15
I. Los orígenes “Ó que non foi quén de facelo de vivo… fíxóo despois de morto… ¡trintanove anos máis tarde do seu pasamento!... e ben morto que estaba… ¡e o fixo!”. En sus últimas voluntades, el tío Rodolfo siempre insistía a los suyos en su firme deseo de que llevaran sus restos a enterrar “na Terra”, en su Galicia natal. Pero en aquellos días de 1980 en los que falleció, la familia no pudo atender los deseos del padre, y consideró que el imponente Panteón Social del “Centro Gallego”, ubicado en el gigantesco cementerio bonaerense de La Chacarita, había de ser un lugar más que adecuado para el reposo de sus restos. El tío Rodolfo siempre anheló regresar a Galicia. Cuando tenía nueve años, sus padres, Felisa Chamochín y Perfecto Prada, hubieron de emigrar a Argentina, y desde entonces, el hijo tan solo dispuso de una fugaz visita siendo muy joven. Luego, ya de adulto, no pasaron de tres sus esporádicas y cortas estancias “na Terra Nosa”, como él -y los galeguistas- la llamaba. Nacido en 1892, en la pequeña aldea ourensana de Os Peares, la ruina que azotó a la familia como consecuencia de un salvaje incendio que destruyó por completo su próspera hospedería y su almacén de venta, los dos rentables medios de vida, dio con todos sus miembros en Buenos Aires, tras