emprender en la ruralidad. De todos depende que cambiemos esta visión, que se involucre el campo en las agendas públicas para que sea más atractivo no solo como espacio de turismo, sino también como movilizador de gente a establecerse y laborar en medio de estos espacios tan especiales. "Nosotros, somos muy poquitos. Mi hijo, en cuestiones de la tradición del campo, creo que no fue el heredero mío. Si alguien puede continuar con el relevo generacional en la agricultura, serán mis sobrinas. Digo así, a las hijas de mis sobrinas. Ellas son amantes fieles a los animales, a las vacas y cerdos. Ellas quieren estar conmigo en el ordeño, descolmillando, quieren aprender a vitaminizar, ahí pues, tengo el reemplacito. Son dos niñas que vienen creciendo y son amantes fieles de los animales. Ellas pueden ser mi reemplazo con las actividades del campo. En esta finca también hoy en día tenemos agricultura, no mucho como en la época que mi papá estaba saludable, pero tenemos frijolito sembrado muy bonito, lechuguita, chocolito, cebolla. Aquí viene el esposo de una tía que ya tiene 78 años y siembra como entretenimiento. Mi papá también se entretiene con la cebolla y con la compostera. Él se sienta y revuelve el abono, hace cositas por ahí y se siente útil. Yo sigo teniendo mucha fe en las posibilidades del campo. Ahora estoy esperando una maquinita de ordeño mecánico que me prometió la alcaldía municipal. Me la ofrecieron hace aproximadamente un año. Hay treinta mujeres esperando por una de estas máquinas. Fueron seleccionadas porque producen más de 30 litros de leche diarios. De recibir este apoyo, les ayudaría a hacer un poco más cómodo la labor del ordeño y les quedaría más tiempo libre, para hacer otras cosas o descansar. En cuanto a mis sueños, tengo muchas ganas de ensilar. Sería bueno aprender a elaborar otros alimentos para el ganado y los cerdos. Ahora tengo una chocolera y estoy en el proceso de aprender a hacer el ensilaje, pues yo considero que uno mismo, es capaz de preparar la comida. Si todos nos enamoráramos cada vez más del campo, si nos comprometemos y no lo abandonamos, podemos hacer de este mundo algo maravilloso. En el campo, podemos aprender a cultivar sin químicos, hacerlo con orgánicos, preparar ensilajes para el ganado, cuidar los animales, aprender alimentarlos, si lo hacemos, el mundo sería muy distinto. Los que viven en el campo no debería salir de él. Estamos en el lugar más lindo del mundo para pasar nuestros días tranquilos, entregando lo mejor de nosotros”.
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Foto: Sobrina de Diana aprendiendo sobre el cuidado del ganado. Cortesía Diana María Sepúlveda.