JUGUEMOS A LA VIDA (Monólogo poético) Era la gente, gente común detrás de cada día, corriendo su diaria carrera detrás de cada peso matándose en carrera. A veces la tormenta quiere sorprendernos con su ritmo inesperado de truenos y relámpagos. Es un bonito espectáculo, pero vano, sin trascendencia porque…nunca miramos al cielo. Van los trenes como siempre sobre esquemáticos trazos. Cuando las personas se van las máquinas hablan de trabajo. El día siempre igual con su antigua noche oscura. Monotonía, los camiones pasan, los perros ladran, el abuelo mira. Los payasos se ríen para afuera 87