Buenos Aires a causa de una conflictiva situación laboral en la villa, y su novio, Ulpiano Vilar “Piano”, no dudó ni un momento en seguirla hasta allá. Se casaron, y asentaron su residencia en la capital argentina para siempre. Vinieron a Baiona en una única ocasión, 1987, pero tan sólo de visita. Su vida ya estaba totalmente establecida en Buenos Aires. Carmiña, enviudó hace poco tiempo, y rebasa en la actualidad los ochenta años de edad.
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Del otro hijo de Luisa, Eduardo Álvarez Goce, apenas hay información. Se sabe que se casó en los años sesenta, y que fue un buen portero de fútbol del Erizana.
Baiona, años sesenta. Eduardo Álvarez Goce, en el día de su boda con Rosa “a afiladora”. (Archivo Familia Arias Goce).
De Ernesta, la segunda mujer de los diez hermanos Goce López, no se tienen noticias. Un familiar apunta, sin plena seguridad, que debió fallecer joven de tuberculosis, la grave enfermedad que asolaba a los pueblos en aquella época. Vicente, el noveno de los hermanos, se murió con catorce años junto a un tío y a un primo en un desgraciado accidente en el mar, cuando pescaban cerca de las Islas Cíes. En cambio, sí se sabe bastante de la vida de los demás hermanos: qué profesión tuvieron, si se han casado, dónde vivieron, qué descendencia dejaron… Decir también que han fallecido todos ellos, menos la hermana pequeña, Amparo, nacida en 1934, que vive en la actualidad en Vigo con ochenta y dos años cumplidos. “La tía Amparo es mi madrina”, comenta Paruca Goce. Entre los muchos descendientes de los Goce López, primos entre sí como es natural, se mantiene una frecuente y cariñosa comunicación, según explica Paruca.
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Rosa Goce López, la tercera de las hermanas, se casó con el marinero baionés Antonio Carrillo Fernández, “o checo”, y tuvieron tres hijos: María del Carmen (1953), José Enrique (1955) y Antonio “o neco” (1958), los tres nacidos en Baiona. Al hijo más pequeño le pusieron ese apodo porque era muy moreno de niño, “o neghro” le llamaban, y su primita Pilar, que comenzaba a hablar, le gritaba ¡neco!, ¡neco!… y al final, de ahí le quedó ese mote para toda la vida.
Rosa Goce López, a principios de los años cuarenta.
Sus familiares, especialmente los sobrinos, recuerdan a tía Rosa con un gran afecto, y con una personalidad bondadosa, agradable, cariñosa, de enorme simpatía… que se hacía querer. Una
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sobrina-nieta que vivía fuera, comenta que cuando venía a Baiona con su madre, no perdonaba la visita a la tía Rosa, a ninguna más, y eso que contaba con mucha familia por la villa.
Baiona, A Concheira, 1949. Rosa Goce López, con su sobrina María Luisa Goce Denis.
Rosa Goce López, nacida en 1924 en Baiona, además de atender sus labores de casa y el cuidado de los hijos, fue pescantina. La vida de la mayoría de las familias baionesas de entonces discurría por los mismos caminos: el marido pescaba, la mujer vendía el peixe que traía de la mar, los hijos se criaban con necesidades de todo tipo, y el futuro para ellos ya estaba marcado de antemano. Los varones, a pescar con poco más de diez años; las niñas, a ayudar en casa, aprender el trabajo de pescantina con su madre, iniciarse en el oficio de “ataderas”… y casarse para cerrar y empezar un nuevo ciclo.
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Baiona, Rúa Ramón y Cajal, finales de los años cuarenta. Las tres amigas inseparables, Rosa Goce López, Sofía Cabrera y “Pita a do Cantador”, paseando en la Fiesta de La Anunciada. (Archivo Cela Denis Goce).
Fieles a las costumbres, las jóvenes de Baiona se acicalaban con sus mejores vestidos para esos días especiales de fiesta. La Virgen del Carmen y La Anunciada, patronas de los marineros, fueron desde siempre jornadas muy festejadas en la villa. Los chicos también se vestían de traje y corbata, y dejaban a un lado las cotidianas ropas de trabajo.
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Baiona, 1950. María Luisa Goce Denis, Rosa Goce López y Carmela Acevedo, con su hijo en brazos. (Archivo Familia Carrillo Goce).
Con la vida marcada, Rosa vio como su hija María del Carmen se casaba como ella con un marinero, y que sus dos hijos comenzaron pronto a salir a la mar. Lo que no sabía en aquellos momentos, era que sus tres descendientes romperían el ciclo habitual de la vida de los baioneses, y acabarían yéndose de la villa y de Galicia en busca de un mejor futuro. Se asentarían en una estupenda tierra como es Navarra. Pasados los años, a pesar de la buena acogida del pueblo navarro de Lodosa, y cuando ya aquellas fechas del traslado quedan muy lejanas, sus hijos, e incluso parte de sus nietos, siguen echando de menos a su Baiona natal.
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1954. María del Carmen Carrillo Goce, la primera de los hijos, a los diez meses.
1954. María del Carmen, con su tía Amparo Goce López.
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Baiona, 1954. Amparo Goce López, con su sobrina María del Carmen en brazos, y su amiga Carola de Montedemaja. (Archivo Familia Carrillo Goce).
Baiona, Santa Marta, 1965. Rosa Goce López y Antonio Carrillo “o checo”, con sus hijos María del Carmen, Toñi “o neco” y “Kiko”. “Las familias por entonces solían ir a menudo de merienda a Santa Marta”, recuerda María del Carmen. (Foto Jesús).
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Antonio Carrillo Fernández, “o checo”, nacido en 1921, salió a la mar con muy pocos años. Aunque en su primera “Libreta de Marinero” figura el primer embarque en 1936, con tan sólo quince años, la realidad es que ya pescaba con su padre desde varios años antes. Fue un marinero recio, fuerte, con enorme capacidad de trabajo, y recordado siempre en Baiona entre ese grupo legendario de buenos pescadores.
Fotografía de Antonio Carrillo Fernández en su primera “Libreta de Marinero”, de fecha 6 de junio de 1936. (Archivo Familia Carrillo Goce).
<<Cuando no podían salir a pescar por las inclemencias del tiempo -recuerda Mary Carmen-, algunos inviernos con tres meses seguidos de temporales, mi padre siempre se las ingeniaba para que tuviésemos todos los días un plato de comida en la mesa. >> Anduvo embarcado casi toda su vida en el “Almuiña”, del armador baionés Pepe Almuiña, aunque pasó alguna que otra temporada en el “Nartallo”. También en un momento de su trayectoria marinera se enroló con varios compañeros de Baiona en un barco pesquero francés. En los setenta se desplazó a Pasajes (Guipuzcoa) junto a su hijo Toñi “o neco”, para embarcarse en el
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“Corrubedo”, un barco que patroneaba su sobrino político Luciano Goce Moldes.
Baiona, años cuarenta. Marineros del “Almuiña”, repasando el aparejo.
Detalle de la “Libreta de Marinero” de Antonio Carrillo “o checo”, en el que figura su embarque en el “Nartallo” como fogonero en 1951. (Archivo Familia Carrillo Goce).
Antonio Carrillo Fernández, “o checo”, fallecía en Baiona en 1992 a la edad de setenta y un años.
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Baiona, “Colegio Virgen de la Roca”, 26 de febrero de 1960. Los dos hermanos María del Carmen y Enrique Carrillo Goce, con siete y cinco años.
Barrio de San Xoán, 1963. Los tres hermanos: “Kiko”, María del Carmen y “Toñi”, con ocho, diez y cinco años. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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Baiona, Barrio de San Xoán, 15 de julio de 1962. Primera Comunión de los dos hermanos, Enrique y María del Carmen. En medio, la madre, Rosa Goce López. Delante: Toñi “o neco” y las primas Pilar y Fernanda Arias Goce. (Foto Jesús).
<<En esta fotografía, mi madre aparece vestida de luto -explica Mary Carmen-, porque acababa de fallecer la abuela Sión. Era muy querida en toda la familia. >> Recuerda “Tano” Goce Moldes, su primo, que la abuela Sión siempre traía algo para los nietos en la faldriquera que llevaba debajo del mandil: una manzana, un pedazo de pan… algo.
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<<Los marineros pasaban campañas muy largas en la mar, hasta seis meses sin venir a casa -cuenta Carme “a checa”, como así la conocían en Baiona-. Para darles noticias frescas de sus hijos, las madres de entonces, en cuanto podíamos por cualquier enlace, les enviábamos fotografías recientes con ellos. >>
Baiona, Santa Liberata, 1964. Foto de familia para enviarle al padre a la mar. Rosa, con sus tres hijos: Enrique, Toñi “o neco” y María del Carmen. La madre con cuarenta años, y los hijos con nueve, seis y once respectivamente. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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Baiona, A Ribeira, años 1965. Delante del mural de La Arribada. Rosa Goce López, esposa de Antonio Carrillo “o checo”, con sus tres hijos: María del Carmen, Enrique y Toñi “o neco”. (Archivo Familia Goce Miniño).
<<Sin embargo -recapacita María del Carmen-, a pesar de las necesidades que pasamos en general los niños de aquella época, nunca tantas como las de generaciones anteriores, tuvimos una niñez y una juventud muy felices. >>
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María del Carmen, de niñita en el colegio de las monjas, pasó enseguida a formar parte del grupo de teatro y canto que solía actuar varias veces a lo largo del año. Sus genes de artista teatral de los Goce empezaban a emerger.
Baiona, “Hospital Sancti Spiritus”, 1960. María del Carmen Carrillo Goce, preparada para su actuación musical con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”.
La participación de los Goce en la “Danza de las Espadas” fue una tradición familiar que aún perdura hoy en día, año 2016. Sería un hallazgo imposible que no apareciese algún Goce entre aquellos grupos que bailaron a lo largo del pasado siglo, y lo hicieron en estos años del actual. Se recuerdan como “raberos” a Alejandro “o neghro”, a José “o ghalo”, a José “Choco” Míguez Goce…
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Y claro está, cuando en 1968 se forma un grupo-mixto para acudir a un concurso nacional de danzas tradicionales, enseguida se encuadra en la formación María del Carmen Carrillo Goce, “a checa”, que por entonces contaba con tan sólo quince años.
Madrid, Plaza de Santa Ana (frente al “Teatro Español”), 1968. “Grupo Mixto de la Danza de las Espadas de Bayona”, Primer Premio en el “Concurso Nacional de Coros y Danzas”. Arriba: Carlos “Puskas”, Moncho Carneiro, Martín, Suso Vilar, Carlos Almansa, Julia Varela, Pepe Costas, Xosé Manuel “Vasco”, Chicho Carneiro, y Arturo Blach. Abajo: Maruja, María del Mar, Loli, “Luca” González, Narda Costas, María del Carmen Carrillo Goce “a checa”, Mari Luz y “Mini” Vilar. (Archivo Arturo Blach).
Poco después, María del Carmen, haciendo honor a su apellido, continúa sacando a relucir su vena de artista. A finales de los sesenta, con dieciséis años, la encontramos formando parte del “Grupo de Danzas de la Sección Femenina de Bayona” en repetidas actuaciones en el Casino, en la romería de la Virgen de la Roca, en las Fiestas del Carmen, en La Anunciada…
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1969. María del Carmen Carrillo Goce, de gallega, preparada para bailar con el “Grupo de Danzas de la Sección Femenina de Bayona”. (Archivo Familia Carrillo Goce).
Casino de Baiona, 7 de agosto de 1969. El “Grupo de Danzas de la Sección Femenina de Bayona”, en plena actuación. María del Carmen “a checa”, “Mini” Vilar, Marujita, Loli, María del Mar y “Luca” González. (Archivo Esperanza F. Vernet).
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Marujita, María del Carmen “a checa” y “Mini” Vilar, en la actuación en el Casino de Baiona del verano de 1969. (Archivo Esperanza F. Vernet).
La Sección Femenina, dirigida por entonces en Baiona por Gina Troncoso y Julia Varela, forma el grupo de baile regional, y es la baionesa Luca González la encargada de enseñarles los primeros pasos de las danzas tradicionales.
23 de agosto de 1970. Bailando una muiñeira en la Virgen de la Roca. “Mini” Vilar, Xosé Manuel “Vasco”, María del Carmen “a checa”, Nucho Calero, Pepe Costas, Chicho Carneiro… (Foto Jesús. Archivo Arturo Blach).
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De izquierda a derecha: “Mini” Vilar, María del Carmen “a checa”, Loli, Mari Luz Blach, Marujita y “Luca” González. (Foto Jesús. Archivo Arturo Blach).
En estas actuaciones, el grupo alternaba el baile gallego con la representación de la “Danza de las Espadas”, valiéndose de sus brillantes experiencias en los concursos nacionales.
Romería de la Virgen de la Roca, 31 de agosto de 1969. “Danza de las Espadas” del “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona”. De izquierda a derecha: Moncho Carneiro, Arturo Blach, “Nini” Vilar, Pepe Costas, María del Carmen “a checa”, Nucho Calero… (Archivo Arturo Blach).
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Van pasando los años para la familia Carrillo Goce, y pronto los hijos comenzarán a trabajar. Los chicos en la mar como su padre, y María del Carmen, la mayor, no tardará mucho tiempo en contraer matrimonio.
1969. En una celebración familiar. Antonio Carrillo “o checo” y Rosa Goce López, con sus hijos Toñi “o neco” y María del Carmen.
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Baiona, años setenta. Rosa Goce López y Antonio Carrillo “o checo”, en la boda de su sobrina María del Carmen Goce Miniño y José Ferreira.
Años setenta. Los novios, José Ferreira y María del Carmen Goce Miniño, con sus tías Amparo y Rosa Goce López. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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María del Carmen Carrillo Goce se casa en Baiona con José Carlos Comesaña Rey en 1974. Tuvieron cinco hijos: los gemelos José Carlos y Javier, Alfonso y Alejandro, todos baioneses, y la única hija, Idoia, nacida en Lodosa (Navarra), en 1995.
Baiona, Colegiata de Santa María, 1974. Boda de María del Carmen Carrillo Goce y Carlos Comesaña Rey. Oficia el acto religioso don José Antonio Marzoa. Amparo Goce López, tía de la novia, es la madrina.
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José Carlos Comesaña Rey, marino mercante, anduvo enrolado muchos años en barcos petroleros de la compañía holandesa Shell. Debido a una nueva ley en Holanda, la empresa tuvo que prescindir de sus empleados españoles. Es entonces cuando se embarca de cocinero en un atunero vasco de la armadora “Impesca”. Cambia de barco en varias ocasiones, e incluso de compañía. Hasta que en 1991, José Enrique Carrillo Goce, hermano de Rosa, guardia civil destinado al pueblo de Lodosa (Navarra), le ofrece a José Carlos la posibilidad de un trabajo de vigilante en una empresa de seguridad de la zona.
Años dos mil. José Enrique Carrillo Goce, de vacaciones en Tenerife.
La familia decide aceptar la propuesta, y se trasladan al pueblo navarro en busca de una vida distinta, rompiendo las ancestrales costumbres de los baioneses. Y hasta hoy, les fue bien.
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<<Llevamos veinticinco años muy felices en Lodosa, pero no dejamos nunca de extrañar a Baiona -explica María del CarmenMi marido trabajó durante este tiempo en las empresas de seguridad “Serramar” y “Enter”, pero un grave accidente de coche yendo a su trabajo precipitó su jubilación. Por mi parte, nada más llegar, enseguida encontré empleo en una fábrica de conservas del pimiento del piquillo, producto agrícola de gran abundancia por toda la comarca. Hoy ya trabajo por mi cuenta. >>
Baiona, principios de los ochenta. Los gemelos José Carlos y Javier Comesaña Carrillo, en el día de su Primera Comunión. (Archivo Familia Comesaña Carrillo).
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<<Mis hijos no se olvidaron para nada de Baiona. Mantenemos nuestra antigua casa del barrio de San Xoán, y venimos todos los veranos. Hablan gallego los cinco hermanos, incluida la niña, que sin ser gallega, lo habla mejor que ellos. Los gemelos se fueron a Lodosa con quince años, el siguiente con ocho, y el otro con cinco. Todos hacen deporte, pero en cambio ninguno sacó a relucir sus genes de artistas como hice yo, y como lo hicieron sus tíos y sus primos de Baiona. >> Sin estar obligados a hacer el servicio militar, ya suprimida su obligatoriedad por entonces, José Carlos y Javier, los gemelos, se alistaron voluntariamente en el Ejército de Tierra. José Carlos estuvo durante cuatro meses en la guerra de Bosnia. Alfonso, el tercero de los hermanos, también fue voluntario a Infantería de Marina de la Armada.
Javier y José Carlos Comesaña Carrillo, voluntarios en el Ejército de Tierra y en la Guardia Civil, respectivamente. (Archivo familia Comesaña Carrillo).
Los gemelos José Carlos y Javier trabajaron de vigilantes en las empresas de la comarca “Inabonos” y “Zeltibérica”, y continúan en la actualidad en ese empleo. Alfonso es escolta, y entre otras personalidades, lo fue de la alcadesa de Lodosa.
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Alfonso Comesaña Carrillo, jurando la bandera en Cartagena, durante su estancia como voluntario en Infantería de Marina de la Armada.
El hermano pequeño, Alejandro, vive en Logroño, y trabaja en una fábrica de piezas de coche.
Lodosa, años dos mil. Los cuatro hermanos Comesaña Carrillo: Alejandro, Alfonso, José Carlos y Javier. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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Ninguno de los hermanos Comesaña Carrillo ha sido marinero, ni tampoco ninguno sacó a relucir los genes de artista de los Goce. Ni en el teatro, ni en el baile, ni en la música, ni en el canto… Tal vez sea porque ellos ya no son portadores del mítico apellido baionés. Pero en cambio, la pequeña Idoia, nacida en Lodosa, sí ha heredado las viejas mañas para el fútbol de sus parientes lejanos, los “Cabecitas”, “Lanina”, “Rato”, Roque, “Lalo”…
Lodosa, 2015. Idoia Comesaña Carrillo, festejando un gol en el equipo de fútbol del pueblo. (Archivo Familia Comesaña Carrillo).
Baiona, murallas del Parador Nacional Conde de Gondomar, años dos mil. Idoia Comasaña Carrillo, nacida en Lodosa (Navarra), es una enamorada de Baiona.
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Lodosa, 2014. Los hijos de María del Carmen Carrillo Goce y José Carlos Comesaña Rey: José Carlos, Alfonso, Idoia, Javier y Alejandro. (Archivo Familia Comesaña Carrillo).
Lodosa, 2016. El matrimonio José Carlos y María del Carmen, con sus nietos Unai -en brazos- e Iker Comesaña Martínez. (Archivo Familia Comesaña Carrillo).
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Carme “a checa”, como la conocían de niña en Baiona, sigue viniendo a su tierra tan pronto puede, acompañada de su marido José Carlos. Al llegar y pisar de nuevo su casa del barrio de San Xoán, se les encienden enseguida los viejos sentimientos, y comienzan a pasar sus recuerdos como en una película sin fin… Desde Lodosa, mantiene viva en la actualidad su comunicación con los primos, y permanece al tanto de todo cuanto acontece en la villa.
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José Enrique Carrillo Goce, “Kiko”, el segundo de los hijos de Rosa Goce y Antonio Carrillo “o checo”, nació en Baiona en 1955. Estudió de niño en el “Colegio Virgen de la Roca” de las monjas franciscanas del “Hospital Santi Spiritus”, y como él mismo confiesa, fue un traste de categoría. Debido a su enorme fuerza, le apodaron “Kin-Kon” cuando apenas tenía trece años. Ya había destacado por su formidable condición física en una olimpiada deportiva que hubo en Baiona durante aquella época.
Sabarís, Campo de A Ladeira, 1966. Arriba: “Kopa” Iglesias Goce, “Lolo”, “Kiko” Carrillo Goce, José Ramón “o Trujillo”, Manuel “o pecas” y Fabián. Abajo: Manolo “o guache”, Enrique Carneiro Álvarez “Piloto”, José Ramón Blach, “Ghiño” y “Nando de Viaño”. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
<<En los años sesenta se celebró en la Palma una “Olimpiada Escolar del Valle Miñor” -recuerda “Kiko”-. Gané en cuatro pruebas: 50 metros, salto de longitud, triple salto y lanzamiento de peso. >>
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Baiona, A Palma, años sesenta. “Olimpiada Escolar del Valle Miñor”. A la izquierda; “Kiko”, en lo alto del pódium, Óscar “o fillo do taxista”, segundo, y Suso “o de Pepesito”, tercero. A la derecha: “Kiko”, con la copa de vencedor, Pino, de la “Academia San Rafael”, segundo, y Óscar, tercero. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
Baiona, A Ribeira, años setenta. Delante, Juan Leyenda; detrás, José Enrique Carrillo Goce. “¡Vaya par de gemelos!”, comenta alguien que los conoció de chicos.
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Pronto “Kiko” comienza a trabajar de marinero, y en julio de 1969, con apenas catorce años, hace su primer embarque en el pesquero “San Agustín” de los “Guache” de Baiona, que faena “á ardora” por la costa portuguesa. Al cabo de un par de meses, se traslada en avión a Durban (Sudáfrica) para enrolarse en el “Asón”, gambero de “Barreras Puente Vigo”, que sale a pescar en la costa de Angola. <<En el “Asón” pasé mi primera marea de pesca de altura -explica “Kiko”-. Arbolamos el barco en Durban, y salimos a pescar a las playas de Luanda y Lobito. Fueron las primeras Navidades que viví embarcado. Y estando en las oficinas de la armadora en Vigo -recuerdapara pedir bebida y tabaco, coincidí con mi padre. El oficinista me preguntó cuánto tabaco quería, y yo no hacía más que mirar a mi padre, que estaba en la ventanilla de al lado. Sonriendo me dijo: “Si tienes cuerpo para trabajar, tienes cuerpo para fumar. Pide lo que quieras, como si yo no estuviera aquí”. Por entonces yo tenía tan sólo catorce años. >> Un año después, julio de 1970, se traslada a Las Palmas para embarcar en el arrastrero “Golfo de Tonkin”, de la Flota Cubana de Pesca, botado meses antes en los astilleros de “Ascon” de Vigo.
1970. El “Golfo de Tonkin”, de la Flota Cubana de Pesca.
<<Los cubanos no estaban demasiado documentados en la pesca de “arrastre” -comenta “Kiko”-, y contrataban a muchos
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marineros gallegos para que les enseñaran. Salimos a faenar a Ciudad del Cabo, y trabajamos en unas condiciones impensables en aquellos años: sólo seis horas de turno de trabajo, bien alimentados, toda clase de bebidas, modernos camarotes, dotados con los más avanzados medios técnicos… y me pagaban de sueldo quince mil pesetas. La pesca no influía para nada en lo que fuésemos a cobrar. >> En la actualidad el “Golfo de Tonkin” fue rebautizado con el nombre de “Ulises”, y convertido en un buque de investigación marina. Después, durante cuatro años, “Kiko” tiene embarques sucesivos en distintos pesqueros: en el “Madre Amada”, que faenaba por las costas de Portugal; el “Espadarte”, que andaba a la merluza en Sudáfrica, Ciudad del Cabo, Namibia…; el “San Ciprián”, también por la costa de Portugal; el “Tuy”, por el norte de Escocia a la bacaladilla, y como factoría de aceite y harina de pescado, utilizada de pienso para animales; y por último, el “Lestón”, de los Maciel de Baiona, que iba a la merluza.
Norte de Escocia, 1974. Navidades en el “Factoría Fariñeiro Tuy”, de la armadora “Pescanova” de Vigo. “Kiko”, en el centro, y a su derecha, el baionés Juan. “Collemos un temporal de carallo. Fumos de derribada as Islas Feroes”, comenta “Kiko”.
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El pesquero “Espadarte”, en el que anduvo embarcado “Kiko” Carrillo Goce desde febrero de 1972 a julio de 1973.
Madrid, 1972. José Enrique Carrillo Goce, llegando al Aeropuerto de Barajas, procedente de Walvis Bay (Sudáfrica), tras desembarcar del “Harvest Awn”, un buque que andaba a la merluza, al lenguado… y descargaba en la Factoría de Saldana de la empresa viguesa Pescanova. Viene con la mano escayolada debido a un pequeño accidente laboral a bordo. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
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José Enrique Carrillo Goce ingresa en 1975 en la Armada para cumplir el servicio militar, y es destinado a Ferrol.
Ferrol, 1975. En el servicio militar por marina. Suso Fernández Soliño, un compañero de Baredo, Enrique Carneiro Álvarez “Piloto”, Severino, “Kiko” Carrillo Goce y dos compañeros de Vigo. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
Desde niño, “Kiko” mantiene una fuerte amistad con los chicos de su infancia y de su juventud con los que convivió en ese tiempo. Momentos del colegio, del deporte, de las fiestas, de los primeros compañeros de la mar, del servicio militar… Cuando vuelve de vacaciones a la villa, los reencuentros con sus amigos de siempre son muy festejados. Y es en esa época, unos meses antes de ir al servicio militar, cuando conoce a su futura esposa, la madrileña Luz María Silgado Montejano, sobrina del conocido periodista madrileño Vicente Montejano, afincado en la villa desde hacía tiempo. El 2 de julio de 1974, Luz María, acompañada de su hermana Montserrat, llegan a Baiona a pasar unos días, con el fin de visitar a su tío y conocer al mismo tiempo a la nueva tía, casados unos meses antes. Boda a la que no pudieron asistir por celebrarse en fechas de pleno curso escolar. Por entonces, Luz tenía catorce años. Se hospedaron en el “Hotel Anunciada”, en la Calle de Elduayen.
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Baiona, años setenta. Arriba: “Kiko” Carrillo Goce, sentado en el murallón. Se acababa de eliminar el tranvía Vigo-Bayona, pero aún se conservaban los postes del tendido eléctrico. La carretera, recién asfaltada, ya cubre las vías. Abajo: Juan José, “Kike” Carrillo Goce y “Chente” Iglesias. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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Entre embarque y embarque, cumpliendo la obligada tradición familiar de los Goce, baila en el grupo de la “Danza de las Espadas” siempre que puede.
Baiona, A Palma, años setenta. Grupo de la “Danza de las Espadas”. Arriba, entre otros: Carlos, “Piño Piloto”, Suso, José “o ghalo”, Moncho Misa “uvas”, “Cani”, “Kiko” Carrillo Goce… Abajo, entre otros: Javier “catau”, Miguel “mixilón”, Eulogio “catau”, Carlos Arno, “Jota”, Jaime, José Luis “o navarro”, Brian Marcote, “Cami”, José Luis Carrillo Martínez, Montero, Juan… (Archivo Familia Carrillo Goce).
Baiona, Praza de Pedro de Castro, 1972. Grupo de la “Danza de las Espadas”. Arriba, entre otros: Jesús Fernández Morell, “Kiko” Carrillo Goce, Nardo Miniño… Abajo, entre otros: José Luis Carrillo Martínez… (Archivo Familia Carrillo Silgado).
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Hace un par de años, coincidiendo sus vacaciones en Baiona con las Fiestas del Carmen, a “Kiko” lo invitan a participar en la “Danza de las Espadas”, como en sus buenos tiempos. No dudó un momento en aceptar la propuesta.
Baiona, Puerto Pesquero, julio de 2013. “Danza de las Espadas” en honor a la Virgen del Carmen. Entre otros: Jaime Castro “Caniquí”, “Kiko” Carrillo Goce, Belarmino Leyenda… (Archivo Familia Carrillo Silgado).
Baiona, 2013. Los componentes de la “Danza de las Espadas”, embarcando para participar en la procesión marítima en honor a la Virgen del Carmen. A la izquierda, José Denis Goce “o ghalo”, capitán del grupo; en el centro, “Kiko” Carrillo Goce; a la derecha, Quin.
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Al volver del servicio militar, en 1976, “Kiko” se embarca en el “Viki Segundo” para ir a la gamba por zonas del Congo y de Angola. Después de un año, pasa al “Ángel Joaquina”, y hace una marea a la palometa por las costas de Portugal. Luego, con el “Cieisa Doce” llega a las costas de Boston y Nueva York a la pesca del calamar en invierno, y a la pota en verano.
Años setenta. El buque arrastrero “Cieisa”.
A finales de 1979, permanece un mes en el “Peñalva” pescando gamba en las costas de África. En enero de 1980, se pasa al atunero-congelador “Jai Alai”, que faenan durante cuatro meses también por África. Luego embarca en el atunero “Usisa”, con base en Huelva. En mayo de 1981, se enrola en el “Capredillo” durante siete días. Poco después, “Kiko” se traslada a Cumaná (Venezuela) para embarcar en el “Mar Atún”, que cruza el Atlántico para faenar en la costa de África. Sería su último barco como marinero. Al finalizar esta marea, dejará la pesca para siempre. Es entonces cuando la vida de José Enrique Carrillo Goce sufrirá un cambio radical.
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Es en 1981, cuando Enrique Carrillo Goce se decide a abandonar su profesión de marinero, y se desplaza a Madrid a buscar mejor suerte. Allí comienza a ejercer como Vigilante Jurado, tras pasar un examen escrito en la Dirección General de la Guardia Civil, y otro de tiro con revolver en Valdemoro. Tenía veintiséis años, y su vida va a tomar un giro en redondo. Ya no volvería a su tierra nada más que de visita.
Certificado del juramento de José Enrique Carrillo Goce como Vigilante Jurado de Seguridad en el 28 de julio de 1981.
En noviembre de 1983, José Enrique Carrillo Goce cambia de nuevo, y se decide a ingresar en la “Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil” en Úbeda (Jaén). Su destino profesional quedaba señalado definitivamente.
“Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil” en Úbeda (Jaén).
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Úbeda (Jaén), 1984. Comida de despedida de la “Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil”. Enrique Carrillo Goce, en el centro.
<<Mi primer destino al salir de la academia fue Quintana del Puente (Palencia) -cuenta “Kiko”-. Después estuve en la Unidad Fiscal del Aeropuerto de Barajas, y antes de ir a Bernedo (Álava), realicé un curso antiterrorista en Fuenterrabía (Guipúzcoa). Luego me destinaron a Olague (Navarra), al Destacamento de la Autovía de Leizarán (Navarra), y por último a Lodosa (Navarra). Aquí me jubilé de la Guardia Civil, y es donde vivo en la actualidad. >>
Navarra, principios de los años noventa. Enrique Carrillo Goce, con un grupo de compañeros del Destacamento de la Autovía de Leizarán.
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Úbeda (Jaen), 1983. Mientras estuvieron en la academia, entablaron una gran amistad con cuatro familias asturianas. “Nos reuníamos todos los sábados en cualquiera de nuestros pisos”. (Archivo Familia Carrillo Silgado)
Mapa de la provincia de Navarra. El pueblo de Lodosa, donde viven los Carrillo Goce, está fronterizo con la provincia de Logroño.
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En 2014, se casa Rosa, la segunda hija de “Kiko” y Luz, con Xabier Anadón Garrido. A la boda, celebrada en Lodosa, acuden invitados dos matrimonios baioneses.
Lodosa, junio de 2014. Boda de Rosa Carrillo Silgado y Xabier Anadón Garrido. Los novios y sus padres, con los invitados baioneses: Jesús Fernández Morell y Nieves Almansa, a la izquierda; José Antonio Vilar Marcote y Nieves Pais, a la derecha.
Lodosa, 2014. La novia, con su madre Luz y varias amigas. Entre ellas, las baionesas Nieves Almansa y Nieves Pais. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
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Lodosa (Navarra), 2016. Rosa Carrillo Silgado, con su hija Iraia.
Vitoria, 2016. Los dos nietos de “Kiko” y Luz: Harkaiz e Iraia.
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2016. Rosa Carrillo Silgado, su marido Xabier Anadón Garrido, y su hija Iraia.
La pesca, fundamental hasta ahora en la vida de los Goce, ha desaparecido para siempre en el entorno de esta familia. Ni sus hijas, ni sus maridos, tienen nada que ver con la mar. Rosa, la hija pequeña, es auxiliar de enfermería, aunque no ejerce. Su marido, Xabier, trabaja en una fábrica de paneles solares en Lodosa, donde reside el matrimonio. Y en referencia a sus genes de artistas heredados de los legendarios antepasados comediantes, no parece que en esta rama se hayan manifestado.
Lodosa, octubre de 2016. “Kiko” y Luz con su nieta Iraia.
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El matrimonio, con la jubilación a medias de “Kiko”, aprovecha cuando puede para acercarse a Baiona. A pesar de los años de ausencia, y de la evidente lejanía, no han olvidado su tierra, y aunque felizmente adaptados a Lodosa, siempre les queda esa imborrable morriña de los gallegos emigrados, sobre todo a él. Cuando llegan de vacaciones a la villa, no dejan de visitar uno tras otro los lugares de la niñez de “Kiko”, y también de la juventud de ambos. Con el olor a salitre del mar baionés, los atardeceres en el Rompeolas, las puestas del sol y el batir de las olas, el incomparable paseo por “Monte Boi”, el paseo cotidiano por el “casco vello”… su ánimo se alimenta hasta un nuevo encuentro. Y por supuesto, las celebraciones con los amigos…
Baiona, 2010. “Kiko” Carrillo Goce en el Rompeolas, durante una de sus vacaciones de verano. (Archivo Familia Carrillo Goce).
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Baiona, 2015. Luz María Silgado Montejano, Nieves Almansa y Nieves Pais.
Baiona, “Restaurante El Azafrán”, 2015. Cena con los amigos: José Antonio Vilar Marcote, Jesús Fernández Morell, “Kiko” Carrillo Goce y Luz María Silgado Montejano. A la izquierda, Nieves Pais y Nieves Almansa. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
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2015. Esperando por el arroz con bogavante. José Antonio Vilar Marcote, Jesús Fernández Morell y José Enrique Carrillo Goce. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
En la actualidad, y desde hace unos años, Luz y “Kiko” también aprovechan para pasarse unos días en Canarias de vacaciones, o viajan con el Inserso por el Norte, o van de visita a Madrid…
2015. Luz y “Kiko” en Tenerife.
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La Rioja, 2013. “Kiko” y Luz.
Madrid, Gran Vía, 2016. José Enrique Carrillo Goce.
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2014. Luz María Silgado Montejano.
Biarritz, 2014. Enrique Carrillo Goce. (Archivo Familia Carrillo Silgado).
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<<Aún sigo trabajando -comenta “Kiko”-, pero estoy cansado. Voy a dejarlo. >>
“Este cuadro preside mi casa”, explica “Kiko” a los amigos en su facebook.
<<Cada vez que veño de Baiona, chegho “morto”... >>
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“Toñi” Carrillo Goce, “o neco”, el tercero de los hijos de Rosa Goce y Antonio Carrillo “o checo”, nacido en 1958, fue marinero como su padre y su hermano “Kiko”. Anduvo embarcado en varios barcos de bajura de Baiona, y también en atuneros del País Vasco. En 1975, en Pasajes, coincidió en el “Corrubedo” con su primo “Tano” Goce Moldes, el patrón, y con su padre. En 1996, después de más de veinticinco años de mar, deja la pesca, decide cambiar de vida, y se traslada con su madre a residir en Lodosa al lado de sus hermanos. Trabajó de albañil hasta hace poco, es soltero, y en la actualidad, 2016, vive con su hermana María del Carmen. Ahora está pre-jubilado.
Antonio Carrillo Goce, “o neco”.
Los tres hermanos Carrillo Goce viven en la actualidad en Lodosa (Navarra).
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1985. Rosa Goce López, con su nieto Alfonso.
Rosa Goce López, rodeada de sus tres hijos y de sus siete nietos, falleció en Lodosa en 2002, a la edad de setenta y ocho años. Sus restos fueron trasladados a Baiona, y tras ser velados en la Capilla de la Misericordia, como era su voluntad, recibieron sepultura en el cementerio de la villa.
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Amparo, la más pequeña y la única que vive de los diez hermanos Goce López, nació en Baiona en 1934 en la casa paterna del barrio de San Xoán. <<De niña fui muy traviesa -recuerda Amparo-. En el colegio de las monjas me castigaban a menudo. Un día, la Hermana del Divino Corazón, que tenía un genio de mil demonios, ¡me dio dos varazos en las palmas de la mano!… que salí corriendo por las escaleras abajo y ya no volví más. Seguí estudiando en las Escuelas Públicas, y allí en cambio no tuve problemas. >> Como todas las niñas baionesas, pronto comenzó a ayudar en las tareas domésticas. En un hogar de diez hermanos, en la que su madre, la popular abuela Sión, andaba todo el día ocupada en vender el pescado que traía su marido del mar, había faena para rato. <<Mi madre llegaba con el pescado hasta Baíña, Belesar, Viladesuso, A Ramallosa, Pedornes… Los campesinos no tenían dinero, y le pagaban con patatas, leche, huevos, un poco de unto, trigo… A mi madre nunca la vi en casa fregando, ni lavando la ropa, ni planchando… Esas faenas domésticas las hacíamos las hijas. >>
1958. Amparo Goce López.
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Luego, ya de moza, Amparo se trasladó a trabajar a Vigo, y es entonces, durante esa época, cuando conoce al vigués Luciano Arias Rodríguez, marinero de profesión, con el que se casa en 1959. Viven un año en Baiona, pero el matrimonio se traslada enseguida a Vigo, donde fijan su residencia definitiva.
Baiona, A Ribeira, 1963. Amparo Goce López, sentada en el recién estrenado paseo. (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
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Baiona, 24 de marzo de 1934. Acta de Nacimiento de Amparo Goce López en la casa paterna del barrio de San Xoán. La inscribe en el registro su padre, Enrique Goce. También figura al margen su matrimonio con Luciano Arias Rodríguez, el 18 de octubre de 1959.
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Durante su corta estancia en Baiona, Luciano anduvo embarcado en el “José Ángel”, uno de los pesqueros de “Os Caringa”. Luego, de vuelta a Vigo, siempre estuvo enrolado en congeladores de pesca de altura que iban al bacalao, al atún, a la merluza, al langostino y a la gamba… en campañas que no bajaban de los seis meses en la mar. Llegó a estar nueve meses seguidos sin volver a su casa. El “Río Piles”, el “Monte Furado” y el “Estreito de Rande” del armador vigués Molares, el “Freiremar Uno”, el “Pescaberbés Dos”, el “Hermanos Garrido”… fueron algunos de los barcos en los que trabajó Luciano. En 1992 se jubila en el “Arosa Quince”.
Baiona, 1960. El “José Ángel” atracando al muelle. Delante, Luciano Arias Rodríguez. En la cabina, el patrón Carlos Vilar, de la familia de “Os Caringa”.
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1980. Fotografía de Luciano Arias Rodríguez en su “Libreta de Marinero”.
Años setenta. En el “Capitán Emilio” de Barcelona, uno de los barcos en los que anduvo enrolado Luciano Arias Rodríguez. (Archivo Familia Arias Goce).
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Años ochenta. Escenas de pesca de Luciano de sus campañas en Sudáfrica, en Las Malvinas, en el Gran Sol… (Archivo Familia Arias Goce).
216
Luciano Arias Rodríguez estudió de niño en una escuela de Porriño, de la que era profesora su tía Ángeles Rodríguez.
Porriño, Colegio Particular, curso 1948-49. Luciano Arias Rodríguez, a los once años.
En 1955 ingresa como voluntario en la E.T.E.A. de Vigo para cumplir el servicio militar. Tras cuatro años en la Armada, conoce a Amparo Goce López, y se casan en 1959.
Vigo, E.T.E.A., 1955. Luciano Arias Rodriguez en el servicio militar.
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Nigrán, 1958. Amparo y Luciano, de novios, bailando en la “Sala de Fiestas Nigrán”.
Vigo, 1959. A la izquierda, Luciano y Amparo, todavía novios, con unos amigos.
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El matrimonio tuvo dos hijas, Maria Fernanda, nacida en Baiona en 1960, y María del Pilar, ya en Vigo, en 1961.
1963. Las dos hermanas Fernanda y Pilar Arias Goce.
Baiona, 22 de julio de 1963. Fernanda dedica esta fotografía a su padre “A mi papaíto de su hija con mucho cariño. Ferna”. (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
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<<Las campañas de mi marido en la mar -cuenta Amparose hacían demasiado largas. Yo me cuidaba, tan pronto tenía el medio, de enviarle al barco fotos de las niñas. Apenas las vio crecer. >>
Baiona, A Ribeira, 1963. Delante: Fernanda y Pilar Arias Goce. Detrás: sus primos “Kiko”,” Toñi” y “Came” Carrillo Goce, hijos de Rosa. (Archivo Familia Arias Goce).
<<Nuestras familias siempre estuvieron muy unidas: los abuelos, los padres, los hermanos, los tíos, los primos… Mi hermana Rosa y yo convivimos juntas desde pequeñas, y a pesar de que luego me fui a vivir a Vigo, venía todos los domingos a Baiona a visitar a mi madre, a la familia, y en especial, a ella. Durante el primer año de matrimonio estuvimos viviendo en Baiona en casa de mis padres, y mi sobrino Toñi “o neco”, el hijo de Rosa, andaba por casa todos los días. Ya después, desde que Rosa se trasladó a vivir a Navarra con sus hijos, perdimos durante varios años la cercanía de siempre. Pero enseguida falleció, en 2002. >>
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Baiona, 1964. Delante, a cada lado, las hermanas Fernanda y Pilar Arias Goce. Detrás y en medio, sus primos “Chente”, “Flori”, “Soli”, Carme, “Kiko”, “Toñi”… (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
Baiona, entrada al Castillo de Monte Real, 1962. Cuatro hermanos Goce López juntos: arriba, Amparo, Rosa y Rogelio; agachado, Enrique. En brazos, Fernanda y Pilar, hijas de Amparo. Agachada junto a su marido, “Pita a do Cantador”.
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Baiona, A Ribeira, 1 de septiembre de 1963. Amparo, con sus hijas Fernanda y Pilar. (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
<<Como mi marido andaba embarcado en sus habituales campañas de meses, me iba con las niñas a Baiona a pasar el verano, sobre todo mientras fueron pequeñas. Disfrutaban mucho en la playa de A Ribeira, en A Palma, jugando con sus primos, en aquellas excursiones a Santa Marta, a la Virgen de la Roca, a Baredo… Yo así estaba con mi madre, con Rosa, veía a menudo a mis hermanos… Nunca nos olvidamos de Baiona. >>
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A Ribeira, 1963. Fernanda y Pilar.
Romería en el Val Miñor, 1963. Amparo Goce y su suegra, con Pilar y Fernanda.
223
Casi todas las fotografías en Baiona que guarda Amparo como un tesoro, son obra de Jesús, aquel famoso fotógrafo de Madrid, que al mismo tiempo que veraneaba, seguía con su “Kodak” trabajando por las playas, en las fiestas y romerías, en los actos sociales…
Baiona, A Ribeira, 1 de septiembre de 1963. Amparo Goce, sus hijas Fernanda y Pilar, “Came” Carrillo Goce -detrás- y Rosa, una amiga de Baíña, con sus dos hijos. (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
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Vigo, Calle del Príncipe, 1963. Luciano Arias y Amparo Goce, con sus hijas Fernanda y Pilar. (Fotografía Ramón. Archivo Familia Arias Goce).
Baiona, A Ribeira, 9 de agosto de1964. Amparo y sus hijas Pilar y Fernanda. (Foto Jesús. Archivo Familia Arias Goce).
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Baiona, A Ribeira, 1969. Amparo con sus hijas Pilar y Fernanda.
Baiona, A Ribeira, 18 de julio de 1971. Pilar, Toñi “o neco” y Fernanda.
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<<Las niñas estudiaron en el Colegio Marcote de Vigo, pero ninguna de ellas fue buena alumna. Al finalizar el bachillerato no quisieron estudiar ninguna carrera. A Fernanda la mandamos a la Academia Victoria, en la Calle del Príncipe, y allí consiguió aprobar las asignaturas de Mecanografía y Taquigrafía. >>
Vigo, “Colegio Marcote”, 1965. Foto escolar de Pilar y Fernanda
Vigo, “Academia Victoria”, 1978. Fernanda Arias Goce, recibiendo del director de la academia el diploma de Licenciada en Mecanografía y Taquigrafía.
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Vigo, 1965. Pilar y Fernanda Arias Goce.
Vigo, Real Club Náutico, 1966. Domingo de Ramos. Amparo y su suegra, con sus hijas Pilar y Fernanda, y unos primos de Vigo. (Archivo Familia Arias Goce).
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Vigo, Playa de la Fuente, 1966. La abuela, Amparo Goce López, y las hermanas Pilar y Fernanda Arias Goce. (Archivo Familia Arias Goce).
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<<En 1968 hacen la Primera Comunión las niñas –recuerda Amparo-, Fernanda con ocho años y Pilar con siete. Esperamos al mes de diciembre, cuando mi marido venía de vacaciones de Navidad. >>
Vigo, 20 de diciembre de 1968. Fernanda y Pilar, en el día de su Primera Comunión.
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Vigo, 20 de diciembre de 1968. El matrimonio Amparo y Luciano, con Fernanda y Pilar en el día de su Primera Comunión. (Archivo Familia Arias Goce).
Cuando los maridos llevan varios meses en la mar, las mujeres, en cuanto pueden comunicarse, les preguntan por su salud, por su estado de ánimo, cómo va la campaña, les informan sobre los hijos… Pero si la comunicación está próxima al regreso, la pregunta principal acostumbra a referirse a su imagen física: “¿Cómo vienes?”… Con pelo muy largo, con mucha barba, más gordo, más flaco…
13 de abril de 1976. Desde el congelador “Echalar”, Luciano dedica esta fotografía a su esposa Amparo y a la familia. (Archivo Familia Arias Goce).
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Vigo, años setenta. El matrimonio Amparo Goce López y Luciano Arias Rodríguez, en una boda de una familia amiga. (Archivo Familia Arias Goce).
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Pasados aquellos años de niñez en el Colegio Marcote, María Fernanda estudia a continuación en el Instituto de la Guía, donde finalmente se prepara para administrativa.
Años setenta. María Fernanda Arias Goce.
Trabaja inicialmente en “Marnova”, tienda de congelados de pescado, hoy desaparecida, y de aquí pasa al “CIFP Valentín Paz Andrade” en el Meixoeiro, en el que sigue en la actualidad. Se casa en 1982 con Enrique Pérez, y tienen dos hijas, Marta y Estela Pérez Arias.
Vigo, 2015. Celebración alrededor de la abuela Amparo. María Fernanda y su marido Enrique Pérez, y las dos hijas Estela y Marta. (Archivo Familia Arias Goce).
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María Fernanda Arias Goce, con su marido Enrique Pérez.
Marta y Estela, las hijas de Fernanda y Enrique, viven con sus respectivas parejas, pero por el momento no tienen hijos… “ni quieren tenerlos”, según su abuela Amparo.
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Por su parte, María del Pilar, después de sus estudios en el Colegio Marcote, se casa muy joven -aún no había cumplido los dieciocho años- con Juan Embade Aneiros, de profesión policía nacional.
Vigo, Capilla de San Juan del Monte, 1979. Boda de Pilar Arias Goce y Juan Embade Aneiros. Arriba, Luciano Arias; a la derecha, Amparo Goce; a la izquierda, Eugenia Rodríguez. (Archivo Familia Arias Goce).
En 1979 nace su primer hijo, Luciano. Uno año más tarde, Juan, su marido, es destinado a Madrid, donde ejerce de escolta durante más de veinte años, entre otros, del alcalde Tierno Galván y de varios ministros de Cultura. A principios de los dos mil, una afección cardíaca lo aparta de su trabajo.
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En 1984, Pilar viene a Vigo a dar a luz a su segundo hijo, Juan José, por el deseo de sus padres de que fuera vigués de nacimiento. Seis años después, Pilar regresa definitivamente a Vigo. Su marido lo haría unos años más tarde.
Vigo, Capilla de San Juan del Monte, 1991, Primera Comunión de los primos, Juan José y Marta. Por la derecha, asoma curiosa Estela. (Archivo Familia Arias Goce).
Ya en Vigo, a Juan Embade se le complica su salud con otra grave enfermedad, y acaba falleciendo en 2013.
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En la actualidad, 2017, Pilar trabaja en la empresa “Pereira, Productos del Mar”, en la Avenida de Beiramar de Vigo. El tiempo no se detiene, y sus dos hijos se casan: Luciano Embade Arias, con la viguesa Olga Collazo, y Juan José, con la también viguesa Irene Costas. Le han dado a Pilar tres nietos: Alejandro, de ocho años, y Candela, de tres, de su hijo mayor; y Aitor, de cinco, de su hijo pequeño.
Vigo, 2014. Pilar Arias Goce, con sus tres nietos, Alejandro, Candela y Aitor.
Los tres biznietos de Amparo Goce López, Alejandro y Candela Embade Collazo, y Aitor Embade Costas, forman parte de la sexta generación descendiente de los Goce llegados a Baiona en 1890. Pero ni éstos, ni sus padres, conservan el legendario apellido. Ni tampoco encontramos “artistas” en ninguna de las cuatro generaciones viguesas. Y al margen del marido de Amparo Goce López, marinero de profesión, ya no queda en Vigo nadie relacionado con la pesca, como no sea Pilar, que trabaja en una industria de productos del mar… y Juan José, su hijo, que lo hace en el “Centro Oceanográfico de Vigo”, en Cabo Estai-Canido.
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Vigo, 2016. Reunión familiar en casa de Pilar, con tres generaciones de los Goce presentes. La de Pilar, la cuarta; la de sus hijos Juan José y Luciano, la quinta; y la de los nietos Candela, Alejandro y Aitor, la sexta. (Archivo Familia Arias Goce).
Baiona, 2014. María Pilar Arias Goce.
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Vigo, 2015. La familia Arias Goce, en la celebración del ochenta y un año de la abuela Amparo. De pie: Juan José, Aitor, Luciano, Irene, Olga, Fernanda, Marta y Enrique. Sentados: Pilar, Alejandro, Amparo, Candela y Estela. (Archivo F. Arias Goce).
María Fernanda Arias Goce.
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Vigo, 2014. María Fernanda Arias Goce y su madre Amparo Goce López.
Vigo, 2015. Amparo Goce López celebra su ochenta y un cumpleaños con su hija María Fernanda y sus nietas Estela y Marta. (Archivo Familia Arias Goce).
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Vigo, 2014. La hija María Fernanda Arias Goce, de “furancho”.
Vigo, 2014. Comida con la abuela Amparo. De pie: Fernanda, Marta y su pareja. Sentados: Amparo, Estela, su pareja y Enrique. (Archivo Familia Arias Goce).
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Amparo Goce López, la última de los once hermanos, continúa residiendo en Vigo. En la serenidad de su retiro, y con la entrañable cercanía de sus hijas, de sus nietos y de sus biznietos, vive acompañada de recuerdos y de nostalgias. Saca sus álbumes de fotografías, y le pasan por delante imágenes de toda una vida… de más de ochenta años. <<En esta caja -me dice- hay también muchas fotografías. Vuélcalas en el sillón, y vete escogiendo. >> Luego, hecha la selección, se avivan sus recuerdos una vez más al contemplarlas una por una: los padres, sus hermanos, la juventud en Baiona, los amigos, su marido, sus hijas… <<Me gustaría que pusieras esta foto de mi primer nieto, Luciano, que lleva el nombre de mi marido. >>
Luciano Embade Arias.
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VI. Enrique y Moncho Goce López… y los primeros Goce Denis Sería el quinto hijo, Enrique Goce López, “o valixas”, nacido en Baiona en 1921, el artífice, junto a su esposa, de la primera unión de dos apellidos altamente populares en la sociedad del pueblo baionés del pasado siglo... y también, ¿por qué no?, del presente. De su matrimonio con la baionesa Josefa Denis Mijón, “Pita a do Cantador”, nacerían tres hijas: María Luisa, Moncha y Paruca Goce Denis. Por primera vez se unían los Goce y los Denis, y ya dejarían sellada para su descendencia la fusión en sus genes del arte teatral de unos, los Goce, y el musical y coral de los otros, los Denis.
Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”, padre de Josefa Denis Mijón, “Pita”.
- Así que el arte escénico nos viene por los dos lados -declaran Moncha y Paruca Goce Denis al unísono-. El teatro, de nuestros bisabuelos Enrique y Rosa; el canto y la música, del abuelo “O Cantador”.
243
Los primeros hijos del matrimonio Goce arribado a Baiona con el teatro, todavía niños por entonces, abandonaron definitivamente la ocupación de sus padres para integrarse como unos paisanos más en el quehacer vecinal. Y ya los siguientes descendientes, nacidos todos en la villa, pasarían a formar parte de la vida baionesa con una enorme aportación de hijos, que han extendido el apellido por todos los barrios del municipio. El matrimonio Goce Denis fue unos de los muchos que se formaron en la villa, y de los contados que unieron dos apellidos singulares en Galicia, y en caso de los Goce, también en España. Y ya unidos, en este orden o al contrario, y sobre todo por separado, han proliferado por Baiona y dejado una profunda semilla de Goces y Denis. Y algunos más que otros, en mayor o menor grado, heredaron también la condición de comediantes, cantores y músicos.
Baiona, 1956. Enrique Goce López y Josefa Denis Mijón, con sus tres hijas: Moncha y Paruca en brazos, y María Luisa en el centro. (Archivo Familia Goce Denis).
<<Nuestros hijos “Nito”, “Kike”, Carlos y Clara María -comentan Moncha y Paruca-, y Marcos, nieto de Moncha, son todos músicos aficionados. El primo, Manuel Carneiro Denis, es cantante semi-profesional, y su hermano Jorge toca en la Banda Municipal de Baiona. También hay otros primos ligados a la música y al canto. >>
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Moncho Goce López, el séptimo hijo de Enrique y Concepción, nació en 1926 en Baiona. Marinero como su hermano Enrique, fueron compañeros inseparables a lo largo de su vida, y principales herederos del apodo familiar de “os valixas”. Casado en Baiona con Flora García, tuvieron tres hijos: Vicente “Chente”, Flora y María Soledad “Soli”. Las dos niñas convivieron con sus primas Moncha y Paruca desde muy corta edad.
Baiona, 1973. “Os valixas”, Moncho y Enrique, los dos hermanos inseparables, de pesca en su gamela. Eran parte de la tercera generación de los Goce. (Archivo Familia Goce Denis).
- Mi padre y mi tío Moncho -cuenta Paruca Goce-, marineros los dos, siempre andaban juntos, y eran los verdaderamente conocidos como “Os valixas”. Una amiga nuestra les llamaba “San Cosme y San Damián”, por ser inseparables igual que los santos. La gamela en la que pescaron durante muchos años, la bautizaron con el nombre de “Paru”, puede que en recuerdo mío. >>
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Baiona, Barrio de San Xoán, años sesenta. Enrique y Moncho, “os valixas”, alistindo en el garaje de la señora Ramona. (Archivo Familia Goce Denis).
Cuenta “Soli”, la hija de Moncho, que su tío Enrique y su padre eran unos pachorrentos, siempre con toda la calma… que acostumbraban a salir a la mar más bien tarde… que les costaba levantarse… Como consecuencia, llegaban de vuelta a las tres de la tarde, cuando ya no había mercado para vender el pescado que traían… <<Y ahí tienes a mi madre y a mi tía a venderlo por las tardes de puerta en puerta por el pueblo… Y todos los días así, por mucho que se pelearán con ellos para que salieran antes. Los dos hermanos, al llegar del mar, comían, echaban una siesta, y después se iban a la de María “a do forno”, en A Laxe, a jugar la partida. Las mujeres llevábamos todo el peso de la casa. Los hombres, con pescar, ya cumplían. >>
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Baiona, San Xoán, años sesenta. Enrique Goce, alistindo delante de su casa, donde nacieron sus hijas. (Archivo Familia Goce Denis).
<<Mi hermana Moncha y yo -sigue contando Parucatambién fuimos “ataderas”, y con nuestras primas “Flori” y “Soli”, nos cuidábamos de mantener en condiciones los aparejos de nuestros padres, que andaban juntos en la mar. >>
Baiona, 1974. Moncha y Paruca, con sus primas, “atando” en el muro de la huerta de la señora Manuela. (Archivo Familia Goce Denis).
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<<Mi madre y la tía Flora eran las encargadas de vender el pescado que cogían sus maridos, “os valixas”. Lo recogían en la Praia da Ribeira, y desde la gamela lo llevaban a la Praza do Peixe, que por entonces se encontraba allí mismo. >>
Baiona, Praia de A Ribeira, años sesenta. Flora y “Pita a do Cantador”, esposas de “os valixas”, llevando el pescado a la lonja para venderlo.
Las familias de marineros en Baiona seguían las legendarias costumbres de organizar su vida cotidiana alrededor de la pesca. Los padres, y los hijos a partir de poco más de doce años, salían a pescar en sus gamelas y en sus lanchas por Cabo Silleiro, Oia, las Illas Estelas, las Illas Cíes… cuando no decidían embarcarse en pesqueros que faenaban durante veinte días por las costas próximas, o incluso por más tiempo, si bajaban al Mediterráneo, a las costas de África… <<”Os valixas” faenaban por aquí cerca, sus esposas vendían el pescado, y nosotras, las hijas, “atábamos” los aparejos. >> Ésta fue una de las ocupaciones de las baionesas que se perdieron con el paso del tiempo. Las niñas, ya en edad temprana, eran enseñadas por sus madres en la propia casa, para luego, en los aparejos familiares o en las chabolas de los armadores de la villa, desempeñar este indispensable trabajo para la pesca.
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<<Mi madre se empeñó en que fuésemos “ataderas” -cuenta Paruca-. Nos decía: “Aprender o oficio pra logo poder axudar os vosos homes”. Al poco de casarnos, años setenta, se acabó el oficio en Baiona. >> Ahora, en 2016, la flota pesquera de Baiona, tal vez la mejor de Galicia en los años cuarenta, cincuenta… ha desaparecido.
Baiona, años setenta. Las hijas de “os valixas”, atando el aparejo en los Tendales: Paruca, “Soli”, Moncha y “Flori”. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, 1949. La tripulación del “Espada grande”, bautizado el “Manuel”, de los Lojo y de Pepe “o resucitado”, posa para la foto delante del muro del castillo que daba a la Palma, hoy desaparecido. Después, tocaba recoger el aparejo, trasladarlo al muelle, y embarcar. Entre otros: “O veneno”, “O Canero”, “Rachote” -el patrón-, Enrique “o valixas”, Antonio “o corrancho”, “O fritidelas”, Juan “o de Allú”, Jesús “o postín” patrón de costa”-, Moncho Acevedo…
Baiona, años cuarenta. El “Espada” pequeño, con la matrícula aún de “Bayona”.
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Baiona, años cuarenta. “Os valixas”, Moncho y Enrique Goce, marineros los dos, a bordo del “Elenita”. (Archivo Familia Goce Denis).
En las casas de marineros, el pescado, como es natural, forma parte de la alimentación básica de la familia. Las escenas de las amas de casa preparando el peixe de cada día, se repiten en las fotos con asiduidad. Muchas veces lo hacían delante de su propia casa.
Baiona, Barrio de San Xoán, años sesenta. “Pita” Denis, agachada, escochando sardiñas. De pie: Aurora, su marido, Lola y la señora Dolores “a portughesa”.
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1950. “Pita” Denis, con su hija María Luisa.
1953. “Pita a do Cantador” y Enrique “o valixas”, con sus hijas Moncha y María Luisa.
A Ribeira siempre ha sido un lugar predilecto de los baioneses para dejar sus imágenes familiares para el recuerdo. No se encontrará una sola casa en la villa que no contenga fotografías en ese escenario, y en muchas de ellas, con una gamela como acompañante de la escena.
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Baiona, 1961. Enrique y “Pita” con las tres hijas, delante de su casa en el Barrio de San Xoán. Un barrio ocupado en su mayoría por las familias de los Goce.
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Año 1951. Flora García y Moncho Goce López, “o valixas”.
Baiona, 11 de agosto de 1952. Vicente “Chente” Goce García, con un año de edad.
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Baiona, Praia de A Ribeira, 20 de agosto de 1951. Flora García, la abuela Sion, María Luisa Goce Denis, Rosa Goce López y “Chente”, aún bebé.
Las dos familias, la de Enrique y la de Moncho, han llevado a lo largo de su tiempo una vida paralela, siempre unidas y con una total convivencia. Los hijos de ambos han sido más hermanos que primos. Las entrañables fotografías que quedaron muestran esa relación amorosa y cercana, y dan esa sensación clara de vivir juntos en el trabajo, en los momentos de ocio, en las celebraciones… en todos los lugares.
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Baiona, Calle de Elduayen, 1957. Los hermanos “Chente” y “Flori” Goce García.
Recuerdan sus hijas, que tanto Enrique como Moncho, “os valixas”, no querían saber nada de embarcarse en campañas largas de pesca. Ellos necesitaban dormir todos los días en su casa, eran mucho de convivir con la familia en el barrio de San Xoán donde residían, junto a muchos otros Goces y Denis.
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En una ocasión, se supone que presionado por su esposa, “Meu pai marchou pa Fransia”, comenta “Soli”. Le acompañaban su hermano Balbino y su cuñado Antonio “o checo”. Enrique, el inseparable hermano, no pudo ir por no conseguir a tiempo el necesario permiso administrativo. <<Non levaba un mes fora -explica “Soli” con su especial gracejo- e aparece meu pai na casa. As fillas saltábamos de aleghría, e eu alá fun correndo ata a praza a avisar a miña nai a ghritos: “¡¡Mamá, mamá!! ¡Cheghou papá!... E miña nai, ao escoitarme, “¡Aaaah!...”, di toda compunxida, baixando a cabeza… >> Moncho no aguantó más tiempo lejos de casa, y para agravar aún más el momento, volvía sin dinero. Había cogido un avión por su cuenta, y gastó todas sus ganancias en el viaje de regreso. Otra vez, también según su hija “Soli”, ya había salido el barco del muelle a una campaña de pesca de meses, y al cabo de media hora de navegación, Moncho hizo regresar al capitán a puerto con el pretexto de que estaba muy mal, muy mal, que vomitaba sangre… No embarcó nunca más, se quedó para siempre con su hermano Enrique en la gamela. Los dos hermanos eran extraordinarios pescadores, con ese olfato especial que tienen los “buenos”… Había marineros que andaban detrás de ellos para ver dónde pescaban. <<”O panadeiro” non se separaba deles -recuerda su sobrino “Tano”-. Estando onde os irmáns, viña sempre ca ghamela carghada de peixe. Coma ao día seguinte,“O panadeiro” xa estaba alí esperando, “Os valixas”, ao miralo, xa cabreados, collían outra ruta. >> En Baiona nadie se salva sin un apodo, y de muchos de aquellos curiosos motes nadie conoce su motivo. <<A mi abuelo Avelino García -cuenta “Soli”- chamábanlle “Amberes”. Nadie lo conocía por su nombre. Había sido portero del “Bayona Sporting Club” en los años treinta, y jugando un día en Gondomar, les pitaron un penalti en contra. Unos aficionados, recordando la hazaña del portero de España en la Olimpiada de Amberes de 1920, en la que paró un penalti, le gritaron: “¡Avelino! ¡Avelino! ¡Como en Amberes! ¡Páralo!”. Mi abuelo lo paró, y le quedó “Amberes” para siempre. >>
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A Ribeira, 1951. María Luisa Goce, con su tía Rosa Goce López, y su primito “Chente”. (Archivo Familia Goce Denis).
Baiona, A Ribeira, 1951. Fiestas de La Anunciada. Rosa Goce López, “Chente”, Amparo Goce López, “Pita” Denis, María Luisa Goce Denis y Flora García.
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Baiona, La Anunciada, 1951. Rosa Goce López, María Luisa Goce Denis -con seis añitos-, y su madre, “Pita” Denis Mijón. (Archivo Familia Goce Denis).
En las fiestas de La Anunciada era costumbre que todos los baioneses salieran a la calle con sus mejores galas, y por lo general, acompañados de la familia al completo. La ocasión la aprovechaba el fotógrafo de turno para hacer un buen negocio. No había papás, mamás, abuelas, tías… que no demandaran de la cámara fotográfica las correspondientes fotos familiares. A diferencia de hoy, las imágenes se hacían esperar unos días… y por supuesto, con un precio muy distinto.
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Baiona, A Ribeira, agosto de 1962. Enrique y “Pita”, con sus tres hijas: Moncha, Paruca y María Luisa. (Archivo Familia Goce Denis).
La imagen anterior no deja lugar a dudas de que es un día de fiesta. La corbata de Enrique Goce sólo sale a relucir en bodas, primeras comuniones, bautizos… y en las fiestas del Carmen y de La Anunciada. Estas fechas son de máxima celebración para un marinero, que tiene en las dos vírgenes a sus patronas protectoras.
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Baiona, 1964. Flora García, con sus tres hijos: “Flori”, “Soli” y “Chente”.
“Chente” Goce García, el hijo mayor de Moncho “o valixas”, fue marinero como su padre. Contrajo matrimonio con una chica de O Rosal, y no tuvieron descendencia. Su hermana “Flori” se casó con Celso Rodríguez “Sito”, marinero de Baiona, y viven en A Percibilleira. Tienen dos hijos: José Celso Rodríguez Goce-trabaja en Indugasa de Vigo- y Florita Rodríguez Goce -funcionaria del Concello de Baiona-. La hermana pequeña, “Soli”, se casó con Juan Vilar, empleado en la Cofradía de Pescadores de Baiona durante un tiempo, y con una larga trayectoria como marinero. Fallecido en 2011. Tuvieron dos hijas: Ana y Lucía Vilar Goce. Ana trabaja en “Dorna”, la tienda de deportes de Baiona, mientras que Lucía es una buena enfermera de Povisa.
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“Soli”, igual que sus primas Moncha y Paruca, sacó a relucir de niña y de adolescente los genes de los Goce, participando con las monjas en aquellas históricas representaciones teatrales. Aún hoy en día, 2016, conserva aquel carácter divertido y escénico de la saga para contar las múltiples anécdotas que ha vivido.
Baiona, 1965. Primera Comunión de “Soli” Goce García. Junto a ella, sus padres Moncho Goce “o valixas” y Flora García, y sus hermanos, “Flori” y “Chente”.
La relación con el mar de los descendientes de Moncho Goce “o valixas” siguió manteniéndose. Su hijo fue marinero, y sus dos hijas se casaron con marineros. Pero es muy posible que la siguiente generación ya no tenga nada que ver con la pesca en sus ocupaciones profesionales.
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Portugal, 2006. El matrimonio Juan Vilar y “Soli” Goce García, con sus hijas Lucía y Ana. (Archivo Familia Vilar Goce)
Oia, 2015. “Soli” Goce García, con su sobrina “Flori” Rodríguez Goce a su izquierda, y sus hijas Ana y Lucía a la derecha. (Archivo Familia Vilar Goce).
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Baiona, Escuelas Públicas, años treinta. Entre los alumnos, y señalados con una flecha, Antonio Goce “Cabecitas” y Balbino Goce López. (Archivo F. Goce Denis).
En estas Escuelas Públicas, donadas por el marqués Ventura Misa y Bertemati al pueblo de Baiona en 1880, hicieron sus primeros estudios muchos niños y niñas baioneses. Por supuesto que en clases separadas como correspondía a las costumbres de la época. Sus descendientes los reconocerán, y es posible que los que aún vivan, se acuerden de la mayoría de sus compañeros. En la clase de al lado estarían las niñas de unas edades similares, y entre todos ellos, se encontrarían con toda seguridad varios Goces y varios Denis, abuelos y bisabuelos de los que hoy lucen apellidos de tanto linaje por la villa. Y hasta se puede suponer que de estos grupos hayan surgido algunos futuros matrimonios de los Goce y de los Denis. En todo caso, la simiente de comediantes por un lado, y la de cantadores y músicos por el otro, sí que ha quedado extendida por toda la población. Comparsas en O Entroido, rondallas, corales, bandas de música, teatros escolares y parroquiales, grupos pop… nunca han faltado en Baiona, ni parece que vayan a faltar en el futuro. Lo que en cambio resulta una verdadera lástima es que las viejas Escuelas Públicas de la Rúa Alférez Barreiro hayan desaparecido, y no se conserve al menos una parte de ellas para testimoniar el paso de cientos de baioneses por sus pupitres.
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. Las hermanas Goce Denis: María Luisa, Paruca y Moncha, en 1956, 1957 y 1958.
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Baiona, 1942. Cándida, Lola “a xurela”, “Solita” y “Pita a do Cantador”.
Baiona, años cuarenta. Enrique Goce López, “o valixas”, y Miguel Prado, paseando por el medio de la Calle de Elduayen en un día de fiesta. (Archivo Fam. Goce Denis).
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Coruxo, 1951. Josefa Denis Mijón, “Pita a do Cantador”, esposa de Enrique Goce López, “o valixas”. (Archivo Familia Goce Denis).
Cuando el inacabable tiempo de trabajo hacía un pequeño parón en sus vidas, las familias disfrutaban de esos momentos de ocio con plena felicidad. Paseos por la villa, escapadas a Vigo, excursiones a los pueblos vecinos, celebraciones de todas las fiestas de la comarca… y por supuesto, siempre ataviados en esas ocasiones con las mejores galas. En los hombres no podían faltar ni el traje ni la corbata. En las mujeres, bonitos vestidos.
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Vigo, Calle del Príncipe, 1942. “Pita” Denis, y su sobrina, Pitusa Coello Denis.
Vigo, Calle del Príncipe, 1958. Los padres, Enrique y Josefa, con sus tres hijas: Paruca, María Luisa y Moncha. En medio, la tía Amparo Goce López, madrina de Paruca. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, A Ribeira, 1961. Los padres, Enrique y Josefa, con sus tres hijas: María Luisa, Paruca y Moncha. (Archivo Familia Goce Denis).
Baiona, años cincuenta. Arriba: Moncho Goce y su esposa Flora García, “Lita” Goce Miniño, Rosa y Rogelio Goce López, y a su derecha, Rogelio hijo. Abajo: Carmiña Goce Miniño, “Pita” Denis y su hija María Luisa, Balbino Goce López y “Chente”, hijo de Moncho y Flora. (Archivo Familia Goce Denis).
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Las tradicionales romerías de la Virgen de la Roca en Baiona, de la Virgen de la Cela en Baredo, de Las Angustias en Nigrán… y alguna más por la comarca, se han mantenido entre las costumbres de los miñoranos durante más de un siglo. En esas fechas de sagrado cumplimiento, las familias se reunían e iban caminando por la carretera, por los caminos, por el monte… llevando las empanadas, las tortillas, el vino… que luego disfrutaban en medio de los pinares. Y durante la marcha, no podían faltar las viejas canciones populares, que así se fueron transmitiendo de generación en generación. Cuando en esas familias en romería había varios Denis, no se paraba de cantar ni un instante… Luego pasaban unas inolvidables jornadas de camaradería, de juerga, los niños en incansables juegos… y si había banda de música, se bailaba…
Fiesta de la Virgen de la Roca, 1957. Entre otros: los hermanos Balbino, Rogelio, Emilio y Moncho Goce López, Lino Denis, Joaquín “Barros”, Viñas, Antonio “o checo”, su mujer Rosa Goce López, “Kiko” Carrillo Goce, tía Pacífica, Josefa Denis, Enrique Goce “o valixas”, Paruca Goce Denis, abuela Sión, María Luisa Goce, Dora Carrera, Amparo Goce López, Moncha Goce Denis, Carmen Carrillo Goce…
<<Las mujeres iban caminando de romería con las empanadas y los bultos con comida sobre la cabeza -recuerda Pitusa-. Los sostenían sobre el “redullo”*… y las empanadas eran tan grandes como una rueda de coche. >> *. Redullo, del gallego: rosca de tela que se ponían las mujeres en la cabeza para equilibrar la carga que portaban sobre ella.
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Baredo, Fiestas de la Virgen de la Cela, 1964. Entre otros: Carlos Fernández, Esperanza F. Vernet, Antonio “de Mauricio”, Celia “a do gaiteiro”, Juana, Amparo “a tendeiriña”, Sabas, “O buzo”, Julia “a Cachú”, Dolores “a do Charita”, Cati, Tere, María Luisa Goce Denis, “Pita” Denis, Moncha y Paruca Goce Denis, Ramona “a de Sabas” y su hija Monchi, Laura, Celina, Dora Goce “a do Cabecitas”…
<<En Baredo -apunta Benito Pérez-, algunas veces se comía alrededor de las “medas”*, que proliferaban por los campos de la zona. >> *. Meda, del gallego: montones de paja o hierba puestos a secar en los campos.
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Fiesta de la Virgen de la Cela, 1962. Sentados alrededor de una meda: Julia “Cachú”, Geles “a de Mauricio”, Begoña Nartallo, Paruca Goce y “Jejé”.
Fiesta de la Virgen de la Roca, 26 de agosto de 1962. La comida campestre reunía a la familia y amigos alrededor del mantel. Entre otros: Marcelino Denis “tres toros”, Balbino Goce, Rosa Goce y su hija “Came”, tía Pacífica, Tonio Carrillo “o checo”, Toñi “o neco”, Filomena “a araghona” y su hija Lola, Victoria Chamorro…
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En los álbumes familiares de Paruca Goce no podían faltar las fotografías de las celebraciones: bodas, bautizos, primeras comuniones… En una familia tan extensa, y con tantas relaciones sociales en la villa, tenía que ocurrir así.
Baiona, 1962. Boda de Lolita Ratel, “a do Rachote”, y Marcelo “Barros”. Arriba, de izquierda a derecha: Simón, Carmela “a Chamorra”, Enrique Goce López, “Pita” Denis Mijón, María Luisa Goce Denis, señora Claudina “a curuxeira”, Chelo, Elisa González Mijón, hermana del novio, su hija Cela, Miguel “o carpinteiro” y Milagros González Mijón. Abajo, además de los anteriores: los novios, Carlos González Mijón, Carmen Goce, Ernesto Denis, Filomeno, Costas… (Archivo Familia Goce Denis).
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“Hotel Bayona”, 1962. Boda de Lolita Ratel, “a filla do Rachote”, y Marcelo “Barros”. En la cocina, a punto de salir con las fuentes, Elvira, Lino Denis Mijón -hijo de “O Cantador”-, Mercedes “a Chineta”, Agustina Ríos Costas y Joaquina Pérez Leyenda.
Baiona, 1962. “Pita a do Cantador” y Enrique “o valixas”, bailando en la boda de Lolita Ratel y Marcelo “Barros”. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, Fiestas de la Virgen del Carmen, 1961. Primera Comunión de Moncha y Paruca Goce Denis, con ocho y seis años respectivamente. (Archivo F. Goce Denis).
Baiona, Rúa do Conde, años sesenta. Primera Comunión de Moncha y Paruca Goce Denis en el día de la Virgen del Carmen. Entre otros: Jesusa Barra, Isabel “a ratita”, Pastora, Isa, el matrimonio Enrique Goce y “Pita” Denis -“mayordomos” de la fiesta de ese año-…
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Baiona, años cincuenta. Rondalla “El Coro de los Reyes”, dirigida por el señor Oriental, situado en el medio del grupo con chaqueta y corbata. Entre otros: Moncho, Mano, Pilar “a ghata”, Amador Coello “zapateiro”, Queta, Venturita, Emilín, Viñas, José Luis Coello Denis, Casimiro Pereira, Mario Vasconcellos, Antón, José Rodríguez, Lola “a zapatillera”, Manolo González “Barros”… Entre su repertorio, se encontraban varias obras para comparsas de Urbano Vernet. (Archivo E. F. Vernet).
<<Era una rondalla muy popular, no sólo en Baiona, sino también en toda la comarca -comenta Pitusa Coello Denis-. Me parece que le llamaban “El Coro de los Reyes”, pero no estoy muy segura. La dirigía el señor Oriental, el padre de las Verísimas. Mi padre, Amador Coello, zapatero de profesión, pertenecía al grupo, lo mismo que mi hermano José Luis, que tocaba la bandurria, y yo misma, que cantaba. Mi padre tenía trabajando en su taller a Emilín, que allí aprendió el oficio de zapatero. Luego, en verano, Emilín atendía su churrería al comienzo de la Rúa Ramón y Cajal. >> Más adelante, en los años sesenta, ya desaparecido el grupo anterior, se forma en Baiona la “Rondalla Monte Real”, dirigida por Augusto Méndez Viéitez. Entre sus componentes, como es costumbre, no podían faltar los Goce, en este caso, José y Tito Goce “Naveira”, los dos con sus guitarras.
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“Rondalla Monte Real”, años sesenta. Arriba: Albino González, Ulpiano, José Goce, Manuel Lafuente, Emilio Blach, Mario Fragata y Jesús Vilar. Delante: Jesús Alar, José Barra, Antonio Martínez Vilar, Nicanor Jiménez, el director Augusto Méndez Viéitez, Eugenio Marcote, Ángel Rodríguez, Ángel Martínez Vilar, Augusto Méndez (hijo) y Ángel González.
Baiona, Rúa Xogo da Bola, años sesenta. La “Rondalla Monte Real”, estrenando uniforme de tuna en el día de La Anunciada. Arriba: Albino González, Ángel González, Antonio Lafuente, Mario Fragata, Alfonso Pazos, Emilio Blach, Tito Goce “Naveira”, Emilio, Pepe e Ignacio. En medio: José Barra, Nicanor Jiménez, Jesús Alar, Augusto Méndez y Artemio Leyenda. Delante: Jorge Figueirido y Armando Pereira. (Archivo Jesús Alar Leyenda).
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Baiona, Barrio de San Xoán, años sesenta. Josefa Denis, “Pita a do Cantador”, y Enrique Goce, “o valixas”. (Archivo Familia Goce Denis).
Baiona, Barrio de San Xoán, 1963. Arriba: la señora Dolores “a portughesa”, Enrique Goce López, Josefa Denis, Aurora y su marido. Abajo: Moncha, Ferna, María Luisa y Paruca. (Archivo Familia Goce Denis).
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<<Íbamos al “Colegio Virgen de la Roca” de las monjitas franciscanas del “Hospital Sancti Spiritus” -comentan las hermanas Goce-. Ya de niñas, sacamos enseguida a relucir nuestra vena teatral heredada de los bisabuelos. Teníamos muchas actuaciones a lo largo del curso, y luego las monjas, con lo que recaudaban en las funciones, se hacían una excursión a Portugal. Eran portuguesas casi todas, y deseaban ir a ver a la familia. >>
“Colegio de la Virgen de la Roca”, curso 1962/63. Moncha y Paruca Goce Denis.
<<La Hermana del Divino Corazón tocaba el piano de maravilla -recuerda Pitusa Coello Denis-, y sabía mucho de música. Cuando alguien desafinaba en el coro, ¡le echaba unas miradas!… Era bajita, pero tenía un genio terrible. >> La congregación franciscana había llegado a Baiona huyendo de la persecución que sufrían las monjas en Portugal. Tenían a su cargo el “Hospital Sancti Spiritus”, y cuando se cerró como tal, siguieron dando comida a los pobres y vagabundos de la comarca. Y en la misma calle, justo en la casa de enfrente, las monjas habían organizado el “Colegio Virgen de la Roca”, al que asistieron las hermanas Goce y una gran mayoría de niñas baionesas de aquella época.
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1965. Arriba: Marcos “o portughés”, Loli, Isa y Came. En medio: Carmeli, Paruca, Moncha y Sefa. Abajo: Michel, Basilín y Cela.
Baiona, Barrio de San Xoán, 1967. Delante de la casa de María “a bicha” -en la actualidad “Tapería San Xoán”-: Monchi Vaz, Moncha y Paruca Goce, Mary Flor Vaz, Carmeli Figueirido y Titi Vaz.
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Baiona, 1965. En el atrio de la Colegiata. María Luisa, Paruca y Moncha Goce Denis, Marciana y su primita. (Archivo Paruca Goce Denis).
Virgen de la Roca, 1967. Sefa Figueirido Acevedo, Moncha y Paruca Goce Denis, Carmeli y Toñi Figueirido Acevedo. (Archivo Familia Goce Denis).
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Virgen de la Roca, 1967. Moncha y Paruca Goce Denis.
Virgen de la Roca, 1967. Carmeli Figueirido, Paruca Goce, Toñi y Sefa Figueirido, y Moncha Goce.
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Grupo parroquial de Baiona, excursión por la provincia, años setenta. De pie: Mita “a do Aral”, Loli Carneiro, Flori Goce García y Ana Denis Goce. Sentadas: Carmiña, una compañera, Paruca y Moncha Goce Denis. Por cierto, Moncha lleva en su mano una pandereta. Donde estuviesen las hermanas, los cantos no podían faltar.
La vena teatral de las hermanas Moncha y Paruca, ya había comenzado casi una década antes de estas últimas imágenes. En 1960, con tan sólo cinco y seis años, comenzaron con las monjas su trayectoria de comediantes, que por lo general iba acompañada de las correspondientes interpretaciones musicales. La sala se llenaba de familiares que aplaudían generosamente a las niñas.
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Baiona, Jardín del “Hospital Sancti Spiritus”, julio de 1960. Paruca y Moncha Goce Denis, antes de una actuación con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”.
Cada año, las monjitas del “Colegio Virgen de la Roca” preparaban su función fin de curso, y las niñas salían con los vestidos adecuados al grupo coral que representaban. Las funciones las hacían en el “Hospital Sancti Spiritus”, donde las monjas aún atendían parcialmente a los enfermos sin medios.
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Baiona, “Hospital Sancti Spiritus”, 1960. Actuación musical de las niñas del “Colegio Virgen de la Roca”. Entre otras: Geles, Mallí, Mary Luz, Paruca y Moncha Goce, Loly Carneiro, Gena… (Archivo Familia Goce Denis).
Durante la actuación. En la primera fila, Geles, Mallí y Paruca Goce.
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<<Aún recuerdo la canción que cantábamos en esta otra actuación -explica Moncha Goce… y la canta… y enseguida la acompaña su hermana Paruca… “Maripositas somos… volamos de flor en flor… aquí venimos todas a saludar a los señores… la la la… Maripositas somos, volamos de flor en flor…”
Baiona, “Hospital Sancti Spirutus”, 1961. Actuación musical de las niñas del “Colegio Virgen de la Roca”. Arriba: Mocha y Paruca Goce Denis. Abajo, entre otras: Amparo Vilar, María José, Paruca Goce… (Archivo Familia Goce Denis).
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Años después, entre 1965 y 1971, la Sección Femenina organizaba actuaciones de baile gallego en el salón de la O.J.E. En el grupo no podían faltar las hermanas Goce… y dos primas.
Baiona, local de la O.J.E., 1965/66. Actuación del “Grupo de Baile Gallego” de la Sección Femenina. Entre otras: Came Carrillo Goce, Paruca Goce, Sefa Figueirido, Moncha Goce, Carmeli, María José, Teté Goce, Mary Flor, Ana Santodomingo…
Baiona, Casino de Baiona, agosto de 1968. “Grupo de Baile Gallego” de la Sección Femenina. De izquierda a derecha: Juli “a Cachú”, Carmeli Figueirido, Teté Goce, Sefa Figueirido, Moncha Goce, Salud “a do Aral”, Paruca Goce y María Flor.
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Baiona, Salón Parroquial, 1969. El “Grupo Coral Infantil”, organizado por el sacerdote don José Carbajal. Delante: María del Carmen Castro, Sefa Figueirido, Ana Denis Goce, Carmeli Figueirido, Paruca Goce Denis y María José Pereira -ingresó como monja franciscana unos años después-. Detrás, entre otros: “Rober”, Jorge y José Denis Goce, Teté Goce, María Jesús Cedeira… (Archivo Familia Goce Denis).
<<En este grupo, catorce en total, la mitad éramos Goce y Denis -confiesan Moncha y Paruca-. Los genes por el canto, el baile y el teatro de ambas familias salían a relucir a la mínima oportunidad. En esta actuación cantamos “La vida sigue igual”, de Julio Iglesias, “Negra sombra”… Por la izquierda de la fotografía asoma la sotana de don José Carbajal, cura de Baiona, que siempre nos apoyaba en todas nuestras iniciativas. Era un santo. Pero al mismo tiempo que cantábamos, también bailábamos en el “Grupo de Baile Regional” de la Sección Femenina, que dirigía la señorita Julia Varela. Y si se preparaba alguna obra teatral con las monjas del colegio, o en el Salón Parroquial, allí estábamos hermanas y primas Goce y Denis, haciendo honor a nuestros apellidos. >>
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Baiona, julio de 1969. El “Grupo de Baile Regional” de la Sección Femenina, actuando en el Salón Parroquial, por entonces situado en los bajos del Convento de las Dominicas. Entre ellas, Carmeli Figueirido y Paruca Goce Denis. (Archivo Familia Goce Denis).
En la siguiente fotografía, el grupo del “Colegio Virgen de la Roca” canta y baila “La viudita del Conde Laurel”, un trozo de zarzuela de las muchas que guardaban las monjas.
Baiona, julio de 1969. Actuación teatral del “Colegio Virgen de la Roca” en el Salón Parroquial. De izquierda a derecha: Ramonita, Moncha Goce, María del Carmen Castro, Paruca Goce, Carmeli Figueirido, Tere Abraldes, María José Pereira y Sefa Figueirido. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, Salón Parroquial, 1970. Cantando “Viva la Gente”. Sefa Figueirido, Tere Abraldes, Carmeli Figueirido, Lourdes Carneiro, Isabel, Paruca Goce Denis y Ana Denis Goce. (Archivo Familia Goce Denis).
Baiona, Salón Parroquial, 1970. Paruca Goce Denis, cantando “La Violetera”.
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Baiona, Salón Parroquial, 1970. Paruca Goce Denis, en su papel de violetera. Destaca el precioso decorado del escenario, preparado por las monjas del colegio.
El Salón Parroquial por entonces, década de los sesenta y principios de los setenta, estaba situado en los bajos del Convento de las Dominicas que dan a la Rúa Carabela La Pinta. Fue el centro de una enorme actividad cultural hasta que se cerró, no sabemos por qué motivo.
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Y del baile y del canto a la obra teatral. Se reconoce la categoría artística de las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”, con un esmerado cuidado en la puesta en escena: vestuario, decorado, ambientación… actrices de gran nivel… y tres Goce entre el elenco de artistas.
Baiona, Salón Parroquial, 1970. Obra teatral dirigida por las monjas. Arriba: Paruca Goce Denis, Pili y Carmeli Figueirido. Abajo: Isabel, Ana Denis Goce, Paruca Goce Denis, María José Pereira, Pili, Tere Abraldes y “Soli” Goce García.
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1969. Paruca y Moncha en la “tuna”.
1971. De “majorettes”, con su sobrina “Mili”.
El grupo de “majorettes” cantando “Soldadito español”. Entre otras: María del Carmen, Paruca Goce Denis, Ana Denis Goce… (Archivo Familia Goce Denis).
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<<La chabola de los Fariña fue una de las últimas en desaparecer de Baiona -cuenta Paruca-. Por entonces, finales de los setenta, aún tenían el “Almuiña II” y el “Lola Calvo”, pero al poco tiempo el pueblo se quedó prácticamente sin barcos. Fue el final de un oficio tan noble para las baionesas como había sido el de “atadera”. A lo largo de casi un siglo, y ya desde muy niñas, la mayoría de las mujeres de la villa trabajamos en ese oficio. >>
Baiona, 1979. “Atando” en la chabola de los Fariña. Arriba: Isabel, Loly, una compañera, Isa, Paruca y Moncha. Abajo: Moncha, Paruca, Juli y Victoria. “La pared de fondo estaba empapelada con fotos de los cantantes de la época”… “ Y en invierno había un par de estufas a butano, y algunas compañeras asaban allí mismo las manzanas”, cuenta Paruca.
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Aquellos inmensos carros con los aparejos, tirados por más de veinte marineros camino del puerto o de los tendales, ya hace muchos años que desaparecieron. Y los otro tan comunes, de menor tamaño, también quedaron borrados del paisaje cotidiano baionés de casi un siglo. No ha quedado ni uno.
Baiona, años setenta. Paruca Goce, Charo, Carmeli Rodríguez, Amparito y Loly.
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Baiona, Santa Marta, 1969. Moncha Goce, Marciana Fernández y Paruca Goce, con “Mili”, una sobrinita. (Archivo Familia Goce Denis).
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Baiona, A Ribeira, 1969. Paruca, “Mili” y Moncha, delante del mural del Descubrimiento, obsequio del industrial Moisés Álvarez. (Archivo Familia Goce Denis).
Las hermanas Goce Denis, rebasada la niñez, pronto comenzarían a cantar en la “Rondalla Virgen de la Roca”, en los actos religiosos de la Colegiata con el “Grupo Balcagia”, en los conciertos pop de “Testimonio J.U.M.”, haciendo conjunto con sus compañeros Urbano Cabrera, José Manuel “Vasco”, Pepe Costas, Tito Iglesias, Benito Pérez, Carlos González, Paco Leyenda… Tiempo de un éxito inolvidable para ellas.
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1972. En el centro, Dolores “a portughesa”; a la izquierda, una nieta, y a la derecha, “Pita” Denis.
Baiona, A Ribeira, 1988. Florita Rodríguez Goce, hija de “Flori” Goce, su tío Enrique Goce López, y en sus brazos, Ana Vilar Goce, hija de “Soli” Goce.
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San Xoán, 1972. Enrique Goce y Josefa Denis, con sus hijas Paruca y Moncha.
Enrique Goce López, “o valixas”, y Josefa Denis Mijó, “Pita a do Cantador”.
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Baiona, 1987. Enrique Goce López, “o valixas”, y Josefa Denis Mijó, “Pita a do Cantador”, en la Primera Comunión de un nieto.
Enrique Goce López, “o valixas”, falleció en 1999 a la edad de setenta y siete años. Su inseparable hermano, Moncho, como ya había vaticinado la familia, no tardaría mucho tiempo en morirse.
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Hasta el último momento, los hermanos aún salían a pescar “para casa” en su gamela “Paru”.
Baiona, 1989. Enrique Goce López, “o valixas”, todavía saliendo a pescar en la gamela “Paru” en sus últimos años.
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Los años fueron pasando, y María Luisa, “Isa”, aquella niñita que se le ve crecer a través de las imágenes, además de ser la primera hija de “Pita a do Cantador”, fue también la primera Goce Denis, y sería asimismo la primera de las hermanas en casarse. Contrae matrimonio en 1966 con Manolo Fernández, marinero de profesión, y fijan su residencia en O Burgo.
Baiona, La Anunciada, 20 de agosto de 1951. María Luisa Goce Denis, “Isa”, a los seis años de edad, con su primito “Chente” Goce García, hijo de Moncho “o valixas”.
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A la izquierda: Baiona, 1948. “Isa”, a la edad de tres años. A la derecha, en 1950, a los cinco, disfrazada para el Carnaval.
A la izquierda, en 1950, María Luisa, a los cinco años de edad, vestida de ángel para una procesión. A la derecha, en el invierno de 1951, a los seis años.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1953. María Luisa Goce, “Isa”, a los ocho años.
María Luisa, después de casada, se hizo mariscadora, y fue una gran activista en la defensa de los derechos de los marineros. Junto a Cristina de Castro y María del Carmen Grobas, fundó la asociación de mujeres de marineros “Rosa dos Ventos”, que entre otras acciones, gestionaba ante los conselleiros de la Xunta de Galicia posibles mejoras en las condiciones de trabajo de los pescadores. Dentro de su actividad, asistieron en Gijón, en Madrid y en otros lugares, a convenciones nacionales donde se trataban asuntos relacionados con los trabajadores del mar. Como mariscadora, presidió primero la “Asociación Estrela do Mar do Val Miñor”, y después, integrada en la Cofradía de Pescadores “La Anunciada” de Baiona, fue presidenta de la “Asociación de Mariscadoras”. María Luisa también formó parte activa del grupo de pioneros que consiguió de la parroquia que se celebrase la Santa Misa en el día de la festividad de la Virgen del Carmen en el muelle de Baiona, y que en su honor, saliese la procesión marítima por la bahía. Hace unos años, junto a otras mujeres trabajadoras de la villa, fue homenajeada por el Concello de Baiona por su destacada trayectoria laboral y su lucha incansable en defensa de los derechos de los trabajadores del mar.
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Baiona, 1951. Los hermanos Amparo y Balbino Goce López, y Marcelo González “Barros”. Delante, “Isa” Goce Denis. (Archivo Familia Goce Denis).
Marita, “a de María do forno”, e “Isa” Goce Denis.
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Fiestas de la Virgen de la Roca, 25 de agosto de 1957. María Luisa Goce, la esposa de Joaquín “Barros”, Amparo Goce y Dora Carrera, jugando al popular “¿Dónde deu…?”.
Baiona, Rúa Ramón y Cajal, 1961. María Luisa Goce Denis, “Isa”.
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Baiona, A Palma, 1963. Entre otros: “O fillo do Capelán”, Cardiño, Lois Pedreira, María Luisa Goce, Rosalía “a corrancha”, Carmiña “a ghemela”… “En esa época, cuando se tenía novio, se dejaba de salir en pandilla. Se le guardaba ´cara´ en su ausencia”, recuerda Paruca.
1962. María Luisa Goce, “Isa”.
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Baiona, 9 de octubre de 1966. María Luisa Goce Denis y Manuel Fernández, en el día de su boda. (Archivo Familia Goce López).
Rodeado de familiares y amigos, “Isa” y Manolo contraen matrimonio en la Colegiata de Santa María de Baiona. Luego lo celebrarían en el “Hotel La Anunciada”, un lugar de plena moda en aquellos años para este tipo de actos sociales. Pocos Denis y Goces faltaron a la boda, si acaso, varios marineros de la familia embarcados en ese momento.
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Baiona, “Restaurante La Anunciada”, 9 de octubre de 1966. Boda de María Luisa Goce y Manolo Fernández. A la izquierda, entre otros: Lino Denis Goce, Ermitas López, Pacífica, Jesús Soliño “o pamplón”… De pie: Charo Soliño Prado… y Elizabeth.
Baiona, 1968. María Luisa Goce, con su hija “Mili”.
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María Luisa Goce Denis y Manolo Fernández tienen tres hijas: Emilia “Mili”, Ana y Rebeca, ninguna relacionada con los trabajos del mar. “Mili” es directora de una empresa de Recursos Humanos; Ana trabaja en “Establecimientos Cholo” de Vigo; Rebeca es educadora infantil. Rebeca y Quique, fotógrafo y comercial de coches, le han dado su único nieto, Leo, con poco más de un año. Ahora, en 2016, el matrimonio acaba de celebrar sus “Bodas de Oro” en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona, acompañado de sus hijas, nietos y hermanas.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2016. “Bodas de Oro” de María Luisa Goce y Manolo Fernández. En la Foto de Familia, de izquierda a derecha: Moncha Goce Denis, su nieto Marcos, Rebeca Fernández Goce -la hija más joven de María Luisa- con su hijo Leo en brazos; detrás de ella, Carlos González Goce -hijo de Moncha- con su novia Pili; los “novios” Manolo y María Luisa; “Mili” y Ana Fernández Goce -hijas de María Luisa-, y Paruca Goce Denis; detrás, “Kike” Pérez Goce -el hijo pequeño de Paruca-, Clara María González Goce -hija de Moncha-, Carlos González, “Nito” Pérez Goce -hijo de Paruca-, cogiendo a su sobrina y ahijada Luna -hija de “Kike”-, Ruth -pareja de “Kike”- y Benito Pérez. Casi toda la familia al completo, sólo faltan en la fotografía: el marido de Rebeca, Quique, y la pareja de “Mili”, José, que actuaban de fotógrafos; y Ángela, la novia de “Nito”, que no pudo acudir por trabajo. (Archivo Familia Goce Denis).
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Después de las “Bodas de Oro” religiosas, la familia se reunió en el “Restaurante Rocamar” a celebrarlo en una comida. Hermanos, hijos, nueras y yernos, sobrinos y nietos, vivieron unos momentos felices alrededor de los novios “Isa” y Manolo.
Ex Colegiata de Santa María de Baiona, 2016. “Bodas de Oro” de María Luisa y Manolo. Sus hermanas Paruca y Moncha, y su cuñado Carlos, cantando en la Santa Misa de la celebración. (Archivo Familia Goce Denis).
Manolo Fernández y María Luisa Goce, en la Santa Misa de sus “Bodas de Oro”.
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En 1978, doce años después de la boda de María Luisa, la hermana mayor, llega la de Paruca, y unos meses después la de Moncha. Paruca Goce Denis se casa con Benito Pérez Vázquez en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona, oficiando la boda don Jesús Vázquez, hermano del abuelo del novio.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1978. Boda de Paruca Goce Denis con Benito Pérez Vázquez. La novia, entrando en el templo del brazo de su padre Enrique Goce López. Detrás le sigue el novio. Delante, Ana, sobrina y ahijada de la novia, y José Miguel, sobrino del novio, con las arras.
Paruca y Benito tienen dos hijos: Benito “Nito” y Enrique “Kike” Pérez Goce. Ninguno de ellos ha querido ser marinero, y perderán el apellido Goce en sus descendientes, si no lo remedia una oportuna anotación en el Registro Civil. “Nito” es delineante industrial y trabaja en la empresa GKN de Vigo. “Kike” y Ruth, su pareja, trabajan en el “Restaurante Los Abetos”. Tienen una hija, Luna, de siete años, la primera y única nieta de Paruca y Benito.
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Los novios, en el acto religioso.
Baiona, 1978. Foto de Familia en la puerta de la iglesia. Arriba: los padres del novio, Miguel Pérez y Nela, que fue la madrina; los novios Benito y Paruca; los padres de la novia, Pepita Denis y Enrique Goce, el padrino. Detrás: José Miguel Pérez, hermano de Benito, con su hijo en brazos. Delante: la esposa de José Miguel y su hija Mariquiña; Ana, la sobrina y ahijada de Paruca; Rosi y su madre, Mary Pérez, hermana de Benito. (Archivo Familia Goce Denis).
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Tres meses después de la boda de Paruca, su hermana Moncha Goce Denis se casa con Carlos González Rodríguez en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona. Oficia la misa don José Antonio Marzoa, coadjutor de la parroquia, y amigo de la familia.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1979. Boda de Moncha Goce Denis y Carlos González Rodríguez. Detrás, Ana, sobrina de la novia, con las arras.
Moncha y Carlos tienen dos hijos: Clara María, dependienta de una perfumería de Baiona, y Carlos, programador informático. Ya nadie continúa la tradición marinera de los Goce y los Denis. A su vez, Clara González Goce tiene dos hijos, Marcos y Pablo, los primeros nietos de Moncha y Carlos, de catorce y cinco años. Se perderá el apellido Goce en la posible descendencia de ambos.
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En la sacristía de la Ex Colegiata, firmando los papeles después del acto religioso. De izquierda a derecha: María Luisa y Paruca Goce Denis, Benito Pérez, el novio Carlos González Rodríguez, Enrique Goce López -el padrino-, Emilia Rodríguez -la madrina-, y Pepita Denis. Delante: “Mili”, con su hermana Rebeca en brazos; sentada, la novia Moncha Goce Denis, y a su lado, Ana, la sobrina.
Paruca Goce, Poli Vilar y Benito Pérez, cantando la Santa Misa de la boda.
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Y así como sus padres formaron parte, ya antes de casarse, de rondallas, corales, obras de teatro, musicales… los hijos y nietos también han sacado a relucir sus genes de artistas. La saga de los Denis y de los Goce mantiene viva su presencia en la música y el canto. Los dos hijos de Moncha y los dos de Paruca formaron parte de la “Banda de Música Municipal de Baiona” durante varios años. Carlos toca el piano y la trompa; Clara, el saxo; “Nito”, también el saxo; y “Kike” empezó con la percusión, y luego siguió con la trompeta. Marcos, el nieto mayor de Moncha, toca el piano como Carlos, su tío y padrino.
Baiona, 1998. La banda de Baiona en la procesión de la Virgen del Carmen. Clara María González Goce, con el saxo, “Kike” Pérez Goce, con los platillos, Jorge Denis “o botones” y Bernardo Pousada. (Archivo Familia Goce Denis).
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Praza Pedro de Castro, 1998. Concierto de la “Banda de Música de Baiona”. Jorge Carneiro y Carlos González Goce, con las trompas; Clara González Goce, con el saxo; “Kike” Pérez Goce, con los platillos; Bernardo Pousada, con el bombo.
Concierto de la “Banda de Música Municipal de Baiona” en la “Festa da Santísima Trinidade”, 1996. De izquierda a derecha: “Kike” Pérez Goce, Miguel Blanco Martínez, Vanesa González, “Nito” Pérez Goce, Miguel y Noelia. Al fondo, los abuelos Enrique y “Pita”. (Archivo Familia Goce Denis).
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<<”Nito”, mi hijo mayor, toca muy bien la guitarra -cuenta Paruca-, y “Kike”, el pequeño, además de tocar la guitarra, también canta. >>
“Kike” Pérez Goce, hijo de Paruca, en pleno concierto.
Baiona, años dos mil. Los dos hermanos Pérez Goce, “Kike” y “Nito”, en un ensayo.
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Baiona, “O Marrucho”, 2012. Paruca Goce Denis, cantando en un concierto con su hijo “Kike”. (Archivo Familia Goce Denis).
Baiona, “O Marrucho”, 2012. Concierto de “Nito” y Paruca con canciones de Silvio Rodríguez. El hijo, con la guitarra; la madre, con su voz. Fue publicado en You Tube.
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<<Hace algunos años -explica Paruca- los dos hermanos y un par de amigos, formaron el grupo “Zambra”. >>
Portada de la maqueta que el grupo “Zambra” grabó en los años dos mil. Los dos hermanos Pérez Goce, en el centro de la fotografía. (Archivo F. Goce Denis).
Baiona, años dos mil. Otra noche en “O Marrucho”. La madre y el hijo en concierto.
En la actualidad, 2016, la sangre musical y coral de los Goce y de los Denis continúa en su máxima efervescencia… como siempre. Madres e hijos, tíos y primos… se mantienen ahí, en concierto.
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Y ya viene empujando con fuerza la nieta de Paruca y Benito, que con cinco años no para de cantar y bailar ni un instante. Hace un par de temporadas debutó en un concierto junto a su padre, “Kike” Pérez Goce, y lo hizo con un aplomo increíble en una niña de su edad.
Baiona, 2014. Luna Pérez, la nieta de Paruca y Benito, ya canta con cinco años.
Si su tatarabuelo, Ernesto Denis Carneiro, “o Cantador”, levantase la cabeza por un momento, y se encontrara con Luna en pleno concierto, se volvería a la tumba muerto de satisfacción de ver a su tataranieta cantando como lo hace.
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Y es que si observas con detenimiento una fotografía de su pequeña participación en el concierto de Fonte de Zeta, no pasarás por alto su confianza y seguridad en la interpretación, portando el micro con soltura, y con un gesto de una total ensoñación con lo que canta. Luna mantiene la tradición familiar con un prometedor éxito.
Bayona, 2014. Concierto en Fonte de Zeta. “Kike”, con su hija Luna, en plena actuación. (Archivo Familia Pérez Goce).
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Josefa Denis Mijón, la abuela “Pita” para sus siete nietos, que todavía la recuerdan con muchísimo cariño, fallecía el 27 de junio de 2009. El día que la enterraron cumplía ochenta y nueve años. <<Estaba mi nuera Ruth embarazada -comenta Paruca-, y la abuela no quería que Dios se la llevase antes de conocer a su nueva biznieta. Así fue, la niña, Luna de nombre, nació el 6 de mayo. A su otro biznieto, Marcos, nieto de mi hermana Moncha, ya lo conocía. >>
Baiona, años noventa. Josefa Denis Mijón, “Pita a do Cantador”, con su nieta “Mili” Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Denis).
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1997. Moncho Goce López, “o valixas”, y Flora García, en su casa de Baiona
Moncho Goce López, “o valixas”, fallecía en agosto de 2002 a la edad de setenta y seis años. Su esposa, Flora García, falleció en 2013, después de padecer Alzheimer durante diez años. Los dos últimos, ya encamada, fue cuidada por su hija “Soli” con todo el cariño y esmero. Siempre se negó a ingresarla en un geriátrico, a pesar de que coincidió su enfermedad con la muy grave de su marido. Moncho y Flora tuvieron cuatro nietos: José Celso y Flori Rodríguez Goce por un lado, y Ana y Lucía Vilar Goce por el otro.
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VII. “O tarradela” y “O neghro” Jesús Goce Soliño, “o tarradela”, el cuarto de los siete hijos del comediante Alejandro Goce Guerra y Josefa Soliño Cadilla, “a porriñesa”, se casó con Olivia Silva Pontes, “a portughesa”. Cuentan que vivieron una hermosa historia de amor, interrumpida lamentablemente por una grave enfermedad con la que Jesús regresó a Baiona después de cumplir el servicio militar en Málaga. La temible tuberculosis de entonces lo dejó postrado en cama, y acabó prematuramente con su vida a los veinticinco años.
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Sus descendientes conservan una emotiva carta que envió a su novia desde Málaga, en 1923.
Portada de la carta que Jesús Goce Soliño, “o tarradela”, envió a su novia Olivia Silva Pontes, “a portughesa”, en 1923. (Archivo Familia Goce).
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Carta de Jesús Goce Soliño, “o tarradela”, a su novia Olivia Silva, “a portughesa”, en 1923, desde Málaga. (Archivo Familia Goce)
Ya hemos contado que Jesús “o tarradela” pidió en el lecho de muerte a su hermano Alejandro, seis años menor, que cuidase de su mujer y de su hija Carmen. Alejandro “o neghro” cumplió la promesa con todo su rigor, hasta tal punto, que al cabo de cuatro años acabó casándose con su cuñada Olivia. Tuvieron cuatro hijos: Suso, Lourdes, Alejandro “Canco” y Carlos “Lalo”. Recuerda su hija Lourdes, que su madre, ya muy mayor, confesaba: “Si volviera a la vida “O tarradela” me iría con él… aunque también fui muy feliz con “O neghro”. Foi un bó pai pra meus cinco fillos”.
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Olivia “a portughesa” había llegado de jovencita a Sabarís de la mano de su madre Ana Pontes, natural de Seixas (Caminha). La madre y sus dos hijos -Carlos se llamaba el otro-, huyeron de Portugal escapando de los malos tratos que recibían del padre. Cuentan que Ana arribó a tierras gallegas con profundas cicatrices de un balazo recibido en la cabeza. En aquellos años, finales de siglo XIX y principios del XX, muchos portugueses huyeron de su país por diversas razones, y se fueron estableciendo por distintos lugares del Val Miñor.
Sabarís, 1927. Ana Pontes, la madre de Olivia “a portughesa”, se peinaba con el pelo muy recogido por delante para tapar la gran cicatriz que tenía en la cabeza a causa de un disparo de su marido. (Archivo Familia Denis Goce).
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A través de la historia se puede observar en repetidas ocasiones como Baiona mantuvo siempre contactos muy directos con la zona norte de Portugal. El “Convento de las Dominicas” estuvo atendido en sus orígenes por monjas de clausura portuguesas. También la comunidad franciscana del país vecino se hizo cargo del “Hospital Sancti Spiritus” en el siglo XVIII. Cuando este se cerró con el paso del tiempo, las monjas evolucionaron hacia la enseñanza, fundaron el “Colegio Virgen de la Roca”, y alternaron esta actividad con la atención a pordioseros y vagabundos que llegaban a la villa.
Sabarís, 1927. La abuela Ana, con su nieta Carmen en brazos.
Sin olvidar tampoco que en el siglo XV, el rey Alfonso V de Portugal conquista el castillo de Monte-Boi, en el que gobierna durante unos años.
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Baiona, años cuarenta. A la puerta de su casa en el Barrio de La Anunciada, el matrimonio Olivia Silva Pontes, “a portughesa”, y Alejandro Goce Soliño, “o neghro”, con sus hijos Lourdes, “Canco” y “Lalo”. Falta Suso, el hijo mayor.
Baiona, Barrio de La Anunciada, años cincuenta. Al fondo, de espaldas, Alejandro “o neghro”, con los aparejos. Delante, entre otros: sus hijos “Canco” y Suso, “Lis” Denis Goce, Tito “o botones” -con visera blanca, que moriría ahogado a los 37 años-, Tente “o rato”, “O uvas”… (Archivo Familia Goce Silva).
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Alejandro “o neghro” siempre tuvo fama de buen pescador, y anduvo embarcado toda su vida laboral en el “Cadilla”, del armador baionés Vicente Cadilla, excepto un breve espacio de tiempo en el que faenó en el legendario “Cachalote” de los Nartallo.
Baiona, años cincuenta. Atrás, Alejandro “o negro”, con el pitillo en los labios, repasando las redes a bordo del “Cachalote”. (Archivo Familia Goce Silva).
Puerto de Baiona, años cincuenta. La lancha “Botones” en plena descarga de la pesca. De espaldas, Alejandro “o neghro”; en la proa, “Tito”, con la cesta de peixe; en la rampa, Ernesto, recogiendo la cesta, y Carmen, a la derecha, de espaldas.
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Baiona, Porta da Vila, años sesenta. Olivia Silva Pontes, “a portughesa”, con su esposo, Alejandro Goce Soliño, “o neghro”. (Archivo Familia Goce Silva).
Su hermano Jesús le decía a Alejandro en el lecho de muerte: “Olivia non é ghuapa, pero é moi boa muller”.
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Cuando se inauguró el Barrio de La Anunciada, tras la ventajosa oferta del gobierno de aquel grupo de viviendas protegidas, fue ocupado en su mayoría por marineros baioneses. La familia de Alejando “o neghro”, como tantas otras, se trasladó a vivir al nuevo barrio.
Baiona, Barrio de La Anunciada, años sesenta. El abuelo, Alejandro “o neghro”, con Olgui, hija de Lano “o jesuita”. (Archivo Familia Goce Silva).
En familias tan numerosas como la de los Goce y la de los Denis, las bodas, como es natural, comenzaron a multiplicarse cada año. La buena relación entre hermanos, cuñados, tíos y primos, propició una asistencia masiva de familiares a estos acontecimientos. Se guardan numerosos testimonios de las celebraciones, y los abuelos Alejandro y Olivia, en todos ellos, casi con tanto protagonismo como los mismos novios.
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Baiona, años setenta. Olivia y Alejandro, en la boda de su sobrino Quin, el hijo pequeño de Moisés Goce. Atrás, Rosi, hija de Jacinto “tiqué”, y en medio, Flori, hija del marinero Cándido Blach. (Archivo Familia Goce Silva).
Baiona, años setenta. Alejandro Goce “o neghro” y su esposa Olivia Silva, en la boda de un familiar. (Archivo Familia Goce Silva).
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A Xunqueira, años setenta. Boda en la familia Goce. Arriba, entre otros: Olivia “a portughesa”, Alejandro “o neghro”, Ramona “a quintana”, Melico “o de Sandokán” y su mujer Cela, la mujer de Roque, Moisés Goce Soliño, los hermanos Tonio y Carmiña Goce, Pili, la mujer de Tonio… Abajo, entre otros: Pablo -marido de Carmiña-, “Tanano”, con sus hijos pequeños, familiares de la novia…
Años setenta. Alejandro “o neghro”, Ramona “a quintana” y una nieta, en una boda.
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Baiona, atrio de la Ex Colegiata de Santa María, años setenta. Foto de familia en la boda de “Quin” Goce Carballo y Maribel “a chaboleira”. Entre otros: Liberata “a xurela”, Olivia y Alejandro, José “o Judas” y Ramona “a Quintana”, Victorino Goce, el señor Pepe Almuiña y la señora Lola, Valenta Carballo -esposa de Moisés Goce y madre del novio-…
Boda familiar en los años setenta. Alejandro, con Pepa Goce -hija de su hermano Moisés-, Valente -esposa de “O Rato”-, y una sobrina.
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Baiona, Rúa Ramón y Cajal, años sesenta. Alejandro Goce “o neghro”, con sus nietas Flori, hija de Lourdes Goce y Avelino Míguez, y María del Mar, hija de Carmen Goce y Ernesto Denis. (Archivo Familia Goce Silva).
Cuenta su hija Lourdes, que su padre no respondía al nombre de Alejandro. Un doctor de Ourense que veraneaba en Baiona, le había regalado una gamela que le dejaba a su entera disposición durante el invierno, con la única condición de que en verano llevase a su familia a la playa y de paseo por la bahía. Al llegar de vacaciones, el doctor lo perseguía por la calle llamándole por su nombre a voz en grito. Hasta que le llamaba “neghro” no hacía caso.
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VIII. Los primeros Denis Goce, “os botones”
A principios de los años cuarenta contrajeron matrimonio Ernesto Denis Mijón, hermano de “Pita a do Cantador”, y Carmen Goce Silva, hija de Jesús “o tarradela” y Olivia “a portughesa”. De esta unión nacerían once hijos, los primeros Denis Goce de Baiona: María del Carmen, Ernesto “Tito” (1947), José Luis “Lis”, Jesús “Su” (1951), José “o ghalo” (1954), Ana (1956), “Rober”, Jorge (1960), María del Mar (1962), Carlos “Cali” y Cela (1965). Ernesto Denis Mijón, apodado “o botones”, murió joven, a los cuarenta y dos años, igual que su padre. En aquel momento, tal era la diferencia de edad entre sus once hijos, que su hijo mayor, “Tito”, estaba en el servicio militar, mientras que su hija pequeña, Cela, aún no había cumplido los dos años.
Carmen Goce Silva y Ernesto Denis Mijón. (Archivo Familia Denis Goce).
Por desgracia, también “Tito”, que decía siempre que no iba a llegar a la edad de su padre, fallecía a los treinta y ocho años, ahogado cuando faenaba en una gamela por la zona de Cabo Silleiro.
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Hay varias versiones sobre el apodo “o botones” que los vecinos de Baiona habían puesto a Ernesto. Unos dicen que en un baile de carnaval apareció disfrazado de botones de hotel, y que desde esa ocasión, le quedó el apodo. También dice que su madre, de niño, le había hecho una especie de mandilón con muchos botones, y el profesor en la escuela se dirigió a él con ese motivo: “¡Haber tú, “botones”!, contéstame…”. Y otros dicen que le llamaron así porque enseguida se embarcó en un pesquero como rapaz de los recados, y de ahí le vino lo de “botones”…
Baiona, Barrio de La Anunciada, años cincuenta. Carmen Goce Silva, con su marido Ernesto Denis Mijón, “o botones”, y los tres primeros de sus once hijos: “Tito”, “Lis” y María del Carmen. (Archivo Familia Denis Goce).
Cuando se trasladaron a vivir al barrio de La Anunciada, el matrimonio ya tenía cuatro hijos. Luego vendrían los siete restantes, todos ellos nacidos allí. “Yo -cuenta José “o ghalo”, el quinto hijo- fui el primer niño que nació en ese barrio, en 1954”.
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Baiona, A Ribeira, 1945. Carmen Goce Silva, con María del Carmen, su primera hija.
Baiona, A Ribeira, 1954. Carmen Goce y Ernesto Denis, con sus cinco primeros hijos: José “o ghalo”, María del Carmen, Ernesto “Tito”, José Luis “Lis” y Jesús “Su”.
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Baiona, 1956. Carmen Goce Silva y Ernesto Denis Mijón, “o botones”, con sus hijos: José “o ghalo”, José Luis “Lis”, María del Carmen, Ernesto “Tito” y Jesús “Su”.
<<Mi madre lo paso muy mal cuando murió papá -comenta Ana, la sexta de los hermanos-. Hubiera preferido que se hubiese muerto alguno de sus hijos antes que su marido. Le entró tal depresión, que anduvo atontada durante más de un año, e incapaz de
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atender la casa para nada. De luto riguroso de arriba a abajo, con un deterioro físico tremendo, parecía una auténtica bruja. No salía a la puerta de casa sin ponerse el pañuelo negro por la cabeza. Nos puso de luto a todos los hijos, incluso a Cela, la más pequeña, que apenas tenía dos años. Durante ese tiempo, mis hermanos mayores, María del Carmen y “Lis”, tuvieron que coger las riendas del hogar y trabajar lo indecible para sostener a la familia. Con apenas doce años, a mí me sacaron del colegio. Había que cuidar de mis seis hermanos pequeños y ayudar en casa. Me tocaba muchas veces ir a lavar la ropa al río. Íbamos a Santa Marta, a Baíña…y yo tenía las rodillas negras de tanto fregar arrodillada sobre las piedras. >>
Baiona, años cincuenta. “Lis” y “Tito” Denis Goce, en el colegio.
<<También recuerdo -continúa Ana- ir a buscar agua con el balde a Fonte de Zeta, a la fuente de A Laxe, a la subida a la Virgen de la Roca… Aunque ya había agua de la traída en las
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casas, muchas veces no llegaba al Barrio de La Anunciada. Cuando esto ocurría, el Concello mandaba unos camiones-cisterna al barrio, y yo trataba con varios cubos de coger la mayor cantidad de agua posible. Y si el camión-cisterna volvía al cabo de unas horas, yo me ponía de nuevo a la cola. Francisco, el guardia municipal, siempre me recriminaba por llevar tantos cubos, a pesar de que le explicaba todos los días que éramos muchos hermanos. Cuando se repetía la recogida, me llegué a pelear con él en varias ocasiones, hasta tal punto, que un día que sólo me permitió coger un cubo, se lo vacié por la cabeza. Después, ya de mayor y jubilado, Francisco, que vivía en Baíña, me decía cuando me encontraba por la calle: “¡Me cagho na co….! ¡Qué mala eras de nena!”.
Baiona, A Ribeira, años sesenta. Los tres hermanos mayores: “Lis”, Mari Carmen y “Tito” Denis Goce. (Archivo Familia Denis Goce).
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Años sesenta. María del Mar, la novena de los hermanos Denis Goce.
Baiona, años sesenta. El matrimonio Ernesto Denis y Carmen Goce, con cinco de sus once hijos: Jorge, en brazos de su madre, José “o ghalo”, Jesús “Su”, Ana y “Rober”.
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Baiona, A Ribeira, 1958. Seis de los hermanos Denis Goce. Detrás: “Lis”, “Tito” y Mary. Delante: José “o ghalo”, “Su” y Ana. (Archivo Familia Denis Goce).
<<Las cuatro hermanas -explica Ana-, para ayudar como fuera en los gastos de casa, también trabajamos de rederas en varias chabolas de Baiona. Nuestra familia vivió momentos muy difíciles, que se sacaron adelante gracias al esfuerzo de todos, y también con el importante apoyo de los familiares. >>
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Años cincuenta. José Luis “Lis” Denis Goce.
Monte Ferro, años dos mil. “Cali”, con sus tíos Lourdes Goce Silva y Avelino Míguez Misa. Cuenta la tía Lourdes al ver la fotografía: “Fue la primera vez que me llevaron a Monte Ferro. No había ido nunca”. (Archivo Familia Denis Goce).
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, julio de 1961. Ernesto Denis Mijón “o botones” y su esposa, Carmen Goce Silva, en la primera comunión de sus hijos Jesús “Su” y José “o ghalo”. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Silva).
Los once hijos nacieron tan seguidos que casi todos los años había alguna primera comunión en casa de los Denis Goce. Al menos así pudieron aprovechar la ropa de unos para otros, como se puede comprobar en la fotografía siguiente de Jorge, en la que aparece con la misma chaqueta que sus hermanos mayores.
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Bayona, 1967. Jorge Denis Goce, en su primera comunión.
1973. De camping en Aldán con don Juan, el cura de Priegue. Entre otros, Gito Montaña, Jorge Denis Goce… (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Años setenta. Jesús Denis Goce, “Su”, en el servicio militar por la Armada.
<<Mis hermanos mayores, “Tito”, “Lis”, “Su” y José “o ghalo”, no se libraron del servicio militar, a pesar de que éramos una familia más que numerosa. “Rober” también tuvo que ir, y al final, los dos pequeños, Jorge y “Cali”, tampoco se libraron. >> Cuenta José “o ghalo”, que los cuatro hermanos, “Lis”, “Su”, él y “Rober”, por este orden, hicieron gran parte de la “mili” en el “Azor”, el yate de recreo de Franco y de su familia. <<“Lis” estaba embarcado en el ´Azor´ cuando Franco se había desplazado a Vigo a bordo, acompañado de varios ministros, para inaugurar “La Casa del Mar”. Fue en 1970, y contaba “Lis” que tuvieron un grandioso recibimiento de embarcaciones en la entrada a la bahía viguesa. >>
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<<Jorge -recuerda su hermana Ana- se encontraba en el servicio militar en Madrid, cuando en 1981 se produjo el 23F, el fallido Golpe de Estado en el Congreso de los Diputados comandado por el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero. >>
1981. Jorge Denis Goce, en el servicio militar por la Armada.
Después del correspondiente periodo de instrucción en Ferrol, a Jorge lo destinaron por intermediación de un militar amigo, al Ministerio de la Armada en Madrid. Una vez allí, su puesto fue el Museo Naval, situado en el Paseo del Prado, y a escasa distancia del Congreso de los Diputados. <<Cuando se produjo el 23F en el Congreso -recuerda Jorge-, yo estaba de guardia en el Museo Naval. Me acompañaban en aquel momento un compañero vasco y un subteniente, y pasábamos
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el rato bebiendo “calimocho” y contando chistes. Nos enteramos del Golpe de Estado por mi madre, que al oír las noticias, enseguida me llamó por teléfono toda preocupada. Ya ves, nosotros que estábamos a doscientos metros de las Cortes y en un edificio militar, no teníamos ni idea de lo que ocurría. Nos asomamos a la ventana, y efectivamente, ya la calle se encontraba llena de “geos”, policía, coches militares… y con un revuelo de capitanes, coroneles, generales, almirantes… impresionante. Hasta se presentó allí el almirante Arévalo Pellúz, Jefe del Estado Mayor de la Armada. “Aquela noite xa no fumos a cama -cuenta Jorge riéndose-. Aquelo foi escarallarse de risa... Nós mirábamos os xefes de un lado pra outro coma tolos, ¡con un medo!… Foron os dos mellores días que pasei na mili”. >>
Lugo, 1981. Jorge Denis Goce, en la Jura de la Bandera.
”Cali”, el pequeño de los hermanos varones, también hizo el servicio militar por la Armada, y anduvo embarcado en el destructor “Jorge Juan”.
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Baiona, años setenta. Sito Freire, “o chupón”, con sus cuñados María del Mar, Cela y “Cali” Denis Goce. (Archivo Familia Denis Goce).
<<Mi hermana Mary Carmen se casó al año de morir mi padre, y el nuevo matrimonio nos llevaba a menudo con ellos a todos los hermanos. Su marido, el tío Sito -explica Ana al verlo en la fotografía-, fue un gran hombre para nuestra familia. Siempre estuvo pendiente de atendernos, y se preocupaba mucho por nosotros. >>
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Baiona, O Piñeiro, años sesenta. “Lalo” Goce Silva, con sus sobrinos. A su derecha: “Rober”, Ana, Cela, Mar y “Cali”, de luto por el reciente fallecimiento de su padre, Ernesto Denis Mijón “o botones”. A su izquierda, Flori, hija de Lourdes Goce.
Baiona, Barrio de La Anunciada, años setenta. Primera Comunión de “Nasi” y “Tito” Míguez Goce, hijos de Lourdes Goce. Arriba: Flori Míguez Goce, “Marsi” y “Cali” Denis Goce y Camilo “Cuní”; en el suelo, “Lule” Míguez Goce.
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Baiona, Barrio de La Anunciada, años setenta. Carmen Goce Silva, ya viuda de Ernesto Denis Mijón “o botones”. (Archivo Familia Goce).
<<En esas piedras -recuerda su sobrina “Lule” Míguez Goce al ver la foto- se pasaba la tía Carmen muchas horas. Después de vender fanecas durante toda la mañana, comía, y al acabar, se sentaba ahí a descansar, y nos contaba a menudo historias de su vida, unas veces para reír y muchas para llorar. “Ojalá nunca teñades que vivir o que a min me tocou vivir”, nos decía. Había quedado viuda a los cuarenta años, con once hijos, y aún encima tuvo que enterrar a uno de ellos. “Iso é o máis triste para unha nai”. La tía sufrió acontecimientos muy graves a lo largo de su vida. El primero de todos, la muerte temprana de su suegro Ernesto Denis “o Cantador”, por enfermedad, persona muy querida, no sólo en la familia, sino también entre los vecinos de la villa; luego, la de su propio marido, Ernesto Denis “o botones”, fallecido a la misma edad de su padre, cuarenta y dos años, y también de enfermedad; y más tarde, la muerte de su hijo “Tito” Denis Goce, a los treinta y siete años, ahogado en Cabo Silleiro por no saber nadar, al volcarle la gamela mientras pescaba. La mayoría de los marineros de entonces no sabían nadar. >>
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<<La tía Carmen supo afrontar su accidentada vida de una manera ejemplar. Yo le decía siempre que tenía que escribir un libro con sus memorias. “Sí, unha novela pra chorar”, me contestaba. Era muy simpática y habladora. “Tienes la nariz de tu padre -se metía conmigo-… pero las piernas bonitas y bien hechitas de tu madre”. Desde la ventana de su cocina, veía la puerta de nuestra casa, y todos los días, al terminar de comer, se acercaba a tomar el café de calcetín con nosotros… Y con mi abuelo y con mi madre hablaba puntualmente de la venta del pescado, si pescaban mucho, si vendían bien… Le encantaba sentarse en aquellas rocas, y los sobrinos la acompañábamos muchas veces. Le sacábamos de las manos y de los brazos las escamas de las fanecas, que aún le quedaban pegadas después de lavarse. Nos decía: “Son tan pequenas e tan finas que nin se miran. Rascas, rascas… e algunha sempre queda”. Le gustaba mucho la harina de maíz -mi madre la odiaba-, y con los restos del cocido nos hacía “borrete”. Luego, desde la ventana nos llamaba a mi hermana y a mí para que fuéramos a cenar con ella. También envolvía el pescado con esa harina antes de freirlo, y estaba más rico que el de mi madre. “Tua nai non sabe fritir o peixe”. Ahora sé que era la harina de maíz la que le daba aquel sabor tan peculiar. Cocinaba “bolos da sartén”, “cuchifritos” -croquetas-… Yo le decía que tenía que hacerlas más pequeñas, y me respondía enseguida con mucha gracia: “Si has de comer catro, comes tres”. Apreciaba mucho los buenos olores, y en la época de los nardos se colocaba una flor en el pecho. Cuando yo empecé a trabajar y a comprarme colonia, me pedía: “Anda non sexas mala. Votame unha pouquiña que así non cheiro a peixe”. Vestía con unos mandilones tipo vestido que mi madre le cosía. “Non quero outra costureira”, decía. Siempre de color negro, porque nunca se sacó el luto, pero a la vez también era presumida. Cuando iba a vender las fanecas, le gustaba llevar el moño bien peinado, ir limpia y bien perfumada. Foi a mellor persoa que coñocín na miña vida. Muller loitadora e valente… Non perdía a sorrisa… Moi amante dos tangos de Gardel. >>
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Baiona, A Ribeira, años sesenta. José Denis Goce, “o ghalo”.
José “o ghalo”, el quinto de los once hermanos Denis Goce, nació en 1954. A los diez años ya comenzó a pescar en una gamela de la familia; luego pasó al “Botones”, la lancha de su tío; más tarde al “Patiño”, un lanchón de Panxón; después al “San José”, de su hermano y de su cuñado… A los dieciséis años, según registra su “Libreta de Marinero”, hace su primer embarque oficial en el “Pipipo”, un barco de Vigo con base en Baiona que patroneaba su hermano “Tito”, y que faenaba en el banco canario-sahariano al mero. Naufraga y se hunde en 1976, sin víctimas.
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Pasa al “Voltoya”, al “Mareta”, barco del baionés García Piay que andaba al mero por la costa portuguesa, por las Azores y por Marruecos… Se embarca en el atunero “Isabel II” de Garavillas, en el “Monte Mandado” de A Guarda, en el “Lestón” del baionés Maciel… Vuelve al “Botones” de la familia, y acaba su vida de marinero en el “Nuevo Botones”. Se jubila a los sesenta y dos años, y deja atrás cuarenta y seis de duro trabajo en el mar. <<Una noche, en el “Manolito Suárez” de Vigo -cuenta José “o ghalo”-, nos vimos obligados a fondear en la Punta Norte de la Isla de Fuerteventura, una zona muy peligrosa donde batía mucho el viento y el mar. Nos habíamos quedado sin máquina, y nos encontrábamos en una situación bastante delicada, incluso como para irnos a la deriva y a merced del fuerte oleaje. Lanzamos bengalas, pero no recibíamos auxilio, hasta que de madrugada, un avión de la “SHARP” nos descubrió, dio un par de vueltas alrededor, y volvió con un barco portugués que nos remolcó hasta Arriate (Cádiz). >>
Baiona, Barrio de La Anunciada, años setenta. En los palangres: José “o ghalo”, su hermana María del Mar Denis Goce, Jorge “o indio”, Javi “o do uvas” y Sito Freire “o chupón”, marido de Mary Carmen Denis Goce. (Archivo Familia Denis Goce).
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Baiona, Barrio de La Anunciada, años setenta. La familia trabajaba en cadena delante de su casa: unos “colghaban”, otros “alistían” y los demás “encarnaban”. Luego, de madrugada, había que salir a pescar. “ ¡Qué trabajoso era aquello!… pero a la vez, ¡qué bonito! ”, comenta “Lule” Goce.
Carlos Denis Goce, “Cali”.
<<Este día de la fotografía -cuenta “Lule”-, veíamos desde la ventana de casa a “Cali” completamente inmóvil. Lo llamábamos y no hacía ni caso. Mi madre se acercó y lo encontró durmiendo de pie. Al despertarlo, dice: “Tía, para qué me despertó… Estaba soñando que me encontraba en México…”. A “Cali” le gustaban mucho las rancheras mexicanas, y cuando llegaba del mar, lo primero que hacía era poner esa música. >>
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Las escenas del teatro que organizaban las monjitas en los años sesenta y setenta, se repiten casi siempre con alguna Goce, alguna Denis, y también con Goces y Denis juntas, como principales protagonistas. Hay momentos, como éste de la siguiente fotografía, en los que las tres actrices de la obra llevan ambos apellidos.
Baiona, principios de los años setenta. Teatro de las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. A la izquierda, Paruca y Moncha Goce Denis; a la derecha, Ana Denis Goce.
Cuenta José Denis Goce, “o ghalo”, que ellos -sus hermanos y hermanas- y sus primas inauguraron el Salón Parroquial, que en los años sesenta estaba situado en el Convento de las Dominicas. Representaron una obra musical montada por las monjas, en la que interpretaban canciones de actualidad, como aquella de Rafael: “Ya estoy aquí, aquí, para quererte…”, o esta otra, “No me abandones, mujer, has de tener fe ciega en mí…”. Debemos recordar que, según Goces y Denis, aquellas representaciones alcanzaban un éxito espectacular, con un abarrote de público en la sala, que obligaba en ocasiones a repetir la obra para satisfacer la demanda de algunos vecinos que no tuvieron sitio, y para otros que no habían acudido, e informados del triunfal estreno, no querían perderse la actuación.
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1972. Cuatro hermanos Denis Goce: “Cali”, Ana, María del Mar, y delante, Cela.
Cela, “Cali”, y María del Mar Denis Goce.
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Como ya ocurría con la otra rama de la familia, los Denis Goce también estaban presentes en cuanta manifestación artística se ofrecía en la villa. En este pequeño grupo de bailarines de la tradicional “Danza de las Espadas”, encontramos a un tío y dos sobrinos.
Baiona, A Ribeira, finales de los años sesenta. Parte del grupo que bailaba la “Danza de las Espadas” durante las fiestas de La Anunciada: “Canco” Goce Silva, “Lis” Denis Goce “o botones”, los hermanos Tino “o pescadilla” y Sito “o chupón”, Jorge Morell y “Tito” Denis Goce “o botones”. (Archivo Familia Denis Goce).
“Tito” Denis Goce, Carlos “Lalo” Goce Silva, Julián y “Lis” Denis Goce.
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Baiona, años sesenta. Fiestas de La Anunciada, “Danza de las Espadas”. A la izquierda: José “o ghalo”, de “rabero” del grupo, y Luis “o rolo”. A la derecha: Jesús “Su”, Denis Goce.
Baiona, 1972. José “o ghalo”, al finalizar la “Danza de las Espadas”, con sus hermanos María del Mar, “Cali”, Cela y Jorge. (Archivo Familia Denis Goce).
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Baiona, Carabela la Pinta, años sesenta. José Denis Goce, “o ghalo”, equipado para actuar de “rabero” en la “Danza de las Espadas”. (Archivo Familia Denis Goce).
<<Hoy en día, menos Tito, el que se murió ahogado, viven todos mis hermanos -contesta Ana a mi pregunta-… y por aquí, por la zona. Salvo Cela, la pequeña, que reside en Jerez, andamos todos por el Val Miñor. Mis dos hermanos pequeños se casaron con dos hermanas de Priegue, y viven allí. Nosotros en A Ramallosa, y los demás en Baiona. Mis siete hermanos fueron marineros, y nuestros maridos también lo fueron. >>
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Jorge Denis Goce, el octavo de los once hermanos, nacido en Baiona en 1960, fue pescador como todos. A los catorce años sacó su “Libreta de Marinero”, aunque ya iba a pescar desde bastante antes. Excepto dos meses en los que anduvo en un barco del armador baionés Isaac Rodríguez, y poco más de una año en el “Zulemita”, una lancha de un primo, su vida en el mar casi siempre transcurrió en el “Botones”, la mítica embarcación de la familia. <<A los veintidós años embarqué durante dos meses en un pesquero de Baiona -explica Jorge-. Iba de patrón mi hermano “Su”, y me convenció para que probara. Pero me dije enseguida que aquello no era para mí. Me acababa de casar, y echar tanto tiempo separado de la familia no me gustaba nada. Así que volví al “Botones”, en el que seguí durante veintiocho años. >>
Baiona, años noventa. El “Botones”, la mítica lancha familiar, saliendo a la procesión marítima en un día del Carmen. (Archivo Familia Denis Sanromán).
<<Luego, al morir mi madre, mi hermano “O ghalo” se quedó con el “Botones”. Seguí con él siete años, y luego me pasé al “Zulemita”, del marido de mi prima Flori. Anduve en esta lancha año y medio, hasta que se hundió en las Estelas, por fortuna, sin víctimas. Desde ese momento dejé el mar para siempre. Por entonces ya estaba sacando el carnet de conducir, y a partir de ahí me pasé a camionero. Una profesión que me gusta y que me ha permitido conocer casi toda España. >>
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<<Durante mi estancia en Madrid haciendo el servicio militar -cuenta Jorge-, recibí la visita de mi madre, de mis hermanos “O ghalo” y Mar, y de mi primo “Gelote”, hijo de tía Ramona. >>
Madrid, 1970. Visita al Parque Zoológico. Arriba: Carmen Goce Silva, con sus hijos María del Mar, Jorge y José “o ghalo”. Abajo: Carmen, con “Gelote”, María del Mar, y Jorge. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Baiona, años setenta. Excursión familiar a “O Cortelliño”. La abuela Carmen, con Jorge y su esposa Marina, “Rober” y Quina, las hermanas Marina y Laura, los primos Berto y Manuel… (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Siguiendo la tradición futbolística de los Goce, como “Lanina”, “Cabecitas”, “Rato”, Roque, “Lalo”… Jorge Denis Goce juega durante unos años en el Erizana. Quedaba atrás el viejo campo de A Palma, y el recién estrenado Campo de Santa Marta era el escenario por entonces de los partidos del carismático equipo de fútbol de Baiona.
Campo de Santa Marta, 1978. Arriba: Equipo del Erizana C.F. De pie, entre otros: Almuiña, Mosquera, Manolo, “Anuco”, el presidente… Agachados, entre otros: Suso, Cachucho, Jorge Denis Goce, Carlos “Puskas”, José “o ghalo”, Luis Blach… Abajo: a la izquierda, Jorge Denis Goce; a la derecha, de pie, Luis Blach, Mosquera y Manolo; agachados, Jorge Denis Goce y “Anuco”. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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A lo largo del pasado siglo, los Goce y los Denis se han prodigado en toda cuanta actividad cultural había en la villa. Es casi imposible encontrar un grupo de la “Danza de las Espadas” donde no aparezca algún Goce o algún Denis, y en muchas ocasiones, varios. Jorge Denis Goce, igual que sus hermanos mayores, también bailó durante años el ancestral baile marinero en honor a la Virgen.
Baiona, A Palma, años setenta. “Danza de las Espadas” en la festividad de la Virgen del Carmen. En el grupo, Jorge Denis Goce. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Baiona, Fiestas del Carmen, años ochenta. Arriba: el grupo de la “Danza de las Espadas” en plena actuación en A Palma. En medio: de pie, Jorge Denis Goce y Geli; agachados, “Tito” y José Míguez Goce. Abajo: el grupo en el muelle de Baiona.
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De familias habitualmente católicas, partícipes siempre en las procesiones y en las distintas manifestaciones religiosas, a los Goce y a los Denis se le ve a menudo en escenas devotas. Jorge Denis Goce, según él recuerda, fue porteador de todas las Vírgenes y Santos de las procesiones de Baiona.
Baiona, años ochenta. Arriba; la procesión de la Virgen del Carmen entrando en el muelle en medio del grupo de la “Danza de las Espadas”, que rinde honores a la Virgen. Abajo: a la derecha Jorge Denis Goce. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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En 1981, Jorge contrae matrimonio con Marina Sanromán Misa, natural de Priegue, en la iglesia parroquial de San Mamede. Tuvieron tres hijos: Marina, Laura -fallecida a los veintitrés años de una grave y repentina enfermedad- y Jorge. Marina, la hija mayor, casada con David Tapias, les ha dado sus dos primeros nietos, Xana y Daniel. El pequeño, Jorge, con diecisiete años en la actualidad, 2017, vive con sus padres en la casa paterna de Priegue.
Baiona, “Parador Nacional Conde de Gondomar”, 1981. Jorge Denis Goce y Marina Sanromán Misa, en el día de su boda. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Marina y Laura, las dos hijas, sacan pronto a relucir sus genes musicales, y estudian piano, guitarra… Cantan en el grupo infantil de la Coral Polifónica “Baiona A Real”, hasta que los tristes conflictos acaecidos por las obras del parking de A Palma, dan lugar a su desaparición.
Baiona, años noventa. El grupo infantil de la Coral Polifónica “Baiona A Real” en una de sus actuaciones. Las dos hermanas, Marina y Laura Denis Sanromán, entre el grupo.
En una familia de Denis o de Goces, es impensable dejar pasar O Entroido sin una entusiasta y destacada participación. Cuando no son un grupo de “pamplonicas” con sus ropas blancas y sus pañuelos rojos, se visten todos de mariñeiros, incluso con su correspondiente gamela, arrastrada por las calles de la villa en el acostumbrado desfile por el pueblo. En la parodia carnavalesca, en la que intervienen mayores, medianos y niños, nunca falta el acompañamiento de canciones satíricas de plena actualidad. <<Yo empecé a cantar -confiesa Jorge a tenor de este comentario- en el desgraciado conflicto vecinal de A Palma. Los de la oposición habíamos compuesto unas canciones críticas contra lo que acontecía. Hasta hace poco todavía las conservaba en casa… pero alguien se las debió llevar, porque han desaparecido. >>
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Panxón, años noventa. Disfrazados de “pamplonicas” en O Entroido. Arriba: a la izquierda, Marina y Jorge; a la derecha, el matrimonio, con “Marsi”, la hermana de Jorge. Abajo: el grupo familiar en el Pabellón Municipal de Deportes, y entre ellos, Jorge, Marina, Marsi, Marina hija, Laura… (Archivo Familia Denis Sanromán).
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“O Entroido” en Baiona, años noventa. “Mariñeiros e Pescantinas”, el grupo formado por las familias Denis, Goce y Sanromán. Entre otros: Marina, Roberto, Raquel, María, Berto, Jorge, “Rober”, “O ghalo”, Laura, María del Mar…
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Llegan las primeras comuniones, y los álbumes familiares recogen el testimonio de ese día tan especial para las niñas.
Años noventa. Arriba: Casa de Priegue, primera comunión de Laura. Abajo: Iglesia de San Mamede, primera comunión de Marina. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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En 1999, llega Jorge, el tercer hijo, al hogar de los Denis Sanromán, muy festejado por sus hermanas, que ya tienen así un muñeco de verdad.
Priegue, 1999. Marina, la madre, con sus tres hijos, Marina, Laura y Jorge, en la casa familiar. (Archivo Familia Denis Sanromán).
Baiona, La Arribada, 2003. Marina y Jorge, con su hijo pequeño vestido de época. (Foto Lule Míguez Goce. Archivo Familia Denis Sanromán).
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Las niñas, que habían probado con varias actividades, dejan la música y la coral, y se deciden por el atletismo. Comienzan a entrenar y a competir, en el Club Valle Miñor. Marina, elige la velocidad pura, los cien metros, y Laura, el lanzamiento de martillo.
Ourense, “Campeonatos Gallegos de Atletismo”, años dos mil. Laura Denis Sanromán, representando al Club Valle Miñor, en lo más alto del pódium: primera en la prueba de lanzamiento de martillo.
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Años dos mil. Club Valle Miñor, categoría cadete, campeón gallego por equipos. Marina Denis Sanromán, la primera por la derecha de arriba; Laura Denis Sanromán, la segunda por la derecha de abajo. (Archivo Familia Denis Sanromán)
Al poco tiempo, el Real Club Celta, de una categoría superior al Valle Miñor, ficha a las dos hermanas Denis Sanromán.
Ourense, “Ctos. Gallegos de Atletismo”, años dos mil. Laura Denis Sanmartín, representando al Real Club Celta, campeona gallega de lanzamiento de martillo.
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Jorge Denis Goce, con su hija Laura, campeona gallega de martillo durante tres años.
Barcelona, “Campeonatos de España de Atletismo por Autonomías”, años dos mil. Laura Denis Sanromán, representando a Galicia, clasificada entre las diez primeras en lanzamiento de martillo. Tenía por entonces veintitrés años, e iba a fallecer a esa edad a causa de una grave y rápida enfermedad.
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El talento de los Denis Goce en la familia no se iba a terminar con el atletismo. Jorge, emulando a su abuelo Ernesto “o Cantador”, comienza en 1991 a cantar en el grupo de folk “Tarxa”, de la “Asociación Vecinal Monte da Mina”, de Castrelos (Vigo). <<El grupo “Tarxa” tiene treinta años de vida -explica Jorge-, pero yo llevo veinticinco. Damos conciertos por todo Vigo, en especial en sociedades y asociaciones, acudimos a certámenes y fiestas populares por Galicia, actuamos tres veces en la Televisión Gallega… >>
San Roque (Vigo), 2013. El grupo “Tarxa” en el VI Certame “Canción dos Nosos Barrios”. De izquierda a derecha: Jorge Denis Goce, Maquieira, Moncho, Begoña, Silvia, Marina, el alcalde Vigo, Paco y Manolo. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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San Roque (Vigo), 2013. El grupo folk “Tarxa”, en plena actuación. De izquierda a derecha: Maquieira, Jorge Denis Goce, Moncho, Begoña y Marina. En la fotografía anterior, con los instrumentos: Paco, Manolo y Silvia.
Carátula del CD “CÁNTIGA Ó MAR”, grabado por el grupo folk “TARXA” en el dos mil. En la fotografía: Bea, Moncho, Camilo, Maquieira, Marina, María Esther, Vidal, Jorge Denis Goce y Paco.
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Y también los genes musicales del pequeño Jorge Denis Sanromán, el tercero y último de los hijos, saldrían a relucir muy pronto. Cuenta su padre que a los tres años ya aporreaba todo cuanto tenía a su alcance, y que las muescas de su naciente inclinación hacia la percusión quedarían marcadas en la mitad de los muebles de la casa. Lo que parecía un simple entretenimiento ruidoso de un niño juguetón, se convertiría inmediatamente en una gran pasión. En 2005, con tan sólo seis años, ingresa en la “Agrupación Musical de Belesar”, donde recibe clases de solfeo y lenguaje musical del director Javier Domínguez Millán, y con el profesor Javier Alonso Pérez se inicia en la percusión. A partir de ahí su vida queda perfectamente definida y encauzada, y su dedicación es tan extrema y apasionada, que en muchas fases del bachillerato en el instituto, encuentra enormes dificultades por dejar esos estudios en un claro segundo término.
2016. Jorge Denis Sanromán, en un ensayo con el xilófono.
En 2006 aprueba el acceso al “Conservatorio Profesional de Música de Vigo”, y comienza su enseñanza con el profesor David Rodríguez García, con el que sigue en la actualidad.
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En 2015 pasa a formar parte de la “Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia” como alumno reserva; en 2016, ingresa como músico activo en la “Orquesta Joven 430 de Vigo”; en ese mismo curso 2015/16, pasa a formar parte de la “Joven Orquesta y Coros Santa María la Blanca” de Montecarmelo (Madrid); participa en los conciertos de la “Orquesta Clásica de Vigo”, y de la “Orquesta Joven 430 de Vigo”; con esta última interviene en la representación de la ópera “Nabucco”… Durante estos años recibe varios premios como grupo con la “Banda de Música de Belesar”. Y completando su formación, acude a cuanto curso y clase magistral que se le ofrecen: percusión cubana y brasileña, cursos de marimba, de timbales, de batería… impartidos por destacados profesores nacionales y extranjeros. Si su bisabuelo Ernesto “o Cantador” levantase la cabeza, se llenaría de satisfacción al comprobar como su biznieto Jorge, de diecisiete años, ya está alcanzando con brillantez elevadas cotas en la música clásica profesional. Y es que además, por el exquisito talento que exhibe, y el imponente esfuerzo que desarrolla, todo parece indicar que su prometedora carrera no ha hecho nada más que comenzar.
Casino de Baiona, 1985. Reunión de hermanos Denis Goce. De izquierda a derecha: Marina Sanromán y Jorge Denis Goce, María del Carmen Denis Goce y Jesús Freire, un matrimonio amigo, Mena y “Lis” Denis Goce, y “Rober” Denis Goce y Joaquina Sanromán. (Archivo Familia Denis Sanromán).
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Xana y Daniel, los dos nietos que cierran la familia de Jorge Denis Goce, ya muestran con claridad por donde les emergen los genes familiares. Las imágenes no dejan dudas.
2016. Xana Tapias Denis y su hermano Daniel.
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A lo largo de todo siglo pasado, era para las jóvenes una costumbre tradicional el acudir con “mantilla española” a las solemnes procesiones de Semana Santa, de la Virgen del Carmen, de La Anunciada, de Santa Liberata... La presencia de muchas baionesas con ese atuendo tan elegante y señorial, otorgaba una innegable categoría al acto religioso… y también de paso las mozas lucían su palmito.
Baiona, años setenta. Ana y María del Carmen Denis Goce, con mantilla española, en una procesión de Semana Santa. (Archivo Cela Denis Goce).
Aquella bonita costumbre se ha perdido casi totalmente en el siglo actual, y rara vez acude alguna vecina con ese atuendo. Ya le hubiera gustado al párroco de turno, que las mujeres adornaran la procesión con su elegante presencia. También es una realidad que la juventud se ha apartado casi por completo del culto religioso, y que éste queda relegado en su inmensa mayoría a la gente mayor.
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Baiona, Monolito de la Arribada, años setenta. Gelito “o de airexo”, Arturo y “Tito” Denis Goce. (Archivo Cela Denis Goce).
En la Baiona de la primera mitad del siglo pasado, la pesca acaparaba el trabajo de la mayoría de la población masculina. Tanto en los Goce como en los Denis, hubo muchos y buenos pescadores, todos ellos embarcados en los legendarios barcos de la época, como el “Espada”, el “Cadilla”, el “Canero”, el “Elenita”, el “Cachalote”, el “Ángel Vilar”, también conocido por “Fumanchú”, el “Eri-
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zana”, el “José Ángel”, el “Marta Elena”, el “Cruz de Almena”… Otros tuvieron sus lanchas propias: el “Anzuelo”, el “Botones”, la “Tere”… y desde luego, también sus gamelas, como la “Legión”, la “Olga”, la “Rolín”, la “Iris”, la “María Teresa”, la “Aurora”, la “Paru”, la “Susi III”… A partir de la quinta generación, más o menos en la década de los ochenta, los varones Goce Denis, Denis Goce y demás descendientes de ambos apellidos por separado, comienzan a trabajar en otras profesiones, aunque siempre alguno de ellos ha mantenido la tradición familiar de la pesca. <<Mi marido, Manuel Carneiro Álvarez, anduvo a la mar de motorista durante toda su vida -me confirma Ana-, pero nuestros hijos ya no quisieron esta profesión. Tenemos una hija, Ana, y dos chicos, Manuel y Jorge. El mayor trabaja en Gefco, la empresa de transporte de Citroën, y el pequeño es ingeniero informático, >>
Los tres hijos de Ana Denis y Manuel Carneiro: Ana, Jorge y Manuel.
<<Y ya ves, el mayor conserva de lleno los genes de los Goce y los Denis. Compaginándolo con su trabajo, canta en actos religiosos, bodas, banquetes, eventos… A veces me llama por teléfono: “Mamá, tenemos actuación”, y yo le acompaño a donde sea… por que a mi también me gusta mucho cantar. Viene dos días antes con la guitarra, ensayamos un poco… y listos. >>
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<<Manuel estuvo en la coral de Baiona, y varias veces hizo de solista, y cuando el director de la banda de música, Gabriel Rodríguez, compuso el “Himno de los Pueblos Colombinos”, la “Arribada”, el “Himno de Bayona”… después de varias pruebas que no le convencieron del todo, siempre que pudo, contó con Manuel para que los interpretara. Tanto él como su hermano Jorge habían sido sus alumnos en la “Banda de Música Municipal de Baiona”, uno con la trompa y el otro con el trombón. >>
Quinta do Lago dos Cisnes, 2015. Manuel Carneiro Denis cantando en una boda con su “Grupo ADREDDE”. (Archivo Familia Carneiro Denis).
Sus primas de Baiona comentan con admiración que tanto Ana, la madre, como Manuel, el hijo, cantan muy bien, ya desde niños. “Siempre me están llamando para las corales de por aquí… pero no me animo”, explica Ana. El padre me dice en un aparte, riéndose, que su hijo debe ganar más dinero cantando que en su trabajo en Gefco. ”A veces hasta tiene cuatro bodas en un fin de semana”. Los genes de los Goce y de los Denis… siguen ahí.
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Baiona, años setenta. Sentadas en uno de los bancos situados en la parada final del tranvía: Olivia Silva “a portughesa”, con su sobrina Avelina Goce Refojos, hermana de “Cabecitas”, de “Lanina”… hijos de “O Jijuá”.
Las generaciones se van sucediendo sin pausa en ambas familias, las de los Goce y las de los Denis, incluso uniendo ambos apellidos en un orden u otro. Y por lo general, con abundante descendencia, que se ve reflejada a lo largo del tiempo en la proliferación de baioneses con estos apellidos.
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IX. Pitusa Coello Denis
Si existe una persona especialmente enamorada de Baiona, ésta no es otra que Pitusa Coello Denis. Nacida en la villa en 1934, ha vivido muchos más tiempo en Buenos Aires que en su tierra natal. Emigrada con diecinueve años, ya lleva más de sesenta residiendo en la capital argentina, y aún mantiene una fuerte nostalgia de su amada Baiona. Desde allá, con ese espíritu vital que le acompaña, intenta estar al tanto de todo lo que sucede en su pueblo, y en ello doy fe que lo consigue. Si entras cualquier día en facebook, la encontrarás participando activamente de las noticias, de las fotografías, haciendo comentarios diversos, enviando y recibiendo saludos de sus muchas amistades… en definitiva, viviendo paso a paso los aconteceres de su querida tierra. Hasta parece que cada año que pasa, sus amores, sus nostalgias, sus sensibilidades más profundas, sus familiares y amigos… sus enormes morriñas… lejos de desvanecerse en la distancia y en el tiempo, aumentan y se intensifican todavía más. Ahora en este siglo, con la milagrosa ayuda de la tecnología, consigue amortiguar sus sentimientos y acercarse al día a día de la villa desde el otro lado del océano. Sin dejar por ello, tan pronto puede, de cruzar el charco y llegar eufórica a Baiona de visita. Mientras está aquí, no quiere salir ni un solo día del pueblo, y se pasa los minutos, las horas, las mañanas, las tardes… visitando a sus amistades y recordando con ellas tiempos inolvidables de su vida. Pasea por muchos espacios que han desaparecido, por otros que cambiaron radicalmente, y también por nuevos lugares nacidos con la modernidad y el progreso. Pero sigue encontrándose con las mismas viejas murallas de Monte Boi, con los atardeceres desde el Rompeolas, con el mar azul que se pierde en el horizonte, y las Estelas y las Cíes al fondo como siempre…. la Virgen de la Roca por un lado, Monte Ferro por el otro, la Colegiata, Santa Liberata, el Convento…
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Pitusa Coello Denis, junto a su madre y sus tres hermanas pequeñas, emigró a Argentina en 1954, y tardaría nada menos que treinta y cuatro años en regresar de visita a su pueblo. En Buenos Aires ya estaba su hermano José Luis desde hacía dos años, y su padre, desde hacía uno. Tan pronto pudieron, siguiendo los planes establecidos, reclamaron al resto de la familia.
1954. Emigración de Pitusa Coello Denis a Buenos Aires en el buque “Entre Ríos”. En el viaje fue nombrada “Miss Entre Ríos”, corona y banda de honor que luce a la izquierda de la fotografía. Fue el último viaje del trasatlántico, antes de ser desguazado. (Archivo Familia Coello Denis).
Las familias gallegas, ya desde finales del siglo XIX, se embarcaban para Argentina, para Uruguay, para Venezuela… buscando un mejor porvenir para sus hijos. Se calcula que más de dos millones de gallegos emigraron a América desde entonces… y Buenos Aires es aún hoy considerada la quinta provincia de Galicia. “A mis diecinueve años no me preguntaron si quería irme da miña terra”, comenta Pitusa.
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Hija de Amador Coello Ruíz, “zapateiro”, natural de Vigo, y de la baionesa Amelia Denis Mijón, hermana de “Pita a do Cantador”, es la segunda de cinco hermanos: José Luis (Baiona, 1933), Pitusa (1934), Rosa María (1944), María de los Ángeles “Peque” (1946) y María Amparo (1953). El padre de Pitusa fallecía a los ochenta y ocho años, y su madre, más conocida por “Antonia”, acaba de morirse, septiembre de 2016, a la edad de cien años y once meses. Su hermana María de los Ángeles “Peque”, falleció en Canadá en 2006, a los sesenta años.
Buenos Aires, 2016. Amelia Denis Mijón, conocida por “Antonia”, días antes de fallecer. (Archivo Familia Coello Denis).
<<José Luis y papá querían volverse después de estar allí más de dos años -cuenta Pitusa-. Decían que no nos íbamos a adaptar a aquella vida en Argentina, sobre todo yo. Escribieron cartas y más cartas, y mi madre siempre respondía con la misma letanía. Que no, que esto estaba muy mal, y que aquí no había porvenir, que teníamos que emigrar… Y eso que nosotros nunca pasamos privaciones, que eso siempre lo resolvió muy bien mi padre. Mi madre, mis tres hermanas y yo, llegamos a Argentina el 24 de enero de 1954 a bordo del “Entre Ríos”. >>
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<<A pesar de lo triste que resulto separarnos de nuestra tierra, nos fuimos acostumbrando a aquella nueva vida. Sin nuestra amada abuela Eulalia, sin nuestros tíos y primos, sin nuestros amigos… sin Baiona. >>
Amador Coello Ruiz, “zapateiro”. (Archivo Familia Coello Denis).
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Como en la mayoría de las familias gallegas, los Goce y los Denis han tenido emigrantes entre ellos. Se sabe que Emilio Goce Fernández fue el primero que emigró en 1905, y que ha formado allá una gran familia que se comunica de vez en cuando con la de aquí. Su nieta Claudia visitó Baiona en 1996 para conocer a los familiares y la tierra donde había nacido su abuelo. El primer emigrante de la familia Coello Denis fue José Luis, el hijo mayor, con tan sólo dieciocho años. Después iría reclamando desde Buenos Aires a su padre, y más tarde a su madre y a sus cuatro hermanas.
Vigo, Estación Marítima, 7 de mayo de 1951. Despedida de José Luis Coello Denis y su primo, Manolo González Mijón, “Barros”, que emigraban a Argentina. De izquierda a derecha: Elisa, Marcelino Denis, Pita Denis Mijón, José Luis Coello Denis, Arturo “Mekerle”, Pitusa Coello Denis, el matrimonio “Antonia” Denis Mijón y Amador Coello “zapateiro”, Antonio “o checo”, Rosa Goce López y Manolo González Mijón, “Barros”. (Archivo Familia Goce Denis).
<<En Buenos Aires formamos entre todos una hermosa familia -explica Pitusa-. Nuestros hijos estudiaron sus carreras universitarias, y lo más importante, me siento muy orgullosa de ellos y de mi marido porque son buenas personas. Eso sí, a pesar de encontrarme feliz con los míos, vivo acompañada toda la vida de una enorme nostalgia… de tener mis raíces tan lonxe. >>
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Vigo, Muelle de Trasatlánticos, 7 de mayo de 1951. Josefa Denis Mijón, en la despedida en el puerto de su primo Manolo González Mijón “Barros” -a su izquierda- y de su sobrino José Luis Coello Denis -a su derecha-, el primero que emigró a Argentina. (Archivo Familia Goce Denis).
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A partir de la llegada definitiva de la familia Coello Denis a Buenos Aires, la vida de todos ellos sufrió un profundo cambio. Asumido en general con resignación y un necesario buen ánimo, se abrieron desde entonces nuevas expectativas para los chicos que jamás hubieran soñado alcanzar en su tierra natal. No necesitaron demasiado tiempo para integrarse en la sociedad bonaerense, con sus costumbres, sus giros idiomáticos que tanta gracia le hicieron al llegar, la presencia de muchos paisanos de Galicia… y la buena acogida que siempre recibían los gallegos en Argentina. Atrás se había quedado Baiona, con abuelos, hermanos, tíos, primos, amigos… con las callejas, el castillo, las viejas iglesias y capillas… el pueblo marineros de los mil paisajes… la Virgen de la Roca, Santa Marta, las Estelas y las Cíes… aquella bahía que olía a salitre y a argazo… Hasta les quedarían en el recuerdo los días de lluvia, el rumor incansable de las olas, el orballo, el lamento de la sirena de Faro Silleiro avisando del peligro… y las gaitas y los bailes regionales en los días de fiesta, los gigantes y cabezudos, la banda del pueblo en el pasacalles… << ¡Hemos dejado tantas cosas en Baiona! -recuerda Pitusa-. Las famosas rondallas del abuelo de principio de siglo: “Los Turcos”, “Os Bufóns da Infanta”, “Los marineros de Ultramar”… Recorrían las calles cantando aquellas canciones que componía el músico Vernet… >>
Baiona, 1913. Una de las comparsas que participaron en O Entroido de ese año. Es muy posible que Ernesto Denis “o Cantador” formase parte de esta agrupación.
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Carnaval, 1924. Letra de Nogueira de la obra para comparsa “La Guardia del Sultán”, con música de Vernet, que interpretaban “Los Turcos”. Ernesto “o Cantador” era el solista de esta rondalla. (Archivo Caino).
<<Nuestra familia participaba en toda cuanta actividad había en el pueblo. Mi padre fue siempre una persona muy movida. Además de zapatero, era el encargado del “Cine Avenida” de Baiona, y el mismo preparaba los afiches publicitarios con las películas que se emitían. Bien relacionado con el vecindario, era una persona querida. Aún me acuerdo de cómo enseñaba el trabajo de zapatero a Emilín, que después tuvo su propia zapatería, y alcanzó gran popularidad por la churrería que había montado en un kiosko en la Calle Ramón y Cajal. >>
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<<Mi padre Amador Coello, mi hermano José Luis y yo, formamos parte de esta rondalla, que al parecer era conocida como “El Coro de los Reyes” -comenta Pitusa Coello Denis al ver la fotografía-. Había alcanzado una enorme popularidad, no sólo en Baiona, sino también en toda la comarca. La dirigía el señor Oriental, el padre de las Verísimas. >>
Baiona, 1952. Rondalla “El Coro de los Reyes”, dirigida por el señor Oriental, situado en el medio del grupo con abrigo y corbata. Entre otros: Moncho, Mano, Pilar “a ghata”, Amador Coello “zapateiro” -con corbata, a la izquierda del Sr. Oriental-, Queta, Venturita, Emilín, Viñas, José Luis Coello Denis -sentado delante con una mandolina-, Casimiro Pereira, Mario Vasconcellos, Antón, Pitusa Coello Denis -cerca del director, a su derecha-, José Rodríguez, Lola “a zapatillera”, Manolo González Mijón “Barros”, José Barra “o Judas”… Entre su repertorio, se encontraban varias obras para comparsas de Urbano Vernet. (Archivo Esperanza F. Vernet).
La comparsa “El Coro de los Reyes” se disolvió al cabo de pocos años. La emigración de los Coello, de Manolo “Barros”, el absorbente trabajo de los marineros, las chicas que contrajeron matrimonio… dieron lugar a su desaparición. Una verdadera pena, porque lo hacían muy bien. Se les echó de menos en la villa.
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Rondalla de Baiona, fin de los años cuarenta. Se pueden ver, entre otros: al director, el Sr. Oriental -con sombrero, en el centro-, a Antonio Coello “zapateiro” -con chaqueta y corbata, a la derecha del director-, a sus hijos Pitusa -delante de su padre- y José Luis Coello Denis -en primera fila y el más joven, con su mandolina-.
<<Entre las muchas actividades de mi padre se encontraba también el fútbol. Fue un entusiasta colaborador del “Bayona Sporting Club”, equipo que había en los años treinta, desaparecido a causa de la guerra civil. Jugaba en el campo de A Palma, y estaba formado por jugadores de la zona, la mayoría de ellos chicos muy populares en el pueblo. >>
Baiona, A Palma, 1933. Bayona Sporting Club. De pie: un aficionado, Lolo Puga, Carlos Marques, Paco “Moscón”, Eulogio Estelas, “Virasuela”, Pipo Varela, Román, Antonio “o portughés” y Amador Coello “zapa teiro”. Agachados: Martín Varela, “Rachote”, “Amberes” y “Virolas”.
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La familia Coello Denis había asistido a situaciones complicadas en Baiona, de mucha hambre y variadas necesidades en el vecindario… además de auténticas atrocidades físicas. Ya se sufrían antes de la guerra, siguieron durante la guerra civil, y lo que aún fue peor, en la posguerra se padecieron unos años que las gentes de la época no han podido olvidar. Y sin embargo, Pitusa, nacida en 1935, un año antes del comienzo de la contienda, y que además transcurre su niñez en los peores tiempos que se recuerdan de Baiona en el siglo pasado, mantiene su memoria con una nitidez llena de escenas felices.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1942. Primera comunión de Pitusa Coello Denis y su hermano José Luis. (Archivo Familia Coello Denis).
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Baiona, años cuarenta. “Colegio Virgen de la Roca”, de las Hermanas Franciscanas, administradoras del antiguo “Hospital de Caridad Sancti Spiritus” desde el s. XVII. Las populares hermanas Julinda, María Luisa, Asunción, del Divino Corazón y Laura, impartieron clase a varias generaciones de baioneses, niños y niñas.
La segunda por abajo sentada en la escalera, con vestido blanco, es “Peque” Coello Denis; a su lado, su hermana Rosa María; en la fila de atrás, y justo entre las dos, su prima María Luisa Goce Denis.
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Pitusa guarda momentos inolvidables de su etapa de niña con las monjas. En la escuela empezarían a emerger los genes del canto heredados del abuelo Ernesto. Pronto pasó a formar parte del elenco de artistas que interpretaban las obras musicales y de teatro que montaban las monjas con mucho esmero, y enorme éxito. Entre ellas destacaba la Hermana del Divino Corazón, una experta en música y canto coral, y tremendamente exigente con las niñas. “Cuando alguien desafinaba en el coro, las miradas de la hermana del Divino Corazón te taladraban”, cuenta Paruca Goce.
1949. Obra de teatro con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. Esperanza Fernández Vernet, Pitusa “a de Visita” y Florita Cadilla.
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Pitusa saca su álbum, y aparecen las más variadas escenas de Baiona, esas que le han quedado grabadas a fuego en su memoria, y que a pesar del paso del tiempo, siguen cada vez más vivas en sus recuerdos.
Baiona, años cuarenta. Paseando por la Calle de Elduayen. Amador Coello Ruiz, “Antonia” Denis Mijón, y dos amigas de Madrid. La niña pequeña es Rosa Mary, y la otra, su hermana Pitusa Coello Denis. (Archivo Familia Coello Denis).
Baiona, Calle Ramón y Cajal, 1944. Pitusa Coello, de vestido oscuro, con los padres y hermanos de su amiga Emilia Cedeira. La carretera estaba en plena reparación.
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Baiona, 1950. En la taberna de la tía Antonia. Pitusa Coello Denis, Rosa Goce López y Lino Denis Mijón. (Archivo Familia Coello Denis).
Baiona, A Ribeira, 1950. La abuela Eulalia con su hijo Lino Denis Mijón, poco antes de trasladarse a Buenos Aires. (Archivo Familia Coello Denis).
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Baiona, “Hospital del Sancti Spiritus”, 1948. Obra de teatro “Santa Juana de Arco”, dirigida por las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. Arriba: Florita Cadilla, Queta, Chicha Vilar, Emilia Cedeira y Pitusa Coello Denis. En medio: Lola Vilar. Abajo: Dora y María del Carmen “de Mauricio”. (Archivo Familia Coello Denis).
Vigo, 1952. Fotografía que Pitusa Coello Denis dedicó a su hermano “Lis”, ya emigrado por entonces a Buenos Aires. (Foto Pacheco. Archivo Familia Coello Denis).
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Superada una feliz niñez a pesar de los malos tiempos, Pitusa se prepara ahora para afrontar una hermosa juventud en su tierra. Cada vez más lejana la guerra civil, Baiona comienza a levantarse de su deteriorada situación anterior, y de manos de una relevante flota pesquera arranca hacia épocas mejores en su economía.
Baiona, principios de los años cincuenta. Reunión de la rondalla. La única mujer es Pitusa Coello Denis; a su derecha, Amador Coello, su padre; en medio su tío Ernesto Denis Mijón.
Es entonces, a mediados de los años cuarenta, cuando Pitusa inicia sus momentos de madurez, y pasa a intervenir con asiduidad en casi todas las manifestaciones culturales de la sociedad baionesa: Fiestas de Carnaval, obras de teatro de mayor empaque que las de antes, actuaciones líricas, bailes regionales… Igual que de niña, es elegida siempre para formar parte de la mayoría de los grupos interpretativos. Su versatilidad como actriz, como cantante, como bailarina… facilita su elección, sin olvidar también su limpia y llamativa belleza. Acompañada de sus muchas amigas, aparece en las abundantes fotografías de aquellos años: de paseo por la villa, acudiendo a concursos de disfraces, en las romerías de la comarca, en las fiestas del Carmen y de La Anunciada… Fueron tiempos muy felices para ella que no ha podido borrar de su memoria, a pesar del tiempo transcurrido, y de una lejanía insalvable.
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Baiona, 1949. Mary Carmen “a do sastre”, y Pitusa Coello Denis, de “margaritas” en un carnaval celebrado en el “Cine Avenida”. Sus madres le confeccionaban los vestidos.
Baiona, años cincuenta. Pitusa Coello Denis, disfrazada de hada en carnavales.
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Pitusa ha dejado en Baiona grandes amistades de su niñez, de la escuela, de su juventud… que aún hoy conserva en su mayoría a través de las redes digitales. En las ocasiones que ha venido de visita a la villa, se encontraron de nuevo, han conversado con mucha calma en veladas interminables, recordaron con nostalgia aquellos tiempos compartidos… y también echaron en falta a alguna compañera que se había ausentado, y otras ya fallecidas.
Baiona, atrio de la Colegiata, 1949. Arriba: Florita Pedreira, Mary Carmen “a de Mauricio”, Irene “a do Fasquías” y Florita Pereira. Abajo: Pitusa Coello Denis y Florita Esperón. (Archivo Familia Coello Denis).
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Baiona, Rúa do Conde, 1950. Irene “a do Fasquías”, en la puerta de su casa, y Pitusa Coello Denis, camino de la Fuente de Zeta con el balde dispuesto.
Era una escena habitual por las calles de la villa. Mujeres, más o menos jóvenes, y siempre ellas, nunca hombres, portando en sus cabezas los baldes con el agua recogida en la Fuente de Zeta, en A Laxe, en el Convento… Hasta 1952, Baiona no pudo contar con agua corriente en las casas.
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Baiona, 1950. Irene “a do Fasquías” y Pitusa Coello Denis, en el clásico paseo del domingo por la Calle de Elduayen. Detrás, se puede ver la nave de la antigua fábrica de salazón, convertida más tarde en una industria conservera, luego en un garaje, en salón de baile… y en la actualidad, años dos mil, en un edificio de varios pisos.
Los recuerdos fotográficos de Pitusa nos permiten observar con claridad las costumbres de la época, y en algunas de las imágenes nos encontramos con lugares muy cambiados.
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A principios de los años cincuenta comenzaba la fiebre del fútbol en Baiona. El mítico Erizana de los “Lanina”, “Cabecitas”, Montaña, “Mekerle”… llenaba el campo de A Palma en los partidos, y arrastraba a medio pueblo en sus desplazamientos.
Gondomar, Campo da As Gayandas, 1951. Pitusa Coello Denis, a los diecisiete años, con su amiga Lolita “a de Sirín”, en un partido de fútbol de la máxima rivalidad entre el Gondomar y el Erizana.
Baiona, A Ribeira, 1951. Chiruca, hija de un torero amigo, y Pitusa Coello Denis.
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Baiona, 1950. En el “Cine Avenida” durante el carnaval. Las dos últimas de la derecha, son Emilia Cedeira y Pitusa Coello Denis. (Archivo Familia Coello Denis).
Baiona, 1950. Pitusa Coello Denis, vestida de sevillana, en el Carnaval celebrado en el “Cine Avenida”. El traje se lo prestaron unas andaluzas amigas de una prima.
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En 1951, se repone el famoso apropósito lírico-dramático “La Virgen de la Roca”, estrenado en 1910, con letra de José María Barreiro y música de Ángel Rodulfo. La obra se había compuesto en su día para recaudar fondos para la construcción del monumento a la virgen. Se estrenó en la villa, y se representó en Madrid, Santiago, Vilagarcía, Caldas de Reis, Vigo… hasta llegó a Montevideo en 1917. En la reposición de mitad de siglo, y dentro del grupo coral de la obra, no podía faltar Pitusa Coello Denis.
Baiona, “Cine Avenida”, 1951. Representación de la obra “Virgen de la Roca”, con la intervención del “Coro de Bayona”. Arriba: Marita Vázquez, Florita González, Carmela Cedeira -en el papel de Vigen de la Roca, con el barco en sus manos-, Emilia Cedeira, Marucho y Lola. Sentada en medio, Chicha Vilar. Abajo: Dora, Mercedes, Toñita Salgado, Narda Leyenda, Pitusa Coello Denis, Mary Carmen y Pepita. (Archivo Esperanza Fernández Vernet).
Tampoco podía faltar Pitusa en el grupo de baile regional, que adornó con su presencia la solemne inauguración del Vía Crucis de la Virgen de la Roca en el año 1953. Asistieron las autoridades civiles y religiosas, las personalidades del pueblo, y casi la totalidad de sus vecinos. Un acto muy emotivo, que los baioneses vivieron con gran devoción. El Via Crucis había sido financiado en su mayoría por familias de Baiona, que costeaban individualmente cada cruz del recorrido religioso.
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Baiona, 1953. Inauguración del Vía Crucis en la Virgen de la Roca. Atrás, en la comitiva de autoridades, el alcalde de Baiona, José Pereira Troncoso, y el señor obispo, Fray José López Ortiz. Delante, el “Grupo de Baile Regional de la Sección Femenina”, y entre sus componentes: Toñita Salgado, con un libro en las manos, Chicha Vilar, Mary Carmen Fernández Vernet, Pitusa Coello Denis…
Unos meses después de este acto, Pitusa Coello Denis, emigraba con su familia a Buenos Aires, y comenzaba para ella una nueva vida.
Buenos Aires, 2014. Pitusa Coello Denis.
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<<Me casé en Buenos Aires -cuenta Pitusa- con Abelardo Juan Penen, “Yoni”, después de seis años de noviazgo. Tuvimos tres hijos: Abelardo Juan, “Lalo”, María Isabel, “Mariel”, y María Rosa, “Marisa”. El chico es psicoanalista, tiene 55 años (nacido en 1961), y ellas son médica y doctora en trabajo social. El tiene dos hijos y uno “del corazón”; la médica, de 54 años (1962), tiene tres; y la pequeña, dos. En total tengo ocho nietos. >>
Buenos Aires, 30 de abril de 1960. Boda de Pitusa Coello Denis con Abelardo Juan Penen, “Yoni”. (Archivo “Lalo” Penen Coello).
No se puede dudar de que la firme decisión de la madre, “Antonia” Denis Mijón, de emigrar a Argentina con toda la familia, fue una decisión acertada. Empezando por el marido, y siguiendo con los hijos, todos ellos salieron adelante enseguida. El chico y las chicas encontraron sus parejas, tuvieron descendencia, se acomodaron en trabajos solventes, y sus nietos llegaron en su mayoría a cursar estudios universitarios, y a sacar con prestancia sus carreras. Es evidente que de permanecer en Baiona en la situación que se vivía por entonces, sería difícil que esos logros se consiguieran… lo cual no quiere decir que a padres e hijos, al menos en Pitusa, la nostalgia por su tierra no les hubiese quedado prendida para siempre.
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Buenos Aires, años sesenta. Juan Penen “Lalo”, el hijo mayor de Pitusa y “Yoni”.
Buenos Aires, 2013. “Yoni” y Pitusa, con siete de sus nietos. Falta el mayor, Gastón Jerez, “el nieto del corazón” -hijo adoptado-, por entonces con 26 años. Arriba: María Inés, de 24, Santiago, de 20, y Rosario, de 19. Abajo: Belén, de 17, Julián, de 12, Lautaro, de 17, y Sofía, de 10. (Archivo Familia Penen Coello).
<<Cuando mi hermano José Luis llegó a Buenos Aires explica Pitusa-, con apenas dieciocho años, empezó a llevar la ad-
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ministración de un negocio de electrodomésticos. Ya venía preparado de Baiona, en donde había trabajado en la Cofradía de Pescadores a las órdenes de Laureano Calero, “Lano”. Más adelante, ya asentado en la capital, se independizó. José Luis se casó con Gilda, hija de alemanes, con la que tuvo cinco hijos: Alejandro -arquitecto de profesión-, Mariana -fallecida a los dieciocho años-, Graciela, Marcelo y Fernando. Por desgracia, Gilda acaba de morirse, en septiembre de 2016. >>
Baiona, 1950. En el murallón de la Calle de Elduayen posan las fuerzas vivas de la pesca en la villa. Sentados en el suelo: Laureano Calero, escribiente de la Cofradía de Pescadores de Baiona, y José Luis Coello Denis, su ayudante.
<<Al cabo de un año en Buenos Aires, José Luis reclamó a mi padre, que como buen artesano del calzado que era, enseguida entró a trabajar en la famosa fábrica de calzado “Grimoldi”, que aún existe hoy en día. Luego llegamos mi madre y las cuatro hermanas. Mis primeros tiempos en Argentina fueron bastante “morriñentos”… Yo empecé a trabajar en una cooperativa, “El Hogar Obrero”, dedicada al consumo, a la edificación y al crédito. Aquí conocí a mi marido, “Yoni”, y después de casados, seguí en mi empleo hasta que tuve el primer hijo… Cuando los tres hijos crecieron y ya no me necesitaron, hice un curso para profesora de decoración de tartas con el sistema “Ballina”. Años después, hice otro para profesora de
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modelado de porcelana fría. Hasta hace poco tiempo, aún estaba dando clases. Mis hermanas eran muy pequeñas al llegar a Buenos Aires. Rosa María tenía nueve años, “Peque”, seis, y María Amparo, tan sólo nueve meses. Así que las dos mayores fueron al colegio, y el bebé a criarse al lado de su madre. Rosa María, cuando acabó sus estudios, también trabajó en “El Hogar Obrero”, hasta que se casó con un español, “madrileño” le llamaban por su origen, empleado de banca. Se trasladaron a trabajar a Uruguay, donde vivieron muchos años y tuvieron seis hijos. Regresaron a Buenos Aires, y aún tuvieron aquí otro hijo. María de los Ángeles, “Peque”, que como un rito familiar también empezó trabajando en la cooperativa, se casó con un hijo de yugoslavo, y tuvieron dos hijos. Luego se fueron a Canadá, en donde nacieron dos más. Mi hermana falleció en 2005, a la edad de sesenta años. Sus hijos se quedaron allá. Y la hermana pequeña, María Amparo, casi argentina de nacimiento, creció y estudió aquí. Se casó muy joven, tiene tres hijos, y junto a su marido, se dedica a negocios inmobiliarios. >>
Buenos Aires, 2015. “Antonia” Denis Mijón cumple cien años rodeada de la familia. De izquierda a derecha: Gilda y su marido José Luis Coello, Horacio y su esposa Amparo Coello, y Pitusa Coello y su marido “Yoni” Penen. “Estaba contenta con sus cien años”, comenta Pitusa. (Archivo Familia Penen Coello).
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La vida de la familia Coello Denis en su emigración, podría servir de modelo de cualquier otra emigrada a Buenos Aires. Los mayores se asientan en el nuevo país con resignación, y siempre con nostalgia; los medianos se acostumbran pronto al cambio, y se acuerdan poco de su tierra; y los pequeños no saben de Galicia más de lo que le cuentan sus padres de vez en cuando. Los cabezas de familia sueñan casi todos en volver, y en pocos casos lo consiguen. Al final, pasado el tiempo, lo único que logran es venir de visita a su pueblo algún verano que otro, estar con sus familiares y amigos unos días, recorrer sus calles y caminos, respirar el aire de la tierra, escuchar sus murmullos… disfrutar con brevedad en el lugar que los vio nacer. Amador Coello y “Antonia” Denis, los padres de Pitusa, volvieron a Baiona por primera vez en 1974. Habían pasado veinte años desde su partida… y como es natural, encontraron muchas novedades. Entre ellas, el “Parador Nacional Conde de Gondomar”, que fue una de sus primeras visitas.
Baiona, “Parador Nacional Conde de Gondomar”, 1974. Las dos hermanas, “Antonia” y “Pita” Denis Mijón, “as do Cantador”. (Archivo Familia Goce Denis).
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Arriba: “Pita”, “Antonia” y Amador Coello, “zapateiro”. Abajo: las dos hermanas, con Enrique Goce López, “o valixas”. (Archivo Familia Goce Denis).
Pitusa Coello Denis tardó catorce años más que sus padres en volver a Baiona. Habían pasado treinta y cuatro desde que embarcara en el “Entre Ríos” rumbo a Buenos Aires. Llegaba en 1988, junto a su marido argentino Abelardo Juan Penen, “Yoni”, a visitar
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su tierra por primera vez. Luego vendrían dos o tres veces más, la última en la primavera de 2016.
Baiona, 1988. Delante de la casa familiar en el barrio de San Xoán. Moncha Goce Denis, “Yoni” Penen, Pitusa Coello Denis y Carlos González. (Archivo F. Goce Denis).
Cuentan sus familiares de Baiona, que al llegarle a Pitusa el momento de regresar a Buenos Aires, después de los múltiples agasajos de despedida de sus muchos parientes y amigos, parecía como que dejaba aquí algo de su vida… parecía que la bahía, el castillo, el rompeolas, el casco viejo, A Ribeira, la Colegiata y Santa Liberata, la Virgen de la Roca, las fiestas del Carmen y de La Anunciada… le hubiesen arrebatado parte de su cuerpo, y sobre todo de su alma, en aquellas recientes visitas… Los olores, el sonido del gallego a su alrededor, el color en el cielo de los fuegos artificiales en la noche baionesa, la espuma de las olas batiendo la rocas en A Concheira, en la Praia dos Frades, en la vuelta al castillo… el pulpo, las sardinas, os xureliños, los calamares… Mil sensaciones que superan el control de Pitusa, que no es capaz de contener las lágrimas por sus mejillas en una despedida más… Pero es bien cierto que su vida la tiene allá…
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Muchos recuerdos por su cabeza le bullen cada día a Pitusa Coello Denis, pero entre todos, el de su padre, el de su boda... ahora el de su madre… siempre están ahí de una manera especial.
Buenos Aires, 30 de abril de 1960. El padrino, Amador Coello Ruiz, y la novia, Pitusa Coello Denis, saliendo hacia la iglesia. (Archivo Familia Penen Coello).
Buenos Aires, 2016. Amelia Denis Mijón, “Antonia”, con su biznieta Gaelle, pocos meses antes de fallecer. (Archivo Familia Penen Coello).
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Buenos Aires, 2016. El argentino Abelardo Juan Penen, “Yoni”, un baionés de adopción, y Pitusa Coello Denis, una baionesa eternamente enamorada de su tierra.
La pareja vive feliz en Buenos Aires, y sus amistades se admiran de que Pitusa aún conserve la forma de expresarse y el acento de su tierra. “Yoni” les aclara con una sonrisa: “Es que se preocupa por no perderlo”. A menudo le entran las “morriñas” a Pitusa. Se consuela cada día con las redes sociales, con facebook, donde encuentra abundantes noticias de su tierra, cientos de fotografías antiguas de su amiga Esperanza, comentarios de sus queridos familiares, notas puntuales de lo que ocurre… … y también enormemente feliz en suelo argentino con sus ocho nietos y diecinueve sobrinos.
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X. Suso “o neghro” Suso Goce Silva heredó de su padre el apodo de “o neghro”, y como él, fue marinero desde niño. Anduvo muchos años embarcado en el “Ángel Vilar”, más conocido por “Fumanchú”, y también una temporada en el “Erizana”. Luego, durante un año, probó en el Gran Sol en dos barcos de Vigo, el “María Eva” y el “María del Pilar”, del armador “O Troulo”. A finales de los sesenta, se hizo con el “Anzuelo”, lancha gemela del “Botones”, y en ella continuó hasta su jubilación. <<A los trece años embarqué por primera vez -cuenta Suso “o neghro-. Le había pedido al señor Jesús, el patrón del “Fumanchú”, que me llevara. Al cabo de unos meses me llamó y me dijo: “Neghriño, dille a teu pai que che prepare o permiso en capitanía”. Así empecé mi vida de marinero. Íbamos ”á ardora” a la sardina, al bonito al Cantábrico, y al arrastre a las costas africanas. Al cabo de unos años se puso enferma mi mujer, y le pedí al patrón para quedarme en tierra con ella. Cuando al cabo de quince días me presenté de nuevo, el señor Jesús me dijo que ya había ocupado mi plaza. Como había que comer, y necesitaba trabajar con urgencia, alguien me indicó que me fuera a Vigo y me presentara a “O Troulo” en O Berbés. Al cabo de unos días embarqué en el “María Eva” para pescar en el Gran Sol. Anduve también en otro barco, el “María del Pilar”, del mismo armador. La vida en el Gran Sol era muy dura, y se pescaba con un gran riesgo para los marineros. Había unas olas gigantescas como esta casa, que pasaban por encima del barco, una tras otra. Me pareció en aquella época que importaban mucho más las capturas del pescado que la propia vida del marinero. Ya habíamos perdido un par de compañeros. Lo dejé. Mandé construir una lancha, el “Anzuelo”, y pescando por aquí, continué mi vida de marinero. >>
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Baiona, 3 de agosto de 1957. El “Ángel Vilar”, también conocido por “Fumanchú”, saliendo a la campaña del bonito en el Cantábrico con más de treinta marineros. En la cabina, el patrón Carlos “O Caringa”. (Foto Jesús. Archivo Familia Vilar).
Baiona, años sesenta. El “Erizana”, del armador Florente Vázquez Ratel, con cerca de cuarenta marineros a bordo. Fue uno de los barcos emblemáticos de la pesca de Baiona.
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El “Anzuelo”, propiedad de Suso Goce Silva, “o neghro”.
Baredo, años cincuenta. Una buena captura de Suso “o neghro”, un congrio de 32 kilos, pescando en el “Anzuelo”. Detrás, Antonio Vasconcellos, “o zapatillero”.
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El “Anzuelo” en plena pesca. En proa, Luco “Pinillos”; en popa, Suso “o neghro”.
Años cincuenta. Suso “o neghro”, llegando de pescar al muelle de Baiona. Toman tierra en “la rampa de Aurelito”, que hoy ya no existe. (Archivo Familia Goce Silva)
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Baiona, años cuarenta. Suso Goce Silva, paseando por Elduayen en un día de fiesta. Detrás, a la derecha, se ven el “Bar Blanco”, el “Restaurante Moscón” y la peluquería de Federico. A la izquierda, en el suelo, se adivina la vía del tranvía, que tenía su parada final allí mismo. (Archivo Familia Goce Silva).
Alejandro “o neghro”, conservando las tradiciones artísticas de sus antepasados, participó activamente en los bailes de la legendaria “Danza de las Espadas”, costumbre que en cambio no
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heredó su hijo Suso. En la siguiente imagen, el hijo, con la espada en la mano, no hace otra cosa que esperar por su padre, para entregársela antes de iniciar la danza.
Baiona, atrio de la Ex Colegiata de Santa María, años cincuenta. Suso Goce Silva, aguardando con la espada de su padre, Alejandro “o neghro”, antes de iniciarse la tradicional “Danza de las Espadas” en honor a la Virgen. (Archivo Suso Goce Silva).
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Sabarís, años cuarenta. Suso “o neghro”, “o cangueiro” y Manolo “o demo”.
Baiona, años cuarenta. Suso “o neghro” y “Melitón” Goce, subidos al murallón.
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Baiona, Praia da Ribeira, años cincuenta. Arriba: Vicente “o pisitas”, Dico y Suso “o neghro”. Abajo: Emilia, “A de Perón” y Rosa “a do Cuní”.
Baredo, A Cela, años cincuenta. Suso “o neghro”, Amparo y “O cangueiro”. Abajo, un hermano de Amparo; a la izquierda, un nieto de “O cangueiro”.
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Santa Marta, años cincuenta. Piño, Suso “o neghro”, “o de cocheras”, otro amigo y Jaime. (Archivo Familia Goce Silva).
Baiona, años cincuenta. Paseando por la bahía en la gamela “Flora”, de “os cangueiros”. Entre otros: Camilo “o cangueiro” y Manolo “o demo”, a los remos; en la proa, Celia, con vestido blanco, y Ramona, ambas, hijas de “o músico”, y cuñadas de Suso “o neghro”; en popa, Tina, con vestido estampado, primera esposa de Suso.
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En 1953, Suso Goce Silva, “o neghro”, se casa con Argentina Carneiro Garrido, “Tina”. Tuvieron una hija, María Rosa, nacida en enero de 1957. El padre de Tina, “O músico”, y sus hermanos, estaban considerados como “os mellores robaliceiros de Baiona”. Por esta relación familiar, en más de una ocasión, también incluyeron a Suso “o neghro”, como un hermano más de “os músicos”.
Baiona, A Ribeira, años cincuenta. Argentina Carneiro Garrido, “Tina”, primera esposa de Suso Goce Silva, “o neghro”. (Archivo Familia Goce Silva).
Tina falleció de repente en 1962, a la temprana edad de treinta y tres años. Una mañana, sin enfermedad aparente, apareció muerta en cama al lado de su marido.
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Baiona, Colegiata de Santa María, 1965. María Rosa Goce Carneiro, en su primera comunión. (Archivo Familia Goce Silva).
<<Mi hija María Rosa -explica Suso- se casó con José García, natural de Chaín, y albañil de profesión. Tienen dos hijas: Ana y Sonia García Goce. La primera trabaja en una panadería de Vigo, y la segunda es enfermera en una clínica dentista de Nigrán. >>
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Años cincuenta. A la izquierda: Suso Goce Silva, “o neghro”, en el muelle de Baiona, repasando la red para el “boliche”. A la derecha: Suso, con su hermano “Lalo”.
Muelle de Baiona, años cincuenta. Preparando “o boliche”. Entre otros: “Lalo” Goce Silva -con chaqueta de punto-, el hijo “do Furado” -de negro-, Suso “o neghro” –con jersey blanco-… (Archivo Familia Goce Silva).
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En 1965, Suso se casa en segundas nupcias con Isabel Lemos González, “Chita”, vecina de Baíña y costurera de profesión.
Baiona, 1965. Boda de Isabel Lemos González y Suso Goce Silva, acompañados a ambos lados por los padrinos. (Archivo Suso Goce Silva)
Isabel Lemos González, “Chita”, esposa de Suso Goce Silva, “o neghro”.
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Baredo, 1956. Isabel Lemos González, “Chita”, por entonces, soltera.
Al comentario de que estaba muy guapa en esta fotografía, “Chita” respondió enseguida: “El vestido que llevo me lo había hecho yo. Lo recuerdo muy bien”. Del segundo matrimonio de Suso “o neghro” con “Chita”, nacieron dos hijos: Jesús Fernando, “Suso”, en 1966, y José Alejandro, en 1969.
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Baiona, 1967. “Chita” y Suso “o neghro”, con su hijo José, delante del desaparecido Balneario de A Concheira. (Archivo Familia Goce Silva).
Baiona, 1971. Joaquín Maestú, director del Colegio de Covaterreña, , con su hijo Juan en brazos, y Suso “o neghro”, con su hijo José, delante del chalet de los Zarauza, hoy sustituido por un bloque de viviendas. (Archivo Familia Goce Silva).
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Baiona, A Ribeira, 1971. Los hermanos Suso y José Goce Lemos.
Baiona, 1971. Detrás del Balneario de A Concheira: María del Carmen Vázquez, esposa de Joaquín Maestú, con sus hijos María Isabel, María Eva y Juan; Suso y “Chita”, con sus hijos Suso y José. (Archivo Familia Goce Silva).
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Baiona, 1971. Arriba: los dos hermanos Suso y José Goce Lemos. Abajo: José, delante del Balneario de A Concheira
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A finales de los años sesenta, y durante las vacaciones de verano, el general Francisco Franco acostumbraba a venir a Baiona de pesca. Se acercaba desde Marín en el “Azor”, y a la altura de las Islas Cíes lo esperaba Suso Goce Silva “o neghro”, elegido por la Comandancia de Baiona como experto pescador de la zona para acompañar al Jefe del Estado.
Baiona, 1972. Suso Goce Silva, “o neghro”.
<<De Capitanía me avisaban para ir a pescar con Franco -cuenta Suso-. La primera vez que fui, en 1967, me temblaban las piernas. Por entonces, sólo mencionar su nombre ya imponía. Luego, en el trato conmigo siempre se comportó como una persona de lo más normal, muy hablador, cercano y correcto. Yo me sentaba a su lado para colocarle “o bolo” en el anzuelo, y él lanzaba la caña. Era buen pescador, y a pesar de su edad, se mantenía ágil y en buena forma. Acompañado de mi padre, salía a su encuentro con mi lancha, el “Anzuelo”, para llevar “o bolo” a la “Marola”, la pequeña embarcación que traía Franco para ir de pesca. El “Azor”, mien-
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tras tanto, se mantenía a una discreta distancia sin irrumpir en la zona elegida para pescar. Mi padre regresaba a Baiona con mi barco, y ya iniciábamos la jornada en la “Marola” por la zona de Oia, Cabo Silleiro, Islas Cíes… Íbamos a la lubina, y afortunadamente para mí, siempre tuvimos buenos días de pesca. >>
Baiona, 1971. La lancha “Anzuelo”, de Suso “o neghro”, saliendo de pesca.
<<En la “Marola”, Franco venía acompañado siempre por el almirante don Pedro Nieto Antúnez, ministro de Marina por aquellos años, y ferrolano como él. Le llamaba familiarmente “Pedrolo”. También traía un médico, y varios marineros, y en más de una ocasión llegó con otro importante político del que no recuerdo su nombre. A la hora de comer, nos trasladábamos al “Azor”. Un verano de aquellos asistió a la comida Manuel Fraga Iribarne, y entre otras viandas, disfrutaron de unas estupendas fanecas que yo les había dejado antes de salir de pesca. De aquella, yo andaba “a la faneca” con mi lancha. Luego, pasado el tiempo, cada vez que me veía don Manuel cuando visitaba Baiona, me repetía siempre lo mismo, a veces gritando desde la otra acera: “Suso, ¡qué buenas estaban las fanecas!”. En 1973, Franco vino a pescar en el mes de diciembre, en sus vacaciones de Navidad. Tuvimos una jornada de pesca memo-
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rable. De regreso al “Azor”, nos acercamos a la patrulla de guerra de vigilancia que les acompañaba, para dejarles un cubo repleto de lubinas. Al día siguiente, 20 de diciembre, yo les esperé en el “Anzuelo” hasta casi las dos de la tarde, y no acababan de aparecer. Por fin llegó una lancha de Baiona para avisarme que habían asesinado en Madrid a Carrero Blanco, presidente del Gobierno, y que por lo tanto no habría pesca. Francisco Franco, para mi desgracia personal, ya no volvió más de pesca. Me había prometido un terrenito para que construyera mi casa, allá por donde hoy está el cuartel de la Guardia Civil. Me quedé sin terreno. Fallecía dos años después, en 1975. >>
Baiona, años setenta. El “Anzuelo” regresando de la jornada de pesca, con una buena cantidad de fanecas. Suso “o neghro”, atento a las maniobras. (Archivo Suso Goce Silva).
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Baiona, Praia de A Ribeira, 29 de julio de 1977. Limpieza de fondos del “Anzuelo”. Tumbado, Suso “o neghro”; de pie, Richar, hijo de “o Pinillas”; en la proa, Luco “o Pinillas”. Por entonces, y a lo largo de casi todo el siglo, los barcos, las lanchas y las gamelas hacían su limpieza de fondos anual en la Praia de A Ribeira.
Baiona, años setenta. El “Anzuelo”, fondeado en la bahía..
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<<Por los años setenta -cuenta Suso Goce-, íbamos mucho a las Islas Cíes con la familia. Asábamos sardina, zapata… y los niños disfrutaban a tope de aquella mágica libertad. Fueron unas excursiones inolvidables para todos: pequeños, medianos y mayores. Hoy en día está prohibido hacer fuego en cualquier parte de las islas, incluso me parece que ya no dejan llegar con los barcos a la orilla de la playa. >>
Illas Cíes, 1979. Suso “o neghro”, asando sardinas.
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Baiona, Porta da Vila, años setenta. Niños de la familia y vecinos del barrio, reunidos para la fotografía en las escaleras de la casa de Pablo “o músico”. Entre otros: Mary, Geles, Merchi, Moncho, Pablo, Suso… (Archivo Familia Goce Silva).
En la actualidad, Suso “o neghro” goza de una merecida jubilación. Pasea por la villa con viejos compañeros de pesca, juega la partida después del almuerzo, y es raro el día en el que no visita el decaído puerto pesquero. “No queda nada, Luis. Un par de barcos… A lonxa tendrá que cerrar… Uns percebes, e pouco máis…”.
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El mayor de sus dos hijos, Jesús Fernando Goce Lemos, “Suso”, fue pescador como él, y faenó muchos años como Patrón de Pesca en los caladeros de Chile y de Namibia. Ahora, ya cansado de ausentarse de su hogar durante tantos meses, es capitán de un barco de Vigilancia Pesquera de la Xunta de Galicia, con base en Vigo. Ya estuvo también en Pontevedra y en Vilagarcía. El hijo pequeño, José Alejandro, “Jose”, que lo acompañó alguna vez cuando salía a pescar con Franco, no eligió la pesca como profesión. Es comercial de una firma de máquinas recreativas. Y si algún día pasas por la casa de Suso “o neghro”, en la Porta da Vila, encontrarás a su esposa “Chita” en sus labores de costurera. Desde la ventana conversa con los vecinos, y no hay uno solo que no la salude al pasar… En la pequeña sala de trabajo, es habitual la tertulia del matrimonio con alguno de sus amigos… y “Chita”, que cose en su máquina de espaldas, interviene al mismo tiempo con viveza en la conversación…
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XI. Lourdes Goce Silva
Si pasas en cualquier momento por la casa de Lourdes Goce Silva, en el comienzo de la subida a la Virgen de la Roca, te encontrarás siempre con distinta gente de la familia: hermanos, hijos, sobrinos, nietos, primos… Como si se tratase su vivienda de un “lugar de encuentro”, prefijado como tal para los familiares con más o menos cercanía. La única mujer de los cuatro hermanos Goce Silva, hijos de Alejandro “o neghro” y Olivia “a portughesa”, y madre a su vez de siete hijos, tiene su hogar como centro abierto a la reunión de todos… y por allí van pasando… sin cita y sin hora fija… “Lule” llega a media mañana y se prepara un café… Cristina sale con su hijo a entrenar en el club de lucha… “Nasi” llega con su brazo en cabestrillo… Su primo “O ghalo” se cita conmigo en “la de Lourdes”… Con “Canco” y “Lalo” quedo a las once en su casa… “Mi hijo José va a venir pronto a comer”, me dice Lourdes una mañana… Su casa es un lugar de plena acogida. Y un día que la encuentro por la calle regresando de sus compras, se cruza con “Canco”, y éste le recrimina de que no estuviese en casa…”Y aún encima tu hija no me invitó ni a un café”… Lourdes es nieta de comediante, Alejandro Goce Guerra, hija de marinero, “O neghro”, esposa de marinero, Avelino, hermana de tres marineros, Suso, “Canco” y “Lalo”, tía, sobrina y prima de muchos marineros Goce y Denis… y finalmente madre de un marinero, y también durante poco tiempo lo fue de otros dos, que ya cansados del oficio han cambiado de trabajo. <<Yo de niña ya ayudaba a mi madre en la limpieza del cuartel de la Guardia Civil -recuerda Lourdes-. Por entonces estaba situado en la Rúa Alférez Barreiro, donde hoy es el “Restaurante Naveira”. Y allí hacíamos de todo: buscábamos el agua a la fuente, lavábamos la ropa, limpiábamos las dependencias, planchábamos… Éramos casi como de la familia con los guardias civiles. También acompañé muchas veces a mi madre a Vigo, a vender el pescado que traía mi padre de la mar. >>
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<<Durante esa época aprendí costura con Tilducha Nartallo, pero nunca cosí para afuera. Lo que siempre me tocaba, año tras año en carnavales, era hacer los disfraces de todos los rapaces de la familia… y para cualquier otra fiesta que surgiera a lo largo del año. >>
Baiona, años cincuenta. “Fiesta de Santa Bárbara”, patrona de Artillería, que el destacamento de Cabo Silleiro celebraba cada año en el Casino de Baiona, por entonces en la Rúa Alférez Barreiro, encima de la actual sucursal del Banco de Bilbao. Rosa Carrillo, Nely y Lourdes Goce, disfrazadas de jamaicanas, incluso luciendo pantorrilla, que en aquellos años no era poco lucir. “Las faldas del disfraz se hicieron con unas cortinas viejas”, cuenta Lourdes. (Archivo Familia Goce Silva).
<<Los Goce siempre fuimos muy animados para los disfraces. Hubo años en que íbamos toda la familia disfrazada haciendo un mismo grupo. Padres, madres, hijos, tíos, primos… >>
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<<En una ocasión formamos el grupo de “Mariñeiros e Pescantinas”, y hasta salimos por las calles de Baiona con una gamela. No faltaba nadie de la familia. >>
Baiona, O Entroido, años noventa: Grupo de disfraces “Mariñeiros e Pescantinas”, compuesto por las familias Denis, Goce y Sanromán. Entre otros: Marina, Roberto, Raquel, María, Berto, Jorge, “Rober”, “O ghalo”, Laura, María del Mar…
Es un hecho que los jóvenes baioneses de mitad del siglo pasado, en especial hacia atrás, vivieron tiempos extremadamente difíciles. Ellos, con escasos diez, doce años… e interrumpiendo su educación escolar, salían al mar con sus padres y familiares; ellas, suspendiendo también la escuela, atendían desde corta edad las muchas faenas de casa, como cuidar de sus hermanos pequeños, buscar agua a la fuente con aquellos baldes que llenos tenían un peso considerable, ir al monte a buscar leña, a O Burgo a lavar la ropa, trabajar de redeiras muy pronto… Pero llegado el momento de diversión, ellos y ellas disfrutaron felices de las fiestas y romerías, y de las salas de baile que comenzaron a aparecer por entonces.
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Las tradicionales fiestas patronales del Carmen, de La Anunciada, de la Virgen de la Cela en Baredo, de Santa Marta, de Santa Cristina en Sabarís, Las Angustias en Nigrán… eran momentos celebrados con entusiasmo por la juventud de la época. También gozaron de gran popularidad el “Salón Océano” en Baiona, la “Sala de Fiestas Nigrán”, la “Sala Villa María” de Sabarís… todos desaparecidos.
Baiona, 1956. Avelino Míguez y Lourdes Goce, todavía novios, bailando en el desaparecido “Salón Océano”, la nave de la antigua fábrica de salazón.
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Baiona, “Salón Océano”, años cincuenta. Reunión de primos para la fotografía. Arriba, de pie: Pepa “a quintana”, Roque Goce, Rosita -mujer de Quin-, la hija de Fael “o da gemela” y Tito Goce “Naveira”. Agachados: Lourdes Goce y Baldo Cedeira. Abajo, además de los anteriores: “a pequena do Pinillas”, los hijos de Pepe “o carrero”, Pepa, “Quin” y Pepe “o Piñote”… (Archivo Familia Goce Silva).
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En aquellas décadas de los cuarenta, cincuenta, sesenta… la juventud de la villa era mucho más religiosa que en la actualidad, sobre todo en el caso de las mujeres. La asistencia a misa, la participación en las procesiones, la catequesis, las actividades del salón parroquial… ocupaban bastantes momentos de ocio de los jóvenes baioneses.
Baiona, años cincuenta. Lourdes Goce Silva, con sus sobrinos Ana y “Tito” Denis Goce, durante una procesión, por delante del “Hospital Sancti Spiritus”. Detrás, su íntima amiga Gelines Seijo, hija de Lola “a avellana” y de Alejandro Seijo.
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Baiona, 1956. Lourdes Goce Silva, con dieciocho años.
Del matrimonio de Lourdes Goce Silva (Baiona, 1938) y Avelino Míguez Misa (1938), de profesión marinero, nacerían siete hijos: Flori (1962), José Ignacio “Nasi” (1965), Avelino “Tito” (1966), José (1969), Lourdes “Lule” (1972), Cristina (1975) y Susi (1982). Los Míguez Goce forman parte de la cuarta generación de Goces en Baiona. Enseguida llegarían las primeras comuniones a la familia, años después las bodas… pero el apellido Goce estará condenado a desaparecer con los nietos… a no ser que alguno de los descendientes le añada el Goce a su segundo apellido en el Registro Civil. Los de “Lule” podrían apellidarse, por ejemplo, Otero Míguez-Goce. Sabemos de varios familiares que les disgusta haber perdido su apellido Goce, y puede que la posibilidad que apunto sea llevada a la práctica por más de uno.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1960. Lourdes Goce Silva y su marido Avelino Míguez Misa, en la Primera Comunión de Flori, la hija mayor. (Fotografía Jesús. Archivo Familia Míguez Goce).
Durante sus estancias en Baiona, el popular fotógrafo madrileño Jesús no se perdía ni un solo acto social, ni religioso, ni familiar, ni festivo… Con sus excelentes trabajos ha dejado para la posteridad infinitas fotografías que reflejan con fidelidad la vida de la villa del pasado siglo.
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Baiona, 1974. Fotografía para el “Libro de Familia”. Lourdes y Avelino, con cinco de sus hijos: “Lule”, en brazos de su madre, “Tito”, “Nasi”, José y Flori.
Baiona, 1976. Lourdes y Avelino ya tienen una hija más, Cristina, en brazos del padre. Con ellos: Flori, la abuela Flora “a serena”, José, “Nasi”, “Tito” y “Lule”, en brazos de su madre. (Archivo Familia Goce Silva).
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Avelino Míguez Misa, nacido en Baiona en 1938, se dedicó a la pesca desde muy niño, como era costumbre en la villa. Al principio anduvo en una gamela con un primo; luego llegó a trabajar en la fábrica de conservas de Puga durante un tiempo; y en 1958 cumplió el servicio militar por la Armada en Ferrol.
1958. Fotografía de Avelino Míguez Misa en su “Cartilla Naval”. Con veinte años, se incorpora al servicio militar en la Armada y es destinado a Ferrol.
Al volver del servicio militar en 1960, embarca en uno de los pesqueros de los Maciel, en el que estaría por poco tiempo. Luego se enrola en el “José Ángel”, del armador Pepe “o Caringa”, con el que permanecería fiel hasta su jubilación en 1988. Más de veinte años en sus barcos, primero en el mencionado “José Ángel”, luego en el “Marta Elena”, y por último en el “Nuevo José Ángel”. Tuvo como patrones a tres eminentes “lobos de mar” de Baiona: Pepe “o Caringa”, su hermano Carlos “o Caringa”, y el hijo de éste, Carlos Vilar Rodríguez. En estos barcos, Avelino anduvo a la sardina por la costa de Aveiro con el arte de “á ardora”, al bonito por el Cantábrico, a la merluza por Marruecos con redes de “volanta”, y siempre fue un marinero muy bien considerado por sus patrones.
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Años cincuenta. El “José Ángel” saliendo “á ardora”, rumbo a las costas portuguesas de Aveiro. Lleva de patrón a Pepe “o Caringa”, y van cuarenta marineros, entre los que se encuentra Avelino Míguez Misa. (Archivo Familia “Os Caringa”).
1971. El “Nuevo José Ángel”, saliendo de los astilleros de Burela, rumbo a Baiona. Fue tal vez el mejor barco de madera que hubo en la villa. Contaba con una formidable potencia de motor. (Archivo Familia “Os Caringa”).
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Años sesenta. El “José Ángel”, lavando el aparejo de “á ardora”. En el puente, Vicente Cedeira Vilar, hijo de Emilia Vilar Ochoa, hermana de Policarpo “O Caringa”. Entre los marineros, Avelino Míguez Misa. (Archivo María Luisa Cedeira Martín).
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Años setenta. Delante, en primer plano, Avelino Míguez Misa, toda su vida marinera a bordo de los barcos de “Os Caringa” de Baiona. Le acompaña en la fotografía el baionés Remigio “Calero”, marinero muy divertido, que un buen día en Algeciras, disfrazado de Guardia Civil, multó a todos sus compañeros por trabajar en domingo. Estaban repasando el aparejo. En el recuadro de la derecha, Avelino Míguez Misa. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Baiona, 1968. Ernesto Denis Goce, “Tito”, a los veintiún años de edad, paseando por la Calle de Elduayen. (Archivo Familia Denis Goce).
<<Este chico de la fotografía anterior -comenta Suso “o neghro”-, mi sobrino “Tito” Denis Goce, hijo de mi hermana Carmen, se murió ahogado cuando faenaba conmigo. Me quedó
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dentro ese peso para toda la vida. Íbamos de pesca en mi barco, el “Anzuelo”, y mientras nos acercábamos a A Guarda, lo dejamos pescando en la gamela auxiliar por la zona de Oia con la idea de recogerlo de regreso. Un golpe de mar volcó la barca, y como no sabía nadar, se murió ahogado. Los dos vecinos que lo recogieron no supieron hacerle el “boca a boca”, sino posiblemente se hubiera salvado. Muy triste, tenía treinta y siete años. >>
Baiona, 1971. El “Anzuelo”, la lancha de Suso “o neghro”, sale a faenar desde el puerto. Iban “a la faneca”. (Archivo Suso Goce).
<<Nosotros también andábamos faenando por aquella zona cuando aconteció el desastre -cuenta su pariente “Tano” Goce Moldes-. Yo iba con el tío Balbino, y vimos como un golpe de mar lo lanzaba por el aire, y ponía su gamela de punta para arriba. Cayó en una zona llena de rocas, muy batida por las olas, y nos fue imposible ayudarle sin poner nuestras vidas en serio peligro. Había mucho mar en aquellos momentos. Pedimos auxilio, pero todo sucedió tan rápido que no hubo tiempo para nada. Sin embargo, pensamos que simplemente se ahogó por no saber nadar. >>
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“Faro de Vigo”, 1985. Noticia del fallecimiento de Ernesto Denis Goce, “Tito”, ahogado en Santa María de Oia. (Archivo Luciano Goce Moldes).
Es tan cierto como increíble. En la primera mitad del siglo pasado, la mayoría de los marineros de Baiona no sabían nadar, y las nuevas generaciones que se iban incorporando a las faenas del mar tampoco sabían. De forma que si caían al agua, y no recibían ayuda inmediata, acababan ahogándose. Entre las muchas víctimas de naufragios y accidentes de mar, una gran parte se habrá muerto por esta causa. En la actualidad, años dos mil, para recibir el carnet de marinero, es exigencia primordial saber nadar.
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Baiona, Barrio de La Anunciada, años sesenta. “Nasi” Míguez Goce, nieto de Alejandro “o neghro”, con Emilia “a cochera”. (Archivo Familia Míguez Goce).
Baiona, Barrio de La Anunciada, años setenta. “Nasi” Míguez Goce, hijo de Lourdes y nieto de Alejandro “o neghro”, preparando la cesta para el “palangre”.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, años setenta. Tres de los hermanos Míguez Goce, preparados para salir en una de las procesiones de Semana Santa: Ignacio “Nasi”, Flori y Avelino “Tito”. Los niños de la familia fueron todos monaguillos en la iglesia parroquial. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Años setenta. Avelino “Tito”, Flori e Ignacio “Nasi”.
Baiona, Praia de A Concheira, 31 de julio de 1966. Ana Denis Goce, Flori y “Nasi” Míguez Goce, y María Rosa Goce Carneiro. Las familias de Goces y Denis solían mantener una estrecha relación entre ellos. (Foto Jesús. Archivo Familia Denis Goce).
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De los tres chicos, solamente uno, “Nasi”, es marinero de profesión. Los otros dos, “Tito” y Jose, se iniciaron en la mar, pero se pasaron ambos a la empresa “Alservi”, auxiliar de la factoría de Citroën en Vigo.
Baiona, 1982. Fotografía para el “Libro de Familia”. El matrimonio Avelino Míguez Misa y Lourdes Goce Silva, con sus siete hijos: Flori, Avelino “Tito”, Ignacio “Nasi”, Lourdes “Lule”, José, Cristina y Susi, en los brazos de su madre.
En aquellos años de juventud, como vemos en la siguiente fotografía de 1959, quién le iba a decir a Lourdes que llegaría a ser madre de siete hijos y abuela de nueve nietos. Por entonces, disfrutaba con sus amigos de las fiestas de Baiona, y hasta es posible que aún no tuviera relaciones con su futuro esposo… aunque ya sabía de él, porque lo reconoce con facilidad en las fotos de colegiales de las monjas cuando apenas tendría doce años. Pero en la siguiente imagen, pasados nada menos que treinta años, aparecen los dos Avelinos de su vida, el padre y el hijo. En su lancha “Susi III”, se supone que con ese nombre en honor a su última hija, salen a pasear por la bahía en un día de fiesta, tal vez acudan a la procesión marítima de la Virgen del Carmen. También contemplaremos a toda la familia en el “Botones”, dispuestos para una de las citadas procesiones del Carmen.
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Baiona, A Palma, 1959. Lourdes Goce Silva, en un día de fiesta con sus amigos: Antonio Balboa “Xilgaro”, Carmen Allú, Feluco Rodal, Lourdes y José “o Judas”. Detrás se puede observar el kiosko de la desaparecida churrería que había en el centro del parque. (Archivo Familia Rodal).
Bahía de Baiona, años noventa. Avelino hijo y Avelino padre, en su barca “Susi III”, engalanada con banderas en un día de fiesta. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Baiona, años noventa. Procesión marítima de la Virgen del Carmen en el “Botones”. De proa a popa: Mateo, Desiré, Diego Otero, Mingos “o sorayo”, José “o carrizo”, Manolo “Amberes”, Antonio, las hermanas “Lule”, Cristina y Flori Míguez Goce, “O Belesar”, Rosi, José “o ghalo”, Tonio “o fumegha” y Carlos “o macareno”. (Archivo Familia Míguez Goce).
Baiona, patio del “Hospital Sancti Spiritu”, 1969. “Colegio Virgen de la Roca”. Las monjas Hermana Laura, Hermana Inmaculada y Hermana Elisa, rodeadas de sus alumnos. Entre otros: Malén y María Jesús Maciel, Begoña “a de Norio”, María José “a do Lorito” -se haría monja de mayor-, Soli Goce, Mar Denis, Bebé, Rosamari, Bea Cabrera, “Keti”, “Chona”, Monchi “a cotonesa”…
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Una de las tradiciones inexcusables de los Goce es la “Danza de las Espadas”, que se baila en la villa desde tiempos inmemoriales. Ya la bailó el abuelo Alejandro, los tíos “Canco”, “Lalo” y José “o ghalo”… y ahora les toca a los hijos de Lourdes, “Tito” y José… y ya comienza un nieto, Óscar.
Concello de Baiona, 1998. Esperando para bailar la “Danza de las Espadas”: “Tito” Míguez Goce -con el sobrino Gabriel Míguez Pena en brazos- y José Míguez Goce, preparado para actuar de “rabero”. (Archivo Familia Míguez Goce).
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“Fiestas de la Virgen del Carmen”, años 2000. Jorge Denis Goce, Cristina y “Tito” Míguez Goce. Agachado: José Míguez Goce, con su sobrino Diego -hijo de Lule- en brazos.
Puerto de Baiona, “Fiestas del Carmen”, 2008. José Miguez Goce, con su esposa Rosa Lorenzo y sus hijos Óscar y Fátima. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Puerto de Baiona, 2012. José Míguez Goce, de “rabero” en las “Fiestas del Carmen”. Es costumbre regalarle la pandereta firmada por todos los componentes de la “Danza de las Espadas” al marinero más veterano, homenajeado cada año por la Cofradía de Pescadores. (Archivo Familia Míguez Goce).
Puerto de Baiona, “Fiestas de La Anunciada”, 2016. José Míguez Goce, con sus hijos Óscar y Fátima, y su sobrino Pedro. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Y dejando un bello testimonio fotográfico para la posteridad, surgen los genes de artista de los Goce, brindándonos unas imágenes de ensueño. Es Li Goce, la autora… y ahora que la descubrimos en la inmensidad de la saga, le pediremos que adorne este libro con su arte.
Baiona, Puerto Pesquero, 2014. “Danza de las Espadas” en las “Fiestas del Carmen”. Dos generaciones de Goce bailando juntos: atrás, José Míguez Goce, de “rabero”; en medio, el historiador baionés Anxo Rodríguez Lemos; delante, Óscar Míguez Lorenzo, hijo de José, en su primer día de baile en el grupo. (Fotografía Li Goce).
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Baiona, “Fiestas del Carmen”, Puerto Pesquero, 2014. Anxo Rodríguez Lemos y Óscar Míguez Lorenzo, bailando la “Danza de las Espadas. (Fotografía Li Goce).
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Si analizamos la vida de los Goce y de los Denis de ahora, los del presente siglo, en lo que a su actividad laboral se refiere, nos encontraremos con la palpable realidad de que las últimas generaciones, la quinta o la sexta, ya no han elegido la vida del mar para su ocupación. Carreras universitarias, empleos administrativos, dependientes de tiendas, operadores de fábrica, comerciales, empleados de banca, camioneros… sin dejar en el olvido a los artistas, que también los hay, y que en cambio encajan en el sentir ancestral de Goces y Denis. Ignacio Míguez Goce, “Nasi”, el segundo hijo de Lourdes y Avelino, es uno de los pocos jóvenes de hoy que hace la excepción. Como su padre, como sus muchos tíos, como sus abuelos y bisabuelos, “Nasi” es marinero. Sus hermanos “Tito” y José, que se iniciaron en la pesca, pronto abandonaron la profesión.
1987. En el “Almuiña”, José Míguez Goce, con un bonito.
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1987. En la popa del “Almuiña”, José Míguez Goce, Manuel y Manuel Goce Garrido -hijo de “Tanano”-. (Archivo Familia Míguez Goce).
Lonja de Baiona, años ochenta. Congrio pescado en el “Zulemita”. Lo sostienen José Míguez Goce y Jesús López -patrón del barco-. Detrás, Manolo Valea, el vigilante de la lonja. (Archivo Familia Míguez Goce).
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José Ignacio “Nasi”, el segundo de los siete hermanos, decidió ser marinero como su padre, como sus tíos, como sus abuelos… Después de estudiar en el instituto hasta los dieciséis años, se embarca por primera vez en 1982 en el “Monte Mandado” de Vigo. Antes ya había salido muchas veces a pescar por las costas de Baiona en el “Botones”, la lancha de sus primos. De su primer barco, pasa al “Nuevo José Ángel”, y hace una campaña con su padre. Luego sigue en el “Cruz de Almena”, primer barco de acero de Pepe “o Caringa, en el “Manolita Suárez” de Vigo, en el “Monte Ventoso” de 1984 a 1987, en el “Doña Paz” de Las Palmas, en el “Dolupa” de Vigo, en el “Quinito” de Baiona por unos días…
1892. En el “Dolupa”, con un ejemplar de pescado desconocido. En O Berbés de Vigo no consiguieron venderlo. En medio “Nasi” Míguez Goce; a su izquierda, dos compañeros; a su derecha, José “o navarro”, hijo de “Quin” Goce. (Archivo F. Míguez Goce).
Es en 1989, cuando “Nasi” Míguez Goce embarca en el atunero vasco “Alcaudón”, de la armadora “Impesca” de Bermeo. En esta compañía permanecerá alternado embarques con el “Txori”, barco gemelo del anterior. En 1997, “Impesca” incorpora a su flota el “Txori Zuri”, barco al que trasladan a “Nasi”, y en el que permanece enrolado hasta el año 2000.
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Años ochenta. El atunero vasco “Alcaudón”, de la armadora “Impesca” de Bermeo (Vizcaya). Barco gemelo del “Txori”, en el que también anduvo embarcado “Nasi”.
José Ignacio “Nasi”, al lado de un gran atún, y con dos “serruchos “ en la mano.
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Dakar (Senegal), años noventa. En el atunero vasco “Txori”. “Nasi” Míguez Goce, con un enorme ejemplar de atún. (Archivo Familia Míguez Goce).
Dakar (Senegal), años noventa. “Nasi” y un compañero senegalés, con un buen ejemplar de “pez vela”. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Años noventa. El atunero vasco “Txori”, faenando en el Golfo de Guinea.
En octubre del 2000, “Nasi” Míguez Goce cambia de compañía armadora y embarca en Vigo en el “Intertuna Tres”, de Willemstad (Isla de Curaçao). En 2005 comienza a alternar sus embarques con el “Intertuna Uno”, de la misma armadora, domiciliada ahora en Victoria-Mahé (Islas Seychelles). En 2008 se pasa al “Albatún Dos”, de armadora vasca con base en Cádiz, y al cabo de un año cambia al “Albacán”, de la misma compañía. Durante unos años, va alternando embarques en estos dos atuneros, y también en el “Intertuna Uno”. La flota atunera vasca faena por el Índico, el océano más peligroso del mundo, y fue a menudo acosada por los “esquifes” piratas de la zona. Tanto el “Albacán”, como el “Albatún Dos”, sufrieron intentos de abordaje en más de una ocasión, de los que siempre consiguieron escapar. <<Ahora -explica “Nasi”-, al saber que los atuneros españoles llevan agentes de seguridad a bordo, y que hay buques de guerra vigilando la zona, apenas ya se producen ataques de los piratas somalíes. Pero hubo una época, hace unos seis o siete años, en la que pasamos bastante miedo, y teníamos que andar siempre vigilantes de que apareciesen >>
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El “Albatún Dos” es uno de los atuneros más grandes construidos en España. Fue botado en los “Astilleros Hijos de J. Barreras” de Vigo, en 2004.
“Nasi” Míguez Goce, al lado de un buen ejemplar de atún, pescado en el Océano Índico. Por el suelo, una cantidad importante de “serruchos”.
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El “Albacán”, atunero vasco construido en los “Astilleros Hijos de J. Barreras” de Vigo, en 1991.
“Nasi” Míguez Goce, con una dorada en la mano. A su lado, colgado, un buen atún.
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A punto de finalizar el 2016, “Nasi” Míguez Goce se recupera de una fuerte lesión en un brazo. Después de un mes con el brazo en cabestrillo, necesitará otro más para recibir el alta médica. Pronto embarcará de nuevo en algún atunero de la compañía. “Nasi” es uno de los últimos marineros de la saga de los Goce que sigue en activo. En el pasado agosto de 2016 cumplió sus treinta y cinco años en la mar.
Baiona, 1996. Marga Pena Dafonte y José Ignacio Míguez Goce, “Nasi”, en el día de su boda. (Archivo Familia Míguez Goce).
Atrás queda el día de su boda con Marga Pena Dafonte. Han pasado veinte años, siguen viviendo en Baiona como sus antepasados, y tienen dos hijos: Gabriel, de diecinueve años, y Alejandra, de trece.
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Baiona, Paseo Marítimo, 2001. Arriba: “Lule” Míguez Goce, Mena, “Marsi”, Lourdes Goce Silva, Marga Pena, “Nasi” Míguez Goce, Avelino Míguez Misa y Rosi. Delante: Diego Otero Míguez, Gabriel Míguez Pena, Ángela y José Míguez Goce.
Baiona, Rompeolas, 2009. La abuela Lourdes Goce Silva, con sus nietos “Nico”, hijo de “Lule”, y Pedro, hijo de Cristina. (Archivo Familia Míguez Goce).
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Los nueve nietos de Lourdes Goce Silva forman parte de la quinta generación de los Goce llegados a Baiona en 1890, pero el apellido, si no se remedia, se perderá con ellos.
Baiona, 2012. Los nueve nietos de Lourdes Goce Silva. Arriba: Diego y Óscar. En medio: Pedro, Mateo, Alejandra y Gabriel. Abajo: “Nico”, Fátima y Miguel. (Archivo Familia Míguez Goce).
Los genes de artistas de los Goce se han esfumado con los nietos de Lourdes. Ni uno sólo canta, ni nadie toca instrumento mu-
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sical alguno, no hay actores ni actrices de teatro, tampoco existen bailarines entre ellos… aunque Óscar mantiene la tradición de los Goce de bailar la “Danza de las Espadas”. Pero al menos queda el deporte en la familia: Diego es campeón de lucha libre olímpica, con muchos títulos y medallas nacionales en su haber; Óscar es del Club Val Miñor de fútbol, y disputa la Liga Gallega de cadetes; “Nico” y Miguel empiezan en el Erizana; y Pedro, se inicia en el deporte de la lucha en el Clube de Loita Sabarís, igual que su primo. Los futbolistas, promesas todavía, con que salgan tan buenos como sus tíos abuelos “Lanina, “Cabecitas”, “Rato”, “Lalo”… históricos jugadores del Erizana, ya habrán cumplido sobradamente.
Nigrán, Campo de Condomínguez, 2016. Óscar Míguez Lorenzo, con el Club Val Miñor, en un partido de la Liga Gallega Cadete Zona Sur. (Archivo F. Míguez Goce).
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“I Gala do Deporte Municipal de Baiona 2011”, Auditorio V Centenario, 14 de enero de 2012. Óscar Míguez Lorenzo, ”Nominado” como “Mellor Deportista de Base”.
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Baiona, Campo del Aral, 2016. “Nico” Otero Míguez, con el Club Erizana, en un partido de la competición infantil. (Archivo Familia Míguez Goce).
“IV Gala do Deporte de Baiona 2014”. Nicolás Otero Míguez, “Nominado” al premio de “Mellor Deportista de Base”. (Archivo Familia Míguez Goce).
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“IV Gala do Deporte de Baiona 2014”. Auditorio V Centenario, 31 de enero de 2015. Los dos hermanos, Diego y Nicolás Otero Míguez, galardonados en la gala, posan con sus padres, José Manuel Otero Carrera y Lourdes Míguez Goce.
Los dos hermanos con sus diplomas: Diego, como “Mellor Deportista de Base Masculino 2014”; Nicolás, como “Nominado” al premio de “Mellor Deportista de Base”. (Archivo Familia Míguez Goce).
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De los nietos de Lourdes Goce Silva, es Diego el que más destaca como deportista. En la actualidad, y desde hace tres años, está concentrado en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, donde recibe entrenamiento intensivo de lucha libre olímpica, y cursa sus estudios de bachillerato.
Diego Otero Míguez, con maillot negro liso y rodilleras, en sendas actuaciones en un Campeonato Gallego y en un Campeonato de España.
Diego Otero Míguez ya cuenta con un abundante palmarés: Medalla de Bronce en el “Campeonato de España 2015”, categoría 63 K Cadete; Medalla de Bronce el “Campeonato de España
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Escolar 2015”; Medalla de Bronce en el “Internacional Jovenes Promesas Lucha Libre 2016”, categoría 63 K Cadete; Medalla de Oro en el “Campeonato de Lucha Grecorromana 2016”, celebrado en Braga (Portugal), en categoría 63 K Cadete; Medalla de Plata en el “Campeonato de Lucha Libre 2016”, celebrado en Lisboa (Portugal), en categoría 66 K Cadete; y recientemente, Campeón Gallego 2017 de Lucha Libre y de Grecoromana en categoría 63 K Cadete. Por dos años consecutivos, 2014 y 2015, ha sido nombrado “Mellor Deportita Base Masculino” en la “Gala do Deporte de Baiona”.
“V Gala do Deporte de Baiona 2015”. Diego Otero Míguez, nombrado “Mellor Deportista de Base Masculino 2015”. (Archivo Familia Míguez Goce).
Diego está considerado en la actualidad como una firme promesa de la Lucha Libre Olímpica nacional. De seguir en esa destacada progresión, no sería extraño que Baiona cuente pronto con un deportista olímpico.
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Ahora, en 2017, en su casa al pie de la Virgen de la Roca, Lourdes Goce Silva, a los setenta y ocho años, sigue con la presencia cercana de sus siete hijos, sus nueve nietos, sus tres hermanos, sus incontables primos, sus yernos y nueras… que no dejan de pasar a menudo por su hogar. Allí convive con sus muchos recuerdos, con los cuadros por las paredes de escenas familiares, con sus álbumes repletos de imágenes… y con la actividad ruidosa de alguno de sus nietos.
Baiona, 2008. Lourdes Goce Silva.
“Mis nietos ya no son Goce”, dice Lourdes con cierta nostalgia.
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Finalizada la primera entrega de este largo y entrañable relato,
______________ BAIONA ______________________________________________
los Goce… y los Denis LUIS ALBERTO REY LAMA
______________ se anuncia la próxima edición de la segunda parte, que esperamos sea de igual interés que la primera.
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