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Una liberación regional Juan Cordero Íñiguez Cronista de Cuenca
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res regiones mayores conformaban históricamente la unidad política que se convirtió en República del Ecuador en 1830 y todas tuvieron sus antecedentes aborígenes. En el caso del Austro, existió la nación cañari con ancestros en Narrío, Tacalshapa y Cashaloma. Se consolidaron estas unidades con la creación de las Gobernaciones de Guayaquil y Cuenca, junto a la Real Audiencia que, a pesar de sufrir vicisitudes, se mantuvo con sus facultades jurisdiccionales. Las tres unidades tuvieron sus procesos independentistas, que se iniciaron en Quito el 10 de Agosto de 1809, continuaron en Guayaquil el 9 de Octubre de 1820 y prosiguieron en Cuenca entre el 3 y el 4 de Noviembre de ese mismo año. La Gobernación de Cuenca se había creado con la misma amplitud que se dio a Cuenca cuando se establecieron sus términos o límites en la fundación hispano-cañari de 1557 y en algunos aspectos administrativos se incluyeron territorios que estaban dentro de las jurisdicciones de Loja y Zaruma. Por ello, la proclamación de la Independencia se extendió a esas ciudades, como lo veremos más adelante, y desde diversos lugares hubo apoyos y proclamas. En la preparación inmediata se logró que el gobernador Antonio Díaz Cruzado presentara su renuncia, lo que fue visto como una deslealtad con el gobierno español y, por ello, el comandante militar Antonio García Trelles le apresó y le envió cautivo a Quito el 2 de noviembre, escoltado por soldados. Sin embargo, al pasar por Cañar fue liberado por los patriotas de ese cantón. El 3 de Noviembre de 1822 el líder militar de la revolución, Tomás Ordóñez, encabezó la manifestación de algunos vecinos de Cuenca, con el objeto de pedir que se convoque a un Cabildo Abierto, lo que no prosperó por la resistencia de las autoridades y los soldados españoles al mando de Jerónimo Arteaga, quien dirigía a unos 109 soldados, a