nº 221
Junio - Septiembre 2023
Informe a fondo
La educación para una vida digna, una esperanza para frenar la desigualdad
Ecuador
Nuevas alternativas de vida para mujeres violentadas
Madagascar
La pobreza que oculta la discapacidad
Junto a nuestros socios locales, trabajamos aunando esfuerzos mediante proyectos educativos y sanitarios en Alepo (Siria), donde vive una población muy afectada por varias tragedias: la última, el terremoto de febrero.
Un relato lleno de sensibilidad, honestidad y esperanza. Así son las líneas que nos brinda el periodista Javier Carbajal, que viajó con nosotros a Mozambique, un país marcado por la guerra.
Tuvimos el privilegio de contar con Virginia Alfaro, de Misevi (Angola), y con el padre Dàrio Bossi (Brasil), socios locales de Manos Unidas, para presentar la Campaña anual: «Frenar la desigualdad está en tus manos».
COMPROMETIDOS CON EL MEDIOAMBIENTE
Adaptamos la Revista a los nuevos tiempos
n Utilizamos papel 100 % reciclado.
n Reducimos las medidas para consumir menos papel.
n Cambiamos la bolsa de plástico de los envíos a domicilio por otra de material compostable de origen orgánico.
Al usar papel 100 % reciclado en este número de la Revista, Manos Unidas ha reducido su impacto medioambiental aproximadamente en:
CO2
x.xxx kg de CO2 de gases efecto invernadero
xx.xxx km de un viaje en un coche europeo estándar
xxx.xxx litros de agua
xx.xxx kg de madera
xx.xxx kWh de energía
xx.xxx kg de residuos
Consejo de Redacción Mercedes Barbeito, Paula Guzmán, María Teresa Vidal, Rosa María Bachiller, Myriam Sagastizábal, Cristina Urrutia, Marta Isabel González, Juan Amunátegui, Guadalupe Sierra, Mabel Ibáñez, Miguel Carballo.
Manos Unidas es la ONG de desarrollo de la Iglesia católica que trabaja para apoyar a los pueblos del Sur en su desarrollo y en la sensibilización de la población española. Es también una ONG de voluntarios, sin ánimo de lucro, católica y seglar. Las opiniones de los colaboradores de la Revista no expresan necesariamente el pensamiento de Manos Unidas.
Colaboran en este número Ángel Bustamante, María José Hernando, Begoña Domínguez, Marta Isabel González, Irene Hdez.-Sanjuán, María José Pérez, Carla Vila.
10 24 4 Servicios Centrales Barquillo, 38 - 3º. 28004 Madrid Tel.: 91 308 20 20 www.manosunidas.org info@manosunidas.org Presidenta Cecilia
Secretario
Ricardo
Coordinadora de Comunicación Icíar de la Peña Coordinadora de redacción Claudia Munaiz Diseño y maquetación Javier Mármol
Pilar Gracia
General
Loy
Impresión Advantia Comunicación Gráfica, S.A. Formación, 16 Pol. Ind. Los Olivos. 28906 Getafe (Madrid) ISSN: 0214-5979 Depósito Legal: M. 13.446-1967 . Editorial . Emergencia Asia . Asia . América . Compañeros de viaje . África . Colaboración . Informe a fondo . Cambiando vidas . Nuestro trabajo en España . Gente comprometida 3 4-5 6-7 8-9 10-11 12-13 14 15-22 23 24-33 34
PORTADA:
#ManosUnidasFrenaLaDesigualdad
El Salvador. Antonio Montero.
índice
Javier Carbajal.
Manos Unidas/Javier Mármol.
HOPE.
El pasado 24 de febrero de 2023 tuvo lugar el primer aniversario de la trágica guerra en Ucrania. Además del simbolismo con que instituciones de distintos lugares del mundo iluminaran sus edificios más conocidos con los colores de la bandera ucraniana, quizá el mensaje más rotundo fue que esta invasión constituía una afrenta a nuestra conciencia colectiva, un tremendo fracaso en la garantía de los valores de la paz, de la convivencia y de la dignidad. En definitiva, una tremenda derrota para nuestra humanidad.
Pero lamentablemente, esta absurda y cruel guerra, con origen en múltiples intereses creados, no es el único conflicto que existe hoy en nuestro planeta. Son muchos los lugares donde la violencia se ha convertido en norma. Son todos esos conflictos en África, América Latina o Asia que rápidamente quedan olvidados, por carecer de interés estratégico y mediático mundial, pero que vuelven a resurgir porque la tozuda realidad acaba imponiéndose. Ejemplo de ello es Sudán, donde un conflicto enquistado durante décadas ha hecho sonar de nuevo los tambores de guerra.
Así, ante la guerra, ante cualquier guerra, antepongamos una compasión sin distinciones ni preferencias. Estén en Europa o en otras regiones del planeta, para las personas y comunidades afectadas, los conflictos armados significan principalmente muerte, destrucción, desplazamientos y la angustia de un futuro incierto. El papa Francisco nos insta a que «no olvidemos las otras guerras». Según él: «Somos una única familia humana y el grado de indignación expresado, el apoyo humanitario ofrecido y el sentido de fraternidad experimentado por aquellos que sufren no debe basarse en la geografía y el interés personal».
La responsabilidad constituye el otro gran compromiso de nuestro mundo ante la guerra, tanto para reparar sus estragos más inmediatos como para aportar soluciones más duraderas. Resulta evidente, por ejemplo, que la invasión de Ucrania está teniendo impactos negativos en todo el mundo por las alteraciones en el comercio, la crisis de los precios de alimentos y combustibles que inciden en la inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. Estos hechos, que ciertamente nos obligan a apretarnos un poco el cinturón, se traducen en muchos países más empobrecidos del Sur en muertes, hambrunas crónicas y retroceso en el desarrollo. Aumentan sin más la precariedad en la que viven miles de millones de personas, ya empobrecidas por la enfermedad, la falta de un trabajo decente o la imposibilidad de disfrutar de una educación adecuada. Responsabilidad sería esa solidaridad humana universal, unida a las políticas sociales locales, para reducir las inequidades sociales generadas por la guerra, para así construir una cohesión social, garantizar la igualdad de oportunidades y asegurar la protección universal. Responsabilidad sería también mantener el sueño y compromiso por «el desarrollo de los pueblos», donde una educación de calidad juega un papel importante. Sabemos que las diferencias económicas y sociales demasiado grandes, dentro y entre los pueblos, siguen estando en la raíz de muchos conflictos, tensiones y discordias que acaban poniendo la paz en peligro. ¿Cómo no recordar aquí la afortunada frase del papa San Pablo VI: «El desarrollo es el nuevo nombre de la paz»?
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editorial
Ante la guerra, ante cualquier guerra, antepongamos una compasión sin distinciones ni preferencias.
«Compasión y Responsabilidad ante la tragedia de la guerra»
Siria, la eterna castigada
Manos Unidas lleva en Alepo y sus alrededores desde 2016 redoblando esfuerzos a través de proyectos educativos y sanitarios, entre otros, para brindar esperanza a una población golpeada por varias tragedias consecutivas como el terremoto de febrero.
El pasado 6 de febrero, mientras muchas familias alepinas dormían hacinadas en casas semiderruidas por la guerra, se produjo uno de los mayores terremotos de la historia reciente. Con epicentro en el sur de Turquía, a 40 km al norte de Alepo (Siria), el seísmo alcanzó los 7,8 grados de magnitud. Sepultó innumerables hogares y provocó la huida despavorida de miles de personas bajo la lluvia y un intenso frío. Durante todo el mes de febrero, se produjeron multitud de réplicas, algunas de gran magnitud, como la del 20 de febrero, que alcanzó los 6,5 grados. La ONU estima que fallecieron más de 50.000 personas, aunque el recuento de víctimas en Siria fue complicado, dada la difícil situación política y de aislamiento de las diferentes regiones del norte sirio. Alepo, con más de 2 millones de personas, es una ciudad que se ha visto permanente e intensamente castigada. Primero, por la guerra civil y, posteriormente, por una eterna posguerra prolongada por las draconianas sanciones internacionales que, entre otros efectos, impide acceder a los servicios básicos como atención sanitaria, electricidad y ca-
lefacción, y a productos de primera necesidad, como leche materno infantil. Manos Unidas lleva trabajando en Alepo y su entorno desde 2016, ayudando a mantener la esperanza entre la población más castigada, a través de proyectos educativos, sanitarios, de atención psicológica o mediante la promoción del autoempleo, entre otros.
Tras el terremoto, muchos de los afectados se refugiaron en mezquitas, iglesias y diversos centros deportivos y sociales. Manos Unidas ha colaborado, desde el día siguiente al terremoto, en programas de emergencia trabajando, principalmente, con los hermanos maristas, con los frailes franciscanos y con Christian Hope Center (HOPE).
Asistencia para miles de personas
En un primer momento, HOPE colaboró con 15 parroquias para asistir a las más de 4.000 personas que se refugiaron en ellas, distribuyendo mantas y alimentos. Posteriormente, con la ayuda de Manos Unidas, HOPE repartió 1.800 cestas de comida
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Texto de ÁFRICA MARCITLLACH Departamento de Proyectos de Asia.
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Fotos: Christian Hope Center (HOPE).
al mismo número de familias, para que estas pudiesen subsistir las 4 semanas posteriores al terremoto.
Desde las primeras horas de la catástrofe, las instalaciones de los hermanos maristas estuvieron abiertas para acoger a quienes se habían quedado sin hogar o tenían miedo de que éste se viniese abajo. Llegaron a tener más de 1.000 personas acogidas. Con los modestos recursos de que disponían, distribuyeron bocadillos y mantas para pasar las primeras noches. Pasados unos días, aún quedaban en acogida unas 500 personas (91 familias). Los maristas solicitaron ayuda a Manos Unidas para mantener a estas familias durante un mes. Nuestra organización financió la compra de mantas, colchones, comida, leche y pañales para niños, fuel para la calefacción y gas para cocinar.
Pro Terra Sancta, que trabaja en coordinación con los frailes franciscanos, dio asistencia inmediata a miles de personas a través de sus centros, tanto en Alepo como en la ciudad costera de Latakia. Durante tres meses, con la ayuda de Manos Unidas, brindaron una comida caliente al día a 1.500 personas durante tres meses, compraron y distribuyeron 1.200 cestas de comida a familias necesitadas y 1.200 mantas, kits de primeros auxilios y algo de ropa a otras 1.200 familias de Alepo y Latakia.
Manos Unidas está comprometida en seguir ayudando a esta población olvidada que sufre y lucha, así como a nuestros socios locales que traen la esperanza para pensar en un futuro más justo y digno l
Mano a mano con nuestros socios locales
Después del terremoto y durante más de 20 días junto a nuestros socios principales: los hermanos maristas, los franciscanos y varias organizaciones cristianas colaboramos en la acogida de miles de personas en parroquias y centros educativos y financiamos la compra de mantas, colchones, leche y pañales para niños, fuel para la calefacción y gas para cocinar.
Puedes ver la primera ayuda: bit.ly/emergencia-siria-video-2023 y un testimonio de un socio local: bit.ly/proyecto-siria-2023-video
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Fotos: Mariatas Azules
Christian Hope Center (HOPE).
Fotos: Mariatas Azules
India
Afianzando los derechos de las trabajadoras domésticas de Patna
En Patna, la capital del estado de Bihar, al noreste de la India, la situación de las empleadas domésticas que trabajan en régimen de externas e internas es dramático.
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GÓMEZ DE AYALA. Departamento de Proyectos de Asia.
La mayoría de estas mujeres son analfabetas que pertenecen a comunidades tribales que han emigrado de los estados vecinos. Cuando llegan a la ciudad no tienen ningún apoyo familiar o comunitario, ni siquiera documentos de identidad, malviven en condiciones miserables y muchas trabajan desde que son menores de edad. En la India no existe ninguna ley que proteja a estas trabajadoras, no tienen derechos, el salario y la jornada laboral los decide el empleador a su antojo y son despedidas sin justificación. Viven y trabajan en un estado de amenaza constante, a veces en semiesclavitud enfrentándose a violencia física y acoso sexual. Es muy común que no puedan enviar a sus hijos a la escuela o puedan proporcionarles atención médica.
El sindicato, una herramienta esencial Después de la COVID-19 les resulta todavía más difícil encontrar trabajo y negociar condiciones dignas. Las hermanas misioneras del Inmaculado Corazón de María no se han quedado indiferentes ante esta situación y en 2011 crearon en Patna el Sindicato de Trabajadoras Domésticas. La hermana Leema y su equipo recorren los suburbios de Patna invitando a las mujeres que trabajan en el servicio doméstico a asociarse al sindicato. Ellas también emigraron y han sido empleadas domésticas antes de trabajar en el proyecto, por lo que conocen muy bien las enormes dificultades a las que se enfrentan. Manos Unidas, en su compromiso con la lucha contra la discriminación y explotación de las mujeres, apoya a esta organización en este proyecto que ayuda a 4.500 mujeres y niñas. Buscan que ellas se conviertan en líderes y agentes de cambio y que se reconozca la dignidad del trabajo doméstico y mejoren sus condiciones y las de sus familias. Es esencial que conozcan sus derechos laborales y se sientan respaldadas por el sindicato y por asesores legales que las ayudan en casos de injusticia. Les proporcionan herramientas para que sean capaces de negociar con sus empleadores sus condiciones de trabajo y promueven acciones para visibilizarlas y crear conciencia social.
El gobierno indio ofrece programas de ayuda para colectivos desfavorecidos, pero ellas no se benefician porque, en su mayoría, no están alfabetizadas y porque existe mucha corrupción. El sindicato las ayuda a inscribirse en el registro oficial de trabajadores informales y las orienta en las solicitudes de beneficios públicos como cartillas de racionamiento y tarjeta sanitaria. También tienen centros donde sus hijas reciben educación de calidad y así no se verán abocadas, incluso desde niñas, a seguir el camino de sus madres. Apoyamos, además, el fomento del ahorro y el emprendimiento de pequeños negocios a través de microcréditos, así como la compra subvencionada de máquinas de coser para aquellas que han perdido su empleo y son cabezas de familia. El sindicato es, en definitiva, una herramienta esencial para mejorar la vida de muchas mujeres luchadoras que viven una vida muy precaria y con escasas oportunidades l
Un presidente de Estados Unidos de América dijo una vez sobre el movimiento sindical que «fue el movimiento obrero el que contribuyó a garantizar gran parte de lo que hoy damos por sentado». Las hermanas misioneras del Inmaculado Corazón de María crearon en la India en 1985, a nivel nacional, un Sindicato de Trabajadoras Domésticas, que cuenta ya con 200.000 asociadas en todo el país y trabaja para que las mujeres tengan una vida digna y justa como trabajadoras y como mujeres.
Fotos: Manos Unidas/Lola Gómez de Ayala
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Texto de LOLA
Nuevas alternativas de vida para mujeres violentadas
Las mujeres, en todo el mundo y, en especial, en los países del Sur, sufren distintos tipos de violencia. Esto las ha convertido en un colectivo muy vulnerable, presa fácil para distintas formas de explotación. Ecuador no es la excepción.
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Ecuador
A pesar de que Ecuador, en el año 1981, suscribió la primera convención sobre los derechos de las mujeres, no fue hasta la Constitución de 2008 cuando se incluyó su atención prioritaria y especializada en la política nacional. En 2011, el Instituto Nacional de Estadística y Censos realizó la I Encuesta Nacional de Violencia de Género contra las mujeres y en 2019, la II Encuesta. Ambos estudios arrojan datos que muestran que en los últimos años se van agudizando varias formas de violencia contra la mujer que, en muchos casos, terminan con su muerte.
A principios del siglo XIX, santa Mª Micaela Desmaissières comenzó a visitar a los enfermos del Hospital San Juan de Dios en Madrid, donde fue testigo de los problemas de explotación, soledad y desamparo que sufrían muchas jóvenes abocadas a la prostitución. El 21 de abril de 1845 abrió una casa para acogerlas y ayudarlas a rehacer su vida.
En 1985 se fundó en Madrid la Congregación de las Adoratrices buscando la liberación de la mujer prostituida a través de la acogida, la integración, la promoción y la reinserción social. En la actualidad, tiene presencia en 25 países de 4 continentes. En Ecuador se establecieron primero en la ciudad de Guayaquil y en 2003, se trasladaron a la parte sur de Quito, que es la zona de la ciudad con mayores niveles de pobreza, delincuencia y alcoholismo.
Alternativas para construirse una nueva vida Manos Unidas apoya en Ecuador dos proyectos en las ciudades de Quito y Guayaquil que contribuyen a que muchas mujeres puedan liberarse de esta actividad y construir nuevas alternativas de vida.
En Quito se trabaja con esta congregación desde el año 2020, en un proceso mediante el cual las mujeres van consiguiendo su autonomía económica. Esto les permite tener una vida alejada de la prostitución, con mayores competencias en lo social. Durante estos años, se han realizado varios procesos de formación en derechos y en emprendimientos. Además, se han apoyado algunas iniciativas económicas relacionadas con corte y confección, manicura, computación y otras actividades. En la actualidad, los retos están relacionados con la comercialización y el fortalecimiento de sus organizaciones para la defensa de sus derechos y, también, para la gestión sostenible de las iniciativas económicas.
En Guayaquil se está iniciando el trabajo con la Fundación Solidaridar, creada en la Parroquia de los Carmelitas; zona de ejercicio de prostitución de esta ciudad y que es heredera de la actuación de las adoratrices. El trabajo está liderado por un grupo de laicas. En concreto, se apoya una iniciativa de capacitación en derechos, apoyo psicológico y capacitación en oficios de confección y panadería, con el fin de crear emprendimientos económicos alternativos. Los desafíos que ambas experiencias presentan son complejos, especial mente por el extremo nivel de violación de sus derechos. Desde Manos Unidas, entendemos que las mujeres sí pueden cambiar sus vidas, trabajando en la educación en derechos, la formación técnica y financiera y apoyando inicia tivas que les puedan dar una mayor independencia económica l
En Ecuador, un país de 17 millones de habitantes, en 2022 se cometieron 405 femicidios. En España, un país con 47 millones, se cometieron 49 feminicidios en el mismo periodo. Las provincias más afectadas fueron Pichincha, cuya capital es Quito, y Guayas, cuya capital es Guayaquil, siendo las víctimas, en su mayoría, madres de familia con escasa formación que viven en condiciones de mucha precariedad.
Fotos: Adoratrices.
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Texto de CARLOS VICENTE ALONCÉ. Departamento de Proyectos de América.
Viaje con medios de comunicación a Mozambique
Alima no tiene quien le escriba
En octubre de 2022, un grupo de periodistas viajó a Mozambique para conocer la realidad del país y los proyectos que apoyamos en el terreno. Javier Carbajal, del periódico El Español, relata su experiencia en un país marcado por la guerra.
Aún recuerdo el sol quemando la capulana que llevaba puesta en la cabeza en la parte trasera del jeep que utilizamos durante parte del viaje con el que Manos Unidas nos invitó a conocer su trabajo en Mozambique y esas realidades que rara vez se ven reflejadas en los medios de comunicación. «Te pareces a Jesús», me dijo una de las hermanas mientras se reía. Allí, justo allí, me sentí feliz. Y no solamente por la broma de la hermana, o por el sol, o por las fotos que estaba sacando. Era feliz porque cuando uno hace lo que le apasiona, sea cual sea la situación, es feliz y más si va acompañado de buen humor y de una gran compañía.
Considero que la vida, la de verdad, siempre está más allá de lo que puedo alcanzar a ver con mis ojos y Manos Unidas me ha acercado a una pequeña gran verdad sobre la condición humana. Siempre, al final, hay esperanza y donde hay esperanza hay una madre que lucha por sus hijos pese a todos los obstáculos y guerras. Hay misioneros que son capaces de crear presas y placas solares y cobijo para su gente. Muros que se elevan a lo alto gracias al trabajo de los que lo dan todo por los demás. Donde hay esperanza, hay hermanas dispuestas a todo por conseguir ordenadores portátiles que ayuden a los estudiantes a cambiar el mundo, a tejer su futuro
con el hilo de esa esperanza. Hay padres vestidos con camisetas que representan el mapa de África que son incansables para conseguir crear la mejor escuela del norte de Mozambique. Hay padres que, sin ser religiosos, dejan España y se van a las orillas del océano Índico para apoyar a quienes necesiten apoyo. Hay voluntarios que crean proyectos para cambiar vidas y hay onegeros que te llevan al otro lado del mundo para cambiarte por dentro y hacerse tus amigos.
En Mozambique he visto colegios construidos sobre una tierra donde antes no había nada. Casas de barro que albergaban historias ciegas de mujeres que no se levantaban por lo enfermas que estaban y recibían una única ayuda que llegaba a través de unas manos que estaban muy unidas. He visto a Dilson, con su mirada, que te hacía añicos y que me da lecciones cada vez que la recuerdo. He visto a Salmira dando sus últimos alientos a la vida y, en los ojos de Vicente, la alegría de agarrarse a esa vida que se le escapaba. Dos caras de una misma moneda, la esperanza de vivir pese a todo.
Puede que me ponga sentimental, ¿y qué si todo lo que importa realmente en esta vida no se puede tocar con las manos? Seamos emoción y pasión como la que pone el personal de Manos Unidas. Apoyemos como ellos hacen a todos estos
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compañeros de viaje
Texto y fotos de JAVIER CARBAJAL Redactor jefe de vídeo y fotografía (El Español).
proyectos que ponen nombre a historias amarradas a un pasado doloroso. Ancladas a un presente de guerra y, entre todos, generemos un futuro que pueda traer cartas a orillas lejanas que brinden ilusión a quienes más la necesitan.
Al atardecer, en la Isla de Mozambique, donde se puede ver el pasado colonial de esta tierra, el agua golpeaba con fuerza. Esa fuerza sonaba a despedida mientras una parte de cada uno de nosotros se quedaba allí. Sujeta al fuego del sol que nos golpeaba cada día, a fuerza del silencio que reinaba en la parte trasera del jeep que nos llevaba de un lado para otro. El mismo silencio que había en las caras de los niños que llegaban de la guerra y que tan sólo querían olvidar; olvidar el horror que les persigue y que no sirve para quebrantar con ese sentimiento tan puro, con ella, con la esperanza.
Pese a la tuberculosis, pese al VIH, pese a las largas colas bajo los techos de metal del hospital de Akumi, pese a todo, siempre hay un rayo de luz que todo lo ilumina. Allí, bajo el calor sofocante, una niña de seis años lleva a la espalda a su hermana pequeña de un año. Aguardando su turno en las largas colas del hospital, para poder así salvar sus vidas un día más. La vida, la de verdad, se encuentra donde menos la esperas. Ves que todo pasa a cámara lenta para que se quede bien grabado en la retina y te haga sentirte muy pequeño.
Tratas de acercarte con honestidad y con humildad, los dos aspectos que más admiro de la condición humana y aun así sientes que no es suficiente. Lo sientes porque es así, no es suficiente. Hay mucho por hacer y mucho dolor el que paliar. 800.000 personas han huido del norte por un conflicto que no debería afectarles y que les condiciona su existencia, y todo por la codicia de quienes sólo quieren mirar a otro lado. Pese a ello, siempre habrá hueco para quienes quieren transformar el mundo. La esperanza tiene muchos nombres. Puede cambiar de rostro o de identidad, puede caer en la amargura o el desamparo, pero, al final, define a cada uno de los que he conocido en este viaje a Mozambique. No se dan por vencidos. Los moldea y transforma a medida que entre todos hacen un país mejor. Pese a lo malo, siempre habrá un Alberto Vera, dispuesto a reírse de todo, a llorar con los que sufren y abrazar a los que se sienten huérfanos. Siempre habrá una Alima esperando a que llegue su carta en una botella de cristal bañada de esperanza a las orillas de Nacala. Puede que esa carta nunca llegue y que, como el coronel de García Márquez, sea la espera lo que defina y transforme su vida. ¿Pero qué es la vida si no aquello que transcurre durante nuestra lucha? ¿Qué es la vida sin esperanza? l
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Madagascar
La pobreza que oculta la discapacidad
En nuestros viajes para visitar los proyectos de Manos Unidas en el sur de África, hemos comprobado cómo las personas con discapacidad arrastran un estigma. Sus vidas carecen de valor y son rechazadas por la sociedad.
áfrica
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Si las personas con discapacidad ya de por sí son vulnerables, en África, la situación alcanza límites inimaginables. La suma de discapacidad más pobreza da como resultado un grado de vulnerabilidad difícil de sobrellevar. Las creencias tradicionales y la falta de conocimientos inherente a sociedades con altos niveles de pobreza, hacen que tener un hijo con discapacidad se considere un castigo divino debido a algo que han hecho los padres o la consecuencia de algún tipo de hechizo. Hemos visto cómo las familias con un hijo con discapacidad lo ocultan, lo tratan como un animal o incluso lo abandonan a su suerte en las afueras de la aldea. Desde Manos Unidas, viendo esta terrible situación, hemos colaborado con nuestros socios locales, apoyándoles en su labor de identificación de niños nacidos con discapacidad y en sus esfuerzos por ayudarles a recuperar su dignidad. Hemos impulsado este tipo de proyectos en varios países entre los que se encuentra Madagascar.
Una esperanza de recuperar la dignidad
La ciudad de Tsiroanomandidy, situada al oeste de la capital, Antananarivo, en la región de Bongolava, tiene una población pobre, dedicada a la agricultura y ganadería de subsistencia, con escaso acceso a la educación de calidad y con un grave problema de malnutrición infantil. Es aquí donde el misionero trinitario español, Julián Cadenas, dirige desde 2006 el Hogar Buen Remedio; el único lugar en toda la región en el que se acoge a niños con discapacidades físicas provenientes de familias pobres. Se trata de un recinto formado por un hogar, unas salas de tratamiento y unas aulas de escuela.
Cuando un niño ingresa en el centro, lo primero que recibe son cuidados sanitarios y, si es necesario, es sometido a las intervenciones quirúrgicas que permitan mejorar su problema físico. Una vez superada esta primera etapa, es cuando se les proporciona la rehabilitación y la formación académica. En general, los niños permanecen una media de dos años en el centro y, una vez recuperados, el objetivo es que vuelvan con sus familias y se reintegren en sus comunidades.
Es importante resaltar que la atención que reciben los menores que acuden al centro no solo consiste en tener un lugar donde alojarse y recibir una atención sa nitaria y educativa, sino que, además, se sienten queridos, importantes, tienen la oportunidad de ser alguien y dejan de estar ocultos y escondidos en sus casas.
Dado que en 2019 el centro no contaba con infraestructuras suficientes y ade cuadas para sus actividades, el padre Julián solicitó a Manos Unidas su colaboración para implementar un proyecto que ha permitido ampliar y equipar las instalaciones de rehabilitación y las aulas de la escuela. Gracias a él, cada año unos cien menores con discapacidad son tratados en condiciones adecuadas y dignas. Esta intervención ha permitido que los niños más vulnerables de la región tengan la esperanza de mejorar sus condiciones físicas, acceder a una edu cación de calidad y a una vida digna y autónoma. Esto supone un gran paso adelante para poder sobrevivir en una sociedad con grandes barreras tanto físicas como culturales l
El Hogar Buen Remedio representa la esperanza para los niños discapacitados y una oportunidad de salir adelante. Algunos son abandonados en el centro, como Melody, una niña de 5 años que nació sin brazos y a la que dejaron sus padres hace 2 años y aún no han vuelto. O Fredy, un niño de 11 años al que dejaron sus padres para operarlo de raquitismo y después de 6 años tampoco han vuelto a buscarlo. Aun así, este centro les ha dado la posibilidad de ir a la escuela y prepararse para afrontar la vida.
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Fotos: Hogar Buen Remedio
Texto de MACARENA AGUIRRE. Departamento de Proyectos de África.
Del 17 de febrero al 7 de marzo, tuvimos en Yaundé (Camerún) un encuentro con un grupo de socios locales de Manos Unidas. Después de una ausencia en terreno obligada por la pandemia, la finalidad era retomar el contacto más directo; «Volver a empezar» en un país que ha visto empeorar las condiciones de vida de buena parte de su población en los últimos años. El encuentro, con presencia de la parte anglófona y francófona del país, se celebró en el centro de acogida de las Carmelitas de Santa Teresa en Nkolbisson. Con una participación diaria de 30 personas, tuvimos allí la primera fase del encuentro que pretendía reencontrarnos para seguir nuestro trabajo, estando más atentos a «los últimos» cuyo número aumentó, en parte, a causa de la propia pandemia.
Así, nuestra reflexión compartida con los socios locales abordó cuatro núcleos temáticos. El primero consistió en conectar tres documentos: la Agenda 2030, que se propone «llegar primero a los más rezagados»; la Fratelli Tutti que nos invita a estar «Sobre todo con los últimos» y una encuesta del Gobierno camerunés (ECAM2014) que reconoce que, en general, los últimos del país están en el mundo rural y se concentran en cuatro regiones del país: Adamaua, Norte, Extremo Norte, Este y el Noroeste anglófono.
La segunda temática quiso aterrizar ese trabajo «desde los últimos» en nuestros sectores de cooperación. La estrategia escogida fue asumir un enfoque de derechos que parte del reconocimiento de la dignidad de los últimos, apuesta por su capacitación, integra la incidencia política y se abre a la sinergia con otros actores de desarrollo. La siguiente cuestión fue el Marco Lógico, con la especial inquietud de incorporar en él la protección de los derechos de los más vulnerables. En este capítulo, los socios hicieron notar que se encuentran, generalmente, no ante un árbol de problemas, sino ante un bosque
de problemas. De ahí la urgente necesidad de trabajar a medio y largo plazo, desde esa visión plurianual que exigen los procesos de desarrollo. Finalmente, trabajamos el nuevo modelo de justificación económica que, aunque es una importante herramienta de seguimiento, resultó compleja planteada desde la perspectiva de «los últimos» sin gran solvencia tecnológica.
Enfrentarse a un mundo sin piedad
Concluida esta fase teórica, pasamos a los trabajos específicos en terreno. Fueron momentos tremendamente dolorosos porque se trataba de salir de la comodidad del centro para enfrentarnos a un mundo sin piedad, donde «los últimos» adquieren rostros concretos. Así, resulta difícil olvidar a esas mujeres, niñas y niños de Marua atrapados en las garras del hambre crónico por falta de lluvias. Sigue todavía presente el rostro de ese socio local de Yassa que cuenta la reciente muerte de una niña prematura porque su madre no pudo pagar el acceso a una incubadora.
Me conmueve todavía más pensar que países como Sudán del Sur, Chad, Níger, República Centroafricana, que están en peor situación. En fin, esa es también nuestra realidad, más allá de las grandes cifras macroeconómicas. Ante ella: «Simplemente hay dos tipos de personas: las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo; las que se inclinan reconociendo al caído y las que distraen su mirada y aceleran el paso. En efecto, nuestras múltiples máscaras, nuestras etiquetas y nuestros disfraces se caen: es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros? Este es el desafío presente, al que no hemos de tenerle miedo» (Fratelli Tutti, 70) l
«Si hay que volver a empezar, siempre será desde los últimos» (FT, 235)
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Fotos: Manos Unidas/Icíar de la Peña
Texto de FIDÈLE PODGA. Departamento de Estudios y Documentación.
Encuentro con los socios locales de Camerún
La educación para una vida digna, una esperanza para frenar la desigualdad
El derecho a la Educación, ¿qué significa y cuáles son sus implicaciones?
221 INFORME
A FONDO
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Javier Cuadrado
Comenzamos este artículo tratando de recoger los contenidos que se reconocen para definir este derecho, con el convencimiento de que es necesario acotar a qué nos referimos para poder entender cuál es la situación actual y, sobre todo, para tratar de encontrar los modos de aportar a su cumplimiento. El derecho a la Educación, tal como lo recoge la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 26, supone que: «Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos». Y añade que «la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz».
El contenido de este derecho se ha ido concretando con las aportaciones de las distintas instituciones concernidas. En lo que tiene que ver con nuestra misión y nuestro trabajo en la cooperación al desarrollo, nos hacemos eco de la afirmación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): «La educación es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible… La educación es una de las herramientas más potentes para sacar de la pobreza a los niños y adultos marginados, así como un catalizador para garantizar otros derechos humanos fundamentales. Es la inversión más sostenible. El derecho a una educación de calidad está indisolublemente ligado a la Declaración de los Derechos Humanos y a muchos otros instrumentos normativos internacionales,
que son el resultado del trabajo conjunto de la UNESCO y las Naciones Unidas»1.
También la Iglesia católica, como institución concernida por el desarrollo humano, integral y solidario de las personas, a través de la Doctrina Social de la Iglesia, que es una fuente primordial de nuestros criterios y opciones, ofrece sus aportaciones sobre el derecho a la educación y su importancia en la constitución de la persona y de las sociedades, de las que el ser humano forma parte y en cuya construcción tiene que colaborar. Por ejemplo, el Concilio Vaticano II (1965), al tratar el derecho a la educación, dice: «Es necesario ayudar a los niños y adolescentes, teniendo en cuenta el progreso de la psicología, la pedagogía y la didáctica, a desarrollar armónicamente sus cualidades físicas, morales e intelectuales,
«Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental».
para que adquieran gradualmente un sentido más perfecto de la responsabilidad en el desarrollo recto de la propia vida con un esfuerzo continuo, y en la adquisición de la verdadera libertad… Además, hay que prepararlos para participar en la vida social de forma que, bien instruidos con los medios necesarios y oportunos, puedan participar activamente en los diversos grupos de la sociedad humana, estén dispuestos para el diálogo con los otros y presten su fructuosa colaboración gustosamente a la consecución del bien común». También la exhortación Evangelii gaudium (EG), del papa
1 https://www.unesco.org/es/right-education
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Manos Unidas/Javier Mármol
Francisco, reconoce que «se vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores». Y como última cita, otra de Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, sobre la fraternidad universal, en la que dice: «La educación está al servicio de ese camino para que cada ser humano pueda ser artífice de su destino». Se trata de una educación para la vida, para la participación y el compromiso personal y social, para la construcción de un mundo justo y en paz. Estos son los contenidos que queremos que orienten nuestro trabajo a favor del derecho a la Educación que tratamos de promover.
EDUCACIÓN PARA UN DESARROLLO HUMANO INTEGRAL
Como venimos diciendo, la educación es básica para un desarrollo humano integral. Esta es una afirmación que comparten los organismos internacionales, los gobiernos, las organizaciones de la Sociedad Civil, la Iglesia católica y la práctica totalidad de los actores implicados en la construcción de un mundo más equitativo, justo, inclusivo y sostenible. No hay aquí lugar para definir de manera exhaustiva el significado de ese desarrollo que habilita a las personas para su crecimiento personal, su autonomía, su participación social y su integración, mediante el acceso a un trabajo digno, la elección de su estado civil y el reconocimiento y realización de sus derechos fundamentales como ser humano. Sin embargo, sí podemos decir que es un desarrollo humano integral si supone, como decía Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio (PP), el paso de unas condiciones de vida menos humanas a otras más humanas; de modo que cada persona pueda poseer lo necesario para vivir, adquirir cultura, crecer en consideración de la dignidad de los demás, cooperar en el bien común y en la búsqueda de la paz, o todavía más, reconocer los valores supremos y la fe. Un desarrollo que, además, incorpora todas las dimensiones de la persona promoviendo sus derechos
políticos, económicos, sociales e individuales; que nos vincula con el otro mediante la solidaridad; que es participativo, respetuoso y cuidador del medioambiente. Un desarrollo, en fin, que prioriza a los últimos, porque rompe las dinámicas de exclusión frenando hasta acabar con la desigualdad. Es el desarrollo que tiene por objetivo hacer a cada persona «capaz de ser por sí misma agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual» (Populorum Progressio 34), tal y como recogen los Estatutos de
«Se vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores».
Manos Unidas y que caracteriza nuestra forma de entender la cooperación al desarrollo, que es nuestra misión. Es para este desarrollo que urge promover el derecho a la educación de calidad para todas las personas.
LA IMPORTANCIA DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN PARA EL AVANCE DE LOS ODS
El actual proceso global de construcción de un mundo más justo, sostenible e inclusivo, liderado por las Naciones Unidas y secundado por la práctica totalidad de países y organizaciones, la Agenda 2030 con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, también ha destacado el derecho a la educación como un derecho fundamental que está en la base de los demás, facilitando el desarrollo de las personas y las comunidades.
Nos referiremos, en concreto, al ODS 4, que propone la consecución de una educación inclusiva, equitativa y de calidad
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Manos Unidas/Javier Mármol Bala Vikasa
y la promoción de oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Este objetivo plantea que la educación, además de ser clave para la reducción de la pobreza y el desarrollo personal y social, es esencial para poder alcanzar otros muchos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Su relación es directa y clara con la mejora de la salud, la equidad, la inclusión y la igualdad de género, el acceso al empleo o la participación familiar y comunitaria. Facilita el empoderamiento2 y fomenta las posibilidades de implicación de las personas en la construcción de sociedades más inclusivas, tolerantes y pacíficas. Promueve un mayor acceso a todos los niveles educativos, adoptando un enfoque del aprendizaje integral y a lo largo de toda la vida, fundamentado en los principios de la educación como derecho humano básico y como bien público. Propone fortalecer el aprendizaje eficaz, mediante un refuerzo de los planes de estudio y la formación docente, junto con una evaluación de los resultados del aprendizaje fundamentada en la implantación de mecanismos más justos y equilibrados para obtener conocimientos, aptitudes y competencias. Y, en último lugar, focaliza en la importancia de la educación y su consecuencia, el aprendizaje, tanto para el acceso al mundo laboral como para el ejercicio de la ciudadanía. En palabras del propio Papa, «en el corazón de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está el reconocimiento de que la educación de calidad para todos es una base necesaria para proteger nuestro hogar común y fomentar la fraternidad humana. Tal como el pacto global para la educación, así también fundamentalmente, el ODS 4 compromete a todos los gobiernos a «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, como asimismo, promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, y esto para todos».
2 Empoderamiento, proceso por el que las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo en cuanto a parte de un grupo social para impulsar cambios positivos en las situaciones que viven. Dicc. de Acción Humanitaria
Se trata, como acabamos de ver, de un objetivo ambicioso, pero conseguible si se hacen los esfuerzos necesarios y se implican los recursos indispensables. Nuestro trabajo en el marco de los ODS reconoce la imperiosa urgencia de reforzar el derecho a la educación, como facilitador del resto
de Objetivos de Desarrollo Sostenible y como garante de una mejora imprescindible en la vida de las personas, sobre todo de las excluidas, que son el foco de nuestros afanes.
¿ES LA EDUCACIÓN UN DERECHO AL ALCANCE DE TODAS LAS PERSONAS?
Como podemos comprobar, por los datos de los que se dispone, a pesar del reconocimiento formal de la educación como un derecho humano fundamental y de su radical importancia si se quiere garantizar unas condiciones de vida dignas, hay millones de niños y niñas -sobre todo niñas- y millones de hombres y mujeres -sobre todo mujeres- jóvenes y adultas que no tienen acceso a ella.
Algunos datos que reflejan esta injusta realidad: l Entre los efectos más negativos de la pandemia destaca lo que el Banco Mundial (BM) define como «la peor crisis educativa de los últimos cien años». Ilustra esta afirmación el dato de que las escuelas de todo el mundo permanecieron cerradas entre marzo de 2020 y febrero de 2022 un promedio de 41 semanas (el curso escolar suele tener entre 35 y 40 semanas), pero esta cifra fue mayor en América Latina con más de 60 semanas de cierre. Lo que
Se trata de un objetivo ambicioso, pero conseguible si se hacen los esfuerzos necesarios y se implican los recursos indispensables.
Ana Castañeda
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provocó que alrededor de 150 millones de niños y niñas se quedaran fuera del sistema educativo al no disponer de medios para seguir la instrucción desde sus hogares.
Según UNICEF, todavía 30 millones de niños y niñas no van a la escuela en África Subsahariana y son las regiones de África Occidental y Central las que tienen el índice más alto del mundo de niños fuera de la escuela, un 28%, lo que supone que unos 19 millones de niños de primaria no van a la escuela, quedando excluidos de la educación. Este absentismo se refuerza por el hecho de que aun hoy, el 25% de las escuelas primarias en el mundo (todas en los países más empobrecidos, especialmente de África Subsahariana), no dispone de luz eléctrica, agua potable o saneamiento y el 50% carece de ordenadores y conexión a Internet.
l En 2021, de nuevo según datos del BM, más de 260 millones de niños y niñas no estaban escolarizados y, en los países más empobrecidos, el 80% de las niñas y niños no podían leer ni comprender una historia simple al final de la escuela primaria; es lo que se llama pobreza de aprendizaje y llega hasta el 90% en África Subsahariana (Mauritania el 94,3%; Mali el 90,5% o Níger con el 99%). En el mundo, 617 millones de niños y adolescentes no alcanzan niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas, según la UNESCO. Esta falta de competencia lectoescritora va a ser determinante en su educación y su acceso a los recursos y al trabajo el resto de su vida.
l En todos los países en desarrollo, los niños que provienen de las familias pertenecientes al 20% de la población más acomodada tienen tres veces más probabilidades de asistir a la escuela que los niños del 20% más pobre. De la misma forma, los niños cuyas madres han recibido educación tienen más del doble de probabilidades de estar escolarizados. Las poblaciones indígenas y otros grupos minoritarios son los que presentan niveles más bajos de asistencia a la escuela.
Manos Unidas y el derecho a la educación (Memoria de actividades de 2022)
125 proyectos educativos
26% del total de proyectos (488)
7.636.947 € de inversión
92.343 personas apoyadas directamente
Cientos de actividades de Educación para el Desarrollo
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Manos Unidas/Marta Carreño
Javier Cuadrado
l También hay diferencias debidas al sexo. Como informa UNICEF, ya antes de la pandemia, en África Subsahariana, nueve millones de niñas no podían acceder a la educación frente a tres millones de varones. Y en África Central, una de cada cinco niñas nunca llegará a entrar en un aula. De hecho, esta discriminación marca la vida de las niñas para siempre.
l Los datos de analfabetismo juvenil y adulto no son mejores: unos 71 millones de niños en edades de iniciar la enseñanza secundaria no están escolarizados y 127 millones de jóvenes y adolescentes entre 15 y 24 años son analfabetos, la gran mayoría en Asia meridional y África subsahariana. Según la UNESCO, la alfabetización de adultos en África subsahariana, Haití, Irak y Afganistán no llega al 50%. En el mundo, 773 millones de adultos y jóvenes carecen de competencias básicas para leer y escribir. De éstos, casi dos tercios son mujeres.
Podemos entonces decir que la educación, y sobre todo la educación de calidad, no está al alcance de todas las personas en todo el mundo. Sabemos que una buena educación escolar es portadora de semillas de futuro y puede fructificar a lo largo de toda la vida. Por eso, el ODS 4 se propone una educación de calidad para todas las personas y a lo largo de toda la vida, porque la exclusión en este ámbito tiene consecuencias dramáticas para el desarrollo de las personas y para la vida digna, sobre todo, de la infancia y la juventud y va a ser clave en una vida adulta marginada, provocando que probablemente se queden siempre atrás.
LA URGENTE INVERSIÓN EN EDUCACIÓN PARA ROMPER EL CÍRCULO ETERNO DE POBREZA
Por lógica, el atraso que produjo la pandemia en la realización de un derecho tan importante y fundamental en la vida de las personas y en el cumplimiento de los ODS, como hemos visto, debería haber provocado un compromiso reno-
vado a favor de la implementación del derecho a la educación, que tendría que haberse traducido en un incremento del aporte económico dedicado a esta necesidad. Sin embargo, en vez de invertir para revertir esta situación, se estima que el 65% de los gobiernos de los países en desarrollo redujeron la financiación de la enseñanza desde el inicio de la pandemia hasta hoy.
Esta falta de recursos mantiene a la población afectada en un círculo de pobreza que se manifiesta sobre todo en sectores como el agrícola, el minero y energético y el textil. En estos tres encontramos la inmensa mayoría de las comunidades pobres y vulnerables del Sur.
El trabajo agrícola asalariado está íntimamente asociado a situaciones de inestabilidad y escasez y muy lejos de ofrecer empleos decentes. Por un lado, porque las zonas rurales de donde provienen los trabajadores que se ocupan en la agricultura presentan mayor pobreza y, en general, carecen de tierras, agua o semillas propias, lo que les obliga a aceptar empleo asalariado en este sector donde los trabajadores sufren una situación de permanente inseguridad, vulnerabilidad, explotación y pobreza. Estas condiciones se ven empeoradas por el hecho de que quienes las sufren tienen un bajo nivel educativo, presentan unas tasas mayores de analfabetismo y tienen más probabilidades de no enviar a sus hijos y, sobre todo, a sus hijas a la escuela. Esto hace que se perpetúe esa situación de vulnerabilidad, explotación y pobreza.
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Manos Unidas/Javier Mármol Manos Unidas/Javier Mármol
Podemos entonces decir que la educación, y sobre todo la educación de calidad, no está al alcance de todas las personas en todo el mundo.
El sector minero y energético es también precario, peligroso y atenta contra la salud de los trabajadores y contra el medioambiente, y contribuye al incremento de la pobreza y el hambre en las comunidades en las que está más extendido. El analfabetismo o la limitada educación está en muchas ocasiones en el origen de la necesidad de dedicarse a este sector para miles de personas en el mundo empobrecido. También destaca el trabajo infantil en este sector. Una lacra que debe ser erradicada si queremos que todos los niños puedan disfrutar de sus derechos, en especial el derecho a la educación, a fin de que puedan estar en condiciones de superar la pobreza familiar.
El tercer sector al que nos hemos referido, el textil, alberga generalmente un mundo de explotación laboral, condiciones paupérrimas, daño ambiental y, sobre todo, salarios injustos. Como reconoce la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la industria de la moda emplea aproximadamente 86,6 millones de trabajadores alrededor del mundo, la mayoría de ellos sin contratos laborales, sin horarios establecidos y sin beneficios de las leyes de protección de empleados. En general, cuando las personas han recibido mayor instrucción, son capaces de acceder a mejores empleos y tienen mayor capacidad de exigir sus derechos.
Sin embargo, y aunque todo lo que hemos dicho sea cierto, tener acceso a la educación no siempre garantiza un futuro mejor, con un mejor trabajo y mayores posibilidades de una vida más digna. De hecho, se constata un número cada vez mayor de titulados y tituladas del Sur, que engordan las listas del llamado «subempleo», incapaces de alcanzar el progreso en sus vidas. A ellos, la educación no les ha permitido salir del círculo de la pobreza. Los esfuerzos personales y los sacrificios económicos familiares han servido poco más que para la obtención de un título que no les ha cambiado la vida. Viven en entornos donde las oportunidades de empleo distan mucho de ser dignas, la oferta es de subempleo o de
empleos en sectores que, como hemos visto, mantienen la situación de pobreza por el incumplimiento y la vulneración sistemática de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Y cuando se deciden a migrar, si consiguen llegar a destinos con mejores expectativas de empleo justo, se encuentran con el rechazo de las sociedades a las que llegan, y acaban expulsados o empleados en trabajos muy por debajo
La educación tendrá que situarse también dentro del marco global de la igualdad de oportunidades de conseguir ingresos necesarios para una vida digna.
de sus capacidades. Así, la educación tendrá que situarse también dentro del marco global de la igualdad de oportunidades de conseguir ingresos necesarios para una vida digna. Porque, como dice el papa Francisco: «Queremos más todavía, nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un “decoroso sustento”, sino de que tengan “prosperidad sin exceptuar bien alguno”. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común».
¿CÓMO PROMOVER UNA EDUCACIÓN PARA UNA VIDA DIGNA?
En Manos Unidas estamos convencidos de que el derecho a la educación es irrenunciable si queremos construir un mundo más justo, superando el hambre, la pobreza y la desigualdad. Pero esa educación «será ineficaz y sus esfuerzos serán
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Manos Unidas/Irene H-Sanjuán
Manos Unidas/Marta Isabel González
estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza. De otro modo, seguirá avanzando el paradigma consumista que se transmite por los medios de comunicación y a través de los eficaces engranajes del mercado». Esta afirmación, recogida de Evangelii Gaudium, probablemente se encuentra como fundamento de la intención del papa Francisco al promover el Pacto Educativo Global.
A través de la educación se puede poner freno a la desigualdad y a la cultura del descarte, contrarias a la realización de unas sociedades más humanas y fraternas.
En esta propuesta, la finalidad y el sentido de la educación es la persona misma. En palabras del propio Papa, se trata de promover «una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión… Para ello se requiere construir una “aldea de la educación” donde se comparta en la diversidad el compromiso por generar una red de relaciones humanas y abiertas». Porque promover un movimiento inclusivo, como la educación, significa dirigirse a todos los excluidos por la pobreza, las guerras, los desastres naturales o el hambre. Es una inclusión que tiene que traducirse en acciones concretas en pro de refugiados, víctimas de trata, migrantes y cualquier otro colectivo vulnerable, sin distinción por razones como el
sexo, la religión o la raza. Por eso, a través de la educación se puede poner freno a la desigualdad y a la cultura del descarte, contrarias a la realización de unas sociedades más humanas y fraternas. Nuestra misión como organización dedicada a la cooperación al desarrollo quiere unir nuestras «manos unidas» a la construcción de esa aldea donde se puedan congregar los esfuerzos para hacer de la educación un proceso que incorpore una alianza de todas las dimensiones de la persona, las que tienen que ver con las relaciones entre el estudio y la vida; entre distintas generaciones; entre docentes, alumnado, familias y sociedad civil, incluyendo la integralidad de la persona y sus manifestaciones artísticas, científicas, políticas, económicas o solidarias. También entre la humanidad y la Tierra, nuestra «casa común», con la que tenemos una radical responsabilidad de cuidado y respeto, que posibilite promover la paz, la justicia y la acogida entre todos los pueblos. Tanto en la Educación para el Desarrollo como en los proyectos que apoyamos, en este caso destacando los educativos y formativos, queremos seguir poniendo en el centro a las personas, su valor y su dignidad, sobre todo las más pobres y marginadas; tener en cuenta y fomentar la plena participación de los niños, adolescentes y jóvenes a quienes aspiramos trasmitir conocimientos y valores de solidaridad y fraternidad y modelos de vida más respetuosos con el entorno humano y natural para construir juntos un futuro de justicia y de paz. Una vida digna para todas las personas l
Departamento de Estudios y Documentación
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Manos Unidas/Javier Mármol
ambiamos vidas
Una historia de superación
Álvaro Antonio Dávila Gutiérrez vino al mundo al poco de comenzar el verano de 1993, en la comunidad de Las Lajitas, en pleno corredor seco de Nicaragua. En Las Lajitas, el sentido de pertenencia se ha pasado de padres a hijos durante generaciones.
Con miradores, quebradas, cascadas y bosques de una enorme variedad de especies de flora y fauna, la comunidad donde vive Álvaro es de una epatante belleza natural, la cual ha sido cuidada y protegida por sus habitantes desde tiempos inmemoriales.
«Esta belleza y variedad atrajo ya a los primeros pobladores a asentarse en las altas montañas de la zona, en donde también predominaban diferentes variedades de productos que servían como alimentos básicos, con la ventaja de que muchos de ellos no necesitaban suelos muy profundos para desarrollarse», explica Dávila.
La zona de Las Lajitas es productiva en maíz y frijoles, de ahí que se celebren multitud de ferias y concursos relacionados con la cosecha y producción de derivados de ambos productos.
«Durante décadas, las comunidades campesinas del corredor seco de Madriz hemos sido garantes de los principales alimentos que se consumen en las pequeñas urbes del norte de Nicaragua. En los años 60, Nicaragua se destacó por ser
el granero de Centroamérica, uno de los principales destinos de exportación de la época», continúa Álvaro Antonio.
Desde hace dos años, el Instituto de Promoción Humana de Somoto (INPRHU-SOMOTO) y Manos Unidas apoyan un proyecto de diversificación de la economía en siete comunidades de Las Lajitas, con la finalidad de fortalecer las capacidades humanas y organizativas de los indígenas chorotegas.
Nuestro protagonista, que participó en esta iniciativa, explica, muy agradecido: «En este tiempo, he realizado cursos de guía turístico, así como de marketing y desarrollo empresarial, lo que me ha permitido entrar en el negocio de compra y venta de granos básicos de maíz, frijol y café».
Es con este producto con el que Álvaro ha conseguido especializarse, seleccionando, limpiando y empaquetando los granos y vendiéndolos a un precio justo en las ferias, tanto al consumidor local como a los agricultores, para ser utilizados como semillas en las épocas de siembra.
Y durante este tiempo en el programa, no solamente no ha dejado de lado su pasión por la música, sino que se ha visto reforzada, usando su arte para difundir también el proyecto de Manos Unidas. «Como músico de valores humanos y cristianos, he aprovechado los encuentros de los cursos y las ferias culturales, para darme a conocer y visibilizar mis actividades de generación de ingresos», concluye Álvaro Antonio l
23 cambiando vidas
Texto de HUGO PÉREZ. Departamento de Comunicación.
JUNTOS c
INPRHU-SOMOTO
Virginia Alfaro y Dário Bossi, invitados de Campaña
Frente a la desigualdad... ¡manos a la obra!
Es febrero de 2023. En los pasillos de los Servicios Centrales de Manos Unidas en la madrileña calle Barquillo se respiraba un ambiente que, en los dos años anteriores, se había echado de menos… Y, cuando alguien formuló la pregunta del millón: «¿Estarán Virginia y Dário en el encuentro de misioneros?», sentimos que, de alguna manera, la pandemia había quedado atrás y poco a poco íbamos retomando la normalidad en nuestras actividades.
Texto de MARTA CARREÑO. Departamento de Comunicación.
Porque lo que en Manos Unidas llamamos «Encuentro de misioneros» es una reunión en la que, durante un par de días, congregamos a muchas personas –religiosas o laicas- que han sido o son socios locales de Manos Unidas y que, a primeros de febrero, fueron portavoces de nuestra labor en todos los rincones de España. Con este encuentro, lleno de trabajo, de experiencias compartidas y emociones, dimos el «pistoletazo de salida» al lanzamiento de nuestra Campaña anual que, en 2023, y con el lema «Frenar la desigualdad está en tus manos», volvió a hacer hincapié en esas enormes inequidades que separan a ricos y pobres y que son causa del aumento del hambre y la pobreza.
Virginia Alfaro y el padre Dário Bossi fueron los invitados de una Campaña en la que solo se habló de la pandemia para recordar el daño que esos años aciagos causaron entre las personas más vulnerables.
Provenientes de Angola y de Brasil, respectivamente, ambos nos ayudaron a poner rostro a esas personas a las que la pobreza y la desigualdad condenan a una vida de abusos y abandono. Y lo hicieron narrando –en rueda de prensa, en el programa «Al Día» de TRECE TV y en los numerosos medios de comunicación que se han interesado por el trabajo de Manos Unidas- las historias de superación de las personas con las que conviven a diario.
Virginia, misionera laica de Misevi, socio local de Manos Unidas en Angola, trabaja con mujeres y niños en los barrios más empobrecidos de la cuidad de Lobito. Ante los medios de comunicación, reunidos en la Asociación de la Prensa de Madrid, esta malagueña, que descubrió su vocación misionera en la adolescencia, explicó cómo es posible que en uno de los países más caros del mundo y con grandes riquezas naturales pueda vivir en la pobreza severa un altísimo porcentaje de
Manos Unidas/Javier Mármol
nuestro trabajo en españa 24
población. Y solo dio una palabra para explicar lo inexplicable: resiliencia. «Trabajamos en contextos de gran exclusión social, de vulnerabilidad máxima, de pobreza severa. Estas personas, especialmente las mujeres, son plenamente conscientes de su situación de desigualdad. Hablamos de madres que sienten el hambre de sus hijos, que les duele profundamente la muerte de su bebé, que se cansan todos los días de andar por las calles vendiendo para llevar algo de comer a casa. Ciertamente, en medio de esta realidad de sufrimiento social, han desarrollado una capacidad extraordinaria de resiliencia con la que sobrevivir ante todo tipo de adversidades», compartió Alfaro.
Los términos resiliencia y desigualdad también estuvieron presentes en las numerosas entrevistas con medios de comunicación que atendió, durante su estancia en España, el padre Dário Bossi. Este misionero comboniano, nacido en Italia, pero «naturalizado» brasileño, ha sido testigo de los estragos que las actividades extractivistas, como la minería intensiva o la agricultura a gran escala, están causando en la Amazonía y en otras muchas regiones de Latinoamérica. Ante la audiencia de TRECE no dudó en señalar a los causantes directos de tanto mal: «Las empresas que actúan en nuestra región defienden
con hipocresía que nos están trayendo desarrollo. En realidad, han transformado de modo definitivo e irrecuperable una región entera que, ahora, depende mucho de ellas. Los gobiernos han debilitado otras iniciativas de vida y equilibrio en los territorios, como la producción familiar, la agroecología o el comercio local», denunció.
Y junto a ellos, acompañándolos en su denuncia, la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar, en la que fue su primera presentación de Campaña, y que recordó cómo, cuando asumió la presidencia de la organización en mayo de 2022, algunos de los periodistas presentes en la sala de la Asociación de la Prensa de Madrid le preguntaron si, con todos los datos en contra, en Manos Unidas no habíamos pensado nunca en tirar la toalla. Y la respuesta fue «no» porque «nunca nos vamos a dejar vencer por el pesimismo ni creer que la victoria frente a la desigualdad es un reto imposible».
Y con los ejemplos de Virginia y Dário muy presentes, la presidenta de Manos Unidas dejó muy claro que, en la ONG de la Iglesia católica de España, nos enfrentamos a esas inequidades que matan y empobrecen «con trabajo y con hechos». Porque, como nos pide el Papa: «Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra» l
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Misevi.
Iglesias y M inería.
Iglesias y M inería.
nuestro trabajo en españa
En nuestras Delegaciones
Una Campaña «muy especial»
Esta Campaña de 2023 fue muy especial. Después de todo lo vivido y pasado, por fin terminó la pandemia y volvimos a la «casi» normalidad. Se notaban las ganas que teníamos de tomar las calles y, por eso, delegaciones y comarcales retomaron con ilusión las cenas del hambre, las charlas, los encuentros, todo lo que hace la segunda semana de febrero tan especial en la sociedad española. Pudimos traer a misioneros y socios locales de los países del Sur y contamos, como siempre, con los que ya viven en España. Todos ellos relataron el enorme trabajo que hacen las delegaciones, pero, sobre todo, la fuerza, el tesón y la alegría con la que lo hacen.
Han sido dos años complicados. Pensamos que no iban a terminar nunca, pero lo cierto es que la pandemia ha sido un reto, también para nuestras delegaciones y podemos decir que lo hemos superado con nota alta y aquí seguimos, más vivas y presentes que nunca.
El lema de la Campaña de este año es «Frenar la desigualdad está en tus manos». Sobre eso en Manos Unidas sabemos mucho. Cada vez que viajamos a los países del Sur nos damos cuenta de la suerte que tenemos y no podemos más que dar gracias a Dios por todo lo que hemos recibido. No hemos podido evitar preguntarnos cómo estarían los habitantes de las barriadas de Guatemala que viven del basurero y no han podido ir a «trabajar» por el confinamiento o esas familias donde viven seis personas en una habitación de apenas 10 metros cuadrados.
En Manos Unidas también sabemos mucho de solidaridad y en España se nota en cada rincón. Como dice Lidia, de Jaén, «allá donde hemos ido nos hemos encontrado manos solidarias, generosas, comprometidas. Manos abiertas que nos abren puertas y corazones para que tantos proyectos se conviertan en realidad, que sean vida, agua, escuela, maternidad, dignidad y justicia. Manos que siguen uniendo puentes de esperanza» l
Texto y fotos de NATALIA FERNÁNDEZ DE VILLAVICENCIO. Área de Delegaciones.
Manos Unidas
Manos Unidas
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Manos Unidas/Javier Mármol
1. Intervención de la Hna. Victoria Braqueais en Toledo.
2. Encuentro de misioneros en Madrid.
3. Recaudación del colegio Los Olivos en Málaga.
4. Cartel Operación Bocata en Salamanca.
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LIBROS SOLIDARIOS
Vuelta al mundo en Vespa en 79 días
Hace 60 años, dos jóvenes albaceteños, Santiago Guillén y Antonio Veciana, emocionados tras ver en el cine de su ciudad natal la película «La vuelta al mundo en 80 días», se propusieron realizar la misma hazaña y, para que fuera algo diferente, decidieron realizarla en una Vespa, a la que llamaron «Dulcinea», y en 79 días. A su regreso escribieron su historia en «En 79 días. Vuelta al mundo en Vespa», que ahora lanza su cuarta edición y cuyos beneficios serán destinados a Manos Unidas l
Los interesados en adquirirlo pueden escribir a albacete@manosunidas.org
«Alegría» en Etiopía
Iñaki Alegría es misionero laico, pediatra, director Médico del Hospital General Rural de Gambo (Etiopía), fundador de la ONG «Alegría sin fronteras» y autor de diversos libros sobre su vida en África. Ha trabajado con Manos Unidas desde hace más de 10 años en proyectos centrados en la salud materno-infantil. En esta ocasión, se ha reeditado el libro «Alegría con Gambo» donde relata su experiencia, sincera y emotiva, en ese hospital. Como dice el autor, «no hay otra manera de narrar lo que se cuenta que desde el corazón y desde la creencia de que otro mundo es posible». El 100% de los beneficios de su venta se destinará proyectos de Manos Unidas l
Se puede adquirir en la Casa del Libro y en Amazon. www.alegriasinfronteras.org
RECONOCIMIENTO A LA LABOR DE MANOS UNIDAS
Burgos
El pasado 20 de enero, en el marco de las fiestas del barrio de San Julián, se otorgó el «Cestillo de Oro» de 2023 a Manos Unidas de Burgos, reconocimiento que desde 2015 otorga el barrio para destacar la labor social de personas, entidades, asociaciones y empresas de Burgos y provincia. En el mismo acto, la presidenta de la Comisión Gestora de Manos Unidas en Burgos, proclamó el pregón de las Fiestas de San Julián 2023 l
El Ayuntamiento de San Fernando premió la labor solidaria de Manos Unidas, de la Asamblea Local de Cruz Roja y a Pasión Vega en el VI Encuentro de Cooperación y Voluntariado que se celebró en el Centro de Congresos de dicha ciudad. En el apartado de entidad de ámbito internacional se premió el trabajo de Manos Unidas por su estrategia de inclusión socioeconómica y cultural de jóvenes de Larache, Tetuán y Chef Chauen para hacer frente a la radicalización y a la migración promoviendo el desarrollo territorial del Parque de Bouhachen (Marruecos). El premio lo recogió el delegado de Manos Unidas Cádiz, Sebastián Fernández Carrillo, de la mano de la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada l
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Manos Unidas
Manos Unidas
San Fernando (Cádiz)
Céntimo solidario
Distintos Colegios profesionales y gremios de toda España apoyan a Manos Unidas en la Campaña del céntimo solidario. Los acuerdos que han alcanzado nuestras distintas delegaciones con estas entidades incluyen poder dejar las huchas en un espacio en sus sedes para que afiliados y visitantes puedan donar esos céntimos que ayudarán a financiar los proyectos de desarrollo en los 51 países donde Manos Unidas está presente. Por ejemplo, la delegación de Almería ha llegado a un acuerdo con el Colegio de farmacéuticos para que se puedan dejar las huchas en todas las farmacias de la ciudad. La delegación de Jaén, con el Colegio Oficial de Gestores y despachos de notarios, y la delegación de Valencia, con el gremio de taxistas… l
NUEVAS COMARCALES
Arte que sensibiliza
Manos Unidas Valencia expone, al menos por un año, el lienzo solidario «Un mundo pintado a mano», obra del artista Eduardo Bermejo, en una céntrica y concurrida plaza de la ciudad, la Glorieta AZA. La ubicación ha sido cedida por el Grupo AZA, propietaria de esta localización. La obra ha sido concebida y realizada exprofeso para la campaña de sensibilización de Manos Unidas y su objetivo es sensibilizar a los visitantes sobre nuestro trabajo. Se complementa con una lona que anima a la donación a través de un bizum y de un código QR que lleva a las cuentas bancarias. A la inauguración asistieron la delegada de Valencia, Ana Ruíz, el artista, el presidente del grupo AZA, Alfonso Zamorano y numerosos voluntarios de la delegación l
Alhama (Granada)
El pasado mes de febrero tuvo lugar la inauguración, en el marco de una reunión con el párroco, la nueva comarcal de Alhama perteneciente a la delegación de Granada. Gracias a la colaboración de un grupo de voluntarios y voluntarias de la parroquia de La Encarnación, han conseguido crear un nuevo grupo que se encargará de la labor de sensibilización y de desarrollo que esta ONG de la Iglesia realiza en los países de Sur. La responsable de dicha comarcal es Carmen Arrabal l
Huete-Tarancón (Cuenca)
Se ha aprobado en la Asamblea diocesana de la delegación de Cuenca, la inauguración de una nueva comarcal en los arciprestazgos de Huete-Tarancón, que agrupa el trabajo de Manos Unidas en las parroquias y localidades de esta zona. Al frente se encuentra Óscar Palomares quien afronta con ilusión y responsabilidad el nuevo cargo promoviendo el espíritu y la identidad de nuestra organización l
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La grandeza de servir a los más desfavorecidos
Texto de ELISA MONTES Delegada de Manos Unidas Jerez.
Recientemente recibí el encargo de presidir la delegación de Manos Unidas de la Diócesis de Asidonia-Jerez y, con una mezcla de alegría y temor a lo novedoso, emprendí un camino que, en estos pocos meses, me ha ido descubriendo la grandeza de servir a los más desfavorecidos de nuestro mundo. No me canso de repetir que, en el trabajo por los demás, siempre se recibe mucho más de lo que se da.
Cuando profundizamos en las causas del hambre y la pobreza, el primer sentimiento que nos invade es la vergüenza y una cierta sensación de fracaso de este mundo nuestro, tan lleno y tan sobrado de bienes. Pero, una vez superado este primer impacto, desde nuestro corazón surge esa necesidad imperiosa de «hacer algo». Y qué cosa más grande, tengo el privilegio de poder contribuir desde mi diócesis a la tarea maravillosa de Manos Unidas. Porque todos los voluntarios y colaboradores tenemos alma misionera y acompañamos con nuestra oración y nuestro tiempo a los desfavorecidos y a quienes trabajan por su bienestar.
Hasta esos rincones del mundo no llegarán nuestros pies ni nuestras manos pero sí nuestros corazones. Agradezco al Señor que me haya traído a Manos Unidas y a todas las voluntarias y voluntarios que mantienen encendida la luz de la fe y de la unidad con los hermanos que nos esperan. Unidos en la oración, seguimos caminando en este ideal de transformar el mundo l
El orgullo de pertenecer a Manos Unidas
Hace tres años me incorporé como voluntaria de Manos Unidas en la Delegación de Tarragona, donde desde el primer momento me sentí muy bien acogida. Empecé como responsable de la Marcha de la Solidaridad, una actividad muy consolidada y que moviliza cada año a centenares de jóvenes de la ciudad.
Participar en las jornadas de formación en El Escorial me permitió conocer mejor a Manos Unidas y en ese momento pensé que estaba en la organización donde quería estar, con unos objetivos y valores cristianos con los que me siento totalmente alineada y que me hacen sentir orgullosa de pertenecer a la Organización.
El compromiso y dedicación del equipo de voluntarias y voluntarios de la delegación, y saber que con nuestro trabajo podemos ayudar a que personas de países del Sur lleven una vida digna, ha sido clave para comprometerme en esta nueva etapa como delegada y dar continuidad al gran trabajo que se ha realizado hasta ahora. Lo asumo con responsabilidad, respeto, vocación de servicio y mucha ilusión para seguir este camino para frenar la desigualdad, y con el convencimiento de que un mundo mejor es posible l
Texto de DOLORS SEGURA Delegada de Manos Unidas Tarragona. Manos
Unidas
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Manos Unidas
En Enlázate por la Justicia queremos trabajar en los próximos años la «CUIDAdanía integral», que nos anima a caminar en coherencia entre nuestra interioridad, nuestro compromiso social y nuestro estilo de vida.
Para profundizar en la integralidad y equilibrio de estos tres cuidados, el 26 de enero se organizó un seminario en el Colegio Mayor Alcalá, en Madrid, abierto a todas las personas de nuestras organizaciones.
Al inicio del encuentro se recordaron dos de las líneas clave de este plan de trabajo: formarnos para el trabajo en red, en respuesta a la llamada a la sinodalidad, y potenciar la presencia pública, especialmente en los ámbitos ya iniciados de Derechos Humanos y Empresas y Pacto Educativo Global.
Después, y con Sebastián Mora como moderador, se desarrollaron 3 charlas TED. La primera de ellas, impartida por Jaime Tatay, abordó el tema del cuidado de la Casa Común desde la ética, explicando cómo la globalización ha ido ampliando el concepto de prójimo hasta el «prójimo lejano»; el «prójimo futuro» (las generaciones venideras); y el «prójimo no humano» (el cuidado de la naturaleza). La ética ambiental está evolucionando desde modelos antropocéntricos a los biocéntricos. Se busca proteger los ecosistemas como un todo y, en ello, nos iluminan las culturas indígenas que viven la unidad de la Casa Común
La segunda charla, impartida por Pepa Torres, se enfocó hacia el cuidado de uno mismo. Más allá del cuidado relacio-
nado con la buena salud, la alimentación y el ejercicio, no podemos dejar de lado el cuidado de nuestra mente -es pecialmente necesario en un momento en el que las estadísticas muestran el mayor número de suicidios en España y el incremento de personas con depresión-, así como el cuidado espiritual; que es el cuidado de lo que nos motiva, nos anima y nos impulsa.
También nos alertó de un uso mercantilista del cuidado recordando que, la «cadena global del cuidado» que estamos promoviendo, expone a la explotación a muchas trabajadoras del Sur global que cuidan a nuestras familias.
Por último, Pepe Laguna nos ayudó a reflexionar sobre el cuidado de los otros. Tenemos que promover el cuidado recíproco y salir de un modelo en el que los cuidados están vinculados a uno de los géneros, la mujer, que tiene históricamente encargado este rol. Igualmente, insistió en la dimensión pública y política del cuidado: luchar por leyes migratorias más justas es trabajar por el cuidado.
En el diálogo posterior, debatimos la relación entre la justicia y los cuidados, concluyendo que los cuidados aportan cuerpo, contexto y vínculos a la idea de justicia, para evitar hacer teorías de la justicia sin vínculos con las personas que sufren la injusticia (escuchar con, sufrir con, promover con…).
Por la tarde trabajamos en grupos para profundizar y concretar los tres ámbitos del cuidado en el territorio/diócesis, en la propia organización y de cara a la sociedad l
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«Enlázate por la Justicia»
nuestro trabajo en españa
La importancia de los cuidados
Manos Unidas
Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global
El Congreso de los Diputados aprobó en el mes de febrero, con el apoyo del 90%, el proyecto de «Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global». Esta norma da rango legal al compromiso adquirido por España de destinar el 0,7 % de la Renta Nacional Bruta a Ayuda Oficial al Desarrollo en 2030 y servirá como marco para la elaboración de cuatro reales decretos que abordarán: la reforma de la AECID, la ley de subvenciones, la cooperación financiera y un nuevo Estatuto de las Personas Cooperantes. En palabras de Irene Bello, la presidenta de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, a la que pertenece Manos Unidas, esta ley «abre una senda esperanzadora hacia una cooperación a la altura de los complejos retos globales que vivimos».
Durante la elaboración del texto legal se recibieron más de 130 aportaciones de diversos actores y colectivos. El 97 % de ellas fueron incluidas en el articulado y, además, durante el trámite parlamentario se incorporaron enmiendas de distintos grupos políticos. La nueva norma aspira a convertirse en referente de un nuevo modelo de cooperación, apostando por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París contra el cambio climático. Permitirá centrar la ayuda al desarrollo en bienes públicos globales, como la salud global o las crisis alimentarias, y fomenta las alianzas entre actores l
Comenzamos nuevo Marco Estratégico de trabajo junto a CIDSE, la red internacional a la que pertenecemos y que está compuesta por 18 organizaciones católicas de Europa y Norteamérica que promueven alternativas justas y ambientalmente sostenibles en más de 120 países. El documento resume que se acaba de publicar tras su aprobación en Lovaina (Bélgica) en la reunión anual de directores, describe la dirección estratégica y las prioridades de la red de 2023 a 2028.
Gracias a quienes habéis hecho posible la XIV edición del Festival de Clipmetrajes
l Más de 200 centros educativos participantes…
l 962 vídeos de un minuto.
l Miles de estudiantes que nos han aportado su punto de vista para cambiar el mundo.
¿Quieres conocer los vídeos ganadores? Entra en clipmetrajesmanosunidas.org
Y en octubre… ¡Conoce la XV edición!
CONDGE
Nuevo Marco Estratégico de CIDSE 2023-2028
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En República Dominicana
Volver a ser un niño
Texto y fotos de MARTA CARREÑO. Departamento de Comunicación.
Hace unos días viajamos a República Dominicana, gracias a la colaboración de Air Europa. Fue uno de esos viajes relámpago, con el que, después de una larga pandemia, retomamos la costumbre de desplazarnos, siquiera por 48 horas, para visitar el proyecto que cada año apoya CADENA 100.
Nos acompañan en el viaje Javi Nieves y Mar Amate, presentadores del magazine estrella de la emisora, «¡Buenos días, Javi y Mar!». Nuestro destino, el proyecto de atención a la infancia y la juventud que llevamos a cabo junto con la Fundación La Merced –socio de Manos Unidas en el país- en el batey de Bienvenido, en Santo Domingo Oeste.
Los bateyes son núcleos de población que originariamente crecieron en torno a las plantaciones de caña de azúcar, caracterizados —entonces y ahora— por la marginalidad y la pobreza. En el batey Bienvenido, que ya ha quedado completamente integrado en la zona urbana del Gran Santo Domingo, habita tanto población dominicana como migrantes haitianos, la mitad de los cuales residen en el país de forma ilegal.
La juventud es una de las principales características del batey Bienvenido. La mayoría de sus habitantes no han cumplido aún los 18 años. Casi todos están escolarizados, pero todavía hay un 7,7 % de estos niños que no acuden a la escuela. Muchos de ellos son de origen haitiano.
La Fundación La Merced y Manos Unidas han puesto el foco en este sector de la población. En los más vulnerables, en los que corren más riegos de caer en las redes del trabajo infantil, de la droga o de la prostitución. El centro ERA (Espacio para Recrearse y Aprender) –para el que, como se puede ver en las imágenes, CADENA 100 nos hizo entrega recientemente de 134.373 €–nos abrió las puertas a un mundo mágico, donde la magia consiste en esfuerzo, trabajo y dedicación. Un mundo pensado y creado para los más pequeños. Un espacio donde los niños reciben formación, atención médica y alimentación en un entorno seguro. Un lugar en el que Javi Nieves y Mar Amate volvieron a ser esos niños que, realmente, nunca han dejado de ser l
32 nuestro trabajo en españa
CADENA 100
Entrega del talón por importe de 134.373 €
Fundación Elecnor en Senegal
Manos Unidas junto a Fundación Elecnor ha colaborado en un proyecto conjunto que ha permitido la instalación de paneles solares en el Hospital San Juan de Dios de Thies, Senegal. Gracias a esta iniciativa, el hospital cuenta ahora con una fuente de energía renovable y sostenible que mejorará la atención médica que se brinda a la comunidad local.
El proyecto, que ha sido inaugurado recientemente, ha contado con el apoyo técnico de Fundación Elecnor, que ha proporcionado los paneles solares y el equipamiento necesario para su instalación. A la inauguración del proyecto asistieron la ministra de Energía y la ministra de Salud de Senegal, quienes destacaron la importancia de la colaboración entre organizaciones locales e internacionales para el desarrollo sostenible del país.
La instalación de los paneles solares permitirá al Hospital San Juan de Dios de Thies ahorrar significativamente en los costos de energía, lo que facilitará que se destinen más recursos a la atención médica y a la mejora de las condiciones del hospital. Más de 30.000 personas atendidas anualmente en el hospital se verán beneficiadas.
La instalación permitirá que el hospital cuente con una tasa del 60% de autoconsumo en energía y permitirá reducir en un 60% el gasto mensual en energía y gasoil.
Este proyecto es un gran paso hacia la promoción de la energía renovable en Senegal y en otros países de África y, en particular con su socio local, el Hospital San Juan de Dios de Thies.
Desde Manos Unidas animamos a otras organizaciones como Fundación Elecnor a unirse a nuestra causa y a trabajar juntos en la promoción de la energía renovable y la lucha contra el cambio climático, así como la mejora en las condiciones de vida de los más vulnerables l
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Lanzamos el programa «Somos Solidarios» que permitirá a las empresas –grandes o pequeñas- cumplir sus objetivos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y acción social.
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Obtén el distintivo «Somos Solidarios», un sello que identifica y otorga visibilidad a las empresas colaboradoras.
Las empresas interesadas en participar en el programa «Somos Solidarios» y obtener el «Sello Solidario» pueden ponerse en contacto con Manos Unidas a través del correo electrónico sellosolidario@manosunidas.org
Fotos: Elecnor
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Un recuerdo para los momentos más especiales...
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Alimentan
Rosalía García
Carmelita Misionera
Teresiana. Paraguay.
«Con el dispensario de Pirayú logramos pequeños milagros».
BAUTIZOS
Manos que necesitan COMUNIONES
Manos que ofrecen
BODAS
Manos que se unen REGALOS
Manos que entregan
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Manos que...
Generan empleo
Protegen
Alimentan
Judith Merlo
Joven emprendedora de Las Sabanas. Nicaragua.
«Gracias al curso de formación, ha mejorado mi autoestima y mi capacidad de emprendimiento».
Iñaki Alegría
Director médico del Hospital General Rural de Gambo en Etiopía.
«Estamos creando generaciones que pueden desarrollarse mucho más. Y este es el futuro».
Rosaura Llave Superviviente de malos tratos y formadora. Bolivia.
«En el centro Las Juanas me mostraron que hay luz incluso al final del camino más oscuro».
gente comprometida
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