había nada más, cogían el palito y hojas de vitoriera y lo picaban y se lo echaban a los frisolitos, solo el palito no la hoja. También había plátano y guineo, el dominico chiquito daba bien”. Doña Alba repite que "Ahora años la comida era muy abundante, pues, no era como ahora. En esa época, sobraba que repollo, coles, frisoles verdes, frisoles secos, alverja. Cuando se salía a la huerta, cogían que la zanahoria, la cebolla. Todo eso se comía en la casa” Quizá cuando doña Alba hace alusión a la abundancia de alimentos, se refiere a muchos años antes de que en nuestro medio, se sintiera el coletazo de la segunda guerra mundial, que afecto de manera dramática la economía global. La generalidad entre los interlocutores más jóvenes, nos muestra un panorama diferente, especialmente, cuando describen las condiciones sociales, económicas y políticas de los entornos donde les correspondió vivir. "En mi casa el desayuno era chocolate con arepa, quesito y mantequilla, las arepas eran grandes, de mote. Después del desayuno, nos daban la media mañana, una aguapanelita con arepa o un vaso de leche con arepa, porque la leche no faltaba siempre habían una o dos vaquitas. El almuerzo era sancocho, le echaban batata, papa, guineo y a veces, mama, hacia una sopita de bolo y papa con carnita picada…más rica. Continua diciendo, en la casa de Quirama siempre hubo carne y cuando no, papá mataba guacharacas. Papá mataba las guacharacas con una pistola grande que ellos mismos hacían, con un tubo de agua hacían eso. Iba al monte y cazaba. También comíamos "gurre". La verdad es que no había pa ´estar comprando carne de res porque era muy cara. Por eso esperábamos el día sábado que mi papá llegara a las 2 o 3 con la carnita pa fritar pal almuerzo. Llevaba hígado, la asadura pal almuerzo, me acuerdo como si fuera ahora. Y también cuando amanecíamos sin carne, mama "desguachaba" una gallina. Nosotros hambre no pasamos, fuimos levantados a punta de maíz. En la finca con mi papá también tuvimos ganado, en la casa no faltaba la leche, el queso, la mantequilla. Eso no faltaba diario, todo era para el consumo de la familia, si sobraba vendía mama mantequilla pero no más. También teníamos gallinas, los huevos si se vendían mucho, porque todos no alcanzábamos a comérnoslos. Mama tenía las gallinas sueltas, ellas no estaban amarradas. Ponían en los montes y aparecían con las nidadas de pollitos. El campo para mí era la delicia, por eso yo el campo no lo puedo olvidar". Mucho tiempo después, se vende la finca de Quirama y se compra en Llano grande. En Llano grande era muy bueno, nosotros salíamos a bañarnos y a lavar a la quebrada, eso era limpiecita, le hablo de Llano grande por los lados de San Antonio. Lo que pasa es que ahora las floristerías acabaron con las quebradas. Ahora años nosotros subíamos "chapuciando" por todas esas quebradas, era todo una belleza. Solo las mujeres nos íbamos a lavar la ropa en las quebradas, los hombres se dedicaban a trabajar la tierra y manejar el ganado. Papá tenía lechería y nosotros trabajábamos con él la leche, le ayudábamos a ordeñar y a cuidar las vacas". Aprendimos, esa fue una etapa de aprendizajes en familia” Doña Alba termino de estudiar la primaria en la escuela de San Antonio. Luego paso a la Normal donde termino. Al poco tiempo, se casó, pero en ese tiempo era difícil que una mujer casada encontrara trabajo como educadora.
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